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Boda (Au). por aoi nicole

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Notas del capitulo:

La de abajo seria la imagen de Eli como a los 17 años.

http://www.lapatilla.com/site/wp-content/uploads/2012/04/201204_chicas-con-ojos-azules14.jpg

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N. Maribel.

Los relámpagos serpenteaban contra mi ventana, me desperté con un agitado respirar, sentía un frio sudor recorrerme por completo, apreté los dientes, todo había sido una pesadilla, tenía que serlo, regrese la mirada hacia mi celular, lo tome con suavidad revisando los últimos mensajes.

Alein-Anna se encuentra estable, te llamare por si pasa algo.

Era real, las manos me temblaron súbitamente, lance el móvil contra la pared con furia, el sonido retumbo como un eco en la habitación antes de que otro relámpago terminara por completo de quitarme el sueño.

Una semana, había pasado una semana desde que estaba hospitalizada y aun no reaccionaba del coma, estaba aterrada, no podía controlarme, quería que despertara, quería verla mirarme gruñona en la entrada de la puerta, quería que estuviera confundida por mis acercamientos, quería que suspirara con mi presencia, Anna, despierta, despierta, ¡¡¡Maldición hazlo!!!

Me senté en la cama mirando hacia el exterior, los rayos parecían hacerse cada vez más ruidosos, tome un vaso de agua que estaba en mi cómoda, cálmate Maribel, esto pasara, como todo lo malo que ha sucedido en tu vida, ella despertara, ella regresara para torturarte con su presencia infranqueable, con sus negativas de amor, con sus sonrojos cada que tratas de rozar sus labios o tomar sus caderas, Anna no era débil, nunca lo fue. Quizá ese era su pensamiento ya que jamás la vio vulnerable, si, quizá era eso.

Me coloque un deportivo un poco abrigado, eran las 3 de la mañana, tenía que hablar con alguien, ese silencio en toda la casa me estaba volviendo loca, me apresure tomando las llaves del auto, Alein, ella era una buena opción, definitivamente lo era.

N. Alein.

-Vamos Eli…debes dormir-murmuré adormilada, acomodando las cobijas de la pequeña, tenía los ojos hinchados de tanto llorar, no había noche en que no lo hiciera, necesitaba a su Madre, a sus dos madres…bese su cabecita con cuidado dándole palmaditas en la espalda para que calmara su llanto.

Susan estaba de turno y habíamos acordado que cuando ella estuviera ocupada yo cuidaría de su retoña y viceversa, por lo menos hasta que Anna diera signos de mejora, cosa que me tenía preocupada, Maribel me llamaba constantemente para tener noticias, realmente no sabía que responderle, solo le podía decir que tuviera paciencia como todos.

 Oí el timbre sonar repentinamente, en semejante lluvia y a las tres de la mañana… ¿Acaso sería un borracho que se confundió de timbre?, gruñí por lo bajo, Eli sollozo una última vez antes de adormilarse, deje encendida una pequeña luz en la habitación de visitas la cual era ahora de la pequeña.

-¿Quién es?-dije por el comunicador.

-Alein…-oí que me llamaban en voz taciturna, hablando de la reina de Roma.

N. Maribel.

-Lamento la hora…-dije avergonzada, tenía las mejillas un tanto coloradas por el frio glaciar de la lluvia, Alein se hizo a un lado para dejarme entrar continuamos en silencio hasta entrar a su departamento, se veía incomoda con mi presencia.

-Para ti es fácil…-la oí murmurar-No tienes turnos de 24 horas con pacientes quejosos y mal habidos-

-En serio lo siento, no podía dormir-

-Bien, en ese punto estamos parejo pero ¿Tenías que venir a estas horas?-

-¡Demonios Alein, en serio no he podido dormir, aparte tu no quieres decirme nada acerca de si Anna estará bien o…!-me callo con un golpe seco cuando su mano me cubrió la boca, al cruzar el umbral de la puerta, parpadee repetidamente por la intensidad de la luz que había dentro.

-Baja la voz-me hizo una seña con la mano, asentí antes de mirar por el suelo un montón de peluches, varios coloridos y bonitos, de mi gusto, también había una maleta en el sofá de la esquina y varios cuadernos y libros de diversos colores.

-Tienes visitas-dije cuando pasamos al comedor que estaba junto a la cocina, me acomode en la una de las sillas.

