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Boda (Au). por aoi nicole

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Notas del capitulo:

un saludito rapido a Kaoripo-san, a todos los anonimos XD porfa pongan nombre :)

a pink XD te adoro jeje , a todos lo adoro.

alexhandra tambien y NightwinDx

los mejores comentario de la vez pasada fueron.

uhhhhhhhhhhhh no ya aparecio la manzana de la discordia D:!!1

ufff.!! verdades expuestas de esa forma.. vaya a cualquera lo dejan parado sin saber que hacer..

Oye vamos no me saldrás con que Anna esta embarazada de Susan... ya que en ese momento si que la completamos .xD y las cosas se van peor que cuesta arriba... ya se complicarian mucho las cosas..!!  =/

yo: jaja ni se la esperan jaja XD

porque tenia que aparecer Kay la chica me caia bien pero ahora creo que sera un dolor de cabeza, esa confesion por parte de maribel me hizo estremecer, pobres...

No se como le haces pero tu fic me llena de muchos sentimientos, es icreible como logras que me conecte con todos los personajes.

yo: gracias :)

No puedes monopolizar el amor de Anna, Marible, te entiendo pero creo que si le dieran un poquito de espacio tal vez ella no huiria tanto.

chauu espero q les guste XD y mañana ya entro al colegio, deseenme suerte y porfa no me mante por ser lerda.

Maribel: la madre de las lentas, ¡te demoras años escribiendo pendeja!

yo: ¡mas respeto que si me da el bendito antojo hago q esto termine en un Susan x Anna!

Anna: no te atreverias...-se muestra nerviosa

Yo: ¿quien sabe?, capaz y le doy gusto a alguien jajaja (insertar risa malefica)

adios¡

la cancion que use fue: Sin Ti - Samo

http://www.youtube.com/watch?v=R_A-OTxMrD0

 

 

N. Maribel.

No…no, ¡maldita sea!, ¿acaso era el día de joderme la vida?, voltee el rostro notando la presencia de Kay atrás de nosotras, palidecí y por inercia me puse enfrente de Anna para que Kay no la viera, la más joven me miro con cierto cariño impregnado en los ojos, suspire de medio lado al notar ese detalle.

-¿Q-que haces aquí?-susurre en un gruñido de rabia, me sentía inútil, estúpida por no poder manejar la situación a mi bendito antojo, todo se había ido por la borda y yo no lo podría controlar.

-un pajarito me dijo que vendrías…, quería darte una sorpresa-la mano de kay acaricio con cuidado mi rostro mientras ella se apegaba a mí y en un intento inútil trato de rozar sus labios con los míos.

¿Alguien…? ¿Alguien le dijo?

No, la única persona que se me venía a la mente era…era.

¿Vanesa?

Logre apartarla pero eso no evito captar la mirada de Anna que parecía sorprendida ante nuestras acciones.

Eso no era nada bueno, su expresión no me decía absolutamente nada y de ese modo no podía leer sus expresiones, estaba en blanco.

N. Anna.

¿Amarme?

Esas palabras son muy lejanas a lo que tú haces, quería llorar y gritar de rabia con lo que presenciaron mis ojos pero me negué a hacerlo, no le daría el gusto a Maribel de verme así.

Fui por ti un ave que no se atrevió a volar
creí en ti y así me fui olvidando de mi
viví muriendo por estar siguiéndote a ti
y a tus sueños.

-veo que estoy interrumpiendo…me retiro-murmure clara y firme, ya había tenido suficiente con todo ese show, me había cansado y los años en si no ayudaban en nada con mi condición mental, pase junto a ellas sin alzar el rostro para notar completamente  a la chica que estaba frente a Maribel, me sentía tan confundida y herida, siempre lo mismo, siempre una distracción y un maldito títere para Maribel, ella solo me quería cuando me necesitaba, eso era todo, nadie podía negar eso con sus actos. Solo su juego, lo bueno era que me había abnegado a ese papel desde el día que entre a la empresa y lo malo era que, no podía evitarme sentir contraria por los recuerdos, por la culpa, por el dolor.

