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$Playboy Night$ por Strawberryloveless

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Notas del capitulo:

Llena de nervios y caos mental, Selene termina asistiendo a la POOL PARTY con Melania y Karina. Sin embargo, la confrontación que tendrá con la rubia, terminará revelando lo que Selene tanto ha anhelado saber.

10. POOL PARTY

— David — llamo a mi guardaespaldas — Antes de llegar a la fiesta, llévanos al centro. 

— Señorita Mondragón, tengo órdenes de llevarla directamente al evento. No puedo desviarme. 

— Llévanos, por favor. Si es por Dagna, no te preocupes, hablaré con ella después — David me mira a través del retrovisor — Por favor — insisto, y aunque parece disgustado, acata mi orden — Gracias.

Karina ha estado texteando por celular desde que subimos al auto, y probablemente sea Odra quien la ha mantenido tan ocupada durante nuestro viaje, ya que mi mejor amiga no ha parado de sonreír bobamente. Suspiro, suplicando no verme igual cuando hablo con la chica playboy. 

— Estamos por llegar al centro — anuncia David — ¿Vamos a algún lugar en específico?

— Sí, a la plaza comercial. 

— De acuerdo — responde el hombre pisando el acelerador. 

Mi celular vibra y con ello, un mensaje de texto aparece en la pantalla. Desbloqueo el aparato y es quien imaginé. 

 

De: Número Privado.

Para: Selene M.

Recibido a las 9:13 p.m.

“La distancia entre tu casa y el lugar del evento, no es mucha. Están demorando en llegar ¿pasó algo?

 

Dagna. Sin duda ella siempre quiere saberlo todo. La pantalla se oscurece mientras pienso en si debería responderle. 

— Karina — llamó a mi mejor amiga, quien sin despegar los ojos de su teléfono, articula un sonido interrogante desde el fondo de su garganta — ¿Estás hablando con Odra? 

— Sí.

— ¿Ha dicho algo sobre la fiesta? 

La veo mover el dedo gordo con rapidez sobre la pantalla y analizar detenidamente su conversación. Luego, gira la cabeza y me mira.

— Nada en especial. Ya están todas reunidas, solo faltamos nosotras. 

— Y Melania — añado.

— Ya que hablamos sobre ella, ¿le dijiste a Dagna que llevaremos a alguien más? — pregunta llena de curiosidad.

— No, así que tú tampoco se lo digas a Odra ¿está bien? — ante mi petición, ella arquea una ceja evidentemente ofendida.

— No pensaba decírselo de cualquier forma — alega con disgusto, mientras vuelve la vista al aparato. 

— Bien. Quiero que sea sorpresa, es algo que ninguna de ellas espera.

— Has estado bastante extraña Selene. Sigo pensando en que esa bruja te…

— ¡David, detente allí, por favor! — grito interrumpiendo la conversación con mi mejor amiga, ya que visualizo a Melania frente a la plaza comercial. 

El hombre obedece y colocando las intermitentes, se orilla y aparca el auto del otro lado de la calle. 

— Vuelvo enseguida — anuncio antes de bajar. 

— Iré con usted — escucho decir a David y tras ello, la puerta del conductor se abre a la par de la mía.

Espero paciente a que la larga fila de automóviles me den oportunidad de cruzar y mientras, noto que la chica de cabellos blancos ha decidido vestirse totalmente de negro. Lleva puestos pantalones de piel bastante ajustados y junto a ellos, un top con cuello V transparente. Como accesorio, a su conjunto solo ha agregado zapatos de tacón. Muy altos, por cierto. 

Al igual que yo, las personas que merodean alrededor suyo no pueden evitar mirarla, sin embargo, a Melania parece no afectarle, pues continua disfrutando de su cigarrillo, mientras recargada sobre un pilar de la plaza comercial, admira del cielo estrellado. 

Los autos cesan y finalmente logramos cruzar. Ella casi de inmediato se percata de mi presencia, y levantando la pierna, apaga el fuego contra la suela de sus zapatos negros. Después, lanza la colilla a un bote de basura cercano y comienza a caminar hacia nosotros. La distancia se acorta en cada paso, permitiéndome notar que no lleva más que los labios pintados y el pelo completamente suelto. Se ve bonita. 

— Lamento llegar tarde — digo mirando con nerviosismo la hora, pues ya pasan de las nueve y cuarto.

— No te preocupes, llevo poco tiempo esperando — su mirada grisácea brilla, mientras me da una indiscreta vuelta de arriba abajo. Cuando sus ojos captan finalmente a David detrás mío, su rostro se ensombrece — ¿Quién es él? — pregunta sin rodeos.

— ¡Ah! He olvidado presentarlo. Su nombre es David y él es mi… — enmudezco. No puedo decirle que tengo un guardaespaldas personal — Es un buen amigo. 

— Señorita Mondragón, eso es… 

— ¿Nos vamos? — pregunto sin dar tiempo para que David pueda decir algo más. 

Caminamos de vuelta al auto y durante el camino, Melania no me ha quitado los ojos de encima, lo que me parece extraño. Es decir, no me he esmerado mucho en arreglarme para esta noche, principalmente porque no tenia ánimos de salir, pero ¿porqué me mira tanto? Tal vez exageré con el lápiz labial.

