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Colina melancólica por Tierna Kikyo

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Notas del capitulo:

Uno más~ Y esto se pone interesante...

-Yo... ah... Alec ¿Qué haces?- Le dijo algo asustado por la mirada con la que lo devoraba de repente, sus mejillas tenían un color carmín intenso, al estar dentro le miró con miedo, le daría mucha vergüenza que lo escucharan si es que pasaba algo -no... aquí no Alec...- Le dijo haciendo como que no estaba de acuerdo pero obviamente comenzó a ponerle la idea de repente -Noh...- Le musitó mientras se abrazaba a su cuello y buscaba sus labios, su abstinencia también estaba matándolo, el problema es que él había estado tan mal que no había podido ni siquiera intentar mediar aquello, no podía, su estúpida pierna... pero ahora que eso estaba resuelto iba a enloquecer.

Alec lo miraba así cada vez más cerca suyo hasta que fue él quien acabó en sus brazos, rodeó su cintura con un brazo y lo besó suavemente, sin perder el control de inmediato como generalmente le pasaba, probablemente ese tiempo sin él le había ayudado a superar un poco su falta de autocontrol. Se separó de él poco a poco y le quitó sus lentes estrafalarios, mirándolos con extrañeza, pero no dijo nada al respecto. Luego se quitó los suyos y dejó ambos en el sofá blanco de cuero que estaba detrás de ellos, se quitó la chamarra enorme porque se estaba sofocando con ella ahí dentro nada más de ver a 2D. Aventó la chamarra en la codera del sofá y luego se sentó poniéndose cómodo. Le arrojó la otra "blusa" que tomó del estante-Mídetela...-Lo animó sin dejar de mirarlo de esa manera pero demostrándole que quería jugar un poco con él, aprovechando que al fin estaban solos y en ese lugar.

2D Le escuchó desconcertándose por un momento, pero tomó la blusa y asintió con un rostro sorprendido, anonadado en realidad. Se quitó lentamente la otra blusa rozándola al propósito contra su piel, ya estaba excitándose de sólo tener esa mirada sobre él, tomó la otra blusa dudando si ponérsela, le dirigió otra mirada mientras le daba la espalda mirando al espejo, mirándolo desde allí mientras se estiraba para ponerse esa otra poco a poco -Mh...- Jadeó nervioso controlando su respiración, o al menos intentándolo, debía por lo menos fingir que no estaba tan necesitado de esas cosas.

Alec volvió a tragar lentamente sintiendo un sofocante calor invadiéndolo con el mismo ritmo hipnotizante con el que esa blusa se deslizaba sobre la piel del peliazul que le hizo sonreír con sarcasmo al ver que le daba la espalda tímidamente, ya estaba relamiéndose los labios fantaseando con lo que le haría, mientras sus mirada oscura recorría su espalda blanca con sigilo. Una vez que acabó de ponérsela no pudo evitar extender una sonrisa divertida y se rió, le quedaba muy grande, pero eso hacía que se le holgara exquisitamente, que se viera más tentador con esos enormes ojos azules inocentes. -Creo que...exagere...-Se levantó y fue hacia él lentamente, puso sus manos en su cadera angosta dejando que Damon lo viera por el espejo-Mejor...quítatela...-Empezó a sacarle la blusa él mismo, con la misma lentitud que sabía, estaba enloqueciéndolos a ambos.

Sonrió divertido al ver lo grande que le quedaba y lo miró sonreír también, le vio acercarse y de inmediato bajó la mirada a vigilar las manos ajenas que se posaron en su cintura -Mgh...- Jadeó bajito después de eso al sentirlo contra él, mirándolo a través del espejo con cierta timidez aún y ese sonrojo que ahora se negaba a abandonar sus mejillas -Me gustas... Alec, me atraes tanto...- Le musitó al oído llevando una mano a sostener su rostro una vez le quitó "la blusa", besó su mejilla con cierta pasión en un contacto que de ser simple anteriormente ahora era lento y húmedo, le dirigió una mirada de esas enamoradas, llena de deseo...

Cerró los ojos sintiendo como su cuerpo vibraba entero ante sus toques, su voz. Se había tardado en reaccionar del todo aún, como si no asimilara que realmente se trataba de él, que al fin podría tenerlo de nuevo. -Tú me...pones así...soy un maniático adicto por tu culpa...- Le susurró al oído mientras él le besaba así de esa manera electrizante. Lo volteó con violencia hacia él, dándole media vuelta a su cintura con sus manos, aferrándolo de inmediato con ambos brazos, asiendo su cuerpo al suyo en un arrebato de pasión y deseo anima l-Pero tú...eres mi peor adicción- Le dijo con la voz agitada muy cerca de sus labios, antes de abalanzarse contra su boca, devorándola en un beso húmedo, profundo, exquisito, sin contenerse de ninguna forma, había necesitado tanto hacer eso, ese había sido el mes más largo y tormentoso de toda su vida. Sus manos empezaron a acariciar su cuerpo con ansiedad irrefrenable, con brusquedad; apretó su trasero delineándolo con sus manos antes de agarrarlo con firmeza y cargarlo, dejando que le abrazara con sus piernas. Aquel beso salvaje se eternizó en sus bocas, no podían parar, no querían parar. Trastabillando, caminó hacia el sofá y lo recostó con violencia sobre él, posicionándose sobre él sin despegarse de su boca en ningún momento.

-Ahh...e-eres un pervertido...- Jadeó cuando le volteó así, le escuchó sonriéndole encantado mientras colaba sus manitas en la playera ajena, hundiendo sus dedos un poco contra los costados ajenos al comenzar a besarlo, subió sus manos hasta los omóplatos ajenos rozando cuidadoso con las yemas de sus dedos la herida de bala ajena. Correspondía a sus besos desesperado por sentirlo, mordisqueó su lengua, sus labios sin poder evitar ser fiero con sus besos, tenía mucha ansiedad -¡Hah... mghn!-

Aferró sus piernas a la cintura del bajista sin dudarlo un segundo, le sintió moverse con él y se aferró un poco más profundizando sin poder evitarlo, fiero, mordisqueando la boca ajena en medio de su ansiedad, al caer jadeaba con violencia para recuperar el aliento y seguir con aquel contacto, llegó un momento en el que le fue difícil continuar, en verdad necesitaba respirar por lo que espació aquello respirando descontrolado por un momento, tenía miedo, jamás se había sentido tan desesperado por un contacto así.

-¡Ahh! Alec... estoy muy...mhh excitado- Le confesó aún sin recuperar el aliento del todo mientras colaba una de sus manitas entre ellos para desabrochar su pantalón, estaba tan duro que le dolía y debía liberarse un poco, sólo con un beso ya estaba loco de deseo. Al lograr desabrocharlo pasó al pantalón ajeno y frotó un poco sobre la ropa sintiendo que estaba tan duro como él, se le escapó un gemido al desabrochar ese pantalón. -Te deseo... te deseo tanto... mgh dentro de mí...- Le musitó sonrojado lamiendo su maxilar para después mordisquearlo un poco. Le daba vergüenza decirlo pero sabía que le gustaba escuchar esas cosas, se arqueó un poco contra él al lograrlo y subió su mano por el torso ajeno de nuevo acariciándolo con cierta brusquedad.

Cuando el peliazul rompió el beso, Alec se quedó jadeando agitado por la tremenda excitación que él también sentía, es que podía percibir la necesidad urgente que tenía Damon de él y eso lo ponía a arder, hasta nublarle la mente, la vista, ¡Todo! lo único que quería era hacérselo mil veces hasta cansarse. Lo observó haciendo aquellas cosas sin notar que no estaba respirando: cómo se liberaba a sí mismo de su ropa y deliraba ese tipo de oraciones que lo hacían temer por su integridad, siempre lo deseaba así pero en esos momentos hasta le daba miedo esa pasión desenfrenada...y en definitiva no ayudaba que dijera esas cosas.

Cuando acarició su entrepierna, su cuerpo sufrió un espasmo notable y ahogó un gemido en su hombro, si esas manos pequeñas seguían tocándolo de esa manera no sabía lo que pasaría-nghh Dam...noh... ¡dios! yo también...te necesito...te necesito Dam...-Le arrancó el pantalón y la ropa interior de un tirón y no perdió tiempo en hacer lo mismo con su ropa, pues no estorbaba realmente si sólo la apartaba un poco. Empezó por delinear todo su cuello con su lengua, luego siguió por su hombro, por su torso, apretó con sus labios y sus dientes esos botones rosas que habían estado tentándolo tanto, los saboreó con delicia, con descaro. Sus manos acariciaron su abdomen blandito enrojeciéndolo con sus bruscas caricias desmedidas.

Llegó a sus piernas y entonces, se midió, afortunadamente, sólo deslizó sus manos, deleitándose con el contorno perfecto, de lo torneadas y largas que eran. Sus besos llegaron hasta su abdomen y ahí su lengua trazó diáfanas formas adorando sus vibraciones placenteras. Sus manos regresaron sobre su curso por sus piernas hasta su cadera y ahí, las yemas de sus dedos se deslizaron por su miembro para torturarlo, su índice delineó su glande, estaba ya tan duro que lo hizo respingar cuando comenzó a tantear su erección, luego la envolvió con su mano y empezó a masturbarlo sin mucha delicadeza. Su otra mano le hizo doblar más las piernas hasta dejar expuesta su entrada que toqueteó con sus dedos, cuidando sus reacciones con el rabillo del ojo, enfermo de deseo, de lujuria, aquel cuerpo era el objeto de todas sus sensaciones, sus necesidades...sus más grandes pecados.

Damon estaba totalmente perdido pero a pesar de ello procuraba no hacer mucho ruido porque si los descubrían no sabría qué explicaciones dar, se moriría de la vergüenza definitivamente. "Te necesito" Aquellas palabras devolvieron calidez a su pecho. Le sintió recorrer su cuerpo con tal satisfacción al tenerlo al fin sobre su piel que jadeaba con profundidad, pesadamente como si tuviera algo pesadísimo sibre el pecho, pero era para que sus gemidos no se escucharan, el problema de todo eso es que al levantar la mirada había espejos hasta en el techo del vestidor, y pudo ver su expresión, la posición que ahora adoptaban y a Alec descendiendo y adueñándose de su piel, eso le hizo temblar un poco y se arqueó cuando acarició sus piernas de esa manera, cuando su lengua se detuvo en su abdomen tuvo una contracción, tensándose al paso del músculo ardiente que ahora le recorría, al fin llegaron a esa zona que le exigía atención, y en cuanto comenzó a tocarlo salió líquido preseminal que humedeció la mano ajena, aquello le hizo sonrojarse aún más y volteó violentamente a un lado para dejar de verse pero pudo verse más claramente en ese espejo justo a su lado.

-¡UHN!- Contuvo un gemido como pudo pero aún así aquel sonido se había disipado en lo hueco que era ese lugar, movía ligeramente sus caderas hacia él en busca de más de ese placer, la excitación que cargaba ahora era muchísima y no lo resistiría si seguía masturbándolo así, se llevó las manos a la cara intentando controlarse, después se tapó la boca mientras mantenía los ojos cerrados pero nada de eso parecía funcionar y mediar lo que le pasaba, tembló un poco más cuando esos dedos encontraron su entrada y tuvo que destapar su boca para expresar lo que le pasaría si seguía manteniendo ese ritmo sobre él -Voy ah...¡nghn! voy a corrermeh...- Intentó susurrar sonrojándose completamente ante esas palabras mientras se aferraba a sus hombros intentando alejarlo de él -No puedoh-nopuedo ma-ás...¡agh!-

Murdoc lo escuchó con una sonrisa malvada de satisfacción, pues de inmediato quiso obligarlo a ello. -Córrete...quiero verloh...-Jadeó aquello con la poca voz que logró reunir, pues él también sentía esa opresión en el pecho al no poder jadear tan abiertamente como quisiera, pues le faltaba el aliento, estaba demasiado acalorado, la excitación hasta le oprimía el estómago. Rodeó con su lengua su miembro y empezó a deslizarla de abajo hacia arriba lentamente, antes de meterlo por completo a su boca y asegurarse de presionarlo con su lengua, con sus labios, antes de comenzar a succionar la punta despiadadamente. Luego de pronto, dejó de hacerlo, se sacó su miembro de la boca y empezó a lamer su entrada, así, con el descaro absoluto de anhelar que se viniera, experimentando una nueva forma de placer, sabía que disfrutaría ello hasta el punto de no poder soportarlo y a la vez, le rogaría por más, lo sabía por como se retorcía y trataba de controlarse.

