-Lo siento, pero no aceptare sus condiciones, ahora este distrito tiene las capacidades de lograr nuestro cometido, los otros dos Diekirch y Grevenmacher necesitan ese apoyo económico. -le decía el peli plateado seriamente. ¿Así qué cómo van a reaccionar?
-Como sabrás, defenderemos nuestros derechos, así que nos vemos en una hora prepárense, mi monarca. -dijo yéndose.
....................................................................Capítulo 9
Con una mirada y sonrisa seria, Zero levanto la cabeza mas no dijo nada.
"El gobernante está muy callado" -pensaron todos.
-Bueno ya lo escucharon, dejen de estar como idiotas viéndome y pónganse en guardia. -dijo muy firmemente. A si ya están listos solo cuiden cada entrada, haremos lo que el pueblo quiere, Derramar sangre.
-Como ordene mi alteza. -se escucho decir en unisonó.
Eran sirvientes, nobles, hasta el mismo monarca estaba ahí, el cual había llevado a un pequeño grupo de 450 personas bien dotadas, ya que la cantidad de hombres con manejo de las armas se encontraba con él.
Yugi y Ryo iban a la región donde los jóvenes de la casa se alistaban para pelear. Ellos habían dejado sus armas en la habitación del albino para no levantar sospechas, cuando entraron a la sala algunas miradas se intrigaron, esas miradas eran para los que conocían esos rostros; "son los consentidos de los hijos de los nobles" -pensaron sus compañeros sirvientes.
-Hola Joey. -dijo sonriente el albino haciendo que el resto de personas se asustara al ver una sonrisa antes de la pelea.
-Oye ¿cómo puedes estar tan sonriente?. -pregunto el rubio
-¿Y por qué, no?, yo luchare por la persona que amo, ¿qué mejor que ello? - dijo con la misma sonrisa en el rostro.
-Si lo dices asa no suena tan mal pero ¿ese maniaco de Bakura te dejo? o se han escapado. -dijo mirando a Yugi.
-Shhhh. -le dijo el tricolor tapando su boca con toda la mano. No lo digas tan fuerte, si alguien les cuenta a ellos, se molestaran mucho. -respondía el amatista
-Ok pero quien le diría, todo el mundo es conforme con la situación excepto sus padres que por suerte aun no lo saben. -decía Joey mientras una señora llamaba a esos tres.
-Te dije que no hablaras muy fuerte. -dijo enojado Yugi
Los jóvenes se acercaron con cabeza gacha para ver que les diría la señora aun no veían bien su rostro era Lydia (Por si no se acuerdan es la que cuido de Atem, capitulo 1)
-Hola Lydia. -dijo feliz Yugi. Pensé que sería otra persona, que susto me diste.
Sus otros dos amigos no entendían pero le siguieron la conversación
-¿Lydia nos llamo por una razón o solo porque reconoció a Yugi? -pregunto un albino con mucha curiosidad.
-Hola Ryo...cuantos años sin verte. -dijo causando gran impresión en este.
-De donde me conoces. -dijo asombrado. Enserio me asustas un poco.
-Hay joven que no te acuerdas de la señora que seguía de lado a lado a Atem y Bakura, la de pelos negros y gran vitalidad. -dijo como dándole pistas.
-Pero... ¡¿usted es ella?! -dijo asombrado. No pensé que fuera la misma Lydia.
-Si pequeño Ryo. -dijo dándole una dulce sonrisa. ¿Recuerda cuando estabas con Bakura echado en una hamaca?
-Sí. -respondió recordando ese día.
........................................En los recuerdos de Ryou....................................................................
-Oye Ryo ves la nube de ahí. -dijo el mayor volteando su cabeza ligeramente.
-Si se parece a un ave. -respondió volteándose igual que el otro dejando sus frentes pegadas
-El tiempo pasa y yo solo sigo viéndote. -dijo con un tono algo poético.
El menor se sonrojo aunque no tanto por las palabras sino por la cercanía que tenia uno de otro.
-Estamos muy juntos. -dijo con la cara hecha un tomate.
-¿Pero no te gusta? -decía inocentemente (Si era inocente pero nunca deja de ser seductor xD ). Es que me siento muy cómodo junto a ti.
-Kura, no digas cosas tan cursis. -respondía volviendo a mirar el cielo. Estos días están muy tranquilos.
-Sí. -dijo sonriente Bakura
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La cara de Ryo tenía un poco de sonrojo al recordar esos momentos.
-Parece que recordaste algo emotivo. -dijo con una mirada acusadora la pelinegra. Y tu Yugi recuerdas cuando estaban en las piletas *mirada súper picara*
-Las piletas... -dijo pensando y recordando
......................................................En los recuerdos de Yugi..................................................
-Oye Yugi te gusta estar en la pileta. -dijo mientras movía sus pies y sonreía
-Atem, es muy divertido, pero estas seguro de que podemos estar aquí, a tus padres no les gustara la idea. -dijo el amatista algo preocupado.
-No te preocupes, mis padres fueron a la ciudad a hacer sus tareas. -dijo mientras su rostro se teñía de un leve rosado. ¿Me quieres?
-Si te quiero mucho. -sonrió.
-Etto...los adultos me dicen que cuando dos personas se quieren hacen cosas. -dijo con su rostro muy sonrojado.