— ¿Pasa algo? — pregunto casi en un susurro.

— Nada.

Ella sonríe y finalmente dirige sus platinados ojos a mi mejor amiga, quien sin disimular siquiera un poco, se pone tensa al instante. Melania la analiza con detenimiento, pero solo basta un par de segundos para que vuelva a mirar a través de la ventanilla. 

 

ººº

 

David nos deja justo frente a la entrada del lugar, el cual sorpresivamente, ha resultado ser nada más y nada menos que un lujoso hotel de cinco estrellas. 

— ¡Dios mío! Es impresionante. 

Karina no logra contener la emoción, y sin poder esperar más, es la primera en cruzar la puerta.

— ¡Echaré un vistazo rápido!

Es lo único que alcanza a decir antes de desaparecer frente a nuestros ojos. 

— Que enérgica es tu amiga — murmura Melania acomodando su cabellera blanca sobre uno de sus hombros.

— Así es ella.

Y aunque presiento que Karina ha utilizado eso como excusa para alejarse de nosotras, o mejor dicho, de Melania, decido no hacer más grande el problema. 

Me despido de David y una vez que el auto se ha dirigido hacia el estacionamiento, decido enviar un mensaje de texto a la chica playboy. Al menos debo anunciar mi llegada, ya que al ignorar su mensaje anterior, probablemente esté esperando ansiosa una respuesta.  

 

De: Selene M.

Para: Número Privado.

Enviado a las 9:38 p.m.

“Hola Dagna. Karina y yo hemos llegado. Daremos una vuelta para conocer el sitio. Nos vemos en un rato”

 

Bloqueo el celular y en vista de que mi mejor amiga no piensa volver pronto, propongo a Melania dar un paseo. Ella acepta encantada, y ambas entramos al elegante hotel. 

Mi idea del recorrido surgió de los nervios y la necesidad de evitar a Las Nueve, pero principalmente a Dagna. Si bien había decidido no asistir al evento, al final terminé viniendo y haciendo lo que ellas querían. Había tomado la decisión de interrogar a la playboy, y aunque es cierto que traer a Melania como acompañante, además de Karina, me relajaba bastante, mi determinación no era la suficiente como para ir hacia ella y confrontarla. Ni siquiera estaba segura de poder mirarla a los ojos. Primero necesitaba preparar a mi mente y sobretodo, a mi corazón. Cualquier cosa podría pasar durante las siguientes horas y necesitaba estar lista para asimilarlo.

Conforme avanzamos, la idea de que este lugar debió elegirlo Dagna, cruza por mi cabeza. La fachada es muy similar a la de su mansión y digamos que a ella le gusta esa rara mezcla entre lo antiguo y lo moderno. A veces, parece que proviene de otra época. Cada espacio está lleno de mobiliario, iluminación, arte, telas y colores, que le dan un toque realmente exquisito a la vista. Los huéspedes que no frecuentan  este tipo de lugares como yo, sin duda, disfrutarán del ambiente sobrio y refinado que el hotel ofrece. A diferencia de mi, Melania no parece gozar el paseo, incluso percibo que en momentos está muy distraída. Pareciera como si esperara algo o, a alguien. 

El modo vibratorio de mi celular se activa, provocando que el aparato se convulsione varios segundos, hasta que decido contestar la llamada. Es Karina.

— Hey, ¿qué sucedió? Desapareciste — le reprocho sintiéndome un poco abandonada.

— Selene, escúchame — suena demasiado seria y eso inmediatamente me preocupa — Yo no le dije nada, te prometí que no se lo diría, pero no sé como lo descubrió.

— Karina, no entiendo de qué estás hablando.

— De Melania. A penas me topé con Odra y ella inmediatamente me llevó con Dagna y las demás. No sé como se enteraron, pero saben que trajiste a una desconocida, y si te soy honesta… Dagna no se ve muy contenta que digamos.

— Karina, entiendo perfectamente que Melania no es de tu agrado — murmuro mientras observo de reojo a la chica de cabellos blancos, quien afortunadamente se encuentra admirando las magnificas pinturas ubicadas a un costado de nosotros — Pero, no debiste decirle que…

— ¡No lo hice! Lo juro. No sé como me descubrieron.

— Mmm… entiendo — ella no mentiría con tal descaro, así que debe estar diciendo la verdad.

— Tal vez alguien las vio por las cámaras de seguridad, no lo sé… estoy muy confundida.

— Bueno, no es la gran cosa. No te preocupes. Hablaré con Dagna más tarde, así que tranquilízate.

— Tal vez la verás más pronto de lo que crees. Acaba de ir a buscarte.

— ¿Qué? Karina, no escuché lo que dijiste… 

Repentinamente, la voz de Odra se escucha al otro lado de la línea y acto seguido, la llamada se corta. ¿Qué fue lo que dijo? No pude escuchar lo último. Intranquila, ingreso a la bandeja de entrada de mi celular, topándome al instante con dos mensajes y una llamada perdida, todos pertenecientes a la chica playboy. Estaba tan entretenida recorriendo el lugar, que no me di cuenta cuando trató de contactarme. 

