Los vampiros, seres de la noche, depredadores por naturaleza, y grandes románticos apasionados según muchas leyendas y cuentos despertaban entre los humanos el amor y admiración a la oscuridad. Pero eso a los clérigos no les gustaba, que con mente cerrada no podían aceptar otras formas de vida que no fueran la suya y los acusaban de no tener alma, de ser cadáveres animados o seres del mal.
Poco a poco, el miedo a éstos seres se fue propagando por el mundo, pero no toda la gente aún habían caído en esa oscuridad espiritual.
Hubo alguna vez una hermosa y virgen mujer llamada Uzumaki Mito, hija de un arzobispo de gran poder y uno de los mayores anti-vampiros de todos. Pero ésta joven no compartía su misma visión, ella siempre había pensado que los vampiros eran personas, las cuales nunca salían en el día, y a las que les quemaba el agua bendita. Pero al final ellos seguían siendo personas.
Nacía, creían, aprendían, sentían, sufrían y también podían amar.
¿Por qué si Dios todo poderoso, los había creado, querría ahora verlos muertos?
Los humanos también mataban animales, también era vida que tomaban para alimentarse, los vampiros hacían lo mismo con la sangre, hacían lo mismo, así que no había necesidad de odiarse los unos a los otros. Así que cada noche, ella salía a encontrarse con su amado, un hombre llamado Senju Hashirama un vampiro fuerte y muy amoroso.
Pero cierta noche la tragedia los atrapó, su padre los había encontrado justo la misma noche en que Mito le revelaba a su pareja que estaba esperando un hijo de ambos.
Envuelto en cólera, el arzobispo tomó a su propia hija bajo prisión y la mató para que tal "engendro" nunca naciera mientras rogaba por la salvación del alma de su hija, completamente idiotizado. Al mismo tiempo Hashirama buscaba a su amada hasta que la encontró muerta, con dos agujeros en el cuello y desangrada. El pobre no pudo mantenerse cuerdo después de eso, enloqueció de rabia y dolor, entonces la gente comenzó a llegar y encontraron la espantosa escena del vampiro teniendo en brazos a la asesinada Mito. Allí mismo también se le dio muerte al vampiro sellando su destino y el de los demás...
Posteriormente, los cazadores de vampiros comenzaron a aparecer, aldeas y ciudades eran registradas buscando a estos inmundos seres, según ellos... y para desgracia encontraban además, humanos que tenían relaciones ya sea de amistad como amoríos con esos seres oscuros. La muerte hacia acto de presencia en estos casos, el clérigo con su poder dio autorización de matar a todo aquel familiar de un vampiro y aquella orden era cumplida cientos de veces...
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Una familia se encontraba cenando en mitad de la noche, era conformada por un hombre rubio, ojos azules y una sonrisa honesta, su esposa era una bella mujer de cabellos rojos que se encontraba embarazada de su primer hijo, lo cual los llenaba de alegría. La puerta en ese momento fue tocada y el rubio se levantó para ir a ver.
- ¿Quién es a estas horas? -dijo con voz ruda.
- Minato... esa voz no te va -Se dejo oír otra voz, una suave y femenina.
- ¡Es Mikoto! ¿Minato qué esperas que no le abres?- Grito la pelirroja con emoción, levantándose de su asiento.
-Ya Kushina- Este hizo caso y abrió la puerta topándose con una belleza nocturna, aquella mujer tenía la piel blanca, un cabello largo y muy oscuro, llevaba puesto un vestido negro y una gabardina, a su lado había un hombre con cara de pocos amigos y al igual que la mujer su piel era blanca y su vestimenta era parecida un traje negro con su gabardina negra encima también.
- ¡Mikoto! – La joven pelirroja se apresuró a ir y abrazar a su amiga.-¡Me alegra tanto que hayas llegado!-
-Buenas noches Minato... Kushina- Dijo únicamente el acompañante de Mikoto pasando junto a ella.
