Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Imán por Carito_d

[Reviews - 1298]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Hola! lo sentimos mucho por la demora, estamos consiente de eso, pero la universidad de la canu la consume mucho, denle amor a la canu u.u. Espero que podamos hacer el siguiente capitulo pronto, ojala que lean este que esta buenisimo.

De paso les dejo el link del final de tiempo:

http://www.amor-yaoi.com/fanfic/viewstory.php?sid=95865&textsize=0&chapter=2

Minho entra decidido en la casa de Yuri, pensando solo en lo que le ocupaba el cerebro desde hace varios días: Taemin. Saluda a un par de empleados con los que se cruza y agradece de inmediato que la chica estuviese sola y no con compañía de su madre, como solía ser casi siempre. Pero cuando entra a la cocina y la ve sentada frente a una mesa llena de cosas deliciosas y que la chica rechazaba cada vez que podía, Minho siente cargo de conciencia.

Por hacer que su mañana comience mal y por querer ser tan directo cuando en situaciones así debiese tener un poco más de tacto.

Yuri le mira sonriendo y dejándole claro que su presencia le alegraba la mañana, pero sin sospechar ni siquiera un poco que hacía él ahí tan temprano. Ni porque estaba despierto a esa hora.

(Ojalá hubiese sido por ella, pero Taemin le había despertado cuando se fue a su casa.)

-       Amooooor, no pensé que vendrías- la ve levantarse e intentar besarlo, pero él es más rápido y solo se sienta en frente, sonriendo de una manera demasiado falsa. Yuri frunce el ceño, pero hace como si nada pasara. Hace más de dos semanas que esta situación se repetía y ella solo se encargaba de soportarla y hacer como si nada hubiese pasado-. ¿Quieres tomar algo?

-       No, vengo a hablar contigo, en verdad.

-       ¿Pasó algo, amor?

Pasa que me aburrí de que me digas amor. Que me aburrí de esta farsa, de tu familia, de mi familia y de ti. Pasa que no quiero seguir negando a Taemin. Pasa que me gusta tanto, que quiero que solo sea él en mi vida y nadie más.

Minho frunce el ceño y suelta un suspiro, meditando bien sus palabras y dándose cuenta que tenía que tener un poco de tacto en esta situación. Aunque fuera un poco.

-       Sí, si quieres espero que tomes desayuno y después hablamos.

-       Ya termine- Yuri empuja la taza de té que tenía en frente y le sonríe-. Puedes decirme. Estoy asustándome.

Le es difícil hablarle cuando la ve así. Tan bonita y pura como era pocas veces. Yuri no era una persona mala, solo era tan débil que las influencias de sus padres eran más fuertes que su propia personalidad.

-       ¿No encuentras que nuestra relación ya no está igual que antes?

Una risita nerviosa y arregla su cabello.

-       ¿De qué hablas? Estamos perfectamente.

-       Yuri es tonto que te sigas mintiendo, si sabes que no es así- no recuerda cuando fue la última vez que lo hicieron o cuando se besaron. Ni siquiera que día almorzaron por última vez-. Ambos estamos con distintas ideas en la cabeza.

-       ¿Qué estás tratando de decir? ¿quieres terminar?

-       Sí- es franco y quizás demasiado rudo-. No quiero darle más vueltas al asunto, pero sí, quiero que terminemos. Esto ya no tiene sentido.

Nunca lo tuvo, pero nunca fue lo suficientemente valiente como para afrontar sus problemas, como para independizarse y darse cuenta que su madre no podría controlar por siempre su vida.

Mientras él se preocupaba de que su familia estuviera bien y acatando lo que ellos querían, olvidó lo que era ser feliz.

-       No, no puedes, ¿tenemos un compromiso familiar o se te olvida?

El nerviosismo de Yuri ya es evidente, notando su preocupación.

-       ¿Estás conmigo por el compromiso familiar o porque te gusto yo?

-       Minho, yo te amo, si necesitas que te dedique más tiempo, lo haré- intenta tomarle las manos y lo logra-. Vayámonos a vivir juntos y reconstruyamos esta relación.

-       No quiero vivir contigo, Yuri. ¡Ni siquiera aceptas a Mermelada!

-       ¿Es por culpa de otra persona, verdad?

Su sonrisa irónica hace que su sangre se congele de inmediato. La imagen de Taemin en su mente, sonriéndole como lo hacía en la mañana, le asusta y le pone la piel de gallina.

-       No, es por mi culpa que nunca estuve realmente interesado en esta relación.

Yuri toma un largo trago de jugo sin dejar de mirarlo.

-       No te creo. ¿O crees que no me doy cuenta que ese flacuchento que baila te mira más de lo que debería?

Taemin.

