“en las blancas sabanas”
El pequeño italiano fue arrastrado hasta lo que parecía ser los calabozos de el barco. Dos hombres que estaban allí le quitaron la ropa rompiéndola con un cuchillo, pronto el italiano quedo completamente desnudo frente a los tripulantes que estaban allí.
Fue arrojado al suelo y agua fría que era arrogada por los hombres de antes comenzó a mojar su cuerpo haciendo arder sus heridas.
Cerraba fuertemente sus puños, en cualquier descuido terminaría golpeando a alguno que se le acercara, miro lo que colgaba de su pecho, era un pequeño collar con una piedra color ámbar, ese collar pertenecía a su hermano.
Feliciano tenia el de él, su abuelo se los había regalado el día de su cumpleaños... Viendo ese collar era como estar viendo los ojos de su hermano pequeño... Solo eso le daba fuerzas para no cometer una locura como lanzarse al mar o algo por el estilo.
El agua dejo de caerle en sima, apenas estaba por levantar el rostro cuando uno de los hombres se acercó a él y tomo el collar...
-que mierda es esto? ¿Es valioso?
-no lo toques!!!
Lo que recibió a cambio el hombre fue una mordida en el brazo por parte de Lovino, este iba a contratacar goleando al castaño, pero en ese momento llego allí el francés..
-hey no se te ocurra golpear al mocoso.. ¿Qué acaso no has escuchado? Él es el invitado especial del capitán esta noche… y ya sabes como se pone el capitán cuando alguien que no es el toca sus pertenencias antes..
El hombre retrocedió al escuchar eso, mientras se detenía el adolorido brazo-donde Lovino lo mordió- le dedico una mirada de odio al italiano y con voz arrogante le dijo..
-cuando el capitán se aburra de ti…. Serás nuestro..
Al decir eso ultimo los hombres tras de él sonrieron de manera maliciosa, como si eso ya hubiera ocurrido antes. El italiano solo cerró los puños y dirigió una mirada molesta a francés frente a él...
-salgan de aquí... lo preparare para el capitán... –dijo cerio el hombre, los demás le obedecieron y salieron dejando solo al francés y a Lovino.
El hombre de cabello rubio se acercó al pequeño italiano y puso sobre el una toalla para secarle el cabello, pero lo que recibió a cambio fue un manotazo del castaño...
-eres como un animal salvaje... –susurro el francés...
-ustedes son los animales... Que me tienen cautivo en este lugar!! –grito de inmediato Lovino, el cual se cubría con la toalla y se iba a la esquina de la habitación. El hombre de cabello rubio se acercó a el lentamente entonces puso suavemente su mano sobre la cabeza del castaño.
-lo se... Lamento que hayas llegado aquí… pero eras tú... o tú hermano...
Lovino levanto el rostro de inmediato ¿ese tipo sabia de su hermano?
-que cuentas pendientes tiene el con su capitán?
-no lo se exactamente…. Pero es un alivio que hayas logrado esconderlo... sabes... lo vi... allí escondido... el realmente... no habría sobrevivido aquí... ni un solo día...
Decía el francés mientras secaba el cabello del italiano con la toalla.
-si es que quieres verlo de nuevo... Deberías saber como comportarte aquí... si continúas asi de rebelde no vivirás para verlo de nuevo...
-a ti... Que te importa...
-yo... También deje a alguien esperándome... asi que... se lo que debes sentir…
Lovino sujeto el collar que colgaba de su cuello, no sabía si de verdad podría volver a ver a veneciano, pero tenía que resistir lo más posible para su hermano.
-¿Cómo te llamas? –le pregunto el hombre rubio mientras lo ayudaba a vestirse... Lovino se molesto un poco al notar que le harían llevar ropa de chica.
-Lovino… Lovino Vargas….-susurro el pequeño italiano.
-yo me llamo Francis…. Sabes si continuas con tu actitud no vi vivirás mucho, sobre todo con el capitán, es conocido por no tener piedad inclusive con niños como tu...
-…….
-yo tratare de protegerte lo mas posible, pero sabes? No puedo estar en todos los lugares, así que no provoques a los marineros… si eres cuidadoso… tal ves puedas sobrevivir aquí…
Lovino miro el collar que le pertenecía a su hermano sin decir nada, un “tal ves puedas sobrevivir aquí” no era del todo alentador, pero era lo mejor que tenia, cerro los ojos y pidió para sus adentros tener la fuerza suficiente para intentar escapar de ese lugar.
-vamos… -dijo el francés extendiendo su mano y tomando la mano de Lovino, empezaron a caminar con dirección al camarote del capitán, en el camino los marineros le lanzaban miradas lascivas al italiano, el cual solo trato de ignóralas y sujeto fuertemente el collar sobre su cuello..
Llegaron así al camarote del capitán, el francés golpeo la puerta levemente
-pasa...
Se escucho desde adentro la voz del capitán, por un segundo Lovino tembló y apretó levemente la mano de Francis, el cual le respondió tomando su mano un poco más fuerte.
-aquí esta... Capitán...
-bien Francis retírate….