-Fugaku quita esa cara de amargado- Lo saludaba el hombre rubio con esa sonrisa llena de vida.
-¡Kushina, pero qué bella estás! Y concuerdo con Minato, querido quita esa cara- Sonreía la mujer de cabellos de noche.
-Hm...- Este solo volteo a mirar a otro lado mientras que Minato caminaba hacia las ventanas de la casa y las cerraba.
-Sentimos las molestias...- Dijo algo desanimada la mujer pelinegra.
-Descuida, entendemos y somos vuestros amigos no hay problema. Ven tengo algo que contarte-
Kushina jalo a la pelinegra hasta la mesa y la sentó a su lado. -¿Sabes?, nos enteramos hace poco... ¡de que estoy embarazada!- Gritó con alegría, su sonrisa no podía ser más grande.
-Kushina, felicidades- La vampiresa la abrazo mientras los dos hombres se quedaban mirando, Minato con un leve bochorno al escucharlo de nuevo sin evitar sentir esa alegría que sintió la primera vez.
-Ya pensaba que no eras hombre...- Menciono Fugaku con un tono de burla, dándole un leve golpe en el hombro a su compañero.
-¡Amargado! Claro que lo soy, ahí tienes la prueba – Dijo bien orgulloso señalando el vientre de la pelirroja.
-Te llevo la delantera... vamos por el segundo- Susurro el vampiro mirando a su esposa.
- ¿Segundo?- Kushina logro escuchar y miro a la chica de cabellos negros frente a ella-¿Mikoto?
-Bueno lo que pasa es que... tuve otro hijo- Dijo con algo de pena.
-¡Fugaku , felicitaciones hombre!- Exclamo el rubio dándole una palmada.-Pronto te ganaré, ¡hm!-
Kushina puso sus manos sobre los hombros de su amiga.- ¡Wow! Mi mejor amiga también ya tuvo a su bebé, yo no me quedare atrás-Se quedó unos segundos pensativa.-¡Ya sé! ¿Por qué no hacemos que nuestros hijos sean amigos?! Aparte de Ita-chan no he conocido al segundo.-
-Es cierto, quizás en la próxima ocasión lo traigamos- Sonrió Mikoto.- Por cierto, Itachi te manda saludos, es un niño muy tímido ahora por eso no lo trajimos-
-Hm...- Fugaku miraba hacia él frente con una sonrisa honesta en su rostro, recordando a su creciente familia hasta que algo hizo que se borrara de repente.-¡Tsk! ...- Se acercó a una ventana y la abrió.-¡Mikoto nos vamos ya! -Dijo serio alertando a los demás.
-¿Qué pasa?- Pregunto Minato confundido mientras se acercaban, logrando escuchar ladridos de perros y el calor de las antorchas dirigiéndose hacia ellos.
-¡¿P-pero cómo...?!- Kushina estaba conmocionada, sabiendo muy bien lo que esos sonidos significaban.
-N-no...- Mikoto se comenzaba a poner nerviosa también, levantándose bruscamente de la mesa.
-Tranquila...- Susurró Fugaku, no preocupándose realmente por ellos, pero sí por sus frágiles amigos humanos.
Apenas terminó de escuchar eso, Minato corrió hasta la puerta trasera del lugar y golpeó el suelo abriendo una puerta secreta.- ¡KUSHINA VEN RÁPIDO!- Gritó serio a su esposa quien apenas pudo moverse de su antiguo lugar.
-Un escondite secreto...- Susurró Fugaku asombrado, acercándose y mirándolo con atención.- Sólo da para una persona...- Y cerró los ojos con aire angustiado.
-Kushina, ¡rápido! -Mikoto sacó del estado de sopor a su amiga y la cogió del brazo, jalándola hacia ese lugar secreto.- Métete – y la empujó, casi tirándola allí sin cuidado, por la prisa.
