Esa tarde en el trabajo le habían avisado que debía hacer un viaje de improviso por algún tipo de gestiones; era trabajo del mánager, pero al éste tener cierta restricción con viajes largos por motivos de salud envió al primero que se le ocurrió, apelando a su sentido de la responsabilidad y Kai fue su víctima…
No le quedaba de otra que obedecer, aunque no le desagradaban de todo ese tipo de viajes; lo malo de compararlo con los anteriores que haya hecho a causa de lo mismo, se debía a que en la actualidad tenía novio y no quería tener que dejarlo solo, pero a pesar de todo Nao supo comprenderlo, solo que a cambio le pidió una noche de despedida…
No vivían en el mismo departamento por temas de precaución; la empresa no les prohibía el romance pero sí les advirtió muy categóricamente que no quería escándalos en prensa si esa relación llegaba a salir a la luz. Pero a pesar de todo eso siempre eran muy cuidadosos, y al menos una vez a la semana la pasaban juntos. Y aunque esa semana ya tenían una noche en pareja a cuestas, esa noche se sumaría una más, pero con motivo de despedida…
No perdieron mucho tiempo en volver a casa esa tarde, sabiendo que Kai debía irse temprano a la mañana siguiente no había tiempo que desperdiciar, sobre todo teniendo en cuenta que no se verían en mucho tiempo…
Kai conocía muy bien a su novio y a sabiendas de lo fuerte y rápido que le gustaba el ritmo y la intensidad al hacer el amor, ese día quiso innovar y lo obligó a ir despacio para así aprovechar el tiempo…
Ya habían quitado sus prendas y estaban solo besándose sobre la cama, con lentitud, saboreando sus labios, rozando sus lenguas, mordiéndose de vez en cuando, teniendo las manitos quietas, pero no sus caderas. Kai estaba de espaldas al colchón y Nao sobre sus caderas moviéndose constantemente sobre él, frotando su entrada contra su miembro, sin buscar la penetración, solo sintiendo el roce…
Se despegó con lentitud de sus labios y su cuerpo y se acomodó sentado en el colchón, apoyándose en el respaldo de la cama, con las piernas abiertas y los brazos en su dirección…
—Ven aquí, mi amorcito— pidió
Su erección se notaba bastante, Nao lo observó y se acercó avergonzado hasta él y ansioso porque lo penetrara de una vez. Sin embargo la consigna esa noche era LEN TI TUD y aún cuando su propia erección dolía debió esperar un poco más…
Kai lo besó de forma apasionada y demandante quitándole el aire y excitándolo todavía más, haciéndolo crispar los dedos que tenía entre su cabello por ende tironeándolo un poquito y con bastante fuerza. Recibió un mordisco en el labio inferior y gimió con ansias pendiente a lo que venía…
—¿Listo para lo que viene?— susurró sobre sus labios
—Sí— susurró de vuelta
Estaba acostumbrado a que en esa posición Kai lo hiciera auto penetrarse y montar sobre su miembro de frente, pero se sorprendió mucho cuando sin mayor intercambio de palabras éste lo dejó de espaldas a él…
—Vamos a hacerlo como nunca antes— le susurró al oído
—Mgh~ Kai, penétrame de una vez— pidió sintiendo su miembro rozar su entrada
—Auto penétrate, pero de espaldas— le pidió
Nao asintió y se dispuso a obedecer; antes de hacerlo juntó un poco las piernas de Kai, luego volvió a posicionarse sobre su cadera, sujetó su miembro con una de sus manos acomodándolo en su entrada y comenzó a bajar lentamente sobre el, sintiendo inmediatamente esas ganas de moverse rápido como le gustaba, e iba a hacerlo, pero la petición fue otra…
—Vamos con calma, corazón— susurró sobre su cuello
En esa posición sentía aun más profundo el miembro de Kai en su interior, llenándolo completamente; al estar quieto sentía ese calorcito palpitante dentro de él y jadeaba extasiado cerrando los ojos, aun cuando no estaba siendo embestido…
