-HimChan-
Jamás me he sentido tan utilizado y tan sucio como ahora, lo mejor de todo es que yo amaba a esta persona como a nada...pero las apariencias engañan...creo que si los demás supiesen a lo que tengo que aguantar por culpa de ese maldito capullo, me mirarían con asco y desprecio...Al menos tengo la suerte de que a el tampoco le conviene decir nada, nuestra reputación y la del grupo está en juego, solo espero que se canse de mi pronto....o que alguien venga a rescatarme pronto... -Me decía yo mismo en mi cabeza mientras miraba el techo tendido en mi cama en aquella oscura habitación, me cansé de mirar el aburrido techo y comencé a jugar levemente con un mechón de mi pelo ahora rubio, solté una leve risita al recordar todos los colores con los que he teñido mi cabello, pero mi cara cambió en el momento en que mi compañero de habitación entró, vino con una única toalla en su cintura ya que salía de bañarse y con una sonrisa perversa en su cara, en cuanto la vi supe que algo pasaba por la asquerosa mente del líder y lo que más e temía es que yo estaba en su cabeza. Me senté en el borde de la cama mirando hacia la puerta y hacia YongGuk y el se acercó a mi sin quitar esa sonrisa que me ponía de los nervios, mientras venía se iba quitando la toalla de la cintura quedando completamente desnudo ante mi, dejando ver a su miembro casi erecto, llegó ante mi y me agarro del pelo y acercó mi cabeza a su entrepierna rozándola con mis labios-
-Chupa -Dijo secamente sin soltarme el cabello, tardé unos segundos en asimilarlo todo y me decidí a cumplir los deseos de este enfermo mental, y pensar que llegué a amarle con todo mi ser...suerte que jamás se lo he hecho saber a nadie y menos a el, comenzó a mover mi cabeza haciendo que su pene entrara y saliera lentamente de mi boca y que el soltara leves gemidos que eran reprimidos ya que ya era muy entrada la noche, cerré los ojos para no ver nada de lo ocurrido y solo me dediqué a dejar llevar mi cabeza a su gusto, pero sabía que si no le satisfacía habría malas consecuencias luego, así que lamía todo el tronco de su miembro y al llegar a la punta la succionaba fuertemente sacandole gemidos mas fuertes, de golpe paró de agarrar mi cabello y sacó el pene de mi boca, me sonrió de lado y yo ya sabía lo que eso significaba, se sentó en su cama mirándome con lujuria. Solté un suspiro inaudible y me puse de pie comenzando a desnudarme lentamente bajo la atenta mirada del líder que cada vez era mas lujuriosa, incluso su pene me parecía que había aumentado de tamaño, cosa que me hizo sonrojarme de sobre manera, por una milésima de segundo su enorme miembro me pareció demasiado apetecible, pero dicho pensamiento enseguida fue borrado por imagines de anteriores momentos como estos y recordé lo desagradable que es que la persona que amas te trate como a un trapo sucio y te ridiculice de esta manera, acabé de bajarme los pantalones quedando en ropa interior, Guk me miraba con gula y se relamió los labios varias veces, después de dudar unos segundos lentamente me quité la camiseta quedando casi desnudo. El líder cada vez estaba más impaciente por que me quitara el bóxer y me lo quité a regañadientes quedando completamente desnudo, después de todo eso ya sabía que era lo siguiente. Me dí la vuelta y tomandome mi tiempo me puse a cuatro patas en mi propia cama apoyando pecho y cabeza en ella para así levantar mas mi trasero y sentir como dejaba a la vista del líder mi entrada, cosa que me hizo sonrojar demasiado pero al contrario el mayor soltó una risa leve de satisfacción y se levantó de su cama para acercarse a la mía. Sentí sus dos manos recorrer mi trasero por completo, cosa que hizo que me estremeciera y se me pusieran los pelos de la nuca en punta, bajó las manos a mis muslos acariciándolos con dedicación para luego jugar por unos minutos con mi miembro que sin yo poderlo evitar lentamente se ponía mas duro. Después de un buen rato de entretenerse con mi entrepierna, lleva la mano a mi entrada y la acaricia y juega con ella haciéndome temblar por la sensación que muy en el fondo de mi ser me hacía morir de placer, pero reprimí ese pensamiento y solo me dediqué a morderme el labio fuertemente para no soltar ningún sonido de placer, ante todo mi orgullo como persona estaba en juego y no iba a perderlo, el mayor sabía eso y para conseguir que yo gimiera metió de golpe su miembro dentro de mi, haciendo que yo soltara un gemido