En la oficina del director nueve jóvenes recibían los horarios de sus clases, después de todo eran estudiantes nuevos; su tutora legal había sido transferida y con ella también ellos.
-Es un gusto que hayan elegido esta escuela, no se arrepentirán de ello.
-Eso esperamos director-dijo el mayor del grupo con una sonrisa radiante-. Tenemos grandes expectativas.
-Por supuesto, aunque debo admitir que de no ser por sus excelentes calificaciones y por las recomendaciones de su antigua institución no hubieran podido entrar a mitad de semestre.
-Lo comprendemos, sin embargo no fue porque lo decidiéramos-aclaro un niño rubio de ojos grises-. Si por nosotros fuera nos hubiéramos quedado en Holanda.
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-Jajajaja, ¡date prisa Parker, llegaras tarde a clases!-le gritaron burlescos sus “amigos” desde el automóvil de Luke. Spiderman peleaba con un trío de criminales y el resto del equipo maravilla (excepto Danny, él estaba fuera de la ciudad por misión) en vez de ayudarle se dirigían a su institución.
Claro que el gano, pero un poco de ayuda le habría venido bien, así no estaría tan herido –físicamente, porque emocionalmente bueno estaba noqueado casi-.
Peter inhalo profundamente tratando de serenarse y dirigirse a la escuela pues como habían dicho sus adorados compañeros la hora de entrada estaba cerca…cuando por dentro deseaba golpearlos hasta que le sangraran las manos, por suerte para ellos a él si lo educaron para respetar a los demás y también para perdonar… ¡sin embargo todo tiene un límite y su paciencia se estaba agotando! Quizás el fuera una persona noble y amable pero hasta el alma más pura es capaz de cometer los peores crímenes cuando la han destrozado, cuando la arrojan al abismo del dolor y desesperación…
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El timbre sonó dando inicio a las clases y todavía le faltaban cinco cuadras, corría a todo lo que daban sus piernas pero aun así no pudo llegar a tiempo. “Rayos, el profesor me matara” pensó tratando de respirar, acelero aún más el paso esquivando transeúntes y vehículos rogando al cielo llegar… vivo.
Por suerte el profesor aún no había llegado por lo cual solo tuvo que soportar la burla de sus compañeros de clase al verlo tan sofocado cuando cruzo la puerta, solo M.J y Harry se preocuparon por él, sobre todo por el blanco vendaje con algunas gotas de sangre que resaltaba en su brazo izquierdo.
-No es nada, un perro me mordió camino hacia acá-dijo como excusa cuando ambos le cuestionaron el porqué de la herida.
-¡Oh por Dios! ¿Y ya te reviso un medico?-pregunto histérica Mary Jane.
-Emmm… no pero luego paso a la enfermería de la escuela.
-Debiste ir directamente al hospital-le comento el Osborn a modo de regaño-, puede que el perro tuviera rabia.
-N-no lo creo.
-Peter…-la entrada del profesor interrumpe las preocupaciones de sus verdaderos amigos.
-Lamento el retraso clase, pero hoy se integra un nuevo alumno-abrió la puerta y se dirigió a alguien que se encontraba afuera-. Pasa por favor y preséntate.
Inmediatamente un chico de cabellos grises e inocentes ojos verdes entro al aula, su piel era muy blanca, casi pálida pero no le daba un aspecto enfermizo al contrario. El chico no era muy alto pero tampoco bajo, era de complexión media y vestía pantalón de mezclilla algo gastado y roto de la rodilla izquierda, playera de Evanescence y converse negros con blanco; al cuello llevaba un collar de un brazo cercenado sujetando una espada. A pesar de eso a su alrededor había un aura de paz y armonía, como si fuera un hippie vestido de roquero.
-Buenos días a todos-saludo con una luminosa sonrisa-, mi nombre es Blade Lecter y vengo de Holanda. Espero que nos llevemos bien.
