Login
Amor Yaoi
Fanfics yaoi en español

Cosas de chicos por lezti akira

[Reviews - 162]   LISTA DE CAPITULOS
- Tamaño del texto +

Notas del capitulo:

Gracias por los reviews, enserio y lamento mi tardanza aunque en parte es porque me desanimo que hubiera tan pocos rr en el capítulo pasado, me acostumbraron a un mínimo de 7 y pues creo que fueron 5 así en parte fue eso y la otra fue ¡una desgracia! Unos malditos troyanos del mal mataron mis dos USB y todo murió. Eso también me pego duro, mis nueve capítulos de Only mine valieron queso u_u y ahora trabajo para recuperar lo que pueda de mi memoria (mi cerebro) para volver a escribirlos.

Me tardare otro poco pero enserio espero no hacerlo de nuevo, para que no me regañen ustedes y porque me alivia escribir.

Bueno, disfruten.

 

Cosas de chicos

Promesas

 

No era que Sasuke fuera complicado…

 

Llovía suavemente, con un Sol que aun perseveraba, manteniéndose en lo alto tras blancas y esponjosas nubes. Era verano, por supuesto, y Naruto amaba caminar bajo la lluvia, brincar sobre los charcos que se formaban y arrastrar consigo al serio de Sasuke. Le recordaba tanto su infancia, aquella que había quedado atrás hacia años, guardada con infinito amor en alguna de las áreas de su cerebro. O grabada en fotografías, videos y dibujos mal hechos.

Sasuke caminaba calmadamente sobre la acera, a diferencia de él que prefería pisar sobre el pasto mojado, con una leve, muy leve, sonrisa en sus delgados labios. La ropa se pegaba a su cuerpo, su atlético cuerpo, haciendo que las chicas que caminaban resguardadas bajo coloridos paraguas se detuvieran a verlo, admirarlo y quizás babear un poco. Pero Sasuke no les dedicaba ni una sola mirada, sus ojos obsidiana se hallaban enfocados en Naruto, quien sonrientemente no soltaba su mano, sin importarle lo que las mujeres murmuraran a su paso. A fin de cuentas, era él quien lo llevaba de la mano, como cuando eran pequeños y entonces Sasuke se encargaba de cuidarlo, era prácticamente lo mismo. Naruto ya no tenía siete años sin embargo su atolondrado ser no había cambiado demasiado así que si Sasuke tenía suerte Naruto sólo se caería una o dos veces, y si su suerte era aun mejor, entonces tendría la oportunidad de soltarlo antes de que se lo llevara con él al suelo. En el peor de los casos terminarían llenos de lodo, andando chistosamente mientras discutían sobre quien tuvo la culpa. Una batalla fiera, una victoria rubia y un chocolate cortesía del moreno, en ocasiones ser Uchiha bastaba para que se les permitiera el paso a lugares exclusivos, donde se les atendía  y no importaban las miradas reprobatorias de los demás comensales porque ¿Quién diablos en sus cinco sentidos se atrevería a decirle algo a un Uchiha? ¡Nadie! Nadie salvo quizás la familia Namikaze y alguna otra de renombre.  

Pero Sasuke rezaba porque ese no fuera el caso esa tarde.

Como fuera, aun seguía indemne, de la mano del rubio, quien no cantaba sólo porque era consciente de sus pésimos dotes vocales. La sensación cálida y reconfortante que producía la mano de su mejor amigo era uno de los pocos sentimientos que no se cansaba de sentir, que en ocasiones deseaba y necesitaba sentir y que sin embargo jamás se atrevería a pedir. Pero Naruto era tan abiertamente cariñoso que no importaba si él no expresaba con palabras cuando quería un abrazo o que le cogiera de la mano sin importar cuán gays se vieran. Y todos sabían que Naruto era así, ingenuo, tonto, valiente, entregado, leal… pensar que sus acciones tenían un significado oculto era una blasfemia. Naruto no mentía, expresaba sus sentimientos, como se sentía, que necesitaba. Era tan suyo que en ocasiones a Sasuke le daba miedo que en algún punto del camino de sus vidas Naruto decidiera soltar su mano para sustituirla por alguna otra más pequeña, delicada, frágil. Por una mujer.

¿Quién lo sostendría a él? ¿Quién lo guiaría en la oscuridad que parecía reinar a su alrededor?

 

Naruto apretó la mano que sostenía, sintiendo como Sasuke aflojaba el agarre y su mirada ónix se perdía en los arboles que se mecían con un suave viento en el parque. Conocía esa mirada, una que le hablaba del dolor que Sasuke siempre parecía padecer y que por más que él se esforzaba no lograba alejar. Odiaba ver esa clase de sentimientos en los ojos del moreno, si uno sufría el otro también, era así de fácil. Esa era la clase de amistad que tenían.

