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Watashi no imōto oni (mi hermana demonio) por yanilisa100

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Notas del capitulo: Bueno, bueno, he vuelto para traerles este nuevo fic, porque alguna vez pensé en que una cierta chica le hiciera la vida miserable a mi hermoso castaño, si estoy hablando de mi Hiro-san c: es que lo amo de verdad, y me parezco a él ._. Si lo se, es extraño…..
Sin más espero que lean y disfruten lo que le haría a Hiro-san, si yo fuera su hermana…. Jajajaj si, me metí en la historia, es que no me gusta meter otros personajes en la historia, pero ahora solo serán dos y nada más.
Son dos chicas, bueno no me gusta poner chicas en los fics, me dan cólera las chicas que ponen en los fics de JR o SH(excepto las que fueron creadas por shingiku), principalmente en los Mpregs, eso me da cólera, no me gusta cuando una de las parejas tiene una bebe niña, ni yo se porque no me gusta.
Debo aclarar un cosa muy importante cada palabra que esta así (::) imagínense que es un meme, los que saben levanten la mano!!!! ._./ jajajaja bueno lo que esta así en negrita es importante.
“normal”, es diálogo, “cursiva”, es pensamiento, ._._., flash back, -------, cambio de escena, etc, etc.
Los personajes no me pertenecen (:okay:) le pertenecen a mi mejor amiga shingiku nakamura-sensei
Bueno cada uno tiene sus gustos, ahora si no retraso mas y a leer.
 
Hiroki quería morir en ese momento.
 
Sus manos temblorosas arrugaban notoriamente la carta que había encontrado hace unos minutos en la correspondencia, pensando que seria una nueva proposición de matrimonio arreglado y sin pensar lo  abrió, según él un gran error.
 
Volvió a leer la carta que había provocado su perturbación, era simplemente imposible, si ella volvía su funeral estaba próximo, solo aquella carta con perfecta ortografía lo decía todo.
Queridísimo hermano:
 
Te escribo por primera vez para informarte de mi regreso a Tokio, por motivos familiares, además que complete la profesión de educación en el área de lenguaje, y volveré para solicitar trabajo en tu universidad, ¿No es genial? Me entere por medio de nuestros padres que tienes una pareja, estupendo, usare esta oportunidad para conocer a esa persona que me ha robado a mi hermanito.
¿Cómo has estado?, mis padres dicen que estas mas cerrado que antes y ya no les hablas mucho, y no me vengas que es por el trabajo que yo se muy bien que no es eso, ¿Es por tu pareja?, no te preocupes, sé que me va a agradar, porque sé que tu no te equivocas al escoger a las personas, excepto por Akihiko, ese tío no me gusta para nada, ¿Sigues hablando con él?, si hablas con el dile que algún día secuestrare a Susuki-san, jajaja, ¿Sigues enamorado de él?, no me digas que es tu pareja, y si lo es lo mato.
 
En fin, estaré en Tokio el viernes, así que espérame en el aeropuerto a las 6:00 pm, no faltes, tengo algo muy importante que decirte, espero estés emocionado tanto como yo.
 
Hiroko
 
PD: Me quedare a vivir a tu casa por un tiempo, así que avísale a tu pareja de mi llegada y… ¡Prepárame una cama, Idiota!    
 
Esa fue la tercera vez que leyó la carta y aun no se lo creía, y aun paralizado de formulaba muchas preguntas que en algún momento, su “linda” hermana, si se le da la gana, responderá.
 
Pero… hoy es viernes, y son las 3:00 pm, razono el cerebro de Hiroki, quien aun paralizado palideció completamente, de la punta de los cabellos hasta la punta de los pies se paralizó, apoyándose en la puerta de la alcoba. Tanto era su drama que no se dio cuenta de que cierto pelinegro entraba al departamento.  
 