bastante fuerte, pero no lo suficiente como para que los demás lo escucharan, pero si lo suficiente como para hacer sonreír triunfante al líder. Comenzó a moverse lentamente dentro de mi soltando gemidos leves y graves que conseguían ponerme los pelos de punta, a quien quería engañar? Su voz era demasiado erótica incluso para mi y no podía evitar que una pequeña parte de mi disfrutara el momento. Llevó una mano a mi pene y comenzó a masajearlo a la misma velocidad que sus embestidas, que cada vez se hacían mas rápidas y profundas haciéndome morder mas fuerte mis labios para no gemir con todas mis fuerzas y delatar esta escena ante todo el grupo. YongGuk por su parte clavaba sus uñas en mi trasero por el placer que sentía y soltaba gemidos cada vez mas graves y mas lujuriosas para mis oídos, me masturbaba cada vez mas fuerte y mas rápido haciéndome sentir como pronto me correría en su mano, pero no quería venirme antes que el, al menos tenía que proteger un poco de la escasa dignidad que me queda, el líder cada vez me embestía con mas fuerza y gemía sin control a la vez que me masturbaba con mas fuerza haciéndome perder la cabeza, pero a la vez me hacia ponerme triste por estar haciendo esto sin algún sentimiento de amor, al menos por su parte, ya que por la mía había demasiado amor de por medio. Sin ya poderlo aguantar más acabé corriéndome por completo en su mano soltando un gemido mas largo que los demás, sentí un bufido suyo de satisfacción, después de eso me poyé aun mas fatigado en la cama con mi pecho y cara y al cabo de poco tiempo sentí como el mayor se venía dentro mío soltando un gemido largo como el mío y jodídamente sexy. Se quedó un rato mas dentro de mi para calmar su respiración, después de eso, si decir palabra salió de mi interior y se fue directo a su cama tumbándose en ella cubriéndose con su manta y apagando la lamparita de la mesa que tenía al lado de su cama, me dio la espalda y la realidad golpeó de nuevo mi cara. Era obvio que solo era un objeto para su diversión. No podía decir que había roto mi corazón ya que lo rompió la primera vez que me hizo esto tampoco iba a llorar, no había mas lagrimas en mis ojos. Me levanté algo entumecido y me fui a mi armario, escogí la ropa con la que me vestiría después de ducharme. Me fui directo al baño cerrando la puerta con pestillo y comencé a ducharme con agua caliente limpiando bien cada rincón de mi cuerpo para dejar de sentirme tan sucio y despreciable por consentir este tipo de cosas hacia mi persona. Después de meditarlo todo durante mucho tiempo bajo el caliente chorro de agua, llegué a la conclusión que debía marcharme de ese infierno que suponía para mi estar en esa casa. Salí rápidamente y me sequé lo más deprisa posible para luego ponerme la ropa que antes escogí. Salí intentando hacer el menor ruido posible y cogí una mochila donde puse en ella mi teléfono, la cartera, el cargador del móvil y todo el dinero que tenía ahorrado más las tarjetas de crédito, salí sin hacer ningún ruido y fui al salón del apartamento que estaba completamente silencioso. Busqué un trozo de papel y en el escribí todos mis pensamientos dirigidos a esa persona de la que estaba tan enamorado pero que tanto daño me hacía.
“ Aun a estas alturas me sigo extrañando y preguntando el como te puedo seguir amando después de todas las cosas vergonzosas y denigrantes que me has hecho pasar en este año que llevamos en B.A.P. Desde trajes de sirvienta que me hacías cumplir todos tus deseos sexuales o aquella vez que me hiciste llevar un vibrador en una entrevista en la televisión y la controlabas a tu gusto haciéndome pasar el mayor bochorno de mi vida, menos mal que nadie supo que era en realidad y solo pensaron que era un dolor de barriga...Hecho de menos el antiguo Gukie, el primer y único amigo que hice en la escuela, con el que todo eran risas y abrazos cariñosos, me arrepiento del día en que entré en este grupo, puede que hubiera ganado fama y dinero, pero perdí al ser más importante en mi vida. Ya es tarde para volver atrás así que me iré de tu lado para conseguir olvidarte y encontrar a alguien que me ame y no me utilice. Pero estoy seguro de que siempre quedará gravado en mi corazón y en mi memoria aquel día de verano en el que nos colamos en la escuela y fuimos a comer helado en nuestra azotea. Pero una cosa me ha quedado clara, jamás llegaste a besarme ni una sola vez, eso demuestra lo que realmente quieres de mi.