-¡oye!-sentí el agarre de mi mano contra otra, no era de Maribel…

-¿…eh…?-

N. kay.

Sonreí de lado al observar por fin el rostro de aquella mujer, aquella que había herido por tanto tiempo a Maribel, a Mi Maribel, sus ojos me observaron por unos segundos a lo cual yo hice lo mismo, se veía pálida y tal parecía  ser que estaba a punto de llorar, que patética.

-supongo que eres Anna, la amiga de Maribel así que…, quería agradecerte por cuidar a mi novia-

N. Anna.

Ella, ella…¿Quién demonios es?, parpadee completamente estupefacta, ¿sabía mi nombre?, Maribel..., ¿acaso estaba jugando de nuevo? parecía tener un espejo frente a mí, la única diferencia en aquel segundo fue que esa mujer era notablemente más joven que yo, sentía un picor en mis ojos simplemente horrible, algo cálido caía por uno de ellos  y no quería saber con exactitud que era.

¿…lagrima…?

Hoy ya sé que tus mentiras fueron mi realidad
ya que tu solo amabas tu vanidad
ya ves no fue mi culpa solo fueron tus miedos.

Su sonrisa socarrona me daba asco, aquella mocosa quería parecer superior a mí.

-de nada, procura tenerla atada a ti-la mire con arrogancia mal fingida, el aire que nos rodeaba era extremadamente pesado, todo estaba cargado de una energía  fría y mal sana a mi parecer, ¿Por qué me sentía de aquel modo?, débil, frágil…yo no soy así, yo no…

Me solté de su agarre con brusquedad, y mire de reojo a Maribel que parecía no reaccionar.

-cuídala bien-sonreí cálidamente a ambas dejándolas mudas en el acto, me gire con rapidez y Salí de aquel lugar, un segundo mas y hubiera hecho cualquier cosa…

Cuando estuve suficientemente lejos deje escapar un entre cortado sollozo.

-eres una estúpida Maribel-mis dientes castañeaban por el frio que me comenzaba  a recorrer, alce levemente la vista y volvía a sentir aquel cálido y suave liquido que recorría el borde de mis ojos.

Me voy porque contigo piso en falso una vez más
me voy porque el silencio pesa más que tu verdad
me voy sin miedo a equivocarme
hoy pongo fin a lo que nunca empezó

N. Maribel.

-por lo visto ya se fue-sonrió triunfal ante mi Kay, temblé internamente, vi a Anna irse, decidí dejarla ir pues sabía que de momento no era prudente hablarle, cuando ella ya se retiro solo pude descontrolarme, regrese a ver a kay y  la tome del brazo, le  pegue una fuerte cachetada, ¡¡¿¿Cómo rayos se atrevía??!!

Todo lo que dije, todo lo que hice, ¡no sirvió para nada!

No pude probarle nada a Anna con todo esto, ¡solo la estoy decepcionando de mí!

Solo la estoy alejando, otra vez, otra vez no, ya no podría soportarlo.

Ya no quiero que siga huyendo de mí, no quiero volver a ver sus ojos de aquella manera, no quiero herirla.

¡Ya no me quiero sentir culpable por esto!

-¡¡ que mierda te sucede!!-la empuje contra el auto haciendo que  reaccionara temblorosa.

Me miro completamente confundida, fruncí mi entre ceja mientras la miraba enrabietada.

N. Susan.

Aparte mi vista levemente del televisor, el sonido del celular me distrajo, me levante con sumo cuidado para no despertar a Eli que dormía a mi costado, acurrucada, acaricie con cariño sus hebras antes de contestar el teléfono.

-¿buenas noches?-

-Susan…-¿Anna?, me dirigí a la habitación para escucharla más atentamente.

-¿Cómo estás?, ¿sucedió algo?-murmure con preocupación al oír su tono de voz.