Abro el primer texto y comienzo a leer:

 

De: Número Privado

Para: Selene M.

Recibido a las 9:46 p.m

“Me alegra que hayan decidido acompañarnos esta noche. Después de su paseo, por favor, diríjanse a la suite #12, estamos esperándolas”

 

Son las diez con treinta y cuatro minutos. Ha transcurrido casi una hora desde que envió el primer mensaje. 

Sin pensarlo, abro el segundo y vuelvo a leer:

 

De: Número Privado

Para: Selene M.

Recibido a las 10:22 p.m

“Decidiste invitar a una tercera persona, ¿cierto? Por favor, espérame en la terraza junto al restaurante gastronómico. De ser necesario, pide indicaciones.”

 

Cuatro minutos después de enviar ese mensaje, llamó. Probablemente estaba desesperada, y al ver que no respondía se preocupó. Suelto un largo suspiro, cosa que capta inmediatamente la atención de Melania. 

— ¿Todo en orden? — pregunta arqueando ambas cejas.

— Si, solo estoy hambrienta. Supe que hay un restaurante junto a la terraza ¿vamos?

Ella asiente con la cabeza sin siquiera sospechar que estoy por llevarla hacia donde once desconocidas, que probablemente quieran devorarnos, nos esperan ansiosas.

 

ººº

 

Afortunadamente, antes de pedir ayuda a uno de los empleados que está en recepción, Melania visualiza un croquis junto a las escaleras de emergencia, el cual contiene la ubicación de todas las áreas del hotel.

— Es fácil llegar, vamos — me dice llena de confianza, como si hubiera tomado una foto mental del mapa.

— ¿Supongo que eres buena memorizando cosas?

— Te sorprendería — sonríe — Me basta con ver un rostro una vez, para no olvidarlo jamás.

— Increíble. Ojalá yo fuera igual.

— Conozco varios trucos para mejorar la memoria, podría enseñarte — sugiere animada.

— Eso seria increíble.

Nos limitamos a sonreír, para luego, continuar hacia nuestro destino. No importa lo que digan en la escuela sobre ella, Melania es una persona agradable. Al menos lo es para mi.

Al traspasar la sala de arte, accedemos a un bello patio central, con suelos de mármol, cubierto por una espectacular cúpula que baña el espacio de luz natural y armonía. El murmullo del agua que emana de una fuente decorativa tradicional, colocada justo frente a una pequeña sala de estar, acompaña a varios huéspedes, quiénes portando atuendos refinados, intercambian palabras y risas disimuladas. Todo ello conforma un nuevo y excepcional escenario para mí. Incluso el lugar más sucio parece brillar y no puedo dejar de maravillarme.

Alrededor del impresionante patio, innumerables luces blancas colorean el pulcro espacio. Los gigantescos balcones y ventanales, pertenecientes a las doce suites, hacen que el edificio aparente ser mucho más alto de lo que en realidad es. 

El restaurante gastronómico, la piscina y el servicio de cóctel bar, son áreas ubicadas en la azotea, a las que únicamente se puede acceder a través de la magnifica escalera circular, ubicada al lado derecho del patio principal, por lo que Melania y yo, silenciosamente emprendemos marcha arriba.

 

— Ahora que recuerdo — tomo la palabra y por ende, la atención de la chica se centra en mi — Ana me comentó que saldaste mi cuenta en la cafetería.

 

— Ah, eso… — ella desvía la vista, como si estuviera pensando en qué decir.

 

— No tenías porqué hacerlo, pero te lo agradezco. La semana entrante, te devolveré el dinero.

 

— No tienes porqué hacerlo. La que está agradecida contigo, soy yo.

 

La miro interrogante y ella esboza una media sonrisa.

 

— Has sido la primera en hablarme y tratarme con amabilidad desde que llegué. No te aterra mi presencia y mi apariencia tampoco ha hecho que te alejes. Incluso me has invitado a esta fiesta sin conocernos. 

 

— Oh, entiendo. Sin embargo, eso no compensa el gasto que tuviste que hacer para liquidar mis deudas.

 

— Selene — ella frena su andar, por lo que yo también lo hago — Créeme cuando te lo digo, estoy muy agradecida contigo. No es necesario que me lo devuelvas.

 

Su mirada grisácea me atrapa, sumergiéndome dentro de una nebulosa en la que presiento, podría perderme para siempre. Lo único en lo que puedo pensar es en ¿porqué todos me agradecen aún cuando no he hecho nada?

 

— Mira, parece que llegamos a la terraza — anuncia Melania sacándome del caos mental al que estaba por sumergirme.

 

La azotea del hotel se encuentra impregnada de numerosos invitados, quienes a diferencia de los de hacía un momento, se encuentran en su mayoría, utilizando traje de baño. Tal parece que solo mi acompañante y yo, estamos en prendas mayores. Casi toda  la gente está junto al servicio de pool bar, ya que allí pueden tomar innumerables bebidas alcohólicas, mientras contemplan el anochecer sobre el pintoresco barrio de mi ciudad natal.

 

— Supongo que debe ser ese de allá.

Visualizamos el restaurante a escasos metros de la piscina, por lo que emprendemos camino hacia la recepción, en donde un elegante hombre de metro y medio, nos atiende casi al instante. 

