El tiempo paso, y todo volvió a ser normal, después de la guerra contra Hades todos los Santos Dorados del santuario fueron revividos y pudieron volver a sus Templos. Aunque ciertamente existía mucha tristeza en el corazón del Escorpión y el Acuario, quienes no se habían vuelto a hablar, ya que su ultimo encuentro dejo casi roto por completo el corazón de Milo, quien ahora se encontraba en su Templo encerrado todo el día, sin hacer contacto con nadie...
-No...no aun no puedo...- dijo un Milo, con la voz destrozada y desgarrada al hablar.
-Como!!, no puedo ol...olvi...dar..eso como??- se pregunto dejando su voz sonar al unisono.
Todos ya saben que Milo, no quería contar con nadie, todos recordaban que Milo, les dijo que el no podía olvidar lo sucedido, no quería ver a nadie, no comía, no descansaba, no hacia nada, solo estaba recostado en su cama, como un muerto en vida.
-Quiero olvidar, lo que hice, lo que hicieron, pero...como?- se escucho la voz quebrantada totalmente del Escorpión.
Este luego de unas horas pasadas ese día, se levanto con desgano y mucha tristeza, lágrimas recorrían sus mejillas, y le hacían nublosa la vista, pero aun así, continuo su camino, hasta el salón donde tenia guardado una especie de libro, que mas bien era su diario donde solía escribir cosas que le pasaban. Lo recogió y se lo llevo a su habitación y se volvió a acostar, con el libro en manos.
-No puedo, simplemente no puedo- dijo Milo, llorando mientras en sus mejillas se veian las abundantes lagrimas.
Al cabo de unos minutos, Milo se seco las lágrimas y abrió su diario, llego hasta las primeras paginas y leyó sus escritos...
"Un día mas, otro aburrido día en el Santuario como todos los días, ciertamente mi única razón de seguir aquí es por ti, pero no puedo decirte, cuando intento un nudo se me hace en la garganta, por que causas esto en mi, no entiendo, no entiendo quiero que te vayas y dejes de atormentar mis pensamientos Camus, no quiero pensar en ti todo el día, por la simple razón de amarte, como nunca he hecho, Te Amo Camus de Acuario, a ti y solo a ti"
Milo leyo con melancolia su escrito por que nunca pense que la manera de desaparecer de sus pensamientos seria muriendo en aquella vez....
"NO PUEDE SER!, como he sido tan tonto, nunca debí desear tal estupidez, por mi culpa Camus esta muerto, solo por querer sacarle de mis pensamientos, Camus?, tenia que ser este tu día?, justo cuando al fin me decido por decirte lo que siento?, por decirte "Te Amo", esperando a una respuesta de parte tuya, no pude hacerlo, por que ya no estas con vida, tu corazón no palpita, al igual que el mio, yo no soy nadie, si la persona que amo no esta"
Leyó todo esa pagina, mientras lágrimas salen de sus ojos, Milo recuerda que desde ese momento no salia, de su templo, salia rara vez solo por algún enemigo, no quería cruzar palabra con nadie, no quería volver a sentir aquel dolor que sintió, y todos los días el pidió a las estrellas que Camus volviera....
"No lo soporto mas, quiero morir, quiero dejar de vivir quiero perder la vida, nunca desee tu muerte, pero tampoco desee ese tipo de regreso, con SAPURI COMO SUBTITO DE HADES!, por que?, por que yo?, es acaso un castigo por amarte Camus?, si es así por que no me matan de una vez, no quiero vivir de esta manera, si tengo que terminar con mi vida lo haré..."
Recuerda que en aquella ocasión estuvo a punto de asesinarse en su Templo, para poder dormir eternamente, pero el sentir un extraño cosmos en el salón de Athena fue lo que se lo impidió, recuerda lo sucedido con Kanon, pero mas allá recordar, el encuentro con Camus con sapuri, y sobre todo mostrando su cara después de haber matado a Shaka, eso era....
-Maldicion, por que aun vivo?- se pregunto mirando el espejo, que colgaba de una de las paredes de su habitacion, todo estaba oscuro y se causaba un efecto sombrio en todo la habitacion, alcansaba a visualizar parte de su rostro, un lado oscuro y el otro iluminado.
-Por que no simplemente muero?- dijo con la voz quebrada mientras una lágrima llegaba hasta la palma de su mano, hace semanas que no comía, ni dormía y este día no era la excepción.
Milo tiro aquel diario puesto que lo que había escrito mas haya, era solo lo sucedido desde que termino la guerra contra Hades, y sabia bien las cosas que había escrito.
-Quiero morir!!!!- grito, ese grito fue escuchado por todos, ya que en ese mismo momento utilizo su cosmos, haciendo que aquel desgarrador grito fuera escuchado por todos. Las lágrimas seguían cayendo, mientras el solo intentaba mantenerse con la cabeza en alto, pero no le resulto, sintió como todo su cuerpo de desvanecía -Por fin, ya no estaré con vida...- dijo casi en un susurro y se dejo caer sobre la cama, totalmente inconsciente, su rostro estaba pálido, lo cual se notaba bastante ya que estaba blanco y tu tes de piel era morena, sus ojos estaban hinchados, y por los rededores rojos, se notaba que no había parado de llorar, sus manos estaban llenas de cortaduras debido a las veces que lanzaba o rompía las cosas, su pelo estaba todo desordenado y sus ojos estaban un poco rojos.
