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He wants it por Tail End Charlies

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Notas del fanfic:

Después de un par de fics con muertos y rarezas varias, vuelvo con mucho amor y sana diversión (?).

Once capítulos en total, cada uno peor que el anterior... No, en serio, espero que os gusten :D

Notas del capitulo:

Los títulos de cada capítulo son títulos de canciones de Nujabes.

Worlds end rhapsody

 

El manager de Super Junior salió del despacho con los oídos sangrándole después de la diatriba que había recibido por parte de los peces gordos de la compañía. Su trabajo era bastante plácido, pero eran tonterías como estas las que lo hacían trabajar más, aparte del estrés de que le aportaban. Recorrió los pasillos refunfuñando, en el parking refunfuñó un poco más, y ya en el interior del coche soltó una ristra de maldiciones a la vez que apretaba el acelerador de forma airada.

 

Todo había sido culpa del tontaina de Hyukjae, la señorita IU y la fotografía del momento publicada en una red social. Eso era de estúpidos, ¿a quién se le había ocurrido hacer esa necedad? El manager bufó y frenó de golpe al ver en el último momento un paso de peatones. De puertas a fuera la SMEnt había puesto buena cara, pero de puertas a dentro toda la mierda se la había comido él, un pobre currante que debía hacerse cargo de ese grupo de inconscientes. ¿Qué culpa tenía él de que esos dos pensaran con el cu… con el trasero?

 

“Son tu responsabilidad”, habían dicho, “Es tu deber cuidarlos”, habían dicho. El hombre chasqueó la lengua, ¡no era su niñera! ¿Acaso esos chicos no podían pensar en las consecuencias de sus actos? Y venga, dos horas de arenga por parte de esos tipos trajeados que no movían un dedo, pero que aun así nadaban en dinero. Qué injusta era la vida. Todavía recordaba esos largos minutos sentado delante de esos ricachones que dirigían parte del negocio, una mesa inmensa separándolos. Él acojonado como nunca antes; ya se veía sin trabajo y viviendo debajo de un puente.

 

—Todo esto sólo ha servido para que la gente se dé cuenta de que el EunHae no es real y que entre ellos nada de nada. Eso sólo provocará un descenso en las ventas que se refieran a ellos —había explicado uno de esos tres tipos mientras jugueteaba con un cigarrillo entre sus dedos. —Necesitamos otra pareja importante, ya sabes, otro “EunHae”. Queremos que formes otra de esas, que mueva masas; desde que el HanChul se rompió que Hyukjae y Donghae eran nuestros salvavidas. Haz algo.

 

“Haz algo”. Sí, claro, como si fuera tan fácil. ¿Acaso no se habían dado cuenta de que no era una celestina? Entró en su casa y se tiró en el sofá, derrotado, formándose una imagen mental de los chicos: con Jungsoo y Heechul no podía contar, ya que estaban haciendo el servicio militar; Hangeng en teoría ya no formaba parte del grupo; Henry y ZhouMi aparecían de forma esporádica; de Kibum ni rastro; Hyukjae y Donghae estaban fuera de juego. Le quedaban siete miembros.

 

A ver… Ryeo era demasiado tímido, Jongwoon demasiado serio (nota mental: de “serio” a “extravagante” iba un paso tonto), Youngwoon demasiado heterosexual, Siwon demasiado protestante (nota mental: le gustaba mucho desnudarse encima de un escenario), Shindong demasiado loco, Sungmin demasiado gay (nota mental: en realidad era el menos gay) y Kyuhyun… En esos momentos no se le ocurría nada, pero seguro que alguna tara tenía. Suspiró de pura frustración, ¿por qué eran todos tan raros? “Haz algo”.

 

Se dirigió a su cuarto y se sentó a la mesa del escritorio, donde encendió su ordenador portátil, los siguientes minutos pasándolos entretenido viendo vídeos de Super Junior, ya fueran conciertos o grabaciones de cualquier tipo. Buscaba un algo entre dos de los miembros, aunque fueran sonrisas de circunstancias, miradas ceñudas o empujones involuntarios. Algo, cualquier cosa, lo más nimio y tonto que le dijera “Esos dos. ¡Ve a por ellos!”

 

Y encontró demasiado. Sólo faltaba algo de sexo para que se asemejara a una orgía, y es que todos se acercaban a todos, y entonces se preguntó de dónde sacaban las fans eso de las OTP, porque ahí parejas “claras” no había ni una. El manager quiso llorar de pura frustración. “Haz algo”. Su madre en bicicleta iba a hacer algo. Y soltó varios insultos floridos. Se recostó en la silla y cruzó los brazos sobre el pecho.

