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Boda (Au). por aoi nicole

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Notas del capitulo:

Aoi: hola espero q me disculpes, eh estado ocupada y en exas asi q no eh podido subir capi, un saludito a gardenia.

Maribel: lo sabia, soy lo mejor de lo mejor, mis fans me adoran-alardear.

Susan: cállate gil que yo me tire a Anna una y otra vez-mirada de superioridad

Aoi: ¡corre video!

Los suaves gemidos de Anna llenaban sus oídos, su piel estaba cubierta por esa tenue capa de sudor, sus piernas se abrían temblorosas y semi arqueaba la espalda suspirando y ocultando su rostro lloroso de placer…

-uh..ah..Su..san..ahh-la mayor acariciaba esos suaves muslos, besaba el vientre bajo de la menor que se retorcía extasiada.

Sus dedos bajaban lentamente tocando esa parte única y sensible de la menor.

-¡n..no toque..aahh..i..!-sollozo mientras sus labios eran apretados por los de Susan.

-mgh…-jadeo Susan al atraer ese cuerpo contra el suyo.

AOI:¡¡ haha haha ¡-sonreír perversamente.

Susan:   *¬*

Maribel: ¡¡…!!-irse llorando y de camino tropezar con Anna.

Anna:¿por q no te fijas donde caminas?

Maribel:¡ ¿Por qué te acostaste con ella?!-gritar mientras tiembla de ira y dolor.

Anna:¿de que hablas?-confusa.

Maribel:¡ no te hagas la idiota!-llorar más fuerte, Anna ve el video.

Anna: ¿por eso lloras?-sonríe cariñosamente a Maribel.

Maribel: eres…-

Anna:…tonta, Maribel, recuerda que eso yo lo hice SOLO contigo, es un fotoshop…-sonrisa relajada.

Aoi: Maribel, mira, este es el original-le pasa otro CD

Maribel le mira dudosa y coloca el CD.

-¡ Ma…ribel…no…t..toques ahí!-solloza mientras unas tenues lagrimas caen de sus ojos, la oji gris le besa con pasión, envuelve sus brazos en la cadera de Anna  separando sus piernas un poco mas y rozando con suavidad su intimidad.

La mayor se veía agitada de igual modo, se sentía presa del éxtasis que probaban en sus cuerpos.

Temblorosa le cedió el paso a Maribel para que le acariciara con libertad.

-tranquila…mgh..-besa esos húmedos labios y los prueba con ansias una y otra vez, Anna se estremece en esos brazos mientras sus manos también van a la intimidad de la otra haciendo que suelte un súbito jadeo en sus bocas separándolas para respirar viendo como un hilillo de baba unía sus bocas.

-T…te amo…-gimió con dulzura la menor.

Aoi: -//- q ternurita  <3

Maribel:  te amo Anna-mirarla con ansias y sujetarla de la camiseta.

Anna: c-cálmate, estamos con publico menor de…

Aoi: ¿Qué edad tiene mi amado publico?, bueno si quieren me responden eso con un comentario.

Bien quería disipar la duda de algunas fans que me mandaron sus comentarios.

En primer lugar un saludo a:

Pink,  kaoripo, Susan.NightwinDx y kannaa

La duda era esta:

PD: oye una pregunta si Maribel puede embarazar mujeres....cm es q kay con tanto sexo no ha quedado embarazada si Maribel no se cuida puesto q no sabe q posee esa habilidad tan extraña y ventajosa???????

Yo tambien tengo la duda sobre la nudista aunque yo creo que Kay se protege no? o bueno esa es la unica explicacion que le encuentro 

 

RESPUESTA: Maribel no puede embarazar a nadie, en si la que tiene el milagrito seria Anna, porque…(suspirar), Anna es una doncel, puede procrear de los fluidos de Maribel, el día que ellas tuvieron sexo pues…usaron un dildo doble (que es un juguete sexual que permite dar placer a dos amantes a la vez, en este caso sirven para sexo lésbico), en el fic yo lo puse de este modo, Maribel estaba arriba de Anna, por lo tanto…ahrhadha…no me quiero ir en graficas pero bueno,  como ambas estaban con el  juguete que explique antes…pues, en mi fic  ese juguete podía tomar los fluidos de Maribel y expulsarlos en la persona que estuviera abajo, en este caso Anna, por eso es que cuando terminaron de hacerlo Anna sintió ese liquido bajar por sus piernas y lo demás ya lo saben,  es por eso que Maribel no puede embazar a kay, por la que puede tener hijos de mujeres es Anna por su genética única que le concedí yo en el fic.

Kay no tiene esa genética por lo tanto nunca podrá tener hijos de Maribel, espero haber disipado sus dudas y si no lo hice pues intentare hacerlo de nuevo, si es q el caso lo amerita-

Anna: sigo diciendo, las explicaciones te salen mamadas.

Aoi: uh…mejor no me digas nada…y ni siquiera eh estudiado Fisica-

Maribel: okey…mejor dejamos que lean el fic.

Anna:..eh..¡no espera!, yo..en lo particular…quiero saber, ¿acaso yo no soy de su agrado?

