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Regalo de Navidad por nero

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Notas del fanfic:

¡Hola! les dedico este a mis lectoras de i promess you ;) 

No quiero tener que trabajar en las fiestas, de hecho, planee irnos a alguna isla muy lejana, donde la navidad fuera celebrada de forma que nunca habíamos visto, estar solo en compañía uno del otro, con una copa de dorado champán. Pero el jefe me pidió estar hasta el 25 de diciembre en las reuniones asociadas, estos eran tipos de diferentes culturas, no celebraban la navidad, por eso tenían que cagarme la mía.

 

-Tener compañías asociadas de respaldo es muy bueno para sostener el negocio, nos ahorrara mucho dinero si algo pasara- decía mi humilde compañero Shikamaru.

 

-Eso es estúpido, perdemos más dinero del que necesitaríamos en una crisis- dije ante la ironía.

 

-Pero seguiremos produciendo- el jefe me miró frunciendo los labios, como cuando lo hacía para evitar tener que golpearme. Estaba saboteando la reunión, lo hacía apropósito, tenía mucho que pagarme ese idiota.

 

La reunión siguió sin dar importancia a ninguno de mis aportes, tampoco me importaba mucho que lo hicieran, pero al menos me hubieran comentado que demonios hacia yo allí para poder irme a descansar. Como era un buen empleado con ideas muy abiertas no se deshacían de mí, sin tener que ver con ningún trato especial por parte de mi querido jefe. Cuando llego la hora de irnos, sentí como si hubiese saltado del escritorio, recogí mis cosas y emprendí una carrera hasta el elevador.

 

-¿Qué crees que haces?- la voz del jefe resonó detrás de mí, haciendo que miles de sentimientos renacieran desde mis pies hasta mi pecho, rabia, furia incontrolable, berrinche inevitable, decepción y finalmente el entierro de mi orgullo.

 

-Me voy a casa…señor- le respondí volteando a verlo, a veces me daban ganas de golpear en la cara al pequeño desgraciado, pero mis fuerzas nunca eran suficientes, es más bajito que yo, su cara cómo la de un lindo estudiante, y además mi jefe.

 

-Espérame, tengo que hablar contigo- se dio la vuelta hacia su oficina mientras que yo me quedaba indignado frente al elevador. Le dedico la mitad de mi vida estar encerrado en ese estúpido edificio y no puede dejarme ir ni por piedad. Suspiro cansado mientras recuesto mi cabeza hacia atrás sobre la pared, cierro los ojos concentrándome en los pequeños temblores que provocaba el elevador. Casi puedo oler el mar en donde pudiera estar, pasando la más increíble navidad. Me quejo girando mi cabeza hacia los lados.

 

-Sasuke- vuelvo a escucharlo, pero esta vez más cerca.

 

-¿Um?- no abro mis ojos, quiero estar en paz un segundo más.

 

-Vámonos- abro los ojos y ahí están esos penetrantes ojos azules, ya es de noche, pero no puedo dejar de ver el cielo de día en ellos, un pequeño paraíso que puedo apreciar de vez en cuando. Veo que pulsa el botón del elevador y las puertas se abren de inmediato.

 

-¿De qué me querías hablar?- le digo una vez descendemos.

 

-¿Eres un idiota?-

 

-¿De qué estás hablando?- digo enojado, no es que antes no me lo hubiera dicho, pero es el descaro de que me haya ido a trabajar aun en navidad, debería estar agradeciéndome de rodillas.

 

-No sabes cuan importantes son estos señores, con tus imprudencias pensé que perderíamos el contrato- me dice buscando dentro de su maletín.

 

-Ah, da igual, ¿lo resolviste no?- le digo para hacerlo enojar.

 

-Te voy a despedir, idiota… ¡idiota!-

 

-¡Hey! ¡Callate ya!- le digo ante su rudeza.

 

-No… es que, deje algo muy importante en la oficina- lo miro como si no fuera algo nuevo, ¿Qué puedo esperar si ya mis fiestas están arruinadas? Pulso el botón hacia la planta de su oficina y quedamos en silencio hasta llegar. Ya todos allí se habían ido, y el silencio se rompía con el sonido de nuestras pisadas. Veo como utiliza una tarjeta de seguridad para abrir las puertas de la oficina y entramos cortando el sonido al pisar una gruesa alfombra.

 

Había varias esculturas de color bronce adornando el lugar, un sofá que hacia juego con una mesita de vidrio. Además de un escritorio muy bien tallado en madera, y detrás de él un ventanal que cubría casi toda la pared, a través del cristal se veían las luces de la ciudad, el parque central adornado con luces múltiples de navidad, y un enorme arbolito de navidad, con su respectiva estrella dorada en la punta.

                                                                                                          

Me quito la chaqueta de traje y me siento sobre el sofá, viendo como el jefe buscaba desesperado entre los papeles de su escritorio. Vuelvo a suspirar, y aflojo mi corbata. Las luces de la oficina estaban apagadas, y las luces de afuera titilaban entre colores y daba una atmosfera relajante, suspiro de nuevo y recuesto mi cabeza hacia atrás.

 

-Lo siento, se que estas cansado…- le oigo decir, levanto los hombros indicando que no importaba, ya daba igual. Siento como el espacio a mi lado se hunde con el peso y abro los ojos.