“¡Hiro-san, estoy en casa!”, la voz de Nowaki retumbo en todos los rincones del departamento, sin embargo no fue suficiente para que el castaño volviera a la realidad. El ojiazul, al no escuchar respuesta decidió buscar al castaño, “¿Hiro-san?”,  llamaba, buscando por todos lados, en la cocina, en la sala, incluso en el baño, el único lugar que faltaba era el dormitorio.
 
La desesperación de Nowaki aumentaba a medida que se adentraba más al departamento y ni señales del castaño. Cuando abría la puerta del dormitorio, esta había chocado contra algo, empujándolo aquel “objeto” hacia la cama. 
Hiroki termino tumbado en la cama, soltando la carta, aquel pedazo de papel termino en los pies de Nowaki, el ojiazul lo tomó entre sus manos, ante la aterrorizada mirada de Hiroki.
 
El castaño no podía permitir que su novio lo viera, sin pensarlo bien, se lanzo contra Nowaki, entrelazando sus piernas en la cintura del más alto. El pelinegro se tambaleaba hacia atrás por causa del peso de Hiroki amenazándolo con dejarlo caer al suelo.
 
“Nowaki, oi, ¡¿Que haces?! ¡No leas eso!”, el castaño hacia lo imposible de quitar aquel pedazo de papel de las manos de Nowaki
.
Entre las risas y los intentos fallidos de Hiroki, terminaron en el suelo, pero esta vez, Nowaki estaba encima de Hiroki, aun así el castaño, intentaba insistentemente de conseguir esa carta, que por suerte Nowaki no había leído.
Por fin luego de diez intentos, Hiroki logro quitarle el papel a Nowaki, quien seguía extrañado por el comportamiento del castaño, “Hiro-san, ¿que pasa? Porque no quieres que lea ese papel, ¿es algo malo?”, pregunto el azabache, ante tal comentario, Hiroki se sonrojo un poco, no solo por lo dicho sino que no se había dado cuenta en la incomoda posición en la que se encontraban, “No, claro que no… es solo que no quiero que lo leas”, dijo sonrojándose.
“¿Porque no?, no confías en mi…”, luego de eso, la expresión de Nowaki se entristeció un poco, haciendo sentir a Hiroki mal, “No, si confió en ti, es solo que… eh… bueno” , titubeo nervioso, Hiroki jamás le había hablado a Nowaki sobre su hermana, ni si quiera la había mencionado, además que estaba algo celoso, ya que ella tiene la misma edad que Nowaki, y podría haber la posibilidad que se lleven bien, o peor aun. 
 
“Bueno no importa, voy a salir hasta las 7… ¿vas a quedarte en el hospital toda la noche?”,  pregunto el castaño todavía nervioso, olvidándose de la posición en la que estaban. 
 
“No, hoy tengo turno en la florería, pero hasta las 8, supongo que tu harás la cena, pero aun no estoy seguro si voy a ir al hospital después…”, dijo poniendo todo su peso encima de Hiroki, el pelinegro, olvidando la posición en la que estaba con el castaño, se apoyó en el pecho del mayor poniendo una mano en la barbilla pensando lo que iba a hacer en el turno de la florería, además, pensaba en lo que había dicho Hiroki, iba ha salir, pero ¿A dónde?,¿Por qué?, y ¿Con quien?, estas y varias preguntas se formularon en la cabeza de Nowaki tratando de entender.
 
Ya habían pasado alrededor de media hora en esa posición, y a Hiroki se le hacia tarde para ir al aeropuerto para recoger a su hermana. El castaño deshizo la incomoda posición en la que se encontraban, para acomodarse la ropa, coger su bolsa (una bolsa bien varonil, por favor es Hiroki ¬¬), y despedirse de Nowaki con un casto beso en los labios.
 
Ya en la calle, Hiroki caminaba a paso moderado en dirección al aeropuerto, el cielo se obscurecía lentamente dejando que la tarde salga en un esplendor encantador para mucha gente, las flores de sakura caían gloriosamente haciendo una escena de ensueño, claro que en esta época del año era para las parejas, a veces el pequeño castaño se sentía mal por no aprovechar este tipo de vistas con su novio, a parte de ser vergonzoso, no tenia tiempo para nada.
 