Aoi : ¿Qué quieres saber?-

Anna:….¿por que Maribel es la fav y yo no?-

Aoi: bueno ya la oyeron asi q si desean  responder a la interrogante de Anna me lo mandan en un comentario jeje

La mejor respuesta de la ultima vez fue de Susan:

Como me gusta este fic, mi personaje favorito es Maribel porque siento que representa todo lo humano que somos, todos esos errores que pesan y muchos simplemente desean tapar.

 

N. Maribel.

¡Maldita sea!, todo me tenía que pasar a mí, conteste el teléfono un poco nerviosa, espero que no haya oído eso…

-¿Anna?-suspire.

-en…si...Hola…-la oía lejana en el teléfono, me senté en la cama  y respire profundo.

-¿sucedió algo?-cuestione para empezar a entablar una conversación.

-no es solo que…-enseguida corto su dialogo, parecía indecisa, ¿acaso escucho lo que dijo Vanesa?

-Anna…yo…-me lamí los labios un poco pues estaban resecos, ella fue la siguiente en hablar por lo cual yo calle.

-solo quería saber…si…-suspiro-no era eso, eh…mañana tienes una junta y quería recordártela, así que…-dijo Anna.

-¿era solo eso?-pronuncie con dolor, no quería desmoronarme por la nada pero estaba actuando como una niña, seguía tan enamorada…y lo peor es que ella mismo se encargaba de joderme las ilusiones, esa Anna ya no era la misma de antes, no era la chiquilla que me recibía con dulces sonrisas, no era la niña con la que podía reír horas de horas con el mismo tema, no era la joven que sabia llevarme por el buen camino, no era quien me regañaba y cumplía mis caprichos a pesar de no tener ninguna responsabilidad conmigo, no era quien sacrifico su amor por el mío…ahora solo era Anna…, el recuerdo del que me enamore, más hermosa, mas altiva…todo lo opuesto al pasado, y yo lo único que quería era doblegarla a mi aunque con ello pasara por sobre todo, y eso solo inicio con el contrato que firmo conmigo…,me equivoque, no quería  doblegarla…deseaba  enamorarla como se mereció siempre.

Como tuve que hacer desde el principio.

…No dejarla ir…

-¡No!, Maribel…mira yo…-parecía haber tomado fuerzas, su voz era firme, escuche con atención lo que quería decirme cuando.

-¡¡Crack!!-

Me quede completamente callada al oír ese ruido, mis  ojos se movieron con rapidez por sobre la habitación tratando de buscar aquel objeto que era intocable, sagrado...mío, y no lo hallaba, enseguida me pare aturdida, molesta, eufórica…estúpida Vanesa, pensé para mis adentros.

-Anna…disculpa debo colgar, tratare de llamarte enseguida-aclare.

-claro, no te preocupes…-una tenue sonrisa se formo en mis labios, primero me ocuparía de Vanesa, baje las escaleras corriendo,  buscaba con la mirada algo que me dijera que rayos sucedió…aunque tenía un ligero presentimiento.

-¡Vanesa!-azote la puerta de la sala, sabia a la perfección lo que había hecho, y estar allí adentro me lo comprobó.

Mis ojos se nublaron levemente al ver como ella pisaba enrabietada  mi cuadro, sentí como la ira me tomaba a mí de igual modo, no quería que siguiera destruyendo lo único que tenia de Anna, aquello que me había hecho sonreír  y olvidar todo…, los puños me temblaban.

Sabía que para ese momento la paciencia  y el control se fueron al maldito infierno.

-¡Detente!-grite enérgica, ella me miro por el rabillo del ojo y término pisoteándolo más.

-¡estoy harta de verte sufrir por esa!-no, ella no era esa, ella se merecía todo de mí y yo le falle, le falle a la única persona que me amaba, ya caía en el peso de mis culpas, yo mismo escogía perder antes de ganar, tal vez por eso tantas veces sentía a la vida en un sabor agridulce.

-¡escúchame bien Vanesa!-le pegue una fuerte bofetada  empujándola contra la pared mientras la sujetaba de los brazos, sus ojos empezaron a derramar tenues lágrimas  pero poco o nada me importo, supero mi límite y eso no se lo permitiría.

-¡no te permitiré que lo vuelvas a hacer!-señale los vidrios rotos junto a la fotografía-¡sabias a la perfección que eso no…!-

-¡¿no que…?!, ¡¡ella la te olvido y tú debes hacer lo mismo…!-sus manos apretaban mis hombros con fuerza, empezaba a doler lentamente mientras sentía que me clavaba las uñas…no quiero oírla decir eso, puede ser que sus palabras sean verdaderas pero…no intentare huir de nuevo, tan solo quiero intentarlo por mi misma y si Anna decide alejarme yo…,yo la dejare tranquila.

La solté y aparte de mi lado.

-lárgate, no tenias el derecho de destruir algo que es mío…-murmure desganada, agobiada,…cansada.

-Maribel-sollozo-ella solo te ha hecho  así…-me miro con lastima.

-¿así?-dije riendo levemente para luego volver a cambiar mi expresión para mirarla con frialdad-yo fui la que decidió hacer estupideces, ella nada tuvo que ver con eso; no vuelvas a mencionarla como la maldita del cuento que no responderé tan calmada como ahora…-advertí.