-no…solo, por favor ¿puedes venir a recogerme?-

-claro, por supuesto, ¿Dónde estás?-

-en la plazoleta de la Orozco y Argentinos-me apresure a tomar mis cosas-llego en cinco minutos, espérame ahí-corte la llamada con rapidez.

¿Qué había sucedido?, su voz parecía completamente apagada, pocas veces la había escuchado así y eso no significaba nada bueno, me recordaba terriblemente a las noches en la que la observaba llorando en silencio, me sentía tan ofuscada en ese tiempo, sin poder ayudarla, sin poder calmar ni un poco su pesar, maldición seguramente algo había sucedido, ya suponía de que se debía tratar, apreté mis puños levemente, esa rabia no se iría ni ahora ni nunca, mucho menos el coraje y los celos que en ese instante surgían.

Apreté la mandíbula y me destense al pasar junto a la sala, Eli seguía dormida, le cubrí completamente con las mantas que había a un lado, quite los cabellos que se cruzaban en su rostro de manera juguetona y apoye su cabecita en una de las almohadas.

Deje una nota sobre la mesa, no me tardaría mucho tiempo en traer a Anna, pese a eso debía informarle a Eli de mi partida por si despertaba.

Era una niña lista así que no haría atrocidades por irme unos segundos, bese su mejilla y oí su suave y acompasado respirar.

Ya era momento de irme, deje la nota a un lado para que la viera y Salí asegurando las puertas.

Me pegunto que abra sucedido, empecé a caminar para las afueras del departamento.

N. Anna.

Me apoye contra una silla que había en la plazoleta, no dude en limpiarme los ojos con rapidez antes de que alguien notara mi estado, llorar, llorar, no valía la pena si lo hacía por alguien como Maribel.

-supongo que eres Anna, la amiga de Maribel así que…, quería agradecerte por cuidar a mi novia-

Sin ti la vida duele menos
sin ti camino por el cielo
y así soy todo lo que quiero
tengo un mundo tan perfecto sin ti.

¿Novia?, ¿Novia…?

¡Maldita sea Maribel no juegues así conmigo!

Me hervía la sangre de solo recordarlo, su sonrisa, ¡su maldita sonrisa de superioridad!

Mis dedos se apretaron a la silla, las sienes se me hinchaban de solo tener su rostro en mi mente.

Y Maribel, Maribel ni siquiera se atrevía a desmentirla, ¡me engaño joder!

Siempre hace lo mismo, como si poco o nada le importara lo que siento o pienso, nunca intento hacer absolutamente nada por nosotras y ahora de la nada sale con su cuentecito de…

Te amo, eres el amor de mi vida y bla…bla…bla.

¡Como si no tuviera suficiente con verla seguido y sentir que me puedo morir frente a ella!

¡Por la culpa, por el dolor, por su maldito recuerdo…!

¡Nunca me la saque de la mente!

Ni antes ni después de tener a mi hija.

…nuestra hija…

Y de rememorarlo con sus ojos, con su presencia, era insoportable, cometí el peor error de mi vida al amararla.

Si Susan nunca hubiera estado allí, si yo no hubiera podido sostener a mi hija…ya no se que hubiera ocurrido conmigo.

Lo poco o nada estable que estaba empezando a ser era solamente su culpa.

¿Acaso no se daba cuenta de cuánta rabia me producía sus palabras?

Decir que me ama en estas circunstancias, en este tiempo, de este modo…duele, duele como si me desgarraran el pecho otra vez, como cuando jugo conmigo y yo…y yo de ingenua creí en sus besos, en sus caricias, en su falso amor.

Mis labios se humedecían un poco, otra vez sentía aquel cálido líquido sobre mis ojos, me los restregué para borrar todo indicio de lágrimas.

¿Por qué me dolía?

¿Por qué no pude aguantar oír esas palabras?

Fui tan tonta al creer que con el tiempo podría borrarla.

Mi constante delirio, mi constante tortura…y no solo era eso aquello que me mantenía inquietada, Eli, mi Eli.

