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Cosas de chicos por lezti akira

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Notas del capitulo:

Hola gente bonita!! Yo aquí de nuevo.

Dije que este sería un cap con chibis sin embargo estoy atorada con ese capítulo, voy a la mitad y no me gusta como esta quedando... Por eso decidi subir este capítulo que ya tenía e iría después del de chibis, pero como en esta historia el orden de los factores no altera el producto pues no vi inconveniente alguno.

¿qué más debería decir? ¡Ah, sí! Este podría decirse que es mucho antes del primer cap, es decir que son más jovenes pero no por tanto, quizás un año. Me gusta este porque quise hacerlos ver como dos amigos normales y sin tendencias gay o algo así, es como una revelación para ellos, al menos para Sasuke.

Bueno disfruten, y odien a Hinata en este fic, porque ella tiene la culpa...ok, no. 

Porque sin importar las circunstancias…

 

Sasuke creyó que algo no andaba bien con sus ojos, o quizás, de alguna manera se encontraba teniendo un sueño muy vivido. Aunque pesadilla era una definición más acorde a la escena que se planteaba elocuentemente frente a sus adolescentes orbes.

Si, algo así pudo haberse imaginado si es que él tuviera imaginación… lástima que él careciera de ella. Pero, dejando de lado sus pocos dotes creativos, estaba seguro de que estaba presenciando algo horrible.

Hinata permanecía con los ojos fuertemente cerrados, parada de puntitas, con ambas manos en forma de puños, crispados a su lado. Y ella seguía en la misma pose desde hacía algunos segundos, convirtiendo el accidente en algo repulsivo, claro que a sus ojos, Hinata era demasiado tierna para pensar un complicado plan cuyo fruto se traducía en probar los delgados labios de su mejor amigo. Ella no era la clase de chicas que chillan agudamente cuando ven a un hombre por el que literalmente se debe babear, no doblaba la cintura de su falda gris – reglamentaria como uniforme escolar – haciéndola más corta para revelar la blancura de sus bonitas piernas, tampoco maquilla sus labios tersos de color durazno, ni colocaba sombras coloridas sobre sus parpados, sus pestañas se rizaban naturalmente y su mirada era dulce y tímida la mayor parte del tiempo – variando entre esas dos emociones, una escasa gama para unos orbes extravagantes y peculiares – poseía un rostro de facciones suaves, un cabello negro azulado que se balanceaba con soltura sobre su espalda, un cuerpo bien proporcionado y una personalidad tímida y sumisa.

Hinata era el prototipo de mujer japonesa, discreta, bonita y elegante.

Ella no podía será la causante de que sus insulsos labios estuvieran tocando los de Naruto.

Así que la mayor parte de su ira recayó en el grupo de mujeres que exclamaban algo parecido a gee [1], mientras se chocaban las palmas en símbolo de éxito. Ino se sonrojo cuando sus miradas chocaron por escasos segundos, ella demasiado embelesada contemplándolo y él arguyendo intrincados planes para descubrir quién era la principal culpable del accidente. Estaba furioso ¿Cómo esas insensibles chicas podían manipular a su ingenua amiga? Y peor aun ¿Cómo podían incluir a Naruto dentro de ese plan? ¡Su amigo no era ningún juguete!

Sasuke mantuvo su postura relajada, algo de indiferencia en su mirada y otro poco de orgullo cuando paso por un lado de Naruto, codeándolo al acto.

Ino se puso pálida, TenTen rio nerviosamente y un grupo de mas féminas, que avanzaba lentamente, o de plano yacían paradas a mitad de camino en la entrada para los corredores y las escaleras del segundo piso de la institución, hicieron un sonidito de consternación. Ellas habían visto algo, y a Sasuke le importaba un reverendo cacahuate como es que habían interpretado su gesto hosco y claramente hostil. Una sonrisa ladeada curvo sus labios.

 

 

Todavía no era ni medio día y ya toda la escuela sabia sobre el tierno y accidental beso de Hinata Hyuga – la chica más bonita del instituto – y Naruto Uzumaki – el mejor delantero de Kuroi Tsubasa. Y por supuesto sobre los increíbles celos que Sasuke Uchiha – el capitán del equipo de futbol – había demostrado ante esa situación. ¿Un triangulo amoroso? Las chicas no habían dejado de molestar a la pobre Hinata, y si las miradas mataran entonces probablemente ya tendrían uno o dos féretros por ahí.

Sasuke dejo que el rumor creciera a sus anchas, después de todo nunca se molestaba en desmentir nada, a él le daba igual lo que dijera la gente. Todo a su alrededor le era indiferente. Excepto el idiota de Naruto.