De pronto el odio se apoderó de su mente porque le tocaron ese maldito talón de Aquiles que había comenzado a aparecer hace un tiempo.

-       Piensa lo que quieras y haz lo que quieras, ya me aburrí de estar en tu jueguito.

-       A tu mamá no le va a parecer bien esto- le amenaza-. No se va a quedar así, Minho.

La chica olvida todos los sobrenombres de amor, llamándole seco como debía ser.

-       ¿A ti te gusta que yo esté contigo por obligación, es eso?- se levanta de la silla y se queda a un lado de la mesa, mirándola enfurecido-. ¿Si tanto me amas como dices, no encuentras que esto es estúpido e irracional? Yo no soy tuyo, no le pertenezco a nadie.

-       Te equivocas mi amor, te equivocas.

Yuri ya había dejado la pureza de lado, convirtiéndose en su etapa “de perra” como solía decirle Taemin. Lo que increíblemente, por primera vez, le encontró razón.

-       Piensa lo que quieras, tampoco me importó mucho darte explicaciones. Lo hice por una cosa de respeto hacia ti.

-       Vete, haz lo que quieras, con el tiempo te darás cuenta que nadie te va a querer como yo.

En ese momento le dan ganas de que Taemin hubiese estado ahí y le hubiese dado una respuesta lo suficientemente fuerte como para que la chica se quedara en silencio y lo dejara en paz, pero él solo camina hacia la salida, deteniéndose justo en la puerta y mirándola por última vez.

-       Y con el tiempo te darás cuenta, que no volveré a estar con una persona como tú. Adiós Yuri.

Pasa rápido entre un par de empleadas que entraban a la cocina y camina hacia la puerta en donde alcanza a escuchar un grito furioso en contra del mundo.

Yuri lloraba y Minho, por mucho que quisiera, ya no estaba interesado en consolarla.

**

Un mensaje que le interrumpió mientras tomaba desayuno, pidiéndole que fuera a su casa de forma urgente. Sabía que Key era algo exagerado, así que no se apuró tanto como creyó que era necesario.

Caminó con aburrimiento hacia el departamento del rubio, bostezando un par de veces y pensando en todas las cosas que aún le quedaban por hacer.

Pero cuando golpea un par de veces y siente unos pasos rápidos, abriéndole de inmediato, cree que se perdió de algo porque no entiende que el rubio tenga los ojos tan rojos por nada.

-       Lo siento, me demoré porque…- unos sollozos le interrumpen, asustándolo-. ¿Qué pasa? ¿Por qué estás llorando?

Key se le acerca de golpe y se lanza sobre él, abrazándolo desde el cuello y comenzando a llorar de una forma casi desoladora.

-       Jonghyun, Taemin se fue.

Un sollozo que apenas le deja hablar y él apenas puede entender bien lo que estaba pasando.

-       ¿Se fue dónde?-  le acaricia la espalda, intentando tranquilizarlo-. Debe estar con Minho, ¿qué pasa?

El rubio se separa y niega rápido, desesperado.

-       Se fue de la casa, peleamos y puso sus cosas en una mochila.

-       ¿Y por qué?- entendía que a Key no le gustaba Minho, pero encontraba que era una reacción demasiado exagerada como para tomar ese tipo de medidas-. ¿Qué le pasa a Taemin? Seguro es una rabieta estúpida, es incapaz de alejarse mucho tiempo de aquí.

Pero dos palabras son las capaces de congelarlo y hacer que todas las piezas calcen y entienda de una sola vez. Sus miedos comienzan a flotar y Key parece más destruido.

-       Nos vio.

-       Mierda, mierda, mierda, mierda- retrocede y cierra la puerta, mientras camina de un lado a otro desesperado. Se jala el cabello porque necesita saber que es la verdad y no parte de una de sus tantas pesadillas-. ¿Qué le dijiste?

El rubio se encoge de hombros y se sienta, creyendo que Jonghyun lo consolaría y no haría nada más que eso, pero no que se desesperaría de tal forma.

-       La verdad, y se enojó. Está enojado porque no le conté antes- suelta un suspiro y limpia rápido las lágrimas que empezaban a caer-. Es mi amigo Jjong, no sé porqué le hice esto, soy el peor.

Recuerda cuantas veces se negó a que le siguiera negando su relación, pero Key nunca quiso ceder. Y sabe que no es un buen momento para sacárselo en cara, pero de pronto comenzó a enojarse porque le pasaban esas cosas a ellos y a nadie más.

Una vez su extraña relación se volvía a meter en problemas y eso lo sacaba de sus casillas.

-       ¿Tu amigo? Taemin es como tu hijo, es la persona que más proteges en el mundo- camina y se coloca frente a él, mirándolo-. ¿Y sabes dónde está? No nos podemos quedar de brazos cruzados. Él entenderá- se convence a si mismo porque no tiene otra opción-. Lo sé.

