... Te amo apesar de las consecuencias que esto traiga.
No me dejaban de otra. No podía caminar cerca de el sin clavar mi mirada en sus ojos. Ya había sido demasiado tiempo el que había pasado solamente mirando como asentía cada vez que me veía pasar. ¿Que no nota mi deseo?, ¿Que, es tan dificil decifrar una mirada?
Estas y muchas preguntas mas rondaban en mi cabeza desde que lo vi por primera vez, con su cabello negro corto hasta el principio de sus orejas;; tez color blanca y unos ojos que superan a lo de la mejor súper estrella.. Su cuerpo delgado pero bien torneado hacia que una parte de mi se despertara y cayera en trance por su hermosura.
El Cabo Spencer… solamente conocía de el su apellido ya que nunca había tenido el placer de acercarme mas a él. Respondía a mis miradas bajando la cabeza y alejándose. Yo el Teniente Crawford estaba completamente loco por su persona.
Ser medico y Teniente en uno de los campos mas importantes tenia sus ventajas llegue a conocer muchas personas que tenían algo de conocimiento sobre los de mas bajo rango, aunque solo me importaba Spencer y así pude saber un poco mas de él. Muy pocas veces me tocaba atender a los “niños” así que por mi mismo no podía ver cosas mas concretas sobre el; igual y no estaba aquí para eso, le tenia muy poco gusto a mi trabajo pero tenia que hacerlo.
Muchas cosas fueron las causantes de que me enlistara en este lugar para llegar a ser lo que soy, y he pasado muchas cosas que personas normales no soportarían; la perdida de mas de la mitad de mi familia, la muerte de mi padre y enloquecimiento de mi madre todo eso a la edad de trece anos. Eso junto con otros factores me hizo querer alejarme y empezar de nuevo.
Siempre que trataba de no recordar comenzaba a hacerlo y sentía la falta de mi familia. Mi lugar favorito para tratar de despejarme de todo lo ocurrido era una fuente apartada del campo, un lugar que nadie frecuentaba y que estaba muy descuidado pero había paz, paz que no se vislumbraba en el lugar en el que trabajaba.
Hasta ahora nadie había llegado ahí debido al maltrato que esta tenia hasta que una vez divise una sombra delgada. Era el en su esplendor, con una camisa sin mangas, dejando entrever sus torneados brazos, que a pesar de ser un principiante, eran fuertes y marcados. Estaba sentado en el filo de la fuente y miraba al vacío como si su mente estuviera sin nada.
Despertó de su sueño y regreso a ser el mismo, me miro, deseaba tenerlo cerca de mi, abrazarlo, y que se hundiera en mi; sentir el calor que emanaba, cosas que sabia no serian posibles. Lo tuve cerca, se levanto y camino unos pasos hasta llegar a mi, asintió como lo hacia siempre para después irse por el camino que yo acababa de recorrer.
Trate de no tomarle importancia, pero obviamente afectaba un poco y fui a tomar el lugar que él había tomado unos minutos antes
Pensé en ya no seguir más con eso y darme cuenta que lo mejor para mí era alejarme más de lo que ya estaba, pero una parte de mi quería tenerlo, quería poseerlo y que el quisiera ser mio. Estaba a punto de volverme loco por pensar demasiado en el, era la primera vez que la fuente no me traía nada de paz, si no que se volvía algo frustrante y lleno de pesar.
-¡Crawford... Crawford despierte!- Me grito el Teniente Blake
-Disculpe Teniente…- Lo vi, él estaba a un lado de Blake y me miraba algo divertido- ¿que ocurre?
-Toda esta semana hemos estado asignando a los tenientes un cabo para que siga con los valores y el porte de ellos, así que te presento a este niño. Cabo Spencer él es la persona con la que pasaras mas tiempo todo este próximo mes, el Teniente Crawford. Teniente lo dejo en tus manos, ¿de acuerdo?
Lo dijo con un tono medio juguetón y el muy idiota se largo, sabia algo sobre mis sentimientos, tal vez debería de haberle dado un “gracias” pero en ese momento yo no sabía ni que hacer.
-¿Bueno y que sabes hacer?- dije solamente para quitar el silencio incomodo y darle una sonrisa de confianza
Me conto cosas sobre el y me dijo que era lo que le ensenaban ahí en su rango, cosas que por lógica yo sabia. Pasamos un rato un tanto agradable y llegamos al comedor para poder juntarnos con los demás y así ver como quedarían los dormitorios por este mes. En la mesa ya con los alimentos enfrente y los tenientes con sus cabos a un lado empezaron a bromear y yo trate de sacar el tema a lo que solamente el Teniente Blake que había estado de niñera entregando cabos respondió que seria en los dormitorios del área semi-nueva cada pareja en una habitación.
Todos estuvieron de acuerdo y seguimos con la cena, los principiantes se unieron un poco mas a la platica y Spencer seguía como si nada, como si no hubiera nadie mas en la habitación, solo el y su alma. Trate que se juntara mas y le di un pequeño golpe en la espalda tratando de animarlo pero el solamente me miro y salió del comedor musitando un “Gracias por la comida, buenas noches”. Para que a nadie se le hiciera extraño salí también yo y me fui del lado contrario a él, creo que necesitaba estar solo ya que había dicho unas horas antes, odiaba estar con mucha gente.