Apenas hace un par de días había tenido nuevamente los episodios de pesadillas continuos, siempre los mismos.

Causados por la culpa, causados por la horrible mentira que debía cargar a cuestas.

 

En aquella blanca habitación, dormía tan tranquilamente, me sentía en paz…el viento leve que cruzaba por la ventana me hizo abrir con lentitud los ojos.

Suavemente, muy suavemente…permanece a mi lado, como si nunca nos hubiéramos dañado, como si siempre fuera amor…

-¿M-Maribel?-murmuro adormecida, casi sobresaltándome la mire, ella acaricio con cuidado mi cuerpo mientras me atraía hacia ella, acurruque la cabeza contra la curva de su cuello, ese tenue aroma…que acariciaba mi nariz, casi como vainilla, apreté con cuidado mis manos a sus costados, no recordaba nada…su presencia me hacia borrar  todo…

-mnn…Anna-murmuro sobre mi oído, respire sobre su cuello mientras levantaba con cuidado la mirada.

-¿sí?-

-¿me amas?-

-Maribel…yo…-estas palabras que traspasan mi pecho, mi alma…que me hacen despertar por ti, que cada latido tiene tu presencia impregnado en mi corazón, ¿en qué momento te convertiste en mi sueño?, sonreí cariñosamente mientras escuchaba con cuidado los latidos de tu corazón, ahí, junto a mi…sintiéndote tan cercana, con esa dulzura en tu voz que me hacia sonreír.

-no lo dudes, tonta-

-jaj aj, ¿tonta?, ven acá mi amor…-ese suave tacto que rozaba mi cara, sus dedos que recorrían con cuidado mis labios.

Sentía como con cuidado se posicionaba sobre mí, acaricie con cuidado sus brazos mientras esa hermosa cascada de cabello nos cubría por completo la vista.

-…repítelo…-rozaba su nariz contra la mía, cerré levemente los ojos.

-¿tonta?-sonreí con burla a lo que ella hizo un puchero.

-¡no!, lo otro…Anna-esa luz que emana de su mirada, tan clara, como un cielo lleno de paz, de tranquilidad, brillante y lleno de fé, levanto apenas un poco el rostro.

Un tenue sonrojo cubre las mejillas de Maribel…dulce, eso es lo que siempre vi en ti.

-te amo-

Eres un suspiro más que a mi vida ya llego, cálido, suave, déjame seguir tu ritmo, déjame luchar por ti, déjame ser aquella por la que sonrías, mírame…Amor.

No te dejare ir…siempre te amare…siempre.

Sin ti ahora soy tan libre
sin ti ya nada es imposible
y aquí el tiempo ya no vuelve
y aunque a ti te duele que yo sea feliz
ya estas lejos de mi.

Al abrir con cuidado mis ojos…ella no estaba, me sobresalte en mi puesto, seguía en la misma habitación, suspire de lado sin verla, mi corazón se acelero levemente, con preocupación, con angustia.

-¿Maribel?-cuestiono a la nada sintiéndome impaciente.

…y sin respuesta…

Perdida me siento.

-¡¡¿Maribel?!!-salgo de aquel lugar disparatada, abro tantas puertas, corro tan lejos que no te encuentro.

No te alcanzo.

Y el grito de un bebé…el grito de…

Una puerta se abre ante mí, de un oscuro casi pleno y un reflejo que conozco a la perfección.

-¿M…Maribel?-la voz temblorosa, la mente clara apenas unos segundos, la cruda realidad que sacude mis sueños, mi pasado y mi presente.

Todo fragmentándose como un cristal, que se rompe ante mí, sin protección, frágil…débil.

-¿Hay algo que me tengas que decir…que yo no sepa…? Anna-tu mirada, tus ojos que solo se disuelven entre las sombras, llenos de furia…de asco.

En ellos solo puedo ver culpabilidad.