Hasta siempre Bang YongGuk
Atentamente: Chanie
PD: Ya no me importa lo que les digas a los del grupo, puedes inventarte lo que sea.”
-Después de acabar de escribir aquella carta de despedida, fuí rápidamente a nuestra habitación y dejé la carta al lado de la cabeza del líder que ya estaba profundamente dormido. Se me pasó por la cabeza besar aquellos labios que tan loco me traían, pero sabía que si lo hacía jamás podría volver a separarme de ellos. Cerré los ojos fuertemente y salí de la habitación cerrando la puerta con cuidado. Fui al salón a coger mi mochila y me dirigí hacia la puerta de salida, dí un último vistazo a aquella habitación que tantos momentos diferentes dio lugar junto al grupo, desde la primera cena que tuvimos como grupo, la primera discusión, la primera fiesta de cumpleaños, el día en que ganamos nuestro primer premio o el día en que Dae y Jae hicieron saber su relación. Al recordar todas aquellas cosas, mi corazón se estremeció fuertemente y las lágrimas comenzaron a salir de mis ojos con violencia. Realmente no quería irme y dejar a los que han sido por un año entero mi familia y mis niños. Pero mis fuerzas ya se habían agotado y no quería sufrir mas, así que reuní toda la fuerza que me quedaba y abrí la puerta de casa saliendo por ella y cerrándola a mi paso junto todos aquellos maravillosos recuerdos que he pasado con mis pequeños para luego dirigirme hacia ninguna parte.
-YongGuk-
Alguna vez habéis estado tan enamorados de alguien que incluso no sabes la forma en demostrar tu amor hacia esa persona y que incluso eres capaz de hacer que te odie para conseguir estar lo máximo posible en sus pensamientos? -Me decía a mi mismo tumbado en la cama justo después de hacerle esas cosas maravillosas pero a la vez hirientes para los dos mientras estaba imaginando que escribía un libro, cosa que me hizo reír por mi ocurrencia, mi persona amada era el comandante del grupo; HimChan, lo conocí hace unos años en la escuela. El era un pequeño antisocial aun siendo probablemente la persona mas bella de nuestra escuela, el siempre estaba solo absorto o en su música o en algún libro. Cuanto más le observaba más captaba mi atención y me hacía querer saber más de él. Conseguí averiguar que le gustaban mucho los libros y la música, pero en esos tiempos yo no solía leer mucho así que me decanté por lo que mejor se me daba, cantar. Cada día me acercaba mas a Chanie hasta que un día le hablé y entonces fue cuando captó toda mi atención, su manera de ser era tan dulce y tierna que era imposible odiarle, cada día que pasaba me sentía mas atraído por el y nos hacíamos más y más amigos. Había veces en que nos quedábamos horas enteras en la azotea de la escuela yo tumbado con la cabeza en su regazo y el leyendo de su libro solo para mí, sentía que ese momento era solo nuestro. Hasta que una oportunidad llegó a nosotros, al principio todo era perfecto y maravilloso, a mi me dijeron que sería el líder de un grupo de chicos y acepté encantado y a Chanie le tocó ser el comandante del grupo junto a mi. Todo iba bien hasta que comencé a ver que cada vez más gente se fijaba en MI HimChan y que recibía más y más cartas de fans o incluso de otros ídolos, el estaba muy feliz por ello y las guardaba todas con amor. Pero yo solo quería ser el único en su corazón y recordé una vez una frase de una canción “El odio es un sentimiento mucho mas potente que el amor, es un sentimiento que persiste para siempre” En su momento pensé que era la mejor opción para ser el único en su corazón, así que decidí cambiar y ser el mayor cabrón de la historia. Aun ahora después de un año entero de hacerle aquellas cosas que prefiero no recordar, cada día me arrepiento por no haberle dicho directamente lo que sentía por el en lugar de obligarle a hacerle todas aquellas cosas, cada cosa que le hacía me hacía a mi odiarme más y más, pero el pensar que yo estaría para siempre en su corazón y en su mente me hacía seguir hacia adelante con mi plan. Seguía pensado y recordando cosas del pasado mientras estaba tumbado de lado dándole la espalda a la cama del comandante con los ojos cerrados y escuchando de fondo el ruido que hacia en la ducha. Aquel ruido leve e uniforme del agua cayendo cada vez me hacía sentir más y más sueño y finalmente caer en un profundo sueño. Mientras dormía soñé como mi HimChan se alejaba de mi, con esa mirada de odio que tantas veces me ha dado pero sin saber por que esta vez me afectó más de la cuenta haciéndome llorar y ver sin poder moverme como cada vez iba desapareciendo su figura ante mi, yo solo podía llorar y gritar su nombre para que se quedara a mi lado, pero su cara de indiferencia y odio me mataba cada vez más, al final ya quedándome sin voz solo podía verle desaparecer ante mis ojos llenos de lagrimas y escuchar algo que me rompió el corazón salvajemente.