Todos en el santuario se preocuparon puesto que Milo, el alegre y tierno que conocían ya no exista, era de noche, y ya no podían percibir ni rastro del cosmos de Milo, que a pesar su estado seguía encendido, pero ya no. Todos fueron directo al Templo de Escorpio, y entraron a su habitación, 13 personas frente a la cama de Milo, todos sorprendidos...
-Milo?...Milo!!!!!!!!!!- grito un mas que preocupado Aioria, quien seguia observando el estado de Milo.
-Qu...que? le sucedió!??- grito aterrado Afrodita, su apariencia era totalmente distinta, ya no parecía Milo.
-Milo por que?- dijo casi en un susurro el Acuariano, quien luego de unos segundos reacciono, y fue directo a su cama, donde su cuerpo estaba, se arrodillo a su lado y tomo su muñeca -Milo- dijo mientras lágrimas recorrían sus mejillas, presiono su muñeca para ver su pulso, estaba todavía, todavía respiraba y su corazón latía, muy débilmente, pero aun lo hacia.
-Su corazón late? verdad? Milo no puede morir!!- dijo Shion alterado, mientras solo se limitaba a observar al Acuariano.
-Si, aun sigue latiendo..- dijo Camus, con una media sonrisa, tenia esperanzas aun.
-QUE AREMOS AHORA?- grito desesperado Aioria.
-Es cierto si Milo, sigue asi entonces si morirá- dijo Shaka preocupado.
-No se preocupen yo lo cuidare- dijo Camus colocándose de pie -Yo me encargare de la recuperación de Milo, ustedes pueden volver a sus templos si?- dijo el Acuariano con confianza.
-Muy Camus, confió en que tu podrás- dijo guiñandole un ojo, y con una seño todos se retiraron, ya mas relajados, puesto que Camus podrías hacer que Milo, volviera a como antes.
-Si- dijo Camus, en un susurro, y luego en derecho el cuerpo de Milo, y lo abrigo con las frezadas de su cama, estaba muy a fiebrado y desnutrido. Se encamino a la cocina, para buscar algunas cosas que le ayudarán, para bajar la fiebre de Milo por ahora.
-Maldicion!!!, quien intenta curarme, yo...no..n...quier..o- dijo debilmente, mientras seguia sumerjido en un lugar oscuro, aunque sentia que lo querian sacar de ahi.
Camus entro a la habitación y vio a Milo, la luz de la Luna, lo iluminaba, se veía hermoso incluso en tan deplorable estado. Suspiro y con unos paños mojados se acerco a la cama -Yo me encargare de que te recuperes Milo- dijo con una sonrisa, esas sonrisas que no se habían visto nunca de Camus, solo ahora.
"-Quien es?, quien intenta despertarme...no quiero...-" pensaba Milo dentro de sus sueños.
-Per...perdo....perdona me...Milo- dijo Camus con su voz quebrada y lágrimas en los ojos, dejo el paño en la frente del Escorpión, y lamentando se, apoyo su cabeza en el pecho de Milo, pidiendo entre susurros perdón.
Milo aun en sus sueños sintió como esas gotas le humedecieron el pecho, pero aun no podía abrir los ojos, se encontraba bastante débil y no podía nisiquiera mover la palma, ahora estaba siendo prisionera de su propio deseo "-No quiero saber...quiero...saber...quien...es el que...esta..a..mi lado-" dijo el peli-azul, mientras sentía como su dolor de cabeza se desvanecía, siendo relajado por aguas?, si sentía su frente enfriarse.
-Milo, perdona me, nunca quise que...pasara asi- rogaba Camus entre sollozos.
Milo, no podía disntiguir quien lloraba en su pecho, y tampoco podía sentir el cosmos ya que estaba muy debil, cada vez de forzaba mas para abrir los ojos. Su respiracion era agitada, intentaba abrir los ojos hace un buen rato, pero aun no lo conseguia -Qu...quiero despertar- dijo casi en un susurro.
-Milo!!- dijo mas alegre Camus, mientras se separaba del pecho del Escorpión notando como había dejado la zona humedecida, se sonrojo por haber hecho eso, nunca se había mostrado debil, pero ver a Milo en ese estado le partia el corazón.
-Po..porque...me..cuidas?- pregunto Milo, quien aun no reconocia que se trataba de su gran amor Camus.
-Por que?, pues Milo, yo..yo ...bueno es que- dijo nerviosamente, pero ahora casi no notaba quien era, así que si le decia lo que senti no valdria la pena -pues por que me importas mucho Milo- dijo firmemente el Acuariano, sabia muy bien que Milo, aun no sabia que era el.
-Por que?, si yo queria morir...- dijo debilmente el Escorpion.
-Pues eso no lo permitire- dijo serio Camus
Milo abrió los ojos inmediatamente muy sorprendido ya que nunca penso que alguien le tendria tanta importancia, como para que viniera y se quedara con el, pero mas fue su sorpresa cuando vio al hombre que le quita el sueño cuidandolo, quería que siguiera con el, pero a la vez no quería, aunque ya no importaba cuando se encontrara mejor le hablarian, por ahora solo se dejaria, si de el se trataba aceptaba.