-Sí, ¿Quieres tomar café o té…?-me cuestiono pasando a la parte de la cocina, me removí un poco en mi lugar, la próxima trataría de encontrarla en mejores horas.

-Cualquier cosa está bien-

-Entonces será Chocolate con bombones y canela-dijo riendo con suavidad antes de calentar el chocolate.-Me sobro de ayer de noche-dijo meciendo la deliciosa bebida.

-Ya veo-sonreí, Alein se movió hacia su reproductor colocando una música suave, bastante relajante, el aroma del bebida me inundaba las fosas nasales, era sobrecogedor.

-¿Podrías decirme para que has venido?-dijo rompiendo el corto silencio que formamos.

-Necesitaba hablar con alguien, eras la mejor opción, Vanesa salió a una gira de estudio y no quería importunar a mis sirvientes, ellos tienes otras cosas de las que preocuparse-

-Bueno…soy toda oídos-dijo colocando aquel dulce liquido frente a mí, lo agarre con cuidado ya que estaba caliente.

-Dime cual es la situación real de Anna-Alein se estremeció incomoda, al parecer era algo delicado, mi estómago se estrujo, no era una buena sensación.

-Creo que no debo ocultártelo, es delicado…debemos esperar a que despierte, su pulmón aún se encuentra débil y la costilla que salió afectaba tiene que tener su tiempo de curación, ponte a pensar que era un intervención de alto nivel de riesgo por las condiciones en las que llego-

Agache mi mirada un poco, eso no sonaba ni siquiera un poco alentador, debía cambiar de tema, pensar que ella estaría mal y no se repondría de eso me  alteraba.

-Solo dime que estará bien-acorte.

-Lo estará Maribel, tenle paciencia…-puso su mano sobre la mía apretándola en señal de apoyo, suspire por lo bajo.

-Anna es fuerte, ha salido de cosas más delicadas-dijo dándole un ligero sorbo al chocolate.

-¿Cómo que cosas?-me atreví a cuestionar, Alein se quedó pensativa varios segundos, antes de mirarme con ligera determinación en los ojos.

-Su embarazo-el cuerpo se me  estremeció ante aquella palabra, yo desconocía sobre esa situación, me pregunto si Anna le conto algo sobre eso a Alein cuando regreso.

-¿Ella te lo dijo?-se quedó callada por un largo rato, trate de descifrar alguna cosa en su mirada pero al parecer no había nada, o quizá Alein era una maestra Joker que yo no podía entender.

-Sí, sí, algo de eso me llego a contar-se volvió a remover en su asciendo, algo no me cuadraba con su actitud.

-¿Qué te dijo?-soné firme, quería saberlo, si Alein sabía cosas de Anna que yo no, tendría que sacárselo aunque fuera a golpes.

Alein se miró las manos súbitamente, como tentándose a decirme que no, algo que me molesto de sobre manera y más en mi estado, no había dormido una semana entera esperando noticias de Anna, solo deseaba que el jodido celular sonara y me dijeran que estaba bien, que saldría del hospital, que estaría en casa.

-Pues…que fue algo un poco peligroso-gire los ojos fastidiada, ¿En serio se comportaría así conmigo? ¿Me estaba jodiendo o qué demonios…?

-Podrías ser un poco más clara, necesito detalles-mi entre ceja se frunció al mirarla, Alein se puso de piedra ante mi expresión.

-¿Por qué quieres saberlo? ¿Acaso te importa?-me miro de pie a cabeza, me cruce de brazos negando con la cabeza, ella solo tenía que decírmelo.

-Alein, he amado a Anna por mucho tiempo, la perdí como cinco años, necesito saber que fue de su vida ese tiempo, quiero entender el porqué de sus actitudes antes del incidente-me sentía ofuscada, celosa de que ella supiera cosas que seguramente Anna no se atrevería a decirme en su vida.

-Vamos Maribel, no es bueno rebuscar en el pasado de esa manera, aparte Anna actuaba de ese modo por tu rechazo, porque tú fuiste la primera en poner terreno entre ustedes cuando te casaste-lo sabía, odiaba que a donde quiera que fuera me lo dijeran, pero no pude evitarlo, tenía miedo como cualquiera, no supe reaccionar de la manera más madura ante los besos y las caricias de Anna, simplemente no pude, no vi mi vida sumergida en el rechazo de mis padres, no pude hacerlo, en ese punto tenía razón, el pasado pasado era, pero ahora era diferente, porque lo aceptaba, porque ya no quería vivir con esos prejuicios, porque me acepte.