-con su permiso capitán –dijo el francés soltando al castaño antes de irse le susurro –no hagas nada estúpido por favor...
Dicho esto el francés salió de la habitación dejándolos solos. Lovino observo el camarote del capitán el lugar era amplio mas limpio que el resto de la nave, de lado de la esquina superior derecha había una cama y al centro de la “habitación” estaba una mesa con un montón de comida.
Vio al hombre de ojos esmeraldas acercarse a él, su cuerpo tembló un poco por el miedo que le provocaba esa mirada tan profunda, era como si de verdad ese tipo fuera capaz de lastimarlo solo con la mirada.
Sintió la mano del mayor tomarlo por la espalda y empujarlo levemente hacia la mesa, después la voz del capitán resonó justo detrás de sus oídos...
-toma asiento...
Lovino se alejó de aquel hombre y tomo asiento, después se dedico a mirar fijamente al capitán, era extraño, parecía haberlo visto antes, pero realmente no recordaba haber conocido a alguien tan terrorífico, aunque la apariencia del capitán de echo era bastante llamativa, no solo por el echo de que era joven si no además que tenia un hermosos rostro, pero lo mas impactante de todo... Debían ser sin duda sus ojos.
El italiano no perdía de vista al ya mencionado capitán, no es como si le encantara verlo, si no que en su cabeza estaba formulando una manera de escapar de allí en ese mismo momento.
Vi entonces al hombre sentarse en la silla continua a la suya, su mirada se encontró con la del capitán Lovino lo miro con todo el odio que era capaz de expresar, el capitán solo sonrió altanero, mas que provocarlo la mirada del italiano le causaba querer molestar mas a Lovino.
-eres como un animal salvaje… desesperadamente tratando de causar miedo…
-el único salvaje aquí eres tu…. –respondió de inmediato Lovino, el capitán solo sonrió.
-claro que si…. Me encanta ser así de salvaje… -dijo poniendo una mano en el hombro de Lovino y después la deslizo por el pecho de este, Lovino reacciono de inmediato y empujo la mano del capitán.
-Ja… por cierto… mi nombre es Antonio... Capitán Antonio Fernández…. Aunque eso te debe dar igual... y... cual es el nombre de este gatito perdido?
Pregunto el capitán cruzando las piernas, poniendo su codo sobre la mesa y su mano sobre su mejilla, sonriendo engreídamente.
-púdrete idiota….
-Ja, un gatito rebelde he?..... Antes había dicho que eras un animal salvaje….
Dijo levantándose de la silla.
-a esos solo hay que domesticarlos, enseñarles quien manda... –dicho esto tomo a Lovino del brazo y lo jalo hacia el, antes de que el italiano pudiera reaccionar sintió los labios del Español sobre los suyos... sus mejillas fueron apretadas fuertemente y sus labios se abrieron por unos segundos los cuales el capitán aprovecho para profundizar el beso.
Casi de inmediato que empezó el beso el italiano lo termino empujando al capitán, trato de separarse del español, pero el capitán lo tomo de las caderas y lo volteo de espaldas hacia él, puso contra la mesa al italiano y este sintió entonces las manos del capitán recorrer lentamente sus piernas por debajo del vestido.
Lovino apretó fuertemente los puños, el ser tocado por ese tipo era algo realmente humillante, vio entonces un objeto sobre la mesa... lo tomo en su mano y lo escondió de la mirada del español.
Las manos del capitán continuaban acariciando el cuerpo del castaño hasta llegar a la entrepierna del menor la cual comenzó a acariciar lentamente.
-….ah……
Se escucho de pronto en la silenciosa habitación, el español sonrió victorioso mientras Lovino se sentía aun mas humillado por el hecho de estar reaccionando a las caricias de ese hombre.
-parece que realmente lo disfrutas
-no... No es cierto bastardo… púdrete...!
-Esta parte de aquí realmente dice lo contrario, se esta poniendo muy dura…
Dijo el español con cierto tono de burla en su voz, la cara de Lovino se volvió roja en un segundo empujo al español y trato de rodear la mesa para alejarse, pero Antonio fue mas rápido y empujo al italiano hasta la cama, después se posiciono sobre el.
-este gatito salvaje… me gusta….
Dijo el español rozando su lengua contra el cuello del italiano hasta llegar a su oreja la cual mordió levemente, Lovino cerro los ojos no podía soportar ver a ese hombre, lo que pensaba hacer a continuación era probablemente la mayor locura que podría hacer cerro fuertemente sus puños mientras el capitán acariciaba con su boca y lengua los botones rosados sombre el pecho del pequeño italiano y las manos del español acariciaban la intimidad de Lovino. Fue allí cuando uno de los dedos del capitán comenzó a rodear la entrada del italiano lentamente, el italiano por fin reacciono y con lo que sujetaba desde que estaba en la mesa empujó al español, clavándole un cuchillo que antes había tomado en la mesa.
Antonio callo al suelo, Lovino lo vio aterrado, no era tan despiadado como para matar a alguien, se sujeto el collar sombre el cuello, ahora no le importaba nada mas que escapar de ese lugar, corrió hasta la puerta del camarote y trato de abrirla, fue allí cuando vio sus manos llenas de sangre, empezó a temblar por mas que intentara abrir la puerta no podía hacerlo, estaba a punto de llorar de la frustración y entonces, la puerta se abrió un segundo.
