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¿Amor? Sí Minho, tú lo amas. Tú lo amas. por lu30

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Notas del capitulo:

Annyong!!

¿Cómo han estado? ¿Bien? ¡Me alegro!

Bueno, actualicé más rápido de lo que creía, pero ya tenía esta parte hecha y además estoy feliz... y quería compartir esa felicidad con ustedes!!!!

¿Es hacer el amor? ¿Amor? Sí Minho, tú lo amas. Tú lo amas.

Le asentí y bajé mi cabeza, besando sus párpados, cada uno, su nariz de conejito, sus mejillas rosadas, para detenerme en sus labios, lentamente, como si fuera a romperlo. Tan dulce.

De repente no pude aguantarlo, me di cuenta que estoy hecho de cuerpo y alma, que nuestras almas ya se habían hecho una y ahora… nuestros cuerpos faltaban. Lo besé nuevamente, duro y puro, sin más remordimientos, traspasándole mis semanas de arrepentimiento y mi alegría de estar junto a él. Estaba siendo brusco, lo sé, pero no podía aguantarme, tenía un subidón de adrenalina y de amor.

A través de nuestros labios unidos sentí sus suspiros y gemidos. Y eso me excitó más. Mientras seguía con el beso, bajé mi mano lentamente por su costado, pero haciendo presión, queriendo sentir cada curva, rozando el cielo. Llegué a su cadera y paré un momento, sólo un momento para darme valentía, pero seguí bajando hasta llegar a su muslo, deslizando mi mano por debajo de él y levantarlo hasta que su rodilla quedó a la altura de mi cadera para luego coger su pantorrilla y aferrarme a ella con fuerza por debajo de su holgado pijama de ositos.

Sus gemidos se hacían más pesados, y lo míos no eran nada sutiles. Solté sus labios y me lancé con desesperación a su cuello, con ganas de saborearlo, con ganas de marcarlo. Mientras él enterraba sus dedos en mi cabello, instándome a que continuara, que no lo dejara para que sus gemidos no parasen.

-          Aaa… hy-hyung –exclamó bajito cuando empecé a mover lentamente mi cadera sobre la suya, haciendo que su espalda se arqueara ligeramente.

¡Qué exquisito! Yo comiendo su cuello, restregándome contra él y sosteniendo su pantorrilla para no irme de este mundo por tanto placer.

Liberé mis manos, y me separé de su cuello. Lo miré concentradísimo y me dirigí al borde su camisa para levantarla.

-          Vamos Minnie, ayúdame –entonces levantó sus brazos para que le pudiera sacar la camisa por la cabeza.

Luego se apoyó en la cama con sus codos y me miró expectante, bajó su mirada a mi pecho y levantó la  vista nuevamente. Reí ante su vista de inocencia y lujuria, y también me saqué la parte de arriba del pijama. Nos quedamos en silencio, contemplándonos, asimilando lo que iba a pasar. Hermoso, eres mi ángel.

Me puse a cuatro sobre él, con mis brazos estirados al lado de su cabeza. Le di un apasionado beso y fui empujando para que se recostara nuevamente. Como un gato fui gateando hacia abajo, hasta sus rosados pezones, y con delicadeza lamí cada uno, provocando un estremecimiento en él, para luego meterme uno en la boca y estrechar el otro entre mis dedos. Su reacción no se hizo esperar y rápidamente gimió mi nombre y arqueó su espalda, tomándome del cabello.

Seguí succionando y mordiendo, con tanta fuerza que amenazaba con transformarse en marcas moradas de acá a unas horas, pero también amenazándonos de ser descubiertos, pues sus gemidos eran más altos, y desde lejos podías descubrir que eran de placer. Así que subí nuevamente a sus labios, besándolo con desenfreno, mientras que con una de mis manos seguía estrujando su pezón y la otra bajaba lentamente, como serpiente pecadora, hasta su pantalón, para posarla sobre un bulto creciente, evidencia del calor que hacía y de los actos que sucedían bajo mis colchas.

