Realmente la posición en la que había quedado era bastante provechosa para el puto este, mi trasero se mostraba abierto y dispuesto, como el bar The Time, sólo que a mi trasero le faltaban las luces rojas que digan “Entre, siéntase como en su casa”. Sin contar la incomodidad de tener mi propio semen en mi estómago.
-Esto no me gusta nada… -Gruñí, pero la verdad es que ni siquiera había tenido la decencia de moverme o salirme de esa posición.
-Ah, pero te gustará… -Dijo el rubio mientras sentía como la cama se movía, supongo que se estaba acomodando porque pronto sentí sus manos en mis caderas.-Hay que jugar un rato, vaquero…
Como niño asustado me intenté aferrar a una blanca almohada mientras sentía el tronco erecto de su pene restregarse contra mi entrada, fue ahí donde recordé que tenía las manos atadas, demonios… me reducía de buena manera el movimiento, el siempre conveniente Thor, siempre todo se daba vuelta a tu favor. Escuché cuando empezaba dar respiros más pesados, más profundos. Yo atiné a sonrojarme, era estúpido, pero lo había hecho… ese maldito frote estaba incentivándome a mover las carderas lentamente, buscando con el trasero lograr que entrara. Y como el estúpido que soy comencé a dar pequeños quejidos de placer.
La sensación en mi trasero era extraña pero cómoda, me hacía comenzar a arder en deseo y querer rogar que me la metiera, pero como soy orgulloso me lo trague. Pero el muy cabrón me agarró de las nalgas y las apretó entre sí, quedando su miembro en medio y empezó a dar estocadas.
-Uh… esto me gusta… -Acercó su pecho a mi espalda, sentía como el calor emanaba de su cuerpo.
-Ca… cállate –Le dije.
Estaba empezando a hundir mi rostro en la almohada, joder… si se sentía bien en mi trasero. Era una especie de corriente alterna viniendo de Thor, tal como su nombre decía, sentía que el Dios del rayo me deseaba coger, eso me hizo mirar levemente hacia atrás soltando un gemido.
-Ohhh… Pero qué tenemos aquí –Me soltó una nalga para golpearla fuertemente. –Nuestro querido amigo la está pasando bien…
Negué con la cabeza, mintiendo claro está. Se acercó peligrosamente a mi oreja y susurró deseoso.
-Si te calienta que me masturbe con tu trasero… -Me mordió la oreja, siguió susurrando -…te apuesto a que mueres de ganas de que entre y te dé lo que quieres.
Intenté darle un empujón con el cuerpo y el me azotó con su mano, grité dolorido, puta descarriada, como se atreve a golpearme tanto. Fruncí el ceño y el negro con la cabeza.
-No, no no… los que se enojan siempre terminan sufriendo –Me acariciaba la marca perfecta de su mano en mi nalga, aunque me acariciara me ardía la maldita marca.
-¿no que iba a gustarme? Hasta ahora no me ha gustado nada –Dije, intentando zafar el tema –Publicidad engañosa…
El rubio rio abiertamente ante mi comentario, me relajó un poco y sonreí… tonto error porque me tomo de las caderas y me penetró con su hombría dándome una fuerte estocada. No puedo decir que me dolió porque mentiría, con las caricias anteriores dadas a mi entrada estaba más que listo para recibirle.
-¡AAAAAHHH!
Gemí de placer a viva voz, me dio tres estocadas seguidas, fuertes y tensas, mis manos molestaban estando atadas, mi cuerpo estaba dedicándose a quitarse el deseo de encima mientras que el cuerpo de Thor hacía su propio esfuerzo para llegar al mismo objetivo. Thor daba gemidos roncos y suspiros entre las estocadas.
-Ahhh… Loki, estás tan calieeente
Se movía con más rapidez, podía sentir como se contraían sus músculos de las piernas al moverse al compás de mis movimientos, podía sentir las gotas calientes de sudor tocar la piel de mi espalda mientras esta se arqueaba para dar mayor placer a ambos. Cuando su pene rozaba mi próstata mis ojos se cerraban para dejar que el shock de la electricidad que me estaba recorriendo desde mi punto g llegara completo a mi cerebro saliendo como respuesta un mar de gemidos mezclados, haciendo una balada sexual junto a los gemidos extasiados del rubio.
-Oh, Dioses… Me estás… ahhhhggg… llevando a la gloria –Me decía Thor con la cara mirando el techo, parecía que estuviera dando una plegaria de agradecimiento a los dioses que portábamos sus nombres.
Me nalgueaba, me mordía la espalda, me apretaban las muñecas, me asfixiaba de cuando en vez la almohada y en vez de molestarme me estaba haciendo arder en llamas deseosas que querían ser apagada por el hombre ojos mar, la habitación realmente estaba caliente debido a la fricción de nuestros cuerpos, mi mente se dedicaba a absorber la desinhibición que estaba teniendo mientras me ponía a gritar.
