-Capitulo 1-
Un Amor Insistente
El sol apenas está saliendo, algunos rayos de luz recién están empezando a aparecer, una corriente de aire corre con temperatura fría haciendo que la gente que para esta hora tan temprana se encuentran caminando por las calles para llegar a sus destinos sientan frio.
Lee Joon, un chico algo rebelde que vive solo en una casa que le dejaron sus difuntos padres recién estaba empezando a abrir sus ojos con gran dificultad, y era que la noche anterior se había quedado hasta tarde festejando su término de escuela junto a sus ahora ex compañeros de clase.
Estando ya algo mas despierto que al inicio se destapa y baja sus pies al suelo, se pone en pie y camina hacia su baño, ni bien hubo terminado baja al primer piso donde se dirige a la cocina para prepararse el desayuno. Calienta el agua para luego echarle leche polvo, un poco de azúcar y tomar dos panes de moldes junto al envase de mantequilla. Toma asiento en la mesa que se encuentra cerca del gran ventanal de la sala y estando más despierto toma el cuchillo y hunta mantequilla en uno de los panes.
Termina su desayuno, lleva los servicios al regadero de la cocina, los lava y de nuevo sube al segundo piso en busca de prendas de vestir para cambiarse de ropa. Entra al baño y lava su cuerpo. Toma el Shampoo en sus manos y vierte el contenido en sus cabellos algo largos con los ojos cerrados. Ya una vez haber terminado de bañarse toma la toalla de color rojo pasión y la enrolla en su cintura dejando su parte baja tapada.
Antes de salir del baño limpia el espejo con su mano ya que el agua caliente provocó que el vapor no deje que su reflejo se vea con claridad, acerca su rostro al espejo para observar de mejor manera su cara por si alguna imperfección arruina su físico.
Luego de asegurarse que su rostro técnicamente sigue igual de perfecto sale del baño y ahora camina hacia el armario donde abre ambas puertas dejando a su vista todos los conjuntos de prendas. Elige el conjunto de ropa de vestir que consiste en una polera de color amarilla junto a una pequeña camisa estilo Mesero de color negro en conjunto con un pantalón ajustado de un color negro desgastado.
Termina de cambiarse de ropa, camina hacia el gran espejo que tiene empotrado en una de las paredes de su dormitorio para poder observarse. Su vista recorre su cuerpo de arriba abajo observando si algo no combina con alguno de sus accesorios que lleva puesto ahora. Sonríe satisfecho con lo atractivo que luce pero un sonido estomacal arruina su felicidad.
Sin darse cuenta la hora paso rápido en eso de tomar el desayuno, bañarse, cambiarse de ropa, elegir los accesorios adecuados que combinen con sus prendas y arreglarse el espejo que para eso ya eran casi las doce y cuarto y su estomago rugía a falta de digerir alimentos.
Miró la hora en su reloj mientras bajaba los peldaños de la escalera para ir a la cocina en busca de algo para comer.
Dos simples huevos estrellados y cuatro HotDogs fritos acompañado del infaltable arroz blanco se sirvió en un plato cuadrado color blanco con decorativos rosales dejándolo encima de la mesa. Pensó que algo le faltaba, y eso era la bebida por lo que se devolvió a la cocina en busca de un pequeño sobre que al verter y mezclar con agua tendría cierto sabor.
Estaba mezclando con una cuchara el líquido cuando en un descuido aquel jarrón se dio vuelta por la fuerza en la que giraba su mano manchando todo su abdomen.
-Mierda! – grito Lee enojado mientras se apartaba hacia atrás. –Tsk… - bufo enojado a la vez que se agachaba para recoger el jarrón que cayó al piso también derramando en el piso flotante. –Tendre que limpiar luego… - estaba enojado. –Tsk… - dejo el jarrón sobre la cocina y se aparto un tanto mirando todo el desastre. – Aish! – bufo de nuevo y para eso sus ganas de tomar agua mientras comiera desapareció.
Caminó hacia el comedor, una vez sentado toma el tenedor con una de sus manos para empezar a comer. Un pedazo de huevo llevó hasta su boca, pero al saborearlo notó que le faltaba sal. Tomó el plato de comida con sus dos manos y en el momento en que arrastro la silla hacia atrás aún estando sentado una de las patas cedió y Lee Joon cayó de espalda al suelo haciendo que la comida que estaba en el plato callera en todo su rostro.
-Argh!~ - gritó enojado Lee Joon mientras dejaba reposar su cabeza en el suelo rindiéndose a su mala suerte con la que había despertado este día. – Porque demonios me pasa esto a mi… Ah?! – le preguntó al aire mientras miraba el techo de la sala.
Estuvo con los trozos de huevos esparcidos por toda su ropa que también estaba ensuciada con grandes pedazos de arroz por casi diez segundos. Levantó su cabeza un poco para ver en la manera en que había caído y trato de ponerse en pie. Ni bien estaba parado empezó a sacudirse la ropa maldiciendo una y otra vez su mala suerte.
