Hay que aburrido es viajar al bosque, ese tipo me mira como si me fuera a robar, enserio que miedo debe ser bueno pero me está asustando.
-Seto me puedes dejar de mirar. -preguntaba el casi conde.
-No. -respondió seriamente mirando más profundamente.
-Pero me desespera. -dijo el tricolor.
-Vamos solo te estoy mirando. -dijo empezando a reírse.
-Que sonrisa tiene señor. –reía el amatista.
Después de esa breve conversación, no volvieron a hablar, solo se miraron intentando descubrir que secretos tenían. Llegaron al bosque bajaron y compraron dos caballos de una granja local, para poder llegar a Yugi lo antes posible. Montados en los caballos se introdujeron al espeso bosque.
-Señor conde por aquí se supone que esta. -dijo el ojiazul llegando a una pequeña cabaña.
Apresuraron el paso y bajaron, luego entraron a la cabaña y encontraron a Yugi dormido, desnudo y golpeado. El conde se adelanto y alterado fue a abrazar a Yugi, el investigador Seto estaba revisando el lugar y encontró una nota.
-Kaiba, ayúdeme a vestir al pobre. -dijo el tricolor cargando a su amado y besando su frente la cual estaba golpeada.
-Ya voy joven pero mire una pista por aquí estuvo tu prometida, Kisara, no quiso ocultar nada , ha dejado una nota ¿se la leo? -pregunto el castaño.
-Si fuera tan amable. -respondio.
El investigador le leyó la nota la cual decía:
Si Atem soy tu esposa y no permitiré que un pobre esclavo tenga mi puesto, déjalo o yo misma lo matare además de joderte la vida contándole a tu padre.
Firma; Kisara
-Esa puta. -dijo enfurecido el tricolor. ¿Qué debo hacer Seto?
-Tranquilícese eso es lo que le pido. -dijo Kaiba. Para algo estoy trabajando.
-¿Pero es pariente de el rey que dirán si te descubren? -preguntaba Atem (Nota: Duquesa titulo concedido a hijos de la realeza que no son herederos)
-No lo harán. -dijo seguro de sí mismo. Así que no se preocupe.
-Suenas sospechoso. -dijo viendo que Yugi estaba despertando. Hola Yugi
-Atem ¿qué haces aquí? pensé que te quedarías con Kisara. -dijo Yugi mirándolo a los ojos.
-Como me voy a quedar con esa puta si yo te amo a ti. -dijo dándole un apasionado que fue interrumpido por nada más que Seto. (Nota: Yugi sigue desnudo ,Seto es un cochino)
-Déjense de amor, hay asuntos que trabajar. -dijo el castaño algo molesto (por estar solo? xD). Ya viste a Yugi.
La cara de Yugi se puso roja al ver que estaba desnudo, en reaccion se pego mas al cuerpo de Atem para taparse haciendo que este se pusiera mas rojo que el mismo color.
-No lo decía por cualquier cosa, nos vemos afuera en una hora iré al pueblo a arreglar unos asuntos. -dijo el castaño saliendo con una sonrisa en el rostro.
Los tricolores estaban solos mirándose con lujuria, se empezaron a besar pero Atem se separo al tener una de sus visiones.
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-Padre, no quiero verlos muertos, déjalos ahí. -dijo Atem acercándose a Yugi.
-¿Ya estas feliz amo? -dijo Yugi sonriendo sarcasticamente.
-Casi. -dijo el hijo de el conde besándolo y agregando. Esto que acabas de sufrir, si me refiero al beso, será el primero de millones.
-Atem. -decía Yugi cerrando los ojos.
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-Amor que sucede. -dijo Yugi borrando su sonrisa
-Nada, mejor te baño y luego seguimos jugando. -dijo Atem mordiéndose el labio provocativamente.
-Si lo quieres así, no es mi culpa estar sucio. -se quejaba entre leves risas.
Había un poco de agua, Atem haría cualquier cosa para que quedara como nuevo. Luego de eso fueron a buscar algo de ropa a un pequeño cuarto y ya saben una cosa lleva a la otra.
Atem había colocado a Yugi en la cama, los dos tricolores se miraban seductoramente.
-Atem no es justo tú sigues desnudo. -dijo Yugi desabrochando su camisa.
-No será por mucho tiempo. -dijo Atem quitándose la ropa en un dos por tres.
Los dos se encontraban desnudos, Atem ya había degustado todo su cuerpo. El mayor disfrutaba como si fuera la primera vez, gracias a que no se acordaba de esos meses que estuvieron juntos.
-Porque me quieres hacer sufrir más. -decía lentamente Yugi. Hazme tuyo
Al escuchar eso Atem no se pudo resistir y entro de una estocada provocando que Yugi soltara un gemido agudo. Era lo más exquisito que había escuchado, visto y sentido. Las estocadas se hacían mas fuertes con cada segundo que pasaba. Luego de un tiempo de estaban llegando al máximo.
-A...Atem m...me corro. -dijo Yugi entre suspiros.
-Yo tambien. -dijo mientras una corriente recorría sus columnas dejando salir su semilla.
-Ateeeem! -gimió Yugi y Atem respondiendo.
-Yugiiii. -dijo con voz grave
El mayor se retiro del menor, y empezo a vestirse. El menor seguía algo cansado y se quedo acurrucado en la cama, y Atem lo tapa con su capa. Y buscando algo para Yugi encontró un camisón largo.
Luego de ese breve pero emocionante momento, Seto llega y entra a la cabaña. Y llama a los tricolores, y ellos responden dirigiéndose a él.
Yugi estaba vestido con el camisón que encontraron y la capa de Atem. La mirada de Seto fue imprevista, volteo la cabeza porque se había imaginado lo que habían echo.
-Son unos pervertidos. -dijo Seto.
-Yugi es mío. -decia Atem cogiéndolo de la cadera al mencionado.
-Como digas, ya vámonos se ha hecho algo tarde. Aun vamos a vengar lo sucedido. -dijo el ojiazul yendo a una carreta.
Mientras que los tricolores se divertían, Seto había ido en busca de un transporte porque el cielo ya estaba empezando a oscurecer.
-Gracias por tu ayuda ...Seto no? -dijo Yugi dulcemente subiendo al vehiculo.
-De verdad. -dijo agradecido el conde.
-Es mi trabajo, no se preocupe, pero que quieres que hagamos con la joven Kisara. -preguntaba Seto muy curioso.
-Solo no permitas que diga este secreto ni vuelva a tocar a Yugi, por favor. -dijo Atem con una sonrisa demanadante.
-Como ordene señor. -dijo Seto ideando un plan.
Mientras tanto.....en la vida de Kisara.
-Gracias a ti podre completar mi plan y seguir viva. -sonreia
-De nada mi realeza. -respondia.