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Boda (Au). por aoi nicole

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Notas del capitulo:

hola¡¡ un saludo a todas mis fans¡¡ si el cap no es de su agrado me avisan...no me quede tan conforme con este cap...bueno, gracias por todo su apoyo, espero comentarios y un like a mi pagina de face.

adivinen que?? Anna tal vez este embarazada ewe

Maribel: ¡¡¡te matare!!-tratar de matar a al escritora (?)

Anna; ¡¡no me jodas asi Nicol!!

AOI NICOLE: no me odies D: Anna¡¡

Maribel: dejame y la destripo¡¡-(pose asesina)

Anna:...mejor dejala...tal vez y es una broma...-mirarla cruelmente.

y noticia importante¡¡  cumplo 16,  el 24  de octubre deseenme feliz cumple ( emocionada)

tambien que el primer fic de boda sera completamente cambiado, lo iniciare en cero, fue mi primer fic largo asi q lo reconstruire, más detallado , mas todo, intenso nee~~ espero sus comentarios :)

N. Maribel.

Esa piel…de suave textura y dulce sabor, mientras las caricias le recorrían con sumo amor, con deseo y pasión.

-¡ahn!..ah…Maribel..-esa voz, con su nombre grabado en el, con entrega, con toda esa devoción que esperaba de la pelinegra, el suave arqueo de su espalda que le delataba en los temblores y susurro de sus nombres jadeantes.

-Anna-y apreso esa boca robándole el aliento mientras sus manos se reafirmaban sobre ese exquisito cuerpo, delineando cada curva de ella, haciéndola temblar contra sí.

-¡ah..!-probando de sus labios, saboreándolos con la lengua, húmedos, mientras sus dedos acariciaban la intimidad de la otra que ladeaba el rostro ruborizaba, cubriendo sus ojos para que no pudiera verla con su ante brazo…mientras sollozaba con debilidad.

Y la necesidad de lamer y chupar esos rozados e hinchados pezones, de hacer que la contraria gimiera extasiada su nombre.

-mírame…mírame- gimió con desespero apartando la mano de la contraria, quería ver esos ojos, quería ver esas irises oscuras como la noche para poder perderse completamente en ellas

-Maribel-su Anna, su hermosa pelinegra…junto sus manos con las de Anna, enredo sus dedos con calidez para apretarlos.

Sus ojos se cruzaron casi con temor, una sonrisa hiriente se formo en sus labios.

-te necesito Anna, te amo-

-s-suéltame…-

-no…te lo dije, ¡no te dejare ir de nuevo!-le rodeo el cuerpo con las manos y cambio de posición, sujeto las caderas de la menor mientras se sentaba al borde de la cama, Anna tuvo que estremecerse y aferrarse a su cuello, el aroma, ese aroma tan embriagador que solo le excitaba, acaricio esa espalda mientras bajaba más…, beso la curva de su cuello y casi podía sentir el sudor impregnándose en su piel.

-Anna…Anna…-sus manos acariciaron y separaron sus nalgas, rozando con la punta de los dedos esa húmeda y estrecha cavidad.

-por…favor…p..para-

-no…no quiero hacerlo-atrapo esa boca mientras levantaba tan solo un poco el rostro, sujeto de los hombros a la contraria para poder degustar esa boca con más intensidad, esa húmeda lengua que se rozaba con la suya, casi peleando…sujeto las manos de Anna para que no huyera, se separo del beso aun jadeante para luego bajar más, rozar sus labios con esos delicados senos, haciendo sonrosar a Anna que gemía más…y mientras sus dedos se adentraban con cuidado en esa cavidad.

-¡Ah..Maribel..no…! ¡mhm..!-delineo su cuerpo un poco más al de la contraria mientras sus senos se tocaban casi con incesante demanda, sus dedos se adentraban más en su interior, sumamente cálido y estrecho…el liquido se su pasión se desbordaba por entre sus piernas y sin contarlo vio como Anna se empezaba a mover contra sus dedos, arqueando su espalda, formando una hermosa curva, su rostro sonrojado mirando a Maribel mientras que por la comisura de sus labios escurría un poco de saliva, Maribel sonrió levemente, ver esos ojos levemente rojos, entre cerrados, vidriosos, hermosos, y el suave movimiento de sus senos a cada respirar.

