Eran las seis en punto de la maña cuando la anciana, sus cuatro nietos, asi como los ex caballeros de virgo y piscis esperan en la vieja central el autobús que los llevaría a su destino. La abuela sentada en la pequeña sala de espera contemplaba un mosaico de la Virgen de Guadalupe con rosario en mano, Manuel y Shura acomodaban las maletas en los asientos, Afrodita lamia cuidadosamente sus doritos antes de comerlos, Shaka buscaba algo comestible en la cafetería dado que no estaba acostumbrado a la comida mexicana y Julián, mejor conocido como mini mi por Shura y por otros miles de apodos por el resto de los que lo conocían, se encargaba de comprar refrigerios para el camino.
El autobús saldría de la ciudad a las 7 pero llego a la estación donde los jóvenes lo aguardaban cerca de las 9 de la maña por un desperfecto mecánico. Una vez dentro los chicos y la anciana tomaron sus respectivos asientos, sin embargo tuvieron que cambiarlos más de una vez porque Shaka no quería sentarse con afrodita ni Manuel con Damián. A unos treinta minutos de que el camión se pusiera en marcha los televisores se encendieron mostrando los créditos iniciales de una película para sorpresa de Shaka, - ¡Que sea una de Tintan! – Espeto emocionado el sueco mientras cruzaba los dedos al igual que Julián y Shura. -¡Ah no! Mejor que sea de Cantinflas – Dijo Manuel fastidiado, - ¡Y tu nieve de que la quieres Manolete! – Le regaño Afrodita.
- ¡Se ponen en paz o los pongo en paz yo! ¡Demonios, ni siquiera estando enfrente de la gente se comportan! – Regaño la abuela mientras les pasaba unas pequeñas pastillas blancas y una botella de agua - ¡Andeles tómenselas, que no quiero sorpresitas en el camino! Tú también Shaka –
El primero en tragarla fue Damián que estaba al lado de la abuela, después Shura y Afrodita pasaron el resto de las pastillas y la botella de agua a Manuel y Shaka, este último hizo una mueca de asco y desconfianza pero al final más a fuerza que de ganas y con un poquito de ayuda de Shura termino por tajarla al igual que el juli. La película comenzó y para suerte de Afrodita fue la película del niño perdido con tintan, cerca de 10 o 15 minutos uno por uno de los jóvenes fue cayendo preso del sueño producto de las pastillas para el mareo a excepción del hindú - ¡Que nos dio! – Pregunto virgo preso del pánico, - Drama mine – fue la seca respuesta de doña Luisa, ese nombre basto para el rubio.
El más poderoso de los 88 caballeros reía a carcajadas con la película del niño perdido y coreaba a todo pulmón las canciones que en ella salían causando que más de uno de los pasajeros entre curiosos y divertidos voltearan a verle. Cuando la película hubo terminado se dedicó a observar por la ventana aquellos hermosos montes y los verdes campos mojados por la lluvia, mientras el aroma a tierra mojada tan propio de Guadalajara y la cálida brisa inundaban sus sentidos haciéndolo pensar que quizá ese país y esa ciudad no serían un lugar tan mal para habitar; un extraño pitido lo saco de su ensimismamiento, el mismo que hizo despertar a la abuela y al resto de los muchachos. Un hermoso tren se abría paso en medio de un campo de agave azul de manera imponente, el camión se detuvo para dejarlo pasar pudiendo los pasajeros observar la magnificencia de aquella antigua vestía de hierro; Julián saco casi medio cuerpo por la venta sin importarle la lluvia - ¡Cruz! ¡Cruz! – Grito emocionado - ¡Suena el silbato vejo, Crucito! – Como si el maquinista lo hubiese escuchado el viejo silbato resonó en la quietud de los campos tres pitidos pausados y muy diferentes al anterior les dieron la despedida a los viajeros al igual que la campana y el cadencioso sonido de su ruedas al andar.
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Ni bien habían llegado al pueblo cuando el trio obtaculoso, como lo llamaba la abuela salió disparado a visitar a la familia, Shura con la Tía Teresa, Manuel con la tía Francisca y Julio con el tío Eliseo; Damián acomodaba las maletas junto con Shaka Mientras que Afrodita corrió al rio mientras que la abuela busca a alguien muy especial. Una hora de paz y calma había reinado en el pueblo, misma que fue rota por cuatro descargas seguidas a lo lejos.
- ¡Hijo de la chin… ¡Lo primero que le digo y lo primero que hace ese condenado! – Espeto molesta doña Luisa mientras se paseaba de un lado a otro como león enjaulado.