Usó sus dedos para hacerse más espacio en su entrada y poco a poco su lengua logró sumegirse levemente en ella, entonces dejó que entrara y saliera repetidas veces en movimientos pequeños de su cabeza, pero que seguramente, a él lo estaban estimulando de forma tremenda. Cuando se dio cuenta de que ya estaba al punto, volvió a meterse su miembro en la boca para recibir su semilla, ansioso de lo caliente que estaba, con ese sabor curioso pero que no resistía. No había notado sus múltiples reflejos en los miles de espejos del probador, porque estaba enajenado poseyéndolo. La piel del sofá era suave y no hacía ruido, por lo que debía ser sintética, pero esas cosas no las razonaba en el momento, seguro que ya las pensaría después y se quejaría de ello pero por el momento sólo estaba encantado follando con Damon ahí adentro.

-Ohh noh por favor... b-basta... ¡NGH! ¡MHH!- Cuando puso su miembro en su boca poco le faltó para gritar como un desesperado, estaba como animal en celo, no importaba lo que el otro hiciera con él, le ponía, le daba fiebre, quería más, gozaba con todo.

Tuvo que cubrirse la boca de nuevo para controlarse, le era muy difícil no hacer ruido por lo que respiraba con mucha violencia, aún intentando contenerse pero era demasiado, una vez bajó a hacer aquello se le escapó un agudo y claramente audible alarido de placer, a pesar de sus intentos por controlarse, apretó los dientes, se retorció, aquello que era nuevo para él y ya le encantaba, le ponía muchísimo pero también le avergonzaba, eso le ponía aún más y era un círculo vicioso, a pesar de lo loca que era la combinación masiva de sensaciones, comenzó él mismo a estimular uno de sus pezones con una mano mientras que la otra la enredaba en los cabellos ajenos tirando de ellos con cierta brusquedad entre sus espasmos de gran placer, cuando volvió a su miembro no pudo soportarlo, apenas lo alojó en su boca no hizo falta nada para que se corriera entre gimoteos bajitos que sonaban sufridos entre sus pesadas respiraciones -¡Ah-lec!...ngh mmmnh...mng...- Se mareó con la sola sensación que se apoderó de él causándole un hormigueo, un cosquilleo intenso en en vientre y que le recorrió hasta lo más recóndito del cuerpo, jadeó finalmente liberando algo de su aire contenido con algo más de satisfacción, rindiéndose ante esa horrible sensación de asfixia y respirando a bocanadas de aire aún agitado.

-nghhh...-Le fascinó sentir que al fin se derramaba en su boca. Se incorporó un poco para mirarlo, se veía tan delicioso cuando gozaba de ese modo, tan intenso había sido su orgasmo, que lo había dejado temblando de excitación a él mismo, así que probablemente no podía ni imaginarse como había dejado alucinando al peliazul. Ni hablar de cómo estaba ya el pelinegro, temía no poder soportar mucho más, aquello era demasiado. Volvió a poner su boca sobre su entrada y dejó ahí un poco de su semen, con sus dedos lo introdujo poco a poco lubricando rápidamente su entrada, mirando a Damon con pervertida satisfacción y lujuria desvergonzada. Luego se liberó bruscamente de su ropa hasta dejar expuesto su miembro y dejó lo que quedaba de su néctar en sus manos y empezó a masturbarse bruscamente mientras se acomodaba entre sus piernas de nuevo.

Ya sin mucha paciencia, casi agonizando de la necesidad que tenía por correrse, guió su falo a su entrada y lo presionó levemente, no fue tan difícil penetrarlo, estaba dilatado gracias a las atenciones anteriores, por lo que apenas empujó levemente, su glande lo traspasó inesperadamente, haciendo que el moreno tuviera que abalanzarse a sus labios para mordérselos en un beso que buscaba acallarse a sí mismo, ya que de no haberlo hecho habría soltado un alarido de placer parecido al que le había arrancado antes al vocalista. Soltó un gruñido desesperado cuando al fin se sintió dentro suyo, no pudo evitar volver a empujar llegando más dentro suyo, derramando su líquido preseminal en su interior. Logró separarse de sus labios pero estaba jadeando con frenesí desenfrenado por todas las sensaciones que tenían su cuerpo a mil, ese lugar era un horno turbio, difuso, lo único que tenía muy claro era que ese placer clandestino lo tenía sufriendo tanto como gozando -Ahhh...Damon...¡mgh...!- Gimoteó aquello en un susurro lastimero, no podía dejar de jadear, estaba a punto de venirse y aún no comenzaba a embestirlo.

No tenía idea de que podía delirar más después de haberse corrido de ese modo pero al ver las cosas que hacía con su semilla no podía dejar de mirarlo excitándose más, cuando se posicionó sobre él cerró los ojos dejando escuchar un par de gemiditos ahogados, la fiebre no cesaba, deseoso de lo que fuera a hacer le observó, pero al entrar tan inesperadamente correspondió a ese beso con la misma intención de acallarse para no hacer más ruido. De repente unos discretos toquidos en aquella puertita corrediza.

-¿Está bien, señor?...-

Damon se alarmó al separarse de los labios ajenos, y acarició los cabellos oscuros al escuchar su nombre depositando un beso cariñoso en su frente intentando recuperar algo de aliento y de cordura. -Sí, el problema son estos diseños... ¡son muy grandes para mí, amigo! Ve y recoléctame todas las tallas chicas de todo ese vestidor... voy a probármelo todo-

-En seguida, señor...- Contestó el tipo alejándose de allí, genial, ahora le tendría ocupado un buen rato...

-Muévete... anda ¡mgh!...- Le pidió al escuchar que se había largado, moviendo un poco sus caderas hacia él -¡Amhg! ¡ngh!-

Murdoc al escuchar que tocaban la puerta como que también reaccionó un poco pero no lo suficiente como para poder prescindir de la excitación tremenda de la que era presa, pues aún no se corría, aunque los mimos de Damon lo tranquilizaron un poco, necesitaba moverse, aún así se quedó quieto hasta que el otro logró ahuyentar al servidor público

-nhh... ¿todo eh? tendremos un buen rato...aquí...-Dijo eso con la voz un poco más recuperada, con una risita burlona, pero todavía estaba muy agitado. En cuanto lo sintió moverse rápidamente volvió a incendiarse a mil su locura y empezó a embestir con brusquedad, rápido, fuerte. Regresó a sus labios y se perdió en ellos en un profundo y extenso beso que lograba un poco evitar que los dos se pusieran muy escandalosos. El húmedo contacto de sus labios dejaba escapar un hilillo de saliva por la comisura de su boca, de la de Damon también, producía leves chasquidos evidentes de lo que hacían pero ya nada le importaba al bajista, estaba absorto en esos movimientos, en esas sensaciones envolventes, insoportables.

De repente aceleró más sus embestidas, ocultándose en el hombro de Damon, pues definitivamente ya no soportaba, estaba a punto de venirse-¡Ah-ah!...Dam...yah...ya no puedo...-Masculló contra sus labios del mismo modo ahogado, las contundentes y desesperadas embestidas hacían que el cuerpo menudito del menor, retumbara dando leves botes sobre el sillón de forma demasiado excitante. En aquel frenético vaivén, sus caderas acabaron entrechocándose, produciendo de nueva cuenta ese chasquido hipnótico, insufrible. -¡agh! ¡NHH!- Una descarga de placer abrumador atacó con violencia su espina dorsal haciéndolo arquearse contra el cuerpo de 2D de repente, echando la cabeza hacia atrás-¡AH!-Enterró sus uñas en sus brazos.

-Sí... estaráh... ocupado...- Le musitó como pudo al comenzar a sentir esas embestidas cerró los ojos con fuerza, correspondiendo a ese beso mordiendo su boca para controlarse un poco, saboreó la sangre entre ellos, no era suya... no sentía dolor, por un momento se asustó pero al no escuchar quejas continuó la pequeña pausa para besarlo de nuevo con más ganas. Ese maldito chasquido… estaba volviéndolo loco, coló su lengua en la cavidad ajena todo lo que pudo pero cuando este le dijo aquello y se separó de su boca dejaba escuchar siseos, consonantes nasales que intentaban ocultar sus gemidos agudos, igual se escapaban de vez en cuando cada que rozaba ese punto en su interior que sólo él podía alcanzar, sólo a él se lo permitiría, nunca más a nadie después de él.

Se movía con cada movimiento ajeno sobre el sillón, con una carita encantadora cuando se separó, logró profundizar más en él al arquearse de esa manera por lo que se arqueó también en un gemido delicioso que por un momento inundó los muros, aquello le hizo sonrojarse muchísimo pero también excitarse de nuevo a un nivel como los anteriores, comenzó a temblar y tensarse contra él besando su cuello, abrazándose a él, mordiendo su oído intentando acallarse con las atenciones que le daba, tomó una de las manos ajenas y la lamió sensualmente llevándola a su miembro después, le buscó la mirada comunicándole su necesitad y volvió a musitar a su oído como la primera vez -Juntos... ¡¡MHGH!! Jun-tos... ohh Alec, Alec... te quiero...- Le gimió al oído besándolo después mientras lo abrazaba con fuerza.

No le importó que le mordiera tanto la boca hasta hacerla sangrar, inclusive se asustó y por unos momentos se alejó de él al pensar que él hubiera sido quien lo hirió, pero al saborearse la boca se encontró la herida y sonrió con encantada satisfacción de la violencia del otro. Le correspondió con la misma lascivia que sólo parecía aumentar más a cada caricia y beso que le daba, el calor que sentía era ya insoportable, pero se alarmó un poco cuando el otro gimió abiertamente, prácticamente gritó, y el imbécil que andaba allá afuera pudo haber escuchado, pero no le interesó, no aminoró aquellas poderosas embestidas, lo sintió abrazarse a él y se aferró ahora al sillón procurando desahogar un poco de la fuerza bruta que sentía dominarlo en esos momentos, pues no quería hacerle daño, le resultaba muy sencillo marcar esa piel blanca suya, se enrojecía apenas con leves roces.

Cuando lamió su mano, una punzada de excitación le atacó en el abdomen haciéndolo encogerse un poco sobre el cuerpo ajeno. Respirando como una bestia, masturbó a Damon con velocidad, tratando de no usar tanta fuerza. Sintió las uñas del menor arañando su piel en medio de aquella locura-¡AGH!...ahh Damon...¡MFHH!-Se arqueó sobre su cuerpo otra vez mordiédole el cuello de nuevo, acelerando mucho más las tremendas caricias que le daba a su miembro, se corrió en su interior sufriendo un espasmo exquisito que le invadió todo el cuerpo deliciosamente, en aquel momento fue demasiado el impulso que lo inundó y sus colmillos hirieron la piel del peliazul haciéndolo sangrar, no fue demasiado porque en cuanto sintió el sabor de su sangre se separó de él.-¡Dam! lo...siento...yo...también...-Con un suspiro perdió las fuerzas y se desplomó encima de su cuerpo.-te quiero...-Le murmuró, agitado, besando los agujeritos que le había hecho a su piel, lamiendo su sangre con una extraña satisfacción por aquel sabor metálico.

Damon le sintió seguir una y otra vez contra él, era demasiado, aquel ritmo frenético sobre su miembro terminó haciendo que se corriera inevitablemente, de nuevo y sobre todo al tiempo de él, se retorció ante la sensación de la semilla ajena en su interior, le encantaba sentirlo, dejó escuchar un quejidito seguido de sus gemiditos entre su orgasmo y el nombre ajeno se intercalaba, pero al escuchar su inmediata disculpa y esas palabras que tanto le gustaba escuchar atrajo su rostro, jadeó con violencia antes de poder besarlo, besarlo con gran intensidad para tranquilizar un poco su respiración, acariciando sus cabellos con tremenda pasión, y después su espalda abrazándose a él, al mirarlo bajó las cejas y llevó las yemas de sus dedos al labio inferior ajeno que estaba herido -Lo siento mucho...yo no quería lastimarte- Le dijo depositando un beso en la herida también. -Te quiero...- Le musitó bajito.

-¿Señor? ¿Me hablaba?- Preguntó el tipo tocando un poco de nuevo.