 

—Vale, pues lo haré a suertes y que toquen los que toquen. Y si no les gusta que se jodan, hombre, que para eso soy el manager y soy el que manda… más o menos —anunció al aire, de forma resolutiva y sin oportunidad de cambiar de opinión.

 

Buscó imágenes de sus siete víctimas y, a base de un sistema de números y letras algo enrevesado, hizo un sorteo, finalmente quedando dos incautos en su campo de visión. Durante unos segundos pensó detenidamente en su elección; en realidad no eran tan descabellada, ya que en la época de Don Don’t hubo momentos en que esos dos se habían llevado demasiado bien. Sonrió de forma calculadora y malvada y llamó a Eunhyuk para una reunión de urgencia.

 

Sentados en el sofá y unas sillas, los miembros de Super Junior observaban a su manager un tanto acongojados, y es que esa sonrisa no anunciaba nada bueno. El hombre estaba de pie, delante de ellos, mirándolos uno a uno, durante un segundo de más sus ojos posados en sus dos víctimas; en esos momentos se sintió el amo del lugar. Sin dejar de sonreír con malevolencia buscó una silla libre y se sentó en ella, quedándose un poco más en silencio, dejando que los chicos hicieran una y mil suposiciones, y porque no decirlo, recreándose en sus lindas caras atemorizadas. Oh, sí, era el puto amo.

 

Cansado de tanto drama y teatralidad, carraspeó y miró a Eunhyuk, que dio un respingo al saberse el objetivo de su manager.

 

—Después de tu… eh… ¿cómo decirlo? —Y es que quería ser amable. —Después de tu escarceo sexual o amoroso, no me importa, hecho público, pues los de arriba han creído que la pantomima del EunHae ha perdido fuelle. —Hyukkie abrió la boca para decir algo, pero el hombre alzó una mano. —Que me da igual lo que hagas con lo que tienes entre las piernas, lo que me jode es que me han echado la bronca a mí y me han dicho “haz algo”. —Chasqueó la lengua, y es que esas dos palabras lo habían traumado. —Que debo buscar otro “EunHae”, que a ver porque no podía ser real, que quedáis de coña juntos. —Ante eso Donghae miró hacia otro lado y Eunhyuk notó como se le calentaban las orejas. —Total, que después de mucho pensar y hacer un tetris mental, quiero que los próximos en hacer fanservice sean Youngwoon y Sungmin.

 

Durante un segundo el mundo se paró y se quedó en silencio.

 

—¿Perdón? —preguntó Minnie con un hilo de voz.

 

—Pues eso. ¿Cómo sería? ¿KangMin? Suena bien. Además, hubo una época en la que eráis inseparables, recuperad esa química. —Y se encogió de hombros. Kangin se frotó la nuca sintiéndose un poco perdido.

 

—¿Y qué pasa con el KangTeuk y el KyuMin?

 

—Jungsoo está haciendo el ganso vete a saber dónde y Kyuhyun… —Miró al maknae, el cual lo miraba a su vez. —¿Qué más da? A partir de ahora quiero KangMin hasta en la sopa, ¿estamos? Porque como esos gandules de los jefes vuelvan a calentarme la cabeza os juro que os lanzo uno por uno al océano.

 

Más tranquilo y relajado el manager se marchó, y fue entonces cuando Youngwoon y Minnie miraron a Hyukkie como si fueran a matarlo en ese mismo instante. El monito tragó saliva con dificultad y se encogió en su silla intentando pasar desapercibido, recibiendo en el hombro unas palmaditas comprensivas por parte de Shindong.

 

Para la hora de la cena el ambiente ya estaba más distendido, y es que parecía que todos habían olvidado la visita del manager, pero los dos implicados seguían dándole vueltas. Era cierto que Kangin y el conejito habían sido muy buenas amigos, de hecho, había un vídeo donde se veía a Youngwoon abrazando por la espalda al mayor, todo el rato buscando contacto cuando éste intentaba separarse. Pero los problemas de Kangin con el alcohol y su posterior marcha al ejército lo habían mandado todo cañería abajo; Sungmin había sido el único que se había encarado con él, lo que había provocado tensiones y un distanciamiento entre ambos que aún persistía, no tan grande como antes, pero aún se percibía cierta incomodidad entre ellos.