— Buenas tardes, señoritas. ¿Las esperan?

A su pregunta, la respuesta podría ser sí, pero no estoy segura de que Dagna o alguna de las chicas haya reservado mesa, principalmente porque en uno de sus mensajes había anunciado que nuestro encuentro se llevaría a cabo en una de las suites.

— No. Nadie.

— De acuerdo. ¿Mesa para dos personas?

— Que sea para catorce, por favor.

Esa es… su voz.

— Y agradecería que fuera en un lugar privado. Tenemos muchos asuntos que atender y necesito comodidad — añade la rubia, quien hasta el momento permanece a mis espaldas.

— Claro que sí, señorita Meardi — responde con elegancia el hombre. Para estas alturas, no me sorprende que sepa su apellido — Debo pedirles que esperen un momento. Nuestro personal organizará la mesa de inmediato.

— De acuerdo, no hay problema. Gracias.

El hombre hace una reverencia y sale disparado hacia el interior del restaurante. Yo tengo ganas de hacer lo mismo, no quiero verla, solo quiero huir, pero sé que esa no es una posibilidad. Al menos no ahora, que me ha encontrado.

Trago saliva y aprieto los puños cuando decidida, giro el cuerpo entero y nuestras miradas finalmente se cruzan.

— Hola, Selene.

Su voz es como el canto de un ruiseñor, tan pacífica.

— Dagna,

Hago una reverencia con la cabeza y me sorprende a mi misma el hecho de poder sonreírle.

— Estaba… estábamos esperándote — su contacto visual es tan intenso que incluso me hace sentir acalorada — A Karina también — añade.

Mi falta de palabras le dan oportunidad de escudriñar a quien se encuentra a lado mío. La expresión de su rostro es indescifrable, no percibo molestia en su cara, pero tampoco alegría. ¿Qué estará pasando por su mente?

— Admito que no esperaba terceras personas — frunce el ceño — Tendré que hablar seriamente con David. Tal parece que no sigue mis órdenes al pie de la letra.

— No, yo lo obligué a desviarse en el camino. Él no tiene la culpa de nada. Por favor, no lo regañes.

— ¡Dagna, retrocede! 

En un abrir y cerrar de ojos, Odra aparece detrás de la rubia y seguida de ella, Karina, Valentina, Anya, Ainara, Karime, Neferet e Hilda. Ninguna tiene expresión amigable e intuyo, que el gesto no va dirigido a mi, si no a…

— Melania, sabía que eras tú.

Una desconocida de cabellos blancos, entra a escena, tomando lugar junto a Odra y Dagna. Y es hasta ese momento que percibo que hay otras dos desconocidas entre los ya familiares rostros. Una es la de cabellos blancos que está plantada frente a mis narices. Otra está junto a Anya, es extremadamente delgada y tiene el cabello rojo, no como el de Valentina que parece más bien anaranjado. Sorpresivamente, la tercera se encuentra un par de metros atrás. Permanece inmóvil mientras observa todo a través de sus gafas. Si no mal recuerdo sus nombres son: Krishna, Uma y Lexa. Es el trío con el que debería estar completo el grupo de Las Nueve pero, ¿quién es quién?

— Tu tipo de energía es difícil de ocultar. Sabías que te localizaríamos fácilmente y de todas formas viniste.

— No es como si estuviera jugando a las escondidas — expresa Melania con desinterés.

Trato de no parecer sorprendida cuando me doy cuenta que la situación de siempre se ha repetido. Ni siquiera me tomo la molestia de preguntarlo, es obvio que una vez más, todas resultan ser conocidas y como siempre, yo no recuerdo nada. 

— Uma, detente — Dagna le lanza una mirada severa mientras permanece de brazos cruzados — Recuerden el objetivo de esta reunión. 

Todas asienten con la cabeza, mientras Melania permanece en silencio, limitándose solo a observarlas. Es extraño, nunca antes las había visto tan alteradas. Es como si mi acompañante representara una amenaza para ellas, incluso para Dagna.

— Ehmm… lamento interrumpir, señorita Meardi — el murmuro plagado de vergüenza por parte del recepcionista, nos hace perder un poco de tensión — Su mesa está lista.

— De acuerdo.

La rubia hace una seña para que el resto de sus compañeras sigan al hombre, quien aún apenado, espera paciente en la puerta de entrada para conducirnos al lugar privado. Y como si les hubiera comido la lengua un ratón, las doce chicas, en donde va incluida Karina, desfilan en completo silencio. Hasta ese momento noto que, exceptuando a mi mejor amiga, todas llevan puesto su traje de baño.

Dagna parece estar por dirigirme la palabra, cuando Melania me rodea con su brazo por encima de los hombros y comienza a caminar. Obligada a seguirla, observo de reojo que la rubia se sacude el flequillo con evidente fastidio. Sin embargo, no hace nada.

 

ººº

 

Luego de captar casi todas las miradas del restaurante, finalmente llegamos a la parte trasera del mismo, donde cruzando una pared llena de flores enredadizas de todos colores y tamaños, entramos a lo que parece ser una habitación aislada. Cruzamos las puertas de madera y solo una alargada y refinada mesa de mármol blanca, llena el espacio. No hay nada más. 

