-¿Listo hermano?-pregunto carcajeando desquiciadamente.
-Listo hermana-respondió limpiando las lágrimas que corrían veloces por sus mejillas.
-Oh Cris, ¿Por qué lloras?-tomo sus manos entre las suyas-¿Quieres que vaya yo a la fiesta y te quedas aquí?
-No, no puedo dejarte sola… pero… matar está mal-pronuncio bajito, triste. Solo con su reflejo se permitía mostrarse débil.
-Lo sé-pronuncio dulcemente besando su frente-. Sin embargo sabes perfectamente porque lo hacemos.
-Si, por la justicia, por defender a los que no pueden hacerlo por sí mismos.
-Exacto. Sé que esto es difícil, yo también dudo a veces… pero al verlos suplicando por su vida, como el carmín llena toda la escena; recupero la confianza en mis actos.
-Yo siento lo mismo, además te tengo a ti que me fortaleces-ya no había rastros de lágrimas en su rostro, la misma mueca demente tenían ambos; una que era impropia de sus infantiles faces.
-¿Vamos?
><><><><><><><><><><><><><><><><><><
“¿Qué es esta opresión que siento en el pecho, y porque la siento? No hay motivo alguno”. Siendo sinceros se estaba mintiendo a sí mismo, sabía perfectamente porque sentía el pecho oprimido; no, no era por falta de aire tan solo era porque la persona que tenía ocupada su mente se encontraba bailando con su secretaria. Algo que ya había visto pues no era el primer evento social en el que coincidían, y como siempre la pareja estaba en el centro de la pista con los reflectores sobre ellos. Algo dentro de él se revolvía inquieto al ver una de las manos del moreno sobre la cintura de la pelirroja y una de ella sobre su hombro… pero lo que más le molestaba era sus otras extremidades entrelazadas, aunado a la animada plática que se veía que tenían por la feliz sonrisa y continuas carcajadas que daban.
“¿Qué tiene ella que la haga tan especial? Es la única persona con la que he visto que él se porte amable y sonría alegre, al resto del mundo solo le dedica gestos sarcásticos, soberbios o burlones. Excepto a ella. ¿Qué la hace diferente? ¿Qué tiene ella que no tenga…?” el hilo de sus pensamientos se cortó abruptamente al darse cuenta de lo que estaba a punto de “decir”. “…yo. No, no puede ser, ¿Por qué me comparo con la señorita Potts? No tengo porque hacerlo”
Tomo una copa de champane de la bandeja que llevaba una mesera y se la bebio de un trago; tenia un sabor extraño. Seguia viendo a la pareja aun cuando habían acabado de bailar ya hora bebían vino junto a la ventana, odiaba admitir que quería ser el quien se encontrara junto al ingeniero pero sinceramente era lo que deseaba. De repente empezó a sentir mucho sueño, los parpados le pesaban tanto que sin siquiera notarlo quedo dormido.
La mayoría de los comensales se dejaron caer en un tranquilo y profundo sueño, algunos sobre la mesa otros simplemente en el suelo. El resto de los presentes, alarmados, intentaron llamar a emergencias; pero antes de siquiera sacar sus celulares dos menudas figuras aparecieron en una columna de humo verde esmeralda. Eran dos arlequines –o mejor dicho, su vestimenta recordaba a- uno vestía una falda blanquinegra con un rombo en cada lado, calcetas ralladas con un dibujo de calavera en la parte superior y una camiseta negra de mangas blancas; y el otro llevaba la misma camiseta pero traía un pantalón en vez de la falda; ambos portaban un antifaz que les cubría desde la frente hasta los pómulos dejando ver la siniestra sonrisa que le helaba la sangre a cualquiera.
-Ni siquiera lo intenten-advirtió una divertida voz-; todas las líneas están bloqueadas, así que no podrán pedir ayuda.
-¿Q-quiénes son?-pregunto nerviosa una mujer madura.
-Oh, ¿Por qué son siempre las mismas preguntas?-se quejó el otro arlequín-“¿Quiénes son?, ¿Qué quieren?, ¿Por qué hacen esto?”. ¿Acaso es un libreto universal que nosotros no conocemos? Patético.
-Ustedes saben perfectamente porque estamos aquí… venimos a adelantar sus juicios miserables gusanos.
-Pero que dicen, son solo un par de niños-un sujeto calvo y de gesto severo miraba retadoramente a los arlequines-. Están jugando a ser justicieros pero no lo son.
