Como de costumbre, luego del trabajo agotador en la empresa de publicidad, Choi Minho se disponía a cenar en uno de sus restaurantes favoritos y exclusivos en Seúl, donde el plato fuerte es la comida japonesa como el sushi, bollos de arroz, sopa de algas y demases; todo preparado de forma tradicional pero servido de una manera poco convencional, mezclando el arte culinario con el erotismo.
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Fue recibido gustoso entre los empleados que tanto conocían al empresario, siendo atendido especificamente por uno de los camareros para guiarlo a la zona pribada de dicho establecimiento. A Minho le gustaba comer solo, sobre todo en ese lugar, el cual se caracterizaba por mezclar la sensualidad de modelos completamento desnudos, donde encima llevan acomodado las piezas de sushi y especias, como si fueran el plato donde servirce, y así era. Era arte, un arte vanguardista que Minho consideraba sexual, sobre todo cuando él se encargaba de disfrutar muy bien del postre, pues no solo iba a comerse la comida. Se consideraba con el derecho de pedir un servicio especial, ya que hace poco sehabía hecho accionista de la linea de ese restaurante vanguardista y moderno.
Choi en aquell establecimiento tenía a su modelo predilecta, una chica de finascurvas y sonrisa angelical, con la cual siempre solía divertirse con una y que otracaricia, no más que eso.
Sin embargo ese día no estaría con ella..
-Señor Choi... -El camarero se inclinó hacia el alto manteniendose al borde de esa estancia pribada-. La señorita Lee está enferma, no va a poder servirle hoy -La mirada de Minho parecía algo molesta con esa sorpresiva noticia, intimidando al camarero que sólo le decía el recado.
-Como sea.. -bufó rodando los ojos-. Traeme a alguien, quien sea -espetó ligeramente.
Por decirlo así, Minho no tenía ninguna inclinación sexual marcada, y tampoco es que solo iría a tirarse a algun o alguna modelo de dicho local, nunca lo hacía, tan solo iba a comer y divertirse, tal vez ahora haría una excepción y se limitaría a comer con tranquilidad.
El joven que estaba encargado de mantener contento al alto asintió nervioso, recordando que el único modelo que tenía libre era un muchacho que había ingresado recientemente, era el remplazo de la favorita de Minho, su hermano.
A paso torpe se dirigió a buscar al nuevo modelo lo antes posible, aunque primero fue por la comida de Choi en la cocina, la cual estaba lista de antemano. Ya conocían los gustos del moreno y era muy fácil darle en el gusto a tiempo.
-¡Hey Lee! -exclamó el camarero sosteniendo la tabla con el pedido del alto mientras se asomaba por la puerta del camerin de modelos masculinos-. Tienes una mesa....
Lee asintió avergonzado, ocultando sus labios con su diestra antes de levantarse de donde se encontraba. Se sentía nervioso por tener que reemplazar a su hermana, pero no podían desperdiciar el dinero, y era un favor.. después de todos ambos vivian solos y debían costearse las cosas, aún cuando el castaño tan solo iba a la universidad y su hermana era la que trabajaba.
"Espero que mejores pronto, Taeyeon" Pensó en el momento que se acomodaba la bata y se sacaba la ropa interior rápidamente para salir junto al camarero.
Cuando el menor notó que era llevado hasta el sector pribado sintió algo de miedo y mayor verguenza al pensar que tal vez donde tendría que "trabajar" sería frente a unos ejecutivos de edad, o quien sabe un degenerado con dinero y viejo.
-Bien Taemin.. este cliente es exclusivo y uno de los accionistas del local. No lo arruines y relajate...
El camarero abrió la puerta corrediza y dejó todo cerca de Minho, retirandose de inmediato con un cordial inclinamiento de cabeza, cerrando tras de si para la privacidad del empresario con Taemin.
El castaño no hizo más que soltar un suspiro ligero al estar dentro de esas cuatro paredes, un poco más tranquilo al notar que el comensal era joven y bien parecido. Eso era un punto a favor, a pesar de que la mirada chocolate del moreno estuviera sobre el casi con descaro, desvistiendolo con la mirada, intimidandolo sin siquiera saberlo.