-Sí, amm descarta los colores fluorescentes de la selección que hagas...-

-¡En seguida!-

Le correspondió los besos de la misma forma profunda aunque se separaba de él de vez en vez para jadear levemente. Cuando se despegaron se le quedó mirando perdidamente de forma casi adorable, se embobaba con el rostro perfecto de Damon-Estoy bien, tonto...-Le aseguró ante su disculpa, con una risa floja, pues aún no se recuperaba, seguía ahí tumbado encima de él. Cuando escuchó al sujeto volver, sonrió travieso-Sí...lárgate para que podamos seguir follando...-Le musitó a Damon en el oído con una risita boba, contra su oído antes de morderle un poco éste, luego se llevó una mano al oído y le mostró sus dedos con un poco de sangre al peliazul, para que viera que había logrado lastimarlo un poco cuando lo mordió antes, cuando el placer lo tenía enloquecido.
Se llevó esos dedos a la boca y los lamió con sensualidad-Me agrada cuando te pones violento...-Le musitó pasándose a su otro oído en un surco de besos húmedos por su cuello-es...sexy...-Le dijo acariciando sus cabellos esparcidos en el sillón de cuero (sintético), entonces levantó la vista y se dio cuenta de los espejos-Oh...¿Lo ves? pudiste verlo tú mismo...-Le dijo con una risita pervertida. Luego se dejó caer de nuevo sobre él aunque estaba apoyado su peso en sus rodillas para no aplastarlo. -No puedo creerlo...cuanto quise hacer esto...-No dejaba de acariciar sus cabellos mientras su respiración se tranquilizaba un poco más.

Damon contuvo una risita ante su comentario -Shh...- Le musitó besando su mejilla y le miró haciendo carita de sufrimiento al ver la sangre -Lo siento mucho Alec...- Le dijo bajito pero al escuchar sus otras palabras sonrió tenuemente -uhh... ¿Sí? No creo que tanto como lo que planeo...ahora... ¿Por qué no sales?... Escoges tu ropa... y de paso escoges una muda de ropa de mujer también... la que tú quieras, soy talla chica...- Le dijo al oído herido depositando un beso allí demostrando su arrepentimiento para seguir hablando -...y luego nos vamos a casa... me pongo esas cosas y podrás hacer lo que quieras... prometí que haría algo para ti...- Le musitaba mientras el otro lo mimaba haciéndolo temblar ligeramente.

Miró a los espejos cuando los mencionó distrayéndose de lo que estaba musitándole y bajó la mirada inmediatamente sonrojándose muchísimo al mirar de nuevo apenas de reojo -Pues tú te ves muy guapo...- Le contestó a lo último no sólo para subir su ego sino porque a él en verdad le parecía así. -Yo también te deseaba mucho, no te imaginas cuánto... por cierto... estuve recordando las estupideces que dije amm... ese día que estaba ebrio, eso fue muy vergonzoso, tendré que asesinarte si lo cuentas a alguien...- Le musitó divertido mientras lo peinaba un poco y besaba su mentón.

-Ah ya entiendo, ahora quieres que me largue, está bien...qué más da...-Se fingió el ofendido pero en realidad le agradaba la idea de lo que estaba diciéndole, solamente a él le dejaba que lo mimara así, ya se había acostumbrado, pero nadie más antes había podido ni podría, seguramente. -Mmh...sí, estás loco, realmente demente, estabas muy mal...no beberé contigo...eso lo tienes seguro, no me importa qué excusa tengas aunque...a decir verdad...te pones agresivo y caliente como me gusta...-Le dijo en un susurro sensual y pervertido que buscaba seguir viendo esas mejillas todas rojas, contrastando con lo pálidas que solían estar siempre. -Sí...creo que de paso buscaré un buen vodka...te gustará cómo lo preparo...-Le aseguró mientras se incorporaba lentamente, pues no quería lastimarlo. Ya después se levantó y se acomodó la ropa. Luego buscó la suya y se la dio-Toma... ¿Estás...bien?-Le parecía extraño que siguiera ahí recostado, así que se acercó para ayudarlo a sentarse.

-No, no es...- No pudo completar lo que iba a decir al ver su fingida ofensa acariciando su nuca para que no se enojara con él, al escuchar lo del alcohol sonrió ampliamente volteando a un lado mirando al espejo mientras este le decía esas cosas sonrojándose aún más -Ahh...qué vergüenza...- Le musitó bajito cerrando los ojos al mirar su propia expresión, le gustaba escucharlo tan cerca en su oído. Y al escuchar que ya se iba volteó violentamente a mirarlo con algo de culpa.

-Ohh no, pero yo no quería que lo entendieras así... No te vas por lo que dije ¿verdad?- Le musitó aceptando su ayuda para sentarse, lo hizo con cuidado porque aún su pierna estaba algo resentida por la falta de movimiento del último mes. Tomó su ropa y poniéndose rápido su ropa interior y su pantalón se colocó sus zapatos que afortunadamente eran de meter, buscó en sus bolsillos y tomó un pañuelo con el que se levantó a limpiar a Alec de todo lo que pudiera parecer anormal en su piel, lo peinó un poco más y besó su maxilar viendo cómo hacía esa carita arisca -Lo siento, no puedo evitar hacerlo...- Le dijo bajando la mirada para limpiarse un poco el abdomen y tirar el pañuelo a la basura aún algo apenado y sin poder mirarlo. Tomó el par de playeras que tenía en el probador listo para que abriera.

-Ah no...Sólo me ahuyento a mí mismo, descuida...-Le dijo con esa sonrisa suya, pero luego puso esa cara tensa y reacia cuando empezó a limpiarlo con su pañuelito-Oye ya...está bien...con lo que pagaremos en mercancía no tienen derecho a decir nada, ¡O sea! Somos Gorillaz, ¿No? No somos idiotas cualesquiera...-Le dijo dándose aires de grandeza, cuando hablaba de la banda siempre se ponía así, era su orgullo y una de las cosas más importantes para él (después de Damon) a pesar de cómo era. Le divertía mucho esa carita de vergüenza que ponía, tal vez porque era algo que él conocía muy poco.

Lo tomó de la cintura y lo besó de nuevo en la comisura de los labios de forma sexy, en realidad no quería salirse, por él podrían haberse quedado ahí encerrados por el resto del día, sólo podía pensar en que quería estar con él pero por el momento ya decidió que debía relajarse, si se lo tomaba con calma lo disfrutaría más, trataba de convencerse con esa idea. Se puso la chamarra sin cerrársela y los lentes en el cabello. Descorrió la puertita y ya estaba allí afuera el sujeto cargado de tanta ropa que ya no se le veía la cara, por lo tanto no vio a Murdoc cuando se escabulló por su lado, sólo escuchó que abrieron la puerta.

-¿Señor? ¿Ya quiere que deje aquí la ropa?-Le preguntó con esfuerzo y Alec tuvo que irse rápido para no reírse ahí junto de él.

Damon lo dejó ir acariciando un poco su espalda antes de que se alejara del todo y notó su carita de que iba a reírse por lo que le contagió aquello, normalmente no importando lo buena que fuera la situación rara vez se reía pero esta vez le contagió aquello, se rió abiertamente y le ayudó a poner la ropa en el carrito -Muchas gracias, muchacho- Le dijo con sinceridad mirándole con esos grandes ojos celestes por lo que el tipo al mirarlo así de cerca quedó perplejo ante lo adorable que era.

-P-para ser-virle señor, usted y su banda ¡es grandiosa! yo...yo no quería agobiarlo pe-pero soy su fanático, si quiere seré su esclavo esta tarde pero tiene que darme un autógrafo...por favor-

-Claro- Le dijo Damon sonriendo divertido -Deja que me pruebe esto ¿vale?-

-Puse encima las que pensé que le gustarían más... para reducir su búsqueda...-

-Muchas gracias- Leyó en el letrero de su traje su nombre -Joy... gracias- Le dijo guiñándole un ojo y tomando un par ¿Me ayudas a terminar rápido con esto?-

-¡Claro que sí! Es un honor-

El trabajo fue más fácil con la opinión y ayuda de Joy a decidir entre las que tenía duda Damon, por lo que llevó menos de la mitad de la gran cantidad escogida, claro que Joy tuvo sus autógrafos porque Damon pidió a los demás que firmaran también en una playera que le hizo escoger para firmarla y la pagó junto con sus cosas para que se la quedara, había sido de gran ayuda y debía darle un agradecimiento propio.
Habían salido todos muy a gusto de la tienda, afortunadamente no hubo prensa que los molestara ese día (Salieron en realidad por la puerta del personal, por eso tan a gusto...) y habían obtenido la ropa que tenían pensada y que querían. No había sido demasiada en realidad (Siendo ellos) pero era lo suficiente para sobrevivir.
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Damon aún no podía creer que al fin Russel había tenido tiempo de rebuscar en la casa las llaves de la habitación olvidada y abrirla, él mismo había ayudado a limpiar un poco, sacudir la cama y la ventana que daba al mar para que pudiera meter sus cosas con comodidad. No quería que se fuera de su lado pero dormir con él, bañarse y comer a su lado era lo que disfrutaba de tenerlo cerca, lo que en realidad no le gustaba nada era cuando su desorden se juntaba porque ambos tenían muy malas costumbres en cuestiones de limpieza en el cuarto, pero algo tendría que hacer contra eso. Sí, sólo cosas buenas ocupaban su mente por raro que fuera…

Cuando llegaron a casa eso terminó, se encontraron con que las cyborgs estaban inservibles por el jardín, Noddle comenzó a experimentar un ataque de psicosis al verlas tiradas allí inmóviles, incluso habían destruido a 3D, al parecer es al que más saña le habían tenido pues sus restos se encontraban regados por toda la casa y la cabeza la habían colgado en la entrada con una nota escrita con sangre "Estoy cerca..." Entraron a la casa, todo estaba desordenado, habían esculcado toda la casa y al parecer no se habían llevado nada de la sala ni la cocina.

-¡Rápido! ¡Revisen si no se llevaron nada de sus cosas! Llamaré a la policía...- Dijo temblando de coraje sentándose en uno de los sillones y tomando el teléfono, esa maldita impotencia de no poder hacer nada ante esos malditos abusos con sus cosas la iban a matar de un coraje -Malditos...- Musitó llevándose una mano a la cabeza.

2D sintió frío cuando vio las cosas, la cabeza de 3D en la entrada lo hizo ocultarse detrás de Murdoc pero esa letra... esa forma de presentar las notas, esa locura que se veía tras todo eso lo hicieron palidecer, no dijo palabra alguna, estaba aterrado, entró a su habitación corriendo, revolvió todo y buscó lo más preciado entre sus cosas, al abrir su cajón (que estaba roto de la cerradura) lo supo, eso era lo que se llevaron y ahora sabía completamente quién era el agresor más no diría nada.

-¡La cámara! ¡Se han llevado la maldita cámara!- Exclamó saliendo de la habitación, al cruzar el umbral de su propia puerta sintió que iba a desvanecerse por lo que se aferró del marco de la puerta, las manos le temblaban, tenía la boca seca, no podía decir gran cosa del miedo que le había dado todo aquello, ¡Era él! Lo podía sentir en su sombra, en su reflejo, tras sus pasos... Estaba mareado ahora, seguramente se le había bajado el azúcar con el miedo que tenía.

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Alec era feliz ahora con su ropa nueva y otro tanto montón de cosas que habría comprado para poder instalarse decentemente en la casa, para ya no tener que vivir en la habitación de Damon, con sus cosas, aunque debía confesar que eso lejos de disgustarle, le había gustado...más de la cuenta, para ser él, aunque no se sentía tan mal porque, después de todo, sus habitaciones estaban contiguas y conectadas por una puerta que estaba oculta en un rincón, olvidada ya seguramente por los integrantes de la casa, pues la habitación de Murdoc había permanecido sin uso y cerrada por mucho tiempo, porque no había sido planeada precisamente para él, pero en fin.

Cuando llegaron a la casa el bajista se bajó del auto con una cara de ofensa parecida a la de Noodle pero en menor grado, claro-¿Qué mierda? ¿Qué demonios pasó aquí...?-Se le heló la sangre de pensar que pudiera haber sido la mafia de nuevo pero, ¿Cómo? no había forma de que supieran... ¿O sí? Procuró apartar esos pensamientos de su mente por el momento.