-No hagas ruido ni nada por el estilo, ¿de acuerdo? -pidió serio y triste el esposo de la mujer embarazada.
-¡P-pero Minato... Mikoto...- Kushina trataba de mantenerse fuerte, sin poderlo lograr sintiendo como unas lagrimas caían por sus mejillas. Sabiendo internamente lo que pronto sucedería.- Por favor no… - Abrazó a su amiga con fuerza y desesperación.- No quiero…-
La mujer correspondió el abrazo y luego la soltó al escuchar como golpeaban la puerta.- Adiós...- La metieron dentro y cerraron la puerta de ese escondite.
-Mikoto...-Susurro su esposo para luego ser abrazado por la mujer... mientras Minato termina de camuflar aquél lugar y volvía a la sala para encontrarse con unos hombres armados que al instante se fueron contra él.
“Perdónenme… Itachi… Sasuke...”
Pensó ella, corriendo hacia Minato para ayudarlo, pero no contó con que las armas que usaban aquellos hombres estuvieran bañadas en aquel líquido letal para ellos.
-¡Agua bendita! - Cerró con fuerza los ojos pero el ataque nunca le llegó, sintió sólo unas gotas frías caer por su rostro haciéndola abrirlos y quedar impactada al ver lo que tenía delante... Su esposo estaba frente a ella siendo atravesado por aquel arpón a la altura de su pecho.
-H-huye...- Dijo este como pudo y se sacó el arpón, yendo contra quien lo ataco y atravesándole el pecho también.
-Fugaku...-Mikoto bajo la mirada y en el suelo estaba levantándose Minato luego de haber golpeado en la cabeza a uno.
-Adiós Mikoto-chan...-dijo este para ir con Fugaku.
La mujer se puso de pie y salió corriendo a gran velocidad, con lágrimas amenazando con salir, lo que no sabía es que toda aquella zona estaba rodeada por cazadores y para poder continuar era herida mientras mataba a los humanos que la atacaban...
-Ya no seguirás...-escucho y miro hacia arriba una red le cayó encima haciendo que choque contra un árbol haciéndola perder la conciencia.
Al despertar se encontraba en un lugar oscuro parecido a una mazmorra que no pudo reconocer, solo escuchaba voces extrañas.
-El otro está completamente muerto, y el rubio era humano -Escuchaba haciendo que despertarla rápidamente y querer soltarse, pero estaba encadenada.
-Vaya despertó ...entonces comencemos...- la chica alcanzó a ver una sonrisa cruel y oyó el sonido de agua , para luego mirar bajo. Había una tina llena de agua , pero ella sabia... que eso no podía ser solo agua.
-¡Aaahg! -se comenzó a retorcer sus piernas hacían contacto con aquel liquido y se dio cuenta...eso era agua bendita, su cuerpo fue completamente metido, escuchándose un horrendo grito de dolor por todos lados y aquella agua tornarse color sangre.
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Dentro del castillo, las cosas andaban algo tensas entre sus habitantes, en especial por la tardanza de dos vampiros de la familia principal.
-Esto es demasiado extraño -comento uno.
-Lo sabemos, por eso hicimos esta reunión... Fugaku ha sido uno de los más responsables y ya han pasado 2 días desde su salida- Comentaba uno de los mayores.
-Acaso cree que...- Fue callado por una mirada asesina.
-No digas tal cosa...quizás hubo algún altercado- Este se puso de pie.- Hikaku te encomiendo la misión de ir a buscar a Fugaku y Mikoto... vuelve con ellos- Exigió serio para salir de aquel salón.
-Como ordene...- Un joven de cabellos atados a una coleta alta hizo una reverencia y se desvaneció en la oscuridad del lugar.
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Un pequeño niño estaba sentado sobre el balcón de una habitación mirando fijamente la entrada del castillo.
- ¿Los estas esperando?- Escuchó a sus espaldas antes de voltear y ver a un hombre mayor pero con una sonrisa en el rostro.