Minho había quedado maravillado con ese rostro fino, esculpido en marmol. Si no fuera por que el joven frente a él traía el pelo corto, juraría que era una chica, por el semblante dulce que emanaba por los poros. La piel del castaño casi podía brillar por lo suave que lucía, palida ante la luz y realmente atrayente. Era una belleza, nadie podía negarlo.
Ni cuenta se dio cuenta cuando el camarero se había marchado, pues su vista aún se mantenía en el chico frente a él, quien miraba nervioso cualquier punto en la habitación.
Taemin soltó un pequeño suspiro antes de dejar caer la bata al suelo, dejando expuesta su desnudeza los grandes ojos chocolates que le miraban impaciente. No negaba que se sentía incomodo al estar frente a un desconocido, pero necesitaba el dinero y el trabajo mientras su hermana se mantenía enferma en casa. Se obligaba a pensar que era una forma de arte, en todo su esplendor para estar más calmado.
Tenía que estar orgulloso de su cuerpo, pues a los ojos de cualquiera, Lee lucíaperfecto.
Mientras se disponía a recostarse sobre la mesa baja que estaba frente al alto sintió como sus mejillas ardían sin mesura al sentir como la mano del moreno tomó su
muñeca para que le mirace, cosa que hizo por inercia ante el contacto.
-¿Cómo te llamas? -Su cuerpo vibró al instante ante tan grave y varonil tono de voz, obligandolo a entreabrir sus labios para contestar. La sonrisa del alto era suave e
implacable, realmente cegadora, le era imposible aguardar silencio.
-Lee.. Lee Taemin -Retiró la mano del contrario lentamente y se recostó tranquilamente sobre el mueble, boca arriba, dejando que los ojos del alto volvieran a pasearse, ahora, por su cuerpo.
-Yo soy Minho, Choi Minho.. un gusto... -Su sonrisa se hizo más tenue al momento de llegar a las orbes contrarias, acomodando su cabello levemente en un acto sutil y elegante.
Nadie le dijo que debía socializar con el cliente, y cada vez que el alto hablaba, su incomodidad se incrementaba, se notaba en el aire y a Minho le hacía gracia.
-¿Es tu primera vez? -Volvió a hablar, esta vez sin mirar al castaño, tomando los palillos para comenzar a acomodar las piezas de comida sobre el cuerpo delgado del menor, por que era más joven, se notaba.
-Si.. algo así.. -Se limitó a decir soltando uno que otro suspiro para relajarse, aún más cuando sentía las frías piezas de sushi sobre su cuerpo, tratando de olvidar su desnudez.
La charla dió por terminada en ese momento, por la infinita calma de Minho en tocar sutilmente con los palillos la piel del contrario, colocando todo en su lugar.
El pequeño frasco con la salsa de soya sobre el abdomen del castaño, seguido de las piezas de salmón en los costados de su vientre, en dos hileras, para luego colocar unos rollos de palta y arroz en su torso, dejando otra variedad de comida japonesa en sus muslos.
A sus ojos, aquella comida sobre el cuerpo de Taemin lucía mucho más apetitosa.
Todo estaba tan bien acomodado que de verdad lucía como una obra de arte, y Taemin no podía figarse de ello, no quería moverse ni ladear el rostro para observar, así que se limitaba a mantener sus ojos cerrados, algo agradecido por que Minho no tuviera el descaro de tocar más allá de lo permitido, por que con esa mirada que el mayor le indicaba, podía jurar que tenía dobles intenciones.
Pero Minho prefería disfrutar de la comida antes de llegar al postre... Pero Taemin no sabía eso.
Minho paseo los palillos por el vientre del menor, esquivando la comida, siguiendo su accionar con la mirada, observando como los musculos del menor se tensaban ante el contaco. Pasó por su torso y clavicula, acercando incluso el rostro al observar como Taemin echaba su cabeza hacía atrás al estirar su cuello cuando los palillos se paseron por allí.
Suspiró. Aquello se sentía bien, a pesar de unos cosquillas casi nulas que le hicieron morder sus labios por inconsciencia, podía jurar que el aliento de Minho estaba sobre su cuello, lo que le obligó a abrir sus ojos con levedad. Los ojos de Minho lo envolvieron desde cerca, haciendolo temblar ante su mirada.