-       Está con Minho- susurra-. Jjong si yo me acerco a él o a Minho, sé que me van a ignorar y podrá empeorar esta situación- el rubio coloca cara de dolor, intentando hacer de las suyas y convencerlo-. Necesito que hables con Minho y le digas que haga entrar en razón a Taemin. No quiero estar así con él.

Demasiada información que él creía que no era sabida por el resto del mundo. Según él, o según lo que sabía él, Minho no estaba al tanto de su relación con Key, pero por lo visto no era así y el rubio se había olvidado de mencionar ese pequeño ítem.

-       ¿Minho sabe sobre… nosotros?

Le cuesta asumir la verdad que ya sin querer se le había escapado.

-       Sí… lo siento.

-       ¿Pensabas decírmelo en algún momento?- vuelve a jalarse el pelo, pero ya causando dolor porque la desesperación se lo estaba comiendo vivo-. Mierda, Key, es mi amigo, debiste haberme dicho.

-       No es el momento más indicado para discutir, ya fue, asúmelo- como si fuera fácil-. Taemin también es mi amigo y no se enteró de la mejor manera.

Camina de un lado a otro y pierde la conciencia de lo aburrido que estaba siendo su día desde que llegó aquí. Se desespera con los sollozos de Key y con que cada cosa nueva con la que se informa, pareciera encargarse de empeorar la situación.

¿Hasta cuándo tendrían que vivir así?

Era fácil la respuesta. Hasta que fueran lo suficientemente valientes para afrontar la verdad.

-       No sé si sea lo más indicado que yo hable con Minho. Ni sé si querrá verme- se imagina al alto cerrándole la puerta en la cara, odiándolo de inmediato-. Lamento decirte que estoy en la misma situación que tú.

-       Minho no lo tomó a mal, de hecho se rió, no creo que te odie.

Le ve sorbetear la nariz apesumbrado, mientras él se impactaba una vez más. Tan típico de ese estúpido cara de rana.

Impredecible solo como él sabía ser.

-       Minho es un idiota, nunca ha crecido.

Se imagina la felicidad con la que debía estar junto a Taemin en su casa, pensando que el futuro del menor no era tan gris como imaginaba Key. Incluso está casi seguro de que solo se dedicaban a besarse y hacerlo en cada rincón de la casa.

-       Quizás si le pedimos ayuda a Onew…

Un susurro que le hace perder la cordura en tres segundos, haciéndolo recuperar ese odio repentino que hace poco había desaparecido.

¿Key que pretendía?

-       ¿Estás hablando en serio? ¿Kibum, de verdad estás hablando en serio? Intentaré convencerme de que no estás dentro de tus cabales y haré como que no escuché nada.

Se sienta en el mismo sillón que el rubio, solo que con una distancia de por medio lo suficientemente considerable para que no le dieran ganas de ahorcarlo.

-       Jonghyun piénsalo, él podría ser de gran ayuda.

-       ¿¡Ayuda de qué!?- le grita sin contenerse-.

El principal miedo de Jonghyun desde pequeño era ser reemplazado por alguien, que su familia lo cambiara o tuviera otro hijo con el que lo dejaran de lado o se olvidaran de él. era un miedo estúpido, lo sabía, especialmente con ese ego subliminal que se gastaba, pero a veces no podía controlarlo. Y menos cuando se trataba de Key.

Key el amistoso. Key el que tenía una infinidad de amigos y que con suerte conocía el nombre de diez.

-       Ya está bien, ve a buscarlo, yo me encargo de irme de aquí y que él te consuele. Quizás él te sea más útil que yo. O probablemente ya sea así, por lo que veo.

-       ¿Podrías dejar tus putos celos de lado alguna vez?- le mira con odio y con más lágrimas que antes-. Ya basta, no estoy bien y menos si tú te pones así.

-       ¿Y tú puedes dejar de nombrar a Onew cada vez que estoy contigo?

-       Es mi amigo- un par de lágrimas caen, haciéndolo sufrir-. ¿Qué te pasa? ¿O también te pones celoso de Taemin?

Key aún no notaba que no eran celos sino que inseguridad de que lo quitaran de su lado. Que llegara alguien con mucha mejor personalidad o mejores cosas simplemente, que lo cautivaran y lo hicieran olvidarse de él.

A veces Jonghyun pensaba que haría si Key se fuera de su lado, solo que nunca había logrado llegar a una conclusión.

-       Kibum, basta. Lo único que conseguimos con esto es lo que nuestros padres quisieran, que los problemas nos ganen y terminen separándonos.

Utiliza las mismas palabras que usó Key hace un tiempo, acercándose al rubio y pasándole un brazo por la espalda, dándole un suave masaje.