Agarró la mano de Damon que sintió en la suya, traumándose un poco también al ver esa escenita de la cabeza colgando, pero molesto fue hacia ella y la arrancó. Iba a lanzarla pero entonces agarró la nota y se quedó mirándola mientras dejaba caer la cabeza al suelo lentamente ¿"Estoy cerca"? Hifi ya estaba muerto, la mafia pudo haber hecho otro tipo de amenaza, una menos personal...En eso escuchó a Damon gritar desde su habitación

-¿Es lo único que te falta?-Le preguntó mirándolo desde abajo levantando la cabeza. Al verlo trastabillar, subió las escaleras rápidamente. Cuando llegó a su lado, lo sostuvo por unos momentos de la cintura -¿Qué pasa Dam?...- y luego lo hizo mirarlo, levantándole la cara con su mano delicadamente -¿Sabes..? ¿Tú sabes quién lo hizo?...- Lo conocía muy bien, por eso sospechaba aquello, pero se lo dijo en voz baja para que Noodle no escuchara.
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Russel había tenido unas compras felices esa tarde con la guitarrista, se habían perdido por todo el gran centro comercial y había comprado hasta una batería nueva, todo fue muy tranquilo, no los habían agobiado tanto como acostumbraban hacerlo. Cuando volvieron a casa fue cuando se le arruinó el día, porque de verdad se enfureció al ver como habían dejado todo -¡Demonios!-Siguió a Noodle al interior de la casa y se quedó a su lado al verla sentarse en el sofá-¡Sí! Llama...lamento esto-Le aseguró sentándose a su lado-Tranquila...-Pero no la tocó, sabía que se ponía demasiado tensa en situaciones como esas, no quería alterarla más.

Todos los pensamientos de Damon se habían cortado de tajo, ahora ya nada era más importante que tomar sus cosas y huir lo más lejos que pudiera, no iba a ponerlos en peligro... no lo haría, la ultima vez (que había sido bastante reciente) sonó muy sencillo y Noodle casi se muere. Además, ese tipo estaba loco, era peor que la mafia japonesa, peor que cualquier matón que pudiera perseguir a Murdoc, peor que cualquier demonio mismo... Era su...

------FLASH BACK--------
Nunca había contado la historia de su seudónimo porque tenía que ver con ese loco y en parte porque el apodo terminó persiguiéndole porque se pertenecían. 1D y 2D eran los nombres por los que les llamaba su padre porque Demetri era el mayor, y él, Damon, el menor, pero ambos nombres iban con "D" por lo que su padre había preferido llamarlos así para facilitar su llamado.

La madre de Damon era la segunda esposa del señor Hewlett, había enviudado no hace mucho y por azares del destino se había enamorado perdidamente de aquella chica de ojos celestes con la que había tenido un niño tan increíble que incluso los extraños talentos precoces para la música que experimentaba habían sido algo que les tenía encantados y le hacían alguien sumamente especial a pesar de tener una estructura de pensamiento muy simple. Su padre, el señor Hewlett, ya había tenido un hijo con la anterior mujer que falleció en extraños términos, en la escuela misma rumoreaban que 1D teniendo la corta edad de 6 años había planeado cómo matar a su madre... entre otros rumores que en ese tiempo Damon había calificado como "fantasiosos". 1D se estuvo criando un tiempo en casa de unos tíos, una mujer que adoptó el papel de madre para él por un tiempo, pero después de un par de años de cuidarlo contactaron desesperados a su padre y le advirtieron que si no se lo llevaba él mismo lo llevarían a un internado, era insoportable. De nuevo rumores de que 1D planeaba cosas espantosas en contra de su tía para matarla al igual que a la hermana de la mujer... ¡Tonterías!

¡Por favor! Era un niño de 10 años ¿Qué tan malo podía ser?... Su padre habló con él, 2D tendría 7 años cuando le comunicaron que 1D viviría con ellos, él había aceptado sin problemas como el niño obediente y encantador que era siempre, desde el primer día que llegó le miraba con tremendo rencor y le dirigía comentarios malintencionados, el peliazul era un niño muy dulce y mimado por lo que no comprendía muchas cosas.

Tuvo que comenzar a comprender... su infancia fue espantosa desde la llegada de ese sujeto a sus vidas, su madre de repente había sufrido ataques de neurosis con los sustos que le sacaba aquel "niño", intentó hacerle muchas cosas que afortunadamente no completó debido a que mamá siempre lograba rescatarlo, le gritó muchas veces a 1D que no parecía inmutarse, hubo regaños también por parte de su padre pero entre más intentaban detenerlo él más rencor parecía guardar en contra de Damon, un buen día, en el cumpleaños de Dam, su cumpleaños número 12 (Un año después del incidente en el que por culpa de 1D se había caído de un árbol de manzanas y con el golpe su cabellera se había tornado azul. Comenzó a sufrir fuertes migrañas por esta caída y su madre le suministraba medicinas excesivas), Demetri había estado planeando "una sorpresa" más para Damon, justo el día de la fiesta había intentado matar a su hermano de una sobre dosis con algo parecido a la droga Éxtasis que sencillamente puso en lugar de las medicinas contra la migraña, aquello hizo un daño terrible a su cuerpo y el doctor que lo atendió aquella vez dijo que sólo un milagro podría salvarlo, que lo más probable es que ya no experimentaría felicidad nunca más debido a que se había dañado la parte del cerebro que producía endorfinas...

Desde allí Damon fue alguien completamente diferente, ese niño que siempre sonreía se había ido y había dejado un zombie extraño (de los que tanto gustaba) que parecía no experimentar felicidad alguna, era amable, sí, adorable aún así, pero ya nada parecía satisfacerlo en realidad, todo terminaba haciéndolo por obligación o por costumbre.

1D pensó que al fin había logrado su cometido de acabar con él, pero lo odiaba por llevar todo tan bien a pesar de las complicaciones, no había dejado de ser el favorito de sus padres y ahora que era así de "convaleciente" y sufría por cualquier cosa más que nadie lo mimaban aún más. Llegó un momento en que su madre llamaba Damon a ambos sin importarle si “el idiota de Demetri” estaba de acuerdo o no, sólo duró a lo mucho en la casa un año más, lo corrieron en el momento que su padre lo encontró intentando abusar sexualmente de Damon y lo llevaron al tutelar de menores a la edad de 16 años. Al fin la tortura diaria había terminado, todos los días tenía que esperarse un maltrato nuevo, de la especie que fuera, psicológico, físico, la sensación de pánico era algo con lo que había aprendido a vivir para no preocupar a sus padres pero ahora que no estaba podía respirar tranquilo. Se odio por disfrutar que su hermano estuviera en un lugar tan horrible, probablemente Demetri era tan malvado por algo muy doloroso antes de conocerse pero... ellos no tenían la culpa de ese rencor, tampoco él por ser malo, Damon siempre había estado convencido de que el mundo hacía malas a las personas y eran las que más comprensión necesitaban, quizá ese pensamiento le había ayudado a tener paciencia, a no odiar a Demetri a pesar de todo, pero eso desarrollaba en el otro más y más rencor en lugar de detenerlo...

Todos los días fueron iguales a partir de ese momento, a pesar de su tranquilidad todo pasó a la costumbre, despertaba, se alistaba, iba a la escuela, trabajaba en la tienda de discos, regresaba a casa, tocaba algo nuevo en el teclado, dormía... La rutina una y otra y otra vez... (Quizá lo único que había emprendido por gusto era el grafitti, ya que antes de conocer tal cosa maravillosa gustaba mucho del arte, sobre todo el dibujo).

Un buen día un hombre raramente apuesto cruzó la puerta de la tienda y le miró de la forma más extraña que había notado en alguien, nunca nadie le había mirado así... Tuvo la impresión de que podía hincarse en cualquier momento y confesarle su vida, hablaron mucho, quizá bromearon a pesar de lo frío que parecía ser el tipo y lo ebrio que estaba. Jamás pensó que ese encuentro cambiaría su vida de tal modo. Ese mismo hombre se estrelló en la tienda días después, Damon perdió un ojo y quedó tirado allí, pensó que al fin había muerto pero no, en realidad sólo no podía moverse. Su vida le parecía muy dramática pero seguro se debía al atrofio en su cerebro ¿verdad? Por lo menos había aceptado su sentencia de cuidarlo 10 horas al día, a veces se lo había llevado fuera del hospital con él a conocer cosas nuevas a pesar de no poder hacer nada, ese hombre lo cuidó sin conocerlo, aunque era un loco y le hacía maldades tontas lo cuidaba, hablaba con él en las noches y miraba fijamente al ojo que le quedaba para buscar aparentes respuestas que por supuesto 2D no tenía. A pesar de lo feo que pudiera sonar, Dam no tuvo miedo, en realidad incluso ese hombre extraño, ebrio y loco era más soportable que esa mirada psicópata y rencorosa de 1D intentando asesinarlo en cada oportunidad, el otro por lo menos sólo se divertía sin otra pretención aparente.

Debido a ese accidente su madre pensó que había muerto y nunca hicieron el intento por recuperar su cadáver o algo así... porque nunca volvió a saber de ellos, lo consideró bueno debido a que creían que había muerto, 1D los dejaría en paz al ser liberado. Aquello le tenía tranquilo, podía decir que hasta cierto punto ese hombre, Murdoc Niccals era divertido por lo loco que estaba, le observó mucho tiempo, parecía ser un alivio para él que no pudiera decir palabra y sólo pudiera mirarlo de aquí para allá, escucharlo, en su ebriedad le decía cosas extrañas entre las que recuerda "Eres tan delgado como una chica”, “Tus ojos fueron lo más hermoso que he visto jamás el universo es basura a comparación...” , “Lo siento, siento mucho esto pero no puedo devolverte a tu vida anterior...”

Un día Murdoc conduciendo locamente ocurrió algo inesperado y por sorprender a unas chicas el bajista volvió a accidentarse ebrio en el auto con el dentro, recuerda con suma claridad salir volando como muñeco roto por los aires y entonces… perdió el otro ojo... sí, el globo ocular salió de la cuenca y jura haberlo escuchado rodar por ahí, extrañamente la ceguera la experimentó sólo un par de segundos dolorosos, después pudo ver de una manera peculiar a pesar de ello, jamás quiso preguntarse cómo, en realidad no le interesaba (Después se enteró de los ritos raros de Murdoc y prefirió no preguntar más al respecto). Se levantó sin más, a pesar de estar ensangrentado y herdido y buscó que Murdoc se encontrara bien, lo estaba... Era lo que importaba, le debía mucho a ese hombre a pesar de esos accidentes... o eso se obligaba a pensar. En cuanto Murdoc notó la pérdida de dos dientes del vocalista en el accidente le apodó curiosamente “2D” por -dos dientes-, en definitiva ese apodo le perseguía pero le gustaba que se tomara confianzas con él. Lo feliz pasaba a otro capítulo en su vida después de aquello.
-------------FIN DEL FLASH BACK-------------

Noodle se dio cuenta que los habían incomunicado, la línea estaba interferida, podía escuchar cosas a través de la bocina, no era tonta y eso lo detectó incluso sin muchas pruebas de ello. Colgó inmediatamente y arrancó el cable del teléfono muy molesta -¡Nos tienen vigilados, hay que tener cuidado con no utilizar esta maldita línea!- Gritó al piso de arriba para después mirar a Russ -No son los cyborgs lo que realmente me molesta Russ, lo que me molesta es que estas estupideces nos tengan tensos todo el tiempo, ¿Ahora qué puede ser? Ni siquiera sé contra quién es esto ¡Maldita sea! ¿Cómo saber si persiguen a Murdoc, si me persiguen a mí?... Como somos unos malditos maleantes no puedo saberlo ¡Maldita, maldita sea!- Gritó lanzando el teléfono contra la pared, se hizo pedazos -Hay que buscar cámaras por la casa... estoy segura que no entraron nada más a revisar si contábamos calcetines- Dijo rápido comenzando a ver en los extremos de los muros con algo de paranoia.

Russel la escuchaba con unos ojos de susto divertidos y tratando de reprimir una sonrisa incrédula y divertida de eso de que eran unos "malditos maleantes"-Bien...¡bien!-Se encogió de hombros viendo el teléfono destruido con algo de temor interno, cuando supiera quien había sido, bueno, seguramente otra contienda parecida a la de hacía apenas unos días, les esperaría. Se levantó del sillón-Ok, ¡Ok! buscaremos, debes tranquilizarte, tú lo has dicho, hace poco que enfrentamos a la mafia...no volveremos a la paranoia tan rápido...-Le dijo a Noodle, tratando de indicarle un poco que se calmara y se puso a ayudarla a buscar.

Noodle buscaba como desesperada aquí y allá, algo debía haber... haría un detector de ese tipo de cosas electrónicas, o un rayos x, algo debía servirle para explorar todo el perímetro. Ya no llamaría a la policía, pues lo que sea que les siguiera los tenía bien vigilados. Todo parecía estar en orden detrás de los muebles, en las esquinas superiores e inferiores de la habitación, por más que rebuscó no encontró gran cosa-Quien haya hecho esto no es ningún imbécil...-Le dijo a Noodle saliendo con esfuerzo de detrás de la vitrina donde tenían premios de la banda, discos, fotos y otras cosas parecidas, la regresó a su lugar con facilidad a pesar de que simulaba pesar una tonelada-No podremos ver nada así...tienes razón...usemos el detector, Murdoc compró uno hace mucho ¿Te acuerdas? y con ese molestaba todo el día quitándonos cosas de metal hasta que se aburrió y lo botó por ahí...iré por él...-Sacudiéndose las manos fue a buscarlo al sótano.