-AHHH… THOR… ¡DAME MÁS! –Y el rubio al escuchar mi voz gemía más fuerte.
-¡Ay, sí! ¡Eso quería escuchar!... –Dijo divertido mientras mi cara se teñía de un fuerte carmesí.
Comenzó a moverse de manera circular logrando que al poco rato yo me moviera de igual manera, el sudor me estaba empapando y el cansancio comenzaba hacerse presente, mis jadeos eran la mezcla precisa de placer y cansancio, miré hacia atrás y vi la cara de Thor mostrando todo su placer.
Ver eso me excitó aún más de lo que creí y no pude evitar una súplica.
-Mastúrbame –Y para que no se notara la súplica obvia, agregué –Si quieres tu buena paga…
El rubio obedeció sin vacilar, comenzó a masturbar mi húmedo miembro por todo el líquido seminal que había escapado de mí.
-Pero quién está más mojado que clítoris de puta… -Me dijo, él era el prostituto y yo la tenía más mojada que una puta, ironías de la vida.
Me masturbo a la par de sus estocadas, apretando fuertemente haciendo que mis bolas trabajaran más rápido de lo que ya, por alguna razón comenzó a sonar chistoso cada vez que me daba una estocada, ese sonido que sale cuando chocas tus manos mojadas, eran como… aplausos mojados. De pronto la cama comenzó a crujir horrorosamente, como si se fuera a romper en cualquier momento, nuestros gemidos subieron el tono, mi cuerpo se estaba tensando y el palpitar del pene de Thor en mi interior me hacía pensar que ambos estábamos cerca del orgasmo.
-Prepárate para recibirme… -Dijo cerrando fuertemente los ojos y corriéndose con fuertes estocadas.
La cama sonaba como si se fuera a caer, la cabecera de la cama chocaba con la pared haciendo un estruendo, pobres vecinos pensé por un momento, ni siquiera un segundo. Ambos estábamos listos, mis ojos estaban en blanco, mis manos se apretaron fuertemente y eché mi cabeza hacia atrás cuando mi orgasmo se disparó al pobre cubrecamas, apretando todo mi cuerpo incluyendo mi trasero. Esa presión hizo que Thor gritara “¡ME CORROOO!” Al tiempo que daba una fuerte embestida, tan fuerte que la cama cedió a todos los movimientos anteriores cayendo primero los pies de la cama y luego la cabecera terminando la cama totalmente en el suelo. A Thor no le importaba, él miraba hacia al cielo nuevamente, tal vez ahora sí agradeciéndole a los dioses y soltando fuertes suspiros de aire comprimido mientras que yo sentía en mi interior una gran cantidad de semen muy caliente llenar todo espacio disponible, ¿Qué? Eso sentí.
Se quedó un instante más en mi interior dando dos estocadas más, pareciendo que realmente quisiera ‘descargarse’ completamente, estábamos jadeantes y poco consientes, cuando salió de mí se sentó en el colchón ya que lo que había sido la cama… ya no lo era.
-Estuvo excelente –Dijo jadeante.
Yo estaba demasiado cansado como para responder al instante, tenía hambre por culpa del orgasmo y tenía sed por culpa de tener mucho rato la boca abierta. Después de unos instantes respondí.
-Sí, lo estuvo… -Dije mientras que mi respiración se tranquilizaba e intentaba mantener una posición normal –Suéltame.
-Como gustes… -Dijo soltándome la corbata y dejando por fin libre mis manos.
Las froté al verlas, las marcas rojas eran muy evidentes en mi blanca piel, tal vez se pondrían moradas y tendría que esconderlas evitando subirme las mangas de mi camisa. En un momento de lucidez mental miré a mi alrededor y a mi mismo. Estaba cubierto de semen, la cama estaba cubierta de semen de mi propiedad también… la cama, algo había mal en la cama. Suspire.
-¿Sabes que tendré que dar una buena explicación sobre esto? –Dije mientras apuntaba la cama y el reía.
-Sí, pero te la ganaste…
-Y tú te ganaste cada peso que te pague… -Caí en la cuenta –A propósito ¿Cuál es la suma?
El rubio rio estrepitosamente, entretenido. Se levantó de la destruida cama para ir a la mesita de noche que estaba a su costado, cerca del teléfono había un papel y lápiz para tomar notas, escribió la cifra y me la paso.
-Tienes que estar jodiendo… -Le dije, no creía la suma.
-Jamás preguntaste cuanto valía… soy caro.
-Lo noté… Pero esto, ni que te hubiera penetrado.
-No, eso cuesta un diez por ciento más… -Dijo con toda calma.
-Realmente tienes que estar jodiendo.
Aunque la idea de cogérmelo tampoco me cayó mal.