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Imán por Carito_d

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Notas del capitulo:

Hola gente sensual del amor yaoi u.u despues de un largo tiempo, que yo estuve en la playa y la canu emborrachandose en brasil con caipiriña xDDD volvimos mas redis ke nunca holiholiholisiisisisi xD.

Espero que dejen review, si no hay mas de 30 reviews dejaremos la historia hasta aqui y no volveremos a escribir mas en Imán y nos dedicaremos a hacer puros oneshot con finales tristes! xD porfavor dejen sus reviews, con opiniones, sugerencias, si esta bien o esta mal u.u

PD: la canu dice ke si no dejan reviews nos dedicaremos a puro tener sesso y jalar xDDDDDDDD

PD: Ya subimos el capítulo 2 de nuestro twoshot incestuoso, aqui les va el link:

http://www.amor-yaoi.com/fanfic/viewstory.php?sid=94367&textsize=0&chapter=2

Taemin despierta sobresaltado apenas escucha que la puerta de su habitación se abre. Ve a Key mirándolo extrañado, con una toalla en la cabeza, casi con algo de preocupación.

-       ¿Pasa algo?

-       No- suspira y se encoge entre las sábanas-. Tuve una pesadilla.

-       ¿Tu conciencia de nuevo?

Taemin asiente sin siquiera tener que darle explicaciones. Ve como el rubio rueda los ojos y abre más la puerta, sin regañarlo porque hasta para él era demasiado temprano como para dar un discurso de madre.

-       Levántate. Al menos agradece que te queda algo de conciencia y no como al otro.

Al otro.

Ese otro tenía nombre y apellido y lamentablemente él sabía perfectamente de quién se trataba.

Se levanta arrastrando los pies y caminando hacia la cocina en busca de algo para comer. Key aún le miraba con cara de que no podía aguantarse más y de que de verdad necesitaba darle un discurso. Taemin coloca un poco de leche en un bowl cogiendo un puñado de cereales y tirándolos casi con furia.

-       Habla luego. Parece que te fueras a ahogar con tu lengua.

-       ¿Es que de verdad no te da miedo?

-       Ella no es nada mío- come una cucharada de cereales, masticándolos más de lo normal-.

-       Pero por algo tu conciencia te está atacando.

-       Es porque soy un idiota.

-       Es porque tienes el corazón bueno, Taeminnie.

Lo único que le faltaba.

Hace más de una semana que había tenido ciertas pesadillas que le inquietaban y que estúpidamente se le había ocurrido contarle a Key.

Soñé que Yuri me veía con Minho.

Ojalá hubiese sido una vez, porque no fue así. Ya era cosa de casi todos los días.

-       ¿Y de qué sirve que tenga corazón bueno?- bufa.

-       De que eres el que tiene el poder de parar esta situación.

Pequeño gran problema.

No estaba seguro de que si quería parar.

Key parece entender sus pensamientos y se levanta antes de tener que seguir un diálogo en el que estaba seguro que era imposible terminar de buena forma. Se despiden sin demasiado ánimo y Taemin le asegura que irá a clases, que ya dejará de faltar o de escaparse.

(Por algo tenía que empezar a rechazarlo.)

Y coordina todos sus horarios de tal forma que no se lo tenga que encontrar en ninguna parte. Cambia su recorrido habitual para llegar a las salas y usa otro baño que queda más lejano y que hay que caminar más con tal de no verlo. Incluso coordina otro horario de almuerzo, teniendo cero posibilidad de encontrarse con él.

A veces era bueno tener un cambio en ese orden maniático que seguía día tras día.

Sonríe dichoso cuando se sienta con la bandeja de comida, esperando a Key y abriendo un jugo y luchando distraídamente con la tapa, cuando siente una botella de agua posarse frente a él. Supo sin siquiera mirar que no se trataba ni del rubio, ni de Minho, sino que algo mucho peor.

-       ¿Hola…?

Yuri le mira cuando abre la botella de agua y se sienta frente a él,  limpiándose los labios con una servilleta para no arruinar su perfecto maquillaje.

