Itachi sabía lo que Naruto y Sasuke aún no podían aceptar y asimilar….
— ¡Itachi! — mascullo Sasuke, sintiendo como las manos le temblaban. Estaba intentando tranquilizarse, juraba por su madre que así era. Y de cualquier modo aun no deseaba terminar en la cárcel bajo los cargos de homicidio en primer grado.
El aludido se encogió de hombros, aparentando inocencia cuando seguramente él era quien había planeado todo. Naruto se le pego a su lado cuando una voluptuosa mujer paso por su lado, sonriéndole con coquetería, Sasuke sintió deseos de abrazarlo y rugirle a la tipa, aunque si debía admitirlo, le cohibida un poco el estar en un lugar rodeado de mujeres de cuerpos esculturales y prácticamente desnudas mientras se contorneaban en tubos bailando sensualmente al ritmo de la música. A su edad un table dance de la zona rosa no era el mejor lugar para pasar un viernes por la noche. Hasta prefería un antro cualquiera, en el que pudiera embriagarse (y reiterándose que a sus dieciséis años aún era ilegal) para olvidar por un momento que Itachi era su hermano mayor.
—Pasen, no sean niños — les apremio Hidan — ¡Jashin, que lugar de bendita perdición! — exclamo, caminando hacia el interior del recinto, ignorando si le seguían o no.
Y así fue como Sasuke comprendió que esa noche sería terrible.
Se sentaron a una distancia prudente del escenario, ordenaron cervezas y se dispusieron a disfrutar de su noche. O ese era el plan. Sasuke no pudo evitar pensar que algo malo sucedía con su cuerpo, llevaba viendo a mujeres desnudarse por una hora y aún ninguna causaba algún efecto en su cuerpo. Su vista se desvió hacia Naruto, quien se recargaba contra Sasori y su hermano. Miro sus ojitos entrecerrados a causa de la bebida, sus labios siendo humedecidos por su lengua, el cómo se llevaba la botella a los labios, la manera en que estos se cerraban sobre la boquilla del envase. Y hubiera seguido con su escrutinio de no ser porque una parte de su anatomía despertó. Desvió la vista, avergonzado pensando que esa noche terminaría soñando con que sometía a cierto rubio.
—Sasuke ¡Pero mira que tenemos aquí! — jadeo Deidara, quien estaba sentado entre él e Itachi, apretando con fuerza su miembro ¿en qué momento se hizo con él? — Parece ser que si te gustan las chicas… — comento con tono de tristeza.
Sasuke ahogo un gemido de sorpresa al sentir la mano de Deidara incursionando sin mucho éxito en sus pantalones – aunque no negaría que le calentaba el hecho de tener la mano de Deidara dentro de sus jeans, buscando torpemente –. Sin embargo, toda “alegría” que pudiera despertarle se fue al caño al ver como Itachi tomaba el rostro de Naruto y le plantaba un beso tan demandante que prácticamente el mismo se quedó sin aire de sólo verlos. Se levantó de golpe, furioso, molesto consigo mismo, confundido. Itachi había hecho eso para molestarle, pero llegar a esa conclusión lo hacía pensar innegablemente en que su hermano era consciente de algo que él aun no terminaba de comprender, y el que Naruto correspondiera lo deprimía, porque ellos eran… eran mejores amigos, y no había más. Sabiendo que todos los de la mesa le miraban prefirió escapar hacia el baño, era lo único que podía servir de coartada.
Llegar a los sanitarios fue demasiado fácil, no había gente arremolinándose, ni nadie dentro de los cubículos, era de imaginarse que las strippers no cederían a ir a los baños cuando podía llevarse otra clase de comisiones en mejores lugares. Se recargo contra los lavabos, resintiendo las cervezas en su sistema. Beber se le daba fatal.
—No creí que fuera a afectarte tanto el que tu hermano besara a Naruto.
Sasuke no necesito girarse para saber quién le hablaba. Deidara se sentó en los lavabos, mirando hacia el frente.
—No creí que a mi hermano le gustara ese idiota — respondió sin muchos ánimos Sasuke.
Deidara se rio escandalosamente. — Resulta que ese idiota te gusta… ¿o estoy equivocado? No, yo no me equivoco. Los Uchiha son realmente predecibles en estos asuntos. Aunque cuando me dijo que lo haría para darme celos no le creí… Naruto es tierno e ingenuo, seguro que ahora no sabe cómo actuar y está ansioso esperando que regreses para sentarse a tu lado.
— ¿Itachi te dijo que haría eso, sólo para darte celos? ¿Es estúpido? Mierda, y para el colmo es mi hermano, ojala no sea contagioso…
— ¡Já! Es herencia, Sasuke. Tú no tienes mucha inteligencia sentimental que digamos… Es más, te lo pondré fácil, tu hermano me gusta tanto como a ti te gusta Naruto… y yo estoy que ya no puedo amarlo mas — Sasuke miro a Deidara, el rubio lucia apenado y hasta su tono de voz al admitir que quería a su hermano había sido el de alguien quien confiesa algo, que aunque cierto, le da vergüenza hacerlo.
