Estaba tumbado en la cama pensando en las palabras de mis damas, descubriendo que por desgracia eran ciertas.
-¿Por qué? ¿Por qué justo de él? - Estaba desesperado porque sabia que ni en un millón de años lo que siento seria aceptado, o al menos no de la persona que deseo.
Empecé a llorar inevitablemente pero de repente sentí un peso más en mi cama.
-¿Quien eres? - Pregunte en un tono mas bien neutro.
-Soy yo. - Cuando oi su voz me tense pero le volví a hablar, no me quedaba otra.
-¿Se puede saber qué quieres? no estoy de humor.
-No vengo a molestar, venia a ver que te ocurría.
"¿Quien eres tú y que has hecho con mi marimo?" Esto me tenia muy desconcertado y no estaba muy seguro de querer llegar al final de la conversación.
-¿Y qué te hace pensar que me pasa algo?
-Te viniste corriendo aquí después de hablar con las arpías y estabas llorando, si con eso no te pasa nada.
-¿Y se puede saber por qué te preocupas de mi ahora? - La verdad es que no me molestaba que se preocupara de mi, pero me incomodaba en cierto modo.
-Lo mismo puedo preguntar.
Me senté en la cama lo mas alejado de él que pude, le mire un instante para después bajar la cabeza, no soportaba ver esa cara de preocupación en él. Por culpa de él me puse nervioso y solo quería irme de esa habitación, pero unas fuertes manos me impidieron intentarlo y obligaron a mirarle a los ojos a Zoro.
-¿Me lo vas a contar?
-No me pasa nada...
-¿De verdad? - Se me empezó a acercar poco a poco hasta poder sentir su aliento sobre mi cara.
-¿Po-Por qué te acercas tanto?
-Para ponerte nervioso, y por lo visto funciona.
Lo tenia tan cerca y tenia tantas ganas de besar esos labios carnosos y dejarme llevar... Me metí tanto en mis pensamientos que no me di cuenta de que mi cabeza se movió sola hacia delante juntándose así mis labios con los suyos. Cuando me dí cuenta me separe rápidamente de él y me fui de la habitación lo mas rápido que podían dar mis piernas en esos momentos.
Cuando llegue a la cocina lo primero que hice fue sentarme y tranquilizarme, ya era hora de comer y tenia que aparentar normalidad para no levantar sospechas.
Paso cerca de media hora cuando sentí que la puerta de la cocina se abría, me tense enseguida porque no sabia quien era pero me tranquilice al ver que era mi bella morena que habia venido a hablar conmigo.
-Cocinero-san ¿Ya has visto a espadachín-san?
-Por mi desgracia... si
-¿Que ha pasado?
-Soy un estúpido, me he dejado llevar por mis sentimientos... seguro que ya ni me mirara a los ojos.
-No te creas cocinero-san... hay cosas que tu todavía desconoces.
-¿Que quieres decir?
-Pronto lo sabrás.
Se fue dejandome con la duda de a que se refería, termine de hacer la comida y llame a todos para que vinieran a comer.
Todos nos miraban a mi y al marimo extrañados de porque no discutiamos como de costumbre.
Me sentia tan incomodo que cuando termine de comer me fui de la cocina sin decir palabra alguna.
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Sinceramente no me esperaba ese beso tan dulce de parte del cocinero. Cuando me beso me puse feliz y en ese momento me di cuenta que no me preocupaba de Sanji solo por ser mi nakama, habia algo mas aunque todavia no me lo podia creer... AMABA A SANJI.
Me habia quedado tan perdido en mis pensamientos que no me di cuenta que el cejas de remolino se habia ido corriendo. Ya sabia de antelación donde se encontraba, ya que siempre que se enfadaba o le pasaba algo se iba a su cocina, era como su fortaleza.
Me quede tumbado en la cama mirando el techo. Había pasado una media hora cuando alguien entro en la habitación. Cerré los ojos y oi sus pasos, solo con eso supe perfectamente quien era.
-Si estas buscando al cocinero... no esta aqui Nami.
-Zoro, Zoro, Zoro... no busco a Sanji te buscaba a ti.
-¿A mi? ¿Para que?
-Para saber que tal con Sanji-kun
-Eso a ti no te interesa.
-Claro que si... ¿Sabes por qué estaba así?
-No me a querido decir nada...
-Por ti - Dijo secamente dejandome con cara de imbécil.
-Pero yo no le he hecho nada.
-Eres lento ¿lo sabias? - Iba a reclamar pero me callaron sus palabras - TE AMA.
-¿Pero que dices...?
-Esta rojo.
-¡E-Eso no es verdad!
-¿Eso es que sientes lo mismo? - Su tono no era de burla sino mas bien tenia un toque de preocupación.
-Supongo que si... -Dije en bajo, casi como un suspiro pero ella lo escucho. Se puso tan contenta que me abrazo.
-Cuida bien de él. Y si por un casual me entero de que le haces sufrir... - Se separo de mi y me observo con cara demoniaca - Te haré pagar 1 millón de doblones y luego te matare con mis propias manos.
-No te preocupes, eso no hara falta.
Me sonrió y se fue de la habitación dejandome otra vez solo.
Al rato oí a Sanji llamando para ir a comer por lo que fui a la cocina. Cuando llegue me senté y empecé a comer. Sentía como todos excepto las dos brujas me miraban y después miraba a Sanji, así todo el rato... me molestaba mucho y por lo que comprobe no solo a mi , ya que una vez termino de comer, el cocinero se fue de la cocina sin decir palabra. Después todos me miraron a mi, por lo que no aguante mas...
-¿¡Que pasa!? ¡Dejad de mirarme! - No espere respuesta, no la queria. Me levante levante y me fui.
Una vez sali de la cocina vi a Sanji valanceandose en el columpio estaba empezando a nevar asi que fui hacia él y le cogi del brazo. Lo lleve hacia una habitación apartada para que nadie nos molestara y al final llegamos a la biblioteca. Le meti dentro de la habitación y cerre la puerta tras de mi.