-       Taemin- completa, sin creer lo que pasaba en ese minuto. Como si Key fuera bruja y le hubiese mandado una maldición-. Me llamo Taemin.

-       Cierto, ahora lo recuerdo.

Se pregunta porqué lo hace.

Se imagina a Minho hablando sobre él y eso se le hacía imposible. No con Yuri al menos.

Le ve beber un largo trago, mientras él ya no era capaz siquiera de pensar en comida.

-       Supongo que ya me conoces.

-       Sinceramente, no.

-       No es necesario que mientas. Te he visto mir…

-       ¿Necesitas algo?- le interrumpe.

-       Créeme que sí.

Yuri se vuelve a limpiar los labios nuevamente, casi de forma frenética.

Y a Taemin le enferma. Le enferma su pelo excesivamente liso, su maquillaje perfecto y sus facciones dignas de admirar. No podía negar que la novia de Minho debía ser la envidia de muchas. Y de él en gran parte.

-       Necesito dejarte un par de cosas en claro. Especialmente sobre mi novio.

-       No sé de qué me hablas.

-       De Minho, sé que lo conoces, no te hagas el tonto.

Lo conozco más de lo que probablemente llegaste tú a conocer los primeros meses de relación.

-       No sé de qué me hablas- repite.

-       Hablo de la persona que no le quitas la vista de encima apenas se te cruza, ¿te queda claro ahora?

-       No mucho.

Lo hace solo para molestarla. Para hacerla enojar y dejarle en claro que él no se dejaría aplastar por una rata como ella.

-       Hablo de Minho.

-       Ah, Minho- pronuncia su nombre con la intención como si lo estuviera saboreando en ese momento. Se lame los labios y ve como Yuri frunce el ceño.

-       ¿Tienes algo con él? ¿Te gusta acaso? No soy tonta.

-       ¿Tienes miedo?

Ni Taemin se cree capaz de haber dicho lo que acababa de pronunciar. La morena le mira en shock y casi sin asimilar la información que le acababa de dar. Incluso él se asusta de sí mismo.

-       ¿Miedo? ¿Qué quieres decir, rotito?

Rotito.

No sabía como Minho podía estar con un tipo de mujer así.

-       No sé de quién me hablas- se burla, intentando herir su ego como lo estaba haciendo ella con él ahora-. No sé quién eres, qué quieres, ni qué pretendes. Quiero almorzar si no es demasiada la molestia para tu pequeño cerebrito.

-       ¿Crees que te creeré que no conoces a Minho?

-       ¿Me debería importar que una persona que no conozco ni que me interesa conocer, me crea?

La chica se levanta ofendida y tapa su botella de agua con furia.

-       Te hagas el imbécil o no, te advierto que no te conviene acercarte a Minho. Ni te atrevas, ¿oíste?

-       No sé de quién me hablas- se burla de nuevo-. Pero diré que sí para que te calles de una vez y me dejes comer.

-       No lo mires- continúa como si no lo hubiese escuchado-. Ni siquiera te atrevas o no seré tan educada como estoy siendo ahora.

-       Okey.

Taemin toma un tenedor entre sus dedos, ignorándola y sintiendo en un par de segundos como sus zapatos aguja resonaban, mientras se retiraban del lugar.

Key se lo había advertido. La cara de zorra no la tenía solo porque sí. Su hobbie era presumir lo que tenía y más aún si esto se trataba en algo con Minho.

Taemin suelta un bufido y deja el servicio a un lado para pasarse la mano por la frente, frustrado.

¿En qué momento las cosas con Minho comenzaron a salirse de control?

**

-       Ya estoy en el tren.

Taemin sonríe cuando escucha la voz de Key al otro lado, dando un discurso de preocupación porque se había demorado tanto en avisarle. Le da consejos para que se relaje y se olvide un poco de lo caótica que se estaba volviendo su vida en Seúl. O más bien, de alguien que conseguía volverlo caótico.

-       Estaré solo tres días no exageres.

-       En tres días pueden pasar muchas cosas.