Sasuke proceso la confesión, una simple suma: Itachi estaba enamorado de Deidara, Deidara amaba/odiaba a su hermano y el resultado era que no estaban juntos por orgullosos y obstinados. En su caso no era lo mismo, empezando su terrible ecuación en que Naruto le miraba como a un hermano – algo constatable pues el blondo lo había expresado con palabras muchas veces –, eran hombres, no sabía si a Naruto cuando menos le gustaban los del mismo sexo, él mismo no podía dilucidar en si amaba a Naruto o simplemente estaba confundido por todo el tiempo que pasaban juntos y el que ya habían vivido en compañía mutua. Así que su resultado se veía truncado al no encontrar el valor de equis (y vaya que su cerebro debía estar mal si tenía que ponerse ejemplos con matemáticas). Suspiro y elevo la mirada hacia Deidara, el rubio le miraba de vuelta, con un toque juguetón bailando en su sonrisa, fue el mayor quien inicio el beso, sin pasión, ni nada de lo que en antaño pudieron llegar a hacer, fue el contacto de sus labios, como si sellaran un pacto de silencio sobre lo dicho en ese baño.
—Podemos joderle la existencia a Itachi. Ya sabes, unos besos frente a él…
— ¿Y que Naruto desee comerme vivo? No, gracias.
Naruto no despegaba su vista de la dirección en la que Sasuke y posteriormente Deidara desaparecieran. No sabía si Sasuke vio el atrevido beso de Itachi, y tampoco comprendía porque estaba tan preocupado pensando en si el Uchiha menor estaría molesto por eso. No era como si Sasuke fuera homofóbico, o como si él fuera gay, porque no lo era. Le gustaban las chicas, al menos hasta donde el recordaba así era.
Pensó en su primer amor, Sakura Haruno, su mejor amiga y la chica por la que lloro, hizo berrinche y de quien buscaba su atención únicamente para toparse con que ella babeaba por su mejor amigo. Se sintió triste cuando fue rechazado, no obstante ahora podía mirar a la chica y sonreír, su primer y tierno amor había sido eso, algo infantil. Y ella era la única chica que le gusto. Después no hubo nadie que llamara su atención. Todas crecieron, y de una u otra forma la manera en que le miraban siempre lo hizo sentir cohibido, las chicas eran crueles cuando se lo proponían. No poseía un plan seductor, si bien era lindo las chicas lo descartaban porque buscaban a los chicos imposibles, no a quien aún tiene rostro aniñado y comportamiento un tanto infantil, él era dejado en el plano de amigos. De esa manera su interés por las chicas fue disminuyendo, sus intentos por conseguir novia se fueron erradicando, y su tiempo se volcó en desmedida a Sasuke. El menor de los Uchiha se volvió el centro de su mundo, su hombro para llorar, en quien confiar sin temor a ser traicionado, alguien que le defendía aun sin necesidad de ello, un plus para ser mejor todos los días en un intento por superarle, en la persona que más sonrisas le sacaba sin proponérselo, con quien llevaba hecha una infancia, una pre adolescencia y la adolescencia. Una vida entera sólo de ellos dos.
Opciones para su creciente angustia por saber la razón que mantenía a Sasuke en los baños se agotaban, dejándole la única obviedad que él por supuesto no consideraba ni siquiera para el mismo. Barajar la posibilidad de querer a Sasuke como algo más que su mejor amigo o su hermano era abrumadora. Sí, le gustaba su cuerpo masculino, fantaseaba con ser jodido o joderlo, sentía celos de algunas chichas que deseaban arrebatarle su atención, y se emocionaba de sobremanera al saber que Sasuke lo tenía entre sus prioridades aun cuando jamás lo admitiría.
Si al menos Sasuke no fuera hombre – y no le molestaba que tuviera pene en lugar de vagina – o si Sasuke le mirara con otros ojos, entonces estaba seguro de que no desaprovecharía la oportunidad para saber si lo que sentía por el moreno era sólo costumbre y no amor. Se estremeció con ese pensamiento, amor era una palabra demasiado fuerte, un compromiso y entrega y él ni siquiera podía con si era gay o si estaba enamorado de su mejor amigo.
—No te preocupes, Naruto, mi hermanito sólo esta celoso — le susurro Itachi, apretándolo más entre sus brazos. Mal interpretando, seguramente, su estremecimiento.
— ¿Uh? ¡Yo… yo no estoy preocupado por Sasuke! Y no tiene por qué estar celoso, después de todo Deidara se fue con el ¿no?
—A veces me pregunto porque mi hermano y tú son unos cabeza dura. Si se dieran cuenta de todo lo que les rodea y no vivieran en su incertidumbre y tensión sexual no resuelta entonces se enterarían de todo lo que se están privando por tontos
Itachi cogió su cerveza y bebió largo y tendido, vaciando el alcohol en su estómago. Naruto ahogo una risita ante ese acto, Itachi solía ser reservado y discreto hasta que bebía. Con todo y eso Itachi jamás mentía. Y si él no estuviera tan tomado seguramente recordaría esas palabras para el día siguiente. Palabras que olvidaría con el transcurrir de las horas y del alcohol que consumiera, y terminaría en la madrugada sintiendo ese desazón al ver a Sasuke besar a Deidara con gran afecto, algo que no olvidaría pero que Sasuke si lo haría… y también omitiría los “te amo” que Sasuke siempre le repetía cuando estaba totalmente ebrio, porque era imposible que eso fuera cierto y no algo influenciado por su inconsciencia.
Itachi sabía lo que Naruto y Sasuke aún no podían aceptar y asimilar, darles pequeños empujones a base de alcohol no eran suficientes… pero decírselos con todos sus letras tenía que ayudar ¡Además tenían cervezas!