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1D Estaba tamborileando los dedos en una habitación oscura con su computadora prendida mirando las fotografías una a una, moviendo a una carpeta especial las que iba a investigar más, ya lo tenía, en el cajón también estaba un número "Murdoc Niccals" Ya tenía investigado a los sujetos de la banda y sabía exactamente a quién iba a llamar para comenzar a su plan, no iba a estar a gusto hasta deshacerse del todo de 2D, jamás estaría a gusto hasta destruirlo. Pudo mentirle a todos pero él sabía perfectamente, lo supo todo el tiempo, que él seguía vivo ocultándose en algún sitio, y ahora que había dado con él no iba a desaprovechar la oportunidad.
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Si Murdoc pensaba que era malo, que le trataba mal, era un juego de niños a comparación de ese demonio desquiciado, debía salvarlos a todos de su locura ahora que sabía dónde estaba, que tenía su cámara, lo sabía ese sujeto, su cámara era lo más preciado porque allí guardaba todos sus recuerdos, todas las cosas que valoraba realmente, todo lo bueno que pudiera tener en su vida estaba allí, y claro, esa cámara estaba llena de cosas desde el mismo primer día que habían decidido comenzar con la banda. Le dolía mucho ya no tenerla... pero le dolía más que estuvieran en peligro, escuchó sus preguntas, le miró confuso, y trastornado por el miedo, con las pupilas dilatadas, la adrenalina corría a grandes cantidades por su cuerpo -¡No, no!...yo...yo no sé nada sólo... no llamen a la policía, dile que no lo haga... no por favor Murdoc, por favor...- Le pidió sin saber qué más decirle, no podía contarles, era un maldito por pensar que podía ser feliz poniéndolos sólo en peligro al convivir bien con ellos, no tenía derecho, no con ese loco persiguiéndolo. Al abrazarse a él débil (por la sensación del desmayo que seguro no tardaba en presentarse) tembló muchísimo, se estremeció aterrado, ahora en verdad que había regresado esa sensación, justo cuando comenzaba a sentir algo de felicidad... cuando pensó que comenzaba a curarse...

Murdoc también lo abrazó algo consternado de que se pusiera así, nunca lo había visto tan asustado, estaba muy pálido y temblaba. Le acarició un poco su cabello azul para que se tranquilizara-Hey...está bien ¿De acuerdo?, ya, nadie llamará a los cerdos, tranquilo...de hecho pensaba más bien en dialogar con nuestro viejo amigo "Rambo" (se refería a Bruce) para ver si esto no fue un sucio artificio suyo...pero...lo dudo...-A decir verdad, dudaba todo, no sabía ni qué pensar necesitaba meditar aquello con detenimiento y dejar que Damon se calmara un poco para ver si después lograba hablar con él, ya que estuviera más calmado.

2D negó ligeramente mientras ocultaba su rostro en el hombro ajeno -No está bien, nada está bien... ya no lo está...- Le musitó casi en un sollozo para meterse a su habitación con cuidado, soltándose de Alec lo más pronto posible, e intentando cerrarle la puerta en la cara, necesitaba despejarse, morirse de pánico un poco y luego largarse como un loco esa noche, debía buscar alguna maleta pequeña y tomar lo necesario. Tal vez, darle una noche más a Alec antes de desaparecer. Subió la mirada algo triste al ver a la ventana, en verdad le gustaba el lugar sólo por poder estar con ellos, pero su plazo había terminado allí. No quería que ese maldito les hiciera daño y su paranoia no era una exageración.

Puso una expresión nostálgica en su rostro al verlo tan mal sin poder saber porqué, eso le frustraba grandemente, otra vez eso de que se callara las cosas, lo exasperaba sobre todo en algo que se veía tan delicado. Su rostro súbitamente se mostró encolerizado al ver que le quería cerrar la puerta-¡Oye!-Metió el pie antes de que lo lograra y luego le fue sencillo ganarle en empujar la puerta hasta que logró pasar, luego cerró la habitación detrás de él poniéndole el seguro disimuladamente, no quería que entraran a interrumpir ni que los oyeran mucho menos...y sólo quería hablar con él, lo juraba-¿Qué diablos ocurre contigo? ¿Ahora sólo te vas a encerrar aquí sin decir nada? ¡Te he dicho que...! ¡No soporto que hagas esto! Callarte, fingir que no está pasando... yo te conozco Damon...-Le dijo suspirando tratando de calmarse un poco-¡No soy el mejor en esto de ser amable! La verdad es que me conoces y soy un asco, no puedo...sabes que no tengo la...delicadeza... ¡Pero no necesito rodeos! Y tampoco me interesa nada...-Fue hacia él y lo volteó para que lo mirara, manteniéndolo sujetado de los brazos-¡No me importa! por favor, vino la mafia armada a por mi trasero hasta acá y no es la primera vez que me persiguen matones o malvivientes y no simples idiotas, ¡de los peligrosos! ¡Y aún así! No te has largado a ningún puto lado, ¿Pues sabes qué? ¡Yo tampoco!-Abrazó su cintura con ambos brazos-...no voy a dejarte solo... ¿Recuerdas? Tú me lo dijiste...sin importar las consecuencias, sin importar nada...-Se le quedó mirando a los ojos, extendió poco a poco una sonrisa traviesa y maliciosa, pero cálida, sincera, porque estaba hablando muy en serio.

Peleó un poco contra él intentando cerrar la puerta pero se sentía mal, no podía hacerlo, sentía que tarde o temprano algo malo sucedería de la nada, le dio la misma paranoia que a Noodle de repente y volteó a la computadora que estaba apagada, afortunadamente, seguro que no la pudo desbloquear y por eso no se la había llevado. Trastabilló cuando Murdoc logró abrir y dio unos pasos atrás volteándose a sostenerse de la cama al sentirse tan mareado de nuevo, iba a insistirle, iba a decirle cosas a las que no podría negarse y ¿Luego qué haría?... -No... Por favor... no insistas...- Le pidió débilmente mientras intentaba escapar pero al voltearlo así y tomarlo de los brazos de ese modo sólo se tensó cerrando los ojos con fuerza, le había tomado muy fuerte o quizá era su repentina debilidad. Sollozó al darse cuenta que recordaba a la perfección lo que le había dicho ese día, le miró con tristeza esforzándose por corresponder esa mirada de sinceridad que le dirigía -Temo... no poder salvarnos... Alec, quién me sigue es alguien a quien no puedo hacerle daño pero quiere dañarme... a mí y todo quien me haga feliz... no puedo quedarme aquí, mucho menos contigo...- Le decía ocultándose en su hombro y abrazándose a él. -Tú me salvaste una vez... cuando me llevaste lejos de allí... cuando sin quererlo se cambió lo principal de mi identidad y estuve inmóvil por un tiempo... pero esta vez ya nada podrá salvarme, sabe quién eres, puedo asegurarlo...¡No quiero!...- Le musitó temblando un poco de nuevo, estaba poniéndose helado. Se separó de él con cierta brusquedad y corrió al baño, volvió el estómago del pánico así de la nada, tenía mucho miedo y si Murdoc le rogaba de ese modo sencillamente lo dejaba contra la espada y la pared. Tiró la cabeza contra la maldita caja de la taza por un momento con seriedad una vez había terminado ese feo suceso.

Alec se quedó mirándolo con sorpresa sin saber qué podía decirle, lo que escuchaba le permitía indagar un poco, pero no lograba entender nada de todos modos, es que ¿quién podría ser que lo tuviera así de aterrado? Iba a pedirle que no llorara, la verdad era que no toleraba verlo así, pero fue cuando salió corriendo hacia el baño. Se quedó ahí afuera recargado en la puerta y bufó, ya se estaba alterando, buscó sus cigarros en su chamarra y encendió uno, necesitaba mantener la cabeza fría, se detuvo a pensar aquello por unos momentos...¡No! ¡Nadie le quitaría a Damon! Nadie, no le importaba qué maldito infeliz estuviera detrás de eso, Alec Murdoc no le temía a nada ni a nadie, nunca antes lo había hecho y no tenía porque ser distinto con eso.

Luego de un rato de silencio dijo de repente-Te salvé una vez y puedo hacerlo de nuevo...cuantas veces sea necesario...¿Dam?-Se asomó al baño y lo vio ahí tirado como un muñeco sin vida, le recordó mucho precisamente a eso que le había recordado él que había pasado hace tanto tiempo, luego del primer accidente. Sin poder resistir el verlo así, entró de inmediato al pequeño cuarto y se agachó para tomarlo de los hombros y apartarlo con cuidado del retrete, luego los dos se quedaron sentados en el piso del baño-¿No confías en mí?...¿Dam? Sí puedo ayudarte, puedo hacerlo, pero necesito entender lo que te pasa... ¿De qué hablas? Si me lo dices...-

-No... Nadie puede, yo tengo l-la culpa ¿entiendes?... Yo he estado huyendo de mi destino- Le explicó cuando lo apartó así de donde estaba tirado. Le recordó extrañamente lo mismo, aunque en esos tiempo estaba más loco que ahora ese trato cuidadoso no había cambiado, antes lo hacía por culpa, ahora lo hacía por algo mucho más diferente... lo entendía pero, no quería arriesgarlo. -No quiero que te haga nada... yo... no quiero contarte pero tú insistes... Alec... no quiero ponerte en peligro...- Le decía mirando a la nada, realmente no lo miraba a él. Se levantó sin más y tomó su cepillo de dientes, reaccionó de repente con lo que tenía que hacer y le servía para evitar los ojos ajenos y el tema.

-¡Otra vez! ¡La jodida culpa! No lleva a ningún puto lado, lo sabes, también me dijiste eso... ¡Y no se trata de echarte en cara lo que hayas dicho! ¡Sino de que de verdad lo creo! Así no se va a solucionar nada...aquí, el destino es un hijoputa que haría lo que quisiera con nosotros si sólo nos sentáramos y nos resignáramos...¡Tú me mostraste que se puede!...enfrentarlo...cambiarlo...-Ya se sentía demasiado marica hablando de ese modo, "rogar" así, no era su estilo, hablar de ese modo...de la esperanza, la vida feliz con amigos y ponys...¿Cómo había terminado así? suspiró para apartar sus quejas mentales e intentar seguir "convenciéndolo"-¡Yo también pensaba que los pondría en peligro! ¡Que se había terminado, que ya podía ir enfriándome!...y...¡Resultó!...de alguna misteriosa manera que aún no comprendo, ¡Estamos...vivos! Cielos...-Se recargó en el marco de la puerta del baño y dio una profunda calada a su cigarro, dejando caer su nuca en el bisel de madera. Sostuvo el humo por unos segundos, luego lo soltó lentamente. Prosiguió -Ustedes, nosotros lo hicimos...Damon... ¿Por qué, según tú, es tan diferente ahora?...-

Terminó de lavarse los dientes mientras el otro le hablaba de esa manera, lo miró al limpiarse la boca a través del espejo y se le antojó el cigarro por lo que sacó un porro del cajón y lo miró serio mientras lo encendía y daba una calada repasando en su mente lo que iba a decir, al expulsar el humo al fin habló -Muy bien... ¿Quieres la historia completa?... Está bien Alec, pero más vale que pongas atención, nunca se la he contado a nadie, no estoy quejándome y mucho menos guardo rencor de nada. Aclarando estos puntos te diré que... estoy seguro que quien me persigue ahora es mi hermano, va a asesinarme... o algo peor...ese tipo está maldito…- Dijo caminando fuera del baño y tomándolo de la muñeca para llevarlo con él hasta la cama y mirarlo a los ojos para comenzar a relatar toda la historia tal y como la tenía en mente...

-…Pensó que estaba muerto, cuando tú me llevaste contigo aquel día... pero en cuanto la banda surgió seguro que me reconoció al instante, él es igual a mí físicamente, o al menos lo era... Yo sé que Demetri busca venganza... siempre quiso asesinarme, y ahora tiene más motivos porque a pesar de todo lo que pudo hacerme yo estoy bien, no lo odio y dejaría que me matara porque no puedo hacerle daño a alguien que lleva mi sangre, Alec... Tengo miedo porque el tipo de por sí no estaba bien de la cabeza, después de estar tras las rejas te aseguro que empeoró- Le confesó sonriendo amargo al fin, con la mirada fija a las sabanas. -Yo... Alec... Te amo, no soportaría que te pasara algo... yo no valgo nada, no soy nada... y tú lo eres todo para mí...- Se abrazó a su cuello tirando el estúpido cigarro al piso besando su maxilar, su cuello, su oído en contactos breves pero intensos en lo que pretendían transmitir su cariño.

