De reojo miro al pequeño que era su copiloto esa noche, sus ojos reflejaban las luces de la ciudad haciéndolos ver aún más brillantes y a la vez daban un toque dorado a su piel bronceada, era un niño lindo tan lindo como su madre porque si bien físicamente era parecido a Bruce realmente se parecía más a su querida madre tanto en sus gestos como en sus movimientos.
-Y dime Damian –se sentía estúpido pero debía conocer a su hijo si vivirían juntos ¿no? Curioso, nunca pensó que si tenía un hijo seria de esa manera ¿pero qué hacer si la vida te da limones? – ¿Qué te gusta?
-La música –respondió ausente mirando fascinado todo a su paso. Gotham era diferente a los lugares donde había estado antes.
Bruce quiso preguntar otra cosa pero realmente no sabía que, ¿cómo fue tu entrenamiento? ¿Qué te enseño tu madre? ¿Qué tu abuelo? ¿Realmente porque estás aquí?... ¿sabes quién soy yo?
Acelero un poco más queriendo acortar de alguna forma el trayecto a su casa, y, para evitar imaginar el sermón que seguramente Alfred le daría rememoro como es que ahora tenía un hijo de diez años que recién sabia de su existencia.
Flash Back
El hecho de que estuviera trabajando en un misterioso caso en el que parecía retroceder en lugar de avanzar no significaba que descuidara Gotham (no había sucedido nada demasiado peligroso así que sus “aprendices” podían hacerse cargo ellos solos). Extrañamente no había señales del Joker o algún criminal “de alto rango” simplemente carteristas aficionados o ladronzuelos primerizos… hasta que ella apareció.
Quizás de forma inconsciente pidió mucho por otro caso que le sacara al primero de la cabeza por lo menos un rato y alguien cumplió su deseo… por eso seguía a Poison Ivy, la mujer había robado un collar de diamantes sumamente costoso lo cual era extraño, normalmente solo hacia eso en compañía de Harley Quiin pero ella estaba en su acolchonado cuarto en Arkham. Corría detrás de ella (¿desde cuándo era tan rápida?); se dirigió a un hotel abandonado, si fuera en el Batmovil ya la hubiera atrapado pero era así porque… ¿Por qué? No lo recordaba solo siguió persiguiéndola.
-Bienvenida Pamela –una hermosa mujer de ojos cafés chasqueo los dedos y un sirviente se acercó a la desfalleciente pelirroja con una copa para ella. -¿Esta hecho?
-Sí –jadeo después de beberse el líquido de un solo trago. –No tarda en venir.
-Gracias, no sabes lo mucho que nos has ayudado.
-¿Dónde está? Quiero despedirme. –La otra señalo una puerta y Hiedra entendió el gesto. Inclino un poco la cabeza al pasar junto a la castaña, está la jalo de la mano y la beso suavemente. –Se hace tarde - exclamo separándose.
La castaña la miro tristemente y Pamela quiso sonreírle para que se sintiera mejor pero no pudo, no cuando ella tenía un estado anímico parecido, así que solo le dio un beso en la mejilla antes de retirarse. Aun había cosas que hacer.
“Solo espero, que todo salga bien y mi niño este a salvo”. Fue el pensamiento de ambas mujeres.
-Hola.
-Hola –un par de ojos azules dejaron de observar el cielo estrellado y se centraron en la mujer que acababa de entrar. – ¿Fue una larga carrera?
-Algo, ¿estás listo para tu nueva vida, pequeño? Ahora tendrás una gran familia… aunque creo que será difícil que te lleves bien con uno de ellos.
-No hay problema con eso, puedo ganármelos a todos.
- Lo se eres un gran actor, no me cabe ninguna duda de que puedes manipular a quien quieras pero Batman es el mejor detective y fácilmente podría…
-Confía en mí no me descubrirán “al menos no tan pronto” –el niño sonrió ampliamente intentando tranquilizarla, sabía que se preocupaba por el pero aunque arriesgada esa era la mejor decisión que podían tomar.
Poison Ivy abrazo con fuerza al menor, quería que el niño se quedara con ella más sabia que con el murciélago estaría más seguro, él podría protegerlo mejor… y eso era lo que único contaba; sus sentimientos no eran relevantes.
-Voy a estar bien, no te preocupes mami.
-Te voy a extrañar tanto mi bebé.
-Buenas noches detective.
La suave y conocida voz llego a los oídos de Batman y reprimiendo la sorpresa y el escalofrió que le recorrió la espalda siguió su camino para toparse con esa mujer que en una época de su vida fue sumamente importante pero a la vez un dolor de cabeza tan o más grande que el Joker.
-Talía, la hija del diablo.
-¿Aun después de lo que hemos pasado sigues llamándome así? Creí que ya lo habrías superado. –Esa nota divertida y burlona en su voz le recordó a otra persona con la que últimamente pasaba mucho tiempo… pero ahora no era momento de pensar en él.
-Lo mismo podría decirte, deberías dejar de llamarme detective. ¿Porque estás aquí Talía, que buscas en Gotham?
-A ti por supuesto… no, no es para lo que piensas –una sonrisa indescifrable cruzo sus labios antes de que ella suspirara y cerrara los ojos. –Quiero pedirte un favor, necesito que cuides de alguien muy importante para mí, no permitas que nadie lo dañe Gotham es una ciudad peligrosa.
