En eso se oye la puerta del baño abrirse con un sonido escalofriante.
Dos inocentes ojos verdes se abrieron a más no poder. Y con la cara sumamente roja decidió salir sin decir nada, tal como entro, salió.
Yugi con los ojos cerrados imaginándose a Ryo en la puerta en shock mirándolos aun.
-Yugi, ya se fue, creo que hoy día no reviviremos esa noche. -decía aun algo molesto por la interrupción.
-Amor creo que tienes razón. -dijo el menor mientras salía de la tina para vestirse.
Luego de vestirse y tratar de tranquilizarse los tricolores salieron de ese baño (veinte minutos). Y para que, para ver a el mismo que los había interrumpido postrado en la cama con su novio encima seductoramente.
-Ya pareeeeeen! -grito desesperado el mayor.
El ojiverde es cargado por el otro albino, al escuchar tales palabras y con una mirada de atrapados.
-Lo sentimos. -dijo el menor intentando tapar su cara en el cuerpo del otro.
-Nos hicieron esperar mucho. -dijo riendo, la actitud de Bakura cuando estaba en pleno acto amoroso cambia drásticamente.
-Kura no me des más vergüenza de la que ya tenemos. -dijo moviendo sus cabellos.
-Bueno, chicos queríamos ver si habían llegado bien. -respondió.
-Nosotros llegamos bien pero tenemos muchos asuntos que resolver. -decía el mayor de los tricolores. Tu hermana es problemática.
-¿Que ocurrió esta vez? -preguntaba intrigado el albino mayor volviendo con cordura.
O.O enserio no sabes nada de ella me espanta. Bueno te contare lo demente que esta... -decía el tricolor pausadamente.
-Pero es mi hermana.. -decía Bakura que fue interrumpido.
-¡Pero está loca! -grito Yugi
-Tranquilo. -dijo Ryo tratando de calmarlo, el sabia como hacerlo, pues habían pasado años juntos.
-Yo estoy bien me preocupa Atem va a terminar por matarla y luego no nos podremos ver más. -dijo entre sollozos viendo como Bakura y Atem se gritaban
-Tampoco se que haremos pero lo solucionaremos, solo ten fe. -dijo el ojiverde dándole una sonrisa que animo al amatista.
Los mayores no paraban de gritar, hasta que las manos se alzaron y los gritos de los inocentes llegaron a sus oídos.
-Basta. -lloraba el pequeño albino. No se peleen no solucionaran nada.
-Por favor Atem tú sabes que los necesitamos. -dijo Yugi yendo a abrazar a su amado.
-No puedes decir, 'los necesitamos' Yugi tu novio quiere que mate a mi propia hermana, que quieres que te diga "¿si con gusto la mato?". -decía volviéndose a alterar, Bakura.
Yugi no volvió a hablar y dejo de mirar a Atem, todo se volvía a complicar, pero ¿Como se le ocurría preguntarle eso? ¿Se le olvido que es su hermana?, el tricolor solo miraba el suelo, esperando que alguien los calmara, que suerte tuvo alguien entro a la habitacion. ¿Suerte?
-Bakura necesito hablar contigo. -dijo la joven de pelos rojizos.
-¿Que quieres Ariel? -respondió el albino con indiferencia.
-No te pongas así Bakura, es culpa de tu edad, yo no me meteria en tu vida personal sino fuera porque mi familia me matara si me quedo soltera. -dijo con la mirada algo arrepentida.
La joven era de una estatura parecida a la de las tricolores, sus ojos eran grises y su cabello rojo como el fuego y le tapaba toda la espalda y parte de la cara. Ella no había hecho algo malo, al menos no era su intención pero cuando Bakura supo que se tenía que casar y obviamente no podía hacerlo con Ryo por ley. Como el albino no quería buscar pareja su padre le llevo una mujer con la que se casaría lo antes posible.
-No me casare contigo. -dijo molesto. Vengo aquí para ayudar y lo único que logran es molestarme.
Bakura salió gritando cosas incoherentes, Ryo no supo cómo reaccionar solo se tiro en la cama, se tapo la cara y empezó a gritar, mientras Yugi intentaba calmarlo, el albino solo se estaba desahogando.
Atem y Ariel empezaron a hablar y ella le conto lo sucedido. Al ver su rostro vio que no mentía, pero al parecer Bakura aceptaría eso.
-Yo no deseo casarme con él, pero tengo que hacerlo, no tengo opción. -decía la pelirroja. Mi amor es prohibido.
El tricolor rio al escuchar decirla "Mi amor es prohibido". -Jaja Ariel tranquila lo prohibido es hermoso, decía señalando a Yugi.
-Bueno ustedes la tienen más complicada. -empezó a reír. Pero quisiera hacerle entender a Bakura que no pasara nada.
-Ahora el esta más molesto conmigo... -respondía pero fue rápidamente interrumpido.
-Tonto es tu culpa. -grito Yugi. No le puedes decir esas cosas a Bakura, Kisara es su hermana!
-Lo sé pero son cosas que ya hice y no se la solución. -respondió más tranquilo de lo que imaginan.
Si Ryo seguía en la cama, ya se sentía más tranquilo hasta que empezó a oír voces más allá del cuarto.
-Hagan silencio, hay alguien que está hablando. -dijo el albino sorpresivamente.
No entendieron bien lo que decía solo le hicieron caso. Las risas empezaron a retumbar en los oídos de cada uno.
Con el nombre de la persona en la punta de la lengua (Yugi: Ya pues dime quién es? Yo: usa tu hermoso cerebro xD es Kisara y su acompañante Yugi.*sorprendido* todo tiene sentido), entro el castaño y empezó a hablar.