Corta advirtiéndole por cuarta vez que dejara de tratarlo como un niño indefenso, quedándose con el teléfono en la mano luego de dejar de hablar. Mira la pantalla dudoso si debía mandar cierto mensaje o no.

Hace más de cuatro días que no veía a Minho y no sabía nada de él.

Era extraño, pero le gustaría escuchar que estaba haciendo en ese momento.

Y una mierda.

La cara de Yuri vuelve a aparecer en su mente, dejando el celular lo más alejado de él para que no fuera a hacer ninguna estupidez.

Hace más de un mes que no iba a Busan a ver a su familia y sentía que ahora estaba en el momento correcto para hacerlo. Lamentablemente se recordaba de ir cada vez que le ocurría algo, lo que no se demoraban mucho en descubrir cuando lo veían llegar. Piensa en Kai y en qué cara pondría si supiera que estaba con alguien en ese momento; con un hombre, lo que le causaba tanto disgusto inevitablemente.

No es que lo rechazara por ser homosexual, sino que aún no se acostumbraba a que tenía una vida distinta a la de él. Que su porno no se trataba de senos enormes ni traseros descomunales sino que… de otras cosas.

Suelta un suspiro y pega la frente a la ventana.

Sinceramente no sabía que le ocurría. Se sentía extraño consigo mismo y con ciertos pensamientos que le rondaban por la cabeza. Sabía que no estaba actuando bien y que eso tendría consecuencias, pero la despreocupación que tenía antes se acumuló y ahora apenas le dejaba vivir.

Taemin iba a pensar a Busan. Iba a relajarse y a desconcentrarse de toda la gente que rondaba en su cabeza. Ordenaría sus pensamientos y sus sentimientos y analizaría si de verdad valdría la pena continuar con ese jueguito estúpido con Minho.

Lo que de un momento a otro, inevitablemente, había comenzado a ser más que un juego para él.

**

La misma cafetería de siempre. La misma mesa y la misma perfecta impuntualidad de Key.  Jonghyun revisa su celular, mientras terminaba el café que se había terminado hace un rato. Podría decir que estaba enojado, que lo odiaba, que le cargaba que siempre le hiciera lo mismo y que él,  el muy estúpido, seguía siendo puntual como si un día por arte de magia Key fuera a llegar a la hora. Pero cuando siente un par de pasos caminando rápido en su dirección, mientras unas bolsas sonaban con su andar, levanta la cabeza y ve al rubio sonriéndole lo suficientemente grande como para comprarle su perdón.

Un perdón que ha tenido ganado desde siempre.

-       Te lo juro por toda mi ropa que hoy venía a la hora, pero de repente no sé que pasó, que dejó de ser la hora que creía.

-       ¿Quieres un reloj nuevo?

-       No estaría nada de mal.

Key se sube un poco a la mesa hasta alcanzarlo y darle un corto y suave beso en los labios. Jonghyun sonríe al sentir el roce, cayendo rendido a sus pies en menos de dos segundos.

-       Tu cara me dice que algo pasó o que tu café está demasiado malo.

-       La primera opción, el café está bien.

El rubio se apresura en pedir dos cafés nuevos antes de que Jonghyun lo mirara atento y serio. No le gustaba verlo así, eso siempre significaba malos augurios.

-       Los socios de la compañía de mi papá se enteraron de que eres gay- suspira con la suficiente vergüenza para apenas mirarlo a la cara-. Y no quieren ser más su socio porque tiene un “hijo” gay.

Heterosexuales de mierda.

Key suelta un bufido, ofendido, pero sin quitarse esos aires de egolatría de encima.

-       ¿Y eso qué tiene que ver?

-       No sé, tampoco sé como se enteraron.

Intenta quitarle importancia al asunto acariciando una de las manos de Jonghyun, pero éste aún así se resiste a mirarlo por demasiado tiempo.

-       Pero tranquilo, si tampoco puede ser tan malo…

-       No sé- bufa-. Estoy aburrido de esta mierda, de toda esta farsa de vida que llevamos.

