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Colina melancólica por Tierna Kikyo

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Notas del capitulo:

Espero que me puedan descifrar el irónico titulito y que me digan qué les está pareciendo el fic :D ¡Reviews por favor! ¡Tengo material mental para mil capítulos más! jaja xD 

Se llevó el aparato a la boca y succionó la punta, antes de encenderlo sutilmente y pasearlo sobre uno de sus pezones, muy ensimismado en su tarea de jugar con aquel aparato. Había procurado dejar en silencio el celular, ya no lo interrumpirían por segunda vez, aunque sólo esperaba que realmente lograran salir de ahí, ya comenzaba a parecerle menos probable que antes.

2D se rió cuando logró que el otro se acercara, y cuando le tumbó en la cama capturó sus labios acallando sus risitas con un contacto travieso y coqueto que apenas profundizaba amenazaba con terminar, hasta que finalmente después de unas tres buenas jugadas sus labios fueron inevitablemente capturados por lo que no pudo evitar proseguir un contacto más salvaje y apasionado en cuanto se rindió a los labios ajenos, gimió agudo al sentirlo, ese aparato vibrando por su torso le había puesto inmediatamente duros los pezones, eso hizo que se sonrojara muchísimo y al fin se le veía algo de color a esa piel nívea, cuando se separó de ese contacto suspiró entrecortado y sensual sin poder contener demasiado su excitación y por lo tanto su respiración. Se retorció entre sus brazos cuando aquella cosa comenzó a bajar más por su cuerpo -¡Ahh!... Alec... ¡mghn!...- Se aferró a las sabanas intentando controlarse pero incluso ya temblaba un poco del deseo que había provocado en él, como si nada hubiera pasado hace un momento necesitaba de él nuevamente, tenerle tocando su alma, matándolo a caricias, la sola idea ya había comenzado a poner duro su miembro que dio un respingo.

Murdoc contemplaba sus reacciones atentamente, concentrado en complacerlo, en que los dos terminaran atrapados otra vez ese lívido enfermizo e interminable, nunca estaba satisfecho con nada cuando se trataba del menor y ahora que iban a incluir ese juguetito, su excitación se había disparado mucho más de lo que imaginó. El corazón comenzó a latirle más rápido en cuanto sintió la erección ajena contra su pierna, lo que le hizo notar la suya propia, ese prominente miembro suyo que estaba recuperando su dureza otra vez. Se alejó un segundo para desnudarse velozmente y desnudar a Damon, al demonio la ropa de los dos, de todos modos estaba consciente de que, aunque le pesara en demasía, tendría que darse un baño si planeaba irse.

Luego volvió a subirse encima suyo tranquilamente, comenzando a deslizar ahora el vibrador desde su pecho, hacia su abdomen, deslizándolo sutilmente por sus muslos y por su zona púbica, mirando encantado los espasmos con los que se contraía su vientre blanco, plano, blandito...-¿Estás ansioso...eh?- Le dijo mientras miraba con perversión su erección a medias. Se sintió orgulloso de si mismo por poder darse el lujo de jugar así con él, antes de ir a lo bueno de poder dominar esa imperial necesidad por tenerlo de inmediato. Una de sus manos frías rodeó lentamente el miembro del peliazul, mientras que la otra llevaba hacia sus labios aquel dildo vibrante; lo miró con sugerencia, pues ya sabía lo que quería que hiciera.

Dejo que le desnudara sin oponerse a nada. Estaba encantado con sus atenciones y lo único que deseaba era que no se detuviera, cuando volvió a subir sobre él, no pudo evitar gemir, aquella cosa rosita y vibrante se paseaba sin problemas por su cuerpo y el seguir su mirada y escuchar esa pregunta le hizo sonrojar. Le tapo los ojos con una mano cuando el otro acerco el dildo a sus labios y tomo su miembro así, se arqueo violentamente y jadeo bajo antes de llevarse el objeto a la boca y lamerlo poco a poquito para después chupar la punta como un dulce. Evitaba su mirada cuando este aparto su mano, esa mirada lo haría correrse antes de lo deseado -b-Basta... Alec ahh~- Impulso sus caderas hacia la mano ajena buscando mas de ese placer a pesar de sus palabras.

Alec dejó que el menor succionara así aquel aparato mientras se relamía los labios con un respingo, estaba terriblemente violable con esas mejillas tan rojas, tratando de ocultarse de él; no dejaba de recorrerlo con sus ojos oscuros y ansiosos; hasta que el menor le obstruyó la vista con su mano. Con una sonrisa irónica, la apartó -Le quitarías la diversión a esto...- Le murmuró con perversión, mientras seguía masturbándolo -Venga...hazlo mejor- Tomó una de sus manos y la puso sobre el dildo -Esmérate y yo haré lo mismo...- Le recomendó, mientras ahora tenía las dos manos libres y con ellas pudo empezar a masturbarlo con más intensidad. Mientras una se deslizaba una y otra vez por su extensión, la otra empezó a delinear el surco hacia su entrada, desde sus testículos hacia su perineo, el cual frotó con especial atención, pues sabía cuánto disfrutaba ello el menor -¿Qué tal aquí? ¿Eh? ¿Te gusta...?- Empezó a delinear más duro esa zona, pero sin dejar de acariciarla desde arriba hacia abajo. Dejó un momento su labor de masturbarlo con su mano, para buscar rápidamente bajo la almohada otra vez y... ¡bingo! encontró un frasquito de lubricante. Extendiendo de nuevo esa sonrisa maliciosa, lo derramó sobre el miembro blanco del menor y poco a poco dejó que escurriera hasta que las gotas se perdieron en la hendidura de su encantadora entrada. Volvió a relamerse los labios, antes de ahora dejar que unas gotas se derramaran sobre su propia dura erección -uhmnn...- gozó la sensación, cerrando los ojos con placer. Se masturbó un poco para esparcirlo y volvió a la erección del menor, frotándola ahora con más velocidad porque creció su urgencia de atenderse a si mismo. Respirando con dificultad, con bufidos y gruñidos excitados; empezó a colar sus dedos en su interior dejando que se hundieran y salieran de su interior con brusquedad, mientras que su pulgar seguía frotando su perineo, en un ritmo acelerado -nghhh...- Se estremeció de sólo sentir como gozaba a flor de piel sus tratos.

-Noh... no me mires así, voy a correrme...- Le confesó evitando su mirada, le gustaban esas expresiones picaronas en el rostro ajeno, más de lo que hubiera esperado ese deseo que podía ver en las orbes oscuras ajenas le excitaban. Cuando le dijo que se esmerara no pudo evitar cerrar los ojos para concentrarse, esa mano subiendo una y otra vez era hipnótica para su mente, no podía pensar bien, terminó por hacer caso, pero el problema es que para hacerlo en su mente vio a alguien más en ese juego... el rostro de Jamie se manifestó como una ráfaga de la que no se percató y no quiso apartar, ambos allí en la cama esperando complacerle... eso le hizo expulsar algo de líquido preseminal, comenzó a lamer y besar la extensión de plástico y al llegar a la punta lo metió de una buena vez en su boca subiendo y bajando primero lentamente para después ir subiendo poco a poquito la intensidad. Aquella otra mano le hizo arquearse al frotar ese sitio y el escuchar su voz le hizo concentrarse en esa sensación completamente embriagado en ella, movió sus caderas ligeramente contra esos dedos y tuvo que separarse para echar la cabeza hacia atrás y gemir agudo con esa maravillosa voz.

-¡AAH!...- Jadeó con la boca abierta un par de veces y regresó a su trabajo llevándose el dildo a la boca y subiendo y bajando más rítmicamente cuando el lubricante se deslizó de esa manera por su piel, estaba muy frío comparándolo con la temperatura que él tenía ahora en esa zona entre sus piernas, no pudo evitar abrir los ojos al escuchar ese sonido morboso del otro masturbándose, era algo que enfermamente disfrutaba, pero entonces volvió a atenderle a él y sacudió la cabeza manteniéndola abajo y apretando los dientes dejando escuchar un gruñido mientras cerraba de nuevo los encantadores ojos azules.

Cuando coló sus dedos fue su perdición, más líquido preseminal salió a presión, un par de gotitas que mojaron al otro, abrió bien las piernas para que tuviera el otro más libertad de seguir haciendo aquellas maravillas en sus sentidos, no podía dejar de jadear y gemir melodiosamente, un sonido repetitivo que no podía dejar de emitir, su pecho subía y bajada guiando su respiración alocada, aquella imagen lo había dejado al fin cuando exigió los labios ajenos en un contacto demandante para acallarse, pero no pudo ser por mucho tiempo pues su cuerpo exigía oxígeno, guió la cabeza ajena de modo que quedara contra su cuello enredando brusco sus dedos en los cabellos oscuros, ladeando la cabeza de forma sumisa y encantadora mientras el otro se desplazaba en su piel, era tan delicioso que no podía dejar de jadear embriagado -Ahh... te amo Alec...- Le musitó perdido posando su otra mano en su espalda en un firme agarre que amenazaba con herirle de nuevo.