Aun recordaba con nostalgia el último día en el que la paso con su hermana, un día antes de conocer a Nowaki. 
._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._ ._._._._._._._._._._._._._._._._._._.
 
El reloj pulsera de Hiroki marcaban las cinco de la tarde en punto, él a sus veintidós años de edad, siendo todo un hombre, lloraba con amargura, luego de escapar del espectáculo tan vergonzoso que había hecho con Akihiko, se sentía mal, perturbado, quería morir, y sentado allí en el pasto recién cortado del parque, soltaba su melancolía en amargas lagrimas que cubrían sutilmente su cara. Sentía que el cielo se le caía encima, como algo realmente infernal, una tristeza de no ser correspondido, y ya se lo había advertido anteriormente, y por no hacer caso salió lastimado y con el corazón estrujado dejándolo casi sin cura. 
 
Un sollozo fuerte salió involuntariamente de sus tibios labios, señalando dolor, no físico sino sentimental, los gimoteos no cesaban a pesar de que le quería, y aun la desilusión tomaba posesión de su cuerpo, poco a poco el alma se le escapaba del pecho, y abrazándose a si mismo continuo su llanto incesante. 
 
Él, bajo un árbol de sakuras, juro que no lo volvería a hacer. 
 
“No lo volveré a hacer…”, susurro, escondiendo sus ojos llorosos en el flequillo que en ese momento estaba largo, y por esa razón no podía ver nada más, o a nadie más.
  
Los pétalos caían suavemente en su regazo mientras sus manos cubrían completamente su cara, sin embargo sus lágrimas se filtraban por sus manos.
 
Su destrozado corazón juro que jamás lo volvería a hacer…
 
El castaño no se había dado cuenta de que una chica, baja, delgada, vestida con un decente vestido sin estampado de color blanco, lo había estado observando, sin pensarlo dos veces se acercó a él, cada paso que daba los sollozos de su hermano se escuchaban mas, y eso le partía el corazón a la pequeña chica, el viento azotaban los cabellos de los dos castaños mientras que los pétalos adornaban la hermosa y melancólica escena, ella se sentó junto con su hermano sin que él lo notara, apoyándose lentamente en su espalda, el castaño volteo la cabeza un tanto exaltado para encontrarse con una suave cabellera castaña, exageradamente larga, pero tersa y brillante a la vista y tacto, él solo volvió a su posición anterior.
 
“Hiroko, ¿Qué haces aquí?”, la voz de Hiroki estaba quebrada, ella no respondió de inmediato, solo se apoyó aun mas es su hermano, su mirada estaba perdida, pero sus pensamientos estaban centrados en su hermano, ya el atardecer estaba en su apogeo, los tonos rojizos favorecía a los dos por igual y mas los pétalos que caían en armonía lo hacia mas hermoso aun.
 
“Nii-san…”, musito levemente, su voz fina era un canto para su hermano, pero el solo cerro los ojos, adolorido por los acontecimientos que no se borraban de su mente, no pudo continuar por mas tiempo, y las lagrimas continuaron fluyendo libremente desatando todo tipo de tristeza, “Fue Akihiko, ¿verdad?”, escucho la voz de aquella castaña de nuevo, ella sabia de su enamoramiento con el peliplata, a pesar de que ella odiaba a aquel joven, era amigo de su hermano, y sin el consentimiento de ella también era su amigo, Hiroki solo asintió con la cabeza que fue notado por su hermana, ya que había voleado para verlo y atraparlo en sus brazos, a pasar de que seria el ultimo.
Los finos brazos de aquella chica, por no decir mujer, envolvieron suavemente al mayor, y sus manos se aferraron a la tela de la ropa de Hiroki, mientras que la cabeza de la menor reposaba en su hombro.
 
