Cerré la puerta de la habitación del hotel con cuidado, el joven rubio miraba curioso la habitación, como analizando en donde estaba y como utilizar el espacio. Me quité la chaqueta dejándola tirada en la sala de estar que tenía mi innecesariamente grande habitación.
-Todo aquí es muy blanco… -Observo el muchacho, mirando aún las paredes y muebles de la habitación.
-Sí, lo es… y también es muy calurosa –Fui al grano, me daba una asquerosa curiosidad por saber que tan bueno estaba debajo de su ropa.
…l dio unas carcajadas mientras se acercaba pícaro esquivando la mesa de centro y llegando hasta mi.
-Eres un tipo que no le gustan los rodeos…-Susurró, mientras ese susurro me lamía las orejas – Eso me gusta…
Me tomo por la cintura y me beso, obviamente no era tan idiota como para no dejarme, en la comodidad de mi habitación valía verga quién escuchaba o no. Sentía su lengua recorrer juguetonamente el interior de mi boca, yo le dejaba besarme respondiendo el juego hasta llegar a una guerra de lenguas luchando para saber quién ganaba y quien era la lengua dominante. Aún se sentía el sabor salino en la boca del rubio llamado Thor, resultado de su excelente sexo oral en el paradero desolado. Yo no me quejé, de hecho se sentía genial el sabor de mi combinado con su saliva.
Llevó una de sus manos a mi cintura y la otra se fue directamente a mi nalga izquierda para ser apretada fuertemente. Soltamos el beso en un arranque de desesperación por aliento dejando un rastro de nuestra saliva, no puedo negar que eso fue sexy. Me soltó de la cintura y me miro sonriente.
-¿Sabes que sería divertido antes del sexo? –Me miro con cara divertida y enigmática ¿Qué mierda habrá pensado?
-No, la verdad no tengo idea…
Dije esto y acto seguido comenzó a buscar algo en sus bolsillos del pantalón, hizo una mueca cuando lo encontró y saco un sobrecito hecho con diario. Lo movió en el aire un par de veces, yo lo miré extrañado, curioso hasta que caí en la cuenta.
-… ¿Droga?- Dije dudoso, debo de reconocer que pensé que podría ser otra cosa, estúpida inocencia que me baja de vez en cuando.
-¡Ding, ding, ding! ¡Tenemos un ganador! –Se alejó de mi sin esperar la respuesta para saber si es que aceptaba consumir droga, aunque pensándolo bien... jamás me lo había pedido.
-¿Qué droga es? –Dije curioso, cuando te dicen droga y miras un sobrecito hay una infinidad de posibilidades.
-Es marihuana, no consumo nada químico… es cosecha personal –Podría jurar que sonaba un deje de orgullo en su voz.
Me acerqué hasta él y me senté a su lado en el sillón blanco, mientras el abría el sobre mostrando las hojas secas molidas. Debo reconocer que jamás había consumido algún tipo de estupefaciente, salvo el alcohol… aunque siempre había una primera vez para todo, además el tener sexo con drogas en el cuerpo sonaba tentador… demasiado tentador. Thor sacó una pipa desu chaqueta roja y se buscó algo que al parecer no portaba.
-¿Tienes fuego?
-En mis ojos -respondí casi de inmediato sacándole una sonrisa al ojiazul, luego me dio algo de vergüenza al darme cuenta de la idiotez que había hablado.
-Aparte de tus ojos… -Respondió riendo -tiene que ser algo que prenda la pipa, no mi pene.
Me paré al instante, realmente era del tipo que lograba decirte lo que siempre quieres escuchar, logrando una agradable sensación de complicidad. Con la cabeza en mis pensamientos de que si realmente fumaria esa cosa me adentré en la cocina que había en el interior y me di cuenta que era una habitación muy completa, solo por curiosidad abrí el pequeño pero suficiente viendo que estaba lleno de comida, ya que según se dice, te viene un hambre voraz después de fumar marihuana y siendo sinceros, cada vez que tengo un orgasmo me baja el hambre. Al ver unas frutas me rugió la panza, había olvidado comer algo por culpa del viejo del rifle disparando al aire, lo único que tenía en el estómago era un poco de cerveza que había bebido en el bar cuando miraba embobado a Thor.
Saque un durazno y volví en búsqueda de algo para encender la pipa y encontré unos fósforos cercanos al lavavajilla, los tomé y salí comiéndome el durazno. Encontré a Thor aun sentado en el sillón, cuando me miro se le encendieron los ojos al verme llegar con las cerillas, se las lance y el las tomo, tomó la pipa llena de hierba y encendió la marihuana al interior. Deje el cuesco encima de la mesa y me senté a su lado, observando como fumaba y mantenía el humo en sus pulmones por un tiempo y luego soltaba dando una expresión de alivio, lo hizo dos veces y después me lo paso.