Le encantó que le ofreciera su cuello de esa forma, por lo que no se hizo del rogar para nada y de inmediato comenzó a lamerlo con su hábil lengua y a enterrar levemente sus colmillos aquí y allá, llenando de manchitas rojas todo su exquisito y delgado cuello. -mghh...bien, es suficiente ahora...- Tomó el dildo con el que estaba jugando Damon en su boca, sintiéndose ya celoso de esa cosa, pero como aún no habían jugado bien con él, volvió a encenderlo. Sin más preámbulos, empezó a empujarlo contra la entrada rosada del menor y ésta estaba tan lista para él, que se deslizó dentro con gran facilidad, arrancándole un jadeo inesperado al bajista -¡ah...!- Esa cosa vibrante se hundió en el interior del menor como una perfecta imagen hipnótica y su mirada llena de satisfacción viciada, recorrió cada centímetro de su cuerpo arqueándose con deleite. -Quiero que te corras...- Le enunció como un imperativo, más bien como una advertencia; mientras empezaba a deslizarlo dentro y fuera, con fuerza y velocidad. En medio de ese chasquido alucinante y perverso del juguetito dándole un rudo placer al menor, Alec no pudo evitar comenzar a masturbarse con la misma urgencia frenética de estimularse; con la rudeza e intensidad misma con la que estaba empujando aquel aparato en su interior. -Vamos...córrete, córrete Dam...- Le susurraba contra el oído, todavía montado encima de él y sin perder su tarea de mordisquear su maxilar, su lóbulo, sus labios...pero ya no podía besarlo por demasiado tiempo, por lo que sus bocas se unían en breves contactos feroces y sensuales, a medida que aquel ritmo se salía de control, si no se corría pronto Murdoc iba a enloquecer; sentía una necesidad loca de acabar otra vez dentro suyo.

-¡Ohh!...- Gruño al sentir el dildo contra su entrada y se excito mucho mas con los colmillos ajenos en su cuello, lo hacía tan bien que D' hacia grandes esfuerzos por resistirlo, pero cuando comenzó a embestirlo con aquel aparato vibrante en sus entrañas sin dejar de besarlo comenzó a retorcerse de placer y en cuanto escucho la orden en su oído dejo fluir aquellas sensaciones tan obediente y sumiso como solo él podía serlo. Se arqueo violentamente -¡Ghnn! ¡¡Ahh-aah!! ¡Sí!- Se le perdió la mirada en una viciada expresión mientras movía sus caderas lentamente contra el dildo y su semilla salía abundante manchando su propio vientre. Estaba tan complacido que un par de lagrimas cayeron de sus grandes ojos azules deslizándose lento por sus mejillas mientras medio sollozaba de gozo ante ese orgasmo tan intenso. Cerró los ojos intentando controlarlo pero ni el mismo sabía lo que le pasaba, simplemente estaba aturdido de tantas sensaciones.

En lugar de que Murdoc se preocupara al verlo llorar (como lo haría alguien normal), se excitó todavía más si eso era posible y ese sollozo le encantó hasta la más mínima fibra de su ser. Lamió con descaro, una de sus lágrimas, por toda la extensión de su mejilla; justo antes de sacar esa cosa del interior del menor y lanzarla lejos, para tomar de inmediato su propia erección gruesa y presionarla contra su entrada dilatada, que lo recibió de inmediato, dejando que se deslizara hasta dentro sin ninguna dificultad -¡Ohh...!- Gimoteó con un jadeo profundo, cerrando los ojos con suavidad y echando la cabeza para atrás -¡Síh!- Empezó a moverse dentro de inmediato, inclinándose más hacia él y separando sus piernas, embistiendo con una saña que parecía querer hacerle daño, pero simplemente ese era el modo en el que acostumbraba follarlo cuando ya se encontraba al límite de su excitación y Damon parecía disfrutarlo de modo exagerado. En algún momento de esa locura, el bajista, presa de la euforia de poseerlo hasta acabar de modo furtivo en su interior; rodeó su menudito cuerpo con ambos brazos y lo cargó sin problemas, dejándolo sobre su regazo, pero recargando su peso sobre su torso, para que así pudiera seguir sosteniendo sus piernas y empujándose dentro una y otra vez sin cesar, hasta que bruscamente terminó en su interior, cuando ni el mismo pudo predecirlo. -¡Ah!- El repentino gemido también lo tomó por sorpresa, dejándolo paralizado y rendido de inmediato -Ahh...- Exhaló por último, antes de dejarse caer de espaldas sobre la cama, dejando que Dam se tumbara encima suyo sin que le molestara para nada. Siguió jadeando suavemente contra el oído del menor, mientras su pecho subía y bajaba buscando regular su respiración que todavía estaba alborotada. Mantenía los ojos cerrados, pero su cuerpo aún sufría leves espasmos por ese orgasmo tremendo y sus manos permanecían aferradas al cuerpo del peliazul, clavándole las uñas con posesividad, hasta que poco a poco fue relajándose y abrazándolo con más naturalidad.

Se talló los ojos por un momento limpiando sus lágrimas, pero los abrió muy grandes cuando el otro separó sus piernas tan bruscamente, una vez que se adentró así en su interior sus paredes se forzaron contra ese objeto de placer y 2D se aferró a las sábanas algo sorprendido de las ansias del otro, y resintió las primeras embestidas algo asustado, no sabía si sus paredes lo resistirían, comenzó algo violento y él intentó seguir relajado para cooperar con lo que el otro necesitaba. Pronto alcanzó ese punto en su interior que lo volvía loco y cerró los ojos dejando escuchar un gemido agudo, se sentía tan bien que ningún dildo se le comparaba, el tener a ese hombre sobre él era un placer que disfrutaba más que cualquier otra cosa en la vida. Se abrazó a él con fuerza entre gemiditos a cada embestida, le gustaba mucho el ritmo que ahora llevaba -¡Ahh síh!... ¡Mgh! ¡Mnnh!...- Gemía eróticamente manteniendo los ojos cerrados, ese placer desbordante lo hizo derramar otro par de lágrimas, las que expresaban sus múltiples sensaciones arremolinadas, un placer desbordante que había esperado por mucho tiempo, pues no había podido tener nada decente con él. -¡Agh!...¡Esperah! ¡Ah-Alec! ¡GNH!- El otro no se detuvo ni por un segundo pese a sus palabras, seguía un ritmo frenético que le volvió loco hasta el último minuto, se aferró a él enredando sus piernas con fuerza contra la cintura ajena y se abrazó muy bien a su cuello ocultando su carita en el hombro ajeno sin poder dejar de gemir, pero de repente Alec terminó, se corrió contra su punto G y se retorció un poco de placer, temblando y jadeando bajito, sin embargo aún quería más de él, iba a dejarlo respirar, pero para nada lo iba a dejar en paz, sólo una vez más...

Comenzó a besar su cuello despacito, y frotar su cintura lentamente contra el otro que aún seguía en su interior, lamió tras su oído y después mordió su lóbulo, sus manos le acariciaban aquí y allá, pasó al otro lado de su rostro continuando con los besos en su cuello y al fin se atrevió a robarle un besito, un casto contacto con el que intentaba atraer su atención para que procediera a devorarle los labios, le miró sensual una vez obtuvo su atención -Que se jodan los patrocinadores... fóllame una vez más, sólo una más...- Le musitó pasando a colar su lengua en el oído ajeno mientras se frotaba un poquito más contra el otro. -¡Ahh!- Gimió en su oído sintiendo una punzada de excitación, enredó sus dedos en los cabellos negros y la otra mano no pudo evitar pasearla por su cuerpo hasta llegar justo a donde necesitaba atención y comenzar a masturbarse con lentitud para sentirse un poco mejor.

Alec dio un respingo inesperado cuando el otro empezó a moverse de nuevo, justo cuando estaba tratando de relajarse. -Ohh...noh...Dam, ya basta...- Le dijo con una risilla irónica, pues parecía que al menor le había dado cuerda con el beso inicial y se le había quedado trabado del cordón. Sonrió ampliamente mientras el otro seguía frotándose y reavivando su excitación de la cual ya necesitaba deshacerse -Los que nos vamos a joder somos nosotros...cuando nos manden a la mierda con todo y disco otra vez, Dam...- Le aclaró alisando sus cabellos azules, echándoselos hacia atrás mientras el menor se paseaba aquí y allá por todo su cuello y sus oídos. Le robó el beso que había empezado el otro, profundamente para darle gusto y sujetó descaradamente su trasero con su mano, dejándola caer antes con fuerza, es decir, golpeándolo con una palmada que incluso se escuchó, pero pues, era Murdoc. Medio empezó a espiar el curso de esa mano descendiendo sobre el propio cuerpo del peliazul, mientras seguía agasajándose con él, tratando de perder su paranoia en ese beso, lo que realmente no le resultaba muy difícil.