“Este es el final, no dejare que sufras mas…”, las palabras de Hiroko se escucharon en un susurro, Hiroki no se movió en ningún momento, “Habrá alguien mas quien sepa corresponder a tus sentimientos”, a pesar de ser joven era muy sabia, y luego de terminar la frase, una brisa los azotó con fuerza, haciendo que Hiroko se aferrara mas a su hermano mayor, los pétalos de sakura aun caían, nunca pararon de hacerlo, y con eso la castaña se separo, a duras penas, de su hermano, levantándose e incitando a su hermano a hacerlo también ofreciéndole una mano la cual no fue rechazada.
 
“Serás feliz, tal vez no hoy, tal vez no mañana, pero serás feliz, en el pedazo de cielo que nos observa ahora, te prometo que serás feliz”, susurro nuevamente soltando a su sollozante hermano.
 
Ya ellos dos parados se fueron a la casa de sus padres para dejar a la menor, en el cielo unas cuantas estrellas se asomaban para la caída de la noche y para que el vuelo de Hiroko se efectué.
 
 Los hermanos no habían soltado su agarre, caminando por las calles que aun estaban iluminadas por la tarde y por los faros que estaban ya en funcionamiento, su casa no quedaba lejos así que se irían caminando.
Una cosa más para estar deprimido era la separación, Hiroki le había prometido a su pequeña hermana que pasaría por ella a la casa de sus padres para llevarla al aeropuerto.
 
Y dentro del aeropuerto, solo faltaba que ella entrara a la zona de embarque, pero al despedirse, Hiroko comenzó a llorar, ella no quería ir, pero por motivos de estudio debía asistir, ella se aferro a todo momento de su hermano, solo una vez obtuvo un reproche de él, pero eso no fue suficiente.
 
Hacia cinco minutos que una de las azafatas había mencionado que el vuelo hacia Estados unidos partiría en menos de media hora, era el momento de la despedida.
 
“Ya Hiroko tranquilízate…”, decía el mayor acariciando la cabeza de su hermanita, ella al escuchar la replica de su hermano respondió entre sollozos, “No… No puedo…. Nii-san…”, decía sollozando, escondiéndose en el pecho del mayor, “Hiroko, si sigues así, perderás el vuelo…”, reprocho su hermano tratando de apartar a su hermanita quien ya había hecho una escena en medio de todo el aeropuerto, ante eso Hiroki no pudo evitar molestarse y sonrojarse por la vergüenza, y eso no paso desapercibido por su hermana.
 
“KYAAAA, ¡que lindo te vez hermano!, chillo su hermanita poniendo un hermoso gesto y olvidándose porque estaba llorando.
 
“No molestes…”, refunfuño zafándose de su hermana. 
 
En ese mismo instante en el altavoz se escucho una segunda llamada para el vuelo a los Estados unidos, pero al escuchar ese mensaje nuevamente Hiroko se aferro a las ropas de su hermano, lo abrazó por la cintura, dejándolo sin aire y mojado por las lagrimas.
 
“Esta niña es bipolar…”, pensó Hiroki devolviendo el abrazo de manera fraternal.
 
“Bueno…”, dijo Hiroko separándose de su hermano secándose las lagrimas, “Me debo ir…”, dicho eso recogió su maleta de mano, abrazo a su hermano otra vez y le dijo que no se deprimiera en su ausencia, recibiendo un coscorrón de su hermano, riéndose se fue adentrando hacia la sala de embarque, mientras que Hiroki le hacia una seña con la mano en señal de despedida.
 
Ya de regreso la depresión volvió a su mente, no solo por el error que cometió con Akihiko, sino también por su hermana, un pedazo de su vida se había ido con ella, y eso no dejaba de retumbar en su cabeza.
“Serás feliz, tal vez no hoy, tal vez no mañana, pero serás feliz, en el pedazo de cielo que nos observa ahora, te prometo que serás feliz”, escuchaba la voz de su hermana que retumbaba en la obscuridad de su alcoba, combinándose con su llanto… 
 
Y así siguió hasta el día siguiente…
._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._._ ._._._._._._._._._._._._._._._._._._.
 
