Kim Kibum. Un hermoso joven, inteligente, con aires de diva, tan vanguardista en su vestimenta, trabajador, amable aunque algunas veces llegaba a su límite, explotaba y sacaba a relucir ese ogro interno que todos tenemos. Realmente hermoso, de piel suave y empalidecida que se sonrojaba por las bajas temperaturas que estaban asomándose por el fin del otoño y el comienzo de el invierno, de pómulos altos, ojos rasgados como los de un felino además de que su excelente delineado los resaltaba aún más, labios delgados pero con una bella forma de corazón, con una exquisita figura incluso podría ser mejor que la de una señorita, su cintura bien delineada, sus caderas acentuadas las cuales se contoneaban de una manera tan delicada que hacía que cualquier chica o chico lo regresara a ver, un trasero firme –de algo servirían esas horas extensas de baile-, piernas largas y bien torneadas… SIMPLEMENTE PERFECTO
Choi Minho. Un atractivo joven, alto, de voz gruesa pero muy encantadora –seductora pensaban demasiados-, competitivo, de un carisma incomparable, orbes redondas y realmente grandes para un coreano –lo cuál lo hacía exclusivamente especial-, de cuerpo atlético, piel ligeramente tostada, cabellos castaños y realmente sedosos, obsesivo pues siempre obtenía lo que se proponía, no importaba el ¿Qué? ni el ¿Cómo? o ¿Cuánto? ni siquiera el ¿Dónde? Siempre lo conseguía, amante de los deportes, su más grande pasión según las mismas palabras del apuesto muchacho, de labios carnosos y antojables ante la vista de cualquier fémina, no importaba si su vestimenta era formal, casual o deportiva, él siempre lucía realmente impecable y deseable. Amable por naturaleza, la cual se opacaba realmente cuando perdía, ya sea una competencia, si no era el mejor en su trabajo, si las cosas no marchaban como él lo quería o indicaba, realmente se ponía fea la situación pero todos tenemos defectos ¿no?... SIMPLEMENTE PERFECTO
Un día, principios de Invierno, Minho estaba en el paradero de autobuses esperando por su transporte, 9:15 según marcaba su enorme reloj, tiempo suficiente para llegar a su trabajo de el cuál por cierto era dueño, y ahora se preguntarán si es dueño ¿Porqué no tiene un automóvil propio?, simple y sencillamente ese día se había levantado con las ganas de caminar, se paró con una sensación totalmente indescriptible, por su mente pasaba “HOY SERÁ UN EXCELENTE DÍA”.
De pronto visualizó al otro lado de la calle una pequeña cafetería, se veía rústica pero desprendía un aura de total tranquilidad… ‘Pequeño destino’ leyó en el letrero de aquel establecimiento, cruzó la calle y entró, con sus ojos recorrió aquel lugar tan hogareño, se paró frente a un exhibidor en el cuál había varios pastelillos, desde donuts hasta pequeños cupcakes, todo se veía realmente delicioso, él no era muy devoto a los dulces pero aquellos pastelillos se veían realmente sabrosos, leyó el menú que se desplegaba frente, aquél lugar era tan acogedor, que pensó pedir una infusión de el menú y algún pastelillo que lo acompañara, solo que no sabía que elegir, mientras él pensaba y estaba tan envuelto en su pensamiento, no se dio cuenta de que personas entraban y salían de aquel recinto.
