Shaka agradeció la hospitalidad de su anfitriona y tomo asiento frente a Shura, quien conversaba animadamente con la abuela, aunque de vez en cuando le lanzaba miradas desaprobatorias a Afrodita por su comportamiento desatento. El joven tapatío de cabellos negros colocaba los platos y los cubiertos, un joven rubio cenizo y de ojos tan verdes como el mar salía de la cocina y colocaba en el centro de la mesa dos jarras de agua a cada lado del botellón de barro para luego regresar a la cocina; el delicioso olor a mantequilla y haciendo babear a más de uno, algunos minutos después un joven de cabellos castaños y ojos color vino hacia acto de presencia seguido del rubio de ojos verdes y del pelinegro, los tres disponían los platos para los presentes ya con la comida servida, el menor de ellos dispuso al centro un gran platón de fruta picada y al igual que el resto tomo asiento quedando asi la disposición:
*La abuela sentada de espaldas al ventanal en uno de los lugares principales del comedor.
*Shura al lado derecho de la abuela y al izquierdo de piscis
*Afrodita al lado del tapatío de ojos color miel.
* El joven rubio de ojos verde sentado frente a la abuela y de espaldas a la puerta, en el segundo lugar principal al lado del peli negro.
*El joven de ojos color vino se sentó al lado derecho del rubio y aun asiento vacío de distancia de Shaka.
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- ¿Qué es esto señora? – Pregunto Afrodita mientas picaba su plato con el tenedor.
- ¡Enchiladas hijito! – Respondió la abuela como si fuera lo más obvio del mundo.
- ¡Garcías! ¡Preséntense, no sean maleducados! ¡¿Qué van a pensar las visitas?! – Hablo la abuela casi gritando mientras los jóvenes estaban a punto de comer el primer bocado.
- ¡Oiga abuela yo soy Bermúdez! – Respingo uno de los pelinegros.
- ¡Este es Ocampo! ¡Preséntense con un demonio! – Grito la abuela agitando su bastón amenazante.
- ¡Ya que! – Respondieron al unísono los cuatro jóvenes con desgano para luego presentarse uno por uno.
- Mi nombre es Damián García Ocampo, soy el mayor de los cuatro y estoy a sus órdenes – Dijo el joven rubio poniéndose de pie para que lo identificaran.
- ¡Ya ven! ¡Que les cuesta portarse como la gente y NO COMO LO QUE SO! – Espeto la abuela con ironía – ¡Ándale pazguato preséntate! –Regaño la abuela al español.
- ¡Pa’ que si ya me conocen! – Dijo Shura restándole importancia al asunto.
- ¡Dije que te presentes!, ¡Te presentas tu o te presento yo! – Dijo la anciana jalando de la oreja a capricornio hasta dejarlo de pie.
- ¡Ya abuela, ya! – Suplicaba preso del dolor - ¡Santiago Bermúdez García! – Dijo más fuerza que de ganas.
- Yo soy Manuel Robles García – Dijo el pelinegro sin dejar de beber su vaso con agua, cosa que no pasó desapercibida por la abuela, quien de un golpe con su bastón de le rompió el fondo del vaso.
- ¡Ay discúlpenme pero este baquetón me crispa los nervios! Yo soy Luisa García García viuda de Negrete – Después de presentarse la abuela lanzo un silbido al que respondió el menor de los presentes quien salió sin presentarse a traer el hielo que le había pedido la abuela.
- Mi nombre es Julián Bermúdez García, es un placer conocerlos – Dijo el menor de ojos color vino antes de tomar asiento.
-¡¿Julián?! – Inquirió Shaka antes de preguntar el porqué de los apellidos.
- Es por el juli, Shaka – dijo Afrodita restándole importancia al asunto después de beber su agua de horchata - ¡Están muy ricas estas enchiladas! abuelita no me das otra tanda más, pero con más queso y menos verdura, ¡ah y no se te olvide la salsita!
- ¡Asi que ya recóbrate la memoria bartolo! – Dijo socarronamente Manuel.
- ¡Recuerdo las enchiladas, el agua de horchata, las Jericayas, el pozole, las tortas ahogas, la birria, el jamoncillo de leche, el tejuino, el tepache, el tequila, a la abuela, a Julián, a Damián y a Ángelo pero más que nada las jericayas pero de ti no me acuerdo… – Respondió Afrodita recibiendo gustoso su segunda porción de enchiladas.
Al ver que Shaka no entendía nada de lo que se platicaba en la mesa la abuela decidió intervenir y explicarle todo al pobre hindú.
Veras hijo, cuando el señor Shion llego a esta tu casa por Shura el solo tenía seis añitos, llego acompaño de Didrik quien también era muy pequeño entonces y le pedí que esperaran porque ni los muchachos ni yo queríamos separarnos de Shura, de modo que se quedaron si no un año pasadito de un año viviendo aquí junto con nosotros y también el señor Dokco que los acompañaba al igual de un niño rejego llamado Ángelo y como veras las enchilas es la comida que más le gusta a este glotón, con el tiempo tú también te acostumbraras. Julián se llama asi por culpa de Santiago, como el nació en España es aficionado a la tauromaquia como su difunto padre y al ser admirador de un famoso torero apodado el Juli decidió que este sinvergüenza se llamara asi.
- De hecho yo lo registre, por eso lleva mis apellido – Dijo Shura muy orgulloso – Legalmente soy su padre – Dijo viendo al menor sonrojarse
- Es una larga historia que luego te contare, es una historia y un lio muy grande, pero por ahora come que se enfrían tus enchiladas – Espeto la abuela antes de decirles:
- ¡ah se me olvidaba! ¡Los quiero listos mañana a primera hora que nos vamos al pueblo! Manuel quiero las mejores manganas a pie que jamás se hayan visto, Damián revisas bien tu montura porque no quiero que te partas la madre a media cala de caballo, Shura llegando y haciendo lumbre hijito jinetear el toro bravo, ya sé que para eso te pintas solo pero no está de más; Julián no más que sepa que haces el paso de la muerte o el gallo enterrado y vas a saber lo que es amar a Dios en tierra de indos.