-Suéltala-

Lo único que en ese momento me llena la mente es el débil respirar de la bebé, ese llantito que suelta…no es bueno.

-¡¡¿crees que te la daría?!!, ¡Maldita sea Anna! ¿Por qué?....¡¡¿Por qué nunca lo dijiste?!!-

-¡¡¡NUESTRA HIJA, MI HIJA!!!-tus gritos, esa carga de sentimientos en tu voz.

Miedo, miedo.

Me siento en el precipicio siempre que pienso en eso, siempre que siento la culpabilidad, aquellas palabras que queman por salir, que gritan por decir lo que engaño, lo que callo, y cuantas beses quise hacerlo y al mismo tiempo veía tú…felicidad.

Tengo miedo de perderla…Maribel yo.

-¡¡¡por favor  ya no me mires de ese modo!!!-grite tan fuerte.

Y mis ojos siempre se abrían de golpe, siempre con el mismo sueño y la misma pesadilla, las mimas palabras tantas veces que podría recitarlas, el sudor a perlado y la respiración exaltada que delataban mi estado…

Tantas veces sintiéndome así, lo peor de todo el mundo por no decírtelo, por no atreverme a confesarte sobre ella y aun así pude aguantar tanto tiempo callando.

Callando y lamentándome en silencio.

Viendo en aquellos ojitos mi error, el gran error de mi vida fue nunca decirte, ¿y si poco te importaba su presencia?...y…¿si nunca la aceptabas como nuestra?

Yo sabía cómo eras…yo sabía el maldito miedo que le tenias a la gente, a la idiotez del que dirán, y tantas veces culpándome de ello, me harte, me harte de creer que fue un error amarte, ya nunca lo haría porque me diste a la luz que necesitaba, la única que podía hacerme seguir.

Elizabeth.

Tú te ves en un espejo y se convierte en papel
no hay más que un corazón vacío
pido piedad por ti
que no mereces nada de lo que yo te di.

-¡¡¡Wuuuaahh…bu..bung..u!!!-

-¡¿Elizabeth?!-me quite con rapidez las cobijas y corría a su pequeña cuna.

-¡¡mi amor!!-la saque con cuidado de la cuna, sosteniendo su cabecita, hacia un suave puchero con los labios, sus ojitos estaban completamente rojos y respiraba débilmente, apoye su cabecita en mi hombro dándole suaves palmaditas, acariciaba su espaldita haciendo que soltara varios suspiros y respirara más calmada, sollozaba contra mi hombro, acaricie su cabecita, la oscuridad aun reinaba en la habitación, llovía por fuera de la ventana, varios truenos cruzaron casi cerca de está, el llanto de Eli se hacía más fuerte,  prendí con cuidado la lámpara que había cerca de la cuna, me acomode en la cama sosteniéndola firmemente, bese su cabecita mientras sus deditos se hacían puños, la observaba con cuidado, la coloque cerca de mi pecho, le doy de lactar, su ojitos se distraen observando la cálida luz de la lámpara hasta adormecerla.

Sonrió apenas, era tan pequeña.

*

-tú eres una bebé inocente…te voy a querer mucho…te lo prometo, te cuidare por ella y por mi…-

*

Me voy porque contigo piso en falso una vez más
me voy porque el silencio pesa más que tu verdad
me voy sin miedo a equivocarme
hoy pongo fin a lo que nunca empezó.

-¡C-con cuidado!-siento pánico en ese momento.

Susan sostiene a Eli de un extremo cercano, está aprendiendo a caminar, me siento entusiasmada y a la vez atemorizada, no quiero que se caiga, Susan me dirige una mirada tranquilizadora…pese a eso no puedo evitar mostrarle una sonrisa llena de nerviosismo.

-…Ven Eli…-extiendo mis brazos, mi pequeña se tambalea un poco entre los brazos de Susan que la suelta poco a poco…mientras ella empieza a dar sus primeros pasos.

Mis promesas no fueron en vano, eres lo que me da valor Elizabeth.