-M…Maribel…-con la piel a perlada.

Y esa mirada que a más de dedicar dolor mostraba ansiedad por un amor que quería regresar.

 -¡Maribel! ¡ah…!-abriendo un poco más sus piernas para que pudiera contemplarle enteramente, bella.

-¡¡¡…!!!-sus ojos se abrieron con fuerza al sentir el aire gélido de la ducha,  y como el sonido de las gotas cayendo sobre su piel era lo único que le hacía ver su realidad.

Solo había sido un sueño, otro maldito sueño que le quitaba la tranquilidad de las noches.

Las piernas aun le temblaban por lo que tuvo que hacer…, no quería ni recordar lo vergonzoso que había sido despertar casi en mares de sudor mientras gemía el nombre Anna, volvió a cerrar sus ojos pero la incesante imagen de la peli negra no se salía de su cabeza, cada muestra de debilidad en su sueño significaban todo lo que deseaba de Anna, sus bajos instintos la hicieron auto complacerse, algo realmente humillante en su posición.

Sin siquiera una oportunidad de tenerla, de poseerla…en cuerpo, en alma.

Sus ojos ardían ante el leve recuerdo, hasta en sus sueños Anna la rechazaba, hasta en ellos sus ojos mostraban dolencia, amargura.

Pero no se permitió llorar, no podía, no lo haría, apretó los puños sintiendo el frio en sus costados, en su espalda, solo era cuestión de tiempo, solo tenía que aprender a recuperar a Anna.

N. Anna.

-¿Qué harás con ellas?-dijo su compañera viendo las flores.

-…-suspiro de medio lado, observo las flores,  eran realmente hermosas, sería una pena que se marchitaran si es que no les tenía el cuidado suficiente, no las quería llevar a casa, era obvio que Susan se preguntaría de donde provinieron.

-las dejare aquí y les regare un poco de agua en la mañana-sonreí mientras me paraba y desconectaba la computadora, ya era mi hora de salida.

-son muy bonitas-murmuro acariciando con los dedos una de las flores.

-si-asentí un poco nostálgica-bueno, si me disculpas me retiro-Casandra  regreso la mirada hacia mi puesto.

-¿ya te vas?-miro el reloj, aun faltaba un poco de tiempo.

-Sí, acabe con todo lo que tenía que hacer y bueno…-dude en decir- Maribel me dio permiso-finalice la frase.

-¡¿en serio?!-grito y casi brinco de su puesto, levante una ceja sin entender por completo su actitud.

-¿pasa algo malo?-dije claramente confundida, guardando una que otra carpeta en mi bolso.

-¡Sí! ¡Por supuesto que sí!, la señorita Serrat no suele dar ese tipo de privilegios a muchos…-aclaro tratando de mantener la compostura.

Me quede un poco pasmada por eso, ¿era verdad?, la mire interrogante a lo que ella simplemente afirmo con un movimiento de la cabeza.

-no lo suele hacer con muchos Anna, creo que le agradas-sonrió-¡tienes mucha suerte!-alago.

Enrojecí levemente viendo de reojo las flores, si…eso era seguro, Maribel, ¿Por qué me haces recordarte de este modo?, con estos recuerdos que son como miel para mi boca.

Guarde todo en silencio mientras esquivaba la mirada una tanta inquisidora de mi compañera.

-Bueno, nos vemos mañana, ¡adiós!-Salí ocultando mi rostro aun rojo, mi corazón palpitaba con fuerza.

¿Soy privilegiada a tu lado…Maribel?

Mis pasos se hicieron un poco más sonoros por el pasillo, de pronto un ligero temblor me sacudió de pies a cabeza, sentía un vaivén de mi cabeza,  era un mareo, por mucho que me lamentara era el tercero que tenía en el día, me apoye dificultosamente en la pared casi tropezando.

Los sonidos se me hicieron peculiarmente fuertes, jadee casi sofocada, los ojos se me entrecerraban con fuerza.