Le besó con muchos ímpetus, sólo un poco más y lo dejaría largarse a donde se le diera la gana -Si te vas ahora... no regreses en la noche ¿Oíste?- Le musitó travieso al oído mientras hundía sus deditos en la espalda ajena, le excitó que de repente golpeara así su trasero, en realidad esas cosas habían dejado de ofenderle, claro, siempre y cuando fuera Alec quien lo hiciera.

De repente comenzó a sonar el celular de D', el peliazul metió la mano bajo la almohada soltándose un momento de Alec y dejando de masturbarse por un momento para no hacer sonidos extraños en el celular, eso sería vergonzoso. Acarició los cabellos del pelinegro para calmarlo un poco con su mano ahora libre mientras contestaba al ver "Noody" En la pantalla.

Noodle iba bajándose de la motocicleta de Aníbal, la había llevado al lugar tranquilamente a la hora acordada -Hola D'- Saludó tranquilamente.

-N-Noddy ¿Dónde estás?-

-Supuse que seguro tardarían en llegar así que preferí llegar media hora antes de lo acordado, a Murdoc le había dicho que una hora después pero Larry me llamó, bueno el caso es que no se preocupen, yo y Russ los cubriremos mientras llegan, traje a... alguien para pasar el rato, pero descuiden, no causará problemas ¿vale?-

2D puso el altavoz en cuanto escuchó que era ella para que Al pudiera escuchar -Vale, esperamos no tardar mucho Noody, gracias- Dijo más que contento con su repentina generosidad, esa chica siempre le salvaba el pellejo.

-Está bien pero lo que tengan que arreglar que sea de una buena vez, quiero sus estúpidas sonrisas cuando vengan ¿vale? Bye, yo me encargo- Se despidió alegremente.

2D se confundió ante esa frase “Pero lo que tengan que arreglar que sea de una buena vez” ¿Porqué Noodle estaba ayudándoles así tan milagrosamente y de la nada?... Un momento… Ya lo recordaba, la noche anterior. Empujó a Alec cuando imágenes repentinas comenzaron a llegar a su cabeza como una violenta ráfaga de pensamientos, zarpazos de recuerdos que le provocaron una repentina migraña, se compactó en la cama y se cubrió la cabeza con una de las sábanas mientras su cerebro iba ordenando aquellas ideas de forma tan rápida que fue dolorosa en su cabeza. Recordó cuando lo violentó por no encontrar ese estúpido bajo que seguro iba a obsequiarle a ese mocoso infeliz, recordó aquella cara de odio y todas aquellas cosas que se habían dicho, la escena llegó tan perfecta que era lastimosa para él. Entreabrió los ojos al analizar lo más indispensable, aquella noche ni siquiera estaba ebrio. Todo lo había hecho en sus cinco sentidos y ahora había tenido la desvergüenza de venir de nuevo a su habitación porque tenía una fiesta a la que prácticamente iba a obligarlo a ir. Le dio repentino coraje y aunque ya se había disculpado obviamente no lo hizo con todo eso en mente… Bueno igual él no le había entregado el bajo, pero eso no era tan grave como lo que él había hecho. ¿O sí? –Migraña…- Alcanzó a musitar bajo las sabanas cuando el otro intentó destaparlo. ¿Qué debía hacer? Estaba enojado pero no quería mandarlo a la mierda después de que se habían reconciliado y habían quedado “bien” de alguna manera, lo malo del asunto es que ya no podrían seguir follando por su repentino dolor de cabeza. Aunque él quería…

Cuando el menor dejó a Alec para contestar e teléfono, el otro por mero instinto se estiró y buscó cigarros en el cajón. Al no encontrarlos, recordó que no estaban ahí, así que, se levantó desnudo sin ningún problema, a buscarlos. Cuando los encontró, (escondidos profundamente en una estantería que estratégicamente no podía alcanzar en su cojera) tomó un par de cajetillas y regresó. Empezó a fumarse uno mientras escuchaba a Noodle en la bosina “Traje a alguien” Eso por alguna razón le dio un vuelco de advertencia en el estómago, pero lo atribuyó a sus “celos de padre” o alguna tontería irrelevante por el estilo. Acostado en la cama, volteó a mirar al menor y lo vio envolviéndose en las sábanas sin entender lo que le ocurría, hasta que murmuró eso –Oh… y… ¿No vas a tomar nada para contrarrestar eso?...porque…bueno…ya escuchaste que ganamos más tiempo gracias a nuestra listilla preferida…- Dijo eso con una risita sarcástica, pero lo decía en serio, esa chica lo tenía muy contento últimamente… esperaba que no lo arruinara tan rápido. Se acercó disimuladamente y pasó sus dedos sobre la mínima curvatura en su cintura, con sutileza suficiente para provocarlo -¿Quieres?...- Le ofreció su cigarro, no era tabaco, era hierba puritana que había conseguido precisamente, para cuando ya pudiera regresar a sus anhelados vicios.

2D lo pensó seriamente, tenían más tiempo, quizá si tuvieran más de eso y se drogara un poco no tenía porqué haber problema… Además ¿Porqué no comenzar a olvidar esa clase de cosas como antes? Por lo menos ahora le convenía guardársela si es que al final decidía no presentarse a la fiesta. Se estremeció incluso sin pensarlo cuando los dedos ajenos se pasearon por su piel y giró sobre la cama para llegar al mueble y sacar una pastilla tomándosela con el agua que tenía lista allí, después giró de nuevo a donde estaba, obviamente ya no le cubría la sabana y lucía delicioso sonrojado y lleno de semen aquí y allá como una pintura de sutiles colores claros armonizando todos los colores de la paleta utilizada. Le miró fijo y complaciente ampliando una sonrisa de felino en sus facciones mientras abría las piernas –Ven…- Le llamó sencillamente, ¿Porqué arruinarlo cuando podía manipularlo a su favor por las buenas? Además le ponía muchísimo verle emocionarse ante sus propias reacciones. Tomó el porro tranquilamente y dio una calada intensa inhalando el humo y manteniéndolo en sus pulmones todo lo que pudo, después lo expulsó poco a poco –Vaya… es una buena selección…- Le musitó bajito abrazándose a él y dejando de lado el porro en el buró –Ohh Alec…- Le gimió bajo al tenerlo contra su piel, le encantaba y de alguna manera se sentía mejor, aquella sustancia entró en su cuerpo relajándolo muchísimo, por lo que su dolor de cabeza fue disminuyendo hasta ser inexistente haciéndole sentir un alivio indescriptible, mantuvo los ojos cerrados y fue pintando una tenue sonrisa en sus pálidas facciones.

Alec sonrió a medias cuando el otro lo abrazó y lo tomó también, pasando sus brazos debajo de su espalda baja, acomodándose encima de él, de manera que no le pesara demasiado. Cuando empezó a amodorrarse abrazando al menor, se dio cuenta de que eso no era buena idea, no podían quedarse dormidos, todavía tenían un asunto pendiente al fin y al cabo…aunque, quizá era hora de que tratara de relajarse y disfrutar de ese reencuentro, porque Noodle estaba haciendo buen trabajo y estaba bien informada, quizá ella pudiera sola... y si no…pues qué lástima. Volvió a invertir las posiciones, para cargar al menor, porque pues sí, era flojo y quería quedarse ahí tumbado, aprovechando que el menor no pesaba nada, podía tenerlo encima de él con mucha más facilidad, que a la inversa. Hundió su nariz en sus cabellos y le acarició estos, mientras su otra mano retozaba cómodamente alrededor de su cintura. Mientras estaban así, en completa paz, él también se acordó de repente de ese momento hostil que el menor ya había memorizado antes. Torció la boca en un mohín de culpabilidad y suspiró decidiéndose –Dam…creo que…te debo una…disculpa- Sí, esa palabra le sabía como a vinagre, aún le costaba mucho trabajo hacer ese tipo de cosas. Miraba a otro lado a regañadientes mientras decía eso –No estuvo bien…haberme puesto así por ese vejestorio inservible aunque…sabes que tiene un significado para mí y no te digo esto sólo porque quiero que me lo des…si quieres…quédatelo- Le dijo, buscando que el menor se separara de él para que lo mirara, extendiéndole una sonrisa conciliadora, aunque siempre con ese toque de malicia –Soy un imbécil al pensar que voy a encontrar a un fan más grande que tú en algún lado…- Le dijo sinceramente, porque pensándolo bien, no era posible que existiera otra persona que lo idolatrara más que el peliazul.