Kibum iba camino a su trabajo, del cuál era jefe de igual manera, un pequeño local donde se alzaba una pequeña pero prometedora empresa, todo envuelto hacía las Artes, pintura, fotografía, danza, teatro, diseño… A Key como solía firmar toda pieza de la cual era autor, le encantaba el arte, disfrutaba y gozaba realmente su trabajo, pero bueno, de eso no trataremos esta vez. Iba rumbo a su trabajo, y entonces se detuvo frente aquel local que tanto le gustaba desde la decoración de la cuál se había encargado propiamente dado que la dueña era una de sus amigas más cercanas, o la única pareciera ser, entró y una sonrisa se instaló de inmediato en su fina cara de color porcelana, se dirigió al exhibidor de pastelillos y lo vio parado, alto e imponente pensó, se le quedo mirando, aparto la vista y la dirigió a los pastelillos, sus ojos brillaron, muy por el contrario Key amaba los dulces y más los de aquel pequeño lugar, se le hacían exquisitos y le recordaban a los de mamá según comentaba. Regresó a ver al apuesto hombre que estaba a su lado, le miró y entonces comprendió que aún no se decidía para pedir algo es nuevo, no lo había visto antes volvió a pensar, infló sus pulmones con excesivo aire y lo exhalo, entonces se armo de valor y le dijo
-Eres nuevo ¿cierto? – le miraba expectante
Minho, salió de su burbuja al escuchar aquella voz, giró su cabeza y entonces se encontró con aquel bello joven, Qué bello pasó por su cabeza, sacudió sus ideas y entonces dijo
-Sí, soy nuevo, realmente es bonito el lugar y llamó mi atención ¿se nota mucho? – extendió sus labios que se tornaron en una hermosa sonrisa que a Key dejó impactado
-Jajaja sí, bueno –hizo como que meditaba y soltó- la verdad es que no, pero he visto a tantos primerizos pasar por esta cafetería que los puedo reconocer – le regresó la sonrisa
Minho no podía creer lo que estaba frente a él un hermoso ángel era como lo describiría después.
Key volvió a hablar –Bueno te recomiendo un cappuccino moka, no mejor un machiato, no, no espera mejor un cappuccino original, Aish –se frustraba Key, pues quería dar una buena impresión y solo pasaba por su mente que su maldita indecisión distaba de aquello- es que todo aquí es tan delicioso…
Minho estaba embelesado con Kibum, solo sonreía como un idiota pues aquel muchachito de cabellos rubios dorados le parecía tan extravagante, interesante y hermoso. Solo le miraba, hasta que soltó una risilla por ver la desesperación de Kibum al querer recomendarle alguna infusión. Kibum al escucharle lo miró y se sonrojo, pues el joven realmente era apuesto y le miraba con aquellos ojos chocolate tan bellos, enormes y expresivos, los nervios se apoderaban de él.
Entonces quiso destensar el ambiente, extendió su mano y dijo
-Kim Kibum, Key para los amigos –sonrió haciendo que su mirada se hiciera más afilada
Minho miró aquella pequeña mano, su piel se veía suave, por instinto levantó su mano y la entrelazó con Key
-Minho, Choi Minho, un gusto –y volvió a sonreír, Kibum pensó que jamás había visto una mejor sonrisa.
Comenzaron una pequeña charla, al final terminaron sentados en una mesa de ‘Pequeño destino’ hablando un poco sobre sus vidas, conociéndose mejor. Terminaron sus respectivos cafés y pastelillos, se despidieron con una sonrisa y otro apretón de mano. Llegaron a sus respectivos trabajos con la sonrisa más grande, una sincera y boba sonrisa. Minho pensó que realmente había sido un día maravilloso, conoció a Key, el cuál realmente le atrajo de manera indescriptible y solo pedía que fuera la mañana siguiente para llegar a esa cafetería y encontrarle a esa pequeña Diva de ojos gatunos. Kibum por su parte pensaba que al fin había tenido un poco de suerte, y de igual manera ansiaba el día siguiente para toparse con aquel apuesto y galante alto que había cautivado su atención.
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Los días pasaron, y aquellos encuentros en aquel pequeño, cálido y acogedor lugar se daban pláticas y pláticas, se conocían, se regalaban sonrisas y miradas que al paso de los meses reflejaban tantos sentimientos. La confianza era muchísima, después de meses Key-hyung pasó a ser Bummie y de Minho a Minnie. Aquellos encuentros se hicieron más frecuentes y hasta dobles o triples en un solo día. Encontrarse en aquel rincón era necesario para ambos y sabía que siempre estarían esperando el uno por el otro, era un ritual. Minho sabía lo que sentía por Key, se dio cuenta cuando por primera vez Bummie no había llegado a la hora que solía hacerlo, se desesperó, pensó lo peor, cosas como ¿Le habrán asaltado?, ¿Se habrá accidentado?, ¿Lo secuestraron?, ¿acaso se olvido que lo espero? Cuando pensó lo último se preguntó mentalmente, ¿le esperas? Entonces empezó su batalla mental… Claro que le esperas, vienes todos los malditos días para verle a todo su excepcional ser, se sonreía y se sonrojaba, estaba tan ensimismado que no se dio cuenta, que aquel por el que tenía ahora conflictos mentales ya se encontraba frente a él, mirándole y sonriéndole, hasta que Bummie agitó su mano frente a Minho, y este salió de su burbuja, se paró rápidamente y abrazó a Key, este último se sonrojó fuertemente ante la acción inesperada de el alto. Minho entonces le dijo
-¿Estás bien?, ¿Porqué te has demorado?, pensé que algo malo te había pasado, estaba tan preocupado – decía y decía, sin soltar a Bummie, quien sonreía ante la preocupación de Minnie entonces le rodeó con los brazos correspondiendo el abrazo y comentó
-Estoy bien Minnie, he tenido un contratiempo, en serio, no encontraba las llaves de mi departamento, ayer llegué tan cansado que la boté por algún lugar que no recordaba- sonrió y lentamente se separó del alto que había aflojado el abrazo, le miró a los ojos y sus mejillas se iluminaron de un rojo hermoso.