Se dejó llevar a la cama mirándolo con seriedad bastante consternado pero tratando de mantener la compostura, pero esa cara de susto a medias que ponía, era graciosa. Luego de pronto le dijo que lo amaba así como así y se lanzó a sus brazos besándolo. Alec atinó a rodearlo con sus brazos aún asimilando todo eso y le dijo de inmediato, una vez que reaccionó-¡T-Tú!... ¡No puedes...! Decir basura como esa...en mi presencia... ¿Oíste? Te lo he dicho mil veces...eres valioso...mucho y no sólo para mí...eres increíble Dam...eres todo...en mi vida también...siempre lo has sido... ¿Lo sabías?-Lo tomó de la cintura y lo sentó sobre sus piernas, acariciando su costado y su espalda para reconfortarlo un poco. Pisó el cigarro disimuladamente, para que no se incendiara la alfombra, y luego continuó-...es una historia horrible...yo no tengo historias, afortunadamente mi familia no jodió demasiado, no los conocí...pero ¡Damon! Ese idiota ya había salido de tu vida, y ¡mira! a pesar de todo lo que pudo haberte hecho ahora estás feliz...¿O no? con nosotros...conmigo...y no estás solo como lo estuviste cuando el malnacido hacía lo que quería contigo...y...¡Estoy tan cabreado!-Dejó a Damon en la cama y se levantó, yendo de aquí para allá como un león enjaulado, con los brazos tensos.

-¡Cómo pudo hacerte esas pendejadas sin que tus...padres, hicieran nada! Hasta ese momento, ¡cuando el pendejo iba a violarte..!-Se tomó un momento para respirar un poco, yendo a la ventana la abrió violentamente y se quedó ahí apoyado en el marco, como si no tuviera suficiente oxígeno, de verdad estaba furioso-¡Y encima! ¡Sales con eso de que...porque lleva tu sangre no puedes hacerle nada! ¡No Damon! ¡No puedes ser así de...tonto!-Tuvo que calmarse un poco para no ponerse a insultarlo, ese no era el punto.

-¡No me va a pasar una mierda! ¡Hablas de mí como si fuera un pobre inútil que no puede valerse solo! Damon...eso es lo que he hecho toda mi jodida vida...escapar de pendejos como ese, encontrar el modo de salir librado...-Fue a sentarse a su lado de nuevo mirándolo seriamente, ya un poco más tranquilizado, aunque sólo ligeramente-de algún modo...siempre lo he hecho...¡No tengas miedo! No le tengas miedo a esa...basura...voy a protegerte, voy a quedarme a tu lado aunque no quieras y no te va a pasar nada, ¿Me oíste?...-Le puso una mano en la mejilla para que lo viera a los ojos. Se levantó de nuevo y se cruzó de brazos.

-Se siente muy malo...-Sonrió malvado, pues seguía siendo un tirano en el fondo-es que no me conoce...-Le aseguró dándose aires de grandeza, luciendo sus colmillos en esa fiera sonrisa. Era cierto, no podían decir que fuera santo a decir verdad en cuanto a psicópatas...no se quedaba tan atrás.

Damon le escuchó asustándose un poco cuando le tomo así de repente pero no hizo nada, al notar que sólo le sentó en sus piernas, jadeó bajito intentando tranquilizarse mirándolo asustado por las cosas que decía, le acarició el cabello atrayéndolo un poco al verle tan molesto, temblando aún. Pero él de nuevo le puso sobre la cama. Le observó frustrarse, entendía que estuviera molesto por subestimarlo, pero no era eso, eran sus problemas y ellos no tenían nada que ver. No volvería a arriesgarlos tan pronto.

Sus últimas palabras y el hecho de que lo obligara a mirarlo de repente, de nuevo a su lado le hizo temblar un poco ante su impotencia de no poder decir nada ante eso "Voy a protegerte, voy a quedarme a tu lado aunque no quieras y no te va a pasar nada" Eran palabras hermosas, en verdad quería creer pero... no quería que Alec se cargara más crímenes a su nombre -No quiero que cometas más locuras, Alec...- Le confesó mirándolo serio, buscando su mirada -¿Me... me das un beso?...- Le pidió sonrojándose mucho al pedir aquello.

Murdoc sonrió con sorna - Las he hecho por gusto...¿Qué no las haga por ti? ¡ja!... - Pero entonces se calló cuando le dijo eso, se le quedó mirando unos segundos y luego se le lanzó encima avorazándose con su boquita en un extenso y húmedo beso, tan profundo, lo deseaba tanto, ¡lo quería! Tanto que a veces no podía soportar lo adorable que era, a veces, no se la creía que pudiera estar a su lado, alguien como él, que no valía un centavo (aunque probablemente fuera demasiada la recompensa que algunos ofrecerían por su cabeza). Se le subió encima y siguió besándolo hasta que se le acabó el aliento. Luego invirtió las posiciones y se quedó abrazándolo contra su pecho con ambos brazos posesivamente, ocultando el rostro en sus cabellos azules, sólo sus ojos miraban con desafío al vacío.

-Eres mío...solamente mío...-Le dijo, luego lo dejó que se acomodara a su lado para poder ver su rostro-¿Oíste?...-Aunque, mientras miraba a sus ojos azules, se preguntó... ¿Cómo podría matar a alguien que se pareciera tanto a él? Aunque seguramente no tendría esa mirada angelical, si no la tenía, entonces si podía imaginarse descuartizándolo, ah, le agradaba la simple la idea, pero no quería hacer sufrir a Damon, sólo por eso tal vez no lo despedazaría pero si de algo estaba seguro, era de que lo borraría del mapa, para siempre, a toda costa...nadie excepto él podía darse el lujo de torturarlo, aunque realmente, ya ni él tampoco estaba dispuesto a herirlo, al contrario, ahora tenía un bestial instinto protector hacia él.

-Pero eso no es... ¿Alec?...- Le miró con miedo una vez comenzó a detectar esa mirada sobre él, retrocedió un poco sobre el colchón pero al sentirlo sobre sí tuvo que corresponder sintiendo inmediatamente una pasión loca, que le quemaba las entrañas, hundió sus dedos en la espalda ajena, acarició sus cabellos negros, su nuca, sus mejillas. Cuando se acabó el aire entre ellos dejó que lo subiera sobre él y al sentir ese abrazo por un momento sintió que podía enfrentar cualquier cosa, que podía reírse de los problemas, que era fuerte... entre esos brazos y con esas palabras sintió felicidad, comodidad, tanto amor que pensó que terminaría con él desde dentro, ¿Quién necesitaba endorfinas? ¿Quién necesitaba el puto aire teniendo a Alec protegiéndolo? Se acomodó a su lado sin que este tuviera que pedírselo, era un instinto ahora. Le miró a los ojos ampliando una sonrisa conmovida por aquellas lindas palabras.

-Te amo...- Le respondió pronunciando aquello de nuevo, antes tales palabras no tenían significado, no podías decir lo que no comprendías, nunca había amado a nadie, a nadie... y ahora ese cosquilleo loco que sentía cada que le tenía cerca, ese deseo de respirar el mismo aire que el otro todo el tiempo, el sentir que se asfixiaba si no lo tenía cerca, lo había creído innombrable, ¿Cómo nombrar tantas cosas con una palabra?... ahora lo comprendía... Se subió sobre él de nuevo y le miró a los ojos.

-Te amo Alec- Dijo nuevamente lamiendo sus labios para que le permitiera colar su pequeña lengua en la cavidad ajena y besarlo también, fiero, locamente hasta marearse entre tanta cosa, ese miedo casi se había disipado, pero sólo mientras Alec estuviera cerca, sólo así... Se sentía indestructible a su lado, siendo que siempre se comportó tan indefenso, tan sumiso a las cosas...

Coló sus manos debajo de la ropa ajena paseándose por la tersa piel que ya tenía una que otra cicatriz a su paso, llegó a sus pectorales levantando aquella prenda y bajando las manos para recorrer esa piel con sus manos de nuevo, las bajó hasta la pretilla del pantalón y comenzó a desabrocharlo mientras seguía con aquel beso, su respiración quiso agitarse con la sola sensación de sentirlo sucumbir al paso de sus finos dedos por lo que tuvo que separarse por un momento para jadear y pasar a besar su mentón, su maxilar, pasearse a tímidos y húmedos roces por su cuello. Esos toques que aún no eran expertos por la piel ajena seguían siendo tan tímidos y cálidos como en un principio, pero se esforzaba por él, aunque aquello lo pusiera de mil colores.

Lo dejó que hiciera lo que quisiera cuando se le subió encima y miró sus ojos, poniendo sus manos en su cintura. Cuando le dijo eso se sintió fuera de la realidad, como si estuviera drogado o soñando, atinó a sonreírle sólo un poco con las mejillas rojas, antes de que el otro se le acercara y le pidiera acceso a su boca para robarle el aliento otra vez con ese beso húmedo que rápidamente se salió de control. Suspiró mientras aguantaba el cosquilleo insoportable de sus pequeñas manos quemándole la piel, despojándolo de su cordura a cada centímetro que abarcaban sobre su cuerpo. Ladeó el rostro respirando bestialmente, dejándolo que lamiera su cuello, el vacilante toqueteo de su lengua tibiesita en su garganta, lo hacía tener ganas de matarlo, hacer que sucumbiera en el placer más inaudito, más intenso de toda su vida. Sus manos buscaron el borde de su playera y la levantaron hasta sacársela por encima de los brazos, para luego aventarla por ahí y empezar a acariciarlo de forma envolvente, ardiente, refregando su piel en sus manos con esa necesidad que tenía de tocarlo.

Deslizó sus manos medio ásperas y a lo largo de toda su espalda por las diminutas curvas de su cintura, hasta llegar a sus pezones y esos los pellizcó sin mucha delicadeza, a la par que abría más la boca para dejarle paso a su lengua abiertamente, para que explorara en sus caricias, tan profundo como quisiera. Inconscientemente acercó más su cintura a la suya, necesitado de que las tortuosas caricias de sus manitas, llegaran hasta esa zona específica en su vientre bajo que ahora ya comenzaba a exigirle atención, fue una suerte que desabrochara sus pantalones, pues dejaron de asfixiar su miembro que ya estaba algo duro.

Le mordió el oído cuando sintió aquellas manos corresponder a sus caricias, recorrerlo también y comenzaba a enloquecer nuevamente... no podría parar nunca ese frenesí suyo. Aunque quería, en verdad quería controlarlo, pero su cuerpo se negaba a responder como era debido. Dejó que lo desnudara, sólo él podía hacerlo, tembló un poco al tener su piel nívea expuesta al frío pero esas manos rápidamente resolvieron el problema, le quitó la playera también en un movimiento algo brusco para lanzar la prenda por ahí y sonreírle travieso colando su lengua de nuevo en la boca ajena mientras sumergía una mano entre las ropas inferiores y comenzaba a frotar aquella zona ardiente en movimientos lentos, ya estaba algo duro y eso lo hizo retorcerse un poco mientras lo besaba.

Tuvo que separarse para respirar agitado una vez más, debía recuperar el aliento pero es que el sabor de la boca ajena era delicioso, después de eso en definitiva debería bañarse, nunca se tenía suficiente y una vez que empezaban podían quedarse pegados como conejos todo el día. Aún se preguntaba cómo había podido contenerse tanto en aquella tienda de ropa en la que su locura lo llevó a correrse dos veces y desear más, era un loco... Frotó un poco más rápido entre aquellos pensamientos mientras se quitaba un tenis con la mano libre y uno de sus calcetines. -¡Mgh!- Volvió a su boca permitiéndole de nuevo que fuera él quien explorara su cálida cavidad, apenas si respiraba a pesar de que su ritmo cardiaco se lo exigía.

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En un extremo de la habitación entre los libros se ubicaba una cámara que transmitía a un monitor de alguien conocido que observaba con cierto deleite la escena, deleite que iba envenenándole aún más en contra del peliazul. Había salido por un momento pero al regresar y encontrar esa maldita escena melosa un vaso de cristal se rompió en mil pedazos contra la pared de la oscura habitación...
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Continuaba besándolo cada vez que el menor regresaba a buscar sus labios, lo besaba con más ímpetu todavía, se daba cuenta de que jamás se agotarían esas ganas que tenía siempre de comerse su boca de ese modo, de tenerlo así en sus manos, a su merced. También se retorció levemente cuando empezó a masturbarlo así, ¡dios! Cuánta urgencia sentía, ya ni le resultaba raro. Medio se sentó para bajar una mano buscando su otra pierna a tientas, hasta que encontró su tenis y se lo sacó junto con su calcetín, sin detener ese beso salvaje, después se sentó bien asegurándose de que el menor se sentara en sus piernas y le desabrochó el pantalón medio jadeando entre el beso, terminó por sacárselo hasta estaba adquiriendo práctica para desnudarlo.