-       ¿Y qué quieres hacer?

Ve como se acomoda en el asiento, tomándole ambas manos y mirándolo mucho más expectante. Casi con la misma cara que cuando lo ve desnudo.

-       Vámonos, Kibum. Vámonos a Londres. Siempre has querido vivir allá.

Era una idea demasiado hermosa para ser cierta.

Se imagina comprándose ropa todos los días junto a Jonghyun sin temor a ser descubiertos, besándolo en la vía pública y caminando de la mano sin importarle lo que podía pensar la gente.

¿El paraíso? Algo que por mucho soñara, no podía ser así.

-       Sí, pero ¿cómo? Apenas salgamos del país nos bloquearan todo. No tendremos dinero.

-       Key estoy harto de esto, te lo juro por mi vida, que estoy harto.

El rubio le acaricia con la yema de los dedos por sobre el torso de la mano, intentando buscar tranquilizarlo. Agradecía de cierta manera que siempre se sentaran en una mesa tan alejada.

-       ¿Y si le decimos a tu papá?- Jonghyun levanta la cabeza y suelta un bufido por el solo hecho de pensarlo-. Mi mamá ya sabe.

-       ¿¡Qué!?

No más roce de manos ni caricias. Jonghyun se separa de golpe y le mira con los ojos como plato, sin poder creer lo que decía.

-       ¿Cómo no me dijiste?- le dice elevando la voz-. ¿Ahora con qué cara la miro?

-       Relájate, no sabe que estamos juntos, solo sabe que me enamoré de ti.

Le enternece en la forma que se lo dice. Sin vergüenza y como si estuviera algo común dentro de las familias.

-       ¿Pero por qué? ¿cuándo le dijiste?

-       ¿Crees que tu papá dejó que no te casaras solo porque sí?

Mierda.

¿Había algo en lo que Key no hubiese intervenido para su bien? A veces de verdad sentía que era como una especie de ángel guardián.

-       ¿Quién más sabe?

-       Nadie más, solo ella.

-       ¿Y Taemin? ¿cuándo va a saber?

Ve como su rostro cambia de inmediato casi como si hubiese chupado un limón. Ese era el tema más difícil para Key y Jonghyun no sabía como convencerlo de que le dijera de una sola vez, que él sería el que menos lo rechazaría.

-       No sé, Taemin anda en otro mundo con sus problemas.

-       ¿Qué problemas?- le ve mirarlo incómodo y jugar con la taza de café-. ¿Es por Minho?

-       No pensé que sabías.

-       Sí, algo supe- Key le mira esperando que le dijera toda la información de una sola vez, alentándolo a hablar-. Pero Minho me dijo que habían estado juntos una vez y listo.

-       ¿Una vez?- suelta una carcajada irónica-. Si Taemin fuera mujer ya estaría embarazada.

Jonghyun explota cuando escucha al rubio, llamando la atención de todos dentro de la cafetería. Le salen lágrimas en los ojos y Key no entiende que es lo que le causa tanta risa.

Si el hecho de que sigan con los mismos problemas como si nada, o si otro par al igual que ellos, estaba teniendo una vida de mierda.

**

Jonghyun choca su botella de cerveza cuando ve a Minho sentado en uno de los peldaños de la escalera del patio. La música resonaba y el alto le mira sorprendido de ver su presencia en el lugar. Hace bastantes días no lo veía –como a otro- y podría decirse que lo había extrañado.

-       Qué sorpresa encontrarte aquí, no pensé que vendrías.

Minho se mueve hacia un lado, dejándole un espacio que el otro no dudo en ocupar.

-       Siempre soy una sorpresa, Jonghyun. Había olvidado que te alegrabas tanto de verme.

Enciende un cigarrillo y se lo pasa como cortesía, pero el castaño niega rápido ofendido.

-       No me alegra, pensé que ya eras un hombre de casa a punto de llegar al altar.

El solo hecho de escuchar eso, le retuerce el estómago.                

-       Creí que ese eras tú. Me dejaste con las ganas de ir a la fiesta.