-¡¡Anna!!-y la oscuridad cubrió a mí.

La voz lejana de mis compañeros fue lo poco que escuche antes de caer en la inconsciencia.

N. Maribel.

Me pregunto…si las flores ya le abran llegado, pensé un tanto distraída, viendo de reojo mi móvil, la imagen de un árbol primavera estaba en ella, suspire de lado para luego darle un sorbo a mi chocolate con canela, ese día estaba un poco frio.

El ruido de la campanilla sonando delato a la persona que acababa de entrar.

Mire por el rabillo del ojo y sonreí-Hola Alein-salude, ella me miro y sonreí de igual modo.

-¡no nos hemos visto en mucho..!-casi se abalanzo para estrecharme en un fuerte abrazo.

-si…tienes razón-le acaricie la cabeza un poco-sigues siendo la metro parada que conozco-le miro divertida recibiendo un golpe en su cabeza.

-tooorpeeeee-alargo la frase Alein mientras reía sumamente contenta, se acomodo en el asiento de alado.

-¿Cómo van las cosas en tu empresa?-le miro con curiosidad.

-uff…no sabría decirte, han pasado demasiadas cosas-le mire un tanto fatigada-Anna esta aquí y tiene una hija-

-¡…!-inspeccione su reacción detenidamente…¡me  había escupido el café en la cara!

N. Alein.

¡¡¿La conoce?!!

¡¡¿Se vieron?!!

-¡¡ lo lamento!!-grite apenada pasándole todas las servilletas que podía, no sabía que decir, seguía en estado de shock, como paralizada, eso no era nada bueno, no para mí, yo era una de las personas que sabia eso…y nunca…nunca me atrevía decírselo, que esa niña es…

-no te preocupes-suspiro casi molesta, se levanto del asiento y se saco la ropa que le había ensuciado, también se limpio la cara,  con suerte solo había terminado ensuciándole la chaqueta.

-yo…yo no sabía que Anna tenía una hija-la mire un tanto nerviosa mintiendo, ella me miro preocupada- pues ya ves…rehízo su vida, está casada-

-¿casada?-dude mirándola, ella levanto una ceja sin comprender.

-¿…?-

-¡bueno!...-le sonreí más nerviosa- de lo que eh oí ella nunca se caso-aclare.

-si…claro-dijo con sarcasmo ladeando el rostro-¿la has visto?-pregunte, me regreso la mirada, se quedo callada unos segundo y luego dijo.

-sí, es mi secretaria-palidecí de golpe, eso tenía que ser un sueño.

-¿c…como?-no estaba segura de que eso fuera verdad, pero…su mirada me lo confirmo-¿Cómo?-

-presento un trabajo novedoso en la fiesta que di…y ahí la encontré-

-¡creí que dijiste que no irías!-casi brinque de mi puesto llamando de sobre manera la atención.

-siéntate-me ordeno entre dientes viendo que éramos el centro de atención.

-l-lo siento-agache la cabeza, sentándome correctamente-dijiste que no irías...-

-me obligaron a ir-aclaro en baja voz-yo no tenía ni idea que me encontraría con ella…-vi en sus ojos ese deje de dolor, me entristecí con eso, no era justo que me mantuviera callada con eso, apreté mis puños un poco, no era justo que ambas se jugaran de esa forma, nunca lo fue, seguramente yo era lo peor por no decírselo pero…Susan tenía razón en un punto, esto era pelea de dos, no de tres.

-¿han hablado?-cuestione.

-¡mucho!...créeme…-se acaricio las sienes con los dedos, parecía que en cualquier momento le cogería una jaqueca.-...no sé qué hacer cuando estoy con ella, siempre que saco el tema de lo que fuimos ella…se molesta-

-es normal…no estuvo bien lo que hicieron en el pasado, se lastimaron…-suspire por lo bajo, yo de ante mano sabia todo, de los dos…lados.

-lo sé- vi como apretó sus labios con molestia- pero quiero remediarlo…quiero recuperarla-abrí mis ojos con sorpresa al notar esa mirada de destello, de superioridad, de…fuerza.