Kai apegó un poco la espalda de Nao a su pecho y comenzó a besar su nuca; anteriormente había removido del camino sus cabellos para que no le estorbasen y con sus manos acariciaba sus piernas, pasando los dedos suavemente por la cara interna de sus muslos de forma ascendente; llegaba a su miembro erguido y lo rozaba con sus dedos, para luego volver a bajar con toda calma por el camino que ya había hecho…
—¿Puedo moverme?— le preguntó
—Sí, pero lento— le respondió, para luego morder su cuello
Dejó su nuca en paz e hizo que acomodara la cabeza sobre su hombro para así dejarle un amplio espacio para morder y besar. Sintió como Nao se afirmaba a sus caderas para hacer el impulso y comenzar el vaivén alzando la pelvis de forma tortuosamente lenta; jadeó contra la piel de su cuello al sentirlo bajar con la misma lentitud y llevó las manos a su pecho comenzando a retorcer suavemente sus pezones entre sus dedos…
—Ahh~ amor— gimió bajando abruptamente las caderas
—Mgh~… Lento, dije— alegó apretándole los pezones
Nao se contrajo ante ese apretón en sus pezones al sentir un estremecimiento recorrerle el cuerpo; comenzó a subir y bajar nuevamente luego de unos segundos, de manera lenta, manteniendo el miembro dentro suyo apretado constantemente…
—Eso… Así, lento… Lento— susurró Kai en su oído
Le apretujaba los pezones cada vez que su trasero chocaba con su cadera y sentía el estremecimiento de Nao como propio al tener su cuerpo tan apegado. Ir tan lento no estaba resultando mal, pero lo conocía y sabía que empezaría a desesperarse en busca de más velocidad…
Mientras solo se dedicó a disfrutar de la placentera lentitud con que su miembro estaba siendo apresado; comenzó a mover las caderas también, de forma lenta y circular para combinar con los movimientos ascendentes de su novio; bajó la mano derecha hasta su miembro y comenzó a masajearlo de manera rápida mientras que con la otra mano seguía acariciando el pezón bajo sus dedos…
—¡Ahhh~! A-amor… más, más, más~— pidió moviéndose rápido
Detuvo en seco todos sus movimientos y tomó con firmeza la cadera de Nao con ambas manos, lo dejó estático a medio camino con la mitad de su miembro dentro y comenzó a embestirlo fuertemente pero a un ritmo moderado; hacía chocar su cadera con brusquedad contra su trasero en cada embestida mientras mordía su cuello insistentemente…
—Ay, que bruto, Kai~— intentó reclamar jadeando
—Mastúrbate— ordenó, penetrando aún más fuerte
Lo tenía sostenido de tal manera que Nao no podía mover las caderas de forma contraria y debía conformarse con esas lentas y rudas embestidas. Aún cuando no era él quien se auto complacía de esa forma cuando hacían el amor; hizo lo que le ordenaron y tomó su miembro comenzando a bombearlo con fuerza, masajeando constantemente de arriba hacia abajo de forma acelerada en busca de contrarrestar la lentitud con que el miembro de Kai se introducía en el…
Ya que no podía mover sus caderas se contrajo insistentemente mientras seguía masturbándose y sintiendo esas duras embestidas chocar contra su trasero. Sus gemidos eran una mezcla de placer y desespero, pero le gustaba lo que sentía, el problema era que quería más; más fuerte, más rápido, más profundo, más y más a cada segundo…
Intuyendo la ansiedad de Nao, Kai disminuyó aún más el ritmo de sus embestidas hasta que en un torpe movimiento de cadera salió completamente de su interior. Recibió un jadeo de desaprobación al sacar su miembro, el cual ignoró y lo cambió de posición dejándolo de frente a él como en un principio...