Jalo con más ahincó la mano blanca de Sasuke, obligándolo a entrar en el pasto. Una perfecta y ceja se elevo en forma de pregunta pero de sus labios no salió nada, ni una sola queja por el movimiento brusco.

 

— ¡Atrápame! — grito Naruto, soltándolo casi al acto y echando a correr en dirección de los arboles, la parte del parque en la que no había niños – los que se habían logrado escapar de sus casas – y donde tampoco había adultos. Nada.

 

Sasuke se quedo plantado en su lugar, procesando las palabras del blondo que corría torpemente, salpicándose de lodo. Su media sonrisa hizo presencia y luego sus piernas se movieron. Alcanzar a Naruto era más difícil de lo que parecía, podía ser torpe pero no lento. Así que cuando Sasuke pudo estar a un palmo de metro y medio sus pulmones ya le ardían, le dolían las piernas y estaba seguro de que era un asco. Casi media hora corriendo, dando vueltas y resbalándose era lo que le había tomado a Sasuke reducir la distancia. Naruto corría tan campantemente, riendo y brincando, ¡era tan divertido!

No obstante no se esperaba la siguiente acción de Sasuke. Y en su descuido termino de bruces en el suelo, con Sasuke sobre él, aprisionándolo contra el pasto.

 

—Te tengo — vitoreo Sasuke. Acomodándose mejor sobre la espalda del rubio. Ya bien sentado y seguro de que su prisionero no podría levantarse con el encima prosiguió.  — Naruto, es imposible que escapes de mí — Sasuke en verdad quería creer en eso — y si lo hicieras, siempre voy a atraparte — asevero, mirando hacia las ramas del árbol bajo el que estaban.  Sus mejillas se colorearon furiosamente de un rojo escandaloso, afortunadamente para él, Naruto no podía verlo.

 

—No voy a escapar, al menos no realmente. Y en todo caso, tú no dejarías que me fuera ¿Verdad?

 

—Supongo que no… creo… la verdad no estoy seguro. Así que no te prometo nada — contesto Sasuke, molestando al rubio en parte, y por otra parte no.

 

— ¿Cómo que no estás seguro? ¡Maldita sea, Sasuke, yo iría por ti hasta el fin del puto mundo! — Grito Naruto, intentando levantarse y lográndolo a costa de la integridad física de Sasuke — ¡No puedes decirme que no estás malditamente seguro!

 

—Si quisieras irte, de verdad irte y dejarme yo no me opondría. Simplemente esperaría a que regresaras a mí. No me verás tras de ti, rogándote, suplicándote. Si quieres quedarte eres bienvenido, pero si algún día deseas irte también eres libre de hacerlo.

 

Sasuke se levanto, fingiendo que no estaba avergonzado por sus palabras, había sido sincero, pero al mismo tiempo deseaba que Naruto jamás quisiera irse de su lado. Si el rubio no lo entendía no era su problema.

Naruto lo miro con los ojos entrecerrados, procesando sus palabras, sabía de antemano que Sasuke no le diría que lo quería, ni mucho menos, y estaba acostumbrado a su manera criptica de hacerse entender, a sus silencios que significaban más que los discursos más elocuentes del mundo. Sasuke era simple de pensamiento al menos para él, pero no por ello era fácil de comprender. Sonrió grandemente cuando entendió lo que Sasuke escondía tras sus palabras: No me dejes. Era una súplica muda, como todas las que hacía, necesitada y sincera.

 

—Te prometo que voy a estar siempre a tu lado… siempre que tú me quieras.

 

Le concedió Naruto. Sasuke le sonrió de medio lado, con autosuficiencia y arrogancia marca Uchiha, y aunque había adoptado una pose de “realmente ni me va ni me viene” sus ojos brillaban con otro toque, uno que sólo se hacía presente cuando estaba cerca Mikoto Uchiha. Sasuke estaba aliviado, estaba feliz. Y Naruto, bueno, Naruto sólo esperaba que Sasuke lo quisiera para siempre… aun si era sólo como su mejor amigo.

 

 

 

No era que Sasuke fuera complicado, simplemente estaba lleno de temores, de inseguridades, aun cuando reflejara lo contrario. Pero en su inocencia, aquella que aún conservaba y escondía de la mayoría, las promesas aun significaban todo para él. Sobre todo si representaban un siempre.

Notas finales:

Me gustan mis caps, digo, alguien tiene que subirme el animo.

Bueno, espero que no me maten por la tardanza.

Nos seguimos leyendo.

Cuídense y más al ratito contesto rr :D


Si quieres dejar un comentario al autor debes login (registrase).