Siguió toqueteándolo, metió las manos descaradamente debajo de su prenda interior y acariciaba con sus dedos su entrada y seguía hasta su perineo, haciendo una presión leve, excitante, deseando arrebatarle la razón a él también, lo más pronto posible. Con la otra mano mantenía su barbilla sujetada y con su pulgar le obligaba a abrir la boca todo lo que ese demandante beso le exigía, guiándolo para que poco a poco inclinara la cabeza hacia un lado y le dejara continuar con esa experta danza hipnótica, incesante, entre sus lenguas. Finalmente sintió la necesidad de usar también su mano para colarla entre ambos y acabó masturbando a Damon, pues no quería que detuviera lo que hacía sobre su propia entrepierna.

Damon sonrió cuando le ayudó con su otro tenis y siguió besándole con fiereza al sentir el contacto dentro de su ropa interior, dejó que colara sus manos teniendo que separarse por un momento de su boca para jadear, acelerando su pulso de inmediato al tener su mano presionando en ese sitio que le hacía retorcerse y marearse por una punzada de excitación, intentó continuar un poco más el beso debido a que le gustaba su pulgar obligándole a abrir más la boca, pero su excitación se lo impidió, no pudo seguir besándole porque aquello le ponía muchísimo -¡Ahh! ¡Mghm! Nhh... A-lec...- Tensó su agarre en uno de los hombros ajenos, mientras apretaba los dedos contra el miembro ajeno, frotando el pulgar contra el glande y ladeando la cabeza para besar el cuello ajeno esforzándose por dejar una marca en su cuello, sabía que aquello a veces no era de buen gusto, pero de repente había sentido la necesidad de hacerlo. Se quedó prendido de ese sitio por un momento y al no recibir queja se separó depositando un besito en ese sitio para después depositar un beso en los labios ajenos mientras quitaba las manos de donde estaban y comenzaba a tirar de su pantalón. -Quítate esto... mhh por favor...-

Se dejó hacer disfrutando de sus dientes apretando su piel con esa delicadeza que le ponía a hervir la sangre, como trataba de ponerse violento y al final no se atrevía a lastimarlo demasiado. Nada más lo miró con una risita maliciosa, divertida de como se desesperaba con su ropa. Lo bajó de sus piernas dejándolo en la cama de nuevo y acabó de desnudarse relamiéndose los labios con sensualidad, con esa lengua curiosa y puntiaguda que tenía, mirándolo con un lívido descarado, hambriento.

Volvió hacia él y lo tomó de los hombros para empujarlo contra la cama se acomodó encima de él lentamente de forma casi felina y le mordió la boca con voracidad. Siguió manoseándolo a pesar de que cada vez tenía más ganas de poseerlo. Le hizo una pequeña marca en su hombro mientras sus manos seguían toqueteándolo, ahora jugaban a deslizarse por sus piernas, rozaba levemente su entrepierna y luego volvía a acariciarlo, quería desesperarlo, parecía que ya sabía exactamente como tocarlo para enloquecerlo.

Esperó a que lo dejara en la cama y sentado allí cubriéndose pudorosamente con una de las playeras que estaba entre las sabanas le miró desnudarse con deseo pero en cuanto se daba cuenta que observaba demasiado desviaba la mirada sonrojándose y haciendo una expresión cómica de pena. Se llevó una mano a la nuca cuando notó esa expresión en él y dejó la playera a un lado al sentirle acercarse de nuevo, dejó que le mordiera porque eso lo excitaba y cuando sintió esas manos sobre él se retorció anhelando que hicieran algo más que tentarlo pero en ningún momento pareció que tuviera reales intenciones de ello, se separó de los labios ajenos por un momento y gimoteó con algo de desesperación contra el oído ajeno depositando besos en él -¡ahh! ¡amgh! ¡mnhh! Alec... por favor, yo... no puedo... ahh me pones-mucho...- Le besó el cuello mordiéndole un poco mientras aferraba sus piernas a la cintura ajena y se frotaba un poco contra él, claro sin poder mirarle a los ojos, ocultando su rostro de él, muy sonrojado, sintiendo que iba a estallar si seguía soportando todas esas emociones dentro, las punzadas de excitación lo hacían enloquecer y temblar un poco contra el cuerpo ajeno.

Era eso lo que tenía, seguramente, esa timidez que conservaba como si siguiera siendo la primera vez que hacía cosas como esas, inclusive verlo desnudo aún le daba vergüenza, se le hacía de cierto modo gracioso pero por otro lado le daban ganas de...de continuar con aquello, toda, toda la noche ¡Lo calentaba! demasiado. Sintió que estaba logrando su cometido de desesperarlo pero estaba resultando contraproducente porque en cuanto comenzó a frotarse así volvió a invadirle ese maldito calor sofocante que le impedía pensar con claridad, que solamente le hacía enajenarse con su mirada, con su cuerpo...De nuevo comenzó a toquetear su entrada con sus dedos, a torturarlo, rozando levemente su perineo, para después presionarlo a la par que poco a poco dejaba que sus dedos fueran hundiéndose en su interior. -ngh...-Un leve gruñido de satisfacción se le escapó cuando pudo traspasarlo levemente.

No toleró más esos mordisquitos desquiciantes en su cuello y apartó su rostro, para luego dejar que fuera su boca la que arremetiera de forma despiadada contra su cuello, en besos bruscos que marcaron su piel. También empezó a balancear su cintura para que su erección siguiera acariciándose contra la suya de esa forma, pero necesitaba más, más atención, la punta de su miembro le punzaba destrozando su paciencia. Retiró esos dedos con los que estaba estimulando y los metió a la boca del menor lentamente, haciendo que los lamiera sin dejar de mirarlo de esa forma como si fuera algo comestible, era sensual esa mirada de deseo, esa oscura mirada tan penetrante que tenía. Su respiración se agitó más mientras que usaba su otra mano para masturbarlos a ambos tratando de estimularse con lentitud, de no ir a prisa, quería que los dos pudieran gozar de aquello.

Los dedos intrusos le hicieron retorcerse de nuevo aferrando las sabanas temiendo herir con su excitación al otro, ya bastante le había hecho en esa tienda en la que aquel encuentro ni siquiera había durado lo que este prometía, gimoteó excitado al tenerlo contra su cuello de ese modo -Ohh por dios...- Jadeó revolviendo los cabellos oscuros mientras abría un poco más las piernas disfrutando de que se introdujera con esa delicadeza -¡Ahh! No puedoh... me gusta... ¡amh! m-me pones... ¡mngh!- Le musitó al oído besándolo después, cuando subió sus dedos de ese modo, lamió los dedos ajenos buscando mirarlo a los ojos mientras lo hacía, de modo sugerente, chupando la punta de los dedos ajenos bajando por ellos poco a poco en roses tímidos y después volviendo a acoger los dedos ajenos en su boca, subiendo y bajando lentamente esta vez cerrando los ojos, ya no podía mirarlo cuando hacía esas cosas. Se arqueó ligeramente al sentir la otra mano haciendo eso con sus miembros, ambos estaban hirviendo. Se frotó un poco moviendo su cintura para sentir un poco más de placer en eso y tuvo que gemir en medio de lo que hacía, coló una mano a ayudar en esa tarea mientras acariciaba su espalda ligeramente. Con dos de sus dedos frotó en círculos ambos glandes teniendo que temblar un poco debido a la sensación. Mordió ligeramente aquellos dedos, le encantaba cómo lo miraba mientras hacía eso, podía sentirlo, lo había visto, era una locura...

Se quedó sin aliento nuevamente al mirar como hacía aquello, tan sumiso, era encantador hasta cuando le seguía el juego en sus perversiones. Se dejaba hacer por esos pequeños besos que le daba aquí y allá, mientras se relamía los labios tratando de controlar esos espasmos que recorrían con violencia su columna, para poder seguirlo observando mientras hacía eso, se veía tan sensual. Apretó los ojos y contuvo un suspiro cuando empezó a cooperar con él y sus dedos pequeños se deslizaban sobre su glande, hacía que eso de controlarse fuera todavía más imposible. -ngh... ¡ah! Damon... voy a... matarteh... ¿Eso...quieres...no?...-Le musitó al oído antes de mordisquear su lóbulo un poco. Sacó sus dedos de su boca y se aseguró de deslizarlos por su miembro, por su perineo, hasta hundirlos en su interior poco a poco, nuevamente, con más facilidad que antes. Los empujó con más fuerza, forzando sus estrechas paredes sólo para torturarlo levemente.

Volvió a besar su maxilar, su mejilla, hasta regresar a sus labios. Lo besó levemente antes de comenzar a lamer sus pezones otra vez, sin detener lo que hacía con sus dedos, dejando que entraran y salieran de él en un vaivén más rápido. Subía su mirada para buscar sus ojos de vez en vez pero sólo encontraba su rostro totalmente rojo que intentaba apartar u ocultar de él, avergonzado de que lo mirara mientras disfrutaba de las cosas que le hacía. Aunque no podía espiarlo con claridad, la luz en la habitación no era mucha, estaba nublado y las cortinas estaban cerradas así que sólo contaban con la tenue luz anaranjada de la lámpara en la mesa de noche, a un lado de la cama. La cama y el cuarto eran un completo desorden como siempre, pero la habitación tenía ese familiar aroma del vocalista, que Alec tanto disfrutaba secretamente.

Le encantaba recibir aquellas atenciones, se arqueó un poco más cuando pasó a sus pezones, abrió más las piernas para que pudiera pasar sin problemas una y otra vez, le avergonzaba cómo lo miraba de esa manera, como si fuera algo comestible, atrajo su rostro aún muy sonrojado, buscando su mirada, lamió sus labios mientras le miraba con calidez y le sonrió tenuemente -¿Sabes lo lindo que... es que ahh...te esfuerces para... no lastimarme?... Eres tan ¡Mgh! ado-rable con esas... caras que ¡Nngh! haces...Me vuelves loco...- Le musitó con la respiración agitada logrando controlarse con lo profundo que comenzaba a ser ese momento, intenso e íntimo, hasta cierto punto romántico. Le besó primero brevemente, apenas un roce que lo atrajera más a él, una vez lo tuvo más cerca tomó el miembro ajeno entre sus dedos de nuevo y comenzó por apretarlo un poco entre ellos para después frotarlo lentamente pasando su pulgar apenas si un poco. Mientras con la otra mano acariciaba la mejilla ajena, se paseó lento hasta aferrar su nuca para no apartarlo de ese contacto comenzaba a comprender las intenciones de Alec al hacerlo esperar y le encantaban.

Lo hizo ruborizarse levemente que le dijera aquello y la forma tierna en que lo miraba. Desvió su mirada de la suya, pero entonces lo atrajo para que lo besara y le correspondió también, fundiéndose junto con él en esa pasión que ahora ya podía entender y que compartía con la misma intensidad o probablemente, mucha más, era exagerado el amor que le tenía, aunque tal vez no pudiera estar consciente de ello...lo sentía, y de esa forma podía dejar que el peliazul lo sintiera también. Lo mordió un poco tensándose al tener sus atenciones sobre su erección nuevamente, que ya comenzaba a dolerle, se ponía tan duro con esas caricias tímidas y cariñosas que le hacía el menor, lo hacía delirar.

Lo masturbó también a la par que él lo estimulaba, apretando su glande con su pulgar para verlo retorcerse de nuevo, le encantaba torturarlo, calentarle la piel hasta que se perlaba de un sudor leve, verlo así, poder poseerlo...no podría describir nunca como se sentía, pero era el "puto cielo" para él. Finalmente retiró sus dedos de su interior, abarcó su boca con sus labios más profundamente y guió su miembro hacia su entrada sin dejar de masturbarlo. Empujó su cadera levemente, teniendo que separarse al fin de su boca para poder jadear ante la sensación de meterse en él, por fin, sólo lo traspasó levemente -ngh... ¡nh! Dam... -Empujó su cadera de nuevo, poco a poco, traspasándolo todavía más. Se estremeció entero y se mordió los labios hiriéndose con uno de sus colmillos, provocando que un hilillo de sangre corriera por su mentón sensualmente.