Mientras el español comía tacos de sal con tortilla recién hecha a mano y algo de birria con la tía teresa Eliseo y Julián le disparaban a las latas y botellas sobre la cerca del potrero, aquel chico de ojos color vino era muy diestro con las armas asi como en las labores del campo y muchas otras cosas más que había aprendido de la abuela. A pesar de ser muy noble y alegre tenía su carácter y era de temer en algunas ocasiones, tanto o más que doña Luisa, era un charro diestro y no por nada se le consideraba el mejor de la región.
Al caer la noche Damián mando llamar a Shaka asi como Juli llamo a Afrodita, ellos estaban conscientes de que en aquel santuario solo tenían ropa de entrenamiento y si acaso una que otra prenda de civil, por ello durante la noche anterior habían apartado parte de sus ropas para obsequiárselas y tuvieran que vestir por lo menos en los que se compraba la propia. La abuela estaba recostada sobre una hamaca bajo un tejaban al igual que Manuel, Shura por su parte acariciaba dulcemente las cuerdas de una guitarra con su mente perdida en viejos recuerdos.
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Llego la mañana tan esperada por muchos, la gente tomaba asiento en las gradas del lienzo charro de Sanmiguel de la Paz, cuatro jóvenes ataviados con ropa de faena revisaban sus monturas y sus espuelas; doña Luisa soltó una paloma blanca, las trompetas del mariachi dieron la señal y a todo galope entraron los charros y las escarnamusas recorriendo el circuito antes de tomar su posición y, cuando la hubieron tomado se quitaron sus sombreros a manera de saludo a los espectadores. Shaka contemplaba ensimismado a los charros tratando de identificar a los nietos de doña Luisa, sin embargo su mirada estaba fija en el ex caballero de capricornio quien se veía tan atractivo con aquel traje y con aquella faz tan ilusionada; ya desde algún tiempo atrás el español había llamado sumamente la atención al hindú al igual que a Afrodita con quien siempre discutía, por un momento cruzo en su mente la idea de estarse enamorando pero tras sacudir su cabeza abandono momentáneamente aquellas ideas.
El primero en abrir fue Damián, el caporal lo condujo a él y a su yegua hasta el centro del ruedo de donde salió a todo galope y con una velocidad sinigual hasta el cuadro de cal donde jalo las riendas con maestría para frenar al equino, haciendo que este raya con sus patas traseras una larga distancia; los jueces se acercaron analizaron aquella proeza al igual que al resto de los competidores, un silencio sepulcral se instaló en el ruedo, la expectación crecía pero acabo de un par de minutos se escuchó por el altavoz - ¡Luis Damián García! ¡Cala perfecta! – Dijo uno de los jueces.
Pronto llego el turno de Shura al jinetear un toro, Shaka por un momento pensó que el español moriría cuando el toro lo corno pero a un asi obtuvo el segundo lugar, llegó el turno de Manuel quien se lució con las manganas a pie y a caballo ganándose la ovación de todos los presentes, Shaka estaba maravillado con la actuación de los jóvenes y de las nuevas cosas que aprendía de México. La abuela desapareció un momento, Afrodita podía escucharla discutir con don Cosme por las suertes que haría el más pequeño de la familia pero no comprendía el porqué de la preocupación de doña Luisa, Julián era un magnifico charro y experto en lo que hacía pero aun asi la abuela se empeñaba en que no participara, pero más tardo ella en buscar a don Cosme que el joven de ojos color vino en entrar al ruedo.
Julián tomo su lugar en el ruedo, el caporal enterraba un gallo dejando solo la cabeza afuera mientras el joven se preparaba para lo que vendría. Doña Luisa bajaba a todos los santos del cielo que conocía al igual que sus tres nietos y el sueco, las suertes que libraría el castaño oscuro serían las más peligrosas conocidas y estas serían el evento especial con el que cerrarían dicho evento. Antes galopar a toda velocidad Julián le brindo las suertes que realizaría y su triunfo sobre estas al caballero más poderoso de los 88; tomo las riendas de su caballo cabalgo a toda velocidad, al llegar donde el gallo se inclinó sobre su costado sin detener su avance lo saco de un tirón, está por demás decir que a la vuela casi se le cae el fondo del susto mientras que Afro se desmayó justo antes de su victoria y Shaka se había quedado de piedra. La segunda suerte conocida como el paso de la muerte, el hindú al saber de ella suplico a todo el mundo que paran pero era demasiado tarde los caballos estaban en pleno trote y Julián a punto de brincar a un caballo negro azabache sin silla de montar, el silencio creció, los nervios y un terrible miedo se apoderaba de los presentes, el joven cometió un pequeño error de cálculo y justo en el momento en el que daban la vuelta al ruedo logro saltar y llegar al equino azabache; solo entonces los presentes soltaron el aire contenido, la sangre volvió a sus cuerpos y doña Luisa García viuda de negrete juro que ese condenado del juli se las pagaría…