Dadas las nueve de la noche me fui al dormitorio que nos habían asignado en la tabla que estaba enfrente del edificio, llegue y encontré la puerta cerrada con seguro, toque un rato y de pronto me abrió. Se notaba que había estado durmiendo y traía solamente unos boxers un poco cortos. Pase, cerré y le puse el candado a la puerta, él ya había regresado a su cama y yo me dispuse a hacer lo mismo, solo que no podía conciliar el sueno, era demasiado por un día de tenerlo tan lejos ahora estaba a menos de dos metros de distancia, semidesnudo y tal vez con una cara hermosa al dormir.
Llegue a conciliar el sueno solamente unas horas, las peores en toda la noche ya que tuve el peor sueno que había tenido en mi estadía en el campo. Se juntaba todo, la masacre de mi familia, veía como cada uno perdía la vida; como pedían ayuda y yo no podía hacer nada, ya que quien los mataba era yo. Yo no podía matarlos, eran mi familia, eran mi sangre pero lo estaba haciendo, y a la vez era placentero sentir sus cuellos tronar. Sentir como la sangre corría por mis manos, sus gritos se ahogaban y sus sollozos se alentaban; el olor que llegaba a mi nariz era como el mejor chocolate, dulce pero a la vez amargo. Así era el mirar de la persona atrás de mi, mi marionetista, eso era lo que yo era, solo una marioneta que servía para matarlos. Llegue hasta la habitación de mi padre y me encontré con el indefenso, enfermizo y con mi madre a un lado, quería detenerme pero no había forma, tenia que hacerlo algo dentro de mi quería matarlo y así lo hice, lo mate de la misma forma que a los demás solo que esta vez lo mate enfrente de mi madre, la mujer que siempre lo amo a pesar de todos sus engaños, fue sanguinario el asesinato pero me detuve cuando era el tiempo de mi madre. Escuche una voz… su voz, la voz de la persona más hermosa que he conocido en mi vida.
Me miro con compasión, me tendió sus brazos y comencé a llorar (en ese sueño yo no era un niño tenia la misma edad que tengo ahora), llore como cuando me entere de lo sucedido a mi familia. Pero el me tranquilizo, y me dio un beso en los labios, un beso duradero lo tome por su cintura y toda la escena de la masacre se disolvió. Solo quedamos el y yo en una habitación blanca con sabanas negras, se enredaba en mi cada vez que pasaba mis labios por su cuello y… en eso a alguien le dio la gana de despertarme.
Mi mal humor debido a la interrupción de mi sueno siguió por toda la mañana, junto con la distracción de Spencer cada vez que le hablaba para que hiciera algo. Hasta que deje todo atrás he hice que nos sentáramos en la fuente en la que nos habíamos visto días antes.
-¿hay algo que te molesta en cuanto a estas actividades?, ¿te molesta que estemos en pareja?- trate de seguir preguntando cosas pero su semblante cambio, ya no era el joven distraído pero decidido a hacer las cosas, ahora era solo un muchacho siendo regañado por un mayor
-no… no es que me moleste, simplemente no estoy a… acostumbrado a estar con alguien demasiado tiempo. A demás no puedo cambiar mi forma de ser cuando estoy contigo-
Me sobresalte un poco por ese comentario pero seguí escuchando su replica
-Teniente Crawford, creo que no es posible que seamos una pareja en esto de las actividades- se acercó y me dio un beso en los labios- lo siento…-
Me que plasmado, como si todo esto fuera irreal, se fue corriendo pero esta vez no dejaría pasar nada, era mi oportunidad de arreglar todo, sabia que de algún modo llegaría al dormitorio así que fui directo hasta allí, y mi razonamiento tuvo éxito, él estaba cerca de su cama arreglando sus cosas para irse del dormitorio en lo que llegue. Me volteo a ver y se acercó a mí lentamente tanteando el lugar como si yo fuera a hacerle algo malo.
“Tranquilo” le dije al ver que estaba un poco tembloroso, “no pasara nada” me acerque un poco mas a él y deje que se hundiera en mi pecho. Parecía un niño indefenso, se abrazó a mi cintura y acerque mi boca a la suya. Esto era aun mucho mejor que como lo había sonado, sentir que cada segundo se acercaba un poco mas a mi me hiso sentir mucho mejor un mucho tiempo.
No quería soltarlo pero el oxigeno hacia falta y lo mantuve lo mas cerca posible de mi cuerpo, “Nathan, no te vayas de mi” le susurre al oído y el solo asintió. Todo ocurrió como un sueño y pensé que pronto se esfumaría pero era cierto, él estaba junto a mi mirándome con una mirada pacifica.