-Tsk, maldición – bufo enojado dando un par de pasos hacia las escaleras para poder cambiarse de ropa cuando siente que pisa algo resbaloso – Ah! – soltó un grito al resbalarse pero que para su suerte se sostuvo de la pared – Pero que…?! – giró su cabeza hacia atrás en busca del causante de su resbalo- Aish~! – y era que aquellos HotDogs que había frito casi hacen que se resbale al pisarlos.
Mas enojado y enrabiado por todo lo que le había pasado subió al segundo piso esta vez con precaución por si alguna cosa más le pasaba.
Una vez terminó de cambiarse de ropa bajó al primer piso para limpiar todo el desastre. No le tomo demasiado tiempo pero aun así se canso un tanto.
-Veamos… - dijo con la silla en sus manos viendo en donde se había roto para poder arreglarlo. – Es la pata – dijo para sí mismo a la vez que miraba y revisaba que tan malograda se encontraba la silla. –Solo necesito pegamento y… y un par de clavos. – le echó una última mirada a la silla.
Y así partió hacia las calles de Seúl en busca de alguna tienda donde pueda comprar los materiales que necesitaba.
-Tsk, es que aquí en Seúl no hay alguna tienda para arreglar sillas?, o algo parecido? – bufaba susurrantemente mientras recorría las calles buscando alguna tienda. –Al fin~ - soltó un suspiro cansado dirigiéndose a la gran tienda.
Cruzó las puertas que al sentir su presencia se abrieron hacia los lados dándole el paso a Joon. Recorrió toda la tienda que por cierto era grande y había una gran variedad de materiales.
Tenia una canasta de mano lleno de cosas que le faltaban a la casa y a un lado lo que necesitaba para reparar la silla. Joon se encontraba esperando la fila que tan larga no era pero si que le aburría esperar hasta que al fin su turno le tocó.
-Hola~ - le sonrió a la cajera que se le quedo viendo con los ojos algo sobre abiertos – esto… - ya que Lee notó que la señorita no reaccionaba le movió una mano delante de sus ojos para que reaccionara, y lo logró.
-Ah!, si, si, que desea? – sonreía embobada la cajera mirándole a los ojos.
-Eh, pagar? – le pregunto obviamente mientras reía por el actuar de la otra.
-Ah!, si, si, verdad – rio tomando entre sus manos la caja de clavos – y dime, que vas a reparar? – le pregunto a Joon mientras le miraba al rostro aun sonriente y pasaba los productos por el cajero.
-Ah, una silla que se le quebró una pata – le contesto Lee de lo más normal.
-Ya veo, que mala suerte, y no te paso nada, no? – Joon rió ya que la chica sonaba en verdad preocupada.
-Ah!, no, no – movía sus manos negando a la vez que le sonreía ampliamente – yo estoy bien, claro, mis ropas se ensuciaron – rió agachando un tanto la cabeza fingiendo avergonzarse, sabía que eso mataba a las chicas.
-Oh!, enserio?! – la cajera detuvo su accionar de pasar los productos por el cajero – si quieres te puedo pasar el número de una lavandería que te cobran el servicio a un buen precio – el rostro de la señorita en verdad lucia como la de una persona preocupada.
-Ah! NO!, no, no, no hay necesidad – lo había logrado, otra vez solo hacía falta que sonriera y agachara un tanto su cabeza como para tener a cualquier chica que él quisiera tener consigo. – ya lo hice con mis propias manos – le sonrió – cuanto es el precio total? – apartó su mirar hacia la pantalla que marcaba el precio total.
-Si quieres también te puedo pasar el número de una persona que conozco que te podría recomendar unas cremas excelentes para que tu piel no se dañe al tener contacto con el detergente – Joon le miró y sonrió asintiendo con la cabeza.
-Ah, no, gracias de nuevo por su preocupación pero estoy bien – en un vistazo rápido miró hacia la fila que estaba detrás de él y notó como todos miraban el comportamiento de la chica y el de él también. – tome, aquí tiene – sacó de su billetera la cantidad de dinero que necesitaba para pagar por todo lo que había comprado. – gracias por tu preocupación, hasta luego. – le sonrió por última vez y si su vista no le fallaba pareciera que la chica estaba algo triste.
- Igual – le sonrió la señorita cajera.
Joon fue hasta la parte donde un chiquillo estaba empacando sus materiales dentro de unas bolsas amarillas con el logotipo de la tienda.
-Toma, gracias por tu trabajo – ni lo miró al chico, solo sacó dos billetes de su billetera, tomó las cinco bolsas de sus compras y pasó de largo del chico para salir de la tienda y dirigirse hasta su casa.
El chico había recibido el par de billetes y antes de que el otro fuera hasta él para recoger sus bolsas ya le había estado mirando, y era que aquel chico que recién acababa de pasar al lado suyo le pareció sexy y condenadamente lindo.
-Gracias… - susurro el chico de cabellera clara mientras veía como Joon salía de la tienda.