Las catorce sillas de piel negra, comienzan a ser ocupadas una a una, por el grupo de mujeres. De pronto, siento como si el lugar no fuera lo suficientemente grande.

— Selene, ven. Siéntate conmigo.

La voz de Dagna llega a mis oídos. La miro y veo que Odra se mueve un asiento para dejarme el lugar libre junto a ella. Titubeo y Melania aprovecha mi inseguridad para hacer más fuerte su abrazo sobre mis hombros.

— Ella se queda conmigo — suelta de repente. 

El sepulcral silencio que se forma después de sus palabras, me deja casi sin aliento. Asombrosamente, ninguna se opone. Ni siquiera Dagna. Con esta es la segunda vez que Melania rebasa su autoridad. La rubia aspira con fuerza y vuelve a sacudir su flequillo, gesto que normalmente hace cuando algo está colmando su paciencia. 

— De acuerdo. Entonces toma asiento donde gustes, Melania. 

— Lo haré.

La bruja de ojos plateados me arrastra hasta el lado contrario de la mesa, lo más alejado de la chica playboy y el corazón comienza a palpitarme con fuerza. ¿Melania sabe su secreto? ¿Es una de ellas? ¿Tal vez es su enemiga? No, imposible. Dagna y las otras no permitirían que estuviera tan cerca de mi si ese fuera el caso, pero entonces, ¿quién o qué es ella exactamente? 

— Señorita Meardi, ¿desea que traiga lo de siempre? — pregunta el alto hombre de traje que se encuentra a sus espaldas. 

— Por favor.

Él asiente y con rapidez, abandona la habitación.

— Quiero restablecer el objetivo de esta reunión — Dagna es la primera en tomar la palabra, cosa que no me sorprende — Como sabrán, el día se acerca y más de nosotros llegan.

No estoy segura de lo que haré a continuación. Sin embargo…

— Dagna — aunque mi voz suena temblorosa, logro captar la atención de todas — No quiero que hablen entre ustedes y me excluyan de la conversación. Estoy cansada de tratar de entender. Por favor, díganmelo todo — siento mi pulso acelerado — No importa si mi cabeza estalla porque, después de todo yo… ya he descubierto su secreto.

Sus pupilas se dilatan, mientras su rostro se ensombrece casi al instante de escuchar mis palabras.

— La otra noche, vi como ustedes… 

Mis manos se empapan de sudor. Tengo miedo, pero debo decirlo. No importa que Karina y Melania escuchen. No importa si me devoran. No importa nada. Solo quiero recordar y entender cuál es mi relación con todas ellas.

— Vi como se alimentaban de él — trago saliva repetidas veces, pues mi garganta no para de secarse — Y debo admitir, que estoy aterrada — giro el rostro y observo a mi acompañante — Lo siento, Melania. Esa es la razón por la cual decidí invitarte. No me atreví a venir sola, así que no soy la persona amable que esperabas.

La atmósfera se vuelve aún más pesada y parece incluso, que acabo de confesar un asesinato. El contacto visual que todas ejercen sobre mi persona, es tan agobiante. Quisiera desaparecer justo ahora.

— Selene — la voz de Dagna me pone aun más nerviosa — Tarde o temprano ibas a notarlo. Nosotras no somos humanas, pero eso tú ya lo sabias, ¿cierto?

— Si… 

— Entonces, debes asumir que con Melania tampoco estás a salvo.

Abro los ojos con asombro y la chica junto a mi, solo se limita a contemplarme en silencio. No negar lo que la playboy dice, significa ¿que ella está diciendo la verdad? 

— Comprendo que tengas miedo, pero como te he dicho siempre: nosotras no te haremos daño. Ni siquiera Melania sería capaz.

— Pero ocultarme cosas, excluirme y apartarme de la verdad, ya me está dañando lo suficiente. Hay noches en las que ni siquiera puedo conciliar el sueño porque no entiendo lo que pasa al rededor — si parpadeo seguro lloraré, pero eso no detiene mi hablar — Mis dolores de cabeza han aumentado y cada día me topo con gente que se supone debo conocer, pero no recuerdo nada y ya estoy en mi límite, Dagna. No puedo soportarlo más. Necesito saber la verdad — logro terminar la oración sin derramar una sola lágrima. 

La rubia suelta un suspiro y se queda muda. Luego, recorre con la mirada la habitación entera y retoma la palabra, pero esta vez es diferente. La seriedad de su rostro hace que su tono de voz suene completamente ajeno al usual.

— No quería que las cosas resultaran de esta manera, pero el tiempo se agota. Si Selene dice que puede soportarlo, entonces respetaremos su decisión — ella vuelve a enfocar los ojos en mi — No eres la única que tiene dudas, incluso yo las tengo. Es por eso que decidimos reunirnos hoy. Todas deben saber lo que está por ocurrir en unos meses — ella hace una breve pausa y su mirada pierde brillo — Pero antes de comenzar con ese tema, quiero recordarles que Selene perdió la memoria en el accidente de hace tres años, y el hecho de que aún siga sin recordar nada respecto a nosotros, es algo que hasta la fecha no logramos comprender — la playboy mira el resto de las chicas — Por esa razón, debemos explicarle todo desde el principio, empezando por qué y quiénes somos.