Minho cuando se dio cuenta de su reacción solo dijo –Lo siento- rió bajo- pero pensé lo peor- se sonrojó también pero Bummie no lo logró ver.
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Su amistad se acrecentó, conocían el apartamento de cada quién, se conocían perfectamente, Minho sabía que el mejor amigo de Kibum se llama Jonghyun y que tenía cara de perro-dinosaurio según Key, Key sabía que el mejor amigo de Minho se llamaba Taemin y que eran realmente cercanos pues eran vecinos. Sabía que Key amaba las fresas y que Minho aunque no era un fanático de los dulces, el chocolate era su preferido, Bummie sabía que Minho amaba los deportes en especial el fútbol y el básquetbol, Minho sabía que Key amaba el arte en especial la fotografía y la danza. Se sentían tan cómodos estando juntos.
Key se dio cuenta que no sentía amistad por el flaming carisma, él estaba enamorado de el alto, amaba sus gestos, sus largas piernas, su piel morena, sus ojos grandes y expresivos, su aroma tan varonil, su voz tan gruesa y seductora, todo él le parecía hermoso e inalcanzable. Bummie creía firmemente que el alto solo le miraba como un amigo, que era amistad y nada más.
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Minho se despertó decidido, ese día tendría que decirle a Bummie lo que sentía por él, abriría su corazón y soltaría las palabras más cursis y sentimentales para poder declararse, claro lo tenía bien planeado, se levantaría antes para llegar a la pequeña cafetería, pediría el pastelillo de fresa con su cappuccino mokka con un poco de canela que a Kibummie tanto le encantaba, pondría una rosa blanca y le soltaría todos sus sentimientos, directo. Se levantó, se aseó, fue a su armario escogió el traje el cuál Bummie le había dicho le quedaba muy bien porque claro él se lo había regalado y sabía lo que le iba mejor al alto. Salió de departamento, encendió su coche, lo presentía hoy sería un buen día. Pasó por una florería y compró aquella rosa blanca, tan blanca como su piel pensó Llegó a la cafetería pidió lo de Bummie, estaba esperando cuando lo vio cruzar el umbral de aquel recinto con una bella sonrisa, se sonrió pero esta desapareció inmediatamente cuando vio que esta vez SU Bummie no venía solo, al parecer era su mejor amigo Jonghyun pensó, lo reconoció claramente por lo que antes Key le había mencionado y se dijo mentalmente cara de dino-can, entonces su mundo se vino abajo cuando Jong tomó la mano de Kibum y se sonrieron. No pudo evitar soltar un suspiro cargado de amargura, tristeza y decepción. Bastante tarde, bastante tarde se repetía Minho mentalmente. Bummie se acercó, arrastró a Jong hasta la mesa donde visualizo a Minho, y le dijo
-Puppy, te presento a Minnie –sonrió, y miró a Minho, quién sonrió de vuelta pero su sonrisa no era la misma, y Key se dio cuenta- Minnie, él es Jong
Minho seguía sonriendo pero no podía evitar sentir celos y tristeza, ¿Cómo es que ese está con Bummie?, ¿En que momento pasó, y él no me dijo? Jong se sentía un poco incómodo, pero Bummie le había insistido mucho para que conociera a Minho, quería saber la opinión de su mejor amigo sobre Minho. Jong extendió su mano para saludar a Minho
-Mucho gusto, tú eres el famosísimo Minho, Bummie me ha hablado mucho de ti- Sonrió, Minho vio aquella sonrisa y le pareció tan sincera que no le quedó de otra más que extender su mano y de igual forma saludar a Jong, lo que los dos no notaban es que Key estaba rojo hasta las orejas pues las palabras de Jong lo pusieron realmente nervioso, por la cabeza de Key solo pasaban cosas como Estúpido cara de dinosaurio, ¿Cómo te atreves a decir eso?, Minho pensará que soy un lunático obsesivo.