 

Kangin reprimió un suspiro y masticó su comida con lentitud. Miró de refilón al conejito, que también parecía perdido en sus pensamientos, y dejó salir ese suspiro. No quería hacer fanservice con él, no porque le guardara rencor o algo así, si no porque no se sentiría cómodo; no le gustaba todo ese teatro, pero con Teukie todo se hacía más fácil… Vale, no, eso no era una excusa, con el líder le era más fácil porque no sentía nada por él, sólo una bonita amistad, pero con Minnie… Todo había sido perfecto hasta que lo estropeó todo por su paranoia y sus celos; habían sido amigos y ahora sólo tenía momentos incómodos y monosílabos.

 

Debía recuperar su amistad como fuera, y si al final resultaba que Minnie le correspondía, pues ya sería el premio gordo. Pero a este paso todo seguiría igual y no tendría nada. Atacó las verduras de su plato, pero no se sintió mejor.

 

Los pensamientos del conejo feliz estaban un poco alejados de los de Kangin. Lo que le molestaba a Sungmin era que Kyuhyun no hubiese dicho nada. ¿Acaso no le importaba? Debería haberse levantado y haber soltado un buen discurso en contra de esa decisión arbitraria, terminando con un sonoro y contundente “Sungmin es mío y nadie más lo va a tocar”. Estúpido maknae. Pues ya podía comenzar a buscarse otro compañero para beber vino encerrados en la habitación, porque él no iba a ofrecerse. ¿Pero qué estaba pensando? En cuanto Kyuhyun se lo dijera él correría a comprar una botella.

 

Aunque tampoco podía reclamarle mucho, ya que entre ellos el fanservice era más bien escaso. Intentó pensar en algunos momentos encima de un escenario, pero sólo le vinieron a la mente un par o tres. Pero ese no era el punto, lo importante es que a Kyuhyun le importaba un reverendo pepino con quién tuviera que magrearse. Quizá si se hubiera confesado cuando tuvo la oportunidad…

 

Kyuhyun hablaba con Shindong, pero indirectamente le estaba prestando más atención a Yesung, el cual cenaba de forma distraída, como siempre. Debía reconocer que, durante un segundo, Kyu pensó que el manager iba a decir “Kyuhyun y Jongwoon”, pero no, no había tenido tanta suerte. Asintió ante algo dicho por Shindong y siguió pensando en sus cosas. En Yesung. No era capaz de acercarse a él; preparaba un discurso mental y se daba valor para ir hacia el mayor y entablar una conversación, pero a medio camino se arrepentía y se dirigía hacia otro que estuviera dispuesto a escuchar los beneficios de hablarle a las tortugas, cuando él ni siquiera era capaz de hablarle a un humano.

 

Jugueteó con el tenedor y asintió de nuevo con la cabeza. Quizá no debía forzar las cosas, si no esperar que todo surgiera de forma natural, pero claro, si debía esperar quizá terminaba esperando un siglo.

 

Yesung no estaba tan distraído como parecía: de forma disimulada y desinteresada iba observando a Ryeowook, el cual reía con suavidad ante algo explicado por Siwon. Yesung no pudo evitar sonreír a su vez al ver el regocijo de Wookie, porque el pequeñajo ese sólo le aportaba alegrías y buenos momentos. Sí, le encantaba estar a su lado; reír con él, hablar con él y, en definitiva, hacer cualquier cosa con él. Le gustaba todo de Ryeo, le gustaba Ryeo, pero nunca encontraba el momento adecuado para decírselo; tampoco tenía prisa, por lo menos eran amigos.

 

Ryeowook lo miró y le sonrió. Yesung le devolvió la sonrisa, provocando que el menor se sonrojara y desviara la vista, avergonzado. Esos momentos de timidez espontánea en Wookie le encantaban.

 

—¿Y a vosotros que os pasa? —preguntó Eunhyuk al resto, y es que se había dado cuenta de que la mitad de ellos tenía la cabeza en las nubes y apenas habían probado bocado.

 

Kangin, Sungmin, Kyuhyun y Yesung dieron un respingo y observaron a Hyukkie un tanto confusos. Minnie se sonrojó hasta las orejas y siguió comiendo; Kyu y Yesung sonrieron con amplitud y Kangin simplemente lo ignoró. El monito se encogió de hombros y miró a Donghae, el cual desvió la vista. Siwon inclinó la cabeza y empezó a hacer deducciones e hipótesis, unas más descabelladas que otras. Finalmente decidió que todos eran una pandilla de raros y que ahí se estaba cociendo algo. Lástima que él iba a perdérselo: al día siguiente debía ir a Taiwan para grabar un dorama.