 Hiroki ni se había dado cuenta de que ya estaba en la entrada del aeropuerto y que su reloj marcaban las 5:45pm, ya un tanto exaltado entro rápidamente.
 
Las personas caminaban por todas partes, y cierta castaña miraba determinadamente el reloj de su teléfono, faltaban 15 minutos para que sea la hora que escribió en la carta, estaba muy feliz, se le veía a distancia, volvió a levantar la vista, sus encantadores ojos caramelo notaron una silueta muy conocida para ella, “Sigue igual de bajito como siempre”, pensó divertida, y sin mas, con una enorme sonrisa junto sus maletas y salió corriendo detrás de aquella persona que tanto quería.
 
Hiroki esperaba pacientemente mientras miraba en el reloj, hasta que escucho unos pasos detrás de él pero no le importo, tanto era su nerviosismo que estaba desconectado del mundo real.
“¡¡NII-SAN!!”, la voz de su hermana entro cruelmente en sus oídos, mientras que su cintura era aprisionada por unas finas piernas envueltas en unos jeans azules y su cuello era envuelto por un par de brazos lampiños. Hiroki se tambaleo varias veces reconociendo por fin a su agresora.
 
“¡HIROKO, BAJATE EN ESTE MOMENTO, LA GENTE NOS MIRA!”, grito un histérico castaño que hacia hasta lo imposible por zafarse de su hermana, cuando esta se bajo, y Hiroki volteo a verla para reprocharle el ataque anterior, se quedo frio.
 
 Su hermana, una chica más bajita que él, más juvenil e inocente, ahora era toda una mujer, sin embargo su físico era llamativo. Pero su rostro, en ese momento Hiroki podría jurar que estaba mirándose en un espejo, ella ahora era de su mismo tamaño, el cabello era del mismo tamaño, pero… ¿donde habría quedado la larga cabellera que su hermana?, simplemente era inaudito, estaba sorprendido, su cuerpo estaba bien formado y de las mismas proporciones que él, pero un solo detalle los diferenciaba, un par de grandes pechos eran escondidos por una camisa blanca de manga corta y de dos pequeñas argollas que estaba en sus orejas cada una, después, todo era igual, el torso delgado , las piernas bien formadas, y todo lo demás.
 
“Nii-san, ¿Qué te pasa?, ¿Porque me miras así? ¡Hey!”, decía la castaña chasqueando los dedos, mirando a su hermano, quien la miraba con estupefacción. Ya sin resistir la vergüenza de ser observada de cerca, acerco su mano a la cara del mayor y el bofeteó un poco fuerte, haciendo que Hiroki despertara.
 
 “Oh, perdón me distraje un momento”, se disculpo desviando la mirada hacia otro lado mientras que su hermana sonreía abiertamente.
  
“Te extrañe Nii-san…”, decía la castaña abrazando a su hermano quien devolvió el acto sutilmente, “También yo”, respondió Hiroki en su susurro.
 
Al separarse se encaminaron a la salida, le cielo era obscuro y se podían ver las estrellas brillar, Hiroki quien cargaba las maletas mas pasadas de su hermana se maldecía a si mismo por hacerlo, estaba cansado y además que tenia que ingeniárselas para presentar a su hermana a Nowaki, todavía faltaba una hora para que el medico llegara, y  tenia que hacer la cena, lo bueno era que estaba su hermana y lo ayudaría.
 
Se detuvieron en el mismo parque, a pedido de la castaña, en donde ella  encontró a su hermano llorando, eso fue hace unos largos 6 años, aquel parque no había cambiado nada, era otoño así que los pétalos de los arboles de sakura caían hasta en la noche.
 
Ellos quedaron mirando un momento aquel árbol, y los dos castaños estaban dentro de sus mentes pensando uno en el otro hasta que la menor interrumpió, “¿Nii-san?”
 
