Y todo iba bien, sentía la adrenalina correr por su cuerpo al estar ahí, parado frente a todas esas chicas que juraban amarlo. Llegó su hora de cantar y lo hizo con todo el corazón y con todo su ser, con la esperanza de seguir avanzando. Y ahí estaban también todos sus hyungs, todos sus compañeros dando lo mejor de sí. Y en especial aquel chico de cabello ahora rosa; sonrió interiormente al recordar la cara que puso cuando vio su nuevo estilo. Pero basta de pensar en Baro, él tenía que concentrarse, y fue así como Sandeul intentó dejar de pensar en su dongsaeng y terminar su concierto de la mejor manera.
— ¡Ahh~! ¡Buen trabajo chicos! —grité emocionado una vez que entramos a los camerinos —. Lo hiciste bien, Baro~ ~ —felicité a Baro mientras le daba un abrazo por la espalda, pero vi como éste me miraba con fastidio.
—Lee, no te cuelgues que estás pesado —contestó seco mientras se soltaba de mi agarré y se metía a uno de los vestidores. Así era mi vida, yo intentaba acercarme a Baro y él siempre me alejaba más; era una tortura fatal tener que fingir frente a las BANAs que pensaban éramos “los mejores amigos”. Era torturante abrazarle frente a las cámaras y hacer poses graciosas muy juntos y que después de que los reflectores se apagaran él simplemente me alejara de él de la manera más cruel y fría. Y eso me hacía sentir muy mal, fingir de la manera más sínica que éramos los más unidos cuando en realidad… él siempre se alejaba. Desde el primer momento, desde el instante en el que entramos al grupo sentí el peso de la mirada de Baro, una mirada fría y oscura, no como la que tenía con los otros chicos, pues con ellos él era amable, juguetón y bromista; entonces, ¿qué hice de malo yo?
Estaba tan metido en mis pensamientos que no me di cuenta de que era el único que no se había cambiado.
—Lee Sandeul, ¿te puedes darte prisa? Estoy cansado y por ti no hemos podido partir al apartamento a descansar —recriminó Baro sacándome de mis pensamientos; bajé la cabeza avergonzado y solo musité un “sí” y un apagado “lo siento”. Y me dirigí a los vestidores.
P.O.V. Baro.
Miré como Sandeul se dirigió a los vestidores, no sé qué me pasaba con él, simplemente me fastidiaba todo lo que hacía: su manera juguetona, su voz chillona, su escandalosa risa, sus ademanes bruscos y esa manera tan insoportable de pegarse he intrometerse en tu vida. No sé, simplemente me molestaba; lástima que la mayoría de las fans preferían el BaDeul, me irritaba tener que fingir y pasar todo el día pegado a él. Pero así era la vida, y yo tenía que soportarlo.
—Ashh~ ese muchacho realmente me molesta —dejé escapar mis pensamientos mientras me daba la vuelta y salía hacía donde estaban los demás esperando a Sandeul.
P.O.V Sandeul.
Me arreglé lo más rápido posible y cuando estaba a punto de salir la voz de Baro hizo que parará en seco.
—Ashh~ ese muchacho realmente me molesta —y quedé ahí… ¿tanto le fastidiaba mi presencia? No pude evitar retroceder unos pasos hasta chocar con un gran espejo pegado a la pared, me resbalé hasta quedar sentado en el piso, triste, con un par de lágrimas traicioneras resbalando por mis mejillas y empecé a llorar desconsoladamente. Baro, ¡¿por qué te molesto tanto?! Grité en mi mente, con todo el corazón, con toda la potencia que no salió por mi boca. ¡Por qué no me quieres… por qué no me quieres como yo te quiero a ti! Y allí la verdadera razón de mis lágrimas. ¿Desde cuándo? No lo sé, solo sé que un día era un compañero más y al otro yo ya estaba completamente enamorado de él.
¡Pero no más! El idiota aquí no sería yo, no señor. Si Baro quería que me alejara de él, por más que me doliera, yo lo haría.
—Hasta aquí Baro, me cansé de este juego —me dije a mí mismo, me limpié las lágrimas que aún permanecían en mis mejillas y salí, decidido, frío. No era yo.
P.O.V Baro.
Por fin después de un largo tiempo Sandeul salió, se le notaba diferente pero la verdad no me importó. Se sentó en el asiento de atrás sin pronunciar palabra alguna y miró por la ventana.
—Hee~ Hyung~ ¿todo está bien? —preguntó el perspicaz maknae al ver al chico bastante distraído.