-¡¡ella te volvió estúpida, solo te lastimo y lo peor es que te dejaste llevar por ella!!-

-¡maldita sea,  lárgate no te quiero ver!-levante la mirada con las lagrimas agolpadas en mis ojos, señale la puerta y la mire fulminante-Vete ahora-pronuncie mordaz, si ella seguía ahí un segundo más la mataría, la insultaría…era demasiado como para contenerme, ella se toco la mejilla lastimada y salió cabizbaja.

Al oír el ruido de la puerta cerrándose me aproxime al cuadro, me arrodille junto a este, lo destruyo por completo, presione mi mano junto a la imagen y lentamente me herí la mano hasta que pequeños vidrios quedaron incrustados en esta, respire profundo mientras parpadeaba constantemente para no soltar lagrimas, mi mano temblorosa lo sostuvo por un momento…si esta vez no me arriesgaba…,¿aun era digna de tenerla a mi lado?, debía de parar con eso, ya no la alejaría, ya no huiría a esto,  me lo prometí, apreté la imagen contra mi pecho, dolía…todo lo que dijo Vanesa,  yo la solté, yo la deje ir.

Aun tengo miedo, ¿acaso ella sintió lo mismo?

No podía fingir sobre mis sentimientos, aclararlos, ser mejor.

Tú me hiciste mejor Anna.

Y deje de serlo por mí misma, ella me dio la seguridad de mostrarme tal y como era y yo olvide lo que me enseño.

Me hiciste sentir importante a tu lado, porque empecé a valorarme mejor y no creer en la bendita perfección.

-¿Por qué no puedo sentirme bien?-me estremecí con ligereza en ese inmundo frio, otra vez usada, otra vez manipulada.

-¿Maribel?-su suave voz llego a mis oídos, ladee el rostro molesta, Anna.

-creí haberte dicho que no vinieras-

-si…lo sé, pero no te escuchaba bien por el teléfono así que decidí venir por mi cuenta-se acerco a mi lado y retrocedí, quería estar sola.

-lárgate-volví a repetir, no quería saber nada, solo quería llorar, desahogarme.

Ella me observo por leves momentos y murmuro mientras me abrazaba contra su cuerpo.

-no llores de esa manera por nadie…vales más de lo que piensas, ni siquiera Mario debe verte así, si puedo limpiar tus lagrimas en este momento lo hare, si puedo borrar ese dolor lo intentare, pero…no llores así-acariciaba mis húmedos cabellos, temblé un poco y solo oculte mi rostro en su cuello.

Ella siempre estuvo ahí, protegiéndome, amándome, logrando que saliera adelante cuando nadie más lo hizo.

-es que yo realmente le amo-murmure, ella lo escucho, asintió en silencio y luego me miro con una dulce sonrisa.

-no te preocupes ya vendrá alguien que te ame como tú lo haces-me dio un suave beso en la mejilla, trato de apaciguarme lo mejor que pudo, varias veces intento hacer caras chistosas con las cuales yo sonreía de lado.

¿Cuánto te dolió Anna…?

¿Cuánto te dolió decirme eso?

Ahora solo se que lo que hubieras querido decir es.

Te amo.

-¿tanto te duele verme así?-ella se sobresalto pero luego me miro con dulzura, con paciencia, había tanta paz en esos ojos que yo solo pude tranquilizarme y perderme en ellos.

Me pregunto cuantas veces su corazón lloro al verme así por ellos, me pregunto cuánto tiempo lo callaste, y ante pusiste mi amor al tuyo, querías verme feliz a mi antes de serlo tú, tal vez reconocí tus sentimientos y los ignore, tal vez fui cruel y te apartaba de todos los que podrían llegar a tu ser.

Tal vez lo hice sin notarlo y de igual modo me enamore sin querer creerlo.

Tratando de evadir mis sentimientos y varias veces hiriéndote.

-si…me duele, me duele porque sé cómo eres, pero…se que algún día estarás con la persona indicada-agacho la mirada.

Tal vez tus ojos lloraron aquella vez y no lo note.

-¡vámonos, que si  no lo hacemos nos pegaremos una hipotermia!-me sonreíste falsamente, había dolor en tus facciones pero trataste de parecer serena.

-si-

Ahora puedo recordar eso y entenderte.

Fui al baño y quite los vidrios de mi mano, los pequeños cortes hechos ardían, me quite los vidrios más grandes y limpie torpemente la herida, observe  la imagen a mi lado, debía volver a enmarcar el cuadro, la imagen se veía opacada un poco por el liquido carmesí.

Debí ser más cuidadosa al sostenerlo, había lastimado una esquina de la fotografía.

N. Anna.

Bien….no…no lo entendía correctamente, vaya miento, si lo sabía, si lo comprendía, ¡carajo!, ¡¿Por qué tuve que oír eso?! , agache la cabeza, me sentía frustrada, no tenía ni la mínima intensión de…, de, las manos me temblaban sosteniendo el celular, mis ojos se volvían vidriosos, ¿acaso quería llorar?, no, no, no…, deje de quererla, deje de sentirme así hace años, sus sentimientos o lo que hiciera me tenía que tener sin cuidado pero...