-       Yo no soy el que tengo novia hace como cinco años. Por favor, Minho, ¿de verdad pensaste que me casaría?

-       Sé lo gay que eres, siempre supe que no lo harías.

Hacen un salud en el aire y beben un largo trago de cerveza, celebrando.

Celebrando la homosexualidad y que se hubiesen encontrado sin querer en ese lugar de distorsión en el que ni siquiera conocían al dueño de casa.

-       Y tú como no te quedas atrás, también sé que te gustan los bailarines castaños.

Minho ríe apenas lo escucha.

-       ¿Quién te informó tan mal? Es solo uno.

-       No puedo creer que seas tan sin vergüenza y ni siquiera niegues que sigues con él.

-       ¿Desde cuando te pusiste tan celoso?- le da una palmadita en el hombro, mientras el otro le mira enojado.

-       Ya para con el jueguito, te estoy hablando en serio.

-       Nunca creí que te importaría lo que hacía o dejaba de hacer.

-       ¿Soy tu amigo o no? Los amigos hacen eso, te abren los ojos para que veas que cosas estás haciendo mal- le quita el cigarrillo y le da una calada, sabiendo que si Key le sentía olor a tabaco lo mataría-. ¿No te importa que un día llegue Yuri y los encuentre? ¿o crees que no sé que te lo has tirado más de una vez?

Jonghyun le mira serio y Minho termina la botella de cerveza antes de responder. Le gustaría seguir con la misma mentira y convencer a todos que no sentía nada por Taemin, pero Jonghyun era su amigo, podía confiar en él.

Era una de las pocas personas que agradecía que existieran en su vida.

-       Me gusta Taemin- suspira-. ¿Qué quieres que haga? Ya estoy cagado, fin de la historia.

Lo ve sonreír de medio lado, agradeciendo su sinceridad.

-       ¿Si te gusta tanto no crees que ya deberías enfrentar la situación? Yuri tampoco se merece que le hagas esto. Sé que tenemos familias difíciles, pero es mejor hacerlo ahora antes de que sea peor.

-       ¿Crees que no lo he pensado?- termina el cigarrillo y lo apaga-. Lamentablemente las cosas no son tan fáciles como parecen y no puedo llegar donde mi mamá y Yuri y decirles: hola, buenos días, quiero informarles que estoy con Taemin, sí es un hombre, así que espero que nuestros lazos sigan sin problemas.

-       Tampoco me gustaría verte sufrir- se levanta y sacude su trasero con sus manos-. Pero haz algo y luego. Yo me tengo que ir, alguien me espera.

-       Gracias por dejarme hundido en la mierda- le lanza un beso al aire y sonríe-. Te amo jonghyun.

Se estrechan las manos y levanta a Minho desde un brazo también.

Le gustaría no ser tan sincero, pero ya que era carne de su carne…

-       No quiero romperte el corazón, pero vi a Taemin un poco más allá bailando con alguien, muy pegados por cierto. Te veo pronto.

Ni siquiera ve cuando Jonghyun desaparece ni por donde desaparece, solo ve un par de metros más allá, enfocando la vista y viendo más que claro lo que tenía que ver. Taemin bailando con un imbécil que lo afirmaba desde la cintura, mientras este se contorneaba con él como si se tratara de algún familiar.

No, mierda, a los familiares no se les besaba así.

Minho nunca se declaró una persona celosa. Nunca peleó con un hombre ni con nadie porque miraba en exceso a Yuri o porque se intentó sobrepasar con ella. Nunca sentía celos ni tampoco necesidad de marcar que era de su territorio, pero cuando ve a Taemin besando a ese maldito imbécil, siente que los celos le florecen desde los pies y le hacen explotar la cabeza.

Todo los celos que nunca sintió en su vida, los sentía ahora.

Estaba seguro de que podía ser capaz de descuartizar a ese idiota y ni siquiera tener remordimientos.

Ni uno solo.

