Una patineta cayó a la vereda, para después ser montada por dos expertos pies. Comenzaron a deslizarse calle abajo.
-¡Oye! ¡No me esperaste!- otra patineta y otro par de pies comenzaron a deslizarse.
-¡Se hace tarde JR! ¡Y ayer no fuimos!- dijo un rubio de pelo corto, y bastante alto.
-Relájate…- un chico morocho, algo más pequeño pero igual alto, comenzó a hacer ondulaciones con la patineta.- Llegaremos a tiempo…
-¡Carrera!- Baekho comenzó a andar más rápido en su patineta, siendo perseguido de cerca por JR.
Llegaron justo a tiempo. Entraron con patineta y todo, andando por los pasillos.
-¡Oh, gracias Mihyun!- dijo JR, quitándole el chocolate que el mayor tenía y entrando aún sobre su patineta al 2-C.
Como habían entrado por detrás, Baekho siguió hasta el 2-A, entrando también con su patineta.
-Hola Baekho.- le dijo el profesor.
-¿Cómo le va?- el rubio paro, tomó su patineta y se fu a sentar al primer asiento vacío.
-Oye, está ocupado.- le dijo una voz. Baekho se encontró con la chica más rara que jamás había visto, pues llevaba uniforme de hombre.
-¿A caso eres Tomboy, como Saigo?
-No, soy un chico.- Ren ya se había acostumbrado a que lo confundieran- Y te repito que ese lugar está ocupado.
-No veo a nadie aquí…
-Que te muevas.- Ren ladeó su cabeza, no alzaba la voz, pero aún así era autoritario.
Aaron entró al salón.
-Disculpe la tardanza, profesor.- dijo, haciendo una pequeña reverencia.
-No te preocupes Aaron, toma asiento.- Ren empujó a Baekho, dejando el asiento libre para Aaron.
-¿Te sientas con el retrasado yanqui?- dejo Baekho, Aaron desvió la mirada.
-¿Qué le dijiste?- dijo Ren, mirando a Aaron con su “gran cara de nada”.
-Retrasado.- repitió Baekho.
-Sienten afortunado, no suelo advertir a la gente, pero si vuelvo a escucharte llamarlo así, juro que esa bonita mohicana tuya, quedará en otra parte.
-Aaay sí, como si le tuviera miedo a una muñeca de porcelana…- Baekho tomó sus cosas y se sentó en otro lugar.
-No te busques problemas, Ren.- le susurró Aaron- Y menos por mi culpa.
-Estoy bien.
Ren no era muy fuerte, pero sí intimidante, y eso te daba a entender que podía llegar a ser fuerte aunque no lo fuera. Pero a pesar de su apariencia de niña, nunca dudaría en devolver los golpes, aunque fuera obvio que nunca ganaría, aún así le encantaba meterse en problemas.
El día se le pasó volando. La tía de Aaron lo fue a buscar temprano porque debían ir al médico, así que Ren ese día volvería solo.
Iba saliendo y se encontró con el profesor Chanhee.
-Hey, Ren ¿Verdad?
-Sí, ¿Cómo le va profesor?- sonrió Ren.
-Bien, ¿Qué tal tú?
-Bien, gracias por preguntar.
-Me alegro, nos vemos el lunes.- Chanhee despeinó a Ren y salió del edificio. Afuera lo esperaba un chico alto, de pelo corto y castaño rojizo. – Hey, L.Joe. ¿Qué haces aquí? Deberías estar en la universidad.
De un auto negro y bastante ostentoso, salió una pequeña de unos 4 años.
-¡Chunji oppa!- corrió hasta Chanhee y lo abrazó.
-¡Eunsol, princesa!- Chanhee la tomó en brazos y le besó una mejilla- ¿Qué haces aquí?- todas las chicas habían comenzado a susurrar y reír como tontas.
-Ah, Eunsol, te dije que no bajaras del auto, el tío L.Joe se quedará aquí.- un chico alto, y de pelo rubio y liso también bajo del auto.
-Pero appa, quiero quedarme con L.Joe oppa.
-No puedes, mañana tienes que ir a la escuela.- el rubio más grande alzó a la pequeña, que le besó la mejilla.