Lo acaricié lentamente, y pensé que fue buena idea besarlo para ahogar esos quejidos lujuriosos. Seguí un rato más así, hasta que decidí coger los bordes de su pantalón y su bóxer y empezar a bajarlo. Sentí como pausó un momento en el beso, y temblaba un poco.

-          No te haré daño Minnie, seré gentil –dije en un susurro, y en respuesta obtuve un asentimiento de cabeza.

Bajé sus pantalones con urgencia y los lancé lejos. Tomé su miembro, medio erecto, y empecé a masajearlo delicadamente, mientras volvía a besarlo. Aumenté mi velocidad y ahora movía más rápido mi mano, haciendo que Taeminnie soltara más gemidos en mi boca y que se aferrara fuerte a mi cabello con una mano y con la otra arañaba suavemente mi espalada desnuda dejando marcas. Seguí bombeando con más fuerza y pasé a besar su cuello, que parecía que me llamaba con sensualidad.

-          Aaaa… hyung… hyunug

-          Shh Minnie, no querrás que nos descubran –susurré en su oído

-          Mmm… mmm.. nngg –ahora sus gemidos se escuchaban amortiguados, pero como estábamos abrazados los sentí directamente en mi oído, traspasando mi cerebro, enviando señales a partes menos racionales y haciendo que me ponga más duro.

-          Hy-hyung si-siga… mmmm –decía quedito, y su voz me estaba matando. Parecía que el que estaba a punto de correrse era yo. –mmm… ya no… no… hyung… esp-espere… mmm… me vengo… ya me… me vengo… huyng! –y su semen se esparció por mi mano y nuestros vientres. Su respiración entrecortada, y pequeños temblores atravesaban su cuerpo.

Levanté la vista y quedé maravillado. Temin con los ojos cerrados y todo el resplandor post orgasmo. Mierda Minho, eres un urgido.

Me levanté sobre mis rodillas y me quité el pantalón, quedando desnudo por fin. Me llevé dos dedos a la boca y empecé a lamerlos mientras Teamin me veía curioso una vez recuperado de los espasmos.

-          No quiero lastimarte… mucho

Y me acerqué a él, besándolo y llevando mi mano hacia su entrada para acariciarla con mis dedos mojados. A penas metí uno de mis dedos Taemin se estremeció y dio un gemido doloroso, que por poco me devuelve la cordura. Pero resistí y seguí besándolo para distraerlo del próximo dedo que iba a meter. Ahora se sacudió con más violencia, un sollozo se escapó de sus labios y a cambio recibí un fuerte jalón de cabello. Para cuando pudo retomar el ritmo del beso metí otro dedo, haciendo movimientos de tijera, e increíblemente Teminnie empezó a gemir, suavecito, pero ya no con dolor. Me separé y lo miré como se mordía los labios.

-          Hyung, ahí… ahí me gusta –me di cuenta que había tocado el punto dulce de Teamin. Y ver como disfrutaba y se mecía auto penetrándose contra mis dedos, fue demasiado para mi, para mi bestia interna.

Bajé y lo besé con pasión, al tiempo que sacaba mis dedos de él y me posicionaba entre sus piernas flexionadas. Cogí mi pene y lo puse en su entrada, empujando suavemente, aguatándome las ganas de ingresar con violencia. Poco a poco iba entrando, haciendo que mi pequeño se estremeciera. La diferencia de tamaño era grande, y la de placer también, pues yo sentía estrellas explotar bajo mis párpados con su estrechez y su calentura.

Empecé a moverme y cogí sus muslos, flexionándolos contra su pecho para tener un mejor ángulo y buscar el mejor punto de Taemin. Aquí es.

Minnie se separó de mí, y dio un fuerte gemido, mientras que sus caderas se movían solas. Me estaba calentando a más no poder. Me arrodillé sobre él poniendo sus piernas en mis hombros y mis brazos a los costados de su cabeza, para tener un mejor ritmo, y penetrarlo más duro, hasta el fondo, mientras con mis labios ahogaba sus gemidos delatadores, y mi espalda recibía la evidencia de cuanto disfrutaba Taemin. Mañana estaría marcado. Ambos lo estaríamos. Mis embestidas se volvieron más fuertes, llevándonos a ambos al máximo, friccionándonos más a causa del sudor, y penetrando más profundo por el líquido preseminal y porque su entrada estaba más dilatada.