Y cuando camina, empuja a toda la gente que se le cruza o que incluso le saluda cuando le ve. Minho solo tiene su objetivo visualizado y nada lo interrumpirá de eso. Y no camina; da zancadas que le hacen llegar en menos de lo previsto a “la escena del crimen”. Se interpone entre ambos cuerpos, empujando a Taemin tras su espalda, mientras con la mano empujaba desde el pecho al imbécil.

(Ya no se le ocurría otro nombre. No pensaba. Estaba fuera de sí.)

Y ni siquiera alcanza a defenderse cuando Minho le miraba desafiante, desde un par de centímetros más arriba –agradecido de su altura-, espantándolo.

-       Esfúmate.

Minho no lo conocía. Y agradecía que no fuera así porque si hubiese sido un alumno de la facultad, al otro día conseguía que lo expulsaran.

¿Por qué mierda no se podía controlar? La ira lo tenía completamente fuera de sus cabales.

Pero un fuerte manotazo en la espalda le hace despabilar y voltearse a mirar a Taemin que le miraba como si intentara asesinarlo con sus ojos. Minho cree que si lo intenta un poco más, lo conseguirá.

-       ¡¿Qué mierda te pasa Minho?! ¡Estaba bailando con él!

-       ¿Bailando?- le grita cerca de la cara-. Sí, claro. ¿Desde cuándo te pusiste tan puto Taemin?

Una cachetada no le deja seguir hablando, dándole a conocer que se había pasado. Aunque si hubiese sido por él, también se habría pegado a si mismo.

Era solo que no sabía como controlarse. Solo tenía ganas de despedazar todo.

Y quiere hacer tanto daño que se acerca de golpe y le toma la cara con una mano a Taemin, obligándolo  que lo besara. Minho quiere violarle los labios, pero el castaño lo único que hacía era pegarle manotazos e intentar apartarse.  Pero el muy idiota que lo estaba acosando antes, vuelve y se coloca al lado, intentando interrumpirlos.

Taemin le mira casi suplicante, que lo liberara de Minho, pero el alto le impide incluso que hable.

-       Yo no sabía que estabas con alguien.

-       Está conmigo- le bufa cerca del rostro, amenazante-. Ándate antes de que te saque la mierda, ¿te quedó claro?

Lo suficiente como para que desapareciera en un segundo y Minho tomara el brazo de Taemin, arrastrándolo hasta la cocina en donde había un par de chicos que se esfumaron apenas lo vieron. Minho sabía que se veía amenazante, pero no tenía ni la más mínima idea de cómo podría controlarse en ese minuto.

Tampoco quería hacerlo.

-       Suéltame, hijo de puta-

Taemin le pega, pero aún así no consigue mucho, siendo acorralado contra un mueble de la cocina. Minho tenía la respiración entrecortada y la mirada perdida y sin querer eso ya conseguía cosas en él. Cosas que de un minuto a otro no supo como controlarlas.

-       ¿Desde cuándo tienes derecho sobre mi?

Minho lo afirma desde el cuello y respira fuerte, demasiado varonil.

-       Desde que te conocí.

Y lo besa. Lo besa como nunca antes lo había hecho. Le muerde los labios con rabia y Taemin cree deshacerse ante él. Su cuerpo se hace minúsculo ante la magnitud de Minho, siendo atrapado en ese maldito mueble, que lo único que hacía era pegarle en la espalda. Pero el alto no se conforma y lo levanta, dejándolo sentado sobre la mesa, mientras Taemin no le dejaba escapatoria, atrapándolo desde el trasero con sus piernas.

Nunca se enteraron si alguien entró a la cocina y los vieron. Nunca se enteraron de la hora ni de que ocurría a su alrededor. Solo se besaban y succionaban con odio, con furia por estar sintiendo esas cosas que no debían suceder. Ambos tienen rabia contra el otro porque se descontrolaron y dejaron que ese maldito juego fuera más allá de los límites.

-       Eres mío, Taemin- Minho tiene la mirada desorbitada y le sostiene desde el cuello-. Entiéndelo.

