Duele quererte.
Y ahí estás de nuevo, hablándome de estupideces que no me han importado nunca, y que posiblemente nunca me importarán. Asiento con la cabeza ¿Es de deporte de lo que me hablas? ¿a mi?Suspiro. Eres tan simple, MinHo.
Pasas tu brazo por mis hombros, explicándome algo que supongo es una jugada de fútbol. Enfatizas. Te pegas más a mi. Mi cuerpo se estremece. Mi vello se eriza. Cojo aire.
Te maldigo.
Me enfado. Te grito. Te digo que no me importa una mierda lo que me digas, que no me gusta el fútbol, que no me aburras. Todos en casa me miran, Jinki me dice que me calme, que no es para tanto. Me voy de la sala, me encierro en el baño. Me lavo la cara.
Estoy enfadado, pero no contigo, si no conmigo. ¿Que es esto que siento? Pongo una mano en mi pecho, mi corazón late tan deprisa que casi puedo oírlo. Me enfado más. No es justo, yo, Kim Kibum estoy estúpidamente enamorado de mi compañero. Me duele.
Salgo del baño secándome el rostro con la manga de la sudadera, quiero irme a mi habitación, dormir, olvidar que existo, olvidar que existes. Pero estas ahí de nuevo. ¡Mierda! Me miras con tu carita perfecta, me pides perdón. ¿Por que me pides perdón si soy yo el estúpido que se ha enfadado? Suspiro de nuevo. Me llamas Bummie. Adoro tus labios carnosos y perfectos cuando, al decir “mmie” adoptan la forma de un corazón. Te Digo que no me gusta que me llames así con una sonrisa, porque se que volverás ha hacerlo. Siempre lo haces.
Miro embobado tus labios y me sonrojo.
Te ríes.
Supongo que no has notado mi mirada fija en tus labios, nunca te fijas en nada. Suspiro y revuelves mi cabello antes de irte de nuevo a la sala con el resto.
Te miro marchar. El corazón me oprime el pecho.
Cojo aire de nuevo. Entro en mi habitación, y, con la luz apagada busco mi cama hasta dar con ella, tumbándome.
Vuelvo a llevar una mano a mi pecho, siento una lagrima correr por mi mejilla.
Me duele quererte, MinHo. Y me duele más aun pensar que siempre seré solo tu amigo.
Duele quererte.
Y ahí estás de nuevo, hablándome de estupideces que no me han importado nunca, y que posiblemente nunca me importarán. Asiento con la cabeza ¿Es de deporte de lo que me hablas? ¿a mi?Suspiro. Eres tan simple, MinHo.
Pasas tu brazo por mis hombros, explicándome algo que supongo es una jugada de fútbol. Enfatizas. Te pegas más a mi. Mi cuerpo se estremece. Mi vello se eriza. Cojo aire.
Te maldigo.
Me enfado. Te grito. Te digo que no me importa una mierda lo que me digas, que no me gusta el fútbol, que no me aburras. Todos en casa me miran, Jinki me dice que me calme, que no es para tanto. Me voy de la sala, me encierro en el baño. Me lavo la cara.
Estoy enfadado, pero no contigo, si no conmigo. ¿Que es esto que siento? Pongo una mano en mi pecho, mi corazón late tan deprisa que casi puedo oírlo. Me enfado más. No es justo, yo, Kim Kibum estoy estúpidamente enamorado de mi compañero. Me duele.
Salgo del baño secándome el rostro con la manga de la sudadera, quiero irme a mi habitación, dormir, olvidar que existo, olvidar que existes. Pero estas ahí de nuevo. ¡Mierda! Me miras con tu carita perfecta, me pides perdón. ¿Por que me pides perdón si soy yo el estúpido que se ha enfadado? Suspiro de nuevo. Me llamas Bummie. Adoro tus labios carnosos y perfectos cuando, al decir “mmie” adoptan la forma de un corazón. Te Digo que no me gusta que me llames así con una sonrisa, porque se que volverás ha hacerlo. Siempre lo haces.
Miro embobado tus labios y me sonrojo.
Te ríes.
Supongo que no has notado mi mirada fija en tus labios, nunca te fijas en nada. Suspiro y revuelves mi cabello antes de irte de nuevo a la sala con el resto.
Te miro marchar. El corazón me oprime el pecho.
Cojo aire de nuevo. Entro en mi habitación, y, con la luz apagada busco mi cama hasta dar con ella, tumbándome.
Vuelvo a llevar una mano a mi pecho, siento una lagrima correr por mi mejilla.
Me duele quererte, MinHo. Y me duele más aun pensar que siempre seré solo tu amigo.