-Lo sé, yo puse terreno entre nosotras, la hice mía, la insulte, la rechace y me largue como buena cabrona que era, pero ahora es diferente, realmente lo es y por ello mismo debo entenderla Alein, necesito saber qué es lo que pasaba por su cabeza cuando se fue, que fue lo que cambio tanto su vida como la mía-la voz se me hacía hilos, apretaba con fuerza mis manos bajo la mesa, quería destrozarme para calmar esa inquietud.

-Ella encontró a una mujer adecuada en su vida y se embarazo, decidió darle sentido a su vida cuando tú te casaste, tiene una hija Maribel…-

-Dime como fue, si sabes cómo se enamoró de aquella maldita mujer…-el tono de mi voz se alteraba, odiaba hablar de aquella mujer, lo odiaba.

-Una mujer que le salvo la vida, Maribel-me dijo molesta, se froto el puente de la nariz, estaba agotada.

-Lo siento-baje mi tono de voz, sentía algo tibio recorrerme la cara, gire mi rostro para que no me viese, era tan estúpido haber terminado así.

-Estuvo a punto de tener un aborto con Elizabeth-esas palabras me congelaron cada fibra del cuerpo, el llanto se me iba a salir de la garganta cuando pase saliva y regrese a verla totalmente salida de lugar, ¿Aborto…?¿C-Como?¿Acaso esa mujer…? Tenía que estar bromeando, para que una mujer llegara a esas condiciones tanto su cuerpo como su mente debían estar débiles, mal.

-Dime que es mentira-Alein me paso un pañuelo para que secara las lágrimas tanto de rabia como de confusión que tenía en mi rostro.

-Fue…algo de su cuerpo, al parecer ella no se había dado cuenta de su embarazo, lo había confundido con otras cosas-

-¿Qué cosas?-interrogue.

-Anemia quizá, falta de hambre, cansancio, sueño, debilidad. Susan me llego a decir que nunca pensó ver a Anna en un estado tan…tan vulnerable-lo decía como si hubiera visto a Anna en ese dolor, en esa fragilidad, aquella que mis ojos jamás contemplarían, ni siquiera sabría cómo sentirme al verla así, ni siquiera había podido entrar a verla en los cuidados intensivos del hospital luego de mi encuentro con su esposa.

-¿Qué sucedió después?-

-Anna lo dejo pasar, siguió con su estudio de lo que se-se quedó pensativa un momento, como tratando de recordar lo que relataba.

-Poco después tuvo las complicaciones-siguió con el relato- de lo que se…tanto por ser su doctora como su amiga, tuvo un sangrado severo que puso en riesgo la vida de Elizabeth, fue ahí cuando se enteró que iba a ser madre, ese casi aborto fue lo que acarreo peores cosas hacia el final de su embarazo-

-…-estaba enmudecida, las pupilas me temblaban, ¿Anna había pasado por todo eso?, ¿Por su hija?, ¿Por formar una familia?, ¿Por olvidarme?, una leve risa murió en mis labios temblorosos, me cubrí el rostro, era una vergüenza, ¿Por qué no me había enterado de ello?, las dos hemos pasado por tanto, ella casi pierde a su hija, a aquella preciosa niña de ojos de luz, a aquella nenita con la cual la he visto sonreír innumerables veces.

-Ella dio a luz al bebé mucho antes del tiempo esperado-continuo- Elizabeth apenas y llegaba a los 7 meses cuando nació, no podía respirar adecuadamente, era más pequeña que cualquier otro bebé, sus pulmones no estaban bien formados, por lo cual la colocaron en una termo cuna como un mes y más, los doctores no le dieron muchas esperanzas a Eli-

-Pero está viva-solloce-lo está demonios, lo está…-ni siquiera me podía imaginar a Anna sin esa criatura, no podía, mi mente se truncaba con ello.

-Un milagro-Alein cruzo una pierna sobre la otra, estrechando mi hombro suavemente para que me calmara ante tal información-Tu querías saberlo-me dijo.

-Lo sé y Nunca pensé que Anna pasaría por tanto-me deje ir en llanto, lo hice, simplemente deje de aguantarlo- ¿Qué habría pasado si perdía a su hija?-Alein me estrechaba contra ella para que me calmara, Dios se me estaba saliendo de las manos, quizá no debía enterarme de esto.

-Seguramente la estarías llorando en una tumba, Anna pudo haber muerto en el parto-aclaro.