-Relajate.. -Otra vez esa voz varonil. No podía creer que un hombre fuera tan demandante y seguro de si mismo. Masculino y encantador. Así era Choi Minho, y le gustaba... aunque no fuera correcto, le gustaba estar en esa posición con el alto, sintiendo su erotismo en la mirada, palabra y en como rozaba su piel con los palillos.
Tanto Taemin como Minho, era homosexual, lo sabía desde siempre, pero no sabía eso del alto, lo que le inquietaba. Tal vez solo eran suposiciones suyas lo que le
hacía buscarle el doble sentido a aquella situación. Ahoraera el quien miraba al mayor de una manera penetrante, buscando algún indicio que le indicara el por qué del actuar del moreno.
Pero nada...
El castaño volvió a cerrar sus ojos y trató de relajarse, haciendo sonreír ligeramente al empresario antes de tomar distancia y disponerse a comer antes de terminar por
comerse a Taemin antes de lo que su cabeza había planeado.
No negaba que el chiquillo lo estaba enloqueciendo, eso lo tenía escrito en el rostro y en la manera que miraba al castaño, pero quería pasar desapercibido, quería
hacerlo sentir cómodo y seguro, pues tampoco quería ser visto como un depravado y aprovechado, menos frente al menor.
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La comida estaba deliciosa, la degustaba al ritmo de la sinfonía natural de la respiración de Taemin, relajada y suave. Tenía tantas ganas de tocarlo, de acariciar esa piel suave con sus propias manos que inevitablemente dejó los palillos a un lado para tomar algunas piezas con sus propios dedos, olviando unos instantes las reglas de protocolo.
Aún le quedaban piezas por terminar, pero ya el apetito se había marchado, remplazandolo por otro tipo de hambre. Rápidamente y con mestría retiro los restos de comida del cuerpo delgado de Taemin, dejandolo con su desnudez pura a sus ojos. Los ojos del castaño se abrieron con leveddad, pensando que su trabajo allí había acabado, pero al sentir una mano ajena entre sus piernas, acariciando sus muslos, se asustó; se notaba en su mirada, pero al observar de lleno esos ojos chocolate se
tranquilizó un poco, pero aún así su cuerpo se sentía tenso, y eso que solo los dedos de Minho rozaban la piel de sus muslos con suavidad y cuidado.
-Mmgh... -Aquel pequeño sonido alerto al moreno a que Taemin se sentía nervioso.
-Abre -Minho acercó su mano libre con un pequeño trozo de salmón a los labios del castaño, quien parecía algo confundido, pero al sentir aquel trozo cerca de sus labios tuvo que abrirlos para recibirlo. Y de verdad que estaba delicioso, en compañía de haber tenido un bonus al lamer con levedad los dedos del alto, aquello
había sido exquisito.
Ambos se provocaban y se deseaban con descaro y necesidad. Tan solo de presencia el fervor de sus cuerpos se hacía más pronunciado, obligandolos a ambos a sostenerse las miradas. Las palabras sobreaban, sin embargo, sentían que hacía falta algo.
-Quiero comerte, Taemin...
Aquel pequeño susurro hizo a Taemin jadear, más al sentir las caricias del alto acentuarse, y como la zurda del mismo se colocaba en la nuca del menor para acercarse a su boca, para besarle como hace bastante tenía ganas. Atrapó ese par de labios en su boca, lamiendolos al sentir como Taemin no generaba ningún movimientos, pero ante tales toques de labios y esa lengua tibia, le hizo corresponder a ese beso lujurioso, sin arrepentirse, Minho besaba como los Dioses, y le hacía querer más, por lo que inmediatamente pasó a colgarse al cuello del moreno, provando que este se arrimara al suyo, sin poner su peso contra el del castaño.
Taemin paseaba sus manos por sobre la camisa del alto; la tela fina y cara era suave ante su toque, sin embargo molestaba, lo que lo obligó a deslizar sus manos por los hombros del alto hasta su torso para comenzar a desabotonar la camisa y poder desanudar la corbata negra que traía. Comenzaba a odiar ese traje de oficina caro que traía el empresario, pero nadie negaba que lo hacía ver mucho más varonil. Minho sonreía entre el beso, mordisqueando los labios suaves y deliciosos dejando
que el menor se deshiciera de la camisa, alejando sus brazos y torso sin despegar sus labios de los del menor, haciendo el beso mucho más torpe y tenue, dejando que sus salivas se escaparan por la comisura de sus labios.