-¿Y quién te dijo que eso es lo que queremos? Quizás solo queremos matarlos después de deleitarnos con sus suplicas y gritos de agonía-la chica saco rápidamente una pistola y apunto al anciano que les había retado-. Así que, ¿Qué dice?, ¿la quiere en la frente o en el pecho?
-¿Qué dices niña loca?-Miedo. Puro miedo había en sus ojos.
-Me gusto su actitud así que le doy a elegir, ¿frente o pecho?
-Señorita-un hombre joven y apuesto se acercó ignorando el peligro en el que estaba y puso sus manos sobre las de la chica-, una belleza como usted no debería jugar con cosas tan peligrosas-trato de quitarle el arma pero se perdió en los ojos azules frente a él.
-¿Cómo sabe que soy bonita? Quizás debajo de este antifaz se ocultan terribles cicatrices-dijo burlona.
Los invitados aprovecharon la distracción e intentaron pedir ayuda, pero, como habían dicho esos niños -por su estatura y complexión era lógico que eran dos niños, bueno un niño y una niña- no había ninguna señal, todo estaba bloqueado.
-Sus ojos son los más hermosos que he visto en mi vida-dijo atontado-…si tan solo fuera un poco mayor…
-Eso no es impedimento para usted Mr. Jones, ¿o acaso ya olvido a Emily, Alice y Sakura? Ellas eran unas niñas cuando usted la violo-repentinamente lo empujo y le puso la pistola entre las cejas-. ¡No finjas, eres un maldito pedófilo!, ¿creías que tus crímenes quedarían impunes? Pues no desgraciado.
Bang. Una sola bala fue suficiente para acabar con su repugnante existencia; el cuerpo cayo hacia atrás mientras ella miraba fijamente a los demás y preguntaba inocente: “¿Quién sigue?”
><><><><><><><><><><><><><><><><><><
Abrió pesadamente los ojos, no sabía porque pero se sentía muy cansado como si hubiera estado peleando mucho tiempo pero recordaba que no había tratado con criminales desde hacía media semana. Cuando se acostumbró a la luz pudo distinguir donde se encontraba, ¿aún estaba en la fiesta?, ¿y porque estaba en el piso, acaso bebió demasiado? Lentamente se levantó, Pepper estaba a su lado inconsciente, de hecho muchos lo estaban. ¿Por qué?
“Un momento… ya recuerdo, alguien debió sedarnos, ¿pero porqu…? ¿Eso es sangre?-se preguntó viendo manchas rojas en el piso.- ¡No puede ser! ¡Esto es una masacre! ¿¡Cómo pude dejar que esto pasara!?”
Tony se sentía culpable por no haber protegido a esas personas-¿Pero porque no mataron a todos?-murmuro viendo que algunos comenzaban a despertar- Pepper.-se acuclillo junto a ella-¿Cómo te sientes?
-Mareada-respondió llevándose una mano a la cabeza-¿Qué paso?
-Alguien masacro este lugar-dijo meditabundo.
-Espera, ¡¿qué?!-trato de ver en rededor pero Tony no se lo permitió.
-No Pepper, no tienes que ver solo te lastimaras. Llama a la policía veré quien está bien y quien no-la ojiverde asintió aturdida pero obedeció. Una vez que la vio hablando por teléfono recorrió el lugar, aquello era un baño de sangre; cuerpos mutilados, otros con tantos balazos que eran prácticamente coladeras; casi todo el piso estaba pintado de carmín. ¿Quién pudo ser el causante?
-¡Oh Dios mío!-grito una mujer antes de caer desmayada otra vez. Algunos tenían ataques de pánico y otros trataban de no llorar mientras ayudaban al resto. Tony se acercó a BW.
-Wayne.
-Stark, ¿qué paso?
-No lo sé-se mordió levemente el labio inferior mirando la trágica escena-. Cuando abrí los ojos todo estaba así.
Tratando de ignorar lo sexy que era ese gesto, Bruce le dijo- ¿Ya llamaron a…?
-Sí, Pepper lo hizo-contesto rápidamente- ¿Qué es eso?-se acercó a una pared. En ella había un texto hecho con sangre:
Soy un arlequín que llora y que ríe hasta enloquecer
Soy un triste bufón, un lunático muy cruel
Lágrimas y risas ¡comedia brutal! ¡Te mutilo el corazón!
La la ra la ra la