En el salón de clases, un gran grupo de jóvenes se rencontraban después de su vacaciones, reuniéndose para empezar un nuevo año escolar. Risas y carcajadas se escuchaban mientras narraba lo que les había ocurrido en sus vacaciones. Viejas amistades como nuevas nacían entre ellos; y esperando lo que les esperaría en ese año.
Entre tantos adolescentes, se apreciaba un grupo de amigos algo particulares, se estaban narrando sus anécdotas, locuras y travesuras. Eran tres jóvenes alrededor de 15 años, cada uno con una potencialidad única, sobresaliendo cada uno por temas nada relativas entre sí... Pero en su grupo faltaba uno…
Por un momento breve el salón quedo paralizado… ingresando Gaara, uno de los mejores estudiantes del Instituto, era apuesto en su concepto, educado y responsable entre otras virtudes… pero para su corta edad era muy serio y reservado en su vida; poniendo casi una muralla invisible con los demás, pero con sus amigos “Lee, Sasuke y Naruto” era diferente; a ellos les tenia estima y respeto, se sentía en confianza como para mostrar una sonrisa, y esa expresión era difícil de ver en él … pero para Naruto eso era tarea fácil.
Naruto era un hermoso rubio con sonrisa impregnada, su alocada alegría había puesto un giro en la vida del peli-rojo. Naruto no era un gran estudiante por sus brillantes notas, pero tenía brillo propio; casi todos eran sus amigos y los que no, era porque le tenían envidia o un rencor injustificable. Gaara lo apreciaba, aunque esa palabra queda corto con lo que realmente sentía hacia él… no sabe desde cuando y como paso, pero era imposible que esa sincera sonrisa no le robara el corazón.
–Hola Gaara– le decía cándidamente su ángel, porque eso era para él… su ángel.
–Ho..Hola Naruto– respondió levemente sonrojado y con una sonrisa. Se oyeron suspiros por parte de algunas compañeras que tuvieron la suerte de ver su rostro enternecido –Hola a todos–dijo para sus otros dos amigos, volviendo con su rostro neutro de emociones.
–Que tal sin cejas? – le decía Sasuke para fastidiarlo, su eterno rival en monopolizar al rubio. Sasuke era alguien que se asemejaba a él, de carácter frio, poco trato social, algo soberbio; pero eso solo lo hacía más atrayente, por ello tenía dos clubes de fans.
–No empiecen.. – Decía el peli-negro – tienen que estar en aura positiva! El fuego de la juventud encendida! – exclamaba casi gritando, Rock Lee era un alumno con una personalidad muy interactiva, no daba ni comienzo las clases pero su uniforme se veía desacomodado.
Y así se juntaron los cuatro mejores amigos, su amistad no era desde el kínder pero tenían fuertes lazos. Cada uno diferente a su modo entre ellos se complementaba; “4Element” alguno los apodaban así.
Una armonía de murmullos se escuchaba en cada salón, algunos fueron callados por el timbre, anunciando que las clases darían comienzo… en ese instante hacia ingreso un joven hombre, con cabellera larga sujetado con una coleta que le daba un aire atrayente, vestido formalmente con un terno oscuro que resaltaba su clara piel.
–Buenos días alumnos, soy su nuevo profesor de matemáticas– decía mientras escribía su nombre en el pizarrón – Mi nombre es Uchiha Itachi , y también seré su tutor– se empezó a escuchar murmullos y gritos de emoción por algunas alumnas, el profesor en respuesta de algunas miradas sonrió coquetamente –kyaaa– se llegó a escuchar del alumnado.
–Que chichas más escandalosas– decía Sasuke, de forma despectiva.
–El profesor se apellida igual que tu Sasuke– murmuraba Naruto, como si de un secreto se tratase –y se parecen mucho! – dijo Lee, como siguiendo el complot.
– Pero que baka– exclamaba suspirando Sasuke.
– Es su hermano mayor– dijo Gaara como dice agua va. La reacción de Naruto y Lee fue única, una mescla entre sorpresa, asombro, extrañeza y otras.
Sasuke prefirió ignorarlos por el momento, el tema de su hermano era algo que no le agradaba tocar. No odiaba a su hermano ni mucho menos, pero no comprendía su vida bohemia hasta el momento. El porqué se encontraba ahí, simple… era un castigo de sus padres, aunque tarde, pero le pusieron un límite. Aunque él se llevaba parte del castigo.
– Pueden dejar de hacer tanto escándalo alumnos– dijo el profesor con voz pesada. Itachi no estaba ni una pisca feliz por ese trabajo, y si su hermanito no le ayudo a librarse, pues que se joda también. Empezó a observar al grupo de amigos cercanos que tenia, su madre le comento sobre tres jóvenes, los identifico fácil; rubio, peli-negro y el peli-rojo. Bueno si tenía que empezar a ser un ciudadano responsable, lo haría después… primero tendría que sacar algún provecho de ello… su vida no daría un giro por así nomas.
Así dio comienzo la clase, los alumnos guardaron silencio, mientras el profesor explicaba sus métodos y modo de enseñanza. Las jovencitas estaban encantadas con tan guapo y joven profesor, y cierto joven rubio también. Naruto no podía dejar de mirarlo detalladamente, y sentía necesidad por saber algo o tratarlo, olvidando su alrededor. Gaara se dio cuenta de que su ángel no apartaba la mirada del profesor y eso le así hervir en celos.
–Bueno alumnos, necesito un delegado para la clase– Naruto vio su oportunidad de poder… – ¿Así que, quien es el mejor alumno? – y vio como el viento se llevo su oportunidad, y es que Naruto sabía que sus notas daban que desear.
Itachi fue a ver la lista del alumnado y empezó a tomar asistencia, de paso conocer a algunos. Los otros profesores le comentaron que su hermano y un tal Gaara-kun eran los mejores en la clase, como no quería tratar mucho con Sasuke, el otro seria el delegado, se lamentaba que no sea una hermosa jovencita.
–Gaara-kun? – “que mal educado, llamarme por mi nombre” pensó enfurecido Gaara, quien solo levanto la mano, para no decirle nada al nuevo profesor.
–Gaara-kun? – llamo de nuevo Itachi, si lo vio alzar su mano, pero no era malo una fastidiada verdad? –Presente– “uuh” pudo sentir el recio en su voz, se acerco al asiento del menor – ¿Puedes ser el delegado?– lo vio enrojecer, al parecer, después de todo no sería aburrido su nuevo trabajo.
–Si ...Profesor– respondió sin ganas Gaara, no soportaba ni que estuviera cerca de él, ahora tendría que ser casi su secretario.
–Ok, el alumno Gaara-kun va ser el delegado de mi curso– informaba el profesor con voz asonante. Sasuke se dio dio cuenta que su hermanito tenía algo entre manos, porque no le pidió a él, era una forma de fastidiarlo, y esa mirada que le dirigió a Gaara era particular, era la mirada que tenía ante sus padres; antes que les provocase un infarto al enterarse una de las muchas estupideces que hace.
Y así iniciaba un año escolar, y sin tener la mínima idea de lo que el tiempo les tenía preparado…