Sandeul le miro, era una mirada rara, como si se comunicaran por medio de telepatía o algo así.
—Hablaremos en casa —fue lo único que se dignó a decir Sandeul y eso sí que me dejó cabreado; ¿tan amigos eran esos dos? Daba igual, ¿por qué me interesaría eso a mí?
El resto del camino fue haciendo bromas y cantando lo que sonaba en la radio, todos muy alegres, menos… Sandeul. ¿Pero qué le pasaba a este chico? En un momento era fastidioso e hiperactivo y al otro era una tumba aburrida.
—Deuille~ ~ —escuché la voz de GongChan y enseguida miré por el espejo del auto, pues me encontraba en el asiento de adelante —. ¡Deuille~ ~! —alzó más la voz mientras le hacía unas cuantas cosquillas y a lo que éste solo río desesperadamente y también hizo cosquillas a su menor. Y así se pasaron todo el camino, jugando y riendo entre ellos dos. No sé por qué pero en verdad me molestaba.
P.O.V CNU.
Ya íbamos en el auto, todos íbamos normales pero sentía ese aire de tención. No era para nosotros una sorpresa saber que Baro y Sandeul no se llevaban de la mejor manera, pero lo raro aquí era que el último mencionado estaba de manera muy extraña, callado y distraído… ¿Algo le diría Baro cuando fue a apurarlo?
De verdad me estaba preocupado por el pequeño patito. ¿Por qué aquel chico no se fijaba en mí? ¿Por qué siempre estaba detrás de alguien el cual no lo quería? Y sí, yo, Shin Dong Woo… me había enamorado de aquel chico gracioso, lindo y tierno. Me había enamorado de Lee Sandeul.
P.O.V GongChan.
Me preocupaba que mi Hyung estuviera mal, y sabía muy bien la razón: Cha Sun Woo, nuestro rapero Baro; el que siempre lo ignoraba y le hacía sentir la peor cosa. ¡Pero que idiota era! ¿Qué habría pasado?
Por fin llegamos al apartamento, todos entramos cansados. Baro y JinYoung Hyung se fueron directo a las habitaciones pues estaban muy cansados, CNU Hyung se fue a la ducha por lo que Sandeul y yo nos quedamos solos.
—Muy bien Hyung, ahora sí, cuéntame —dije sin dar rodeos esperando una respuesta.
—Channie… yo… yo… —tartamudeó y luego se echó a llorar. Me sorprendió está reacción por lo que simplemente acaté a abrazarlo con fuerza. Verlo así me partía el alma. Dejé que Sandeul se calmara un poco y luego lo miré a los ojos. Se veía tan triste, entonces lo supe: Baro lo despreció de nuevo.
Me acerqué lentamente a sus labios, sintiendo su respiración, su contacto, su vista nerviosa y entonces… simplemente lo besé. No sé porque, Sandeul Hyung ni siquiera me gustaba, pero verlo ahí fue una invitación a besar, saborear sus labios. Aunque claro que él no correspondió.
Sentí un ruido y entonces me separé para ver a un sorprendido Sandeul.
—Hyung, yo, yo no quise… lo siento —pedí perdón mientras me levantaba y me iba para la habitación lo más rápido que pude.
P.O.V Baro.
Después de llegar me metí en la habitación, quería dormir, dejar de pensar en aquel tonto. Luego de mucho tiempo mis labios se sintieron resecos, por lo que decidí ir por un poco de agua. Iba a salir pero una imagen me sorprendió. ¡Era Channie con Sandeul besándose! Cerré la puerta y me metí como un rayo en la cama. Algo dentro de mí hizo un “crash”. Un lágrima bajó solitaria por mi mejilla ¿llorar? ¿Por qué yo querría llorar? Pero simplemente lo hice. Lo sabía desde hacía mucho tiempo, yo estaba enamorado de él y nada suyo me molestaba. No era su manera juguetona, era la forma tan tierna en que lo hacía que me daban ganas de besarlo a cada rato; no era su voz chillona lo que le molestaba sino lo gracioso y adorable que se oía, no era su escandalosa risa sino lo contagiosa que era, no era sus ademanes bruscos y esa manera tan insoportable de pegarse he entrometerse en mi vida sino el temor de que se metiera tanto que se diera cuenta que desde el primer momento me enamoré de él. Cuando le vi me pareció hermoso, encantador y eso me asustó, me escondí entre mis temores y lo lastimé al ignorarlo. Y ahora, viendo como lo pierdo ante mis ojos siento el peor dolor.
—Te estoy perdiendo, Sandeul —susurré al vació de la manera más baja y así me quedé dormido.