2D estaba muy cómodo allí debajo, comenzó a hacer un recuento de las veces que había guardado rencor a algo o a alguien en la vida y sencillamente no tuvo resultados en su búsqueda interior, ¿Por qué? ¿Por qué ahora no podía olvidar con tanta facilidad?... Ni siquiera le tenía rencor a Demetri, persona que más había atentado contra él toda su vida. Ahora todo pareciera ser contra Alec y de repente su corazón le dio una respuesta “A nadie amabas realmente, nunca como a él… ¿Recuerdas haber sentido algo así antes?... No…” Se abrazó a él con más fuerza al comenzar a escuchar su disculpa, fue como un bálsamo a su dolor, no le importaba realmente lo que hiciera con él, lo que realmente le importaba es que dejara de interesarle aquello que tenían, porque quizá si Alec si pudiera vivir sin él, era claro que D’ difícilmente pudiera vivir sin él, lo amaba sobre todas las cosas, sobre sí mismo. -Al…- Musitó bajo enredando sus dedos en los cabellos negros. Se restregó un poco contra él y se obligó a mirarlo, aquello le había puesto muy feliz, no podía evitar mirarlo con gran emoción en sus orbes azules que se fueron llenando de lágrimas al escuchar aquellas palabras –Pensé que…- Se limpió las lágrimas rápido con el dorso de la mano algo avergonzado sonrojándose un poco, diablos, era tan débil… -Que había dejado de ser importante para… ti…- Le dijo abrazándose a él con fuerza de nuevo sin poder mirarlo. –Sabes que… lo comprendería porque… jamás podré ser tan digno para ti… pero busqué en mí y… quizá mi enojo estaba en que… no podría aceptarlo jamás… Te amo demasiado…-

-Tú siempre me has importado…- Le dijo rodando los ojos porque reconocer eso le costaba más de lo que le gustaría aceptar –Siempre…todo lo que haces, lo que te pasa…finjo que me importa un carajo pero…sabes que en el fondo no es así…tú eres, el único que lo sabe…- Le decía con una extraña sensibilidad, inusual en él; que probablemente estaba siendo culpa de ese cigarro humeante sobre el buró. –Ya, no llores…- Le espetó, acariciando sus cabellos tratando de consolarlo -¿Sabes por qué eres digno?...- Le musitó de un modo meloso contra su mejilla, dándole algunos besos y medio mordiéndola con sensualidad –Porque te amo…por eso…- Le dijo luego contra su oído, antes de invertir las posiciones nuevamente, así de pronto y empezar a besarlo con una efusividad que era más bien pasional, no lujuriosa. De modo profundo y aprehensivo, dejaba que su lengua se acariciara libremente con la ajena una y otra vez, mientras que a la par sus labios se aferraban a los otros con un antojable deseo enfermizo, amoroso. Mordía sus labios con sus colmillos, los enrojecía jalándolos y luego nuevamente regresaba sobre ellos con un nuevo beso conciliador. Se sostenía con sus rodillas apoyadas a los lados del cuerpo de Damon, mientras que con ambas manos sostenía el rostro de este y lo besaba de ese modo, al mismo tiempo, sin dejar de jugar con su cabello. Luego empezó a acariciar su cuerpo otra vez, poco a poco fue cansándose otra vez y acabó invirtiendo nuevamente las posiciones, tumbándose en la cama y dejando que el menor fuera el que se quedara sentado encima de él, sin que tuviera deseos todavía de cortar ese extenso y mágico beso.

2D seguía sollozando bajito, bueno sí, era un llorón de lo peor, pero la verdad era que nunca había llorado tanto por nada en la vida más que por él… Por su Alec, era un cursi muy bobo pero no podía evitarlo. Al escuchar sus palabras intentó calmarse y levantó la cabeza un poco tallándose los ojos, mirándole con ese pucherito adorable como el de los niños pequeños cuando lloran. Adoró las palabras del otro, seguía sintiendo esa rica punzada de excitación al escuchar ese par de palabras de los labios ajenos “Te amo”. Se abrazó al cuello ajeno dejándose hacer y permitiendo que el otro le volteara de nuevo y su espalda desnuda quedó contra la cama una vez más, no pudo decir nada, los labios ajenos le capturaron haciéndolo perderse en ese beso que no podía dejar de corresponder una y otra vez sin descanso alguno, no necesitaba aire, no necesitaba nada más para sentirse bien ahora, y todo pensamiento en su cabeza se evaporó con la calidez de sus caricias. Él aferró sus manos a los hombros ajenos una vez rodó en la cama de nuevo y al quedar encima no pudo evitar frotar su cintura contra la ajena deseando más de aquello, su semierección se frotaba con la otra en un ritmo lento y cadencioso que amenazaba con ir excitándole más poco a poco, tuvo que separarse por un momento de sus labios –Ahh~…- Gimió melódicamente aumentando la velocidad de esa fricción, regaló una mordida húmeda en el mentón ajeno y besó su cuello descendiendo poco a poco haciendo una marquita en uno de sus pectorales. – ¡Mhmm!… - Succionó uno de sus pezones entre sus labios y siguió bajando por su cuerpo, se acomodó mejor y succionó el glande pronunciado en esa gran extensión, se separó con un sonidito obsceno y lamió el pene ajeno hasta la base, manteniendo una carita sonrojada y los ojos cerrados porque le avergonzaba que le mirara haciendo esas cosas, paseó su lengua por en medio de sus testículos y después subió de nuevo. Repartió besitos en ese vientre suyo que tanto le gustaba y no pudo evitar reírse y subir con una sonrisita tierna a verle –Dejas un rato el “ejercicio” conmigo y comienzas a acumular amor Al, mira, mira- Le decía mientras acariciaba el abdomen ajeno con ese pequeño gordito que se iba formando, todavía no era prominente, en realidad sólo era más “blandito”, pero quería molestarlo un poco con eso. –Me gusta…- Le dijo bajito robándole un beso mientras comenzaba a masturbarlo con algo de brusquedad.

Alec medio se retorció cuando el otro empezó a balancearse así encima de él, pues por más que se debatía contra ese lívido, se resistía de abandonarlo, regresaba una y otra vez con mayor ímpetu ante cada nueva provocación ajena. Luego se sorprendió de que el menor tomara la iniciativa en ese tipo de “complacencias” por lo que dio un respingo y se cubrió la boca con una mano cuando el otro empezó a hacer eso con su glande así como así, de inmediato sintió la excitación agolparse por todo su cuerpo, en forma de una intensa oleada de calor y no podía dejar de observarlo, recorriendo sus movimientos de modo perverso con la mirada. Luego cuando ya empezaba a disfrutar de verdad aquello, el otro lo descolocó con su comentario, que lo tomó por sorpresa y le coloreó las mejillas de un tono carmín de indignación, arqueó una ceja con un mohín de disgusto, pero con media sonrisa juguetona – ¿Acaso insinúas que me estoy poniendo gordo?...- El bajista era demasiado vanidoso como para que el otro osara decirle algo así, pero en el fondo lo sabía, ya se había estado lamentando por ello. Se le quedó mirando de modo asombrado cuando le aclaró que eso le gustaba, pues eso no podía ser normal; pero luego el otro volvió a arrancarle los pensamientos coherentes de tajo, cuando siguió masturbándolo salvajemente como tanto disfrutaba -¡nfhh! Ah sí Dam…así…ponlo en tu boca, vamos…- Le rogó entre sus febriles delirios, mirándolo con el mayor convencimiento que pudo.

-En serio me gusta, estás blandito- Le comentó en un tonito adorable en realidad, le plantó un beso breve y no pudo evitar reír ante su expresión, por primera vez en la vida se daba cuenta de cómo descolocarlo en serio, pero no pudo mantener mucho ese comentario firme para molestarlo porque esa no era su intención, estaba loco y su Alec le gustaba como fuera (Y eso ya lo había dejado más que claro). Estaba enamorado de su compañía y de su forma de ser, de la conexión que tenían, esa química, de la afinidad entre ellos, de cómo le miraba y de cómo le amaba y le demostraba su cariño… de cómo le hacía el amor, esas cosas eran lo que más le tenían enamorado pese a que hubiera tiempos difíciles ahora lo sabía.