Key volvió a la realidad cuando Jong apretó su mano y le dijo
-Gatito, me tengo que ir, quedé de verme con Onew y sabes que odia esperar- Kibum le miró y asintió. Minho sintió hervir la sangre cuando escuchó ese ‘Gatito’, era obvio que tenían una relación para llamarse tan cariñosamente. Minho también tuvo que interrumpir su ataque asesino hacia Jong ya que esté le dijo
-Un gusto conocerte Minho, cuida de Bummie- hizo un ademán a modo de despedida y salió de aquél lugar.
Kibum no sabía que hacer, seguía tan avergonzado por lo que Jong había dicho, quería que la tierra se abriera y le tragase, entonces miró a Minho y le sonrió, su sonrisa era tan grande que sus pequeños ojos se rasgaron hasta ser una simple línea.
Minho miró a Kibum una vez más y ahí estaba esa sonrisa que le encantaba de aquel chico con rasgos felinos. …l también pensaba que Kibum parecía un gatito pero no se atrevía a decirle. Aún se encontraba un poco (en exceso) celoso. Y se decidió a romper el silencio.
-Así que él es Jong, tú mejor amigo ¿cierto?- lo dijo en un tono en el cuál se notaba su molestia pero Kibum estaba tan distraído que no lo notó
-Sí, es Puppy, mi mejor amigo, ¿verdad que parece un dino-perro?- Kibum soltó una risilla
-Sí, parece un dino-perro- Minho se contagió de aquella risa, y contestó un poco más animado. Regresó a ver a Kibum, y este miraba por la ventana, estaba pensativo.- ¿En qué piensas?- preguntó Minho
-Oh!- exclamó Kibum- A veces siento tantos celos de Jong- dijo casi automáticamente- ese maldito dino-perro tiene tanta suerte, encontró el amor cuándo menos lo esperaba- Minho agachó la cabeza, pensando que Kibum le diría que estaban saliendo, que el amor que encontró, era porque Jong le había encontrado a él, a Kibum.
-Ya veo, y pero ¿No deberías estar feliz?- dijo Minho con tristeza en sus palabras. Kibum le regresó a ver confundido, esta vez notó el tono de voz de Minho
-Sí, si lo estoy- Key miraba insistentemente a Minho, quien aun tenía la cabeza agachada- Onew, es un excelente amigo, una magnífica persona, además ama con locura a ese tonto cara de perro- Minho levantó de golpe la cabeza, fijando su mirada en Kibum, quien había regresado a ver por la ventana, entonces dijo
-¿Onew?, ¿la persona con la que se quedó de ver?- preguntó un Minho, con ilusión, había malinterpretado todo
-Sí, con ese mismo- dijo Kibum- Estoy tan celoso de él y de Bling, Minho…-posó sus ojos gatunos en los grandes de Minho- ¿Crees que algún día yo encuentre un amor como el de ellos?...
Minho se quedó paralizado, no sabía que contestar, entonces recordó lo que había preparado para Kibum, le hizo de señas a una de las meseras, esta le miró y asintió, se acercó con el pastelillo de fresas, el cappuccino moka con un toque de canela y la flor blanca en una charola.
Kibum regresó a ver a la chica, y le dijo
-Señorita, disculpe pero no hemos ordenado nada- La chica se retiró haciendo caso omiso a lo que Key le había dicho, entonces Key regresó a ver a Minho, quien le sonreía con aquella mueca que lograba derretir a Kibum, Minho le miró como nunca antes y soltó
-Lo he ordenado yo, antes de que llegaras- Kibum se sorprendió y sus labios marcaron una perfecta ‘o’, Minho solo sonreía como un tonto enamorado- quería decirte algo muy importante, y hasta hoy me he armado de valor- el pulso del alto iba tan rápido que pensó que le daría taquicardia o un paro cardiaco, pero era ahora o nunca. Kibum estaba extremadamente nervioso, su corazón latía con desenfreno ¿Qué querrá decirme? se preguntaba.