Sorbió sin mucho ánimo lo que quedaba de su jugo, recargando los brazos sobre la barda de la azotea. Observando desde las alturas en soledad y armonía. Era hora del receso y por ende el momento propicio para ser acosado por el grupo de chicas que lo consideraban alguna clase de ídolo. Abajo, Hinata lloriqueaba mientras aceptaba abiertamente su amor ante un perplejo Naruto. Claro que Sasuke había tenido que colocarse sus lentes para poder observar la escena mejor. El que hubiera pensado en la mañana que no estaba viendo bien se debía a que, por alguna extraña razón, no había podido encontrar sus lentes de contacto. Y el escuchar las palabras de la tímida joven, que lucía patológicamente roja – Sasuke no sabía si era debido a la pena o si Hinata se estaba ahogando y después se tornaría morada confirmando una u otra hipótesis –, resulto aliviadoramente fácil. Ella prácticamente lo había gritado, como si hubiera necesitado de todo su valor para pronunciar esa simple y típica frase de «me gustas», y para ello hubiera tenido que elevar su tono de voz hasta llegar al grito. Bueno, Sasuke ya lo preveía.

Lo que realmente mantenía su interés era la respuesta de Naruto.

Porque él siendo el buen amigo que era, no podía dejar que su amigo cometiera alguna clase de error. Hinata era bonita e ideal, pero por algún motivo que él desconocía la simple idea de ver a su mejor amigo tomado de la mano de la chica en plan sentimental, siendo dejado de lado por citas y relegado a “algún momento” no sólo lo asqueaba, sino que le instaba a querer alejar a Naruto de la adolescente. Y eso no era normal.

Su atención regreso hacia los chicos que se escondían tras unos cuantos arboles, bajo el resguardo de su acogedora sombra, claro que para su privilegiada posición eso de esconderse no funcionaba. Su corazón se acelero cuando vio a Naruto acercarse a la chica, extendiendo sus manos para acunar el rostro de Hinata, se inclino otro poco, deseando estar más cerca para poder escuchar lo que el rubio diría a continuación, pero otra parte de él se negaba a quererlo, él estaba muy en contra de violar la privacidad de los demás. Siendo una víctima constante de los acosos femeninos, comprendía cuan molestos podían llegar a ser, por lo que ser uno de los defensores de la privacidad le era normal. Hinata se puso más roja, y algo en su postura rígida le decía que estaba a un palmo cortísimo de terminar hiperventilando o desmayándose, quizás ambas.

 

— Hinata, gracias. Yo…

 

Y Sasuke no necesito contemplar aun mas aquella escena. Apretó sus puños, molesto y confundido. Molesto consigo mismo por sentir un dolor y malestar en su estomago y su cabeza, y confundido porque no alcanzaba a comprender cuál era la verdadera razón tras su dolor.

Soltó lentamente el aire que había mantenido en sus pulmones y se reincorporo, ignorando las palabras que aun alcanzaban a llegar a sus oídos. Retrocedió sobre sus pasos, dirigiéndose hacia la puerta que conducía a las escaleras. Él realmente no necesitaba oír nada más. Todo era claro. A Naruto le gustaba Hinata, y él sólo era su mejor amigo.

 

 

Naruto se alejo con pasos seguros, no había deseado hacer llorar a Hinata, ella era tierna y no merecía sufrir de esa forma, sin embargo él siendo el causante de sus lagrimas no era la mejor compañía para la pobre chica. Era la primera vez que él rechazaba a alguien y no podía evitar sentirse mal al hacerlo, pero estaba convencido de que mentirle a una persona que desinteresadamente te ofrece sus sentimientos era una de las peores cosas que alguien pudiera hacer.

Regreso con pasos lentos al interior del instituto, esperando poder encontrar a Sasuke, aun cuando su instinto le dijera que el moreno probablemente se encontraría en la azotea, como de costumbre. Ignoro los murmullos que se levantaban a sus espaldas, chicos acribillándolo con la mirada, odiándolo por algo de lo que él era inocente, y chicas hablando sobre su intromisión entre la bonita pareja que Sasuke y Hinata podrían hacer, Dios, como odiaba que la gente hablara a su espalda y más cuando ni siquiera tenía fundamentos para hacerlo. Se mordió las ganas de gritarles que se metieran en sus propios asuntos, o que por lo menos le plantaran cara, no tenía ningún problema en arreglarlo de la manera en que quisieran: palabras o golpes, como prefirieran.

Sintiendo la molestia crecer dentro de él la idea de irse a su casa sin que terminara el día escolar le parecía tan tentadora, pero con calificaciones como las suyas – unas que rayaban en apenas lo aceptable y otras no tanto – no podía darse esa clase de lujos.

