Era una noche invernal, una helada, por las calles congeladas caminaba un pelirrojo, con sus mejillas y nariz sonrojadas por el frío, temblaba a pesar de traer una gruesa chamarra y guantes.
-maldición-susurró a la nada culpando el frío.
Pasó por un pequeño parque apenas iluminado con sus farolitos cubiertos de hielo, el pasto más blanco que verde le llegaba a los tobillos, miró el kiosco y le pareció ver a un rubio con ojos azules brillantes mirando a la nada con aire triste pero hermoso.
El pelirrojo avanzó y lo miró de frente, acarició su cara pensando que podría ser un sueño, el chico sonrió, estaba helado y a diferencia suya no estaba tapado.
-soy Gaara- le dijo el pelirrojo con una sonrisa realmente tonta y demasiado extraña en él.
-Naruto-dijo sin importancia-y no, no soy un sueño.
-¿no me recuerdas?
-no-susurró con tristeza.
-¿cuándo saliste del hospital?
-hoy, ahorita me escapé.
-Naruto, regresa al hospital hace frío y necesitas dormir.
-no recuerdo nada.
Y Gaara comenzó a llorar.
-ya no importa, solo ve-dijo entre lágrimas.
-¿quién eres?
-Gaara.
-y ¿por qué lloras?
Y Gaara comenzó a llorar más fuerte, alzó su mano y acarició su rostro helado, se quitó su bufanda y la colocó alrededor de su cuello para que el chico ya no sintiera frío.
-no importa, ve y descansa.
-pero…-
-es mi culpa que no recuerdes así que olvídame y vete.
-¿por qué?
-¡solo vete!
-no sé porque pero siento que algo importante pasó en este lugar.
El rubio bajó la vista y unas lágrimas empezaron a deslizarse por su rostro.
-mi mamá dice que caí por unas escaleras pero no me dijo por qué.
Gaara se acercó y lo abrazó.
-Perdóname, Naru, perdóname.
-no entiendo.
-aquí te di tu primer beso.
-no te recuerdo.
-yo te dije que no te amaba, cuando no podía estar un minuto sin ti y entonces me rogaste que fuera un sueño, pero no lo hice y te fuiste-lo abrazó más fuerte-corriste tan rápido que te resbalaste por las escaleras.
-¿por qué?-susurró el rubio-¿si me amabas por qué lo hiciste?
-porque mi padre quería que me casara con otra, en América, mañana iré para allá.
Naruto se alejó y empezó a llorar más fuerte.
-tengo que irme.
-no-y Gaara agarró su mano, igual de helada que el resto de su cuerpo.
-Gaara.
-Quédate, quédate un minuto más y deja que sienta lo que sentía hace mucho, trata de recordar, como te ame y como lo hago ahora.
-pero yo.
-te amo.
Y Gaara lo jaló hacia su cuerpo abrazándolo, sintiendo como temblaba levemente, el olor de su cabello que tanto le encantaba, su cuerpo junto al suyo como siempre desearía estar, alzó su rostro y lo besó, como hace mucho, sus suaves labios, su sabor, acarició su rostro y sintió la suave piel.
-no recuerdo-repitió el rubio.
-no tienes que hacerlo, nada más importa que nosotros dos juntos en este momento.
Naru se acurrucó, no sabían bien cuanto tiempo había pasado pero de verdad querían que fuese eterno.
-perdóname -volvió a susurrar.
-ya lo olvidé-dijo el chico con una de sus encantadoras sonrisas, las que Gaara tanto adoraba.
-¡Naru!-se oyó que gritaban a la distancia.
-tengo que irme-dijo Gaara.
-si-se despidió el rubio con un tierno beso.
-No me vuelvas a olvidar.
-Nunca.
Y Gaara se perdió entre la niebla que comenzaba a aparecer en ese momento.
-te amo Gaara y nada más importa-susurró al aire.