Minho soltó un suspiro, el cuál le ayudó a liberar un poco de nerviosismo y entonces tomó la mano de Bummie, este dirigió su vista a sus manos, y Minho dijo en un susurro casi inaudible
-Bummie, me gustas- Key puso cara de interrogación, ¿Qué diantres había dicho Minnie?, alzó su vista, miró a Minho y le dijo…
-¿Qué?, ¿Qué dijiste?- a Minho se le subió la sangre a las mejillas, desvió su mirada, inhaló y exhalo, y dijo sin rastro de nervios
-Me gustas, te quiero, estoy enamorado de ti- Kibum abrió sus ojos felinos, y le miró incrédulo a Minho, quien tenía instalado un rubor en sus mejillas apenas notable, no como el de Kibum que hacía su cara parecer una manzana roja y madura. Su cerebro aún no carburaba las palabras dichas por el alto, hasta que un rayo de lucidez llegó hasta él, entonces sonrió y dijo casi balbuceando
- P-pensé que e-era un amor uni-unilateral- Minho no comprendió, y le miró confundido
- ¿U-unilateral?- preguntó el de cabello castaño
Kibum rió estruendosamente, como lo hacía cuando algo en serio le causaba mucha gracia, se tranquilizó y asintió, diciendo- Sí pensé, que solo yo me sentía así, es decir, también me gustas, también te quiero, también me enamoré de ti…-sus mejillas se volvieron a tornar rojizas
Minho no podía estar más feliz, se sintió pleno, lleno de gozo, se inclinó sobre la mesa, posó su mano en la mejilla de Bummie, se miraron, Bummie cerró lentamente sus ojos, Minho acortó la distancia, y descansó sus labios sobre los de Kibum, un simple roce, dulce y suave, se separó y le sonrió tiernamente, Bummie abrió sus ojos y se sintió completo, feliz…
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Había transcurrido un año ya, desde aquella declaración, Minho le pidió a Kibum que fueran novios, este acepto con un sí eufórico.
Hace 6 meses Kibum se había mudado al departamento del alto, como todas las parejas tenían sus días excelentes, perfectos y maravillosos, y otros no tanto, pero su amor seguía ahí intacto, inclusive crecía cada día, entre sonrisas, abrazos, besos, caricias, algunos muy subidos de tono, otros simplemente tiernos y cariñosos, se llenaban de palabras bonitas, y al amanecer siempre se miraban, sonreían, de decían buenos días y se daban un beso rápido.
Minho llegaba de su trabajo, Key seguía siendo jefe de aquel lugar exclusivo de arte, pero tenía a Jonghyun y a Onew para ayudarle a administrarlo, así que no se la vivía en aquel lugar, iba de vez en vez, a checar o firmar algún papel, o a organizar alguna exhibición, nada que le tomara todo el día, así que regresaba justo a tiempo a aquel departamento que se convirtió en su hogar, para prepararle una deliciosa cena a Minho todos los días. Minho entró y tan pronto cerró la puerta sus fosas nasales se inundaron de un olor exquisito, dejó su maletín sobre una mesita que estaba a lado de la puerta principal, colgó las llaves de su coche y las de su hogar, se quitó su saco, lo colgó en el perchero, aflojo su corbata y caminó directo a la cocina donde se encontraba el chico rubio que le había robado el corazón. Key traía los audífonos, por supuesto no escuchó cuando Minho llegó, movía sus caderas sensualmente mientras cantaba alguna canción de algún GirlGroup, estaba en su mundo, checando la comida y escuchando la música, mientras Minho le observaba desde el marco de la puerta de la cocina, estaba hipnotizado por aquel rubio hermoso de ojos felinos. Se acercó sigilosamente, deslizó delicadamente sus manos en la cintura acentuada de Bummie hasta envolverlo en un abrazo, este dio un saltito por la impresión, sacó sus audífonos, apagó la flama, sonrió y se giró para decir
-Min, me has asustado- dejó un beso en sus labios, fugaz pero que había transmitido todo el amor que sentía el rubio por el alto.