Y fue solo un segundo ya que una mano detrás de Lovino volvió a cerrarla.
-¿Qué pensabas hacer... si salías de aquí...?
-……………
Un escalofrió recorrió por completo el cuerpo del italiano, sintió entonces una fuerte bofetada que lo lanzo lejos de la puerta, apenas estaba levantándose cuando sintió una patada sobre su abdomen, Lovino se retorció de dolor, con algo de suerte esa patada no le habría roto ninguna costilla, aun así el dolor era indescriptible.
Sintió la mano del español, sombre su cabeza y después como este lo levantaba jalándolo del cabello, abrió los ojos mientras trataba de hacer que el español lo soltara, se encontró de nuevo con el mirara del capitán, aquella mirada violenta y salvaje realmente podría pertenecer al mismo demonio.
-tienes agallas para tratar de matarme mocoso, de verdad que a veces los animales salvajes deben ser domesticados a base de golpes.
Soltó el cabello de Lovino y lo puso bruscamente contra la “pared” lo tomo del cuello.
-me encargare de entrenarte bien…
Dijo con una sonrisa sádica, empujo a Lovino a la cama, con el cuchillo que antes el italiano le había clavado corto la ropa que llevaba puesta Lovino y con esta hizo una especie de soga y le ato las manos al menor sobre su cabeza.
-pensaba en ser amable contigo, porque…como puedo ver, aun eres virgen… pero ya sabes…….. Me apuñalaste es justo que sufras…
Dijo el español desabrochándose el frente de sus pantalones y dirigiendo su punzante hombría hacia la entrada del menor...
-Aahhgg!!!..dete….aahh!!....no….!!!
Se escucho como un grito, los ojos del italiano se llenaron de lágrimas, podía sentir al español abriéndose paso dentro de su cuerpo y era sumamente doloroso, incluso comparado con el dolor que le había ocasionado antes con los golpes.
-waa!! N…no….!! Argh!!!!
Los movimientos rápidos, precisos y fuertes del español parecían querer destrozar las caderas del italiano.. La sensación de dolor estaba cambiando lo que sentía era indescriptible, una sensación extraña de doloroso placer... sus piernas fueron elevadas hasta los hombros del español que sonreía mientras le dedicaba una mirada de desprecio al italiano.
Lo envistió con todas sus fuerzas, por un momento a Lovino le pareció estar a punto de romperse, lo peor de todo para él es que su cuerpo estaba reaccionando con aquellas acciones y era por eso que la mirada del capitán le molestaba, era como si le echara en cara… el que disfrutara de estar siendo mancillado por el español.
Los minutos le parecieron largas horas o quizás el capitán había abusado del cuerpo del pequeño italiano por demasiado tiempo, ya no importaba nada, en medio de todo ese tormento lo único que mantenía cuerdo a Lovino era el hecho de que quizás podría escapar para reunirse de nuevo con su hermano…
La visión empezó a tornasole nublada, estaba a punto de desmayarse, antes de eso logro tomar el collar que colgaba sobre su cuello –ya que Antonio lo tenia de espaldas hacia él, contra la cama- y sujetándolo fuertemente susurro.
-ve…..veneciano…. –después quedo inconsciente.
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Por cuarta vez en la noche, el español veía enfadado al ahora inconsciente italiano, recorriendo su mirada por la piel blanca que ahora estaba llena de moretones gracias a Antonio.
Lo había sujetado con fuerza, con la intención de lastimarlo… lo había tomado por la fuerza en busca de su propio placer pero era extraño.
Eso era lo que hacía normalmente con todos sus “juguetes”... Entonces porque estaba molesto justo ahora, nunca antes le había importado la reacción de sus prisioneros y normalmente si estos lo atacaban como lo había echo el italiano terminaban muertos o a manos de los marineros... Entonces porque? ¿Por qué no había echo lo mismo con el italiano?
Quizás eran sus ojos… eran justamente iguales a los del español... Parecían esconder una gran soledad… en otras circunstancias quizás se habrían llevado mejor, pero justo ahora eso ya no importaba… ese chico no era mas que el nuevo juguete del capitán y cuando se cansara de él se lo entregaría a los marineros para que hicieran lo que les diera la gana con el muchacho… pero algo dentro de él le decía que no se cansaría de eso chico tan fácilmente…
Se acercó a la cama y levanto el cabello del muchacho para poder ver su rostro, le resulto hermoso aun con las marcas que los golpes le habían dejado. Recordó entonces las palabras del italiano antes de desmayarse...
-“veneciano...”…. – Susurro el español… extrañamente el capitán se molesto al recordar ese nombre.- duerme por ahora roma… nos quedan muchos días juntos… -dijo sonriendo mientras le acariciaba el cabello al italiano. [ Le llama” Roma” ya que fue allí donde lo encontró, realmente no le interesa el nombre de lovi porque según Antonio es hacer lazos con el prisionero]