 

-No tuve tiempo para comprarte un verdadero regalo de navidad- me dice sonrojado y deja un papel sobre mis piernas. Estoy muy confundido y lo observo a los ojos, para luego tomar el papel en mis manos.

 

-Naruto…- digo sorprendido al ver un par de boletos con destino a las Maldivas.

 

-Mira, te hice trabajar en estas fechas para tener más tiempo y libertad para viajar los dos juntos con más calma, sé que querías ir para Navidad, pero era mejor sin la carga de este proyecto ¿no crees? Además ya terminamos todo y pod……

 

Ni yo pude pensar bien en qué momento comencé a besarlo, pero es que, si no lo hacía me pondría a llorar de impotencia.

 

-Dobe…- lo abrazo con fuerza y pienso en cómo me porte durante la reunión y lo que le hice pasar. –Lo siento, lo siento…-

 

-Mn, sólo piensa muy bien las cosas antes de hacerlas teme, para que luego no tengas que arrepentirte, da gracias de que tengo la suerte y preparación para lidiar con los desastres que haces…-

 

-Jaja, que encantador- le digo cautivado, empezando a besarlo entre el cuello, sintiendo como se pone tenso con el temblor de sus hombros –Gracias, dobe-

 

-Sasuke…- trato de levantar su camisa un poco mientras que lo voy empujando hasta quedar recostados sobre el sofá. –Oye…Sasuke…-

 

-Um…- beso su pecho y uso mi lengua para acariciar sus pequeños pezones. No puedo controlarme, ni quiero controlarme. Naruto siempre piensa en mí sin ser egoísta, sin pensar como yo lo voy a afectar, solo lo hace para hacerme feliz, y cuando lo hace me emociono tanto hasta excitarme.

 

-Basta…Para, S-sasuke…- siento como trata de resistirse en vano, empujándome por los hombros, pero ambos sabemos que cuando comienza a temblar de ese modo, ya se ha rendido a mis pies.

 

Paso mis manos por su estomago y trato de bajar los pantalones. Sus caderas se levantan para ayudarme y sonrío ante la acción.

 

-Qué sexy…- veo su expresión al morderse los labios y sus mejillas se encienden más.

 

-C-cállate…estamos en la oficina…c-contrólate un poco…- me dice tratando de levantarse, pero lo detengo pasando mis dedos por su entrepierna. –¡Ah! mm…-

 

-¿Controlarme?, trata tú de hacer eso, mira cómo me estas seduciendo- beso sus labios suave y delicadamente, y espero hasta que se rinde para introducir mi lengua.

 

-¡Mm!- mis manos deslizan su ropa interior y rozo su entrada para introducir uno de mis dedos.

 

-¡Ah! Sasuke…- sus brazos se aferran a mi cuello mientras que muevo los dedos en su interior, besando su cuello y susurrándole al oído.

 

-Eres tan dulce, gracias por esto…- su cabeza se recuesta sobre mi hombro y siento su respiración agitada.

 

-T-te quiero, Sasuke…- le oigo decir bajito, nunca se olvida de decírmelo, aun si estoy enojado.

 

-Te amo…- le digo antes de entrar en él, siento como su interior se contrae por mi invasión, y los oleajes de escalofríos se trasmiten a mi cuerpo, haciendo que tiemble también.

 

-Ah…Sasuke…- dice mi nombre en un gemido al echar la cabeza hacia atrás, haciendo que perdiera la última gota de cordura. Comienzo a embestirlo sin darle tiempo de respirar, siento esa incontrolable sensación de placer y amor que tanto me enloquece cuando estoy así con Naruto.

 

Absorbe cada parte de mi alma, me quita la vida en un beso y roba cada uno de mis pensamientos, haciéndome un esclavo de su mirada, a merced de todos sus deseos. Con un solo gesto, con solo mirar mis labios, sentir su aliento, el desesperado sentimiento de querer morir cuando lo beso y entro en él al mismo tiempo. Veo en mis parpados cuando cierro los ojos, el mismo color de las luces de navidad cambiando y haciéndome soñar.

 

-Ah… ¡Ah! ¡Ah!- sus dedos y uñas se clavan en mi espalda, dándome a indicar que toqué su botón especial. Sonrío ante mi hazaña. Su espalda se arquea y levanta sus caderas, rozando todo su cuerpo con el mío.

 

-M-me vengo, ¡Sa-sasuke!- embisto con más fuerza y oigo su gemido del climax, haciendo que me viniera dentro de él.

 

-Ah…esto es lindo- digo mientras lo abrazo y beso su frente. –No puedo imaginarme en todos los lugares que podremos hacerlo en las vacaciones…-

 

-Acabamos de terminar y ya piensas en eso, pervertido- me dice cerrando los ojos, está más cansado que yo. Lo miro fijamente y sonrío.

 

-Para el próximo año, no me compres nada tampoco- digo como deseo de navidad, y lo beso en los labios -Aun si lo haces, ya sabes cuál es mi regalo favorito…-

 

-¡Pervertido!-

 

 

 

 

 

 

 

Notas finales:

Feliz Navidad 

 

Byebye


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