Quedó viéndolo un segundo antes de continuar; su rostro sonrojado, su respiración agitada y sus ojitos entrecerrados le causaron una mezcla de placer y ternura. Lo tomó del cuello atrayéndolo a su boca y lo besó suavemente, acaricio sus hombros y sus brazos, mientras Nao sin perder el tiempo volvía a acomodarse sobre su miembro y al contrario a como empezó, esa vez se auto penetró rápido, despegándose un poco del beso para poder gemir, haciendo rebotar ese gemido contra los labios de su novio…
—Te amo— susurró Kai mirándolo a los ojos
—sonrió y le mordió el labio inferior— También te amo, Kai— respondió acariciando sus mejillas
—recorrió su espalda con las manos— Muévete, mi amor— accedió
—gimió comenzando a moverse— E-eso hago— contestó
En esa posición igual empezaron lento, pero esa vez Nao tenía el control de la situación, así se lo hizo saber al no imponerle orden alguna. Se contrajo nuevamente, comenzó moviendo las caderas de forma lenta, apoyó la frente en el hombro de Kai y fue subiendo gradualmente la rapidez de sus auto penetraciones mientras sentía como su novio recorría su espalda y se entretenía con su cuello; lamiendo, besando, succionando y mordiendo cada centímetro de su piel expuesta…
—¡Ah~ Kai, te amo, te amo~!— gimió y luego mordió su hombro
—Mgh~ yo también amor, yo tambiéhn~ Ahh~— respondió
Comenzó a moverse también en ayuda del vaivén acelerado que llevaba Nao. Movió sus caderas de manera fuerte sosteniendo su trasero con fuerza, apretándolo entre sus manos cada vez que se introducía en el recibiendo placenteros gemidos directo en su oído…
—Aah~ Kai, que rico… Sigue así— susurró en su oído
—Así… ¿Así?— consultó penetrando más fuerte y acelerado
—Aah~ Ahh~ —enterró las uñas en sus hombros— ¡Ooh sih~! Así, así— contestó gimiendo fuerte
Mantuvo el ritmo de sus embestidas siendo ayudado por Nao, ambos se movían en perfecta sincronización en busca de más contacto. Kai con las manos en su cadera, Nao con las manos sobre sus hombros, enterrando las uñas sobre su piel cada vez que el miembro de su novio se introducía intensamente en el. Sin dejar de moverse, sin dejar de gemir, entregados a cada satisfactorio roce, rasguño, jadeo, gemido, caricia, contacto entre los dos; cerraron los ojos y se dejaron llevar por el sentimiento de conexión y complicidad con su pareja…
—Ya… Casi, amor— susurró sobre sus labios
—Bésame— le pidió Nao rozando sus labios al hablar
Unió sus labios en un beso suave que fue subiendo de intensidad a como las embestidas se hacían más delirantes; sentían esos leves gemidos morir en sus bocas y se fueron separando de a poco. Kai bajó sus labios hasta su cuello, repartiendo intermitentes besos sobre su piel apreciando el orgasmo cada vez más cerca. Sintió cómo Nao disminuía el ritmo de sus caderas enterrando las uñas en su espalda y eyaculó mordiendo fuertemente su cuello al percibir el semen tibio de su novio sobre su abdomen acompañado de un prolongado y ahogado gemido…
—Mi cuellito— dijo con voz agitada
—Lo siento, amor— se disculpó lamiendo las marcas de la mordida
—sonrió— No importa, no era un queja— respondió
No deshicieron la pose de sus cuerpos y sus labios volvieron a juntarse de manera superficial, otorgándose pequeños y reiterados besos mientras el cosquilleo del reciente orgasmo los abandonaba poco a poco…
—Precioso mío, te amo tanto— susurró Kai acariciando sus mejillas
—sonrió suavemente— ¿Me ama mucho, mucho?— preguntó rozando sus narices
—le dio un pequeño beso— ¿Lo dudas?— preguntó de vuelta
—negó— Por supuesto que no. Yo también te amo, mi amor— contestó
—¿Mucho, mucho?— consultó riendo suavemente
—Muchito, mi amor— respondió
Lo vio sonreír y no pudo evitarlo, abordó sus labios nuevamente en un intento de frenar ese intenso cosquilleo que se le formaba dentro; maripositas que desde un comienzo lo atosigaban cada vez que veía esa sonrisa. Una mezcla de cariño, ternura, devoción y un sin fin de cosas se agolpaban en su interior haciéndolo sentir tan vulnerable ante él…