-Atem! - dijo asombrado. Yo no hago esas cosas. *sale corriendo*
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-Hay Atem desde siempre pervertido. -suspiro el tricolor.
-Con que esas traía. -dijo el albino. Ese no fue el día que nos tiraste de la hamaca y Kura quería atacarte JAJA.
-Oigan no entiendo nada. -gruño el rubio que había actuado como invisible por algunos momentos.
-Joey, es que estos dos son viejos amigos, tienen tantas historias que contar. -dijo la ojiazul en un tono melancólico.
-Si... -dijo Ryo
-Dejemos los recuerdos y alístense, por aquí tengo unas pieles que los protegerán mejor, si les pasa algo los pobres quedaran desolados. -dijo Lydia entregándoles unas pieles de animal y cuero. (Estas se ponen debajo de la armadura)
-Parecen de noble... -dijo sorprendido Joey.
-Baja la voz, y si son de ellos, Atem me dijo que les dejara algunas y las repartiera. -dijo en voz baja. Pónganselas.
-Ok, gracias. -dijeron al unisonó sonriendo.
Llevaron a Joey a la habitación de Bakura donde habían dejado todo lo que tenían, en la sala además de el regalo de Lydia les entregaron armaduras, escudos, yelmos, guanteletes, alabardas, rodelas,(todo lo demás que podría poner más, si, pero ya es muy largo) y una espada por persona.
-Bueno Joey conoce nuestra reserva. -dijo despanado sus espadas, el arco, los dardos y las dagas.
-Ustedes sí que guardan muchos secretos. -dijo con una risita. Así que salir con nobles trae sus "beneficios".(Y si se refiere a los dos *o*)
-Eres un pervertido. -dijo Yugi al pensarlo en doble sentido.
-Tú eres el que lo piensa en doble sentido. -respondía entre risas.
-Es verdad Yugi pasar tanto tiempo con Atem te vuelve más depravado. -dijo el albino
-Y tu porque hablas de nobles, encontraste a tu media naranja. -dijo el tricolor levantando la ceja
-Les iba a contar es que... Zero...me dio una misión. -dijo algo nervioso. Quiere que seduzca al investigador Seto.
Los dos abrieron los ojos como nunca lo habían hecho al no entender las palabras.
-Para que vas a seducir a Seto... -decía con una mirada extrañada.
-Veras... -dijo siendo interrumpido por campanazos que anunciaban la llegada de los enemigos. No hay tiempo pónganse alístense y salgan.
Mientras Joey salía porque ya estaba armado, los otros dos jóvenes de ojos esmeralda y amatista escogían sus armas. El tricolor tenía buen ataque de lejos así que cogió el arco y una daga para algún ataque cercano, el de pelo blanco prefirió escoger una de las espadas y dardos por si alguien lo amenazaba. (Bien precavidos, espero que en el ataque sean rápidos e.e)
-Ryo vamos ya estoy listo. -dijo el tricolor algo nervioso.
-¿Seguro que estamos hechos para esto? -pregunto con tono de miedo.
-Si no protegemos a los que más queremos ¿Quien lo hará? -dijo con una sonrisa en alto cogiendo su casco y saliendo de la habitación. Vamos estaremos bien
El albino solo afirmo y se puso su casco dirigiéndose a una de las puertas laterales.
El casco ocultaba sus cabellos, todo el cráneo y las mejillas dejando ver los ojos así la ultima pisca de vida del hombre. Las armaduras de todos eran igual a excepción de los nobles que tenían un material un poco más resistente y llevaban el escudo de Luxemburgo fundido al medio (Búsquenlo en Google como: escudo de Luxemburgo armas medias e.e es bastante complejo, me da flojera explicarlo jojo)
Los atacantes peleaban y los nobles protegían así derramando más sangre, cuerpos sin vida y otros exhaustos entre sudor y honor se encontraban Atem, Bakura, Zero y guerreros del último, los padres de los dos primeros estaban protegiendo las otras entradas.
-Zero! -grito un joven de unos 30 años empujando al monarca. Cuidado.
Es peliplateado se quedo en shock al ver el cuerpo de su leal sirviente sobre él.
-Es que lo único que quieres es muerte. -decía levantándose y empuñando su espada.
-Jaja si no fuera por ti estaríamos en la ciudad. -reía maniacamente. Es tu hora de acompañar a tu amigo.
-Ni lo pienses. -dijo mientras su espada atravesaba el cuello del hombre.
Saco lentamente su espada con sangre de su gente. "Aun son consientes de sus actos, desean la sangre como agua del río". Como sea no era momento de reflexionar.
Mientras tanto los dos jóvenes nobles estaban con las espaldas pegadas peleando contra los ¿enemigos? (dudo que sea la palabra pero... que da) se volvió a escuchar la campana, dos sonidos lo que significaba que estaban atacando en la entrada del frente.
-Bakura tengo que ir a la puerta, te dejo estos, tengo que ayudar adelante. -dijo el tricolor sacando su cuchillo del hombro de su contrincante y pateándolo haciendo que este cayera al piso.
-No hay problema ve para allá, hemos dejado muy expuesto ese lado, aunque ahí están los arqueros. -dijo mientras se protegía con su escudo y hacia un contraataque.
El tricolor corría a la puerta mientras intentaba no pisar ningún cuerpo muerto.