-       Lo siento, estoy sensible hoy.

-       Ven acá, tontito. Deja tu sensibilidad de lado y llora lo que tengas que llorar. No dejaré de amarte porque seas un llorón.

Un abrazo que llega desesperado y que hace que Key se desmorone cuando el moreno le pasa los brazos por la cintura. Y piensa en Taemin y como éste puede haber comenzado a olvidarse de él tras todas las cosas que le dijo y que le sacó en cara. Se imagina una vida contenta de la que él ya no formaba parte y en la que el menor no lo necesitaba.

En la que ya ni siquiera se daba el tiempo para recordar su nombre.

Siente como la camisa de Jonghyun comienza a mojarse a causa de sus lágrimas y como su espalda se hace demasiado pequeña tras toda la fuerza que lo aprieta. Pero un suave masaje en su nuca hace que comience a relajarse y se concentre en buscar alguna forma para que respirase de manera normal.

-       ¿Quieres que le diga algo a Taemin de tu parte?

Un susurro que logra calmarlo y hacerlo pensar positivo porque Jonghyun si lo ayudaría aunque le trajera problemas con Minho. Se separa con dificultad y deja que el castaño le limpie las lágrimas con el torso de su mano, mientras él no para de sollozar.

-       Dile que es tonto por enojarse y que vuelva- sorbetea la nariz y niega rápido-. No, solo dile que lo extraño.

Un par de caricias más que buscan tranquilizarlo y que casi lo consiguen.

-       ¿Quieres que me quede aquí?

-       Sí- le pasa los brazos por el cuello, sumergiéndose nuevamente en su cuerpo-. Quédate toda la noche y abrázame.

Un abrazo que duró horas y que hundió la inseguridad de Jonghyun cuando Key se durmió sobre él.

**

Minho recibe las bolsas con torpeza mientras sostenía el teléfono entre su oreja y hombro. Le cuesta acomodarse y caminar a la vez sin morir en el intento. Especialmente cuando esos envases de leche de plátano que había comprado especialmente para alguien, le chocaban en la pierna, adormeciéndosela.

-       Espero unas disculpas antes de siquiera me digas hola. Me las merezco.

Alcanza a mirar antes de contestar, dándose cuenta que esperaba esa llamada hace ya bastante tiempo. Incluso se sentía dolido de que Jonghyun lo llamara después de lo que había pasado.

-       Antes que me digas cualquier cosa quiero saber como está Taemin.

Era obvio que no lo llamaba para saber sobre él ni tampoco por iniciativa propia. Esa llamada tenía nombre y remitente: Kim Kibum.

Choca con un par de personas mientras camina, pidiendo perdón y haciendo equilibrio con una sola mano.

-       ¿Cómo crees tú? Por mucho que esté conmigo, lo que hizo Key no fue poco.

La imagen de Taemin en la mañana, antes de irse a clases, era una bastante deplorable, en la que solo recordaba los ojos hinchadísimos del castaño a causa del llanto, y de sus murmullos, quejándose de que no tenía ganas de ir a clases. Ni hoy ni mañana ni pasado. Ni en mucho tiempo más.

Sin contar todo lo que le costó hacerlo dormir y lograr tranquilizarlo cuando el silencio invadía la habitación, martillándola una a una las palabras del rubio, como verdaderas metralletas en su memoria.

-       ¿Estás con él? Pásamelo al teléfono.

-       No, estoy comprando. Tae está en mi casa, no quiso ir a clases.

(Ni levantarse, ni bañarse, ni comer, ni despertar de ese letargo extremo.)

-       ¿Lo estás cuidado bien?- Jonghyun suelta un bufido antes de siquiera dejarle responder-. No creo, apenas sabes cuidar de ti mismo.

 Y lo peor es que le ofende de sobre manera, no por el hecho de que no supiera cuidarse a él mismo, sino que Jonghyun fuera tan ciego como para no notar todo lo que era capaz de hacer por Taemin.

Como si ir al supermercado y comprar cosas para comer fuera algo cotidiano en su vida diaria.

-       Por supuesto que sí- bufa-. Estoy comprándole comida de hecho. ¿Qué quieres?

-       Quiero saber cómo está y que vuelva a su casa.

(Y yo quiero ser Dios y conquistar el mundo.)

-       No volverá- es sincero, mientras cruza corriendo una calle antes de que un auto le toque al bocina-. Odia a Key. No hay manera de hacerlo cambiar de opinión.

El frío le hace soltar un escalofrío y que camine más rápido, mientras piensa cual sería la forma más elegante de cortarle el teléfono a su amigo porque su mano ya se estaba congelando.

-       Minho, ¿somos amigos verdad?- su voz suena preocupada, eliminando sus planes de hace un rato-. Yo sé que puedes hacer algo.