Lo volví a besar y lo tumbe a la cama, ligeramente me postre encima de él y comencé a besarlo menos pausadamente hasta que los besos se hicieron urgentes, el me pedía mas, y yo con gusto estaba dispuesto a dárselo. Su cara lo decía todo, quería que estuviera cerca de todas las formas posibles, estaba sonrojado y se veía frágil. Era todo un deleite para mi pupila verlo así, me provocaba con cada gemido que salía de su boca mientras que yo besaba y lamia su cuello.
Cruzo sus piernas rodeando mi torso y se arrejunto mas a mi baje un poco mas de su cuello y llegue hasta su pecho, ahí el comenzó a arquear su espalda debido al éxtasis que mis carisias le propinaban
Después de un momento llevamos todo a un nivel superior y entre en el. Una llamarada de sentimientos y deseo se juntaron hasta que llego el momento de parar, nos separamos y me dedique a limpiarlo mientras él se quedaba dormido en mi cama. Termine de hacer mi trabajo y lo lleve cargando hasta donde estaban sus pertenencias y su cama, ahí quite todo a un lado para que pudiera dormir a gusto, lo tape con la cobija y me fui a dormir.
Al día siguiente me desperté y el seguía durmiendo, me metí a bañar y deje que el agua cayera por mi cuerpo, quería tenerlo de nuevo cerca de mi, se volvería una droga dentro de poco, pero valía la pena que esa droga se posara en mi.
Escuche como se abría la puerta y entraba el, corrí la cortina del baño y lo encontré a el desnudo y con cara de idiota. “Ven acá” tome su mano y lo acerque a la bañera se metió y me abrazo por el cuello atrayéndome hacia él.
-¿Entonces no fue un sueño cierto?-
-No lo fue, de eso puedes estar seguro- murmure a su oído
Terminamos el baño y salimos con cierta diferencia de la habitación, a pesar de nuestra nueva relación, no podíamos dejar que nadie se enterara. Llegue a la cafetería y ahí estaba el, mucho mas despierto y enérgico que como lo había visto otras veces, aunque con dificultades al caminar, ante eso no podía dejar de reírme.
Creo que todo el mundo noto su cambio ya que estuvieron preguntándole cosas tontas, y sacaron el tema de una “novia” el solamente hiso que cambiaran de tema y se callo para no hacer las cosa mas grandes.
Escondíamos nuestro amor ante los demás y las noches éramos solamente el y yo; hablábamos mucho, y nos conocíamos un poco mas, tocábamos temas que nos inquietaban y llegamos hasta el tema de mi familia. Él fue la primera persona a la que le conté de mi desgracia, incluso el sueno que había tenido, se rio por el final y por saber que por eso estuve de mal humor en la mañana. Era lo mas cercano que había tenido en toda mi vida, y sabia que el estaría conmigo a pesar de muchas cosas.
Llego la guerra, nos mandaron a todos, yo trataba de curar a todas las personas que podía y trataba de no perder el contacto con el. En la pequeña tienda de acampar donde trataba de tranquilizar mis ansias llego el, me beso fuertemente y saco su lado mas puro, lloro, lloro demasiado al ver que las personas morían, al ver mi desesperación por salvarlos a todos. Lo tome de los hombros y le hice una promesa.
-Escuchame… ¿me estas escuchando?- el asintio- Quédate conmigo después de la guerra, sal ileso de ella y vayámonos juntos a donde sea, salgamos de aquí y digámosle a todo el mundo lo que sentimos, prométeme que lo harás-
El asintió y me miro de nuevo, musitando un “Lo prometo mi amor”. Salimos de donde estábamos y pronto llego el fin de la guerra. Lo busque desesperadamente después de salvar y tratar de prolongar la vida de los demás soldados
Vi la lista de los cabos muertos en acción y busque rápidamente su nombre, no estaba ahí. Pregunte a todas las personas si lo conocían y no había rastro de él.
Regrese al lugar en donde había estado trabajando y escuche mi nombre de pila. “Ryan!” gire mi cabeza rápidamente y lo vi ahí, tendido en una camilla con un brazo herido. Mi impulso fue tanto que lo bese enfrente de todo el mundo, como había dicho en nuestra promesa, sin que me importara le di mi amor frente a los ahí presentes.
Trate de curar su herida que no era tan profunda y seguí trabajando con los demás heridos. Encontrarlo fue todo para mi, aniquile el “que dirán” de mi mente y lo miraba cada que podía, el solamente sonreía y trataba torpemente de ayudarme en algo.
Las consecuencias de la guerra fueron leves, aunque las pérdidas de soldados y cabos fueron considerables. Al cabo de un mes todo estaba casia la normalidad y decidimos salir del campo, muchas personas que se habían percatado de nuestra relación nos apoyaron y hasta hicieron bromas blancas de ello.
Salimos del campo con unas maletas en mano y lo abrase por la cintura “Recuerda esto, siempre estaré contigo, te amo”
Continuamos con nuestra vida y fuimos a Canadá, hicimos una vivienda y recordamos como nos conocimos, dimos un recuento de lo que pasamos juntos. Le conté sobre mi miedo de haberlo perdido, y el me conto su sentir la primera noche que estuvimos juntos, como todo en él cambio, como me volví su vida tanto como el la mía.