-Mmm...-asintió sólo dejando ir un sonido de sus labios- Están tardando... Sasuke necesita a mamá- Bajó la cabeza, dejando de mirar al otro.
-Haber cuéntale a Teyaki ¿qué pasa? -le pregunto recargándosea un lado del balcón.
-Sasuke ayer... no dejaba de llorar -susurro- y el no llora por casi nada...
-Itachi... también los extrañas -aseguro mirándolo a los ojos.
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-Aquél pueblo debe estar cerca...-Se decía a sí mismo el Uchiha encomendado en buscar a su familia perdida, saltando con rapidez entre los arboles hasta llegar a su destino sorprendiéndose al ver tantas antorchas rodeando el lugar.
-Cazadores...- Entrecerró la mirada.- Tsk... Esto me tomara tiempo... con razón tardan... deben estar escondidos- Susurró y choco ambas manos cerrando con fuerza los ojos mientras su cabello se alzaba y su cuerpo se desvanecía como una ráfaga de viento.
Apareció sobre el tejado de una casa.
-Aquí es...-susurro y se bajo cautelosa mente notando como el lugar se encontraba medio destruido.- "¿Qué paso aquí?"- Pensó buscando por todo el lugar hasta encontrar el escondite abriéndolo esperando encontrar a alguien mas no encontró nada.
-Creí escuchar algo- Se escuchó una ruda voz abriendo la puerta de esa casa, haciendo que Hikaku se ocultara otra vez entre las sombras.
-¿Estás seguro?...- Se escucho una voz femenina - ..Sólo debe ser algún alma perdida... ya sabes, por lo que paso- susurró en voz baja.
-Calla mujer y mejor salgamos de aquí- Luego de eso solo se escucho un portazo.
“¿Por lo que paso aquí?...esto cada vez se complica"
Pensó serio saliendo de aquella casa y comenzar a buscar la presencia de sus compañeros de raza.
"Los encontré... ¡Esa es la sangre de Fugaku-sama! "
Se puso en alerta y corrió hacia el comienzo de un gran río a las afueras de aquella aldea mirando una extraña barca tirar algo al agua.
-Eso es...-apenas se alejo aquella barca, el corrió hacia esas bolsas flotantes - Tsk...-se tiro al río, y aquel embriagante olor a sangre se hacía más fuerte. Nadó hasta salir del agua respirando un poco agitado pero finalmente abrió una de las bolsas y después retrocedió.
-F-Fugaku-sama...-se impacto al mirar aquel hoyo en el pecho del cadáver...también noto algunos huesos y tejidos sobre él.- Este olor es...- Se cubrió la boca, eso era demasiado, la señora Mikoto estaba irreconocible.- ¿Cómo fueron capaces?- Se preguntó ocultando su mirada, sin poderlo evitar se arqueó y comenzó a vomitar mientras su respiración se agitaba cada vez mas...
¿Cómo se supone que le diría a Itachi... que sus padres fueron asesinados y de su madre apenas quedaba algo?
¿Quiénes eran las bestias en realidad?
-Debo llevarlos...- Se limpiaba la boca y se puso como pudo de pie tomando ambas bolsas con la mirada baja y con ira que trataba de controlar... nunca pensó que los humanos fueran a ser tan crueles... una pregunta llego a su mente, si no era Mikoto, ni Fugaku ...ni mucho menos aquel otro cuerpo que se encontraba en una bolsa, porque sí sabía que también era un cadáver... ¿Quién se refugió en aquel escondite?, los vampiros podían detectar las presencias aun de lejos... no era posible que los hayan atrapado.
-No llegué a tiempo...- susurro y se desvaneció.
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Horas Antes
La pelirroja se tapaba la boca tratando de amortiguar los sollozos que querían salir, escuchaba insultos, golpes y disparos, ella se abrazo a si misma queriendo dejar de escuchar todo, no entendía como su bella y pacífica noche terminó así, ellos solo tendrían una cena con sus amigos.