Lo peor es que sabe que no lo dice por él sino que por Key que probablemente ya estaba al borde del suicidio por encontrarse en una situación que no imaginó vivir ni en su peor pesadilla. Le dan ganas de preguntarle cosas de su vida amorosa con el rubio, pero se aguanta porque cree que no es el momento adecuado y porque es estúpido burlarse cuando una de las personas que más le importaban en su vida, estaba involucrada en ese problema.

-       ¿Te dijo Key lo que le dijo?- le cuesta decírselo, pero le duele recordar el llanto de Taemin mientras le contaba detalles de la discusión-. ¿Te contó todo lo que le sacó en cara? Taemin está dolido como nunca, se siente usado. Nunca creyó que Key lo podría tratar así, ni yo tampoco.

-       Lo sé y lo siente, lo siente mucho.

El silencio que se escucha al otro lado de la línea le hace pensar que Jonghyun tampoco fue a clases porque ese nulo sonido era imposible de lograr en la universidad. Probablemente estaba acompañando a Key, de la misma forma que él hacía con Taemin.

Dos personas que la única función que tenían en ese momento, era reunir a dos mejores amigos que ahora habían pasado a ser enemigos.

-       Dudo que me escuche, tampoco quiero que se vaya, pero haré lo posible- suspira-. No prometo nada.

Entra a su edificio, saludando en forma silenciosa al conserje y subiendo de inmediato al ascensor que agradecía que hubiese vuelto a funcionar.

-       Key yo te lo agradeceríamos, de verdad.

Un sorbeteo al otro lado le hace creer que su hipótesis no era del todo errónea, y que su amigo si estaba con el rubio.

-       No me importa su agradecimiento, solo quiero que Taemin esté bien.

Abre la puerta de su departamento, empujándola con un pie y viendo de inmediato a la persona de la que habían hablado durante toda la conversación, acostado en el sillón, con su gata encima, acariciándola con pereza.

Taemin tenía los ojos más hinchados, si es que eso era posible, y él sentía que cada vez su corazón se rompía más al verlo en ese estado. Con suerte le mira, sin ánimos y sin ganas de levantarse, cosa que él ni siquiera le dan ganas de regañarle.

-       Su familia se preocupará si no vuelve, ¿o crees que les gustaría saber que está viviendo con una persona que ellos ni siquiera conocen?- si las cosas se presentaban así, tenía demasiada razón. Minho camina hacia la cocina, intentando disimular la conversación, mientras se arrancaba del menor para que no lo escuchara-. Taemin es grande, lo sé, pero hay veces que necesita más que nunca a alguien responsable que lo ayude con sus problemas.

-       ¿Y yo que tengo acaso? ¿No soy responsable?- se preocupa de meter ruido con las bolsas, mientras guardaba una a una las municiones-. Gracias, Jonghyun, gracias por ser mi amigo y confiar en mi.

-       Confío en ti, cuídense, por favor.

Los pasos de Taemin, acercándose, le hacen colocarse alerta, hasta que lo ve entrar a la cocina, subiéndose al mesón en un hábil movimiento, observándolo como guardaba una a una las cosas, y sin despegarse del celular.

-       No te preocupes, estará bien.

Minho detiene sus movimientos y se le acerca al castaño que le miraba preocupado, o más bien, interesado, en saber con quién hablaba de manera tan seria. Pero él le acaricia con cuidado la mejilla, mientras Taemin caía rendido ante él, dejándole ver cuan necesitado estaba de un poco de amor.

-       Te llamo mañana o te veo en la universidad.

-       No estoy seguro si iré- deja un pequeño beso en la nariz de Taemin, mientras éste cerraba los ojos, dejándose querer-. Hay algo que me preocupa más en este momento que ir a clases.

-       Te llamo entonces, nos vemos.

-       Adiós, dile que no se preocupe, que estará bien.

Agradece que la referencia a Key no sea tan obvia, y que Taemin le mire, aún algo aletargado, cuando deja el celular de lado.

Un par de caricias más en su mejilla y el menor suelta un profundo suspiro que le hace sentir mejor.

-       ¿Quién era?

-       Nadie- intenta sonreírle, pero sabe que no dará mucho resultados-. No tiene importancia.

Pero Taemin arruga la frente, enojándose de forma rápida y cruzándose de brazos.

Al parecer Key no era el único que tenía problemas de sensibilidad en esos días.

-       Dime- le exige-. ¿O es que Yuri te sigue molestando?

El día anterior, en el que había terminado la relación con la chica, entre los llantos de Taemin y las llamadas esquizofrénicas de parte de ella, le habían hecho el día más difícil que alguna vez pensó tener.

