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Cautivo por Akihiko Harashi

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Notas del capitulo:

ADVERTENCIA: Este fic contiene  

Violacion

Violencia

Lenguaje vulgar.

muerte de un personaje.

Este fic se desarrolla en un Universo alterno

Si no te gusta este  clase de escritos, por favor no leas.

 

 

Capitulo 3   “La fuga”

 

 

 

 

-mm…n..no!! aahh!!....

 

 

-he?.. Justo ahora se escucho como si de verdad lo disfrutaras…

 

 

-no… -dice escondiendo su rostro tras su cabello, de pronto sintió  una mano que lo sujetaba fuerte de la barbilla, levantándole el rostro hasta que se encontró viéndose de regreso. Se sintió humillado y enojado, por no poder controlar las reacciones de su cuerpo. el espejo frente a él le mostraba su rostro excitado su evidente erección, aparto el rostro para no ver más, era humillante ¿Por qué no podía hacer reaccionar a su cuerpo?

 

 Estaba siendo mancillado, pero aun así parecía que su cuerpo estaba más que satisfecho con los tratos del capitán, el cual parecía disfrutar de la frustración y el dolor que le hacía padecer al pequeño italiano, de nuevo la mano del español lo tomo fuerte de la barbilla obligándole a verse por el espejo, dirigiendo la mirada del italiano a la parte que conectaba el cuerpo de ambos.

 

 

-n..no..!!

 

 

-dices que no, pero esta parte de ti…reclama la atención del capitán… -

 

 

Dijo el español dando un apretón al miembro de Lovino, el italiano apretó los puños y los dientes por el dolor, todas las acciones del capitán eran solo para disfrute suyo, se suponía que solo tenía intenciones de lastimar y mancillar al italiano, aun así algo dentro de él, le decía que no debía tratar así a “romano” , por alguna razón tenía un leve sentimiento de nostalgia cuando veía al italiano, pero era justo por eso que lo trataba mal.

 

 

Antonio era el capitán de un barco de piratas, no tenía espacio dentro de sí mismo como para tener sentimientos de nostalgia ni de ningún otro tipo, quizás lo único que tenía permitido sentir era odio, tenía que ser fuerte, frio y distante para poder comandar a sus hombres, por esa razón tenía que hacer que cualquier sentimiento de debilidad que le provocara romano desapareciera…Unos golpes leves a la puerta del camarote lo sacaron de sus pensamientos mientras fumaba, volteo hacia la puerta con mirada fría ya sabía de quien se trataba después de todo.

 

 

-qué? –pregunto enojado cuando el hombre francés,-que era quien tocaba la puerta- entro al camarote.

 

 

-veo que, de nuevo…. Lo torturaste hasta que se desmayó…. 

 

 

Dijo Francis viendo al pequeño italiano que estaba sobre la cama inconsciente, no recibió respuesta inmediata del capitán así que se acercó aún más a la cama para ver mejor al chico, parecía que tenía nuevos golpes y moretones sobre su rostro, brazos, piernas… prácticamente todo su cuerpo tenía heridas.

 

 

-estas aquí para darme un sermón? –pregunto sarcásticamente, mientras embonaba una media sonrisa.

 

 

-claro que no, es solo que si tanto lo odias deberías matarlo y ya… o dárselo a los hombres para que acaben como el como el ultimo….

 

 

-Francis lo olvidas? Ese mocoso me ataco, debe sufrir por sus actos..

 

 

-¿no crees que sufriría más con los hombres?

 

 

-¿me estas cuestionando? …. ¿estas subestimándome?!!! – dijo enojado mientras arrojaba la silla en la que antes se encontraba sentado

 

 

-claro que no.. es solo que es extraño… el que conserves tanto tiempo a tu mismo  “juguete” …

 

 

-es porque todo lo que han traído últimamente es una mierda!! …

 

 

-pues… estamos por llegar a donde se encuentra tu burdel favorito…. Así podrás entretenerte en otras cosas y no solo en el –dijo señalando levemente al italiano..

 

 

-bien….. Llevátelo si es lo que quieres, pero no lo mates…. Aun es mío… más te vale que lo cuides, porque si lo tocan te mato….. –dijo el español con voz demandante

 

 

-claro… cuidare de él… 

 

 

Dijo el francés envolviendo el cuerpo del italiano con las sábanas blancas sobre la cama, entonces con cuidado lo saco del camarote y lo llevo a su “oficina” que era el lugar donde descansaba Lovino cuando Francis lograba sacarlo del camarote del capitán para curar sus heridas.