Empieza primero moviendo su cuerpito, se inclina levemente hacia adelante y luego hacia atrás.

-¡tú puedes!-animo riendo, al ver como su ojitos miran con cierto deje de curiosidad el piso, paso tras paso…siento que…estoy logrando tu parte y la mía, Maribel.

Está a punto de caer pero…sigue caminando, lenta pero de una manera segura.

Casi en lo últimos pasos se cae, me sobresalto dispuesta a levantarla pero Susan me detiene, la miro confusa y hasta cierto modo molesta cuando escucho los sollozos de Eli.

-ella tiene que aprender a levantarse Anna…mírala- se pone a mi lado extendiendo los brazos, Eli nos mira, sus ojitos se cubren casi por completo de lagrimas, pone sus manitas en el piso, de inicio se arrodilla y empieza ella solita a levantar su cuerpito hasta ponerse por completo de pie, sola, lo logro.

Miro perpleja a Susan que sigue posando sus ojos de manera materna en Elizabeth.

Sonrió.

Empieza de nuevo, hasta que por fin logra estar a nuestro lado, Susan me mira, cargo a Eli feliz viendo como sus labiecitos se curvan felices.

-lo lograste mi amor-la abrazo contra mi pecho, fuerte muy fuerte.

*

-tú eres una bebé inocente…te voy a querer mucho…te lo prometo, te cuidare por ella y por mi…-

*

Sin ti la vida duele menos
sin ti camino por el cielo
y así soy todo lo que quiero
tengo un mundo tan perfecto sin ti.

-intenta decir…m-a-m-á…-Eli ladeo el rostro sin entender ni una palabra, Susan suspiro rendida a mis pies, estaba sentada en la alfombra de la sala, reí ante su acción.

-dámela…-extendí mis brazos, Susan me paso  a Eli, la acomode a mi lado junto al sofá, me observo detenidamente, su ojitos claros parecían decirme algo.

-no creo que quiera aprender a hablar-casi intuyo Susan, negó con la cabeza.

-creo que es cuestión de tiempo, ella hablara cuando se sienta preparada…solo tenemos que tenerle paciencia, verdad ¿Eli?-roce juguetonamente su nariz y la mía.

Ella balbuceo apenas cerrando sus ojitos en ese acto, al dejar la caricia a un lado ella siguió observándome.

-llevémosla a dormir, ya es tarde-anuncio Susan, asentí cargándola.

Arrope a Eli, Susan se fue a cambiar del mismo modo a nuestro cuarto.

Cuando Eli ya estaba acurrucada en su cuna sentí su suave agarre en mi blusa, ladee el rostro.

-¿pasa algo?-la mire atenta.

-mng…man..mamá..-esas  tiernas palabras.

-¡¡Susan trae la cámara!!-

*

-tú eres una bebé inocente…te voy a querer mucho…te lo prometo, te cuidare por ella y por mi…-

*

Sin ti ahora soy tan libre
sin ti ya nada es imposible
y aquí el tiempo ya no vuelve
y aunque a ti te duele que yo sea feliz
ya estas lejos de mi.

 

-¡¡feliz cumpleaños, Elizabeth!!-las risitas de mi pequeña son la alegría más grande que tengo.

Como quisiera que estuvieras aquí, Maribel, como quisiera que vieras la sonrisa que ahora yo veo.

-¡¡Te quiero Mami!!-se abalanzaba feliz a nuestro lado, acariciaba su cabecita mientras le mostraba el presente que tenía en las manos

-¡ya tienes 3 años!, ¿algún deseo Eli?-murmuro Susan cerca de la mejilla de mi pequeña mientras ponía frente suyo un pequeño pastel de chocolate, se veía delicioso.

Las velitas estaban encendidas.

-nm…-nos miro pensativa por unos segundos a ambas.

-¿ya lo pediste?-cuestione observando su mirada iluminada.

-¡sip!-soplo rápidamente, ambas sonreímos.