-Te amo appa. Appa es mi novio, ¿Verdad?- muchas chicas rieron, la pequeña había notado aquellas miradas y se había puesto celosa.
-Complejo de electra, mi pequeña está grande…- dijo L.joe, jugando con Eunsol.- ¿Y me quieres a mí o solo a I-oh?
-¡Sí! ¡También quiero mucho a L.Joe oppa!- dijo la pequeña, apretando la nariz del mayor.
-Bueno, ya. Despídete Eunsol.- dijo I-oh. La pequeña besó la mejilla de Chanhee, y del chico castaño para después irse con su padre.
Ren se quedó boquiabierto, ¿A caso acabada de ver a Jung Ki Ok?
-Pero me cayó bien.- dijo Baekho a su amigo.- La muñeca tiene agallas.
-Quiero conocerlo, creo que lo he visto en el recreo…- le contestó JR.- Minhyun lo detesta, dice que le quitó a “su” Aaron.- ambos rieron.
-Pero si ni siquiera le habla, además ese chico es un retrasado.- rió Baekho.
-No es retrasado “simplemente piensa bien las cosas”- dijo JR, haciéndole burla a Minhyun.
-Pero este año me he decidido a portarme bien, no quiero más suspensiones.- dijo Baekho- Ya bastante avergüenzo a mis padres…- JR rió.
-Baekho, el año que tú no tengas ninguna suspensión, ya seré el príncipe de Francia.- dijo el morocho, entrando a su casa.
-¿Por qué nadie confía en mí?- se quejó el rubio.
Ren entró a su departamento.
-Minki, ven.- le gritó Geunsuk desde la cocina. Ren estuvo a punto de dejar sus cosas sobre el sofá.- No dejes tus cosas en cualquier parte.- el rubio cerró los ojos, intentado reprimir una risa, su hermano lo conocía muy bien, así que colgó todo del perchero.- Después lo acomodas en tu habitación.
-Sí, ¿Qué quieres Seukie?- Ren comenzó a desabrocharse el uniforme.
-Hoy no trabajas en el café, ¿Verdad?
-No.
-Bien, ¿Quieres ganar algo de dinero?
-Claro, ¿Qué hay que hacer?- si algo había aprendido de su hermano, es a nunca rechazar un trabajo noble.
-La pareja de al lado quiere saber si puedes cuidar a su bebé, serán unas horas nada más. Ya sabes, es su aniversario e irán a cenar.
-Claro, ¿Cuántos años tiene?
-2, se llama Yoogeun.
-¿A qué hora viene?
-Dentro de un rato, yo ya me voy a trabajar. Se un buen appa temporal, ¿Sí?- Seuki despeinó el flequillo de su hermano y se fue.
Ren suspiró y comenzó a ordenar la casa, no era la primera vez que cuidaba niños.
Minutos más tarde tocaron el timbre. Ren abrió.
-Ah, tú debes ser Minki.- dijo un chico alto, de cabello castaño y sonrisa bonita. Aunque el hombre detrás del y que cargaba un bebé era mucho más alto.- Soy Taemin, tu vecino. Venía a traerte a Yoogeun.
-Ah, sí. ¡Hola Yoogeun!-saludó Ren, poniendo su mejor sonrisa. Eso siempre daba confianza a los niños.
-Bien, aquí tienes todo…- Taemin comenzó a explicarle todas las cosas que Yoogeun necesitaba. El pequeño, tranquilo, había entrado y se había sentado sobre el sofá.
-Sí, no sé preocupe, creo que se portará muy bien. ¿Siempre es así de tranquilo?- preguntó Ren.
-A veces…- rió el chico alto- Yoogeun-ah, compórtate ¿Sí? Appa volverá pronto.- el chiquillo asintió y volvió su vista al televisor.
Ren se despidió de la pareja, y cerró la puerta.
-Nos quedamos solos Yoogeun.- dijo el rubio, tomando en brazos al bebé- Oye, eres igual a tu padre… supongo que Taemin es tu madre, así que te pareces a tu padre. ¿Cómo se llama?
-Minho.- respondió el bebé, jugando con el flequillo del rubio.
-Eres un niño muy inteligente. Creo que me gustará cuidar de ti.