“¿Qué pasa?”, dijo volteando a mirarla
 
“¿Te das cuenta de que llevamos la misma ropa?”, pregunto con una sonrisa inocente en su rostro.
 
“¿Eh?”
 
Y en efecto, llevaban la misma ropa, una camisa blanca de manga corta, unos jeans azules, pero los zapatos eran diferentes, Hiroki llevaba zapatos negros, mientras Hiroko llevaba zapatillas negras, pero de lejos no se notaba.
“No puede ser…”, reprocho el mayor llevándose la mano hacia la cara.
 
Hiroko rio sonoramente, mientras que volvía al camino a casa de su hermano, ella según sus memorias por ese camino era la casa de su hermano, pero fue retenida por Hiroki, “Mi casa ya no es por allí, me he mudado”, dijo bajo ante la sorprendida mirada de su hermana.
 
“Ah, ya veo… supongo que ya no había espacio para tus sagrados libros, o será que vives con alguien…”, dedujo la chica, maldición era muy rápida.
 
Ante tal hipótesis Hiroki se ruborizó notoriamente, haciendo sonreír victoriosa a su hermana, “¡JA!, lo sabia”, dijo cruzándose los brazos en una pose de superioridad.
 
“Si y ¿Qué tiene?”, dijo Hiroki cruzándose los brazos y desviando su mirada y ocultando su sonrojo.
 
“¡HUM!, vives con tu pareja, wow, de verdad te debe quererte demasiado para vivir contigo, que gran paso”, eso ya era el colmo para Hiroki.
 
“Ya basta Hiroko, ya ahora vamos a la casa para que me ayudes a preparar la cena, que por tu culpa nos retrasáramos”, dijo eso y emprendió un camino que ella no conocía, extrañada pero con la persistente sonrisa seguía a su hermano hacia su casa.
 
Ya en dentro del complejo de edificios, Hiroko quien jamás en su vida había visto aquellos edificios, le preguntaba un millón de cosas a su pobre hermano quien ya estaba perdiendo toda la paciencia que le quedaba, solo hubo calma cuando llegaron a la puerta del departamento, eran las 8:15, y asustado el castaño, abrió la puerta desenado que Nowaki todavía este en la florería, y en efecto, las luces estaban apagadas, aliviado, invito a su hermana a pasar.
 
“Wow~, tu casa ahora se ve mas acogedora que la anterior”, dijo la castaña dejando sus maletas en el sofá, “la sala al menos le gusta”, pensó Hiroki, al notar que su hermana se desplomaba en el sillón como una muñeca de trapo, “Y dime… ¿Que me harás de cenar?”,  la cara de Hiro-san paso de una tranquila cara a una ridículamente espantosa adornada de un ceño fruncido y un aura negra a su alrededor, y su hermana al ver ese típico ceño fruncido que tanto extrañaba, solo sonrió.
 
“¡Déjate de tonterías niña descarada, tu me ayudaras a hacer la cena!”, prácticamente grito Hiroki.
 
“Claro, claro ~~”, dijo mientras se levantaba de sofá para buscar la cocina seguida de su hermano.
 
Luego de transcurrir varios minutos, los dos castaños terminaron la cena, que por la insistente petición de la menor, era una cena a lo americana, o sea, demasiada comida para una persona promedio, pero para tres era mas que suficiente.
 
“Awww~~~, ¡te quedo muy buena la cena, hermano!”, decía probando unas papas recién fritas.
 
“No es para tanto…Anda ve a poner la mesa que mi…pareja… llegara en un momento…”, dijo eso sin mirarla, ella extrañada, solo se encogió de hombros y fue a acomodar los platos a la mesa, sin observar el sonrojo que ocultaba su hermano. 
 
Hiroko acomodo la mesa a tiempo record, como siempre, faltaban unos cuantos minutos para que la comida esta lista, así que se arrojó al sofá, pero al sentarse, el ruido que el sofá había hecho, no había dejado que ella escuchara la puerta abrirse.
 
