Una vez salí de la cocina me fui a la cubierta y me senté en el columpio, por una vez se sentía tranquilidad aunque solo fuese en la cubierta. De repente empezó a nevar, se veía todo muy bonito.
Oí la puerta de la cocina cerrarse de un portazo fue en ese momento que supe quien era, ya que nadie aparte de él saldría así de la cocina. Cuando me quise dar cuenta ya me tenia agarrado del brazo y me llevo a una habitación, me metió dentro y después cerro la puerta. Mire a mi alrededor y vi que estábamos en la biblioteca. Iba a reclamarle por haberme traído hasta aquí pero vi como se acercaba a mi por lo que empecé a retroceder hasta que choque con la pared. Zoro me puso sus brazos a cada lado de mi cabeza.
-¿¡Que haces!?
-Todavía no me has dicho que te pasa.
-¿Y se puede saber por qué debería decírtelo?
-¿No es obvio? Porque me preocupo por ti y además... me gustas... - Dijo en un susurro, pero lo oí como si me lo hubiera dicho al oído.
-Si lo que quieres es confundirme o hacerme daño... lo haces muy bien. - Le dije un poco enfadado por la desconfianza de que sus palabras solo fueran un juego para él.
-Si eso fuera así... ¿haría esto? - Me dijo antes de besarme con pasión y... ¿cariño?. Se sentía tan bien que me deje llevar enredando mis brazos alrededor de su cuello y el bajo sus manos a mis caderas y me acerco mas a el.
Nos separamos para tomar aire, haciendo que lo único que nos uniese fuese un hilo de saliva.
-Tu también me gustas, Zoro. -Le dije un poco sonrojado.
-¿Sabes de que tengo ganas ahora mismo?
-No... -Dije con un poco de temor al ver sus ojos llenos de lujuria.
-Quiero hacerte mio y escucharte gemir mi nombre una y otra vez - Se me acerco al oído y me dijo - Y me supliques... que no pare.
-Eres un maldito pervertido - Le dije con un ya notable sonrojo en mi cara.
-¿Pero a que te gusta la idea? - Dijo antes de morder el lóbulo de mi oreja y después empezar a besar mi cuello.
-Ah... Zo...Zoro p-para aquí no... nos pueden e-encontrar... - Intentaba hablar lo mas claro posible pero me excitaba de sobremanera que me besara el cuello de esa forma.
-Mira como estas... - Bajo su mano a mi miembro y lo empezó a acariciar por encima de la ropa. - ¿Pretendes que te deje así?
No me dejo responderle ya que me metió sus manos bajo mi ropa, me quito el abrigo y la camisa dejandome solo con el pantalón y la corbata. Yo no me quede muy atrás y le empecé a quitar la camisa, cosa que no me costo mucho ya que el marimo me ayudo. Después de quitarle la camisa fui bajando poco a poco a sus pantalones estaba a punto de empezar a quitárselos, pero me tuve que parar ya que la vergüenza no me permitia seguir.
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Cuando volvi a besar a Sanji me senti muy bien pero lo que verdaderamente me hizo feliz fue que me rodeara con sus brazos. Le cogi de las caderas y lo acerque mas para poder profundizar el beso.
Al separarnos, solo un hilo de saliva no separaba. Le mire la cara y fue como ver la imagen mas bonita del mundo, estaba un poco colorado y respiraba un poco agitado. Todavia estabamos abrazados cuando me dijo algo que me lleno de alguna manera de felicidad.
-Tu tambien me gustas, Zoro. - Me dijo todavia sonrojado.
Despues de oir eso me excite de sobremanera y no pude aguantarme mas.
-¿Sabes de que tengo ganas ahora mismo? - Le dije con lujuria mal contenida.
-No... -Me dijo un poco temeroso.
-Quiero hacerte mio y escucharte gemir mi nombre una y otra vez - Me acerque a su oido y le dije - Y que me supliques... que no pare.
-Eres un maldito pervertido. - Dijo mas rojo que un tomate.
-Pero, ¿a que te gusta la idea? - Le mordi el lobulo de la oreja y senti como se estremecia, fui bajando poco a poco por su cuello dejando un rostro de besos.
-Ah... Zo...Zoro p-para aqui no... nos pueden e-encontrar... - Intentaba decir con claridad el cocinero, cosa que por mis caricias no podia.
Baje mi mano hasta sus pantalones y empece a acariciar su miembro sobre la ropa. Se notaba que estaba excitado. Mientras le acariciaba le dije.
-Mira como estas... ¿pretendes que te deje así?
Le empece a quitar el abrigo y la camisa sin dejarle responder a mi pregunta, dejandole solo con el pantalon y su tipica corbata. Me empezo a quitar la camisa, yo subi los brazos para que no le costara tanto. Despues fue bajando hacia mis pantalones pero derrepente se quedo quieto.
Yo me preocupe un poco asi que me agache frente a el y le cogi de las manos.
-¿Que te pasa, Sanji?
-Es que yo... nunca he estado con un hombre y me da verguenza.
-Si no quieres hacerlo... no te obligare. Es mas, hasta que no me lo pidas no te voy a tocar.
-Pero yo si quiero... -Me dijo con lagrimas en su ojo visible.
-No quiero verte llorar - Le limpie las lagrimas con cariño - Si de verdad quieres hacerlo, soy todo tuyo. -Me tumbe en el suelo boca arriba esperando algún movimiento del cocinero.
Paso poco tiempo cuando oi algo metalico caer al suelo, subi un poco la cabeza para ver que habia sido ese sonido. Cuando vi la imagen que tenia delante por poco se me para el corazón. Lo que habia oido caer era el cinturon y el pantalon del cocinero. Me miro y mientras lo hacia se quito la unica prenda que le tapaba. Baje de nuevo la cabeza y note como Sanji se acercaba.
-¿De verdad no piensas tocarme? - Su actitud habia cambiado notariamente ya que el tono en el que hablo era de lujuria total.
-No, hasta que me lo pidas. - Dije con una sonrisa en el rostro.