-Tu turno… -Me miro cerrándome un ojo –Se nota que nunca haz fumado esta mierda, pero te gustará el efecto, sólo inhala lo suficiente para llenarte los pulmones, ten cuidado de quemarte la garganta porque toser te dolerá un montón. Ya viste como le hice… tu dale ahora.
Tomé la pipa con desconfianza y me la acerqué a la boca, recordando de fumar lo suficiente pero no demasiado. Sentí una incomodidad en la lengua, como cuando tragas té sin querer cuando bebes una taza, saqué la pipa de mi boca e inconscientemente inhale más aire para mantener unos segundos el humo en mis pulmones, luego solté. No tosí y le iba a entregar la pipa al rubio cuando se negó, me hizo un ademán que continuara y yo no me negué, volvi a fumar y aguantar la respiración. La segunda vez que solté el humo sentí un relajo, curiosamente no fue como ver animales rosas o cosas así, en todo casos solo había fumado dos caladas.
Thor y yo seguimos fumando como por quince minutos, no mentiré que habremos compartido 5 o 6 pipas que no eran pequeñas y que luego de la tercera estaba riéndome como esquizofrénico o algún cagado de la cabeza, sintiendo los ojos pesados y el cuerpo flotando en las nubes.
-Ohhhh… que sofá más cómodo –Dije acomodándome en el sofá, sintiendo que me derretía en el.
-Tienes razón –acepto el rubio realizando el mismo movimiento que yo, de pronto miró al techo y comenzó a reírse como idiota.
-¿De qué te ríes? –Dije riéndome también, no tenia idea de cual era la razón, pero me reía igual.
-¡No tengo ideaaaa TIIIIII…JAJAJAJAJAJA! –Sus carcajadas subieron de tono y con la respuesta las mías también.
-Aunque debo reconocer que están como para coger…-Dije mirándole insinuante.
-¿Debo tomarlo como una orden?
-por qué no…
Quería rodar en el piso a ratos, en otras quería lamer el techo, pero no supe como de pronto estaba besando a Thor como si el mundo se fuera a acabar y me estuviera despidiendo del amor de mi vida, obviamente sin serlo. …l estaba acostado en el sillón de enfrente de los sofás y yo estaba sentado encima de el, frotándonos como si tuviéramos sexo con ropa, él me tomaba de las caderas y me movía a su compás, el efecto de la marihuana mezclado con la calentura es algo notable ¡Tienen que probarlo!, o sea… no promulgo que se vayan a las drogas, pero esa sensación es completamente diferente a las demás en el sexo casual.
Yo me movía encima de el como una jodida ramera, sintiendo como nuestros miembros se endurecían y pedían salir a recibir un poquito de aire y el calor de una mano compasiva de su tristeza al estar encerrados en un montón de tela, terminé soltándome mi corbata y lanzándola lejos, mis ojos estaban entrecerrados por el peso que sentía en ellos, el calor que recorría mi cuerpo me estaba obligando a quitarme la camisa.
-Quítame… quítame la camisa –Le dije entre jadeos y suspiros, sus manos subieron desde mis caderas hasta mi pecho, subiendo lentamente y apretando mis pezones para torturarme, respondí esa provocación con un gemido algo agudo.
-¡Ya quítame la puta camisa! -Le grité casi suplicando, la tela era un real estorbo entre nosotros, puso las manos entre los botones y me abrió fuertemente la camisa haciendo volar los botones. No me molesté, de hecho fue excitante. Thor se sentó conmigo encima para llegar a lamerme el torso, su saliva estaba igual de caliente que mi pecho y noté que él aún tenía su ropa puesta… ¡Maldita sea, quiero ver ese cuerpo desnudo ya!
Creo que se dio cuenta de mi pensamiento porque entre gemidos de placer por su trabajo en mi pecho, no sé cómo mierda cambio de lugar los papeles, ahora yo estaba abajo y él me seguía asechando, pero ahora encima de mí. Le lleve las manos a su pecho y tire la chaqueta roja.
-Esto está estorbando, te ordeno que te lo quites
¿Te ordeno? Pero que mierda andaba diciendo, si mi palabra tenía que ser ley.
-Como mande, usted paga… - y se quitó por fin la molesta ropa dejándose ver.
¡Tenían que haber visto ese cuerpazo a la distancia en que lo vi yo!, llevé mis manos a su pecho, sus músculos estaban marcados, no eran del tipo de músculos que tocabas y eran tan duros como una roca… esos son desagradables. Estos eran los músculos justos y necesarios, no le faltaba y ni le sobraba. Le recorrí el pecho con las manos completamente y el me regalo un gemido cuando le piñizque un pezón, luego me tomó las manos y las junto en mi cabeza para besarme, yo correspondía a cada beso que me daba, a cada caricia que con su mano libre me recorría, empujaba con mis piernas su cadera para frotarme de mejor manera a su cuerpo caliente.
De pronto paró abruptamente de tocarme que pensé que algo había pasado, pero me miró y me dijo.
-Vamos a tu cama mejor, este lugar será incómodo para lo que espero hacerte…
Sólo asentí con la cabeza y el me levanto cual saco de papas poniéndome en su hombro.