Cuando fue liberado de esa molesta camisa, las manos pequeñas y finas de Taemin se pasearon por cada musculo del cuerpo del moreno, por cada sector que lo tenía con la cabeza y los sentidos en las nubes. Minho no solo tenía porte, voz, y aura de un hombre serio y masculino, su cuerpo era envidiable, tonificado y ligeramente bronceado. Le incitaba a acariciar con más ímpetu cada lugar, llegando a enterrar su uñas en la piel canela cuando las manos de Minho bajaron hasta su trasero mientras se acomodaba entre sus delgadas piernas.
-Ahm... Minho... -Jadeo entre un suspiro, sintiendo como sus gluteos eran estrujados entre las manos del alto, y como la prutuberancia entre las piernas del mayor y bajo las telas de ropa se restregaban con su miembro ya duro y libre por la falta de ropa.
Ahora era cuando le gustaba la idea de estar desnudo frente al empresario.
Minho despegó sus labios de los del castaño y besó reiteradas veces uno de sus mejillas al descender, hundiendo sus dientes en la nivea piel de su cuello cuando acabó en ese lugar, sintiendo más jadeos por parte del contrario y como, ahora, las manos del menor volvían a su espalda para arañar ese sector al compás de las succiones que generaba Minho en su cuello, dejandoaquella piel blanca, roja y brillante por la saliva.
Aquello cada vez se hacía más caliente, más excitante y más delicioso.
Minho descendió a besos por el cuello del menor, pasando por su clavicula, hasta los pezones erectos del castaño, atrapando uno en su boca, mientras el otro era atendido por su diestra. Lamía, mordía y succionaba ese trozo de carnes, mientras torturaba el pezón restante con sus dedos, provocando que Taemin comenzara a gemir y respirar entrecortado, más aún cuando la zurda del moreno descendía por el costado de ese cuerpo menudo para colarse entre sus cuerpos y atrapar la erección del menor entre sus dedos, disfrutando de su calor mientras acariciaba el glande de su pene con el pulgar, ganando más deliciosos y roncos gemidos que llenaban esa instancia.
Taemin se vió a obligado a taparse la boca ante el bullicioso y lastimero concierto de jadeos y sonidos húmedos, recobrando un poco la cordura ante tan caliente ambiente.
-Agh.. deja.. deja eso.. -Murmuró entre dientes, momento justo que Minho alejó su rostro del torso del menor para observarlo, quitando las manos del contrario, que se mantenían en su boca-. Tengo.. tengo que irme.. Ah~ -Trataba de safarse, más la mano del alto sobre su erección se lo impedia, más cuando comenzo a masturbarlo, liberando el placer en su cuerpo, dejandose vencer entre esos brazos y cuerpo-. Ah... ah...
-Te esta gustando, dudo que quieras que me detenga -Minho con su mano libre comenzó a desabrocharse los molestos pantalones, para luego verse obligado a dejar de tocar al menor para retirar toda prenda que se hallase sobre su cuerpo. Pantalones, ropa interior, zapatos y calcetines. Todo quedó fuera de su cuerpo, dejando que la mirada tímida del castaño se paseara por su cuerpo.
Ahora la verguenza podría irse al carajo estando ambos en igual condición.
Taemin relamió sus labios ante la imagen, sonrojandose de golpe al terminar dejando sus ojos sobre la virilidad del alto. Despierta, dura y gruesa, causandole un jadeo instantaneo junto al estremecimiento que lo consumía de pies a cabeza.
Apoyó los antebrazos sobre la madera y suspiró pesadamente cuando Minho se acomodó nuevamente entre sus piernas, separando estas al hacerlo.
-¿Por qué haces.. esto? -murmuró aún con las mejillas encendidas, avergonzado, pero caliente-. Ahm.. lo peor es que no me puedo negar... -confesó con una sonrisa torcida, dejando que las manos de Minho se pasearan porsus muslos una vez más antes de observa como el alto sonreía con el, alzando una de las piezas de salmón para dejarla sobre el vientre del castaño.