-Chicos lamento la interrupción pero el duque los llama a todos dice que tiene una noticia importante para ustedes. -dijo Seto moviendo las manos.
Ariel fue cogió sus manos para que no las pudiera mover y le dijo suavemente. -Necesitamos silencio. Lo miro con sus ojos grises y profundos haciendo que el ojiazul callera ante ella.
Hablaron y conversaron, respondieron algunas preguntas hasta que Atem pregunto a todos.
-¿Alguien aquí conoce a Marik? -pregunto el tricolor sin vacilar.
Las caras de Seto y Ryo se tornaron pálidas, como fantasmas. Ryo temblaba y Seto tenía cara de duda.
-Es Marik, ¿un investigador de ojos violetas y pelo cenizo? -dijo para salir de dudas el castaño
-Si... -respondió.
-Estas no son buenas noticias. -susurro Ryo.
-El albino tiene razón. -contesto Kaiba añadiendo. Aun tenemos que ir a lo del padre de Bakura, vamos no podemos hacerlo esperar.
Solo asintieron llenando más de dudas la mente del conde. Mientras se dirigían a la sala principal Ryo le contaba sobre Marik a Atem y Yugi.
La cara de los tricolores, fueron cambiando hasta la sorpresa.
-Así que es el rival de Seto. -decía Atem.
-No suena buena persona por lo que nos cuentas. -dijo preocupado Yugi.
-No lo es siempre anda interfiriendo en los casos de Kaiba y a veces ayuda a los cómplices, hay que verificar que no se junte con Kisara, yo también vi cambios en su actitud mientras ustedes se encontraban ausentes. -dijo el ojiverde.
-Mmm... cuando lo encuentre luego lo seguiré por ahora solo hay que asistir a la audiencia y arreglar las cosas con Kura. -dijo Atem.
-Él en verdad está molesto. -decía angustiado Ryo
-Como quisiera no haberle dicho eso, pero fue un impulso, solo estaba enojado por lo que hizo. -dijo conduciendo su mirada a Yugi.
-Lo echo, echo esta. -dijo Ryo. Ahora solo arreglemos las cosas.
-Es hora de entrar... -dijo Yugi.
Al entrar a esa gran sala los “sirvientes”(muy bien cuidados) se pusieron pegados a la pared y con actitud firme mientras que los nobles se sentaron en la gran y larga mesa de madera pulida.
En la mesa se encontraban sentados ya el duque, el conde, con sus respectivos hijos, negociantes y un contador
.Bueno conde es hora de iniciar nuestra reunión hemos traído a nuestros hijos porque es importante que administres bien la ciudad de Luxemburgo, están habiendo algunos robos en las joyas recién traídas. El conde no dijo nada, solo lo miraba esperando que revelara algo nuevo.
-No hay algo que oculte, señor Duque, parece ansioso por decirme algo. –decía seriamente
-La verdad mi hija quiere hablarle de un asunto muy importante. –dijo sin vacilar.
-¿Asunto importante? –dijo intrigado.
Kisara se paro e interrumpió la conversación, mientras miraba lentamente a los tricolores como sus ojos mostraban miedo.
Rio inconscientemente y empezó a hablar.
-Se trata sobre su joven hijo, conde, el joven Atem es… -pero no pudo terminar porque Yugi se desmayo en el acto.
-Rayos. –susurro para si misma.
Atendieron a Yugi en unos minutos pero cuando ya no estaba, la angustia de Atem creció mas que sentía algo llenarle la boca, hasta que vio que un albino esperaba lo que diría con una sonrisa. Con ello vería que tan mala era su hermana. Esa leve que tenia Bakura, esa sonrisa fue algo que le provoco tanto asco a Atem, tanto que se excuso para retirarse a quitarse esa imagen de la mente.
Atem se fue a un baño.
-¿Que tengo que hacer?, Kisara le dirá a mi padre frente a el duque que salgo con Yugi y me arruinara mi vida. –dijo tirándose agua a la cara.
Una sombra apareció por la puerta. (*o* ya no sale por la ventana). - joven Atem creo que ha descubierto nuestro plan, pero la joven Kisara no seguirá hasta que vayas a la reunión. Aun asi sino va lo dirá mañana en la mañana. Solo desea verlo sufrir
-Cállate Marik tu solo buscas venganza yo busco el amor. –dijo Atem(imagínenlo con tono de tenelovela)
-Hay que profundo. –reía descontroladamente el pelicenizo (Alguien se acuerda en la serie cuando dice ’huy que perceptivo eres’ es épico sino se acuerdan solo piénsenlo sarcásticamente)
-Mira quien siempre es vencido por la misma persona. –dijo para defenderse el tricolor notando que alguien se acercaba.
-Lo siento mucho Atem. –dijo bajando la cabeza un albino.
-¿Qué paso Bakura? –dijo algo sorprendido por aquellas palabras el tricolor.
-Parece que a alguien no le fue bien. –dijo Marik mientras se retiraba.
-Todo es tu culpa, veras que no te debiste meter conmigo estúpido Marik. –dijo desafiantemente.
-Haber tonto ‘Kura’ tú crees que en verdad vas a vencerme. –decia entre risas luego cambiando a una mirada frívola. Ese castaño nunca más me superara.
Mientras en la sala de audiencias…….
-Hija que nos ibas a contar sobre el joven Atem. –dijo su padre muy curioso.
-Si, por favor dinos. –decía el conde curioso
-Sera mejor que Atem este con nosotros. –decia Kisara saliendo del salón y despidiéndose respetuosamente