Hasta el momento, nada de lo que ha dicho me ha tomado por sorpresa todavía. Miro a cada una y noto que incluso Melania, presta demasiada atención a lo que ocurre.

— Ahora que estamos todas juntas… — la chica playboy posa sus ojos sobre mi acompañante — Y que incluso hay invitadas de más, quiero aprovechar la oportunidad para hacer las cosas correctamente — afina la garganta y continua — Selene, es la Llave.

No se si se trata de mi imaginación pero, percibo que Ainara, Melania, Neferet y la nueva pelirroja me sonríen más que el resto. Sinceramente desconozco la razón, pero trato de no enfocarme demasiado en ello, ya que de lo contrario terminaré perdiéndome el resto de la conversación.

— Selene — Dagna pronuncia mi nombre otra vez, pero su tono es casi irreconocible — No sé como reaccionará tu memoria a esto, pero de ahora en adelante, quiero que pongas toda tu atención a lo que voy a contarte. 

— Si — mi voz es a penas audible.

— Bien, entonces empezaré conmigo — ella inhala y suelta el resto de la frase con rapidez — Mi nombre es Dagna Meardi. Hija única y próxima heredera al trono de  nuestro reino, llamado: Pragaras. 

— ¿Pra…Pragaras? 

— En tu idioma significa: infierno — sus palabras me dejan perpleja, pero trato de asimilarlo.

— Pragaras está constituido por tres ramas principales — ella eleva la mano y señala al resto de las invitadas — Cada mujer dentro de esta sala representa una de ellas. 

Dirijo mi atención hacia el grupo y extrañamente, percibo que la energía del lugar ha cambiado de un momento a otro.

— La familia real y la familia noble constituyen la rama principal, pero la diferencia entre ambas es la cantidad de poder y energía que tiene cada una — inhala — La real está integrada por los reyes y herederos, es decir…

— Tú y tus padres.

Me atrevo a comentar y Dagna asiente con la cabeza. Bueno, eso fue fácil deducirlo, no por algo Neferet y otras chicas la llaman princesa.

— Así es. Mientras que la familia noble está integrada por Grandes Duques y su descendencia.

— También puedes llamarlos tíos y tías, después de todo somos primas, Dagna.

Las palabras de Melania me hacen abrir los ojos de par en par. 

— Creo que tampoco soy lo que esperabas, Selene.

¿Primas? Ésta definitivamente es la sorpresa de la noche. La rubia lanza un suspiro con desaprobación, pero vuelve a enfocarse en mi.

— Lo que dijo es cierto. En resumen, la primera rama está formada por gente que comparte lazos sanguíneos, nuestra única diferencia es el poder. Mis padres y yo tenemos el nivel de energía más alto y seguido de nosotros, está el resto de mi familia.

— Comprendo.

Aún con la reciente impresión, procuro mantener mi mente concentrada. Ahora entiendo porqué las nueve no reaccionaron ferozmente como en ocasiones anteriores. Melania pertenece a la primera rama, lo que la vuelve una oponente difícil de vencer. Y por otro lado, aunque Dagna no parece llevarse bien con ella, eso no la incentiva a atacarla deliberadamente.

— Lamento la demora, señorita Meardi — el hombre de hacia unos momentos entra nuevamente a la habitación — He traído lo que ordenó. 

— Gracias. 

La rubia permanece en silencio mientras el hombre y tres chicas uniformadas colocan copas de fino cristal frente a cada una de nosotras. Segundos después, un líquido entre cobrizo y morado, llena los recipientes de las catorce. Es vino, y debo admitir que su aroma es exquisito. 

Al otro lado de la mesa, Karina me mira atenta. Creo que es la primera vez que la veo desde que entramos a la habitación, pero por alguna extraña razón, no parece sorprendida con todo lo que se ha dicho. En sus ojos puedo leer la pregunta: ¿estás bien? Por lo que me dedico a sonreírle y con un gesto de cabeza, le comunico que no debe preocuparse por mí. Ella deja escapar un suspiro y Odra la distrae cuando susurra algo a su oído. Me pregunto si estará hipnotizada o algo por el estilo.

— Si necesita otra cosa, por favor hágamelo saber.

— Gracias.

El hombre se retira y detrás suyo, las mujeres también salen de la habitación. 

— Entonces… todas ustedes vienen de un reino llamado Pragaras. La primera rama pertenece a la familia Meardi que está dividida en dos. Dagna es de la Real y Melania de la Noble, pero aunque ambas son primas, su cantidad de poder es diferente ¿cierto? — reanudo la conversación y con ello, la atención de todas se vuelve a posar en mi. 

— Cierto — afirma Dagna.

— Bien, creo que estoy entendiendo por ahora.

— Me alegra. Esto es solo el principio — Neferet interviene en la conversación — Aunque no lo recuerdes, tú tienes una historia con cada una de nosotras, Selene. 

Su amplia sonrisa me sonroja y al mismo tiempo me confunde. Es decir, sé que las conozco a todas pero ¿realmente compartí tantos momentos junto a ellas? Me pregunto qué habré hecho para recibir tanta amabilidad y buenos tratos de su parte. 