Sentía que estaba cerca, que pronto me correría, así que con una mano empecé a masturbar a Minnie, y alentándolo a que llegara conmigo.

-          Hyung!!! Aaa… a-así… mmmmm… mmmm

-          Mi-minnie… me, me vengo –lo sentía, estaba cerca

-          Yo… yo tamb… tamb… si-gue… mmmmm

-          Minnie!!! –sentí mi mente explotar en miles de pedacitos. Esto es el cielo. Mi corazón dejó de palpitar y los dedos de mis pies se contrajeron.

-          Aaaaa… aaaa… hy-hyung… aaaa!!!! –Minnie también se corrió, apretando su ano fuertemente y sacándome un último gemido, mientras convulsionaba debajo de mí con grandes descargas eléctricas.

Caí sobre él, tal vez haciéndolo sentir todo mi peso, pero no se quejó sino que me abrazó más fuerte. Lentamente salí de él, y ambos suspiramos, que frío se sentía no estar dentro de él. Lo abracé y giré para echarme en la cama y apoyarlo en mi pecho.

Nos quedamos en silencio por unos minutos más regularizando nuestras respiraciones. Sentí como mi Taeminnie se acomodaba mejor, como un gatito, mi gatito.

-          ¿Huyng?

-          Mmmm…?

-          Gracias por amarme

-          No Minnie, es un privilegio –y dicho esto lo abracé más de cerca, protegiéndolo con mi cuerpo, con mi vida. Tomé la colcha y nos tapé mejor.

-          ¿Minho hyung? –podía sentir que estaba en el borde del mundo de los sueños.

-          Si, Minnie…

-          Para mí también es un privilegio amarte

Lo besé en la frente, y lo apegué a mi cuerpo queriendo que el calor de nuestro amor no se fuera nunca. Me sentía el ser más feliz del mundo y de la historia. Renovado. Capaz de reírme del Minho de hace unas horas y con la fuerza suficiente para enfrentar lo que sea con tal de proteger a este ángel dormido en mis brazos.

A mi ángel.

(Fin Minho’s)

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(Narrador’s)

Key se despertó con un terrible dolor de cabeza. Levantó la vista y observó como Jjong estaba todavía dormido con esa expresión dulce.

Le había puesto mil y un pretextos para no tener sexo con él, pero digamos que no ganó al final de la noche. No podía mentir, lo amaba y lo deseaba, así que tampoco se sintió tan ofendido.

Lentamente, salió del abrazo de Jjong, y miró el reloj de la mesita de noche. 11:00 am. No había dormido mucho, considerando que su puppy no lo dejó dormir hasta casi  las cinco de la mañana, pero ya no tenía sueño. Así que fue a preparar el desayuno para todos.

Pero antes tenía que revisar cómo estaban sus hijos, los maknaes del grupo.

Caminó por el pasillo y tocó la puerta de los chicos. Sin respuesta. Así que abrió lentamente la puerta y vio como ambos dormían en la cama del mayor, acurrucados y tapados hasta la cabeza. Sonrió al ver a sus dos niños como buenos hermanos y volvió a cerrar la puerta. Ya los llamaría luego para que bajen a desayunar.

Sólo que Key no se dio cuenta que los maknaes, bajo las colchas, estaban desnudos, con las piernas entrelazadas, con sustancias ajenas sobre sus cuerpos y con marcas de dudosa causa en ambos.   

Notas finales:

Daebak!!

No lo leí porque me dio verguenza (w////w)

Así que me gustaría que dejen algunos reviews para saber si les gustó o no y que debería mejorar para la próxima...

http://amor-yaoi.com/fanfic/viewstory.php?sid=87807

Les dejo el link de un oneshot que escribí hace un tiempo

y es 2min también!!!!!

Cuidense y ya no veremos y un próximo fic!!!!


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