Pero el menor parece calentarse más, sin dejarle hablar y comiéndole la boca a mordiscos. Hace que sus lenguas choquen como  nunca, mientras su mano le sostienen desde el extenso cuello que parecía no tener fin. Taemin gime y es por placer, por angustia y por furia.

Minho estar en la lista de los siete pecados capitales. De eso ya no había duda.

-       Te odio tanto Choi Minho- le pasa la lengua por los labios y le vuelve a besar-. Y yo no soy tuyo, ¿entendiste?

Se saborean, apenas se dejan hablar. Taemin ya no pone resistencia y Minho parece calmarse un poco más. Ahora se cree capaz de pensar con el cerebro.

-       ¿Y todo lo que hemos hecho?

-       Eso no quiere decir nada- ahora le succiona el cuello, esperando dejarlo marcado y que eso le trajera problemas. Lo odia tanto por tenerlo así que tiene ganas de hacerle daño-. No somos nada.

Pero Minho no se rinde, retrocede y Taemin se queda con el cuello estirado con demasiadas ganas de besarlo aún.

-       Todo lo que toco es mío.

Mierda. ¿Era posible también que Minho lograra calentarlo con las palabras?

¿Acaso eso no merecía cárcel?

Y se rinde. Taemin lo besa desesperado, hace un camino invisible en su cuello y se preocupa de que sus pelvis queden lo suficientemente juntas como para frotarse. La ropa le molesta y tiene ganas de que lo hagan YA. Que lo desnude en la mesa y que boten todo y que llegue el dueño de casa y los pille.

Taemin tiene tanta rabia que no sabe como puede hacer daño.

Está desesperado de estar así de rendido ante él.

-       Prométeme algo- Taemin le jala el labio inferior, mordiéndolo y sin dejarle hablar.

No quiere que hable. No quiere que lo caliente más.

Simplemente quiere que Choi Minho deje de existir o que desaparezca de una puta vez de su vida. Está harto de él. Está harto de su sensualidad, de sus palabras y de su forma de vivir la vida.

Está harto de que lo tenga como un tonto y él no pueda luchar contra eso.

Pero Minho lo empuja y lo obliga a concentrarse en su rostro perfecto que ahora le calentaba más porque nunca creyó que era posible verlo fuera de si alguna vez.

Incluso se replantea de hacer lo mismo solo para vivir de nuevo esta situación.

-       Prométeme que no vas a besar a nadie más que no sea yo.

Las palabras llegan de golpe y los planes recientes comienzan a hundirse. Pero no le responde, solo lo mira con cara de odio y con la pelvis latiendo y queriendo que se acerque de nuevo y pueda comenzar a frotarse contra él.

No quiere responderle porque sabe que dirá algo que será de forma inconsciente. Ahora su cerebro había dejado de funcionar. Otra cosa que late y que no era su aparato reproductor, era el que se iba a encargar de dar esa respuesta.

-       Prométemelo- le repite.

Minho comienza a acercarse de nuevo mientras toma sus manos, enredándolas con las suyas. El tacto es agradable y una maldita electricidad, vuelve a recorrerle el cuerpo.

-       Prométeme que vas a terminar con Yuri.

Lo había dicho y ya no había vuelta atrás. Minho le suelta los dedos de a poco, dejándolos caer y bajando esa revolución de hormonas que le había atacado.

Era golpe por golpe.

Taemin sabía como jugar también. Solo a veces era un tonto, no siempre.

-       Sabes que es complicado Taemin.

Hasta en la forma en que decía su nombre le daban ganas de pegarle. Un solo combo directo en el rostro.

-       Entonces no te prometo nada- hace el intento de bajarse de la mesa, pero la mano de Minho se lo impide, sosteniéndolo.

-       Está bien, prometo que haré lo posible.

Mentiría si en ese minuto niega que una ola de felicidad le recorre el cuerpo entero. Incluso le dan ganas de sonreír y volver a besarlo con más calma.

-       No Minho, prométeme que harás lo imposible.