Nowaki entro al mismo tiempo que un ruido proveniente del sofá, este si logro escuchar aquel ruido, al adentrarse mas al departamento notó que en el sofá sobresalía una cabellera castaña lacia y suave a la vista, “ahí estas Hiro-san”, pensó contento el doctor, acercándose por detrás a su “novio”.
 
Tomando en brazos a la esbelta figura por el pecho y susurrar en su oído que llevaba un arete “Hiro-san, ya llegue…”, espera ¡UN ARETE!, realmente extrañado, siguió abrazando a aquella persona que pensaba que era su Hiro-san. Los fuertes brazos de Nowaki envolvieron mas el pecho de aquella persona, encontrándose con algo esponjoso y grande, “debe ser una almohada”, pensó inocentemente, poniendo las manos en el pecho de aquella persona que él pensaba que era su amado, tratando de  quitar al almohada.
 
 Hiroko solo se quedo estática en el sofá cuando alguien la aprisionó en sus brazos, y le susurraba en su oído, “Hiro-san, ya llegue”,  y se tenso aun mas cuando esos brazos apretaron sus pechos, estaba a punto de reclamar cuando sintió las manos de esa persona tocando sus senos, muy bien, eso no se lo iba a perdonar, el enojo que sentía era notorio en su cara, y como su hermano, un demonio era lo que dormía en su interior esperando que alguien o muy despistado o muy estúpido lo liberara, al parecer este tipo era un estúpido.
 
“¡KYAAAAAAAAA, DEJAME EN PAZ, TU BASTARDO PERVERTIDO!”, grito una seriamente histérica castaña levantándose de golpe haciendo que Nowaki se sobre exaltara, ella quien escondía su atributos entres sus brazos, lo miraba con odio y un poco mas escupía fuego, “¡TU MALDITO IDIOTA!, ¿QUIEN TE CREES QUE ERES PARA PODER TOCARME?, RESPONDEME, DEMONIOS, ¡HIJO DE TU MADRE!”, la castaña echaba humos mientras la mirada del pelinegro no se despegaba de ella.
 
Nowaki se le había quedado mirando perdido en su mente, ni se había dado cuenta de que ella le estaba gritando, simplemente estaba confundido y fascinado, la persona que había abrazado era una mujer, ¿Se había equivocado de departamento?, descarto la idea, porque si no, la puerta no pudiera abrirse con su llave, pero si este era su departamento, ¿Quién era la chica que estaba gritándole como un…demonio?
 
Además que lo peor de todo, era el increíble parecido a su Hiro-san, la misma altura, el cabello castaño corto, los ojos caramelos brillantes, el ceño fruncido que para Nowaki era encantador, la esbelta figura que deseaba todos los días, y la explosiva personalidad, anonadado volvió a la realidad por un golpe en la cabeza, también sintió a alguien encima gritando y golpeándolo con un cojín un poco duro.
 
“¡DIME QUIEN ERES BASTARDO, Y DIMELO AHORA!”, gritaba la castaña sin dejar de golpear al pelinegro con el cojín, pero ella no podría sola con el chico, gritando, llamo a su hermano, “NII-SAN, NII-SAN, ALGUIEN SE METIO A LA CASA, ¡¡¡¡¡¡¡NII-SAAAAAN!!!!!!”, grito poniendo el cojín en la cara de Nowaki quitándole un poco de aire.
 
Dentro de la cocina, los gritos no se escuchaban, solo un desgarrador chillido de su hermana lo hizo pensar lo peor.
 
“NII-SAN, NII-SAN, ALGUIEN SE METIO A LA CASA, ¡¡¡¡¡¡¡NII-SAAAAAN!!!!!!”,  luego de escucharlo, se quito el delantal que su hermana lo había obligado a usar, “Oh, no”, susurro dejando todo lo que estaba haciendo en la cocina para salir de esta, “Por favor, que no lo mate”, pensó entrando estrepitosamente en la sala.
 