-¿Cuál fue tu deseo…?-quiso indagar Susan, le codee sutilmente.

-eso no se pregunta Susan-dije.

-vale, vale…solo tenía un poquito de curiosidad-coloco algunas servilletas en la mesilla que había enfrente del sofá, Eli la miro por unos segundos y contesto alegre.

-¡quiero que mis mamis siempre se quieran y me quieran!-canto casi a lo último de su voz…

Mis mejillas se sonrosaron al igual que las de Susan.

-Cariño…-Susan se le acerco-te prometo que se cumplirá-dijo, ayudo a Eli a ponerse la pulsera de plata que le compramos, me quede callada por unos instantes.

Ese es su deseo.

¿Y el nuestro?

-¡¡también quiero una hermanita!!-palidecí de golpe casi haciendo caer los platos que tenía en las manos.

- aha haha…solo si tu mamá quiere-dijo con voz incitante Susan soltando una que otra carcajada.

-¡hermanita mami, quiero una hermanita!-exigía haciendo gestos, Susan miro esa acción de un modo divertido.

¿No prefieres una muñeca?, suplique internamente.

*

-tú eres una bebé inocente…te voy a querer mucho…te lo prometo, te cuidare por ella y por mi…-

*

Sin ti la vida duele menos
sin ti camino por el cielo
y así soy todo lo que quiero
tengo un mundo tan perfecto sin ti.

-Anna…tomate un descanso, yo cuidare a Elizabeth-había caído un invierno fuerte en argentina, a Eli se le había pegado una tremenda grite y yo solo podía mantenerme al pie de su cama cuidándola.

-Pero, tiene que tomar su medicamento y aparte…-iba diciendo casi dormida, me sentía cansada, me había quedado  alado de ella toda la noche.

-uff…está bien, te puedes quedar aquí pero por lo menos come algo…-me sugirió poniendo su mano en mi hombro.

Asentí sin remedio pero antes de salir volví a cambiar el paño que estaba sobre la cabeza de Eli, su fiebre no bajaba y estaba sumamente mal, temblaba continuamente a pesar de que su piel ardía al contacto, tocia a veces estrepitosamente y no quería probar bocado, decía que la garanta le ardía mucho al pasar saliva y eso solo me hacía sentir más inquietada.

-Anna-sentí la mano de Susan sobre la mía-¿sí?-

-estará bien, confía en mí-asentí con la cabeza-tengo a una medico en mi casa, no dudare Susan-la bese rápidamente en la boca y fui a comer y preparar algo para Eli, cálido, suave, tal vez una sopa de pollo.

Y en todo ese tiempo pude seguir.

Por cuidarla, por darle lo mejor de mí, Maribel.

-si logre todo eso…¿Por qué me siento de este modo?-mis manos tiemblan al soplar de ese helado viento,  mostrando ante mi ese dolor…tan incrustado, como si aquella herida volviese a escocer.

Una y otra vez, cuando vi a esa chica…yo, ¿acaso…?

¿Acaso fue eso?

Dolor.

Como si viera a Allen en un reflejo.

¿Celos?

-…no…-negó rotunda, tratando de evaporar esos pensamientos.

N. Maribel.

-vamos…cálmate no es para tanto…-

-bájate…-gruñí entre dientes abriendo la puerta del auto, nos encontrábamos en una parte alejada de la ciudad por donde se divisaban un pequeño conjunto de casas muy bien alumbradas.

-podemos hablarlo-deslizo su mano por mi pierna, le regrese la mirada y sonreí.

-vete al infierno-escupí las palabras cruentamente.

-¡contigo por supuesto!-se me burlo campal, la empuje contra el respaldo de la silla.

-¡escúchame bien! por tu maldita culpa le estoy fallando a ella, no la voy a perder nunca más, ni por ti…ni por nadie, ¡métetelo en la cabeza!-sus ojos se volvieron vidriosos, se dio vuelta y cuando menos me lo espere…

-Maribel, ella se fue…te dejo, acéptalo, ya no hay nada que puedas recuperar…-

-¡ni siquiera sabes que sucedió!-¡¿Por qué?! ¿Por qué todos me juzgan de ese modo sin siquiera saber lo que  siento?