Para su desgracia Sasuke no le dirigió la palabra en cuanto el timbre anuncio el termino del receso. Las clases transcurrieron con sus altas y bajas, un día monótono, profesores llegaban y se iban, tarea por aquí, trabajos por allá, platicas, cuchicheos y más.

Naruto creyó que Sasuke le esperaría como de costumbre para ir juntos a casa… gran decepción.

Pese a que estaban en el mismo salón, Sasuke se perdió entre el gentío y Naruto no tuvo otra opción más que salir al último, dejando que los adolescentes se dispersaran. No estaba de ánimo para estar entre la bulla, ¡Sasuke lo había dejado! ¿Qué rayos le pasaba? Bufo, y continúo su camino. Abandonando el edificio en completa calma, el edificio, porque él estaba que podía masticar clavos. Ese día no podía ser peor.

 

— ¡Al fin sales!

 

Naruto giro el rostro, sólo para encontrarse con un grupo de cinco o siete chicos, o eso calculo. Los reconoció pasados unos segundos, Takeda, Taiga, Daiki, Tatsuya, Takao entre otros. Maldición, ellos significaban únicamente una cosa: problemas.

 

— ¿Algún problema? — pregunto, a nadie en particular, deseando poder irse antes de liarse a golpes, y no por temor al número que ellos representaban y cuya cifra obviamente lo superaba, sino por no tener ni ganas para golpear a alguien. O quizás sí.

 

— ¿Problema? ¡Imbécil, tú eres un gran problema! — apunto Takeda, flexionando un brazo intentando amedrentarlo con los músculos visibles a través de la tela de la camisa blanca. Naruto le dedico una sonrisa de superioridad, una como las de Sasuke… y pensando en el moreno ¿también se habría tenido que enfrentar a esos idiotas? esperaba que no, porque imaginar que ellos hubieran podido maltratar al moreno lo hacía enfadar aun mas. Odiaba a los bravucones.

 

—Ya, déjense de rodeos ¿Qué quieren? — Naruto rodo los ojos, conocía la respuesta, por supuesto, pero algo de piensa antes de actuar se le había terminado pegando de Sasuke.

 

—Queremos que te alejes de Hinata — declaro Taiga, el pelirrojo le empujo por el pecho, haciéndolo retroceder y trastabillar con su propio pie.

 

Genial. Si querían pelea, sólo tenían que decirle.

 

Mando al carajo su control, sus pensamientos y se enfoco únicamente en devolver el golpe. Fue una sucesión rápida de movimientos. Pudo conectar un fuerte puñetazo a la mandíbula del pelirrojo, haciéndolo caer sobre sus nalgas, pero no logro acertar otro sobre el mismo chico. Los amigos del caído se le fueron encima, entre patadas, puñetazos y alguien que le agarro de la camisa y le rompió los botones. Se defendió cuanto pudo ¡Nadie podría decir que él se dejo amilanar! No importaba su deplorable estado. Yaciendo en el suelo, encorvado y protegiendo su cabeza de las patadas que le caían como una lluvia, aun seguía tratando de esquivar algunas, o de patear a quien pudiera. Gimoteo un par de veces, el  dolor sobrepasaba cualquier otro dolor que hubiese sentido en su vida. Los ojos se empañaban por la sangre que entraba en uno de ellos y por las lágrimas que se acumulaban pero que él no estaba dispuesto a dejar que sus agresores vieran. De pronto todo se quedo en quietud.

Adolorido y en su posición, no pudo hacer otra cosa más que acurrucarse, buscando calmar la sensación de estar roto en todas partes, le dolía en lugares de los que ni siquiera era consciente que pudieran existir. Oyó gritos, golpes, quejidos y maldiciones, todo al mismo tiempo. No le importo. El frio del asfalto era un mejor paliativo que el escuchar lo que sucedía a su alrededor. Sólo era consciente de que ya no estaba bajo el pie de esos bravucones, de que estaba tirado y de que en algún momento algo frio y húmedo le mojo el rostro hinchado.

Llovía.

Fuertes brazos lo levantaron,  provocándole un gemido y una maldición mascullada. Se gano un amago de risa amarga. Las gotas de agua pronto empaparon su ropa, y al ir en brazos de otra persona, una cuyo olor era inconfundible, su rostro que se escondía en el pecho de Sasuke no se libro de bañarse con la fría lluvia.

 

—Eres pesado — comento Sasuke, mirando al frente.