Siempre hay un pero con alguien como ella.

Siempre hay un dilema  donde no se sabe si amar o olvidar.

Me estire y camine tratando de olvidar lo escuchado, haría como si nada, evitaría el tema, borraría las palabras, igual que hace años…

¡Pero! ¿a quién carajos quiero engañar?

¡no-lo-eh-olvidado!

Pero, ¿Quién me aseguraba que no era otro engaño?

Uh, no, yo solo fui su distracción, solo fue una noche, ¡solo una!

Aparte de eso…, la ame, era verdad, pero eso ya fue, pasaron años sin que ella se diera cuenta y en solo un día me había delatado, amándola, queriéndola, diciéndole lo mucho que la amaba, pero ese fue mi error, decirle mis sentimientos sin saber si ella realmente correspondería, y no podía perdonar porque ella no tenía la culpa, y ahora yo solo era cruel con mis secretos, protegiéndolos.

Creí verte feliz sin mí, creí que era lo mejor.

O eso fue lo que me dejaste entender.

Que no dependías de mí, que solo querías saber si podías estar con una mujer, que no podías dejar a Allen porque era tu obligación…tu amor.

Porque yo no podía ocupar el lugar de Él.

Y si eso último era verdad entonces porque…

-siento que te eh lastimado-debía despejarme, subí de nuevo a las habitaciones, Eli se regreso a verme, le sonríe nerviosa cosa que ella noto, frunció sus cejas y me hizo una seña para que me acercara, lo hice con cuidado.

-mami-murmuro bajo teniéndome sobre su cuerpo.

-¿sí?-acaricie sus cabellos.

-¿estás bien?-me pregunto, asentí poniéndome a su lado-¿quieres ir a pasear?-ella dio un brinco alegre en su cama, se paro y comenzó a buscar su ropa, le ayude un poco para que se vistiese rápidamente.

Llevaba un gorrito de color purpura con un conjunto deportivo, decidí que al regreso desayunaríamos, me fui al cuarto y también me arregle un poco pues aun andaba con cara de dormida, al terminar de hacerlo vi a Eli saltando en mi puerta, sonreí, tome mi billetera y el celular por si Susan me llamaba.

Eli me pidió que la cargara y lo hice, ella se apoyaba a mí y jugueteaba con mi cabello, se le hacía costumbre, sus ojos vivaces me petrifican a veces, había heredado eso de Maribel, ¿debía decirle que le escuche a través del celular?, con mi mano libre apretaba el celular en mi bolsillo, ya no sé porque todo se complico desde que llegue, porque me sentía así…

Insegura, vulnerable.

N. Maribel.

Salí de la mansión sin mucho problema, esquive a sirvientas sin que me vieran pues si lo hacían me llevarían a la habitación, decidí permanecer lejos de momento, llevaba en mi bolsillo la fotografía, mi mano estaba vendada y ahora las vendas con las que me cubrí estaban completamente empapadas por mi sangre.

Decidí ir a la clínica veterinaria a retirar a Sami, un perro labrador de color dorado que era mío desde hace un par de años, mi hermana decidió dármelo para que me cuidara e hiciera compañía mientras ella no estuviera,  aun recuerdo cuando Sami era apenas un cachorro que correteaba en mis piernas, ahora ya era grande y había sido adiestrado especialmente para mi cuidado.

Al llegar la asistente de la veterinaria me recibió y saco a Sami que al verme correteo y se me lanzo entusiasmado, sonreí afectuosa y acaricie su pelaje, al parecer estaba completamente bien y ya tenía todas sus vacunas, pague lo que faltaba y decidí irme.

Le coloque el collar y con la mano que no estaba lastimada lo sujete, empezamos a caminar, decidí llevarlo a un parque cercano, movía la cola feliz mientras ladraba entusiasmado.

-ya, ya tranquilo-lo sujete un poco mas pero esta vez tenía más fuerza que antes, ladraba fuertemente y sin medir su fuerza se soltó de mi.

-¡Sami!-

N. Anna.

Elizabeth se sentó conmigo en un banco del parque, habíamos comprado un par de buñuelos dulces, Eli lo sostenía en sus manitas y daba suaves mordicas al suave buñuelo caliente.

Me acerque un poco a ella y sople un poco sobre su buñuelo para que no quemara su boquita ella me sonrió y dio otro mordisco.

-¿rico?-ella asintió, sonreía alegre mientras su boquita se manchaba un poco por el dulce, con mi pulgar limpie ese rastro y lo lamí, realmente estaba rico.

Seguimos así por un momento hasta que un fuerte ladrido nos hizo sobresaltar, miramos hacia enfrente, un hermoso perro nos miraba, se veía reluciente y pulcro, se apego a Eli, olía el dulce aroma del buñuelo, Eli le acaricio la cabeza, el perro se apoyo y movía sus patas entusiasmado, acerque mi mano y también le acaricie el lomo, movía la cola de un lado para otra, se daba rodeabas alrededor nuestro, Eli le compartía un poco del dulce, el perro comía contento su pedazo.

-¿crees que este perdido?-me dijo Eli.