Yuri parecía no cansarse y mucho menos cuando eran eso de las tres de la madrugada, despertándolos a propósito.

Al menos, quinientas llamadas y cien mensajes, rogándole que volvieran y que hacían que Taemin pasara del llanto al odio en un segundo.

-       No es Yuri, quédate tranquilo.

Un suspiro de Taemin que le pone nervioso y hace que tome distancia para que el menor se baje de la mesa y vuelva a su posición de un principio, apoderándose del sillón.

Mientras él se encargaba de morir de hipotermia, Taemin solo se paseaba en ropa interior.

-       Voy a cocinar algo- se le acerca y se agacha hasta quedar a su altura-. No quiero verte así. Mermelada era la encargada de hacerte feliz, pero parece que falló.

-       No quiero comer y Mermelada no ha hecho nada malo.

Ese tono de voz que le hace preocuparse y darse cuenta que las cosas parecían ir de mal en peor. Le acaricia y le ordena el cabello con cuidado, pero él ni se inmuta.

-       Vas a comer igual, no me importa.

-       Minhoooooooooo- un quejido que le hace morir de ternura y continuar con más énfasis en sus caricias-. Solo quiero un poquito de amor.

-       El amor no te hace engordar. Quiero que comas, no que seas un esqueleto.

-       ¿Y qué harás? Por lo que sé solo sabes hacer ramen.

Y tenía mucha razón. Pero su preocupación había sido mayor, haciéndolo encargarse de eso antes de llegar a  la casa. Su abuelo ya se había enterado de su nuevo acompañante de vivienda y ya le había dado un par de datos útiles para que su convivencia fuera aún mejor.

Y un par de datos extras que servían para mejorar otro tipo de índole.

-       Una receta ancestral que me dio mi abuelo. Dijo que hacía revivir muertos así que si no queda rica, lamento decirte que te la tienes que comer igual.

-       Mermelada necesita comer- ve como Taemin se levanta de golpe, sentándose y mirándolo serio-. Está preñada.

… ¿Preñada? ¿Su gata?

¿Su gata virgen?

Minho suelta una carcajada irónica, sin caer por completo ante su broma.

-       El hecho de que sea gorda no te da el derecho de burlarte de ella.

-       No- niega rápido, casi como si la pena hubiese desaparecido-. En serio Minho, ¿no sabías? ¿nunca antes habías tenido un gato?

Ve a un par de metros más allá como su gata se movía en el piso, con una panza lo suficientemente grande como para que pareciera estar a un nivel de ser obesa mórbida.

-       No- niega avergonzado-. ¿Es en serio? ¿¡Voy a ser abuelo!?

-       Debe tener unos 20 días o un mes.

Le dan ganas de preguntarle cuantas mascotas había tenido en su vida, pero el shock fue tan grande, que solo atinó a acostarse en el piso, de forma dramática y casi como si se tratara de que él fuese a tener un hijo en vez de su gata.

-       La violaron, estoy seguro. Mierda, no soy capaz ni de cuidar de mi gata.

Pero Taemin se asoma desde el sillón, mirándolo divertido y disfrutando esa situación que de pronto se había salido de control.

-       ¿Eres tonto o qué? A las gatas no se les viola, ellas están en celo por un tiempo y cuando vuelven a casa pasan estas cosas- le explica como si se tratara de un niño de cinco años, con la máxima paciencia posible-. ¿No se desapareció por algunos días?

-       Dios, sí, voy a entrar en depresión. Ya no soy capaz de cocinar, lo siento.

Toma un cojín desde el piso, tapándose la cara y ahogando todo tipo de grito frustrado, porque de pronto el hecho de tener a diez gatos rondando por la casa, fue más terrible que el hecho de la enemistad de dos mejores amigos.

Pero Taemin, siempre se encargaba de hacerle volver a la realidad.

A la dura y cruda realidad.

-       Tendrás que buscarle casa a sus gatitos.

-       Tendrás que asumir rápido que uno de ellos ya es tuyo- bufa, ofendido.

-       Nooooo. ¿Qué? No puedo, Minho.

-       No sé, tienes que poder. Ya no es mi problema.

Ni los gatos, ni Key, ni Yuri, ni nada.

-       SI vuelvo donde Key él no me dejará.

-       No vuelvas donde Key- la idea le ofende por el solo hecho de que haya cedido tan rápido a volver donde él-. Quédate aquí, te acepto con tu gato.

-       Quizás mi mamá quiera uno.

¿Su mamá?

Ni siquiera la conocía.

Ni siquiera estaba seguro de que sabía su nombre.

De hecho, no lo sabía.

-       ¿Cuándo voy a conocer a tu mamá?

Ve como Taemin se baja del sillón, acorralándolo con sus piernas y sentándose sobre su pecho, algo más divertido de lo que lo encontró en un principio.