Pero ese día se sentía específicamente deseoso de él, por eso no podía evitar actuar sobre éste, exigirle más, no iba a irse tan fácil de su cama porque… quizá lo que tenían ahora ya no era lo que en un principio él había denominado fríamente como “sexo”, aquello no era sexo… Ya había sentimientos de nuevo, podía sentirlos flotando, el cariño llenando la habitación de tanto amor que el respirarlo embriagaba. -¿En mi boca? No creo que todo eso entre en mi boca...- Le dijo haciéndose el inocente y después mostrándole una miradita traviesa, se prendió a su hombro asegurándose de dejar otra marca, no podía evitar amarle de forma celosa y él en realidad no lo era, pero pretendía que si alguien lo miraba con intenciones de algo más se diera cuenta rápidamente que ya tenía a alguien en su cama. Mientras seguía masturbándole con brusquedad, adoraba cómo intentaba contener sus emociones en esa clase de momentos. Finalmente bajó y después de lamer la puntita se metió todo lo que pudo de esa extensión a la boca subiendo y bajando lentamente, sólo iba a provocarlo con aquello, después pretendía hacerse tonto para que el otro continuara, se mantuvo en un ritmo más o menos lento primero y después cada vez más frenético, utilizando su lengüita con maestría para complacerlo más, y justo cuando el otro quiso que apresurara aún más la velocidad se separó sentándose frente a él con una mirada retadora y se limpió algo de líquido preseminal de la comisura de su boca con la yema de su dedo índice lentamente, se sonrojó al notar la mirada en el otro, y eso era justo lo que quería, que no lo dejara escapar ni de broma de entre sus brazos, quizá al fin había logrado calentarlo lo suficiente. -¿Te encuentras mejor?...- Le musitó bajando poco a poco la mirada y dejando caer por fin sus caderas del todo en la cama, (lo curioso era que después de un acto de gran descaro comenzaba a avergonzarse a la mitad y comenzaba a querer taparse hasta con el colchón para que el otro no le viera) de repente se llevó ambos puños contra la barbilla y se balanceó un poco manteniendo esa pose y sonrojándose adorablemente cerrando los ojos, no sabía si expresar su problema en ese momento pero al sentarse lo había hecho sobre el vibrador que se había quedado encendido y ahora lo hacía balancearse así contra la cama cubriendo su rostro, dejó salir un jadeo tembloroso, no pensó que una cosa así fuera a pasarle de repente, pero vibraba deliciosamente contra su perineo y lo hacía delirar, más aún que ahora estaba tan excitado.

El bajista tragó en seco lentamente y con dificultad, cuando el menor le dijo eso refiriéndose a su prominente hombría, con su gran ego acentuando su sonrisa autosuficiente. Solamente se dejaba hacer ese tipo de marcas por él, antes jamás le gustó, le gustaba hacerlas, más no que se las hicieran a él y menos en lugares visibles, sin en cambio, le ponía que el menor reclamara su lugar de ese modo tan celoso. Se mantenía con una mano aferrada al colchón y otra enredada en los cabellos azules de Dam, tratando de modular su respiración y de ahogar todos sus gemidos, que acababan convirtiéndose en gruñidos sensuales. -¡mh-NH!- Se arqueó levemente cuando el otro al fin le hizo caso y prosiguió haciendo el trabajo con su boca experta. -¡Ohh! ¡Mierda! ¡Síh! ¡SÍ! ¡Dam!- Parecía que el menor supiera exactamente qué hacer para enloquecerlo, para complacerlo hasta la médula, no faltó mucho antes de que el otro acabara gozando aquello descaradamente, de esa manera, hasta que nuevamente se detuvo -mfhh...- Hizo un esfuerzo por mirarlo con el suficiente reproche, pero no se podía quitar la súplica de su expresión, ya no le faltaba mucho para acabar y aquel iba a ser otro glorioso orgasmo, aunque...luego notó que el menor actuaba extraño -¿Qué?...- Le preguntó con la voz ronca por la excitación -¿Qué es lo que...?- Al incorporarse a medias, alcanzó a ver el "problema" vibrante debajo de él y una descarada sonrisa complacida se extendió en sus labios, aunque ni la perversión era capaz de concebir completamente en ese momento; pues aún tenía la respiración agitada y el corazón palpitando fuertemente en su pecho. Mientras seguía masturbándose él mismo, de a poco en poco, para aplazar más su clímax; se sentó y se acercó hacia el menor hasta que su cintura quedó cerca de la suya, luego lo cargó con facilidad para acomodarlo, haciendo que pusiera sus piernas abiertas hacia él, dejando luego otra vez sentado sobre ese aparato. Tomó el dildo y lo frotó poco a poco contra esa misma zona, mientras iba sintiendo la urgencia de masturbarse con mayor fuerza, ya casi no podía aguantar, ver al menor en ese estado, era demasiado para su poco control -¿Esto...es lo que te gusta...?...- Empezó a rozar su entrada también, deseando acabar dentro de ella rápidamente, antes de que ya no pudiera contenerse, pero le parecía levemente justo, antes estimular un poco al menor.

Apenas si lo pudo mirar cuando el otro se incorporó, se puso más rojo aún, lamentablemente el karma se había cobrado la mala pasada que intentaba hacerle a Murdoc prácticamente de inmediato. –Alec…- Jadeó el nombre ajeno, su erección ya dolía de lo excitado que estaba pero no pediría nada, aún no, de por sí ya se moría de la vergüenza con eso que estaba pasándole, se dejó guiar por el otro, mentalizándose para no correrse en cuanto decidiera hacer algo por su deseoso cuerpo, y en cuanto le acomodó así cerca de él cerró los ojos con suavidad comenzando a abrir la boca manteniendo vocales mudas al sentir aquel aparato contra esa zona tan sensible, él mismo comenzó a temblar de deseo, de placer. Finalmente dulces gorjeos comenzaron a escucharse de su privilegiada garganta, melodiosas notas eróticas mientras comenzaba a balancear la cintura ligeramente contra el objeto de placer, vibrante y sostenido por Alec para su disfrute –Ahh… a-aah!... ¡Mhm!...- Se abrazó a su cuello sin dejar de moverse ligeramente contra aquel objeto vibrante, gimiendo contra el oído ageno –Mngh… Alec- Le llamó separándose un poco de él para que pudiera mirarlo –Quieroh… quiero que me folles… por favor Al…- Le suplicó robándole un breve contacto primero para que al siguiente besito su lengua se enredara con la larga y sensual del otro en un beso de esos que poseían toda aquella dulce y cálida cavidad haciéndole perder la cabeza. –Gh… mnh!- Medio correspondió a aquel contacto húmedo y después le miró esperanzado -¿Sí?... ¿Podemos practicar… otra posición?...- Le preguntó como si fuera un niño pequeño e insistente.

Alec no dejaba de masturbarse y escuchar al menor tan cerca de su oído, disfrutando de lo que le hacía con aquel aparato, no ayudaba a calmarlo, aunque se seguía esforzando en ello, porque era de verdad el otro era muy encantador cuando se encontraba hasta ese extremo del placer. Escucharlo era como hipnótico, empezaba a sentirse como en una fantasía; pues escuchar que le dijera ese tipo de cosas, era lo que siempre estaba esperando. Le correspondió con profundidad logrando dominarse un poco más (aunque ya no sería por mucho) y luego escuchó su pregunta, riéndose levemente -¿Otra? Pues apúrate y acomódate, porque se termina mi paciencia…- Le dijo directamente, con la respiración agitada, porque era la verdad, él estaba a punto de tomarlo y hacer que se penetrara a sí mismo, tal y como estaba, de frente a él; pero quizá la curiosidad de qué era lo que tenía en mente el menor, lo hacía poder con su tremenda ansiedad.

Le miró muy contento al escuchar esa respuesta y plantó un beso más en sus labios para quitarse de la posición que el otro le había hecho adoptar, se recostó a su lado y se puso de ladito dándole la espalda a Alec intentando controlar su respiración que ya comenzaba a agitarse, como quien no quiere la cosa se pegó muy bien al otro y localizó su mano para llevarla a su boca y besar las yemas de sus dedos comenzó a chupar dos de los dedos ajenos para excitar al otro un poco más esperando que procediera, esa posición de “cucharitas” ayudaría a que ninguno de los dos desfalleciera en el intento y además les daba lo que quería, esa cercanía celestial. –Alec… te amo…- Le musitó bajito poniendo la mano ajena sobre su pecho entrelazando sus dedos con los del otro y bajando un poquito la cabeza cerrando los ojos en una expresión encantadora al sentir que el otro comenzaba a posicionarse, subió una pierna para darle más libertad al otro y soltó su mano para sostener su pierna en el aire comenzando a arquearse un poquito por la descarga eléctrica en su columna, fruto del deseo que de repente se había apoderado de él –ohh…- Mordió su labio inferior intentando controlar sus pensamientos que a toda velocidad le relataban una y otra vez las mieles que le esperaban.