Negué con la cabeza-tal vez su dueño este cerca, no parece perdido- el perro se hecho a mis pies tranquilo, le volví a acariciar y antes de volver a comer mi buñuelo  oí una voz peculiarmente conocida.

-¡Sami!-

N. Maribel.

Corrí fuertemente hasta encontrarlo, estaba a los pies de…

-Anna-casi me ahogo al decir su nombre, me sonroje notablemente pues había corrido un largo tramo para encontrar al perro condenado, mi corazón me  latía fuertemente, sentía que se me saldría del pecho no solo  por correr si no por verle ahí a ella, por un momento nuestras miradas se encontraron, sus ojos negros se veían levemente brillosos, y su largo cabello se movía con el viendo.

¿Era mi imaginación o cada vez se veía más hermosa?

Me encorve un poco respirando agitadamente cerca de ellas, Anna abrazo disimuladamente a Elizabeth, no sabía que decir…realmente fue una sorpresa verla ahí.

Aunque, en el fondo era lo que quería, necesitaba dejar las cosas claras y creo que no podría aguantar más tiempo, observe a la pequeña que me miro entusiasmada, le sonreí de lado.

-Hola Elizabeth-

N. Anna.

¡Maribel!

¡Rayos!, casi se me fue el alma al piso con verla, como instinto materno sujete a Eli de los hombros, me sentía nerviosa al verla, no dude en evitarle la mirada, avergonzada quizá y con las mejillas un tanto rosadas.

 

 -¡Hola!-dijo casi abalanzándose  sobe Maribel que rio, la sujete del los hombros y la abrase contra mí.

-Hola Maribel-murmure.

-te iba a llamar hace un momento-dijo incorporándose de mejor manera, ahora que me percataba ella estaba más alta, veía con un calentador por el frio, asentí sin decir mucho, realmente me sentía morir, Eli ahí, Ella ahí, no, sin duda una catástrofe mundial.

-¿es tuyo?-dijo casi cantando Elizabeth.

-sí, es muy  cariñoso con la gente que le agrada, le caíste bien-dije arrodillándose a la altura del animal que le dio la pata, Eli me miro como pidiéndome permiso, suspire resignada y deje que se acercara, ella se arrodillo igualmente y el perro le lamio contento.

Maribel me miro, decidí no decir nada solo esquivarle de momento, nervios, nervios, nervios malditamente traicioneros, ella se paro y se acomodo a mi lado, Elizabeth seguía jugando con la mascota, la observaba de reojo atenta.

-Mami, ¿le puedo pasear?-cuestiono con curiosidad mi pequeña, iba a negarme pero Maribel menciono desautorizándome.

-ve, Sami es un mascota especial, te cuidara de ser necesario así que creo que tu madre no se podrá negar-le quise arrancar la cabeza con los ojos, Elizabeth me rogo con la mirada.

-¿es seguro?-dije mirándole desconfiada, Maribel asintió.

-confía en mí, Elizabeth ven acá-mi pequeña se acerco y le dio la mano, el perro le olfateo un poco y le rodeo por un rato, Maribel le dijo a Eli que se amarrada bien la correa a la muñeca, ella hizo caso, el perro la jalo suavemente y ella le siguió.

-procura no ir lejos, solo hasta los juegos donde pueda verlos-dije casi incorporándome, Maribel me sujeto de la mano y me jalo levemente para hacerme sentar.

-no me toques-dije molesta zafándome de su agarre.

-lo lamento- se hizo de lado para que yo me acomodara, me cruce de piernas y observaba a lo lejos a Eli, Maribel me observaba muy penetrantemente.

-¿Qué te sucede?-cuestione, sin mirarle realmente, ahora que lo pensaba, me sentía calmada al verla bien, después de cómo me porte…

-nada es solo que-sentí su respirar casi por mi cuello a lo que retrocedí atemorizada.-tu cabello se ve muy suave, recuerdo cuando eras pequeña y por mi culpa lo jalaste hasta dejarlo corto para no hacerme sentir mal-enrojecí nuevamente, ¿Por qué mencionaba eso tan de repente?

-sí, ahí eras una cría llorona-sonríe burlescamente a lo que ella se separo.

-sí, tú me consolabas siempre-al terminar eso nos volvimos a quedar en un horrible silencio, decidí dejar mis miedos y mencione.

-lo lamento…eh, lo del otro día; no debí comportarme como lo hice, espero que me disculpes…-

-¡vaya!...bueno, no creí que lo dirías realmente-casi brinco en su puesto, parecía feliz.

-es que Eli me obligo-termine rematando, ella cambio su expresión, parecía desilusionada, me mordí la lengua molesta conmigo mismo.

-¿Eli?-cuestiono.

-bueno, ella me hizo recapacitar-la observe completamente volteando mi rostro hacia su lado.

-tu niña…-poso sus ojos a lo lejos viendo a su mascota y a mi pequeña juguetear, tenía una mirada tan centrada que no dude en pensar lo que sea.

Por favor…no, no la mires, no me hieras quitándomela,  ella es todo de mí.

Todo.

-es tan linda como tu-rio levemente-tiene una inocencia única al igual que su alegría, la saco de ti-

Cuando se molesta frunce las cejas como tú.