 

()

 

Era medianoche cuando Eunhyuk despertó, comprobando que Donghae no estaba durmiendo a su lado. Se levantó de la cama y salió del cuarto sin hacer ruido. Entró en el salón y se sentó en el sofá al lado de Hae. Alzó una mano con intención de acariciarle la mejilla, pero Hae se apartó.

 

—¿Sigues enfadado? —preguntó el mayor. El pez ni se movió ni dijo nada, sacando un suspiro de frustración de Hyukkie. —Todo ha salido bien, ya te lo dije.

 

—¿Y si no hubiera salido bien? —inquirió, enojado. —¿Y si no hubiera publicado la estúpida fotografía? ¿Y si hubieras tenido que seguir con ella? —Cruzó los brazos en el pecho y respiró hondo. —Le has hecho daño.

 

Hyukjae lo observó con incredulidad. ¿Ahora se volvía escrupuloso? Cuando le contó el plan lo había aceptado sin muchas reticencias.

 

Las cosas se estaban complicando. Su relación, aunque secreta, comenzaba a ser demasiado evidente. Aunque la farsa del fanservice ayudaba un poco a desmentirla, la gente comenzaba a sospechar; demasiado tiempo juntos, demasiada cercanía. Rumores de que el EunHae podía ser real comenzaban a correr y a poner en alerta a gente que no interesaba que supiera de esa relación. Ambos sabían que necesitaban algo contundente que cortara de raíz esos rumores, pero no sabían qué hacer, tampoco el resto del grupo sabía cómo ayudarlos. De una u otra forma todos estaban implicados, y si lo suyo llegaba a saberse podía afectar a los demás.

 

Ese día no había ocurrido nada en especial, todo había sucedido como debía, sin sobresaltos de ningún tipo, pero algo o alguien dijo o hizo algo que provocó que Eunhyuk lo viera todo un poco más claro.

 

En el mundillo era más o menos sabido que IU moría por Lee Hyukjae. No es que fueran amigos, pero se caían bien y de vez en cuando hablaban o quedaban para tomar algo, y ciertas actitudes de la chica le hicieron ver a Hyukkie que, ciertamente, IU quería algo con él. Fue ese día anodino en el que al monito se le ocurrió: comenzar una relación con ella, en secreto, por supuesto, y hacerse una fotografía comprometida. Sabía que la muchacha tenía cierto punto de rencor y orgullo, por eso estaba seguro de que, en cuanto la dejara, esa imagen vería la luz, acabando así con las habladurías, Donghae y él no tan presionados y vigilados.

 

Le explicó su idea al pez y, aunque en un principio no lo vio muy claro, finalmente terminó aceptando. Y su plan funcionó.

 

—¿Ahora te preocupas por eso? Si ni siquiera la conocías.

 

—Pero te has aprovechado de sus sentimientos, la has manipulado. —Hyukkie frunció el ceño; ahora era él el que estaba enojado.

 

—Por lo menos yo hice algo, tú sólo te pasabas el día quejándote y diciendo que nos iban a descubrir. Lo hice por nosotros y tú aceptaste.

 

—Bueno, pues ahora me arrepiento. —Donghae intentó rectificar, pero Eunhyuk no le dejó.

 

—¿Te arrepientes de estar conmigo? Porque si lamentas esto que ha pasado cuando ha servido para que podamos estar juntos…

 

—No, me arrepiento de los métodos utilizados, sólo eso.

 

—Ya te lo he dicho, ha servido para que estemos juntos.

 

Donghae negó con la cabeza; en ningún momento pensó que las cosas saldrían así. Hyukkie no había tenido problemas, pero IU… Eunhyuk se levantó del sofá, airado.

 

—Pues hubieras hecho algo tú, ya que eres tan listo y compasivo.

 

Y entró de nuevo en la habitación, refunfuñando entre dientes mientras se metía en la cama. Era él el que había puesto en peligro su carrera para poder estar con Donghae, y así era como se lo pagaba, con reproches y malas caras.

 

()

 

Ryeowook comenzó a preparar el desayuno de los chicos entre bostezos y un tanto adormilado. El día anterior le había preparado un tentempié a Siwon para que pudiera comer algo en el avión, y comprobó satisfecho que el mayor no se lo había olvidado. Mientras se movía por la cocina, Yesung no le quitaba el ojo de encima, apoyado en el quicio de la puerta, sonriendo con ternura, sonriendo aún más cuando Wookie comenzó a tararear una canción.