Le gustaría pensar que lo extrañaba, pero prefirió dejar su ego de lado y asumir que siempre conversar con alguien hacía que los demás problemas se olvidaran.

-       ¿Quieres ir y que te presente como un amigo? Porque déjame decirte Choi, que no somos más que eso, amigos.

Mierda.

De pronto la diversión se fue bruscamente, haciendo que su estómago diera un vuelco porque sabía que estaban entrando a un tema polémico.

O que la mayoría de la gente, nombraba como polémico.

Taemin le miraba sospechoso y sin muchas expresiones, pero alerta a lo que estaba a punto de decir. Si no fuera porque lo tenía demasiado cerca y no podía observarlo bien, estaba seguro que estaba tramando algo.

-       ¿Quieres presentarme como algo más?

Le acaricia la espalda con una mano y Taemin suelta un escalofrío con el contacto de su mano a punto de estar congelada.

-       ¿Acaso tú no quieres?

-       Te estoy preguntando, Lee Taemin, no me respondas con una pregunta.

-       Mi mamá se pondría feliz.

Inevitablemente se sorprende con su respuesta. No por el hecho de que una madre se pusiera contento tras saber de su existencia, sino que porque Taemin ya había analizado esta situación, quizás más de una vez.

-       Quiero saber qué quieres tú, no tu mamá- susurra con cuidado-. ¿O debería decirle mi suegra?

Ni siquiera a la madre de Yuri, alguna vez sintió el deseo de llamarla así.

Todo tipo de apodo cariñoso parecía lejano a él, como si nunca hubiese participado de una relación amorosa. Pero la respuesta de Taemin es tan rápida y sin dudas, que hace que sus caricias se detengan de golpe y sus ojos se abran más de lo normal.

-       Si quiero.

El silencio inevitable que se apodera de su boca, hace que el menor se levante rápido, sin cuidado y con una brutalidad pocas vistas en él. Pasa las piernas por sobre su cuerpo y recoge una camiseta que había en el piso, diciendo un par de palabras lo suficientemente hirientes como para irse de una maldita vez y cerrar más que fuerte la puerta de la habitación.

-       Ya veo como piensas.

El golpe de la puerta retumba en su cabeza, mientras Mermelada se paseaba por su cuerpo, meciendo su enorme barriga y mirándolo con odio, por haber tratado a Taemin de su parte.

Al parecer ya tenía una aliada dentro de esa casa.

Y no es que le cueste levantarse, sino que se toma su tiempo de pensar las cosas y elegir las palabras correctas porque nunca ha vivido una situación así de verdad. Nunca tuvo que pasar por este tipo de actos en la relación en las que tuvo que pedir perdón o tuvo que formalizar, porque Yuri siempre se encargó de todo.

Incluso de respirar por él.

Arrastra los pies cuando se levanta y se deshace de su chaqueta y de su bufanda antes de dar suaves golpecitos a la puerta que era SU habitación, pero que ahora solía compartir con alguien que se había apropiado de todo lo suyo.

Ve como Taemin estaba acostado boca abajo en SU cama, sobre las sábanas que ellos mismos se habían encargado de enredar. Y no es que odiara compartir las cosas con él, sino que se le hacía extraño que su libertad de pronto había sido atacada por una persona que ni siquiera le pidió permiso para entrar en su vida.

No supo en qué momento Taemin pasó de ser un desconocido a un total experto en Choi Minho.

-       ¿Por qué te enojas si ni siquiera alcancé a decir algo?

Sabe que no duerme, porque suelta un suspiro cuando el colchón se hunde a causa de su peso.

-       No tienes que decir algo para darme cuenta que no quieres.

Ya no era una pelea estúpida e infantil, era una pelea porque Taemin quería exigir lo que le pertenecía ahora que podía. Ahora que él estaba libre y no tenía ninguna perra rondándole cerca. Solo que él nunca creyó que al menor le importara ese tipo de cosas.

Nunca creyó que del sexo, podrían terminar en algo así.

-       No se trata de eso- susurra-. Si quiero, pero me es difícil decirlo.

-       ¿Nunca se lo pediste a Yuri?

Lamentablemente lo recuerda. Recuerda que tuvo que hacerlo para su cumpleaños, casi como si se tratara de un regalo. Yuri incluso se emocionó y lo besó delante de todos como si se tratara de un trofeo.

Un trofeo en el que no estaba interesado ser.

-       Sí, pero no sentía nada por ella, era como si le preguntara si quería ir a comprar pan conmigo.

(Por muy penoso que sonara, no mentía.)

Taemin se voltea cansado y le mira con sus ojos rojos –ya usuales-, entre un dejo de decepción y de tristeza.