-¿hablas en serio?-

-¡Ja! Yo no bromeo con mis sentimientos, lo dijo muy en serio- le dio un leve sorbo al chocolate, yo me quede pensativa.

-¿estás segura?...quiero decir…tu mismo lo dijiste, tiene una niña-tu hija, pensé.

-…-gruño por lo bajo ante mi comentario, ¿le molestaba eso?

-sabes…cuando pienso en esa niña  no quisiera mover ni un dedo, no quisiera herirla, se que Anna es su familia…y que tiene a alguien más…pero…-su mano apretó la camiseta que llevaba puesta, sobre su pecho…sobre su corazón- cuando la veo solo quisiera saber cómo hubiera sido…solo una vez…solo quiero saber que se hubiera sentido estar a su lado…-

N. Anna.

Me desperté con cansancio, estaba en un lugar muy alumbrado, el mareo no se me quitaba, moví mi cabeza con cuidado hacia un lado, vi a una mujer de lentes con bata, ella me sonrió.

-¿te sientes mejor?-asentí con cuidado.

-¿Qué…me paso?-me senté con lentitud, la mujer me miro y dijo.

-te desmayaste, ¿has comido bien?-saco un bolígrafo y una libreta…

-¿y usted es…?-murmure un tanto somnolienta.

-enfermera, trabajo en este edificio, obviamente pocas veces me ven-sonrió- no muchas personas se enferman o caen repentinamente en un desmayo como para ir a parar aquí-rio, me avergoncé.

-lamento darle trabajo-sentía mis manos levemente temblar, un estremecimiento me recorrió la espalda haciéndome erizar.

-no se preocupe…-me inspecciono un momento-¿ha comido bien?-se paro mientras se acercaba a mi-si…no sé que me paso realmente-le comente, un sudor frio me recorrió la frente, ella me miro preocupada.

-tienes fiebre-me afirmo, mis ojos se cerraban nuevamente, otra vez estaba viendo todo borroso.

-disculpa…¿me puedes pasar mi teléfono?-le señale la cartera, ella asintió, se acerco a mi bolso y me lo paso, luego vi que se acerco  a su escritorio, tomo unas pastillas y me las paso con agua.

-tómalo, es para el mareo…si quieres te puedo dar un certificado para el trabajo, al parecer has estado lidiando con esto desde hace mucho-me tomo del rostro con cuidado observando mis ojeras.

-no gracias, estaré bien-mire distraídamente el teléfono, marque rápidamente a Susan.

N. Susan.

-¿estás segura?-

-no te preocupes, ¡ya te dije que no fue nada!-me sonrió cálidamente, no podía confiar en eso, la atraje hacia mi mientras acariciaba su rostro-por favor…no me mientas-

-te lo juro…no paso nada, solo fue un mareo-sus dedos quitaron con cuidado unos mechones de mi cabello, la abrase fuertemente por la cintura mientras sentía como su cabeza se posicionaba sobre mi hombro, descansando.

-prométeme que estarás bien…si te vuelve a pasar dímelo…-asintió.

-ahora vete a trabajar, llegaras tarde si te quedas un minuto más-sentí sus labios sobre los míos, los presione con cuidado, saboreándolos, mis manos bajaron con cuidado por su espalda, se estremeció a mi toque, su lengua delineo mi boca sacándome un suspiro.

-te amo-me quede anonadada cuando dijo esas palabras.

-¿Anna…?-me tapo la boca con la mano.

-no digas nada…ponte a pensar que…-ladeo el rostro sonrojada-aun es difícil para mí decirte ese tipo de cosas…-mis labios volvieron a besarla con cuidado.

-está bien-dije alegre-nos vemos en la noche, ¿llevaras a Eli?-le pregunte.

-Sí, la niñera dijo que no podría venir-dijo dando un bufido de molestia.

-Cuídala, quería pasar tiempo contigo-sugerí.

-lo sé…si termino rápido el trabajo podre llevarla al parque-me miro ilusionada.