-Discúlpame Bummie, no lo pude evitar, pero estabas provocándome con esas caderas- Bummie se sonrojó de inmediato pero escondió su rostro en el pecho del alto y rodeo el cuerpo de su novio con sus brazos delgados y delicados.
Minho lo separó un poco, tomó del mentón a Kibum, y estampó sus labios contra los del rubio, empezó como un roce suave, dulce y tierno, fue subiendo de tono, se volvió demandante, pasional y lujurioso, Minho mordió el labio inferior de Bummie, haciendo que este soltará un suspiro, el cuál aprovechó para introducir su lengua, y poder empezar una batalla contra la lengua de Kibum, el oxígeno empezaba a escasear, pero agotarían hasta el último suspiro para seguir con ese beso, entonces pasó y tuvieron que separarse, ambos respiraban agitadamente, sus torsos subían y bajaban, Key regresó a ver a Minho con una mirada incitadora, Minho se derretía…
-Parece que alguien llegó un poco urgido hoy…- dijo Bummie, mientras sonreía de lado. Minho le regresó la sonrisa, deslizó sus manos hasta la cadera de Kibum, y le atrajo más hacia su cuerpo, se acercó al oído de Bummie y susurró casi arrastrando sus palabras
-Venía extremadamente calmado y con ganas de descansar, pero cierta personita movía ese trasero de una manera tan sensual, que tiré por la borda esa absurda idea sobre descansar esta noche- lamió su oreja, sabía bien que era uno de los puntos más sensible de Key, posó una vez más sus labios en los acorazonados de Kibum, delineó y lamió, mordió y succiono, hasta dejarlos totalmente rojos e hinchados, sus manos se deslizaron hasta colocarse sobre los glúteos de Kibum, amasó y masajeo, Kibum empezaba a suspirar cada vez más pesado, caminaron sin separarse de aquel beso demandante y ardiente, sus lenguas hacían una fiesta y se degustaban cada vez más, hasta que toparon con pared, Key soltó un suspiro más, Minho aún tomando los bien formado glúteos de Kibum le alzó, este enredó sus piernas alrededor de la cadera de Minho, apoyó su espalda en la pared, sintió de nuevo las manos de Minho subir por sus caderas y colarse bajo aquella playera holgada que traía Kibum aquél día la alzó hasta quitársela por completo, palmeaba el vientre plano de Kibum, hacía figuras amorfas con sus dedos, llegó hasta sus costillas, las palmó y deslizó una de sus manos hasta aquél botoncito rosa, le daba pequeños y fugaces pellizcos, Bummie gimió lo que hizo separarse de aquel beso, y echó su cabeza hacía atrás, exponiendo su cuello níveo, Minho aprovechó para lamer, chupar y mordisquear hasta dejar pequeñas marcas rojas que luego se volverían violáceas, marcando lo que le pertenecía, lo que era exclusivamente de él. Kibum se sentía extasiado, con sus manos ágiles, llegó hasta la corbata de Minho, deshizo el nudo y salió volando a algún lugar de la sala, regresó a la camisa y comenzó a desabotonar, pero al diablo eso, necesitaba sentir la piel de Minho, así que la abrió haciendo que salieran varios botones disparados en diferentes direcciones, sacó hábilmente la camisa del moreno. Minho sonrió sobre el cuello de Kibum y dijo
-Parece que alguien tiene prisa, gatito travieso- Kibum enderezó su cabeza y besó a Minho como si su vida dependiera de eso, se separó al cabo de algunos segundos y susurró sobre los labios del alto
-Hazme tuyo, fóllame…- Lo dijo de una manera tan lasciva que Minho sintió que los pantalones comenzaban a estorbar, despegó a Bummie, lo abrazó fuertemente y le llevó hasta la habitación, lo tumbó en la cama grande, cómoda y confortable. Kibum se acomodó mejor en aquella cama y Minho se posó encima de Key, le besó lentamente saboreando los preciosos labios de SU chico, era suyo, solo suyo y de nadie más. Sonrió encima de los labios húmedos, hinchados y rojizos de Bummie –Te amo como no tienes idea bonito- Key sonrió posó su mano en la mejilla de su hermoso Froggie boy –Yo también te amo, Babo-. Volvió a besar a su novio lento y se volvió tan pasional y salvaje
-Bummie eres hermoso, me tienes totalmente enloquecido- le susurró Minho mientras le miraba con pasión, lujuria y amor, porque de lo que estaba seguro es que amaba a Kibum, como nunca lo pudo imaginar, ese chico de mirada felina lo tenía idiotizado, era tan perfecto ante sus enormes orbes, tan delicado y precioso, su más preciado tesoro al cuál no compartiría y ni loco dejaría de amar.