-gracias-

N. Maribel.

Nos observamos con rapidez, parecía calmo en ese momento hasta que los ladridos fuertes del perro nos hicieron sobresaltar, ambas nos paramos rápidamente, corrí veloz, llegue primero y Anna pocos segundos después de mi.

Observamos a un hombre cerca de Eli, el perro estaba de medio ladrando amenazadoramente al hombre, sacaba sus colmillos ferozmente, algo malo le tuvo que encontrar para estar en ese estado.

Me acerque  y oí claramente.

-pero tómalos…son dulces-dijo un hombre harapiento sacando una pequeña funda transparente con un polvo blanco

-¡aléjese!-grite sosteniendo a Eli que se veía temerosa, ella se abrazo a mi costado.

-¿te hizo algo?-dije alterada mirándola, ella negó con la cabeza.

Sam se puso a la defensiva y quería acorralar al hombre mostrándose furioso, tensaba sus patas y gruñía rudamente.

Anna se acerco a mí y abrazo a Eli, le dije que se alejara un poco.

-¿Qué es eso?-señale acusadoramente al hombre en tono de reproche.

-nada-dijo mirándole de mala forma, parecía nervioso con la presencia de Sam por lo que el animal no parecía tranquilo pues estaba demasiado inquieto hasta para mi gusto

-déjese de bromas que no soy estúpida-empecé a amedrentarle, Sam seguía  enfrente nuestro.

-¡le dijo que no es nada!-dijo  mordaz.

Un par de policías metropolitanos se acercaron al ver el alboroto que causo Sam, parecían notar la situación, el hombre no dudo en echarse a correr, Sam estaba dispuesto a atacarlo pues estaba entrenado para eso, los hombres empezaron a seguir al sujeto, antes de que Sam se fuera para la calle a la que iba el hombre yo lo sujete de la correa, lastimosamente no me fije con que mano y…

-¡ngh!-gemí mientras casi me caigo por sujetar a Sam.

La mano herida me empezó a sangrar nuevamente pues no quite adecuadamente los diminutos pedazos de vidrio que quedaron  en mi mano.

-¡Maribel!-Anna me sujeto de la cintura y para mi suerte no me lastime mas, pues ella se sujeto la correa a la mano, yo me solté de golpe maldiciendo por lo bajo para que Eli no me oyera.

-mierda-sisee, Maribel me tomo del hombro y me giro para ella.

-¡¿estás bien?!-dijo con preocupación en su voz, me conmoví un poco por ello.

-¡mami mira su mano!-me señalo, Anna me tomo de la mano, no dude en hacer una mueca.

-¡¿Qué rayos te sucedió?!-

N. Anna.

Bien, debía decir que estaba más que sorprendida por Sam, el perro  había sido entrenado, eso era obvio para el que lo viera, la pregunta del millón era ¿para qué Maribel tendría a ese tipo de perro?, seguridad era lo más casual aunque yo suponía algo mas, en ese momento agradecí internamente el que tuviera a Sam, gracias a el no le pudieron hacer nada a Eli y antes de que nos diéramos cuenta el hombre había sido apresado, decidí no pensar en ese detalle pues me sentía mejor al pensar que Eli no sufrió ningún daño por el cuidado de la mascota de Maribel.

Vi su mano, no se demonios se hizo pero eso me molesto, no solo eso, me sentía confundía, ¿en que se hirió?, no podía negar que sentía esa preocupación, como nuestra casa estaba cerca decidí llevarla lo antes posible a allí para limpiarle adecuadamente la herida, ella se negó de inicio un poco cohibida pero le dije que no me iría sin antes curarle.

-está bien-Sam iba alado de mi hija, le cuidaba de todo ya que estaba atento y con las orejas semi paradas.

Cuando llegamos, le hice pasar, el perro se adentro sin mucho problema, parecía ubicarse con facilidad, le pedí a Maribel permanecer en la Sala.

Fui al baño y cogí el botiquín, mi pequeña se fue a su cuarto pues se lo pedí de momento pues estaría atenta curando a Maribel, ella accedió, el perro le siguió.

-¿Cómo te hiciste esto?-gruñí al ver su herida, empecé a quitarle unos pocos vidrios con una pequeña pinza a lo que ella contraía la cara con molestia.

-no es nada, fue un accidente-

-¿provocado o qué?- le recrimine, ella solo callo pues no tenía nada que decir para el momento, Eli salió de su habitación y se nos acerco, Maribel veía su propia sangre en mis manos, limpiaba con cuidado y tenía a la mano otras vendas, alcohol y unas cremas,

-al parecer sabes lo que haces-dijo viendo el cuidado con el que le trataba su mano herida.

-¡mi mami Susan le enseño!-dijo orgullosa Eli, decidí no mencionar nada, de repente vi su rostro y note el deje de tristeza que parecía cargar a diario en esa semana, ya ni sabía lo que yo mismo sentía por ella, pero era mejor dejar las cosas así, no teníamos que hacernos falsas esperanzas, y mucho menos yo…ya no era una adolescente para jugar en ellos, podía quemarme más de la cuenta y eso solo me distanciaría mas de todo, yo solo sería su apoyo en el trabajo, era todo, no teníamos por que sufrir de nuevo y hacer sufrir a más personas como Eli.