-bien, puede que no lo sepa pero…ella ha sido un real estorbo en tu vida-volteo la vista-y…otra cosa más-en un veloz movimiento me apreso contra el volante, sus manos apretaban mis muñecas mientras sentía su agitado respirar en mi cuello, tibio, me moví con fuerza sin lograr nada más que terminar mas apegadas.

-¡¡¿Qué demonio…?!! ¡mnng…a!-estos labios no, ¡no!-¡suéltame!-

-yo también estoy dispuesta a todo por ti, métetelo en la cabeza-soltó su risilla cerca de mi oído, me mordí el labio mientras la empujaba  lejos de mi.

-¡¡¡te dije que no, no puedo amarte!!!-

N. Susan.

-¿no me dirás nada?-cuestione bajo.

-no paso nada…solo hice mi presentación aunque seguramente tendré que repetirla, hay otro cliente interesado-

Decidí ignorar ese tema, al parecer por su mirada no quería hablar.

-Creí que saldrías más tarde-negó con un ligero movimiento de cabeza.

-pensé igual  ¿y Eli?-

-está dormida, deje asegurando el departamento, no sucederá nada-asegure.

-lo sé-íbamos paso a paso, una junta a la otra aun así no me atrevo a entrelazar su mano con la mía, sé que no se siente bien, puedo leer sus expresiones mejor que nadie y eso me exaspera, en otro paso solo deslizo mi mano en un tímido roce, solo quiero que sienta que estoy aquí, con ella, por ella.

No despejo la vista del piso, veo a mis propios pies moverse, respiro trabajosamente, últimamente eh estado un poco más enferma de lo habitual aun así no quiero preocupar a Anna ni a nuestra pequeña.

Doy un suspiro audible y  un ligero temblor me recorre al sentir la  mano de Anna con la mía, unidas, con nuestros dedos entrelazados, sonrió bajo la bufanda apretando sus dedos.

-estás un poco fría-menciono.

-por eso tú eres cálida-responde con sencillez, asiento en silencio.

N. Anna.

El paso de los días se hace presente, Maribel ni siquiera me ha llamado a su despacho algo que agradezco grandemente…desde el día que la vi con esa chica no ah querido hablarme, de momento es lo mejor, mantener distancia.

Camine hacia mi oficina, en último minuto tuve que compartirla con otra secretaria, Casandra, ella ya estaba allí, la salude con una sonrisa a lo que ella hizo lo mismo.

-Buenos días-se levanto entusiasmada a mi lado.

-Buenas-acomode las carpetas, observe por el rabillo del ojo un arreglo floral colocado a los pies del escritorio.

-¿adivina de quién es?-ladee el rostro y le dedique una media sonrisa.

-no lo sé, ¿algún admirador tuyo?-divague sin mucho interés.

-¡no!-enrojeció completamente hasta las orejas-míralo tú mismo…Anna-sugirió alcanzándome el arreglo.

Mire con cuidado las flores, mis ojos se abrieron grandemente en shock, solo una vez había visto esas flores, mis mejillas con suavidad se sonrosaron y mi corazón salto repentinamente en mi pecho casi dolorosamente, ¿acaso no eran…?

-Primaveras, flores de felicidad, de amor…no sé quién te las envió pero solo dejaron esto-me mostro una pequeña tarjetita la cual tome con cuidado.

-Perdóname-

De un hermoso color dorado y aroma perfumado, cayendo sobre nuestras cabezas con el tibio viento, hermosas, perfectas, llenas de luz, como tu…

-Maribel-murmure soltando la tarjeta.

Sin ti ahora soy tan libre
sin ti ya nada es imposible
y aquí el tiempo ya no vuelve
y aunque a ti te duele que yo sea feliz
ya estas lejos de mi.

 


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