-       ¿Qué sientes por mi? Te gusto, ¿y que más?

No estaba siendo exigente. Solo quería saber  lo que era obvio. Lo que cualquier chica le hubiese pedido apenas hubiesen comenzado a salir.

Minho siente que sus dedos no son lo suficientemente largos como para enredarse, y que las sábanas parecen más interesantes que mirar a los ojos a Taemin.

Y la verdad, es que nunca se había confesado, y en ese momento, se sentía como un estúpido adolescente que recién estaba descubriendo lo que era el amor.

-       Me importas demasiado, Taemin.

-       Tú también me importas.

A él no le cuesta decírselo, de hecho envidia su valentía a pesar de que era menor que él.

-       Entonces no te enojes conmigo- le mira e intenta sonreír, sincero-. Sé bueno.

-       Tú sabes como se me pasará el enojo.

Una proposición que no se esperaba en ese momento, pero que tampoco era tan inesperada si analizaba todo el tipo de sentimiento que pasaba el menor tras la pelea con Key.

La bipolaridad casi ya estaba siendo pan de cada día.

-       Soy solo un esclavo sexual, ¿te das cuentas? Yo debería ser el que se enoja.

-       ¡Eres tú el que no quiere formalizar nuestra relación!

Mierda. De verdad que necesitaba paciencia si no quería morir en el intento.

Taemin le mira con los brazos cruzados y con un odio evidente.

El tema ya no era en broma, era en serio.

-       Ya, formalicemos. Si eso es lo que quieres, formalicemos, pero irás a clases y comerás, o sino no formalizaré nada.

-       No quiero que sea una obligación, tienes que quererlo de verdad.

Primero, la pelea con Key.

Segundo, Jonghyun pidiéndole ayuda.

Tercero, su gata embarazada.

Y cuarto, ¿¡esto!?

-       Y quiero hacerlo, pero no quiero verte deprimido todo el día- intenta entrelazar sus dedos con los de Taemin, pero el menor los quita rápido de su vista-. No me siento bien, viéndote así.

Taemin juega con sus dedos y con un hilo del cubrecamas que parecía más entretenido que su conversación con Minho. Y no es que el alto fuera aburrido o estúpido, sino que a veces demostrar tanto sus sentimientos le asustaba y le avergonzaba a la vez.

-       Prometo que no lo estaré más- susurra-. Pero… sé más cariñoso conmigo.

(Como si ya no fuera suficiente.)

Minho se acerca lento hasta quedar sobre su cuerpo, acorralándolo.  Y no es que fuera débil, sino que cuando le miraba de esa forma, era imposible que sus hormonas no estuvieran a punto de estallar.

-       Déjame quererte y di que quieres ser mi novio de una vez, entonces.

-       Si quiero- sonríe inevitablemente, cruzando sus manos tras la nuca del alto-. Sí quiero.

-       ¿Quieres qué? No escucho la frase completa, Lee Taemin.

Dice su nombre completo solo para fastidiarlo y que frunza el ceño  de esa manera que tanto le encanta.

Taemin juega con su nariz, rozándola con la suya, y entrecerrando los ojos un poco porque el roce era demasiado placer para su piel.

Era una caricia demasiado agradable.

-       Si quiero ser tu novio.

Minho sonríe, pero tenía que aprovecharse de su momento de debilidad y hacerle prometer cosas que en otra ocasión no haría.

-       ¿Y vas a comer y vas a comenzar a ser más positivo?

-       Lo prometo, seré obediente.

-       Por supuesto que serás obediente, si ya eres mío, no hay vuelta atrás.

Chocan sus frentes, pero aún no se besan porque se molestan y quieren saber cual de los dos cae primero en tentación.

-       ¿Ves que no era tan difícil? –Taemin no se resiste más y une sus labios, deshaciendo al fin las ganas que tenía de besarlo desde que lo vio entrar hablando por celular.  Su boca sabe a leche de plátano y puede entender porqué-. Ahora eres mío, Choi.

Las palabras de Yuri resuenan en su cabeza recordándole que no podía pertenecerle a nadie más, excepto a ella.

Taemin le besa con calma y no con la pasión que solía ser siempre. Saborea sus labios y traspasa su sabor a su boca. Un sabor que le hacía de su propiedad y que le quitaba cualquier posesión que tuviera la chica en él.

Yuri había perdido como en la guerra y ya no tenía nada más que asumir.

Y ojalá que Taemin hubiese sido el único que no quería ir a clases, porque cuando suena la alarma a la mañana siguiente, despertándolos a ambos mientras se desenredaban de sus cuerpos, Minho se da cuenta que un día entero con Taemin parece mucho más entretenido que una clase de fotografía.

Porque Taemin, ahora valía mucho más que todo lo que valía su vida.


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).