Damon se sonrojó mucho cuando la mano ajena comenzó a masturbarlo también y sí, se retorció en su placer por un momento gimoteando un poco, besó detrás de su oído mientras apartaba sus dedos de su interior, se le escapó un gemido al resentir que ese placer se detenía, le besó de nuevo sabiendo exactamente lo que haría y entonces recordó que lo divertido era que no acostumbraban hacer esas cosas en una cama como se debía todo el tiempo, tenían una pequeña lista que sólo incluía su cama por segunda vez. Ahora se daba cuenta porqué estaba tan a gusto, todo empezó con un pánico que le carcomía las entrañas y ahora... sólo quería morir con un beso que le arrebatara el alma.

Una vez que estuvo a penas dentro gimió también -GMHH!- Hundió sus dedos en la espalda ajena mientras se adentraba más arrebatándole un par de lagrimas de placer que no pudo evitar, entre jadeos pudo escuchar su nombre, le encantaba que le tuviera en mente todo el tiempo... pero cuando notó que se hirió sufrió un poco besando aquella sangre y desplazándose a sus labios para besarlo en la comisura -¡Noh!... no te hagas daño Alec... mgh... puedes morderme a mí...- Le musitó en un tono erótico mientras la cedía su cuello, enloquecía con la idea de que clavara de nuevo esos colmillos en él, nunca aceptaría la idea abiertamente pero le encantaba pensarlo, eso le ponía. Impulsó un poco sus caderas para que se sumergiera por completo en él, comenzaba a desesperarse y quería sentirlo en esa cama, que fuera testigo de lo mucho que lo amaba y que lo hiciera correrse ya porque en verdad comenzaba a necesitarlo. La punzada de excitación que le despertaron esas ideas lo hacían ser más atrevido para obtener lo que necesitaba, o quizá se auto-justificaba...

Sonrió maliciosamente al escuchar aquello, temblando un poco cuando lamió su sangre –Estás…loco…- Jadeó contra su oído -Eso me encantah…- Agregó, metió su lengua levemente en su oído antes de morder con ferocidad su cuello, cediendo a sus deseos, dejó que sus colmillos hirieran su piel, reabriendo las pequeñas heridas que ya le había hecho antes. Saboreó su sangre con deleite. Con su mano le limpió las lágrimas de sus mejillas. Luego buscó su mano para entrelazar sus dedos con los suyos y apretó su mano contra la cama, comenzando a embestir su cadera contra la suya, inclinando más su cuerpo sobre el suyo –Ah… Dam… te quiero… ngh!...teh…quiero…tanto… - Gimoteó aquello contra su mejilla, claramente embriagado en el placer inmenso que lo mareaba en esos momentos, que le oprimía de forma deliciosa el estómago, que lo obligaba a respirar agitado pero, inconscientemente, trataba de no ser muy ruidoso para no interrumpir esa atmósfera romántica que ahora los envolvía a ambos.

Con su otra mano continuaba masturbándolo, acariciando su miembro que ya estaba completamente erecto en su mano y le provocaba unos espasmos encantadores al vocalista cada vez que apenas rozaba su glande. Sus ojos oscuros nublados, buscaron por unos momentos los azules de Damon, en medio de aquel frenesí, antes de besarlo con desesperación, con profundidad pero muy intensamente, con una calidez diferente…era un beso cargado de todo aquel sentimiento, de todas esas cosas que le había dicho, lo que había prometido…por eso era distinto. Sus caderas empezaron a entrechocarse de nuevo y fue cuando el pelinegro ya no resistió contenerse más y empezó a impulsarse con más brusquedad, más rápido, empujando una y otra vez contra ese punto específico que disparaba la excitación del peliazul.

-Ahh...Alec....- Musitó al escucharlo contra su oído, era delicioso, lo hacía retorcerse con deleite pero lo hizo más cuando mordió su cuello de nuevo con esos colmillos perforando su piel tan deliciosamente, era demasiado, incluso sintió salir algo de líquido preseminal con eso. Cuando limpió sus lágrimas lo adoró aún más, le pareció la única persona existente que podía comprenderlo del todo, ciñó sus dedos contra la mano ajena dirigiéndole una mirada perdida y enamorada por breves segundos con los ojos velados por esa pasión que se comía su alma poco a poco. Las palabras que eran el aire que respiraba desde ahora, que parecían despertar algo en su corazón que revoloteaba por ahí hasta hacerlo decir locuras, prometer lo imposible y querer ser indestructible.

Tenía espasmos encantadores cada que su mano se movía sobre su hombría y es que intentaba contenerse un poco para seguir contemplándolo, pero entonces en medio de esa magia que ahora parecía envolverlos llegó hasta ese punto tan sensible, rozándolo sin piedad y de un modo que se retorció de nuevo gimoteando perdido en ese placer adictivo -¡AHH! ¡Alec!... Mh-más... ¡Ohh siii!- Se mordió el labio inferior relajando sus piernas plantando bien los pies sobre la cama para darle libertad sobre él, bien podía acabar con él en ese momento y no le hubiera importado. Ese ritmo comenzaba a llevarlo al cielo tan rápido que su respiración se alborotó considerablemente, eran respiraciones estrepitosas, sufridas que nunca parecían darle el aire suficiente. Pero ese placer sí que lo estaba matando -Voy a... corrermeh... Un... poco más... ¡ahh! ¡aah!-

Continuó con esas embestidas hipnóticas, incesantes; teniendo una incontrolable necesidad de seguir escuchando sus gemidos, esa voz perfecta desgarrando el ensordecedor silencio, el dulce silencio de la habitación en calma, igual que el pacífico mar de la playa allá afuera, solamente ellos interrumpían esa paz, la convertían en ese ritual de caricias, besos, de convertirse en uno...al menos por unos instantes que pudieran hacer más fuerte, más infinito ese amor de locos, tan extraño y salvaje, pero que sólo ellos dos compartían, en un mundo propio, sólo ellos lo entendían. -¡mgh!... ¡asíh! así Dam...sé mío... ¡ah! ¡Dam! vamos...córrete...-Gimoteó aquello apenas con la poca voz que lograba reunir en su errática respiración, mirándolo con la misma embriaguez, totalmente perdido en su cuerpo.

El vaivén terminó por salirse de control, comenzó a empujar más rápido, tan rápido y tan fuerte, que hizo de nuevo que el cuerpo del menor retumbara sobre la cama igual que lo había hecho antes sobre el sofá del probador, martilleando de modo contundente ese punto, el más profundo en esas estrechas paredes calientes y mojadas que una vez más lo enloquecieron hasta ese punto, lo arrastraron a ese placer increíble, él también se correría, pero podría soportar un poco más, sólo quería verlo así por un poco más... escuchar como lo llamaba una y otra vez con esa plácida voz, agonizante...encantadora...amaba escucharlo así, en verdad lo amaba. Lo masturbó con mayor velocidad, hasta que sólo se quedó sujetando su miembro firmemente, pues ya no era capaz de controlar aquel movimiento sin llegar a lastimarlo -¡Hazlo Damon!..-Lo llamó en su ansiedad.

La cama comenzó a quejarse con ese movimiento tan frenético, tuvo que aferrarse con fuerza a él, estaba seguro que le dejaría los dedos marcados en la espalda, pero si no se aferrara así seguro que aquella posición no les hubiera durado mucho. "Sé mío..." Esas palabras parecían ser un una broma, él era suyo desde siempre, desde que le arrancó el corazón el primer día que lo vio de esa manera en la tienda de discos, nunca había dejado de ser suyo. No supo cuantas veces gimió su nombre, jadeó palabras de amor hacia él, ese movimiento una y otra vez en su punto sensible estaban matándolo, besó su oído por un momento intentando conservar la cordura, desde allí bajó a besos a su maxilar y justo al llegar allí tuvo que morderlo con algo de fuerza para no ser muy ruidoso, se corrió entre gemidos ahogados ciñendo sus paredes con violencia contra él por lo repentino que había sido su orgasmo, le llenó de un modo tan satisfactorio de pies a cabeza.

Tuvo que separarse para jadear por aire, había dejado una marca rojiza de sus dientes en el maxilar del bajista. -¡Alec!... Alec te... amo...- Le musitó sintiendo él mismo lo abundante que había sido su semilla esta vez, escurría en su vientre y en el ajeno, quizá había llegado hasta su torso, un poco a la barbilla ajena que fue el que lamió cariñoso depositando besitos húmedos aquí y allá con una mirada perdida, satisfecho de los ecos de su clímax que aún le tenían arqueado y temblando ligeramente.

Cuando el menor se corrió, mordiéndolo de esa forma tan erótica, también Alec se arqueó contra él, soltando un gruñido placentero debido a su entrada ciñéndose sobre su dura erección, en punzadas deliciosas, ahorcándola en su interior de una forma que casi no pudo resistir, pues se había puesto aún más estrecho si es que aquello era posible. Sus diminutas uñas le rasguñaron la piel de esa forma salvaje que tanto le gustaba -¡Ah!...Dam...Dam...- Continuó llamándolo en sus jadeos sin dejar de embestir, impulsado por los mimos cariñosos que el otro le hacía, y como le decía que lo amaba una y otra vez sin que él encontrara las palabras para decírselo de igual modo, como siempre le había ocurrido, no le era tan fácil como a Damon expresar sus sentimientos, para él esa forma, poseerlo así desenfrenadamente, era su manera de decirle que lo amaba. -Meh...¡me vengo! ahh...yah...casih ¡Ah!- Entre las incoherencias, maldiciones y palabras de amor posesivo que deliraba mientras poseía al vocalista, aquella advertencia fue lo más entendible. Justo después se corrió dentro suyo, tan profundo en su bendito interior, llenándolo con su semilla que también fue abundante y se desbordó mojando las sábanas de la cama. Lo contempló en aquel instante, como temblaba arqueado, mirándolo con esa calidez y su mirada azul encantadora. Lo besó por unos segundos antes de perder las fuerzas y desplomarse encima suyo, sin poder normalizar su respiración todavía.

Seguía disfrutando que se abriera paso de ese modo dentro de él, estaba tan estrecho ahora que a él mismo le causaba un terrible placer que siguiera impulsándose así. No podía dejar de besarlo, de mimarlo para enloquecerlo y que se corriera más rápido, lo sabía, estaba por correrse. Le escuchaba, podía poner atención a todas las locuras que decía, pero después sería tiempo de reírse a gusto con él de esas cosas enfermas, justo cuando iba a correrse deslizó una mano desde su torso hasta su abdomen y la mantuvo allí sintiendo cómo se tensaba, pero al comenzar a sentir esa semilla ardiente dentro de él se aferró arqueándose de nuevo y jadeando ya casi sin aliento, tembló por un momento con un pucherito con el que intentaba contener más sonidos extraños de su garganta.

Le miró a los ojos por un momento, encantado de ese frenesí y correspondió a sus besos todo lo que el otro resistió, se abrazó a este una vez que se tiró sobre él y quizá se acomodó un poco mejor debajo del bajista pasando a acariciarlo y mimarlo como era su costumbre, estaba muy cómodo así. Le besó donde lo había mordido notando otra de esas marcas por las que se lamentaba, ahora en su maxilar -¡Demonios!... A este paso voy a necesitar un maldito bozal, mira cómo te he dejado...- Le musitó acariciando sus cabellos un poco riéndose por la sonrisa que vio pintada en el otro mientras que con la otra mano pasaba con cuidado las yemas de sus dedos en la marca -Lo siento... lo siento otra vez- Dijo bajito depositando otro beso.

-No es...tan mala idea...- Le musitó riéndose levemente de sus tonterías, dando un suspiro hondo -...idiota...- Agregó luego en tono cariñoso, sí, sólo él podía ser cariñoso de ese modo. Se incorporó un poco para poder mirarlo de cerca, su rostro a pocos centímetros del suyo. Lo observó silenciosamente unos momentos, ambos se miraron así, fijamente a los ojos, como si estuvieran diciéndose cosas que nadie más pudiera escuchar o comprender. Se acercó lentamente otra vez y lo besó por enésima vez con suavidad, con lentitud, sus labios se rozaron contra los suyos, sólo sus labios, era un beso más cariñoso y tierno que los anteriores, algo raro de su parte, esos gestos, ese lado suyo, definitivamente nada más Damon lo conocía. Abandonó su interior con cuidado y luego se quedó así tendido a su lado, jugando con su cabello como solía hacerlo cada vez que lo tenía cerca.

Notas finales:

Polvos y más polvos~ ♥ Deleite de los dioses y placer de las fangirls -w-

 


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