— No nos adelantemos, Neferet. Aún hay demasiado por explicarle.

— Lo lamento princesa, estoy emocionada por que recuerde. 

Por primera vez, veo que Dagna le dedica una suave sonrisa a la morena, quien alegre, vuelve a su postura original y se queda en silencio. 

— La segunda rama está constituida por seis familias, mejor conocidas como: Guardianes Reales. Cada miembro tiene un poder especial que caracteriza a su apellido. Aquí no existe una jerarquía que las clasifique como la más fuertes o las más débiles. Todas tienen la misma cantidad de energía, pero se expresa a través de diferentes habilidades y elementos.

— Te refieres a que ¿aunque son familias con poderes y habilidades diferentes, ninguna rebasa a otra?

— Así es — Dagna dirige la mirada hacia algunas de las presentes — Chicas, pónganse de pie conforme vaya nombrando sus apellidos.

— Sí, princesa.

— Valentina — la pelirroja se pone de pie — Ella pertenece a la familia Belmont, cuya habilidad consiste en controlar el viento y posee una facilidad para encontrar riquezas e innumerables tesoros, eso sin mencionar el hecho de que puede incrementar el poder de cualquiera que desee, por un tiempo determinado. 

Mi eterna enemiga me lanza una mirada presuntuosa, y yo trato de ignorarla lo mejor que puedo, aunque debo admitir que me parece una locura que alguien tan voluble como ella, posea tales dones. 

— Ainara y Anya — el par de rubias se pone de pie — Ambas pertenecen a la familia Labrot, quienes a lo largo de los años han manipulado la luz, y también poseen la habilidad de controlar la memoria tanto de humanos, como de nuestra propia especie.

Así que ellas son las que podrían estar detrás de las lagunas mentales de Karina y Alexander, incluso podrían estar manipulándome ahora mismo.

— Odra y Osiris — la castaña de mechas rubias se incorpora del asiento con su tranquilidad habitual — Como recordarás, Odra tiene un hermano que debió permanecer en el reino debido a la ausencia de Las Nueve. Ellos dos pertenecen al apellido Saucedo, quienes controlan la oscuridad y durante años han tenido poderes curativos. También poseen la habilidad de descubrir la verdad, no importa la situación en la que se encuentren — Dagna da un largo trago a su copa de vino y continua — Karime y Kora — la edecán abandona la silla en un solo movimiento — Ellas también son dos, y como descendencia de la familia Rostoll, pueden controlar el agua y comunicarse con animales, sin importar la especie.

Parece irreal.Todas sus palabras parecen inventadas, mentiras. No puedo creer que en serio estas chicas pertenecen a un mundo completamente diferente al mío, en donde los poderes y las habilidades determinan sus rangos en el lugar donde viven. 

— Neferet — sacudiendo su larga cabellera negra, la morena se incorpora con elegancia — Ella es la única hija de los Salord, y como tal, tiene el poder de controlar la tierra. Su habilidad principal es hacerse invisible, también puede mostrar sucesos antiguos a través de su mente.

Sin siquiera esperar a que Dagna pronuncie su nombre, Hilda se pone de pie. 

— Hilda Tatay. Única heredera, que posee el control del fuego y cuya habilidad es principalmente la de ocasionar enfermedades mortales. Ella al igual que Neferet, puede mostrar sucesos a través de su mente, pero solo aquellos que están por suceder. Es decir, puede ver fragmentos del futuro. 

Dagna y las mencionadas tienen rostro expectante. No sé que tipo de reacción esperan de mi parte, pero si no tuviera el recuerdo de Hilda manipulando el fuego aquella noche en el bosque, seguramente me soltaría a reír frente a sus narices. 

— ¿Selene? ¿Estás bien? 

Dagna se levanta de su asiento con visible preocupación, pero Melania vuelve a rodearme, esta vez con ambos brazos, acción que inmoviliza a la rubia de inmediato. La bruja de ojos plateados me mira, y su fino rostro cubierto de pecas me hipnotiza.

— Si quieres marcharte, solo tienes que pedirlo — dice tratando de tranquilizarme — Es demasiada información que asimilar. Si crees que ya ha sido suficiente, solo…

— Estoy bien, puedo seguir escuchando.

Melania no parece convencida, pero me sigue la corriente. Ambas volvemos la vista al frente, hacia quien dirige la charla y ahí está Dagna, mirándonos fijamente. No nos ha quitado la vista ni un segundo, y aunque lo disimula muy bien, casi puedo palpar su enojo.

— Bien, esa fue la segunda rama. Supongo que la tercera está formada por las chicas que faltan.

— Sí — la playboy finalmente aparta los ojos de su prima, y vuelve a posarlos sobre los míos — Uma, Krishna y Lexa pertenecen a las Guerreras Reales, la tercera rama de Pragaras. 

— ¿Y cuál es la diferencia entre ellas y la segunda rama? 

— Es sencillo. Las Guardianas Reales, es decir, Valentina, Anya, Ainara, Odra, Karime, Neferet e Hilda, poseen el control de un elemento y una o más habilidades especiales. En cambio, las Guerreras Reales poseen solamente una habilidad mortal, lo que hace su flujo de energía mucho más bajo que el de las primeras dos ramas. 