N. Anna.

Me voy a mi puesto de trabajo, Casandra ya está allí, le saludo como todos los días, son las 8 de la mañana, tendré que recoger a Eli a medio día, me dedico a trabajar, mi vista no se puede evitar posar en la puerta...han pasado más de tres semanas..., Maribel  ya ni siquiera me quiere ver, apoyo mi cabeza en mi mano, ¿Por qué pienso en eso? Es decir, yo solo fui su pasado, lo que ya fue, si fue solo eso entonces ¿Por qué no puedo evitar sentirme así? vacía, y sus palabras que no paran de rodar por mi cabeza, fue como un  ataque a mi corazón, si se trata de ella no tengo ninguna defensa, por un lado pude sentir la confianza de sus palabras y la desilusión de sus actos, si se supone que ya no la amo…¿Por qué me hirvió la sangre al verla con esa chica?

No es justo…que ella me ceda sus problemas a la vista, yo no me tengo que meter en eso, ella ya tiene una vida.

-¿no piensas regarles agua?-me sobresalte por el comentario y vi el jarrón con las flores.

Sus hojas seguían vitales, brillantes, con esplender, rechine los dientes al levantarme y darles un poco de agua.

Mientras lo hacia una de aquellas flores dejo caer sus pétalos, Marchita.

-…-mis ojos se abrieron grandemente, me sentí inquietada de repente, tome aquella flor antes de que muriera, la rocié suavemente -no te mueras-pedí en baja voz, colocándola nuevamente junto a las otras.

-¡oye!, ¿te sientes bien?-me sujeto del hombro Casandra.

-¿eh?-la mire confusa.

-…estas llorando…-

N. Maribel.

Dejarle su espacio, su tiempo, su todo…

-ustedes se lastimaron, ¿realmente quieres intentarlo?, te eh apoyado en lo que puedo pero creo que…su amor no va a llegar a ningún lado, han pasado 5 años…-

-¡lo sé, y adivina que…! no me importa, ¡ya no me importa!, solo quiero volver a tenerla conmigo, con ella podre volver a ser la de antes-

-¿y si no funciona?, ¿sabes cuánto daño se harán?-

-…-

Ni siquiera pude interpretar sus palabras, rayos, me fui a mi despacho con rapidez, pase casi sin saludar a nadie, no me sentía de humor, no me eh atrevido a ver a Anna, no sé ni siquiera que podría decirle.

Que mis sentimientos y pensamientos me jueguen así, parecen tan disparejos, los unos viendo la razón, lo imposible, los otros viendo la ilusión, lo improbable, revise algunos documentos que ya estaban apilados en mi mesa, sería un largo día.

N. Anna.

-¡te dije que no pasó nada!-

-¡¡estabas lagrimeando!!-chillo, gruñí por lo bajo-no fue nada, no armes un alboroto por favor-

-pero…-

-…no fue nada, ¿alguna noticia nueva?-voltee a ver algunos informes.

-sí, tienes que entregarle esto a la señorita Serrat-me paso unos documentos que casi se me caen de las manos, ¿y-yo?

-a primera hora…-miro su reloj- ya deberías habérselo dado-murmuro.

-¡te dije que me avisaras!-grite casi corriendo a la oficina de Maribel, demonios, ¡tenía que haberlo recordado!

N. Maribel.

El ruido de la puerta me hace levantar de mi asiento , la abro, mi corazón se paraliza levemente, Anna.

-¿sucede algo?-

N. Anna.

Me mira fríamente, le esquivo la mirada, no soporto que nuestros encuentros sean así.

-te vine a dejar un informe, me dijeron que debía entregártelo a primera  hora-mostré el documento.- hay algunas cosas que tenía que hablar contigo con respecto al presupuesto aparte…-

N. Maribel.

Cerré la puerta tras de mí, ella me miro un tanto temerosa, vuelvo a evitarle la mirada.

-¿en serio?, bien, acomódate…nos tomara tiempo-aclaro tosiendo un poco, ella se acomoda.

N. Anna.

-me parece que este presupuesto se podría aplazar…tal vez…-

-esto lo dejaremos al último, después de todo es para otro tipo de detalles, ¿cierto?-

-¡claro!-le mire entusiasmada, habíamos concordado en algunos puntos importantes y eso era bueno-¿estás de acuerdo?-cuestione

-sí, te lo encargo a ti-vi que se giro a ver su celular, seguramente le había llamado su novia.