- ¿Quien eres? - Fue lo último que dijo HimChan antes de desaparecer por completo y haciendo que abriera los ojos de golpe llenos de lágrimas. Ese fue el preciso momento en que me di cuenta que yo sin mi HimChan no era nada y que tenía que decirle absolutamente todo y hacer todo lo humanamente posible para que al menos me perdonara, ya que yo no podía aspirar a algo mas con el después de todas las cosas asquerosas que le he hecho, así que decidí que a la mañana siguiente le diría absolutamente todo al comandante, después de calmarme un poco, me giré para ver a mi durmiente Chanie topándome con la sorpresa de que su cama estaba vacía. Me sorprendí un poco y miré en la pantalla de mi teléfono que hora era, en el aparato marcaban las 3:30 de la noche, me levanté de mi cama y me dirigí a nuestro baño para ver si estaba ahí, entré dentro viendo que no había absolutamente nadie, lentamente el miedo comenzaba a invadirme y una idea vino a mi mente por un segundo, pero la aparté de mi cabeza con una sacudida y salí rápidamente pero en silencio de la habitación topándome con una absoluta calma en nuestro apartamento, que rompí con un susurro- ¿Chanie? ¿estás ahi? -No hubo respuesta así que el miedo cada vez se apoderaba de mi, fui a la cocina: nadie, a los otros baños: nadie, al balcón: nadie a todas las habitaciones del apartamento pero HimChan no aparecía por ningún lado. Estaba aterrorizado, no sabía que hacer así que volví corriendo a la habitación para vestirme y salir a buscarle de inmediato, cogí las primeras prendas que encontré y me senté en mi cama notando algo debajo de mi trasero, un papel. Lo cogí curioso y lo abrí, lo leí una, dos, tres, hasta cuatro veces sin poder creer lo que en ella ponía, solté una carcajada seguida de un mas de lagrimas que caían de mis ojos, el después de todas las mierdas que le hice, después de todo el tiempo que ha pasado, el me amaba y yo un ciego estúpido no lo vi y me dejé llevar por los celos y el egoísmo. Me levanté de golpe temblando del puro miedo que tenía de perder al amor de mi vida, salí corriendo con la carta en la mano chocándome con casi todos los muebles de casa, en ese momento en mi mente solo había una cosa, encontrar a mi Chanie. Salí rápidamente de casa cerrando la puerta con cuidado para no hacer ruido para luego arrancar a correr escaleras abajo hacia la salida. Miré hacia los lados pensando en que dirección podría haber tomado el comandante. Decidí llamarle para ver si por algún casual me contestaría, mis esperanzas fueron rotas en cuanto vi que siquiera tenía el teléfono encendido. Decidí correr calle abajo sin importar el cansancio, el dolor punzante en los pulmones o el dolor que sentía en mis pies por tanto bailar, HimChan era lo primero. No lo encontré por ninguna parte, así que decidí ir a los lugares que más frecuentaba el, comenzando por la empresa donde fui por todas y cada una de las habitaciones, salas de ensayo, salas de grabaciones y despachos sin encontrar nada. Acabé saliendo con prisa del edificio respirando como una bestia perseguida por un cazador, estaba realmente fatigado, pero eso no me impediría encontrarle. Pensé en JiEun de Secret, ella era mi mejor amiga, sabía todo lo que yo sentía por el comandante, la llamé y al cabo de cinco tonos cuando ya iba a rendirme contestó con una voz entre molesta y soñolienta-
-Más te vale que sea importante, son las 4:45 de la mañana y en dos horas tengo presentación- Dijo mi mejor amiga con voz cansada.-
-HimChan se ha ido- Fue lo único que pude decir antes de volver a romper a llorar, JiEun solo calló y esperó paciente a que me calmara y cuando lo hice volvió a hablar.