Alec en cuanto lo vio recostarse, sospechó lo que quería y él también tuvo esa punzada de excitación en el estómago, que le advirtió que debía darse prisa. –Ahh…- Jadeó poco a poco mientras el otro lamía sus dedos y en menos de lo que lo pensó, estaba acostado detrás de él, acariciándole el pecho y el abdomen ansiosamente mientras sus labios llenaban de besos su cuello delgado, tan suave y con ese sabor salado, exquisito; antes de empezar a adentrarse en él como por mero instinto –¡mnhh..!- Pegó su mejilla contra su cuello con sensualidad al sentirse tan apretado en su hirviente entrada, húmeda por su encuentro anterior, le enloquecía. De inmediato sujetó fuertemente su cintura y empezó a impulsar su cintura contra la suya primero lentamente, pues esa posición era muy favorable para adentrarse en él y se sentía como la gloria cada vez que llegaba hasta ese punto más profundo que lo enloquecía –mnhh…ah…Dam…Dam…- Lo llamaba con insistencia, lamiendo su cuello y su nuca, respirando agitadamente contra su piel. Empezó a acelerar poco a poco el vaivén, tomando también su pierna con su mano para que la levantara más y lo dejara admirar esa visión, la que podía mirar el resto de su vida –mghh… ¿Así…? ¿Te gusta?- Le mordía el cuello y el lóbulo, jadeando con mayor ansiedad, empezando a empujar más rápidamente, porque su urgencia de correrse estaba llegando al borde.

D’ estaba más que sonrojado cuando el otro comenzó a tocarle de nuevo, sabía que comenzaba a verse cada vez más exigente, más atrevido, siendo que antes se moría de vergüenza y no es que ahora no le diera pena, en realidad era la misma de siempre sólo que había aprendido a dominarse lo suficiente. Jadeó bajo al sentirle entrar y cerró los ojos bajando la cabeza y disfrutando de sus labios en su cuello –Uhn!…- Se arqueó contra él temblando al tomarle desprevenido que llegara a su punto G tan rápido, aferró una de las manos ajenas en su cintura y dejó escuchar un gruñido, pues se esforzaba por contener su gozo y no ser tan escandaloso en esas cosas pese a todo su placer. El escucharle tan cerca, embriagado de placer en su oído era delicioso, y para un músico con el oído tan desarrollado como él era aún más deleite aquel. Dejó que el otro guiara su mano a sostener su pierna y él se agarró de la pared con fuerza intentando controlarse pero era demasiado delicioso para él y estaba muy excitado, su erección estaba tan erguida que rozaba obscenamente contra su propio vientre, doliendo por lo dura que se había puesto. Se mordió el labio inferior intentando callar pero cuando levantó más su pierna, Alec pudo adentrarse todavía más rozando más descaradamente su punto sensible y hacerlo retorcerse un poco contra la cama -¡AHH! ¡Sí!... ¡Mmh, síh! ¡ALEC!...- Gimió al fin dejando que su voz resonara en las paredes, manteniendo la boca abierta para respirar violentamente tal y como su necesidad se lo exigía cuando el otro subió la velocidad. Ya no pudo más, llevó su mano libre (con la que no se sostenía a la pared) a masturbarse rápido – ¡Ohh m-más! ¡Más! ¡Ah-aah!-

Alec atendía las exigencias del menor sin que tuviera que rogarle, pues ya sabía lo que quería, puesto que él deseaba exactamente lo mismo. Empezó a envestir con mayor brío, manteniendo esa misma profundidad para que el peliazul pudiera seguir gozando de ello, porque además era cierto, esa posición les favorecía a los dos; Alec podía seguir complaciendo así a Damon con la misma fuerza y el ritmo, sin agotarse, pese a que ya llevaban así un buen rato y digamos que el pelinegro estaba un poco “fuera de forma”. Lo observaba tocándose y eso le ponía todavía más, copiaba el ritmo con el que él lo hacía, con sus manos aún mantenía su cintura y su pierna fuertemente sujetas, a ese paso no tardaría mucho más en correrse. Seguía besando y lamiendo su espalda, su cuello, se desplazaba por sus hombros y los mordisqueaba levemente sólo para que pudiera sentir sus afilados colmillos y además descargar un poco la ansiedad que sentía; por lo que poco a poco empezó a tornar más bruscos sus mordiscos y sus uñas se clavaron en la piel blanca, marcándola con inaudita facilidad. También sus gruñidos entrecortados y sus bufidos fueron convirtiéndose en gemidos leves que el menor opacaba por completo; ya no faltaba mucho -¡nggh! ¡Ah! Yah…no puedo…Dam…- Gimoteó con esfuerzo de decir algo coherente en medio de todo aquel delirio absoluto.

2D Estaba totalmente embriagado en tales sensaciones, perdido en sus gemidos de placer pues ese deleite de que rozara una y otra vez aquel punto era algo que le enloquecía en demasía, el ritmo que ahora llevaba el otro era muy bueno y ahora que estaba masturbándose estaba por correrse en cualquier momento, se retorcía ante sus toques y su brusquedad sobre su cuerpo. Se sostuvo con mucha fuerza de la pared cuando comenzó a escuchar esos gemiditos desesperados, él tampoco podía más, por lo que primero saltó algo de líquido preseminal a la cama -¡Ahh! ¡ALEC!... ¡MGH! ¡Síh!...- Gimió con fuerza cuando de repente aquel martilleo dio con tremenda precisión en su punto G y dejó de masturbarse sólo sujetando su miembro entre sus dedos con fuerza, finalmente se corrió abundante manchando la pared, aquellas manchas en la pared comenzaron a escurrir mientras 2D perdía la fuerza con la que se sujetaba al muro pero se aferró todo lo que pudo mientras Alec le envestía aquellas últimas veces y finalmente cuando también se corrió en su interior dejó escuchar un gorjeo bajito y se soltó de la pared jadeando exhausto aún con gemiditos intercalados. Aquel orgasmo le había dejado aturdido y altamente complacido, era mejor que cualquier droga, como siempre. Abrió los ojos poco a poquito cuando fue sintiéndose un poco mejor y se cubrió la boca en una exhalación audible y cerrando los ojos al notar las manchas en la pared –oh noh…- Pintó una sonrisa tenue, aquello nunca había sucedido. –Qué vergüenza…-

Alec lo escuchaba así de excitado y se contagiaba de su desesperación por correrse, sin embargo quería que el otro lo alcanzara antes que él, le encantaba como se ponía estrecho entre esos espasmos que lo ahorcaban dentro suyo al ritmo que le marcaba ese intenso orgasmo. -¡Ah..!- También gimió al unísono junto con él cuando éste se corrió espontáneamente con tal abundancia, que no se percató del incidente en la pared, hasta que él mismo pudo correrse; luego de haberse aferrado a él fuertemente con ambos brazos, envistiendo con violencia fuertemente hasta que de súbito, también alcanzó su orgasmo dentro suyo, gimiendo audiblemente con descaro. Luego se quedó así detrás de él, apoyando la mejilla en su hombro y respirando con dificultad, tratando de recuperar el aliento. Luego notó que el menor hacía aquella expresión adorable de asombro y le preguntó con la voz todavía agitada -¿Qué?...- Luego miró al frente y poco a poco una sonrisa perversa y divertida, se extendió en sus labios. Pegó su boca a su hombro en un intento por disimular sus risillas burlonas –oh vaya…eso es nuevo ¿no?...no sabía que tenías esa…potencia…- Se burló de él sin poder evitarlo, era de veras algo impresionante, pero también era absolutamente excitante (para Murdoc), sintió como se le calentaba la piel nuevamente. Poco a poco se retiró de él y dejó que bajara su pierna, para abrazarlo con más naturalidad, así todavía estando detrás de él; luego con su mano lo hizo que girara su rostro hacia el suyo, para robarle un beso demandante, con profundidad pero con la misma pasión cariñosa que lo embargaba en aquel momento, sintió cuánto amaba al menor mientras podían estar así, simplemente abrazándolo.

D’ se rió bajito al escucharlo y después volteó a buscarle la mirada –¡Cállate, qué pena!- Le dijo tapando su cara con una mano mientras que la otra mano entrelazaba sus dedos con los ajenos que estaban sobre su cintura y bajó la cabeza sintiéndose exquisitamente cómodo así, al fin la paz venía a su cabeza cuando terminaban de amarse así, sintió el tacto del otro y volteó instintivamente abriendo la boquita para recibir la lengua ajena entre su cálida y dulce cavidad. Se separó de aquel contacto para voltearse en la cama y quedar frente a frente abrazándose a su cuello con fuerza y robándole otro contacto más, uno meloso y lento, de esos besos que se van paladeando de probada en probada. Enredó sus dedos en los cabellos oscuros mientras le besaba y estuvieron así durante un par de minutos en ese contacto delicioso hasta que tuvo que respirar en serio, jadeó contra el hombro ajeno y finalmente depositó un besito en su cuello sin necesidad de decir palabra para demostrar lo contento que estaba de estar con él así.