-Mikoto... huye- Logró escuchar, tapándose más el rostro, era desesperante estar ahí escondida mientras su esposo y amigos sufrían
“Por favor...¡basta! "
Pedía a gritos en su mente derramando lágrimas y abrazando su vientre, pronto noto como todo sonido comenzó cesar... por su mente paso el anhelo de que Minato y Fugaku habían logrado salir victoriosos pero todo eso se acabó...
- Ja, no duraron mucho ...¡patéticos vampiros! ¡Malditos monstruos! -se escucho risas y dos disparos , la madera del suelo se rompió y eso dejo en shock a la pelirroja.
-Díganle al líder que ninguno quedo vivo …-reía alguien.
-Parece que no es del todo así, atraparon a la mujer, la están torturando ahora...- Mencionó un chico relativamente joven tomando algo metálico, eso podía reconocer.
- Debería dárnosla ...es toda una belleza, podría ser nuestra ramera- Aquellos hombres salían llevándose consigo los cuerpos.
-N-no ...- Kushina apenas pudo hablar, quería gritar, salir ahora que estaban desprevenidos y matarlos... o pensar que todo era una pesadilla...
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Hikaku llegaba al castillo, aquel fuerte olor a sangre ya debía ser notable también para los demás y de eso se dio cuenta nada más llegar a la entrada la mayoría de vampiros estaban reunidos algunos sorprendidos otros más serio de lo normal, uno de los más antiguos le dio cara a Uchiha buscador.
-Entonces es como temimos...- Afirmó mirando las bolsas que llevaba el joden quien asintió bajando con cuidado tales objetos.
-Sí... me costaba trabajo encontrarlos hasta que pude sentir el olor de su sangre real...-contestó abriendo una bolsa , en donde se encontraba el cuerpo de Fugaku con los restos de su esposa Mikoto, los demás presentes se quedaron en shock... eso era algo demasiado cruel más que las torturas que recibían otros...
-M-mi hija...-susurro aquel hombre mirando los restos ,sentía una gran pena al verla, mejor dicho ver las viseras que quedaban de ella.
-¡ESTO ES DEMASIADO! - se escucho una voz de una mujer.- ¡¿Si eso le hicieron a Mikoto-sama ...que será de nosotros?! - Dijo temblando, dominada por el miedo y la desesperación.
-¡Cállate mujer! - Gritó otro serio y calmado.- Por ahora... entremos adentro...- Miró al hombre que se encontraba agachado frente a la bolsa del cadáver de sus compañeros.
-Señor, también está el cuerpo de este hombre...-abrió la otra bolsa donde reposaba el cuerpo del fallecido Minato en muy mal estado también.
-Ése es Minato-kun...-Dijo aquel padre destrozado- Era el amigo de mi hija y Fugaku...-Unas lagrimas caían y él se puso de pie- Llévenlos adentro... luego me contaras los detalles...- Miró a los otros.- Por favor...no digan nada de esto a los niños.-
-Teyaki-sama ... Itachi es muy sensitivo, se dará cuenta- comentó un pelilargo con el ceño fruncido.
-Lo sé Tekka, pero al menos deja que por ahora solo duerma...-
-Como ordene...-
Todos hicieron una reverencia y se llevaron adentro del castillo los cuerpos. Un día que sería inolvidable para todo el clan... y el incremento de un odio fatal...
-Acompáñame al despacho ...-dijo Teyaki caminando hasta una habitación siendo seguido por el joven Hikaku.
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Un pequeño niño se encontraba con la mirada perdida y recargado en la pared, había despertado bruscamente al sentir un fuerte olor a sangre, una muy familiar, se asustó y fue a ver, notando como toda la familia se había reunido afuera del castillo.
Nunca pensó llegarse a enterar del asesinato de sus padres... haciendo que recuerde la última vez que los vió.