-¿Entonces porque le enviaras ahí? Tú conoces perfectamente los riesgos que se corren al vivir en ese lugar.
-Tienes razón pero en insistió tanto en visitar la ciudad oscura que no me pude negar… después de todo… eres su padre y quiere conocerte.
Antes de que Bruce pudiera procesar las últimas palabras de Talía ella se acercó hacia la puerta que tenía detrás, la abrió y del interior salió una figura encapuchada que apenas avanzo unos pocos pasos. Talía se paró detrás y poso sus manos sobre los pequeños hombros.
-Bruce déjame presentarte a Damian, nuestro hijo –con delicadeza retiro la capucha rebelando el rostro blanco de un niño pequeño, a lo mucho diez años juzgando sus rasgos redondos. Si solo su fisonomía bastara para decir la ascendencia del niño claramente se relacionaría con Talía y con Bruce, su tono de piel era casi tan pálida como la de él pero con un ligero toque canela como Talía, y sus ojos eran del mismo azul que el dueño de Wayne Enterprise miraba todas las mañanas.
-¿Cómo es que…?
-Intente decírtelo antes pero… ¿puedes juzgarme por querer tener a mi bebé solo para mí? – por un momento su mirada se cristalizo pero inmediatamente cambio a una que no dejaba ver lo que pasaba por su mente. –Sin embargo creo que ha llegado el momento en que te conozca y conviva contigo.
Un tenso silencio invadió la pútrida habitación en la que estaban, Bruce trataba de entender lo que sucedía, siendo Batman debería estar acostumbrado a que cosas anormales le pasaran pero no era lo mismo que un payaso pintarrajeado intentara matarte por las noches debido a que en su muy retorcida mente eso era divertido a que de la noche a la mañana tu ex viniera a encasquetarte un hijo… aunque las probabilidades de que fuera suyo eran altas.
Nadie se movió, nadie dijo nada hasta que el niño decidió que era hora de hacerse oír.
-Olvídalo madre es obvio que él no necesita otro hijo, le basta y sobra con los que tiene –eran palabras muy duras para alguien tan joven palabras acidas que fueron pronunciadas con un notable tono de tristeza y decepción; tono que estrujo el corazón de Bruce. –Regresemos y hagamos como si esto nunca hubiera ocurrido.
Talía miro a Bruce como si acabara de cometer el peor error del mundo. Damian ajeno a los pensamientos de sus progenitores se separó de su madre y dirigió sus pasos hacia la habitación de donde había salido; antes de que alguno pudiera detenerlo se adentró en la oscuridad así que Bruce no pudo ver como el niño intentaba detener a una furiosa Poison Ivy que tenía ganas de estrangularlo.
-Discúlpalo, el realmente quería conocerte pero al ver que no te alegraba saber que tenías un hijo pues… heriste sus sentimientos. “Y los míos, y los de Pamela… demonios si no fuera porque te necesitamos ahora mismo te cortaría la garganta por hacer sentir mal a mi niño”
-¿De verdad es mi hijo?
-¿Lo dudas? ¿No es suficiente con verlo? Si es tuyo, ¿recuerdas esa última noche que pasamos juntos? “Calma, calma. No debo matarlo, es el padre de mi hijo y es quien puede mantenerlo a salvo”
¿Cómo olvidarlo? El amo intensamente a Talía y esa fue la noche en que tuvieron que separarse, le dolió mucho realmente deseaba formar una familia con ella pero el destino no lo quería así. -Dijiste que nuestro hijo seria el nuevo Alejandro Magno, el conquistador del mundo; lo recuerdo perfectamente pero no creí que…
-¿Tantos años y aún no entiendes que si yo quiero algo lo consigo? Damian es lo que más quiero en este mundo y deseo que su educación sea completa, hasta ahora le enseñado infinidad de cosas pero creo que es necesario que pase tiempo contigo, que aprenda de ti… ¿no recibirás a tu hijo Bruce? ¿O acaso él tenía razón y con tus adoptados tienes suficiente?
Fin Flash Back
Así que ahora llevaba a su posiblemente único vástago (hey, no se conformaría con la palabra de Talía, obviamente le iba a hacer una prueba de paternidad) a la mansión Wayne. Si era real su lazo sanguíneo… tenía que reponerle al niño casi once años que estuvo ausente.
El niño apoyo el rostro en una de sus manitas quedando la barbilla sobre sus nudillos (¿incluso eso tenía de Talía? Se preguntó divertido Bruce), estaba por comentarle esa semejanza cuando el niño volteo ligeramente hacia él.
-¿Tus hijos están en casa?
-Ahora no, pero lo harán cuando termine la patrulla –respondió un tanto sorprendido por la actitud que tenía hacia sus hijos adoptivos.
El asintió distraídamente antes de regresar su atención al paisaje. Sintió el peso de la ampolleta que ocultaba en su playera y recordó quien y para que se la había obsequiado.
Flash Back
-Toma pequeño, esta es la toxina de la que te hable.
-Gracias –tomo la botellita azul que Pamela le entrego –aunque no creo usarla.
-Pero…
-Me gustaría conocer a mi padre sin estar drogado… además dijiste que era experimental y no sabes los efectos colaterales… quiero pasar un tiempo con él.
-Con eso sería más fácil pero como quieras.
Fin Flash Back
“Gracias mami Pamela, creo que con padre no la utilizare como tú lo has hecho… pero quien sabe, quizás tenga que hacerlo con otro murciélago”