Capitulo 6 "El niño y el encargo"
Había estado caminando por un largo tiempo, no sabia exactamente cuanto, pero estaba seguro que eran mas de dos semanas.
Con nada mas que lo que llevaba puesto y un par de monedas que gano trabajando con una mujer que vendía fruta, llego por fin a la ciudad donde vivía Gilbert, ese hombre que su hermano le había dicho que buscara.
Camino a paso lento, no servia de nada intentar ir mas rápido ya que no sabia donde se encontraba exactamente el hombre que buscaba, sumado a eso estaba que desde que su hermano fue secuestrado por los piratas no había podido dormir bien.
Ahora que lo pensaba mejor se sentía muy cansado, mas de lo usual. Sus ojos le ardían, tenia la garganta rasposa y le dolían las extremidades, lo mas seguro es que estuviera enfermo. Se estaba haciendo tarde y las calles de la ciudad desconocida se estaba tornando oscuras, Feliciano no tenia el dinero suficiente para poder quedarse en algún lugar ni por una noche, tampoco conocía a nadie para pedir asilo, la única opción que tenia era seguir caminando y esperar un milagro que le hiciese encontrar al señor Gilbert.
Continuo caminando un largo rato hasta que se percato de que alguien lo seguía, por un momento lo tomo como algo normal, quizá iban casualmente caminando por el mismo rumbo, pero cuando dio vuelta por una calle que ya había pasado y el hombre fue también supo que de verdad lo estaba siguiendo.
Se dio cuenta con algo de pánico que la calle por la que había entrado era en realidad un callejón sin salida, se dio la vuelta y efectivamente el hombre estaba allí,acercándose peligrosamente a él.
-D-disculpe.... ¿Que quiere? -pregunto armándose de valor, la verdad era que desde que su hermano fue secuestrado Feliciano le tenia un miedo enorme a todos los hombres a su alrededor. -Yo no tengo dinero.
El hombre no contesto nada, simplemente se acerco y se arrojo contra Feliciano poniéndole una navaja cerca del cuello mientras susurraba un "Si te mueves te cortare el cuello". Feliciano quedo paralizado sintiendo el frió de la navaja en su piel, mientras con la otra mano el hombre le recorría el cuerpo por encima de la ropa.
Feliciano no entendía muy bien que era lo que el hombre quería ya le había dicho que no tenia dinero /su hermano siempre le dijo que era muy ingenuo/ pero cuando aquel hombre le paso la lengua por el cuello supo que era lo que quería. Aprovecho un momento de vacilación en el cual el tipo le alejo la navaja del cuello, fue el momento perfecto para empujarlo y salir corriendo. Pero Feliciano estaba muy débil , seguramente el hombre podría alcanzarlo fácilmente. Salio del callejón casi tropezando por la torpeza de sus movimientos, se giro un poco para asegurarse de que el hombre no lo alcanzaría y en ese momento choco contra alguien.
Era un hombre alto y fornido que vestía un elegante traje de color gris, Feliciano tuvo que aferrarse a la ropa del hombre para no caer, fue allí que sus ojos ámbar se encontraron con unos ojos fríos de color azul cielo.
-Por favor ayúdame...-pidió de Feliciano al hombre con el que había chocado, los ojos de el hombre del traje se fijaron en el hombre que salio del callejón después del italiano, no necesitaba pensar mucho para darse cuenta que ese hombre esta molestando al pequeño.
El hombre rubio separo al castaño y fue a encarar al hostigador, Feliciano se quedo en el lugar que estaba sin atreverse a ver que era lo que pasaba con ellos. Segundos después dio un salto cuando le tomaron el hombro, pero al girarse se dio cuenta que era el hombre del traje.
-¿Estas bien....? -le pregunto el rubio, su voz sonaba como si estuviera molesto pero su expresión mostraba algo de preocupación. Feliciano no pudo dejar de ver al rubio, incluso cuando todo se puso borroso.
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Cuando abrió los ojos se encontraba en un lugar que no conocía, era la primera vez que veía una cama con un techo y también la primera vez que dormía en una cama tan suave que le parecía estar sobre una nube. Miro hacia su izquierda cuando escucho el sonido de alguien carraspear la garganta.
-Me da gusto que estés despierto. -dijo el hombre rubio que le había ayudado antes.
-Oh, gracias por su ayuda. -respondió Feliciano tratando de levantarse, pero un mareo le hizo volver a la cama.
-No deberías levantarte, el doctor dijo que estas muy débil.
-¿Doctor?
-Lo llame porque estabas ardiendo en fiebre.... em, bueno.... no quería que empeoraras... ¿Cual es tu nombre?
-Feliciano... -justo en ese momento la puerta se abrió con un gran golpe.
-Escuche sobre él!!! -dijo un hombre de cabello platinado entrando a la habitación y acercándose a donde estaba el castaño. -Lovino....? No, Feliciano ¿Verdad?
Pregunto el hombre de cabello color plata, los ojos ámbar de Feliciano se fijaron en el carmín que eran los ojos de aquel extraño hombre. ¿Como sabia su nombre y el de su hermano? A no ser que...