 

Lentamente se fue acercando a él, lo abrazó por la espalda y lo besó en la mejilla, una vez más notando como el menor se sonrojaba. Yesung se separó de él a regañadientes y se quedó a su lado.

 

—Buenos días, Wookie.

 

—Buenos días, hyung —saludó, aún un tanto abochornado, y es que esas demostraciones del mayor lo ponían un poco nervioso.

 

Y mientras ellos dos preparaban el desayuno, Kyuhyun asistía en primera fila a los coqueteos de Yesung para con Ryeowook, y era un espectáculo que no le estaba gustando de ninguna manera. Normalmente despertaba el último y de mal humor, pero ese día había despertado antes, justo a tiempo para ver como Jong abrazaba a Wookie y le daba los buenos días. Luego de eso, miraditas, roces accidentales de manos y muchas indirectas que Ryeo parecía no captar, para regocijo de Kyu, que estaba verde de celos. ¿Por qué a Yesung le gustaba el eterno maknae? Si tenía fetiches por los maknae, él era uno de ellos, ¿acaso no le servía?

 

Decidió que lo más sensato sería intervenir.

 

—Buenos días —dijo, con voz cantarina. Se acercó a Ryeo y le pasó un brazo por los hombros. —¿Qué tal ayer, Wookie? Te vi muy acaramelado con Taeyeon.

 

Sonrió con más ganas al ver la cara de confusión de Yesung, aunque le dio pena ver que Wookie estaba por empezar a arder de lo roja que tenía la cara.

 

—Sólo fuimos a la cafetería a tomar algo. —Al pobre sólo le faltó tartamudear de lo nervioso que estaba.

 

—Ya, “a tomar algo” —replicó Kyu, sarcástico, entrecomillando con los dedos ese “a tomar algo”. —Taeyeon es muy guapa, ¿verdad? Creo que hacéis muy buena pareja —explicó, sin perder el buen humor.

 

Y mientras Kyuhyun seguía abochornando a Ryeo, cuyo nerviosismo había superado los niveles aceptables, Yesung pasó por una amplia gama de sentimientos que iban desde la confusión, pasando por la incredulidad y terminando por los celos. ¿Ryeowook y Taeyeon? Por encima de su cadáver.

 

—¡Sólo bebimos café!

 

Y Yesung bajó de su nube ante el grito de Wookie, que después de eso salió corriendo de la cocina. Kyuhyun no quería manipular de esa forma al chico, pero Jong debía olvidarse del pequeñuelo y darse cuenta de que él era mucho mejor partido. El amor de su vida, vamos.

 

—Nuestro pequeño Wookie, qué rápido está creciendo —comentó Kyu, orgulloso como un padre.

 

El mayor no dijo nada, pero quizá era hora de mover ficha con Ryeowook.

 

()

 

—Heechul hyung, Donghae se ha enfadado conmigo —se lamentó Eunhyuk al teléfono. —Se suponía que era un plan perfecto. Tú dijiste que era una buena idea. —La diva bufó.

 

—Y era perfecto. ¿Por qué se ha cabreado exactamente?

 

—Le sabe mal por IU. —Heechul soltó una palabrota y Hyuk notó como le temblaban las orejas ante tal exabrupto.

 

—Mira, Hyukkie, ya se le pasará, ¿vale? Tampoco es como si la hubieras matado. —El monito apretó con fuerza el auricular.

 

—Pero es que ya han pasado días y ahora soy yo el que no quiere saber nada de él.

 

—Putos críos —susurró. —La que me lió Hangeng fue más gorda y ahora estamos la mar de bien, así que habla con Hae y arreglad las cosas, que hacéis una montaña de un grano de arena.

 

—No, yo no tengo nada de qué hablar, ya lo he dicho todo; lo hice por él, por nosotros, y no lo entiende, no voy a pedirle perdón porque no hice nada malo.

 

—Entonces, ¿para qué me llamas si ya lo tienes decidido? —preguntó la diva, exasperado. Hyukjae dudó, ¿por qué lo había llamado?

 

—¿Por qué quería hablar con el hyung más sexy del planeta?

 

—Madre mía… Me estresas, mono, me estresas. Habla con Donghae y déjame en paz, anda.

 

Y colgó sin más, Eunhyuk mirando el auricular del teléfono como si él tuviera la culpa de todo. Pues no iba a hablar con Donghae; si el pez quería algo, ya sabía dónde encontrarlo.

 

 

Notas finales:

Próxima actualización: Jueves 10 de enero.


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