En una lóbrega cripta un pequeño grupo de jóvenes planeaban la forma de eliminar a su primer objetivo, todos compartían el mismo motivo para matarlo, todos querían hacerle suplicar por su mísera vida (lo cual ignorarían) hasta que se le desgarraran las cuerdas vocales y sus ojos ya no pudieran derramar más lagrimas… pero…
-Este déjenmelo a mí- pidió un joven de ojos grises anticipándose al resto.
-Ah-corearon desilusionados sus acompañantes- pero yo quería…
-Nada, lo pedí primero-un boceto de sonrisa apareció en su rostro por el disgusto de los otros-. Hora de acabar con la competencia.
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¡Qué duro día había tenido! Manejar una empresa, aunque sea de juguetes es realmente agotador; y más si tienes que lidiar con la prensa porque tus productos tienen plomo y envenenan niños, tienes que convencer a todo el mundo de la benignidad de tus juguetes.
Era el mayor distribuidor de juguetes, pero eso no lo salvaría de su destino…
Entro a su cómoda y lujosa mansión con toda la confianza del mundo, después de todo ¿que podría pasarle ahí? Encendió la luz del pasillo para llegar a su habitación, abrió la ventana dejando entrar los rayos de luna. El maullido de gato llamo su atención, era un felino blanco de ojos azules que resplandecían en la oscuridad; estaba en el barandal de la ventana. El barandal de SU cuarto a él no le agradaban esos animales así que intento alejarlo pero el minino salto ingresando a la alcoba.
-Maldito engendro sal de aquí-le aventó uno de sus zapatos pero con eso solo logro que el animal se subiera a su cama.-. Estúpido gato, vete.
Se acercó para intentar tomarlo más de pronto sintió un pinchazo en la nuca, luego todo se volvió negro.
Una silueta vestida de negro emergió de entre las sombras, se acercó al cuerpo que yacía en el piso y le dio un puntapié para comprobar que el somnífero había funcionado. Tomo las manos del mayor y se las amarro a la pata de un mueble, solo como precaución, no quería que su víctima intentara apartarlo si despertaba en medio de su “operación”
De una mochila que llevaba saco una aguja grande y un carrete de hilo de cáñamo, se sentó junto a la cabeza del individuo que sería intervenido y con toda la paciencia del mundo procedió con su cometido.
-Vaya, el paciente es fuerte-comento bajito al ver como sus dedos se movían lentamente como si quisiera despertar-. Su sistema está luchando mucho contra el narcótico que prepare, no cualquiera puede hacerlo… sin embargo-tomo una jeringuilla con un líquido verde esmeralda y se lo inyecto en el cuello- necesito que este dormido; ¿o acaso quiere sufrir aún más, señor?... bueno tomare su silencio como un no.
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Horas después recupero la conciencia, todo le daba vueltas y la cabeza le pesaba; intento abrir los ojos pero… por alguna extraña razón, no pudo. Angustiado llevo una de sus manos a los glóbulos oculares creyendo que tenía algo, efectivamente sintió una venda atada fuertemente en la parte posterior de su cabeza. Rápidamente deshizo el triple nudo que tenía… sin embargo seguía sin poder abrir los ojos. El pánico inundo su interior, ¿Por qué no podía abrirlos? ¡Ya no tenía venda! Sus temblorosos dedos recorrieron los parpados cerrados encontrándose con algo que le hizo emitir un desgarrador grito… ¡le habían cosido los parpados!
Corrió desesperado tropezando con todo lo que se interpusiera en el camino. Deseo fervientemente encontrar quien le ayudara, pero sabía que eso era imposible pues vivía solo y no tenía servidumbre de planta.
-¡Por favor! ¡Que alguien me ayude!-una ligera risita sarcástica llego a sus oídos asustándolo-¿Quién anda ahí?
-Eso es, ruega, suplica que a fin de cuentas nadie te escuchara. ¿Quién le tendería la mano a un asesino de niños?-una silueta se posicionó detrás de él solo para golpearlo en las coyunturas haciéndolo caer.
-Yo no…
-No lo niegues, tú sabías perfectamente el peligro al que los exponías con tus artefactos pero no te importo. Tus víctimas no fueron unas cuantas, no, yo lo sé muy bien; ¡fueron cientos! Pero claro, ¿quién apelaría por los pobres desvalidos?, ¿quién representaría a los huérfanos?
-¡No es mi culpa!-grito.
-¿Y crees que te voy a creer? Durante años ignoraste las suplicas de aquellos que se atrevieron a enfrentarte, pues bien, ahora ellos ignoraran las tuyas.
La silueta dio media vuelta y comenzó a alejarse ignorando los llamados del ahora ciego, no le importaba en lo más mínimo lo que le pudiera pasar estando en sus condiciones actuales.
Se dirigió a la cocina y abrió todas las llaves del gas, después saco de la mochila que llevaba una lata de pintura en aerosol y salió de la casa aun oyendo los desesperados gritos que pedían ayuda. Con la pintura escribió algunas palabras que según el describían perfectamente al dueño de la mansión, luego corrió un par de metros lejos de la propiedad y disparo una flecha encendida con una ballesta directamente a la cocina. Inmediatamente la habitación estallo en llamas mientras el culpable se alejaba lentamente canturreando alguna cancioncilla que nadie más escucho.
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-Entonces, ¿fue un asesinato o no?- cuestiono el Comisionado Gordon a uno de los oficiales.
-Todo parece indicar que si-respondió.
La escena era devastadora, lo que apenas un par de horas atrás era una hermosa e imponente mansión se había convertido en simples montones de ceniza y escombro. Una llamada anónima alertó a las autoridades del incendio pero lamentablemente no pudieron encontrar sobrevivientes, en un principio creyeron que era un terrible accidente pero luego se dieron cuenta de que fue provocado; por qué alguien quisiera matar a tan respetable hombre de negocios y filántropo no llegaban a comprenderlo.
-Señor-llamo otro policía-. Venga a ver esto.
En el buzón de la mansión estaba un naipe, un comodín.
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-¿Mucho trabajo?-pregunto Alfred al hombre que miraba atentamente la pantalla de una computadora.
-Algo-respondió sin despegar su vista del monitor...
-Me gustaría saber porque tanto interés en el señor Stark, usted no suele investigar personas porque sí-Bruce Wayne suspiro y se giró para ver al mayor.
-La última vez que atrapamos al Joker pidió que Iron Man le hiciera el interrogatorio, y ahí dijo que habían estado juntos en Arkham dos años.
-Y quiere saber si es verdad lo que dice.
-Sí.
-¿Y que ha encontrado hasta ahora?
-Nada-suspiro-, solo lo que todo el mundo sabe; no he encontrado ni el más mínimo lazo que lo una con The Joker o Harley Quuen.
-Debe ser porque no lo tiene- mencionó el mayordomo.
-Joker dijo que Stark y Harley habían sido amigos.
-¿Y le va a creer más a él que al señor Stark?-Alfred levanto una ceja, en realidad no podía creer que así fuera.
-Sabes eso mismo me dijo él.
-Señor Wayne dígame la verdad, ¿hay otro motivo por el que esté investigando al señor Stark?
-El… sabe que Batman y yo somos la misma persona- la mirada sorprendida del mayordomo no se hizo esperar- . Me lo dijo ese mismo día, según él era demasiado obvio y por eso lo descubrió.
-Eso no responde mi pregunta. ¿Hay otro motivo para que lo investigue con tanto afán?
-Quiero saber si es de fiar.