— Entiendo.

Miro a las tres extrañas y la de cabellos rojizos me lanza una mirada tan profunda que me eriza la piel. 

— Krishna, ponte de pie.

Para mi sorpresa, es ella quien se incorpora y mientras lo hace, su contacto visual permanece sobre mis océanos. 

— Su familia lleva el apellido Trecu. Krishna posee la habilidad de crear dolor en la mente de cualquier enemigo, pudiendo llegar a provocarle incluso la muerte.

Se me hiela la sangre. No puedo creer que algo tan peligroso como eso, esté catalogado en la tercera rama de su Reino. 

— Lexa — la de gafas y cabello corto se pone de pie — Su apellido es Yus, y la habilidad que tiene como guerrera es la de poseer cuerpos, no importa la especie de la que se trate.

Ella acomoda sus anteojos sobre el puente de su respingada nariz y toma asiento nuevamente. Tras ella, la última chica de larga cabellera blanca, se levanta. 

— Uma pertenece a la familia Zatoro. Su habilidad sencillamente es la de duplicarse.

Con ella, la presentación finaliza. 

Son demasiados nombres y apellidos para recordar. Bastantes poderes y habilidades. Dagna tenía razón, es mucha información que asimilar. 

— Selene… — la playboy me llama, pero antes de continuar hablando, decide acercarse.

Avanza con determinación hacia donde me encuentro y aunque Melania nuevamente pone resistencia, esta vez la rubia no permite que rebase su autoridad. Se planta junto a mi silla y arrodillándose, toma una de mis manos. 

— Tu cabeza… ¿duele? 

Me coloca un suave y tibio beso en la muñeca, provocando que me sonroje incluso más que antes. No tanto por la acción, si no por la presencia de todas las chicas que nos miran justo ahora. 

— No, estoy bien — le digo tratando de no sonar tímida — Pero tengo dudas, muchas.

— Selene, ésta reunión es exclusivamente para eso. Siéntete con la libertad de preguntar lo que quieras. 

Me mira y nuestras pupilas se funden. Me siento completamente embelesada bajo su mirada tan dulce como la miel. Podría quedarme así una eternidad, y para mi solo habría pasando un segundo. 

Es extraño pero, hasta ahora soy consciente de lo mucho que me gusta Dagna.

— Bien, entonces… — murmuro pensativa — Primero quisiera saber una cosa — afino la garganta y prosigo — Ya me quedó claro que todas tienen poderes y habilidades diferentes. Sin embargo, no mencionaste qué tipo de poder tienen tú y tus padres.

La rubia sonríe, al parecer está maravillada con mi interrogante. No capto la razón, pero prefiero mantenerme seria y esperar su respuesta.

— Me gusta que no dejas escapar ningún detalle — dice risueña.

Ella se incorpora y dirigiéndose nuevamente hasta su lugar al otro extremo de la mesa, toma asiento. Entrelaza los dedos de ambas manos y sonriente, me lanza una mirada oscura.

— Nosotros como la Familia Real, tenemos absolutamente todos y cada uno de los poderes y habilidades de la segunda y tercera rama — entorna la mirada para seguir hablando — Sin embargo, aunque yo no he logrado desarrollarla todavía, nuestra habilidad especial es la de anularlos. 

— ¿Anular…los? 

— Sí, mis padres deciden a quién quitarle sus poderes o a quién devolvérselos. Algún día podré hacer lo mismo.

Mi respiración se acelera, cuando espontáneamente siento la presencia de Dagna magnificarse por encima de las demás, y es hasta ese momento que comprendo la autoridad que tiene sobre todas ellas. Las órdenes, el respeto, las inclinaciones de cabeza y las formalidades. La razón de todo eso es, porque ella y sus padres poseen el poder supremo.

Trago saliva, como si eso pudiera controlar el remolino estomacal de mi interior.

— Ya veo — mi tono es tembloroso — Y ¿qué son exactamente ustedes? 

Lanzo la pregunta sin meditarlo demasiado. No importa lo aterrada que esté o cuál sea la respuesta, ya me he preparado para lo peor. Dagna abre los ojos con asombro, mientras el resto de las chicas se miran entre sí, parecen confundidas.

— Aún con todo lo que dije, ¿no has logrado deducirlo? — cuestiona desconcertada.

— En realidad ya tengo varias teorías pero, quiero escucharlo de tu boca — y mi comentario suena más bien a una orden, cosa que hace reír a las demás. Tal parece que disfrutan ver a Dagna en esta posición.

— Bien — la rubia amplia su sonrisa y antes de soltarlo, su mirada se vuelve completamente oscura — Somos demonios y tú nos liberaste.

 

 CONTINUARÁ...

Notas finales:

Y finalmente se reveló lo que tanto esperaban saber, espero que les haya sorprendido, ya que una de las razones por las cuales no subía continuación, era precisamente porque no decidía qué clase de identidad darles a Dagna y a las 9. Espero leer sus bellos comentarios para saber que opinan al respecto. Nos leemos pronto. besos <3


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