-Desde que te ví... sentí la necesidad de hacerlo. Es parte de ser un cliente concurrente; a veces suelo llevarme el servicio completo... -Le lanzó un guiño, provocando que el menor frunciera el ceño ante tal infomración-. Tranquilo pequeño.. -rió-. generalmente no me follo a quien me atiende, con un aperetivo quedo bien, pero ahora no haré esa excepción -Comentó con autosufisciencia-. Te deseo Taemin... y serás el afortunado que tendrá la suerte de sentirme... -se inclinó sobre su cuerpo besando levemente los labios rojos e hinchandos del más bajo, el que correspondió no muy gustoso por esas palabras.
Sería solo una noche en la vida de Choi, solo una, pero la que mantendría en su memoria en todo momento, solo por tratarse de un hombre tan directo y decidido. Sería un desperdicio negarsele, y un pecado decir que el tampoco deseaba aquello.
-Espero que por lo menos luego me recuerdes, Choi... -Murmuró Taemin observando como Minho volvía a dejar besos por su abdomen, descendiendo hasta su vientre para atrapar con su boca la pieza de salmón, aprovechando de lamer la piel palida del castaño, provocando jadeos en este.
-Lo haré -Murmuró sobre su vientre-. Vendré por ti, si es posible a diario... y quiero ser tu único cliente -propinó una mordida sobre su piel.
-Mmmgh... Esta bien... -Aceptó, aún cuando el solo era un modelo suplente mientras su hermana se recuperaba, pero la verdad le agradaba que Minho ya le recramase como suyo. Podía mofarse con algunos por eso.
Minho no esperó más y terminó por lamer a su gusto el vientre del más bajo, acabandose esa pieza de salmón con sabor a Taemin con gusto, mientras su diestra era tomada por Taemin para que este mismo la acercase a su boca para lamerlos, dandole a entender que se apresurara.
El moreno sonrió gustoso y mientras Taemin engullía sus dedos con la cara más erotica que jamás había visto. Se dispuso a tomar nuevamente la erección del menor con su mano libre y acercar su rostro a lamer ese trozo de carne. Paseando su lengua por cada sector, delineandolo antes de llevarlo a su boca.Podía sentir la garganta de Taemin vibrar entre sus dedos por los gemidos, lo que hacía incrementar el movimiento de su boca sobre aquel caliente pene, subiendo y bajando con rapides, mientras Taemin se retorcía de placer en todo momento, mordiendo los dedos de Minho con fuerza de vez en cuando, antes de ser retirados de su cavidad bucal.
-Basta.. mmmgh.. ah.. Minho.. -Chilló con fuerza cuando Minho succionó el glande de su pene, hasta que por fin este fue liberado-. Ahm...
-Uhm.. lo disfrutaste.. -Rió el moreno con burla al observar como de la erección del menor descendía un líquido blanquecino, el pre-semen debido al estímulo. Pasó su
indice húmedo por la cabeza del pene del menor y luego ubicó este y dos más en la cavidad anal del castañao.
-Mmmgh... ¡Minho! -Cada reproche del más bajo, lo único que conseguía era
encender más al empresario, sacandolo de quicio.
Jugó y acaricio con ese pequeño agujero, presionando de ves en cuando hasta que por fin introdujo su indice en ese estrecho lugar que se tensaba a su alrededor por la inesperada intromisión.
Taemin a pesar de no ser virgen, le había dolido. Hace mucho que se había rendido en conseguir a alguien, por lo que aquello le había resultado como si fuera la primera vez. Estaba tan estrecho que dolía, más cuando Minho comenzó a mover su dedo dentro de él, hasta el tope, para volver a sacarlo y hundirse en el, solo que esta vez con un compañero.
-¡Ah!... -Gimió de dolor cuando dos intrusos se hallaron en su interior, moviendose con destreza mientras Minho ahora le besaba con ternura, tratando de calmarlo, pero áun dolía.
-Estas muy... apretado.. -comentó besando una vez más los labios del menor, quien se limitó a jadear por la incomodidad. Los movimientos continuaron, sumandose un tercer dedo, tratando de dilatar aún más ese agujero apretado, pero fue dificil.
Poco a poco fue cediendo ante la insistencia, tocando hasta el fondo, sintiendo como unos fluidos hacían más fácil el acceso, más cuando los dedos de Minho dieron con un lugar viscoso, caliente y húmedo.
