Kazuki era como cualquier "niño" rico, iba a fiestas, tenía a cualquier chico en su cama no importase que tan difícil era, no creía en esa estupidez de "Lo importante es lo de adentro no lo de afuera" y menos en el amor, el creía que eso era solo para acostarse con un chico, lo tenía todo pero al sufrir un trágico accidente donde pierde a las dos personas que lo amaban más que nada y no importara como era.
Tenía que valerse por sí mismo y hacerse cargo de la empresa de su padre pero eso no era el problema, el problema es en lo que se convirtió, en un hombre totalmente frio, que no le importaba pisar a los demás con tal de obtener lo que quería, casi todos las persona lo ven con lastima y horror por la gran cicatriz que tiene en la cara deformando su hermoso rostro haciendo que lo apodaran
"La Bestia"
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Haruki un chico dulce y en parte inocente estaba pasando por la peor etapa de su vida, el perder a su padre, Azumi y Haruki no comparten relación sanguínea pero Haruki lo quiere, la madre de Haruki lo dejo a su suerte en la puerta del mayor, este adopto y crio a Haruki como su propio hijo y ahí estaba, el hombre que todos conocían como “El toro” estaba postrado en esa cama, pálido y con cables a su alrededor.
Su hijo lo miraba desde afuera con lagrimas en los ojos y con ojeras por la falta de sueño, no quería dejar solo a su padre, quería estar ahí cuando el despertara aunque los doctores le decían que era muy poco probable que despertara en su estado pero él sabía que su padre iba a despertar no importara que pasara mil años, el esperaría por su padre.
Salió del hospital donde estaba su padre, todo hecho una furia, no comprendía como esos doctores le decían que si su padre no despertaba dentro de un mes lo iban a desconectar del aparato que lo mantenía vivo, el es primero que querría que su padre este despierto, con el pero no podía hacer nada, solo gritarles a los doctores que no tenían corazón, estaba enojado con todo mundo y por ir rápido sin querer tiro a una señora mayor, al darse cuenta de su error se giro y empezó a ayudar a la señora de aspecto amable.
-Lo siento tanto, de verdad, perdone por a verla tirado……-empezó a decir Haruki nervioso dándole la mano a la señora, la cual acepto y empezó a recoger las bolsas que se le habían caído a la mujer.
-No se preocupe, tal vez estoy vieja pero tengo fuerza de sobra-respondió la mujer sonriendo dulcemente al muchacho el cual cargaba todas las bolsas, Haruki suspiro de alivio al ver que no estaba lastimada la señora-Podrías darme mis bolsas por favor-pidió la mujer mirando al chico con cariño.
-Claro que no-dijo Haruki negándose sorprendiendo a la señora-Aunque sea déjeme llevar estas bolsas por usted, me siento mal por a verla tirado-dijo sonriendo sin devolverles las bolsas a la señora, la mujer suspiro y sonrió asintiendo con la cabeza, empezó a caminar indicándole el camino al muchacho, el cual iba detrás y sonrió, hacía tiempo que no sonreía con sinceridad, la señora y el chico empezaron a hablar de cosas sin sentido, como la vida del amo donde trabajaba la mujer, le había contado casi todo de su amo, de cómo perdió a sus padres y como era ahora, un chico totalmente diferente a como era antes.
Haruki le dio tristeza por el chico, el tenia un padre que lo amaba y no sabría que hacer si lo perdía, la vida del chico cambio totalmente en una noche y le daba tristeza mucha tristeza, si pudiera ayudar al chico a olvidar su tristeza lo aria pero no sabría cómo o que hacer.
Así llegaron los dos a una mansión, hermosa pero a la vez algo siniestra, el jardín estaba seco, como si no lo hubieran regado desde hace años, las estatuas eran de demonios y la fuente era lo único bello del lugar, su agua era tan clara que podría verse asi mismo y la estatua que estaba en medio de la fuente era una bailarina de ballet, solo podría describirse eso con una palabra, hermoso, la fuente le daba algo a la casa que lo maravillo, la señora sonrió al ver a Haruki, le recordaba mucho a su amo, antes de pasar lo que paso, no sabía porque le había contado todo eso a ese niño si apenas lo conocía pero sentía que él podría ser el indicado para sacar a su amo de todo ese sufrimiento.
Haruki estaba maravillado con la mansión, quería conocer más de esa mansión y lo aria pero no de la mejor forma, no se dio cuenta que había pisado lo que pronto seria su cárcel, había entrado a “La Mansión de la Bestia”.