Aunque en el fondo esa era la gran estupidez que me quería hacer tragar yo misma.

Que debía mantenerme al margen y callar las cosas hasta que todo cayera por su propio hilo.

¿Eso era lo que quería?

-que bueno…-menciono Maribel ante lo dicho por Eli, decidí no mirarle de nuevo, sabía que sus expresiones solo me formarían un desaliento e infortunio brutal.

-c…creo que ya esta-le vende con cuidado de no apretar su mano muy fuerte, el sangrado había parado en ese momento.

-¡no espera!-dijo Eli trepándose al sofá en que estábamos sentadas, mi pequeña le  tomo la mano de Maribel y deposito un tierno beso en ella.

-mi mami dice que así se cura mejor-dio otro piquito a esa mano.

Quise llorar, tuve ese deseo ferviente de hacerlo, que bajo había caído en esos años, pero ya no había tiempo para reproches, todo quedo en el pasado, esa dulce imagen jamás se repetiría y eso era lo más seguro en mi mente y corazón, allí enfrente mío los dos seres a los que más quería, el uno perdido y el otro  conmigo y yo de mal tercio distanciándolas.

Es su madre.

Ni eso se me borraba de la mente con el tiempo.

O tal vez yo no quise borrarlo.

N. Maribel.

No supe que sentí en aquel momento, era un bienestar junto con ternura tremenda a la vez de una inigualable tristeza, que maldita suertuda era Susan, logro permanecer alado de ese par, las tenía a ambas, Madre e hija, ¿Qué puedo hacer en contra de ello?, ¿Anna es feliz cerca de esa persona?

Si la respuesta era positiva solo tendría que dejarlo por la santa paz.

-g…gracias-temblé un poco, mi mano acaricio su cabecita y ella me miro atenta, sin duda era la niña más linda que había visto, tenía a quien salir, mire a Anna que enseguida se paro y se fue a la cocina.

-te traeré agua-dijo casi con la voz corta, me le quede viendo, Eli me dijo que quería enseñarme su cuarto, accedí a seguirle.

Llegue, era una habitación de blanco y suaves tonalidades de morado, tenía una cama adaptada para su tamaña y el que tendría al crecer, había muchos juguetes junto a ella, varios peluches, osos, perros, y demás, muchos dibujitos pegados a la pared también, los mire a todos y en especial a los más llamativos, había una imagen que capto mi atención en particular, era el dibujo de Anna cargando a Elizabeth, obviamente los dibujos de ella eran garabatos pero muy bien hechos y entendibles, a un lado de ella y distanciada  estaba su otra madre.

Eli miro con ojitos inertes ese dibujo, lo cogió al momento en que lo vi y trato de votarlo a otro lado, había una pequeña carpeta con hojas al pie de su cama, me acerque y ella intento alejarme.

-esas no-dijo haciendo pucheros, le sonreí confianzuda.

-no creo que se nada malo-intente acercarme pero ella si interpuso.

-no-dijo con una miradita seria.

-¿Por qué?-le pregunte, no era normal que ocultara algo, los niños no tienen porque esconder nada a menos que tengan miedo.

-mi mami se va a enojar-dijo, sus ojitos seguían vacios al decir eso, para aquel momento sus ojos perdieron el brillo encantador que tenia, le apreté el hombro suavemente y dije.

-no sucederá nada, no te preocupes-ella me miro dudosa y tras una batalla de miradas me dio paso y me entrego la carpeta.

-no creo que a mi mami le guste eso…-me traía un poco intrigada, bajo su mirada y observando la puerta por si Anna venia me dedique a ver sus dibujos, en varios de ellos estaba Anna, pero no estaba contenta o sonriente, al contrario su rostro estaba pintado con crayolas de color azul que formaban las lagrimas, la gran parte de los dibujos era así.

-¿es Anna?-cuestione pensando que tal vez me equivocaba pero Eli solo asintió confirmándomelo.

-¿Por qué llora?-quise saber.

-no se…-murmuro cabizbaja-a veces la veo así…, mi mami nunca lo a notado pero…tengo miedo de que se enoje si lo sabe-me sorprendí, tan pequeña e inteligente, ¿acaso Anna era infeliz?

-¿Por qué?-Eli tomo uno de los dibujos de mi mano.

-cuando era más, MÁS chiquita siempre la veía así, lloraba mucho y hasta ahora lo hace sola  a veces en su habitación, ni siquiera mami Susan lo sabe…-eso fue un golpe bajo para mi, tal vez no todo era como me lo pintaba.

-¿ella hace feliz a tu mami?-pregunte acerca de Susan, Eli sonrió.

-si…solo que  a veces no se qué pensar-me dejo completamente con la duda, vi que quería soltar lagrimitas pero la contuve y acaricie su espalda reanimándola.

-tranquila, a veces las mamás se sienten cansadas, tal vez lloro todas esas veces por eso-le trate de calmar, asintió, tome uno de los peluches y la entretuve hasta que pudo sonreír dulcemente otra vez.

Se pudo a dibujar otras cosas al rato, parecía que quería graficar a Sami el cual había cruzado la puerta como si fuera dueño de casa, me retire dejándola ahí.