-bueno, creo que eso es todo-recogí todo, me sentía levemente incomoda ante ese pensamiento.

Ya no eres su luz.

Parpadee confusa ante ese pensamiento, me pare con rapidez-iré a terminar lo demás, regresare a entregártelo con los nuevos detalles-le dije sin regresarle a ver, no podía hacerlo, el pecho se me oprimía dolorosamente.

-¿Anna?-me sujeto de la mano, me quede quieta en mi puesto-¿podríamos hablar?-

-¿De qué?, creí haberte aclarado el plan de trabajo…-

-lo sé..., es sobre lo que paso la última vez que nos vimos...-

-creo que no necesitas explicarme lo obvio, no te preocupes, lo entiendo-susurre, me estaba poniendo a la defensiva, no creía más en este amor…pero, con ese suave contacto de su mano mi corazón no deja de latir, como un loco, un ataque directo al corazón.

Nunca me había sentido así, estoy   paralizada cuando ella se acerca a mí y cuando intento mostrarme más natural parece como si suplicara ayuda.

-solo escúchame, no te pido más-

Volteo el rostro, sus ojos me miran con profundidad, penetrantes.

-ella no es mi amante, no es mi novia, no es nada…-a cada paso se precipitaba mas sobre mí,  su rostro junto al mío, un poco más cerca, retrocedí con lentitud-te lo dije…te quiero, te extraño-

N. Maribel.

Sé que nunca me alejare, cerca de ti siempre te amare, solo yo soy la culpable de este amor, no dejare que marchite, no lo puedo hacer aun.

-se que tal vez tu no me creas pero es verdad…yo-la sujete con cuidado de los hombros, ella me trato de alejar, la apoye contra la puerta acorralándola-no te miento, mírame-pedí a media voz.

-Maribel-ladeo su rostro al tenerme cerca, la tome del mentón suspirando en su boca, ella me miro sonrojada, sonreí-me siento herida cuando me evitas así…soy como una niña que solo te suplica un poco de atención Anna,  dime ¿cuán patética me  estoy viendo?-le mire frustrada, estaba a punto de juntar mi boca con la suya cuando.

-no, Maribel..., no lo hagas por favor- me suplico, al pronunciar eso  fue como si hubiera despertado de un trance, al fin empecé a ver las cosas tal cual eran, la aleje una distancia prudencial.

-Lo…lo siento, No voy a forzar tú amor…, tú  no me enseñaste a querer de ese modo tan egoísta, y por mucho que lo desee no te forzare, no lo hare.- se me quebró la voz en esa última parte, le mostré una suave sonrisa, débil, cansada, contradictoria en muchos sentidos,  mientras me girada sentí su agarre en mi ropa, no supe entender ese gesto.

-yo…te creo pero por favor…ya no me hagas sentir así...¡ya no Maribel yo…!

N. Anna.

Cuando me dijo eso, cuando me sonrió de ese modo, ya no quería herirme más, verla así…que diga eso por mí, yo no me quiero sentir así de culpable, cuando veo esos ojos, de esa manera, tan desamparada...tratando de mostrar una fortaleza que no sé de dónde demonios saca, yo ya no puedo…me quebranta tanto por dentro como por fuera.

Al alzar la vista sentí sus labios sobre los míos, como un casto beso, superficial, delicado, tierno, no la aleje ni un poco, deje que se me apoyara a mí.

-Anna-las lagrimas recorrían su rostro, sentí sus manos cálidas rodear mi cuerpo, me estremecí y note ese contacto sobre mí.

N. Maribel.

Siento mis ojos aguarse al probar esa dulce boca, te extraño Anna...te necesito.

-Maribel-suspiro entre abriendo sus labios, repase mi lengua contra ellos haciéndole jadear.

El abrupto ruido de la puerta nos hace separarnos notando la situación.

-¡¿Quién?!-grite cabreada.

-¡disculpe!-la puerta se abrió-¡Anna tiene que venir es urgente, falto algo en un archivo para los empresarios!-


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