-¿P-Por el nacimiento prematuro de Eli?-tartamudee.

-Sí, te diré algo que quizá te sorprenda. Tenemos a Anna viva gracias a que una enfermera la trajo de vuelta, ella no tuvo las condiciones para soportar el nacimiento de Eli, no tuvo que haber vivido. Si eso hubiera pasado ella no  estaría con nosotros, seguramente tu ni siquiera tendrías que haber conocido a su retoña, Susan se habría quedado con la pequeña o seguramente sus abuelos la habrían criado, el mundo se cambió con un solo acto, que ella viviera es la diferencia-

Mi cabeza retumbaba con esa información, que ella viviera era la diferencia, Dios…Anna había sobrevivido con un milagro, logro vivir por su hija, por lo que quería, mientras ella tuvo por quien pelear yo me deje a su abandono, a mis vicios, a mi dolor, a no volver a encontrarla, a tratar de encontrar en otros brazos su cuerpo, su cuerpo que era irremplazable.

-Soy una imbécil, si hubiera sabido que Anna pasó por tanto yo…-quería que mis lagrimas pararan.

-¿Qué habrías hecho?, ¿Te das cuenta de lo delicado de su situación? Dime ¿Tan siquiera sabes si ella aun te ama?-

-Alein yo…-

-¡Maldición Maribel está casada!-su grito se hizo oír bastante le esquive la mirada.

-Yo he sufrido por ella, la necesito Alein tu no entiendes un demonio esta…-

-¡Maribel! Maribel…mira, te comprendo, pero ponte a pensar tan siquiera que hay otra persona que siente lo mismo que tú por Anna, Susan a estado día y noche alado de Anna, a cuidado de su familia, ha velado por su hija y por su esposa…-

-¡Esa mujer y Anna, nunca se casaron!-algo en mi me lo decía, no quería tragarme esa mentira, porque eso era, una mentira, algo con lo cual podían dañarme.

-¿Cómo podrías asegurarlo? ¿Acaso no has visto sus anillos…?-trato de asegurarme.

-¿Qué me dice que ese anillo es de boda? ¡¡Podría ser de cualquier jodida cosa!!-dije golpeando la mesa con ambas manos, no iba a ceder, no podía perder tanto, no quería hacerlo.

-Maribel, Susan la ama...-parecía bastante apesadumbrada al decir aquello, le dolía, podía verlo en sus ojos, le afectaba decir eso, ¿acaso…?- quizá ella merece ser feliz con Anna-

-¡¿¿En qué jodido lado estas Alein??!-demonios ni siquiera me creía que estuviéramos teniendo ese embrollo.

-Maribel, he visto como esa mujer se desvive por su familia, no es como si pudiera esquivar la mirada y hacer como que nada-dije entrecerrando la mirada.

Apreté mis dientes con furia, dios esto tenía que acabarse de una buena vez, sabía que Alein entendía la situación de lado y lado, aun así no pude calmar mi ánimo, realmente no pude.

-Pues si tanto te haces al dolor de la esposa de Anna, ¡¿Por qué no te la hechas tú?!- antes de que Alein pudiera responder o por lo menos reaccionar un grito se oyó,  me levante de mi lugar para correr hacia donde provenían los sollozos cada vez más fuertes.

N. Alein.

¿Por qué demonios sentía que sus palabras me afectaban?, eso no era bueno, demonios…no lo era, quise responder pero mi mente se quedó en blanco, nada, un llanto me hizo estremecer, corrí al igual que Maribel, íbamos hacia la habitación en la que estaba Elizabeth, no podía dejar que Maribel supiera que ella estaba aquí, Susan me lo había prohibido; mis dedos estuvieron a punto de rozar su hombro y hacerla retroceder, pero no pude hacerlo, Maribel es su madre verdadera, Susan la ha cuidado como tal, ¿Qué podría hacer alguien como yo? ¿Alguien que ha ocultado semejante secreto a Maribel? Y me hago llamar su amiga…, apreté mis puños, respire profundo antes de apoyarme al marco de la puerta y ver aquella escena que me enterneció el corazón.

N. Maribel.

Me abalance sobre su pequeño cuerpo, la acune contra mi pecho, besando sus mejillas cubiertas de lágrimas, ella no paraba de sollozar ‘‘mamá’’, algo dentro de mí se volvía débil y cándido a la vez, sus manitos temblaban al tomar mi rostro, acariciaba su espalda con cuidado para despertarla, sus ojos brillantes se entre abrían con miedo, había tenido pesadillas.