N. Anna.

Me quede apoyada a la estufa, calentaba un poco de agua para Maribel, no quería saber qué cara pondría Susan cuando le contara lo que paso, obviamente fue accidental y no podía negarme a ayudarle, si, parecía una respuesta convincente.

Sentí unos pasos tras de mí, sabía que era Maribel por lo que dije.

-Maribel…escucha, gracias por ayudar a Eli, si le hubiera pasado creo que yo…-tomaba paciencia y dejaba el orgullo para decirle esas cosas, después de todo no podía negarle la gratitud que por tercera vez le debía.

-necesito decirte algo-corto de golpe, regrese la mirada por sobre mi hombro.

-¿sí?-la tetera estaba hirviendo para ese momento.

-¿sabes que tu hija te ha visto mal y no sabe por qué?-me dejo muda con eso, ¿a qué se refería?

-no sé de  lo que me hablas-gire mi cuerpo entero para estar frente a frente con ella.

-vaya…tal vez y ni lo sentiste-dijo picando de una u otra manera mi ser, fruncí la entre ceja.

-no, realmente no lo sé-dije clara.

-Elizabeth varias veces te ha visto llorando, sola a escondidas, ¿acaso tienes problemas de pareja?- abrí los ojos sorprendida, debía ser una broma de mal gusto, yo jamás, bueno…creo que Eli nunca me ha visto de ese modo, nunca quise que se percatara de ello.

-¿de qué mierda vas?-murmure bajo, mirando por sobre ella y a los lados para ver que Eli no estuviera cerca.

-no es broma, Elizabeth me lo dijo, ni siquiera has podido ocultarte bien de ella para  no mostrarte así de vulnerable-me intimido con su mirada pero lo disimule.

-debes estar en un error-

-lo dudo, por la mirada que pusiste hace poco debo suponer que no andas bien con esa tipa-susurro por sobre mi oído, demasiado cerca para mi gusto.

-vasta, tú no eres nadie para juzgarme ni a mí ni a Susan-dije enfurecida pero tratando de controlar mi tono para que Eli no nos encontrara así discutiendo.

-sí, si-dijo con sarcasmo-aunque gracias a eso me has dado la luz verde que necesitaba para acercarme-presiono su cuerpo contra el mío sacando un sutil estremecimiento, presione mis manos en sus hombros dispuesta a empujarla alce la vista y su mirada cambio, yo solo pude sentir coraje.

En esas irises había el reflejo de…la antigua Maribel.

De aquella que, un día en misterioso silencio robo mi corazón.

N. Maribel.

-vete-me sentencio, sonríe fascinada al ver esa mirada, parecía que el cualquier momento me saltaría encima con algún zarpazo de fiera salvaje, mi mano herida la atrajo por la cintura teniéndola acorralada contra la mesa  de alado de la estufa, sus dedos presionaban mis hombros con dureza.

-te  lo dijo ahora y claro para que entiendas, te volveré a enamorar aun así se me vaya la vida en ello-jadee contra su oído, sentía que sus piernas cederían si no la sostenía,  sus ojos me miraban molestos y a punto de volverse vidriosos.

-no bromees con eso…-pronuncio ferozmente, acaricie su rostro con mi mano buena, cerro sus ojos y vi sus largas pestañas, quería agachar la mirada cosa que no le permití ni por un instante.

-créeme porque es lo que siento ahora-abrió levemente sus ojos, aproxime mi rostro al suyo, ella me miro con pánico y temor,  sus labios se entre abrían levemente, los tenía tan solo a centímetros por sobre mi…tentadores y bellos a la vista, de una textura que el cielo me concedió como regalo, sentía que sabrían mucho mejor ahora que los probaba en años.

La sujete fuerte a mí para que no huyera, aun así ella intentaba ladear su rostro, cuando noto que no había escapatoria simplemente…

N. Anna.

El ruido de la porcelana fina rompiéndose fue mi salvación, el perro al parecer hizo caer un jarrón, Eli salió de su cuarto al oír el ruido y Maribel se despejo de mi casi con la misma velocidad con la que la que se me acerco al inicio.

-¡ven Sam, nos vamos!-me quede perturbada y apoyada a la mesa, sentía mi cara arder y seguía con esos temblores por su cercanía.

El perro vino un poco asustado pensando que le reprenderían pero no fue así, Maribel le coloco el collar y salió diciendo.

-¡adiós Elizabeth!-se despidió de ella con una seña de mano  a lo que mi hija correspondió con el mismo gesto.

-¡adiós Maribel!-canto con su suave voz, cuando cerró la puerta tras de ella yo solo me desplome contra el suelo, se senté en el piso casi a punto de morirme de la vergüenza.

-¡¿mami que te pasa?!-dijo preocupada acercándose a mí.

-n-nada-

¡¿Acaso reviví a un monstruo?!

No sabía si eso era bueno, malo y cruel para mi vil existencia.

Toque mis labios inconscientemente, casi…casi…

…Nos besamos…

¡E-estúpida Maribel!

Y lo peor de esto es que…todas esas veces que Eli me ha visto llorar han sido por ella.


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