--------Flask back------
Una bella mujer peinaba el cabello de un niño mientras sonreía nerviosamente.
- Itachi...¿de verdad no quieres venir con nosotros a visitarlos?-
-No...- dijo serio.
-Ya deja esa cara... te convertirás en un amargado - Le tomó los bordes de los labios y los estiro formándole una sonrisa.- …Así está mejor-
-¡Mamá! -se quejó el pequeño soltándose- Me quedaré y cuidaré de Sasuke , así que vengan rápido...- dijo sobándose las mejillas mientras la miraba con un puchero infantil.
-Amargado...- dijo esta con una sonrisa y le dio un beso en la frente.- Entonces te encargo a mi pequeño bebé, cuídense mucho... cualquier cosa que pase le dicen al abuelo-
-Ya lo sé...- dijo sonrojado por el beso en su frente para luego ver salir a Mikoto de esa habitación.
-------Fin del Flash back -------
-¡MAMÁ!- Se escucho un grito sorprendido a los demás.
-¡Itachi! ¿Qué haces aquí? Debes estar durmiendo- comentó serio Tekka dando una señal a los demás para que se llevaran los cuerpos.
-P-papá...- Itachi estiraba la mano hacia las bolsas sin llegarlas a tocarlas mientras lloraba. Tekka lo levantó en brazos.- ¡Suéltame!-
-¡Cálmate, maldito mocoso! -dijo éste perdiendo la paciencia.
-Tekka... Itachi...- Teyaki salía del despacho con Hikaku quien al verlos de ese modo sólo quedó pálido, pero sin dejar de defender al pequeño que por una noche ya había sufrido demasiado. - Es suficiente...-Tekka tronó los dedos e Itachi cayó inconsciente en los brazos del Uchiha que lo detenía.- Llévenlo a su habitación... y quemen los cuerpos-
-Tekka... yo me encargo de él -dijo Hikaku tomando al niño dormido.
-Lo dejo en tus manos...- miro a los demás.-¡Ya oyeron! Vamos...- Todos pasaron a retirarse a las sombras, una vez más.
-Lo siento Itachi-sama... pero a partir de ahora, tendrás que vivir con esta realidad... -susurraba mientras caminaba.- …Y cuidar de la familia de sangre real que te queda...- Dijo entrando a una habitación iluminada por la tenue luz de la luna de aquella noche.
-Descanse...- lo dejó en la cama y salió cerrando la puerta tras sí, encontrándose con uno de los líderes del clan.
-Kagami-sama ...-hizo una reverencia.
-Déjate de formalismos ...- Espetó con cansancio.- ¿Qué planea Teyaki?
-Eso se le informará en la reunión de más tarde...- Susurró sin alzar la mirada.
-Tsk... Espero también des un informe de lo que pasó en tu búsqueda- Pasó sus ojos negros a rojos sangre.
-¿Insinúa algo?- Dijo mirándolo tranquilamente a pesar de sentir una gran presión.
-No... Sólo me guiaré por los hechos que vea-
-Respetaré su decisión...-
Luego de decir eso el líder presente se paso a retirar de manera siniestra, Hikaku hizo lo mismo asegurándose que la habitación estuviera bien cerrada antes de irse...
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Sus ojos se abrieron lenta y pausadamente acostumbrándose a mirar el oscuro techo de su habitación.
-¿Recuerdos o un sueño… ?- Se tocó la cabeza, moviendo su largo cabello negro.
Ahora ya no quedaba rastro de aquel niño que una vez fue… Él era Uchiha Itachi… uno de los actuales líderes del clan Uchiha, su cuerpo había madurado, sus rasgos se habían vuelto más masculinos pero habían conservado su delicadeza, el cabello se lo había dejado crecer ya que era lo que su madre siempre quiso y el así lo dispuso… su mirada había cambiado… ahora era vacía y seria de las cuales podrían hasta dar escalofríos…