-Mamá…mami…-hipaba entre su llanto, sus finos brazos me apretaron fuerte, con temor de verme desaparecer.

-Aquí estoy pequeña, aquí estoy- la cargue con fuerza llevándome consigo la cobija para cubrirla, escondió su rostro entre mi cuello, me acurruque en la cama con ella sobre mí regazo, dejando que se desahogara, sus ojos se encontraron con los míos, aun parecía estar en el trance del sueño.

-Mamá, perdón…-sus dedos delinearon con cuidado mi rostro, bese sus deditos.

-Mamá está bien Eli, mamá está aquí-acaricie sus mejillas, seque sus lágrimas, cada una de ellas.

Sollozaba ahogadamente, apoyo su rostro contra mi pecho, creo que pudo calmarse al oír los latidos de mi corazón, acariciaba su cabello, apenas y murmuraba pequeñas cosas antes de caer otra vez a los brazos de Morfeo.

-Ma…má-

-Sshh-murmure quedita sobre su oído-todo estará bien Eli, mamá está aquí- la envolví en las mantas con cuidado, mi mirada regreso hacia la de Alein, sus ojos me miraban temerosos, como si hubiera hecho o dicho algo indebido.

-Nunca se calma tan rápido-menciono en voz baja colocándose a mi lado, asentí apenas, no despejaba mi vista de Eli.

-¿Ha estado así toda la semana?-cuestione con preocupación, esperaba que no, que Eli se trasnochara de esa manera siendo tan pequeña, no era bueno, Anna no estaría alegre de verla así.

-Lastimosamente si, ni siquiera Susan ha podido consolarla, a veces se despierta tres veces por noche, espero que no se haga crónico-estaba así debido al impacto de lo que paso con su madre, ¿Qué niño podría estar bien después de eso?

-¿Podría, Podría quedarme a su lado lo que resta de la madrugada?-cuestione acomodándola a mi lado, Alein me miro seria antes de suavizar la mirada.

-Su madre vendrá a las 7, será mejor que te levantes antes de esa hora para que no me regañen-dijo levantándose hacia un armario para pasarme un edredón para mi.-Está haciendo frio-

-Lo sé-la vi retirarse lentamente hacia su cuarto, antes de que cerrara la puerta tras de sí le mencione-Alein…disculpa por lo de antes, no estoy nada bien con lo que le paso a Anna-

-Nadie lo está Maribel, nadie-sus ojos se posaron sobre Eli antes de retirarse, estreche a la menor contra mí, el tenerla a mi lado me hizo más ameno el sueño, sentía que podía tener unos segundos de paz.

N. Alein.

Eran las seis y media, usualmente Susan llegaba a las siete y media hasta trasladarse hacia mi departamento, me levante y fui hasta el cuarto de visitas para despertar a Maribel, entre abrí la puerta, note que ya estaba despierta, al parecer hablaba en leves murmullos con Eli que no alcance a oír.

N. Maribel.

Fui la primera en despertar, Eli lo hizo poco después, tenía los ojos hinchados, sus ojitos me estudiaron detenidamente hasta espabilar del sueño.

-Tu madre no estaría contenta de verte así-dije acomodando con cuidado su cabello, besándole la frente.

-Mamá, mamá está en el hospital por mi…-iba a llorar cuando negué con la cabeza.

-No Eli, tu mami está bien, nada de lo que paso es tu culpa, fue accidental- tome sus manos con cuidado.

-Pero si fuera así ella ya estaría en casa, ¡¡Conmigo!!-chillo moviendo su cabeza, pataleando un poco bajo las sabanas-Es mi culpa, mami está lejos de mí por mí cul…-volvía a repetir.

-¡No, Eli, vasta, vasta!-tome su rostro entre mis manos con cuidado-¡Tu madre jamás se hubiera permitido perderte, nada de lo que sucedió ese día fue tu culpa, ni tu mamá ni tu sabían lo que les podía pasar al salir a la calle!-

-Si yo no me hubiera enfermado, mami ¡¡Mami no habría sido lastimada, mami estaría acurrucándome, mami no me dejaría sola!!-la extrañaba, demonios extrañaba a su madre, extrañaba su voz y sus caricias, nadie podía competir en contra de ello.