 

 

Había pasado ya un mes y medio desde que Lovino había llegado a ese lugar, la mayoría del tiempo se la pasaba en el camarote del capitán o en la oficina de Francis cuando este lograba convencer a Antonio de que el italiano necesitaba que curaran sus heridas.

 

 

-saint dieu …

 

 

Decía el francés mientras limpiaba las heridas del italiano, en el poco tiempo que podía estar cerca del muchacho ya sea cuidándolo o curando sus heridas, Francis había hecho un lazo con Lovino., después de todo el italiano no tenía la culpa de haber caído en las garras de Antonio.

 

 

-quizás… no de hecho fue mi culpa… 

 

 

-Francis….? –preguntaba débilmente el italiano despertando de la inconciencia.

 

 

-Lovino, es un alivio que estés despierto… -dijo Francis tomando la mano del italiano- cada vez que el capitán te deja así siento un miedo terrible de no ser capaz de escuchar tu voz de nuevo –dice besando la mano de Lovino. 

 

 

-para ti es un alivio que despierte, pero yo preferiría no hacerlo más… por favor matame Francis-dijo Lovino con la mirada perdida en los ojos de Francis.

 

 

-no, ¡¿qué estás diciendo?!… esa es una locura Lovino. 

 

 

-Esto es un infierno para mi!! No puedo soportarlo Francis! No puedo más!! –dijo el italiano apretando la mano del francés mientras este solo lo veía con un poco de dolor en la mirada.

 

 

¿Cómo era posible que le pidiera eso? Era verdad que lo que le hacían pasar al italiano era un infierno pero en el tiempo que había estado c0n Lovino le había tomado un cariño especial, no podía dejarlo ir justo en ese momento, no estaba preparado.Francis sabía que era egoísta de su parte tratar de retener a Lovino en ese lugar, pero no tenía intenciones de dejar que este se fuera.

 

 

Lo tomo de las manos y le dedico una sonrisa dulce.

 

 

-tienes que resistir Lovino, piensa en tu hermano… prometiste volver con el ¿no?

 

 

-pero…

 

 

-pero nada, tienes que ser fuerte por el…

 

 

La mirada de Lovino bajo, como si estuviera pensando en las palabras que acababa de decirle Francis, mientras que este continuaba con la sonrisa que le había mostrado a Lovino, mientras que para sus adentros se maldecía a el mismo por usar esa táctica con Lovino.

 

 

Después de hablar un poco con el italiano decidió que sería mejor que el pasara la noche allí en su oficina después de todo, los marineros iban a bajar en una ciudad a “divertirse” incluyendo al capitán, por lo cual no necesitaría a Lovino en su camarote.

 

 

-así que, ya que los marineros y el capitán saldrán esta noche, estarás a salvo, al menos por hoy..

 

 

-no habrá nadie en el barco…

 

 

-solo tú y yo… -respondió quitando los cabellos del rostro del italiano para verlo mejor.

 

 

Lovino no dijo nada, solo soltó un pequeño suspiro, parecía estar tranquilo con lo que Francis acababa de  decirle al menos por una noche podría escapar de su pesadilla con el capitán y por eso se le veía tan tranquilo o al menos eso fue lo que creyó el francés.

 

 

Las horas pasaron y por fin logro escuchar algo más que las olas irrumpiendo contra el navío, su oído se había agudizado por pasar tanto tiempo solo escuchando el mar y las gaviotas que le era fácil escuchar las cosas diferentes a lo lejos, se encogió de hombros, pensar que tenía tierra tan cerca y no podía salir lo hacía ser aún más consciente de su falta de libertad.

 

 

Escucho a los marineros preguntarle a Francis si iba a acompañarlos y como él les decía que cuidaría las pertenencias del capitán, miro su muñeca izquierda, en ella tenía un brazalete de lo que al parecer eran diamantes, la cual lo marcaba como “pertenecía”  favorita del capitán.

 

 

Después de unos minutos nada se escuchó en aquella oficina, al parecer todos los marineros habían bajado a “divertirse” vio entonces a Francis entrar con algo entre sus manos.

 

 

-te traje algo de ropa, te preparare un te…

 

 

-lo hare yo… por favor… -dijo casi en un susurro el italiano. Francis parecía sorprendido por tan repentino comentario, se sentía un poco feliz.

 

 

-¿estás seguro? –pregunto Francis con una sonrisa.

 

 

-si… solo podrías salir un momento… mientras me cambio de ropa…-

 

 

dijo Lovino desviando el rostro, con el tiempo Francis había aprendido a darse cuenta cuando Lovino necesitaba de un pequeño momento para reflexionar o quizás pensar en el mismo y no en los horrores que tenía que pasar en ese barco, sonrió y le dijo “si” con un movimiento de cabeza después salió de la habitación.

