“Si dejas a alguien le dejas de verdad, sin dar marcha atrás. No tiene sentido llorar por la leche derramada”
Vasili Grossman.
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No puede ser, ¿acaso esto es verdad?, es tan irreal, lo que estoy viendo…no puedo creerlo, que alguien pueda haber caído tan bajo como para haber hecho algo como eso, a penas y puedo controlar los deseos de volver el estómago. Eso que vi era totalmente imposible…
La imagen frente a mis ojos era Kira, o Light Yagami como quieran y prefieran llamarlo ustedes, usando una falda rosada hasta la mitad de los muslos, con detalles de encaje y tela de tul para hacerlo más…abombado…, con las piernas cubiertas por unas calcetas blancas y largas con terminación en la mitad de las rodillas, con pequeños moños rojos y al final de cada calceta, unos zapatos negros, de tacón grueso y alto como unos 10 cm. La parte superior del conjunto era rosada también, de una coloración tipo pastel, ohh…tan desagradable, tenía un escote profundo como si en verdad fuera una zorra, una prostituta con busto pronunciado (N/A: yo: no tengo nada en contra de las prostitutas… L: blaagghh!!!Porque no dejan de ser unas putas y consiguen un trabajo digno… yo: no he dicho nada…) las mangas largas y pegadas a los brazos, un delantal bajo y blanco, con un moño grande en la espalda y el típico gorrito de maid. No podía soportarlo era como una pesadilla, un mal sueño para mi. Sé que para ustedes lectoras y lectores, en algunos casos (N/A: yo: NO DISCRIMINARE A NINGUN FUNDASHI!!!)Esto no es más que una exageración mía, pero ver a alguien que llego a ser uno de los únicos amigos verdaderos que tuve en ese atuendo, es una ridiculización bastante fuerte, además de que por sus piernas corría un líquido blanco y estaba sonrojado.
-ya, ya!!! Ya no lo soporto!!- le gritaba a Imakay para que me dejara cerrara los ojos. Me rehusaba totalmente a la idea de que la imagen que me habían mostrado fuera real
-nuuuu!!!¡Quiero torturarte hasta que estés mentalmente perturbado!-decía el con un puchero infantil
-nahhh!!! Me voy de aquí!-exclame y me dirigí hacia la puerta, tomando la perilla con la mano firmemente cuando pude soltarme del agarre de Imakay, de pronto, él puso una cara de tristeza y bajo la mirada
-te vuelvo a ver y me vuelves a dejar…-dijo el conejo con un deje de tristeza. Se me heló el corazón, mes sentí conmovido por aquellas palabras.
-¿a que te refieres?-pregunte al quedarme pensando en la frase ducha anteriormente.- ¿te conozco de algún lugar?, no recuerdo en mi vida haber visto a alguien como tu antes…-afirme al triste conejo que yacía de rodillas en el suelo de la habitación azucarada. No podía voltear a verlo, me derrumbaría, aunque no soy sentimental.
-es cierto no me recuerdas, ¡la liebre me lo dijo! ¡Él tenía razón!-dijo soltando lagrimas y gritando tratando de liberar dolor al hacerlo.
-¿verdad que si la tenía?-era otra voz, muy diferente a la de Imakay, un tanto mas grave.-te dije que el ya no te querría…por que era un adulto, los adultos no entienden nada…-dijo refiriéndose a las personas mayores de 20 años como yo.
-nousagui!!!!! ¡¿De donde apareciste!?-pregunto Imakay aun con lagrimillas en sus ojos violetas
- ¿yo?, pero si he estado aquí todo el tiempo-salió la alta liebre diciendo con su voz grave y un deje de sarcasmo
-¿nos estabas espiando?-le pregunte aun volteado hacia la puerta.
-por…así decirlo…-dijo con simpleza el alto roedor de pelaje castaño y orejas largas-bien ahora deja a mi pequeño hermanito en paz…-se puso enfrente de Imakay en pose defensiva.
-¡si yo no le he hecho nada, él es el que me ha perturbado!-dije exaltado volteándome hacia nousagui.
-¡claro que le has hecho algo, si no entonces porque esta llorando!-dijo acercándose a mi posando sus ojos ámbar sobre mi, con ira interna reprimida.
Por cada palabra que el lanzaba al aire directo a mi ere mas hiriente y exasperante, tanto para llegar al punto en el que tuve ganas de patearlo, al igual que pate al despreciable de Yagami esa vez, ojo por ojo. De repente solte un puño contra su mejilla izquierda, al chocar mi puño contra su cara, el cayó de bruces al suelo son un gran moretón en su pómulo.
Escupió sangre-me sorprende que en un cuerpo visiblemente débil exista tanta fuerza ¡jajajaja!-dejo escapar una carcajada después de hablar.
-sádico-me quede viendo su cuerpo inmóvil en el suelo solo hablaba no se levantaba de ahí
-¡llévame contigo!-grito Imakay desesperado-¡al fin me encuentras y me volverás a abandonar! yo quiero ir contigo…-decía débilmente después de su súplica.
-¡POR QUE NO ENTIENDES QUE NO PUEDES SALIR DE AQUÍ!- advirtió la liebre inerte en el suelo, solo soltando un alarido agudo.
-¿ahh?-dije bajamente, ¿no podían salir de aquí? –A que te refieres, nousagi…-tenía que aclarar mi duda, no podía quedarme callado.