-Te lo mereces, Yongie eres mi mejor amigo y te quiero como al que más, pero tu mismo te lo buscaste, ahora piensa bien donde demonios estará Chanie y deja de llorar. Afronta los problemas que tu mismo has causado. Buenas noches, te quiero.-Después de decir eso colgó y yo me puse a pensar sobre las palabras que noona me había dicho, para algunos puede parecer duro, pero para mi eran las palabras que más necesitaba oír y ella lo sabía. Me limpié las lagrimas con el dorso de la manga y volví a correr como un verdadero loco.
Pasé por todos los parques que habían cerca de nuestro edificio, miré cada rincón de ellos, recorrí dos veces cada parque pero seguí sin dar con el conejito rosa. Ya demasiado cansado para seguir, decidí sentarme en un banco, metí las manos en mis bolsillos y con ellas rocé la carta de mi amado y como no la volví a leer, mientras lo hacía una frase llamó mi atención, esta en concreto “Pero estoy seguro de que siempre quedará gravado en mi corazón y en mi memoria aquel día de verano en el que nos colamos en la escuela y fuimos a comer helado en nuestra azotea” Entonces una pequeña luz se encendió en mi cabeza, no quise perder más tiempo y salí corriendo hacia nuestra antigua escuela, estaba mas que seguro que mi pequeño estaría ahi y cuando pasé por delante de una tienda de conveniencia 24h entré rápidamente y compré el helado favorito de mi conejito, el helado de menta con trocitos de chocolate, pagué dejando la vuelta a la dependienta y salí disparado hacia la escuela. Fui directo hacia el hueco por donde nos colábamos los veranos o por donde entrábamos cuando llegábamos tarde y pude ver como había sido usado recientemente, una sonrisa se plasmó en mi rostro al presentir que estaría ahí. Sin perder más tiempo fui a la entrada de emergencias vieja que siempre estaba abierta y subí con toda la velocidad que pude hasta la azotea del último piso, vi la puerta entre abierta y asomé mi cabeza con cuidado y pude ver a un HimChan tumbado bajo la luz de la luna y las estrellas con los ojos cerrados y acurrucado en su chaqueta, pude sentir como mi corazón volvía a la vida. Me acerqué a el rápidamente y le abracé con fuerzas haciendo que el menor se asustará por lo brusco que fui, pero realmente necesitaba abrazarle, no se dio cuenta de quien era hasta que hablé.
-Te amo- Con esas simples palabras conseguí hacer llorar a mi comandante y también que me abrazara con toda su fuerza llorando sin consuelo, pero esta vez lloraba de felicidad.
-Idiota...Estúpido...Egoísta...Inútil...Pervertido...Tonto....-sollozaba con fuerza mientras me insultaba haciéndome sonreír tierno por las cosas que decía- pero aun así...yo te amo...y puedo prometer que lo seguiré haciendo.-se abrazaba mas a mi escondiendo la cara en mi pecho llorando en silencio pero mas calmado y por mi parte al escuchar esas palabras, me hicieron derramar algunas lagrimas de felicidad aprisionándole con fuerza entre mis brazos-
-¿Volvemos a casa? - le susurré levemente al oído a lo que recibí una negación suave con su cabeza, sonreí para mi mismo y Chanie se dio la vuelta quedando sentado entre mis piernas apoyado con la espalda en mi pecho y yo abrazándole bien cerca mío. Reí leve y le di la bolsa con el helado que tanto le gusta, el lo sacó y el verlo soltó una risita, entonces me acordé de una frase que el me dijo hace tiempo sobre ese helado y la dije en voz alta- “ El helado de menta me gusta, al igual que el de chocolate, pero juntos me encantan” -pero no fui el único que se acordó, ya que mi conejito rosado dijo exactamente lo mismo y al mismo tiempo, cosa que nos hizo mirarnos y que nos besáramos por primera vez en nuestras vidas, dejó el helado de lado y se dio la vuelta tumbándome en el suelo y el encima mío, lentamente la ropa sobraba y los besos se intensificaban demasiado, finalmente y después de muchísimos besos Chanie y yo desde ese día dejamos de tener mero sexo y comenzamos a hacernos el amor mutuamente.