Mientras Nao lo besaba aprovechó de salir delicadamente de su interior, pero aun cuando rebotó un gemido dentro de su boca no se separó, solo siguió besándolo, lento, suave, con cariño. Se fue acomodando de a poco bajo los cobertores de la cama y sin separarse de su boca ni soltar mucho su cintura cubrió ambos cuerpos…
—Vamos a dormir, es tarde— anunció Nao
—asintió acurrucándolo entre sus brazos— Que duermas bien, amor— deseó
—Buenas noches, mi amor— susurró
—Buenas noches, corazón— susurró de vuelta
El tiempo se les pasó tan rápido a pesar de la lentitud con que quisieron aplacar la marcha de los segundos; no demoraron casi nada en caer en el sueño profundo, los dos juntitos, compartiendo su calor y su cariño bajo las mantas de esa cama…
Para cuando Nao despertó en esa cama se encontró solo, en un principio creyó que Kai se había ido sin decir nada, pero antes de que la tristeza lo abordara llegó el dueño de sus pensamientos, ya listo y dispuesto a empezar esa jornada diaria…
—¿Porqué no me despertaste?— le preguntó
—Porque estás desnudo y no quería tener que llegar tarde por culpa de la tentación— respondió
—Pero es temprano— alegó con el ceño fruncido
—No pongas esa carita y mejor arréglate para que desayunemos juntos— pidió y luego le dio un pequeño beso
Obedeció su petición y se arregló lo más rápido que pudo, porque ya se les estaba haciendo el tiempo a ambos. Desayunaron rápido y se fueron juntos de vuelta a la compañía, en donde sus caminos se dividirían por un tiempo relativamente largo. Kai ya tenía sus cosas allá, era cosa de llegar, ajustar detalles e irse con el mánager rumbo al aeropuerto…
Kai lo fue a dejar hasta su sala de ensayos y aprovechó la soledad de esta para besarlo antes de irse; estaban de pie a un lado de la puerta de ingreso, besándose con toda calma, enfrascados en su pequeño mundo, cuando el celular de Kai interrumpió el ambiente. El mánager lo llamaba, debía partir…
—Debo irme, amor— anunció
—lo abrazó fuerte— Te extrañaré— dijo
—Yo también, pero volveré— trató de alentarlo
—Lo sé, amor. Que te vaya bien— deseó y le dio un besito
—Gracias, a ti también. Te llamaré— dijo
—Oki. Nos vemos— se despidió antes de que se ponga triste
—Nos vemos, cuídate— pidió
—Asintió—
Luego de robarle un último beso a su novio, Kai se fue a paso rápido hacía el lugar donde se requería su presencia, antes de que el mánager empezara a gritar como ogro histérico su nombre por todos los pasillos. En el camino vio a algunos integrantes de otros grupos a los cuales saludó fugazmente al pasar a su lado y llegó en el momento cuando el hombre frente suyo iba a salir a gritar; le sonrió y entró con él a la oficina…
Un detalle que no recordó el batero de Alice Nine la tarde anterior, ni mucho menos durante el acto de despedida que tuvo con Kai, fue que esa mañana le tocaba sesión de fotos, y no fue precisamente él quien razonó ese detalle, fue el vocal de su grupo el que le hizo memoria…
—¡Estúpido caliente! ¡Te advertí que hoy había sesión de fotos!— le gritó
—se llevó las manos al cuello— No es para tanto— intentó defenderse
—¿Cómo que no?, cualquiera que viera esas marcas pensaría que Kai es caníbal. ¿Por qué nunca me hacen caso?— se preguntó a sí mismo
—Ya cálmate, con maquillaje sale— trató de bajarle el perfil a la situación
—Por tú culpa nos retrasaremos, ¿Recuerdas cuánto se demoraron la ultima vez en quitarle las marcas del cuello a Saga?— preguntó
—Sí recuerdo, pero ¿Ves?, todos tenemos tejado de vidrio, en esa ocasión el caníbal fuiste tú— debatió
—Ok, me rindo— dijo levantando las manos en señal de derrota
Quizá cuánto se demorarían en maquillar esas marcas; quizá cuánto tiempo más se demorarían en borrarse definitivamente de su piel, pero poco le importaba, esas marcas se las había hecho su novio y eran un pequeño recuerdo visible de su noche de despedida. Al verse un momento en el espejo se le cruzó por la mente: ¿Cuántas marcas más le dejaría en el reencuentro…?