-Eli…te juro que nada de eso es tu culpa, nadie puede controlar esas cosas, pudo haber pasado en cualquier momento mi pequeña, no te culpes, no lo hagas nunca, ¿Crees que mami estaría contenta de verte así de triste todas las noches? ¡No, por supuesto que no!, ella querría que sonrieras, que durmieras tranquila en tu camita, ¡No se perdonaría verte llorar de esa manera por ella!-Eli asintió aminorando su llanto, la estreche contra mí con cariño.

-Ella regresara a casa y te llevara a pasear, te acurrucara y cuidara todas las noches, debes tener paciencia…-Dios no podía creer que yo, la de la poca paciencia, le estuviera diciendo eso a Eli, puta irónica vida mía.

-Mami Susan no quiere hablar conmigo de eso-escondió su rostro con las cobijas.

-¿De qué? ¿De mami Anna?-vi asentir a la pequeña.

-¿La pone triste?-murmure en baja voz.

-Si, a mí también…pero quiero saber de mi mami, quiero verla-no era el mejor momento para que la viera, en ese punto debía entender a la madre de Eli, podría lastimarla, podría hacer que Eli se culpara más por lo sucedido.

-Susan te hará ver a mamá cuando sea el momento, ella aún debe recuperarse, hasta que ese día llegue, debes prepararte. Quizá preparar algo bonito para su encuentro, ¿has pensando en ello?-dije jugueteando con sus deditos, sus ojos estaban un poco más brillosos y calmos, aun así se notaba que había llorado-Y obviamente hacer algo con esos bonitos ojos, le diré a Alein que te ponga una pisca de hielo para que se te baje la hinchazón-dije levantándome un poco, Eli acaricio mi rostro apenas.

-Cuando mami este bien, iré al parque con ella a comer buñuelos dulces…-sonreí ante eso.

-Ella estará alegre, créeme-le hice un poco de cosquillas antes de ir hacia la puerta.

Sus ojos no se despegaron de mí, mis labios se movieron sin emitir sonido alguno.

-Nos veremos, es una promesa-

Ella imito mi gesto sonriendo apenas, hubiera querido que estuviera más alegre, mas jovial y serena.

-Promesa, Mari-

N. Alein.

-Ponle a Eli un poco de hielo en los ojos, no se ve nada bien, obviamente procura que no le regrese el resfriado-mencione bajando las escaleras hacia los estacionamientos.

-Vaya, ¿Alguna otra cosita más doctora Serrat?-menciono sarcástica.

-A veces olvido que tú eres la doctora-mencione.

-Tranquila, Eli estará bien-

-¿Ha comido bien?-realmente estaba preocupada por ella.

-¿Acaso dudas de mí?-no, no lo hacía, solo quería joderla.

-Mnnh-

-Por cierto, espero haber aclarado tus dudas anoche-me pare en seco al oír eso, realmente me había abierto cientos de dudas más, cosas que no había tocado por consolar a Eli.

-¿Qué días cuidas tú a Eli?-quise saber.

-¿Piensas visitarnos?-dijo asombrada-Recuerda que su Madre…-

-¡Lo sé Alein, lo sé! ¡Tú y todo el jodido mundo me lo restriega en la cara! Ahora dime, ¿Qué días cuidas a la niña?-Alein me miro dudosa, sabía que terminaría cediendo casi al final, así que espere.

-¿Y bien?-

-No es una buena idea Maribel, Susan podría venir en cualquier momento, sabes…no eres de su agrado oficialmente-

-Pues oficialmente ella tampoco lo es del mío, supongo que se siente insegura con mi presencia-

-¿Y Quién no?-la regrese a ver, ¿Era en serio?-Maribel por si lo has olvidado eres la persona rompe hogares en esta historia, segundo su hija te ha tomado cariño y tercero, por las miradas que le hechas estoy segura de que querrás tirarle en la cara cómo hiciste suya a su esposa años atrás-bien, esa mujer tenía motivos por los cuales querer cortar mi cabeza y hervirla con jengibre.

-Nos estamos desviando del punto, escupe los días que cuidas a Elizabeth-dije casi con un gruñido.

-Lunes, Martes y Viernes-¡Al fin canto! entre en mi auto, procuraría venir a verla.

-Alein, ¿Crees que pueda colarme para ver a Anna?-ella se apoyó un poco en mi auto.

-Déjame intentarlo, no prometo nada, Susan ha tomado turnos extra solo para cuidarla-eso sería un inconveniente.

-Gracias, en serio te lo agradecería-


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