Bajó sus manos grandes por aquel delicado cuerpo, desabrochó el pantalón de su hermoso gatito, lo que realmente se cuestionaba era ¿cómo es que podía subir esos pantalones? Le quedaban totalmente cernidos, ajustados tal vez con mantequilla, por eso su gatito siempre sabía tan bien caviló. Deslizo suave aquella prenda dejando solo en bóxers a su hermoso amante, dejaba ver lo muy excitado que se encontraba Kibum. Acercó su boca al abdomen de Kibum mordisqueando y besando, trazó una línea con su saliva pasando por su ombligo jugando un poco con él, lo mordisqueó haciendo que Bummie soltará suspiros cargados de placer –Aaah… Min… mmnngh… d-deja de ju…gar, amor… no me, no me hagas esto~…-
Minho no obedeció, quería llenar aquel cuerpecillo de placer, quería que su gatito le pidiera más, que le exigiera más, que le suplicara por más. Bajó aun más, colocó su boca en el elástico de aquellos bóxers rosados y lo mordió, bajando solo con su perfecta dentadura aquella última prenda… Kibum se sentía ofuscado, Minho jugaba con él y esto le saldría caro.
Kibum tomó por los cabellos ondulados a Minho, y le atrajo hasta besarlo necesitadamente como si de eso dependiera su vida, como por arte de magia Key se colocó encima de Minho, con sus pequeñas manos recorrió aquellos fuertes pectorales, ensalivó dos de sus dedos y los llevó a las tetillas erguidas de su hermoso moreno, pellizcaba y apretaba, Minho solo podía gruñir, Bummie acercó sus pequeños labios y dejó un beso en cada uno de estos, succiono y mordisqueó, cuando creyó que era suficiente, bajo sus manos para deshacerse de aquel pantalón y bóxer que lo separaba de la gloria carnal.
Sonrió lascivamente, y con una mano comenzó a bombear aquel trozo de carne totalmente erecto, -Mmmh… Gatito~ ha-hazlo de u-una buena vez…- soltó con pesadez el alto. –No, Bummie también quiere jugar- dijo el rubio con un tono inocentemente seductor. Siguió masajeando aquel miembro, viendo con éxtasis la cara de placer de su atractiva pareja. Minho era tan varonil, tan malditamente sexy y atractivo con una voz que hacia que le temblaran las piernas cual gelatinas pensaba Key.
Cuando hubo jugado lo suficiente, dejó caer un poco de saliva sobre el miembro de Minho, y con su mano la esparció por toda esa extensión, acercó sus labios a la punta de este y dejó un beso, una mordida y una lamida.
Minho estaba perdiendo el control y la paciencia, ahora era cuando se arrepentía por haber jugado tanto con su novio, sabía que este se la cobraría, y era un precio muy alto el que estaba pagando.
Introdujo aquel pedazo de carne en su cavidad oral, comenzó lentamente por su glande, con su lengua haciendo círculos sobre este, hasta que sintió como Minho posaba sus manos sobre sus cabellos rubios y este sutilmente hacia una presión para que Bummie empezara su trabajo, y así lo hizo, comenzó a bajar y subir, un vaivén lento pero placentero, el ritmo fue subiendo y pronto Minho le dictaminaba la intensidad con la que debía hacerlo. Minho ya estaba fuera de control.