-Usted es Gilbert?!! -pregunto Feliciano tratando de levantarse de nuevo.
-Asi es! Yo soy Gilbert, amigo.... muy amigo de Lovino. -dijo antes de abrazar a Feliciano. -Estas ardiendo!!!
-Te dije que estaba enfermo! -le reprocho el rubio mientras se cruzaba de brazos.
-Ah, este tipo de aqui es mi hermano menor. Ludwig.
-Grazie por su ayuda Ludwig.... -agradeció Feliciano y le pareció que las mejillas del rubio se teñían ligeramente de rojo.
-¿Y Lovi? ¿Donde esta él? -pregunto Gilbert separándose de feliciano.
Fue allí cuando el pequeño italiano se derrumbo. Entre lagrimas que no se detenían les contó que Lovino había sido secuestrado por unos piratas y que no había podido hacer nada para evitarlo.
Gilbert borro la sonrisa que tenia en el rostro y salio de la habitación, volvió mas tarde con un montón de hojas donde se leía "SE BUSCA" y le pregunto al castaño por cuales de ellos reconocía.
Aunque había pasado el tiempo Feliciano pudo fácilmente señalar a 5 o 6 de los hombres, pero el que mas lo acerco a encontrar a un capitán fue cuando señalo a un rubio que era buscado por ayudar a un capitán pirata.
-"Francis Bonnefoy" -leyó el nombre con algo de desprecio en su voz, habían pasado dos días desde que Feliciano había llegado a la casa de Gilbert y en esos días se la había pasado en la cama por la fiebre, por esa razon no se entero que el peliplata mando llamar a alguien muy peculiar a su despacho.
El sonido de sus botas al tocar el suelo de madera del despacho, la elegancia con la que caminaba, la gabardina de capitán color rojo moviéndose tras de él, aquel sombrero que lo distinguía como capitán de la nave, su cabello rubio y esos ojos esmeralda que siempre tenían esa expresión de superioridad.
-Escuche que me buscaba.
-Usted es... el capitán Arthur Kirkland ¿no? -pregunto el albino viendo como el capitán tomaba asiento frente a él, estaba acompañado por un muchacho rubio de ojos zafiro, uno de sus marinero tal vez.
-¿porque un señorito como usted quiere tener algo conmigo?
-Mi nombre es Gil....
-Vayamos al grano... -interrumpió el capitán dirigiéndole una mirada que le daba algo de miedo.
-Me gustaría contratar sus servicios. Bueno, es que.... Un pirata tomo a alguien importante para mi.
-Mm... Que bien. -dijo levantando una ceja. -¿Quien le dijo que yo hacia trabajos asi? No es como si me importara....
-Le pagare el triple de lo que piden por ellos....
-Debe estar desesperado para pedir los servicios de un Pirata... -Arthur lo miro divertido. -¿Era su novia?
-No, es un muchacho....
-Debe ser bueno en la cama para que usted lo quiera de regreso. ¿o era bueno con la boca? si es asi me gustaría conocerlo..-Gilbert no lo vio claramente, pero le pareció que el chico que acompañaba al capitán le acababa de dar un golpe.
-Es un buen amigo mio, escuche que unos piratas se lo llevaron en nombre de su capitán, investigue un poco y di con el que seria el capitán de la nave.
-Deberías trabajar como investigador, lo haces muy bien.... y también deberías conseguir a alguien mas que te ayude con tu problema, yo no puedo hacer nada.
-por favor-pidio Gilbert desesperado- Eres el único pirata que conozco que puede atrapar al infeliz de Antonio Carriedo.
-¿Dijiste Antonio? ¿El idiota Fernandez? Dalo por hecho.... -respondió emocionado el capitán.
A Arthur siempre le había gustado golpear a Antonio, hacerle la vida difícil, hundir sus barcos y llevarse sus tesoros.. No tenia una razón en particular, solo le gustaba molestarlo.
-¿Porque pareces contento tan de repente? -pregunto el chico de ojos celestes cuando el barco del capitán Kirkland empezaba a zarpar.
-¿Porque sera? Alfred....
-Estas enamorado de ese tipo.... -susurro el menor frunciendo el ceño.
-¿Celoso?
-Claro que no... - de inmediato alfred.
-Ja, no me puedes engañar... ¿cuantos años creer que he cuidado de ti? Mocoso.
"Demasiados" pensaron ambos, mas ninguno lo dijo. Alfred se sentía un poco molesto de que Arthur buscara con tanto entusiasmo al capitán Antonio.
Por su parte Arthur solo quería ir y hundir el barco de ese idiota capitán de nuevo y si ganaba algo de por medio estaba mucho mejor.
-Asi que ahora secuestras niños ¿he?.... Te estas volviendo blando. -dijo para si mismo mientras sujetaba el timón.
Arthur creía que Antonio era débil por tener a un "niño" a bordo, pero él tenia su propia debilidad, una debilidad llamada Alfred.