-Oye, ¡Bájame! –Igual no me incomodaba, el efecto de la droga no me dejaba hacerme el molesto, de hecho me quería reír a carcajadas, pero solo mostraba una sonrisa en el rostro.
Y me bajó lanzándome a la cama, yo le mire mientras me acomodaba.
-¿Que mierda quieres hacerme, fortacho? –No sé por qué de pronto me puse a hablar como perra en celo. El rubio puso una muy mala cara pensativa, para luego reírse.
-Es que quiero probarte entero… pero tu mandas asique tengo que pedirte autorización, supongo.
-¿Autorización? –No estaba en condiciones para andar dando autorizaciones, yo nada más quería que su o mi verga se paseara por el interior de alguno, ¿Les dije que soy ambiguo*?,
-Claro… tengo que pedir permiso para hacer lo que quiero hacerte.
Yo me estaba acomodando en la cama como gusano, él se subió a la cama sacándome los zapatos, calcetines y dirigiéndose a mi cremallera, me acaricio el miembro por encima de la tela… aún sigo pensando que lo hizo para tirar la balanza a su favor. Yo gemí un poco con ese cariño y dejé que me quitara la ropa restante, estaba lento en mi pensar y ya había olvidado la conversación con rapidez… ehm, creo que eso también lo uso a su favor. Se levantó el de la cama y se quitó él mismo la ropa, yo andaba medio mareado, realmente había fumado mucha marihuana para ser la primera vez, maldito ¡Uso todo eso a su favor!.
-Vamos, dame permiso…
Y ahí fue donde lo miré, su piel era pareja, se veía suave, si sus músculos del pecho estaban bien marcados las piernas andaban por las mismas, mis ojos se fueron rápidamente a su miembro, que se me antojo como agua a sediento, ¿Qué? Estaba caliente. Yo aún no respondía nada porque no sabía a qué coño se refería, al parecer se notó en mi cara porque se fue a acomodarse entre mis piernas, las tomó y comenzó a frotar su pene con mi entrada. Oh… eso era bueno, pero aún no entendía a que se refería.
-¿Me darás permiso? – Y ahí andábamos con lo del permiso.
-¿Permiso de qué? –Dije por fin, no había preguntado antes porque no quería lucir idiota, pero no pude evitar ser un idiota en ese momento.
-Dejarme hacerte lo que quiero hacerte –Se va por las ramas.
-¿Qué mierda quieres hacerme? –Dije, entrando en un estado de catarsis porque había empezado a masturbarme mientras preguntaba y su intromisión entre mis nalgas no ayudaba a pensar.
Finalmente me lo dijo.
-Dejar que libere alguna de mis parafilias… -Dijo caliente, al parecer la idea de dejar salir sus gustos sexuales lo excitaba más porque sentí el fuerte palpitar de su pene entre mis nalgas –Te prometo que no la pasarás mal… solo déjate llevar por lo que sientas.
Y comenzó a masturbarme más fuerte, creí que me estaba fastidiando o me andaba tomando por idiota, pero al parecer iba en serio. Separó su miembro de mi trasero a lo que respondí con un bufido, él resoplo divertido y se agacho para dejar de masturbarme y comenzar a darme sexo oral… ¡ESO MANDO A MI CEREBRO MAS LEJOS DE DONDE LA MARIHUANA LO HABIA LLEVADO!
Puse mis ojos en blanco y comencé a mover fuertemente las caderas, gemía ronco y a veces muy agudo. Dejó de mamarme para lamerse el dedo, ya supuse yo para donde iba la cosa y lo dejé, me insertó sin cuidado ni decencia su dedo en mi interior.
-AHHHHHH!!!! Duele…- me queje y al quejarme Thor soltó un suspiro muy pesado.
Ahí iba la cosa… aparte de ser un puto drogadicto ¡es sádico!. La idea de ser disque sometido me agrado. Volvió a mamarme el pene y a mover fuerte y rápido su dedo en mi interior, me escocía un poco el trasero, pero me estaba empezando a gustar la cosa.
-Dame permiso… -Sonó ahora inquisidor, su voz se había tornado muy gruesa, eso cambiaba los papeles, pero que importaba ya… podría echarle siempre la culpa a la marihuana.
Sus movimientos me andaban trayendo loco, repetía una y otra vez el “Dame permiso” mientras con el dedo daba una fuerte estocada que llegaba a mi próstata y me hacía gritar por placer… que mierda me quedaba, nada… sólo aceptar, creo. Le mandé un empujón con uno de mis pies por el hombro y lo separé de mi, al salir tan brusco de mi cuerpo dolió un poco, pero la cosa iba para la parte del dolor.
Aun me pregunto si fue la calentura o la marihuana lo que me hizo decir lo siguiente.
-Dame por donde quieras, tengo todos mis agujeros disponibles… pero méteme ese pene tuyo ya o antes que me dé la idiotez y te mande a freír espárragos al antártico.