Kibum sintió aquel sabor del líquido pre-seminal, Minho estaba llegando al final, pero Minho lo apartó sin ser agresivo pero tampoco de una manera delicada, estrelló sus labios esponjosos con los acorazonados del rubio y le besó con tanta ferocidad que Kibum, soltaba suspiro cada dos por tres. Volvió a recostar a Kibum, masajeó el miembro de este rápidamente, haciendo que el rubio se retorciera de placer, hasta que se corrió en la mano de Minho, este aprovechó aquel líquido como lubricante, separó las piernas del rubio dejando totalmente expuesta aquella entrada, delimitó con un dedo aquel orificio por varios segundos hasta que escucho la voz de su pequeño decirle –Minho, aaaahms… haz...lo ya… nnngh… a-apúrate que… t-te de-deseo aden...tro- con toda la dificultad que tenía para respirar terminó de decir aquello. Minho introdujo un primer dedo, viendo la mueca de incomodidad de Bummie, no era de dolor solo incomodidad… besó los labios de su bonito, y comenzó a masturbarle una vez más. Dos, tres dedos se encontraban en aquella cavidad, simulando estocadas, Kibum meneaba sus caderas en busca de más contacto pero deseaba más… necesitaba más.
Minho al ver que Key soltaba gemidos cada vez más cargados de placer, retiró bruscamente aquellas falanges, abrió más las piernas de su novio, con una mano tomo su erguida y punzante extremidad, y con la otra tomaba un glúteo del rubio dejando más expuesto aquella entrada, posicionó su miembro en esta y se introdujo de una, robando un grito agudo de Kibum. –Mue...Muévete de una buena vez- le dijo Kibum al alto comenzando nuevamente aquel meneo de caderas. El moreno lo hizo esperar y comenzó con las embestidas tan fuertes y salvajes pero totalmente pasionales –Más… más… maldita sea Keroro~, ¿por qué eres tan perfecto?- Minho aumentaba la rapidez de las arremetidas, hasta que en una tocó aquel punto dulce de Kibum
–Aaaah... ahí... Sí, ahí… mmmnhh… más fuerte- Key gritaba y aclamaba por más… una corriente perfectamente conocida le recorrió la médula espinal, estaba llegando al final, así que tomo su propio miembro y comenzó su propio vaivén mientras Minho succionaba su cuello, dejándole un sinfín de marcas, marcas de exclusividad, de pertenencia, de propiedad, que le reclamaban como único del moreno.
Minho pegó más su atlético institución con el cuerpo suave de Kibum, dejando aprisionada la pequeña mano de Kibum y el miembro de este, y gracias a las estocadas y a las movidas que estas producían comenzó un masajeo para el miembro de Kibum.
Minho estaba a punto de terminar –Aaaagh…- soltó Kibum, esparciendo su esencia entre los abdómenes de ambos, y por el reciente orgasmo Bummie empezó a contraer su entrada, apretando exquisitamente el miembro del alto, quien con un par de estocada más dejó salir toda su semilla en el abdomen de su hermoso novio, marcándolo una vez como suyo, únicamente suyo.
Así pasó aquella velada, con más entregas totales, con gemidos, gritos, susurros, caricias, besos, palabras llenas de deseo, de amor y placer, hasta que cayeron exhaustos, fuertemente abrazados, acurrucados, con las respiraciones agitadas y unas sonrisas estúpidas en sus rostros, unas sonrisas de tontos enamorados hasta que fueron arrastrados a la tierra de los sueños…
A la mañana siguiente Minho despertó logrando visualizar la hermosa imagen de Kibum dormido, este solo sonrió, Minho le dio un pequeño beso en los labios, Kibum fue abriendo lentamente los ojos viendo a Minho, SU Minho, el de mirada felina le dedicó una sonrisa.
-Buenos días amor- besó sus labios, solo un roce
-Buenos días, hermoso- correspondió Minho
-Me duele todo- se quejaba Bummie mientras hacía un hermoso puchero
-Si, sé que soy algo rudo, pero me traes loco bebé- le sonrió, besó su frente, sus mejillas, ambas, y al final volvió a besar aquellos hermosos labios
-Babo- dijo Key mientras sonreía por los besos que le regalaba su FroggieBoy
-Te amo Kibum- espetó Minho, mirándolo fijamente
-Te amo Minho- se dieron un beso más, de esos que transmitían todos sus sentimientos, y así sería para siempre, todo el tiempo demostrarían su amor, aquel que comenzó en una pequeña cafetería llamada ‘Pequeño Destino’
b29; Fin b29;
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