El alto se acerca y asiente con la cabeza gacha. Taemin le da un beso en el cuello, sin aguantarse más y logrando sacar una pequeña sonrisa en él.

-       Lo prometo- susurra mientras el castaño colocaba ambos brazos tras su cabeza, acercándolo-. Prométeme que serás siempre mío.

¿Es que acaso nunca se le acababan las promesas? ¿No estaba siendo demasiado exigente?

(No.)

Le besa los labios y se queda cerca de su rostro, sin prometerle ni responderle nada. Esto era un juego, aún no perdía la esperanza de que solo se trataba de eso.

-       ¿Sabes por qué no me habías visto hace tantos días?- susurra cerca de sus labios y mirándolo hasta casi desenfocarlo-. ¿Sabes por qué me fui?

(No. Se lo había preguntado toda la semana y se había resistido a llamarlo, teniendo el teléfono más de diez veces el número marcado.)

Pero Taemin omite la respuesta y se guarda sus palabras sin tener insistencia de parte de Minho, que parecía entender que era mejor callar algunas cosas para no agravar más la situación.

-       ¿Sabes que si no cumples no me vas a ver nunca más?- le cuesta ser sincero sin avergonzarse. Sus mejillas toman un poco de color y agradece que Minho esté así de cerca con él para que no pueda notar eso-. Ya no quiero ser un juego, Minho.

Listo. Ya lo había dicho. No podía hacer nada más que asumir que el alto se asustara y que lo dejara solo por ser tan idiota. Pero Minho se separa y lo mira serio, sin odio ni furia de por medio; los celos ya no existían y su respiración se había normalizado.

Y se miran por largos segundos. Minho con palabras atrapadas en la boca, desesperado de querer escupirlas, pero avergonzado porque no sabía como explayarse en ese minuto. Taemin le miraba casi con pena y vergüenza, con las piernas colgando desde la mesa, y con las manos a sus lados sin saber que hacer.

Una situación que ninguno de los dos esperaba y que no supieron cuando se salió de control.

Y Minho se acerca hasta dejar su cuerpo pegado al de él, mirándolo antes de dejar caer su cabeza sobre su hombro, abrazándolo desde la cintura. A Taemin le cuesta responderle, pero la sensación que le recorre por el cuerpo cuando coloca sus brazos detrás de su cuello, abrazándolo también, es tan placentera que no tiene ganas de despegarse más.

Ya no quiere hacerle daño, solo quiere abrazarlo y quedarse así hasta la eternidad.

-       Ahora hueles a mi- le susurra de repente sin despegarse. Escucha la tímida sonrisa de Minho cerca de su oído y eso le da más incentivo de seguir hablando-. Prometo no besar a nadie más.

Les cuesta despegarse y seguir besándose como hacían antes. Ya no están calientes y tampoco tienen ganas de hacerlo sobre esa maldita mesa incómoda de dios sabe quién. Minho le ordena el flequillo y sonríe omitiendo todo tipo de comentario para no avergonzarlo.

Sinceramente, en ese momento se sentía un pendejo de doce años que no sabía como comportarse con alguien que le gustaba.

-       Me tengo que ir- susurra suave-. Tengo que ir a revelar unas fotos para mañana, ya es muy tarde.

-       ¿Te puedo acompañar?

Taemin le mira con una sonrisa tímida, sosteniendo una de sus manos y jugando con sus dedos.

-       Lo siento- se burla-. Pero mereces un castigo por rebelde.

Minho le besa la punta de la nariz cuando lo siente bufar y alegar porque es injusto y estúpido porque ahí no tenían ninguna promesa que cumplir. Pero el alto se encoge de hombros y no lo besa y solo retrocede sonriendo y yéndose de una maldita vez.

Taemin lo ve desaparecer y se queda un rato chocando los talones con el mueble. Se da cuenta que su viaje a Busan fue en vano y que Key no estaría orgulloso de él en ese momento.

¿Pero le importaba?

Ni un poquito.

Notas finales:

LAS AMO A TODAS DEMASIADO DEMASIADO UN BESITO PARA CADA UNA ♥


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