Igual lo abrazó cuando el menor se prendió a su cuello, demandando un beso más profundo y se recostó sin problemas para que el otro pudiera acomodarse a su lado a gusto, mientras continuaba presumiendo esos expertos besos en su boca, que solamente él sabía cómo darle. Después suspiró cuando al fin desistió el peliazul de continuar ese contacto y se recostó encima de su hombro. Cerró los ojos, con su brazo alrededor de la cintura del vocalista -¿Sabes qué?...- Le dijo en un susurro que rompió el silencio suavemente, como deparando que iba a decir algo romántico. Buscó su mirada en medio del silencio dulce y le dijo –Estoy cagándome de frío, mejor alcanzas las cobijas…- Y extendió una sonrisa maliciosa y divertida mientras se reprimía de temblar; ya que llevaban bastante rato desnudos y ahora que las cosas al fin se habían enfriado, a penas notaba que a fuera estaba lloviendo y el frío se estaba metiendo por los vitrales superiores del cuarto, que habían olvidado cerrar. Dejó que el menor los cubriera a ambos y luego enredó sus piernas disimuladamente con las suyas. Volvió a acomodarse en la almohada y se relajó teniéndolo a su lado –Canta…- Le musitó, de repente le dieron ganas de escuchar su voz con alguna de esas melodías suyas.

El vocalista estaba muy relajado, obviamente también comenzaba a tener frío pero por eso estaba pegadito a Alec para resguardarse un poco de eso, de repente escuchó su voz y se separó un poco buscando sus ojos y pintándole una dulce sonrisa que se disipó con su falta de romanticismo. Desvió la mirada buscando las cobijas, a un lado no, al otro ¡Bingo! Allí había una, intentó estirar un brazo, pero oh sorpresa, lo tenía muy adolorido por estar moviéndolo constantemente en ocupaciones difíciles de mencionar por lo que usó el otro para alcanzarla y cubrir a ambos con ella recargándose de nuevo dejando escuchar un suspiro y cerrando los ojos relajándose del todo al fin. Iba a abrir la boca para decir algo como “Debemos irnos” Pero entonces escuchó aquella orden y pensó en que tenía mucho que no se lo pedía, bueno solía hacerlo de un modo feo en realidad, aquella petición había sido lo más lindo que había tenido de él respecto a eso. Petición espontánea y adorable, por eso iba a cumplirla, iba a preguntarle cuál gustaría escuchar pero… entonces se le ocurrió que quizá no importaba lo que se le ocurriera cantar, además un título vino a su mente, tomó aire y comenzó en tono bajito, tranquilo, dulce y a su oído como sólo Alec tenía el privilegio de oír.

Lord hear me now
Señor, escúchame ahora
Junk boats and English boys
Barcos de basura y chicos ingleses
Crashing out in to the noise
Estrellándose dentro del ruido
Electric fences and guns
Vallas eléctricas y armas

You swallow me
Tú me tragarás
I'm a pill on your tongue
Soy sólo una píldora en tu lengua
Up here on the nineteenth floor
Aquí en el piso diecinueve
The neon lights make me come
Las luces de neón me adormecen

And late in a star's life
Siendo tarde en la vida de una estrella
It begins to explode
Ésta comienza a explotar
And all the people in a dream
Y todas las personas en el sueño
Wait for the machine
Esperan a que una máquina
To pick the shit up, leave it clean
Recoja la mierda que queda y dejen todo limpio.

Kid, hang over here
Niño, por aquí…
What you learning in school?
¿Qué es lo que aprenden en la escuela?
Is the rise of an Eastern sun
El ascenso de un sol oriental…
Gonna be good for everyone?
¿Va a estar bien para todos?

The radio station disappears
La estación de radio desapareció
Music turning to thin air
La música se transforma en aire fino
The DJ was the last to leave
La DJ fue la última en irse
She had well conditioned hair,
Tenía el cabello bien acondicionado
Was beautiful, but nothing really was there.
Era hermosa, pero nada realmente estaba allí…

Acariciaba su torso tranquilamente con su nívea manita mientras cantaba esa tonada tan tranquila, “Hong Kong” Era una de las melodías que más le relajaba, claro que con los instrumentos adecuados era todo un deleite pero su sola voz haciendo eco en las paredes ya sonaba bastante bien, en los espacios de la melodía tarareaba el ritmo de la guitarra y al terminar suspiró y se atrevió a voltear a mirar el despertador –Alec… ya es muy tarde, ¿Vamos a ir?- Le preguntó volteando a besar su oído –Voy a hacer lo que tú quieras…- Le dijo complaciente sentándose sobre él más animado. -¿Tomamos un baño? ¿Quieres que me vea lindo esta noche?- Le siguió cuestionando acercándose a besar la puntita de su nariz y luego su frente.

Alec ya se estaba adormilando mientras escuchaba su voz, esa melodía era de sus favoritas para cuando le nacía drogarse de vez en cuando con el tecladista, que seguramente era sobrenatural o algo parecido y no se lo había dicho; pues lo sorprendió que de repente se sentara encima suyo e insistiera en ir a la fiesta, la cual ya había olvidado para esa altura de las circunstancias… ¡Él! ¡Murdoc Niccals olvidando irse de fiesta! Y lo peor era, que esa fiesta debía ser la del reencuentro con sus oscuros vicios y perversiones más retorcidas y ocultas; que hubieran quedado enterradas detrás de ese “buen sujeto” que había estado primero, convaleciente y después cojo, durante todo ese tiempo, tanto que ya había olvidado cuando había sido la última vez que se había “perdido” en el alcohol y en sus diversiones nocturnas.

Suspiró y se obligó a abrir los párpados que le pesaron un poco –Dime… ¿Dónde tienes el botón de “apagar”?...- Le dijo en son de broma y burla; con una voz baja y ronca, como un ronroneo perezoso; incorporándose a medias para comenzar a toquetear su cintura, sus piernas, su espalda; haciéndole cosquillas a propósito con una sonrisa malévola y divertida, reluciendo sus pequeños pero sexys, colmillos. -¿Hay una palabra secreta? ¿Eres alienígena y olvidaste decírmelo?...- Seguía jugueteando con él, habiéndolo tirado sobre la cama con sus cosquillas desalmadas y bruscas, ahora estaba montado encima suyo. -¿No estás muerto ya?... ¿De veras vas a aguantar ir a la fiesta?- Esa a lo mejor, era una pregunta más para él mismo, pero su ego se impedía hacérsela, más bien decía “¡Pero claro que podemos!, ¡bah! ¿Qué no eres Murdoc Niccals? ¿No rompiste el record de las copas ininterrumpidas por tres días enteros?...” Pero ahora le parecía que esos días estaban muy lejanos y se sintió horriblemente viejo. Pero al ver al menor así, debajo suyo, tan sensual y perfecto, sonriéndole…evitaba que procesara a un nivel caótico ese tipo de pensamientos, porque toda su mente era inundada con su imagen, su esencia, su voz…todo de él, no le quedaba más espacio para traumatizarse.

D’ le miró incorporarse muy emocionado sin dejar de mirarlo con ese brillo particular en los ojos, pero de repente cambió a sorpresa cuando sintió sus manos en su cintura y perdió el equilibrio con esas cosquillas que a decir verdad tenía muchísimo que no sentía, desde que era un crío (o algo parecido a eso). Se retorció contra las sábanas en medio de risas melódicas e intentando quitar las manos ajenas –¡Alec! ¡Por favor!...- Le dijo entre risitas. Y entonces le hizo esa pregunta, le miró fijo comprendiendo rápidamente manteniendo la sonrisa.

-¿Quieres que nos quedemos?...- Preguntó finalmente. –Porque si es eso, te puedo cantar un poco más, te puedo mimar…- Le musitó sentándose para abrazarse a su cuello y colar su lengua en el oído ajeno –Y puedo encargarme de que tengas lindos sueños…- Le musitó en tono sensual para después buscarle la mirada pintándole una sonrisa sexy –Ya te dije que haré lo que tú me pidas, incluso puedo… consentirte un poco más…- Le propuso finalmente para que no sonara tan aburrido eso de quedarse en casa, al decir aquello bajó la mirada sugerente y después buscó su mirada de nuevo. –Yo puedo aguantar el ritmo que tú me digas, para eso tengo cosas mágicas bajo la manga, eso o un White Light, ese siempre nos sube los ánimos ¿no?- Le comentó sin poder dejar de hablarle bonito, complaciente, tenía mucho que no estaban así, y que no se daban el lujo si quiera de hablar bien, D’ estaba tan feliz que seguiría el juego del otro tal y como le dijera, ya nada le importaba siempre y cuando estuvieran bien. –Perdona… creo que estoy hablando demasiado- Le dijo finalmente ocultando su carita en el hombro ajeno.