-Chicos pueden hacerle preguntas a Blade para que se conozcan mejor-sugirió el docente al ver que algunos se habían quedado babeando por el chico nuevo.
-¿Podrías decirnos de que escuela vienes?-pregunto M.J.
-De la Academia Vrolyk.
-¿Y porque te viniste acá?-pregunto un chico de enfrente.
-Porque mi tutora legal fue transferida así que yo también tuve que venir a Estados Unidos-unos quince minutos pasaron los alumnos interrogando al chico, al parecer el profesor no tenía ganas de impartir clases así que dejo que le preguntaran todo lo que quisieran. Y hubieran seguido así de no ser porque la alarma contra incendios sonó, hora de un simulacro.
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Y todo bien, el simulacro perfecto la instalación fue totalmente desalojado en menos de cinco minutos; lo cual era bueno.
Por alguna extraña razón, a Peter le agradaba mucho el chico nuevo. Ambos se cayeron bien y como Blade había perdido su mapa de la escuela el ojiazul se ofreció a hacerle un recorrido, después de todo tenían juntos la mayoría de las clases. Todo iba tan bien hasta que Flash Thompson decidió aparecer azotando a Peter contra los casilleros. Unos se reían, otros apartaban las miradas pero solo uno se atrevió a defenderlo.
-Deberías dejarlo en paz.
-¿Tu que te metes?- Flash lanzo un puñetazo directo al rostro del peligris pero este lo esquivo hábilmente. Aprovechando la sorpresa del rubio, Blade le devolvió el golpe dejándolo en el piso.
-¿Estas bien?-pregunto amablemente.
-¿E-eh?
-¿No te rompí la mandíbula, verdad?
-N-no.
-Perfecto, que te vaya bien-sonrió dulcemente-¿Nos vamos Peter?
-¿Eh? Claro-ante la impávida mirada de todos los dos chicos dejaron el lugar dejándolos confundidos y atemorizados, ¿qué clase de persona era Blade Lecter? Cuando se presentó dio la apariencia de ser alguien amigable, pacifico, que evitaba la violencia pero hace pocos minutos casi le destrozo la mandíbula a Flash Thompson.
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-¿Cómo hiciste eso?
-¿El qué?
-No cualquiera vence a Flash, ¿cómo es que tienes tanta fuerza?
-No solo la fuerza es necesaria para ganar batallas, Peter, la inteligencia es igual o más necesaria pero un ideal que defender es los principal, sin el tu lucha es vacía así que difícilmente ganaras. Y de eso amigo mío yo tengo bastante.
-¿Por qué?
-Peter tengo dos hermanos menores, uno de ellos es una niña y son muy inteligentes; razón por la que los molestaban bastante, ¿no te parecen razones suficientes?
-Si bastantes-rio el castaño-. ¿Y se parecen mucho a ti?
-Mmm… no, ellos tienen los ojos azules y el cabello blanquinegro.
-Oh, ¿y así que son de Holanda?
-En realidad no, nacimos en Rumania pero hemos pasado mucho tiempo en otros países; por ejemplo yo en Suecia, Chris en Inglaterra y Ángela en Rusia.
-¿Y eso, porque?-pregunto extrañado.
-Emm… es una larga historia-contesto nervioso.
-Lo siento no debí ser tan indiscreto.
-No importa suelen preguntárnoslo debido a nuestros acentos distintos. ¿Y tú no tienes hermanos Peter?
-No, soy hijo único.
-¡Blade! ¡Hasta que te encontramos!-dos voces coordinadas sonaron detrás de ellos.- Te estuvimos buscado.
-Lo siento, Peter me mostraba la escuela-se disculpó el de ojos verdes con una sonrisita un poco culpable.
-¿Y tú mapa?
-Lo perdí. Por cierto chicos él es Peter Parker, Peter ellos son mis hermanos: Christian y Ángela.
-Mucho gusto-dijeron los tres al mismo tiempo. Peter noto que efectivamente los hermanos de Blade no eran físicamente parecidos-bueno a él porque fuera de que eran de distinto género y del largo del cabello eran dos gotas de agua-, pero tenían algo en la mirada que permitía asociarlos con el peligris.