 

La gente se refugiaba bajo las sombrillas, entraba a locales cálidos y desalojaban las calles tan rápido como les era posible. Sasuke aferro el cuerpo de Naruto, sintiéndolo tiritar. Sin mirarlo, porque el ver el penoso estado del blondo le hacían querer regresar y matar a uno o más de los atacantes. Deseo haber llegado antes, no irse sin esperarlo, tragarse su molestia por el noviazgo del rubio. Deseo que el rubio se encontrara bien.

 

—Puedo caminar — afirmo con voz temblorosa Naruto. Mentía, si, ¿y quién podría creerle semejante disparate? con verlo bastaba para saber que el blondo no podría ni estarse en pie.

 

Sasuke se detuvo en medio de la calle, sin prestarle la debida atención a que podrían ser atropellados, a su favor estaba que la calle no era transitada con frecuencia, el uso de bicicletas era más común en esa zona. Dejo a Naruto sobre el asfalto, el rubio se quejo de nuevo, mordiéndose los labios en esta ocasión, y como supuso, sus piernas le fallaron y termino sobre su trasero. Estaba a punto de reclamarle a Sasuke, cuando este le dio la espalda y se arrodillo frente a él, en una posición que dejaba fuera de dudas que era lo que el moreno quería. Naruto tuvo que utilizar toda la fuerza que le quedaba para subirse a la espalda de Sasuke, aferrando sus brazos a sus hombros y posteriormente abrazando su cuello. Sus piernas colgando en el frente, siendo sostenidas por los brazos de Sasuke. El moreno caminaba lentamente, también adolorido por los golpes que se gano en su reciente pelea, sintiéndose mal por dejar solo a Naruto ¿Qué clase de amigo abandona a otro? y no le importaba que desconociera los planes de Takeda y compañía, era su obligación cuidar de alguien tan torpe, despistado e idiota como lo era Naruto.

Lo quería. Más de lo que las palabras pudiera expresar, un sentimiento burbujeante y cálido lo inundaba cada vez que se encontraba a su lado, cuidarlo y verlo feliz era algo tan común para él que fallar en alguna de sus tareas lo hacía sentir irremediablemente mal. Jamás admitiría que Naruto era importante, menos al mismo blondo, que se conformara con que lo llevaba cargando.

 

—Eres un bastardo, Sasuke —. Apunto Naruto, de repente, estrechando mas el abrazo sobre el cuello del moreno pero sin llegar a lastimarlo — Pero gracias.

 

—Hinata va a desmayarse en cuanto te vea mañana — soltó él a modo de respuesta, ignorando el “de nada” que debía salir de sus labios por educación.

 

— ¿Y ella que importa?

 

—Es tu novia, te golpearon por algo más que por el simple placer de patear tu feo trasero.

 

— ¿Feo? ¿Lo has mirado, entonces? ¡Eres un maldito pervertido! — y si hubiera podido lo ultimo lo hubiera gritado, pero se conformo con hablarlo tan fuerte como pudo en la oreja del moreno — Y… y… ¡Y Hinata no es mi novia! ¿Por qué creías eso? ¿Me espiaste desde la azotea? ¡Acosador!

 

— ¡Cállate, idiota! te oigo perfectamente sin que grites.

 

La sonrisa se extendió agradablemente sobre su rostro, aun no había quien le robara la atención del rubio torbellino, y eso lo hacía feliz. La lluvia se transformo en llovizna, y Sasuke opto por andar bajo las copas de los frondosos árboles, pronto el peso sobre su espalda aumento, Naruto dormitaba sobre él.

 

Porque sin importar las circunstancias los amigos siempre se acompañan en las buenas y en las malas.

 

Notas finales:

Espero que les haya gustado, como verán no es la gran cosa con el yaoi, un ligero shonen-ai, pero me gusta más de esta manera, que suceda lento y firme, no me agrada el que de repente todo el mundo es gay y a nadie le interesa, seamos realistas, siempre hay homofobicos y la sociedad apesta por su poca toleracia (no todos por supuesto). 

Así que lento pero seguro. Sólo no me maten.

¿Por qué Hinata? simple. Me tienen cansada con eso de que Hinata vale la pena y se quedara con Naruto, es decir ¡no! ¿de donde ven que Naruto la quiera? ¿donde me lo perdí? (y puede ser porque me atrase con el manga) o eso de que es mejor que Sakura, no adoro a Haruno pero es más util, un poquito pero lo es, además es colega XD

Pero bueno, creo que toda fujoshi espera que Sasuke se quede con Naruto y Hinata muera y también Sakura.

¡Seamos felices!

P.D. ¿Alguien quiere hacer intercambio de calaveritas, para halloween? No me importa que falten meses, si alguien quiere digame y aquí nos organizamos. (esta fecha me altera).


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