Alec nada más lo miraba en silencio, sosteniendo media sonrisa en la boca mientras el otro se portaba así con él, era cierto, hacía mucho que no estaban los dos tan “dulcemente” juntos, era extraño que todavía no empezara a empalagarse. Cerró los ojos tensándose cuando el otro empezó a acercársele de nuevo, tratando de persuadirlo pero el bajista lo hizo mantener su distancia disimuladamente, pues aún seguía considerando la idea, si debían ir o no. Echó una ojeada al reloj y por poco se va para atrás, ¡Eran casi las 3am! Lo miró a los ojos y le sonrió a poco a poco antes de que el menor se escondiera –Quizá…no suena mal…pero, esta vez prefiero que sigas cantando…- Decidió, era extraño pero, en ese momento ya no sentía querer estar en ningún otro lado que no fuese allí, ya ni ganas tenía de alcoholizarse, solamente se quería recostar y tener al otro junto a él. –No importa que hables, realmente no lo haces muy seguido…- Se burló de él nuevamente, acostándose con un suspiro –Que se jodan…ya surgirá algo pronto…estoy seguro…- Murmuraba con pereza mientras empezaba a cerrar los ojos otra vez.

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Jamie Hewlett era un hombre muy impaciente pero después de unos cuantos tragos era el hombre más tranquilo del mundo, estaba platicando amenamente con un sujeto de allí que gustaba del arte y de repente el tipo dijo:

-Creo que Murdoc y 2D ya no van a venir, es una lástima que sólo haya dos integrantes de la banda…-

El castaño tuvo una cruda moral, debió presionar al peliazul para que fuera aunque primero le había dicho secamente que no valía la pena, pareciera que la gente seguía esperando por lo menos una canción para dar el visto bueno, se levantó y fue hasta Noodle que hablaba amenamente con todos los invitados de la fiesta siendo seguida por su nuevo novio, afortunadamente la prensa tenía prohibido hablar de aquello, ella ya había dejado claro que vendería tal noticia al mejor postor y le pondría una gran demanda a quien se atreviera a dar una nota espuria antes de tiempo. La pelivioleta volteó a mirar a Jamie cuando este se paró muy cerca y le jaló de una muñeca.

-¿Qué sabes de tus amigos? ¿Van a venir? La gente parece aún guardar esperanzas en verlos y la verdad es que creo que Damon enloquecerá si no los ve pronto por aquí, no me interesa si están cogiendo deben venir ya “Fideíto”- Le dijo arrastrando las palabras ya con un aliento alcohólico pero aún guardaba muy bien la apariencia de sobrio.

La chica sonrió “sí, están cogiendo” lamentablemente era lo más probable –Ah… tendré que marcar de nuevo pero la verdad es que creo que ya no vendrán-

-Tienen que interpretar algo para los patrocinadores ¿Qué seriedad tendrán si no vienen?- Le preguntó a la chica, esta se quedó seria un momento y después desvió la mirada –Mira ese no es mi problema, si me voy también a estas alturas de la noche definitivamente renunciarán a nosotros, tuve que quitarme el abrigo para mostrar algo y que los patrocinadores se quedaran en sus asientos ¿Crees que soy feliz con eso?-

-Ok ¿Lo puedo resolver yo?- Preguntó tranquilamente.

-Muy bien pero ¿Qué piensas hacer?-

Jamie pintó una de esas maniacas sonrisas suyas y arqueó la ceja al echar una mirada a la puerta como una seña de que saldría –Voy a ir por ellos- Anunció como niño travieso.

-Murdoc te va a mandar a la mierda si está “ocupado”…-

-Y todos lo mandarán a él si no viene, incluso me mandarán a mí por mal aconsejar al vocalista-

-¿Le dijiste que no viniera, Jamie?-

-Ahh… ahorita vengo ¿va?-
Noodle le vio amenazante durante unos segundos y después negó con la cabeza al verle listo para retirarse –No te tardes- Le recomendó seriamente.

El castaño pasó a lado del resplandeciente rubio que seriamente hablaba con algunas personas, palmeó su hombro y se despidió con su mano caminando a pasos agigantados a su auto, lo abordó y se fue directo a donde el pequeño departamento en el corazón de Nueva York, que a decir verdad aunque era tan reducido se le hacía simpático.

Condujo como un loco, propio de los ebrios en las madrugadas y se estacionó con un rechinido de llantas justo fuera de la casa.
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2D ya estaba poniéndose cómodo tarareando una parte de “El mañana” cuando escuchó aquel auto y temió por su vida saltando del colchón y corriendo dentro del baño para asomarse a sus anchas por la ventana del baño que daba hacia la calle… ¿El auto de Jamie? Eso no podía ser bueno.

Se asomó entonces a ver la cama por si Murdoc se había despertado, y abrió los ojos enormes con cierto pánico –… ¿Alec?...- Le llamó en tono bajo.

Alec se había quedado profundamente dormido, medio roncando, cuando un rechinido de llantas irrumpió bruscamente en el silencio y como consecuencia el peliazul voló de la cama. Sin embargo el bajista, solamente gruñó musitando algo incomprensible y se revolvió en las cobijas, pretendiendo seguir dormido; pero, percibía la grave inquietud del menor y su paranoia por protegerlo todo el tiempo, poco a poco empezó a provocar que volviera en sí, de muy mal humor, por cierto. -¿Qué…mierda?... ¡ven acá!- Le exigió con un tono molesto, pero entonces tuvo que sujetarse la cabeza con ambas manos para cubrirse los oídos y encogerse levemente sobre la cama, ya que ese mismo loco que se estacionó allá afuera, empezó a sonar el claxon como demente, sin cesar, en pitidos que estaban estrangulándolo, pues ya todos sabían que el bajista sufría de migraña a veces, luego de haber follado y/o bebido toda la noche. -¡Hijo de la…! ¡Grrr!- Con un gruñido más gutural y enfadado, pateó las cobijas y se removió de un lado a otro como una tortuga, hasta que logró levantarse de la cama y trastabilló un poco al intentar sostenerse en pie, por lo que se sentó. –Me vale madre quien sea, me va a conocer ¡muy! Encabronado…- Refunfuñaba en medio de una seria rabieta, producto de su ira explosiva, mientras a tientas buscaba su ropa y sus botas, poniéndose las prendas con gestos bruscos y fuerzas desmedidas.

2D estaba muy preocupado por Jamie y temía por su seguridad física, se precipitó con su ropita interior rosada hacia Murdoc y se sentó a su lado con calma mientras el otro se metía las botas a lo salvaje acomodándole un poco el cuello de la camisa abierta que llevaba encima –Al… por favor, no te enojes yo… puedo bajar a hablar con él…- Ofreció obviamente de forma muy débil porque realmente tenía mucho miedo de que enfocara su furia hacia él. Se levantó de la cama y corrió a mirar a la ventana, si dejaba que el otro bajara solo habría un enorme problema porque Jamie por su forma de actuar lo más seguro es que ya estuviera ebrio…

Justo cuando se debatía en lo que se pondría para bajar y ahuyentarlo el celular comenzó a sonar, contestó como un maniaco -¡Jamie, lárgate de una vez!- Le gritó al celular.

-¡Dile a ese cabrón que baje y quiero tu bonito trasero en mi auto también!- Apenas terminó de decir esto el artista arrastrando las palabras cuando el celular sonó de nuevo con el nombre de “Noodle” en la pantalla, puso en espera a Jamie para contestar de inmediato sospechando lo que había pasado -¿¡Tú lo enviaste?! ¡Lo único que vas a lograr es que se maten!- Le gritó al ver nervioso que Alec salía de la habitación.

La chica lo escuchó con ese tono neurótico y jadeó llevándose una mano a la boca intentando controlarse, era verdad había olvidado que ambos eran unos animales –¡Lo siento, pero tienen que venir D’! Ponte tu traje e intenta verte decente- Dijo finalmente colgando el celular, intentaría guardarse su preocupación.

Jamie se salió del auto al escuchar el grito de D’ en el teléfono y después eso de que lo había puesto en espera, supuso porqué se ponía así, y la verdad no se detendría, ya le traía ganas a Murdoc desde que se vieron por primera vez por lo que se salió del auto echando dentro el celular y cerrando de un portazo -¡Oye! ¡Infeliz! ¡Sal de una puta vez!- Gritó a la ventana. Tomó una piedra y la lanzó contra la puerta para hacer ruido -¡Tenemos que irnos!-

2D abrió el armario y se puso el traje en milésimas de segundo, se roció entero de loción y tomó el celular, la loción, el teclado y el bajo usando la silla al pie de las escaleras para deslizarse hasta el piso de abajo mientras afuera ya comenzaba a escuchar gritos, se asomó a la puerta abriendo muy grandes los ojos -¡Alec! ¡Jamie! ¡Basta, por favor!-

Notas finales:

¡Espera no! ¡No escribas en ese cuadro blanco! ¡No...! 

...Un momento ¿Qué haces?...

Ah está bien, anda, sigue escribiendo, eso es, ahora envíalo. Ya qué, sólo lograrás la felicidad de una autora excentrica y la harás escribir más. 

...¡Muy bien! *-* 


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