-Ahm.... Min.. Minho... ssii... -Siseo esta vez por gusto y placer cuando Minho encotró su próstata, aquello le gusto, y mucho, lo que hizo que los dedos del alto lo penetraran unos segundos más antes de retirarse-. Mm... cuando comienza a gustarme... lo dejas.. -Le reprochó el menor, lo que le causó algo de gracia y ternura, más cuando Taemin le regaló un puchero que lucía adorable sobre su rostro, aún en una situación tan subida de tono.
-Calma que es mi turno...
Taemin se removió bajo su cuerpo y alzó sus caderas, provocando que la erección de Minho chocara con la propia.
-Te quiero dentro.. ahora... -espetó con voz excitada, moviendo más sus caderas, encendiendo de sobre manera al moreno, quien rápidamente le tomó de los gluteos y acomodó su miembro entre sus piernas antes de hacer chocar ambas caderas hasta penetrarlo sin cuidado alguno de una sola vez.
Un gemido ronco se estancó en la garganta del menor ante el grosor y la dureza de la erección del alto; su cuerpo se tensó y sus musculos se contrajeron alrededor de aquel intruso. Cerró sus ojos con fuerza, dejando que unas lagrimas se deslizaran por sus mejillas gracias a ese dolor lantente y casi insoportable, casi odiando al moreno por haber actuado por impulso. Minho había sido un bruto, pero a penas sintió como este comenzaba a moverse un poco más adentro, el odio repentino que sintió por esa intromisión se disipó para dar paso a un tenue placer cuando el glande del alto rozó su próstata.
Ni idea que ese gran pene le llegara tan al fondo como para hacerle sentir placer al instante.
Inmediatamente sus caderas comenzaron a moverse para darle confianza al moreno a que iniciara los embates... Y aquello no demoró en aparecer. Las embestidas de Minho se acentuaron, sacando más gemidos y gruñidos, solo que
esta vez por parte de ambos, haciendo que el dolor se atenuara y el placer se incrementara, dejando la incomodad en un segundo plano ante esos movimientos certeros y confianzudos.
-Ah... ah...Nngh... -Taemin llevó sus manos a los bordes de la pequeña mesa y se aferró a esta con sus manos, enterrando sus dedos cada vez que Minho se hundía
más profundo en el. Le dolía, pero era un dolor placentero, más cuando Minho comenzó a masturbarle nuevamente, al compás de las efervecentes penetraciones.
-Tan... estrecho... Mierda... ah... -Los movimientos de cadera por parte del alto se hicieron más rápidos, violentos y bestiales, sacando más gemidos por parte del
menor, más altos, más escandalosos cuando sus cuerpos estaban tan calientes y juntos; ambos se movían con gusto, gimiendo y retorciendose de placer, sobre todo
el castaño, teniendo obligación de soltar la madera para dejar sus manos sobre la acanelada miel del mayor para arañarla y poder desquitarse de esa manera.
-Ah.. ah.. Más más.. Minho.. ah ah...
Tanto era el placer que llegaba a implorar por más, alzando sus caderas y separando más sus piernas para darle mayor alcance al alto, más cuando este se movía sin parar, hasta dar nuevamente con su próstata. Sus musculos se contrajeron sobre el sexo de Minho una y otra vez, dandole mayor placer a este, y como recompenza sus oídos se inundaron por los roncos gruñidos que Minho emitía al inclinarse a su cuerpo, rozando sus labios con cada vibración por parte de los sonidos que salían de sus bocas. Todo aquello era calor, un calor latente y avasallador que les quitaba el aliento; el cuerpo de Minho se asotaba una y otra vez contra el cuerpo del menor, tocando su prostata sin descanso, con intención, causando más calor y más húmedad.
-Ya.. Minho.. Ahm.. ¡Dios!.. ah.. -Y los gemidos aún seguían por parte del castaño, aun cuando comenzaba a morderse sus labios por las sensaciones que lo sucumbían, pero de un momento a otro Minho salió de su interior, dejandolo algo desconcertado pues aún no habían acabado.