 

 

 

 

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Sabía que lo que estaba a punto de hacer era malo, después de todo Francis era el único que había sido amable con él en todo ese navío, aun así también era el francés el que lo había llevado allí, eso no importaba en este momento.

 

 

Lovino había logrado quedarse solo en la habitación y ahora teniendo tierra tan cerca lo único que quería era escapar, pensó en las posibles formas de salir pero la habitación en donde estaba solo tenía como salida la puerta y era claro que Francis esperaba fuera. 

 

 

Entonces reviso más cuidadosamente la habitación, encontrando una especie de jarabe el cual días antes Francis había utilizado para hacerlo dormir, tomo un poco y lo puso en una taza de té, después llamo a Francis.

 

 

-Estoy listo… -el rubio entro de inmediato-

 

 

El italiano le dio una taza de té al rubio, el cual la veía algo extrañado, ciertamente la actitud del italiano le hacía notar a Francis que algo ocultaba. Lovino lo vio tratando de ocultar su nerviosismo y culpabilidad.

 

 

-¿no probaras tu té?

 

 

 

 

Miro Al francés que le sonreía, quizás ya lo sabia todo. se estiro tomando la taza de Francis. 

 

 

-No, yo lo tomare... lo siento es solo que pensaba que es la primera vez que no preparo el té y me resulta algo extraño jaja -dijo con una sonrisa retirando la taza de la mano del italiano y se la llevo a los labios bebiendo un poco del té- Esta delicioso... 

 

 

-Si... -su voz sonó como un susurro mientras veía como Francis tomaba mas  té- ¿porque estas ayudando al capitán con esto?

 

 

-¿con que?

 

 

-Con todo esto... eres medico, uno muy bueno... ¿como terminaste aquí? 

 

 

-Es una larga historia... Pero lo único que puedo decirte es que, tal vez era mi destino estar aquí... conocerte, al menos estoy feliz de ello... aunque las circunstancias sean muy desafortunadas...

 

 

 

Lovino vio la mano del francés antes que sus dedos tocaran su cabello enredándose un poco en ellos.

 

 

-sabes... no le pusiste lo suficiente como para hacerme dormir, solo estoy algo aturdido...  -dijo tomando con algo de fuerza uno de los brazos de Lovino mientras este se levantaba.

 

 

Se sintió acorralado y entro en pánico actuó por instinto y su mano libre se aferro a lo primero que encontró y con ello golpeo a Francis haciendo que este cayera inconsciente. 

 

 

-L-lo siento... -Quiso quedarse para asegurarse que el Francés estaría bien, pero entonces vio la puerta y corrió hacia ella.

 

 

"tengo que salir de aquí, tengo que escapar" -era en todo lo que podía pensar mientras caminaba por el barco. a penas sus pies tocaron el suelo, entro en cuenta de que de verdad era posible escapar de ese lugar y empezó a correr.

 

 

 

No sabia si lo estaba siguiendo, no sabia si se encontraría con alguno de los marineros todo lo que podía pensar era en correr y alejarse de ese lugar, de esa ciudad, del muelle, de el mar y de ese barco que había sido su pesadilla.

 

 

 

Salio de la ciudad y siguió corriendo no sabia en  donde estaba pero cualquier lugar seria mejor que ese barco, cruzo una pequeña cerca y termino cayendo de rodillas, trato de levantarse  pero sus piernas no resistieron y en un segundo estaba en el piso de nuevo.allí sintió todo el dolor, sus músculos estaban cansados y adoloridos por tanto esfuerzo y sus pies estaba lastimados ya que había estado corriendo descalzo todo el tiempo. Tardo unos minutos en levantarse ayudado de la cerca que estaba detrás de el, una vez de pie camino unos cuantos metros, cada paso era doloroso pero tenia que seguir. 

 

 

Con la mirada fija en los rayos del sol que estaba casi totalmente oculto dio unos pasos mas y después volvió a caer.

 

 

Era todo, no podía seguir mas, su cuerpo ya no respondía. Suspiro pesado mientras sentía como si el corazón se le fuera a salir del pecho y miro el cielo que pronto se hizo negro con la ausencia del sol.

 

 

 

-Estoy... a salvo aquí?... -se pregunto a si mismo mientras su vista se tornaba nublada- Que fragancia tan dulce... -susurro mientras veía a una flor cerca de el, un tulipán estaba en un campo de tulipanes, quizás era su imaginación o era porque estaba por desmayarse pero, le pareció ver a alguien llegar hacia el y después todo se puso negro...

 


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