-Vamos nos están esperando.
Cada uno tomo a uno de los mayores del brazo y los arrastro a la mesa más apartada de la cafetería. Ahí Peter vio un variado grupo de niños, además de los hermanos de Blade había otro par de mellizos; solo que estos eran castaños, piel ligeramente canela y ojos café rojizos. A su lado un niño rubio y de ojos grises jugaba gato con otro pelirrojo ojinegro, al otro lado un peliverde de ojos grises tomaba jugo mientras un ojirrojo peliazul comía una manzana.
-Justo a tiempo para desayunar Blade-dijeron a modo de saludo.
-Disculpen pero estaba conociendo la escuela.
Parker se sorprendió al ver que los chicos lo aceptaron inmediatamente en su pequeño grupo, tan solo le preguntaron su nombre y si quería almorzar con ellos. Luego los fue conociendo un poco, hablaron sobre temas tan variados empezando desde música hasta política y economía.
Con ellos se sentía a gusto, cosa que jamás había sentido con sus compañeros de equipo.
Aunque claro que preguntaron por la herida de su brazo, incluso se ofrecieron a curarlo pero él no permitió que le quitaran las vendas. Renuentes dejaron el tema de la herida pues no querían molestar a su nuevo amigo, pero no dejaron de insistir en que fuera con el doctor.
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El día para Peter Parker suele mejorar al terminar las clases… bueno eso si los criminales no deciden poner su granito de arena para hacer su vida miserable; como si ser un adolescente junto con todo lo que eso implica no fuera suficiente para terminar en el psicólogo. Técnicamente la vida de Spiderman resumida en una ecuación seria: PP/Sp= (adolescencia + combatir el crimen x problemas emocionales +identidad secreta) y aún faltaba elevarlo por la potencia de “novio secreto”.
Sí que era sencillo ser él.
Pero aun así, había ocasiones como aquella en las que podía relajarse entre los brazos de su amado y olvidarse de todo por lo menos un rato.
Estaba en la casa de su novio, durante todo el día lo había extrañado y es que es peor tenerlo tan cerca y a la vez tan lejos. Pero aunque hubiera querido estar entre sus brazos tranquilamente, descansar su cabeza en el pecho del otro y decirle todo lo que sentía por el… ¡quería sacar todo lo que tenía por dentro, el malestar que le provocaban esos sujetos! Por eso después de que su querido amablemente curo “la mordida del perro” que tenía en el brazo soltó su veneno. Le conto todo lo que había pasado los últimos días, su pareja sabia de su doble personalidad así que estaba al tanto de todos los problemas que tenía Peter con esos desgraciados.
Y eso le enfurecía porque a pesar de todo él no podía evitarle esos malos momentos a su niño.
-¡Ya no lo soporto!-grito alterado, unas cuantas lagrimillas de frustración se deslizaron por su rostro.
-Amor tranquilízate-le pidió dulcemente abrazándole por la cintura-. Sabes que…
-¡No, no y no! ¡Es que no entiendo porque me odian tanto, yo tan solo los he apoyado; no he hecho nada para que me traten así!-jadeo abrazando a su amado. ¿Por qué sus compañeros lo trataban tan mal? Él no era una mala persona, al contrario, sus tíos lo educaron para ayudar a los demás.
-Lo sé, tienes un corazón noble y puro y eso es algo que no todos pueden apreciar.
-Pero…
-¡Ignóralos! Que lo que te digan o hagan no te afecte; deja de juntarte con ellos en la escuela, ya no les ayudes con sus tareas o proyectos. Haz otros amigos. Así empezaran a notar lo que vales en realidad.
-Suena tan…tienes razón, aprenderán que no pueden pisotearme cada vez que quieren. Peter Parker no es tapete de nadie-dijo convencido, ya les enseñaría de lo que era capaz.