-Aguanta Taem... -Murmuró con la voz ronca, tomando con cuidado la cintura del menor para indicarle que se diera la vuelta. Este lo hizo con cuidado por la poca fuerza en su cuerpo, pero al final quedó con sus rodillas apoyadas sobre la tabla y sus antebrazos sobre la misma, en una pose más cómoda para el moreno.
Minho acaricio los muslos del menor y relamió sus labios al observar sin miramientos el trasero de este antes de ubicar la cabeza de su pene en su ya dilatada cavidad anal e intruducirse en su interior, esta vez con más cuidado, inciiando embates más suaves a la vez que su diestra se iba a su vientre y descendía a su pene.
Le masturbaba y le penetraba esta vez con más cuidado, disfrutando todo los movimientos que el efectuaba y el mismo movimiento de caderas de Taemin.
-Mm.. Más fuerte .. ahm.. -A Taemin le agradaba la forma en que Minho le penetraba, pero le gustaba más la forma ruda de sus penetraciones, por lo que al moreno no fue dificil complacerle. Movió su cuerpo contra el de él con fuerza, apoyando sus labios en uno de los hombros del castaño, mordiendo y succionando su piel, estocada contra estocada.
El ritmo se retomó, y el placer se sintió en todo su esplendor, pero sabían que estaban por acabar cuando sus bajos vientres cosquillearon, aún así se dispusieron a disfrutar segundo a segundo que pasaba.
El primero en correrse fue Taemin, soltando un fuerte y desgarrador gemido cuando sus brazos y pirnas cedieron por una estocada profunda que lo hizo desfallecer. Sus semilla salió disparada por su pene, ensuciando las manos de Minho y la mesa bajo su cuerpo, sin embargo cuando sus paredes se contrajeron y apretaron exquisitamente contra el miembro del mayor, este se corrió al instante ante la presión provocada. Ambos suspiraron inquietos ante tal glorioso y gratificante orgasmo, momento justo que Minho se salió del cuerpo de Taemin, el cual comenzaba a sufrir unos cuantos espasmos y cosquillas cuando el semen del alto se escurrió por su trasero, acompañado de una estrecha hilera de sangre como consecuencia de tales movimientos.
-Ugh.. -Taemin suspiró con desgana antes de sentarse sobre el mueble, mientras Minho dejaba sobre su cuerpo la bata blanca con la cual había entrado. La estancia era un desastre y no le quedo de otra que alcanzar uno de los paños que estaban como adornos para limpiar el semen que quedó sobre la mesa y el poco resto de sangre de el mismo. Minho lo miraba con una media sonrisa en los labios, comenzando a vesitrse con lentitud.
-Te aconsejo que seas el primero en irte.. -comentó cuando ahora se disponía a
colocar la camisa, y luego el saco. Dejando la corbata en el interior de su maletín.
-Supongo.. -suspiró Taemin con suavidad observando al mayor. Le sonrió suave mientras el calor de sus mejillas y cuerpo se disipaba-. Y ni se le ocurra dejar propina -se apresuró a decir, causando que el moreno riera por sus palabras.
-No lo haré.. -sonrió, pues no quería hacerle sentir al menor que había casi contratado su servicio, en ves de eso, se inclinó hasta el y presionó sus labios con los del castaño en un beso dulce-. Espero verte pronto... -Dijo antes de que Taemin le sonriera y se dispusiera a salir de la estancia, llevando consigo aquel paño sucio.
Minho se quedó unos instantes allí, cerrando sus ojos para calmarse, calmar su cuerpo luego de tan intimo momento y disponerse a dejar el dinero de la cuenta sobre la mesada, lo suficiente para pagar cualquier daño que hubiese provocado, a la mesa e incluso la alfombra bajo esta, que quedó ligeramente manchada por las
escencias.
Acomodó su cabello y un poco su camisa y saco antes de salir de la estancia, caminando por el pasillo hasta quedar frente a los demás clientes y los empleados. Se despidió de forma cordial, como de costumbre, agradeciendo el servicio y la comida antes de salir del local. Con una sonrisa amplia en los labios y el aroma de Taemin impregnado en todo su cuerpo.
Aquella había sido la mejor cena en meses... de eso no había duda. Solo esperaba poder repetirla una vez más junto al joven Lee... y quien sabe, conseguir algo más que compartir una cena y una noche.