Detrás del sofá se encontró a su hermanita hecha una bestia, y debajo de ella estaba su novio retorciéndose agarrando los antebrazos de su hermana tirándola de alejar y un cojín en la cara.
 
Ahora, la escena era más que cómica, Hiroki agarrando a su hermana de la cintura jalándola hacia atrás, ella aun sosteniendo la almohada encima de la cara de Nowaki, y él tratando de apartar a la castaña.
 
“¡Hiroko, ya basta, es mi pareja a la que estas ahogando!”, reprocho quitando a su pequeña hermana de encima a su novio, este ultimo al sentir que el peso había desaparecido se reincorporo tomando una gran bocanada de aire, Hiroki al ver el estado de su pareja fue a auxiliarlo ante la mirada desafiante de su hermana.
 
“Nowaki, ¿estas bien?, vamos párate”, decía una castaño ayudando a levantar a su pareja quien se recuperaba de la perdida de aire.
 
“Estoy bien, Hiro-san gracias”, luego de que el pelinegro estuviera de pie, miro a su hermana con una mirada de muerte, “Hiroko, ¿Cómo te atreves a atacar a una persona de la nada? ¿Todavía tienes esa costumbre de atacar a las personas?”, decía con una voz que se notaba la molestia y el rencor.
 
“¿Qué? ¡Él fue quien me ataco primero!”, dijo con odio y reproche en la voz, al escuchar tal acusación los ojos de Hiroki se posaron en su novio con algo de enojo, pero solo un poco, “¿Es eso cierto, Nowaki?”
 
“Bueno…”, el pelinegro se rasco la nuca en señal de vergüenza, “Yo había llegado de la florería y vi a alguien sentado en el sofá, por instinto deduje que eras tu y la abrasé por detrás y mis brazos aplastaron sus… atributos y pensando que era una almohada las toque… pero fue sin querer, de verdad”, decía un pelinegro avergonzado y un poco sonrojado ante la mirada de los dos castaños que poco a poco sus ceños fruncidos se iban suavizando, para el beneficio de Nowaki.
 
“Bien, ahora que se ha aclarado el mal entendido dense la mano y pídanse perdón…”, dijo Hiroki con una aire de madre que trataba de que sus hijos se reconciliaran, y atrajo a los dos jóvenes para que quedaran frente a frente, luego de unas sinceras disculpas por parte de Nowaki y una dudosa disculpa por parte de Hiroko, se dieron la mano.
 
“Bien, y que no se vuelva a repetir”, dijo un autoritario Hiroki.
 
“¡AH!, Hiro-san, una cosa mas… ¿Quién es ella?, pregunto Nowaki luego de mirar la cara de la chica. Hiroki, al escuchar la pregunta, se sintió estúpido, no había presentado a su hermana como era debido.
“¿Qué?, ¿No le dijiste que vendría?”, pregunto la castaña con una mirada poco común a su hermano mientras se cruzaba de brazos.
 
“Oh, lo siento…”, dijo haciendo que un sutil rubor que no paso desapercibido para los presentes, “Nowaki, ella es mi hermana Hiroko Kamijou, Hiroko, él es mi… novio, Kusama  Nowaki”, los dos jóvenes se miraron por un momento, Nowaki con impresión y Hiroko con determinación pero por dentro también estaba impresionada.
 
El ojiazul no se había imaginado que Hiro-san tenía una hermana, jamás había hablado de ella, y a juzgar con el parecido decía la verdad. Mientras, la castaña se perdía en los profundos y encantadores ojos azules del novio de su hermano, le recordaba tanto a Naoki (la conocerán en otro momento XD), pero que estaba pensando… jamás volvería a pensar en ella, jamás.
 
“Es un gusto conocerte Hiro-chan, ¿puedo llamarte así verdad?”, dijo bajo la mirada de su novio que no se veía nada bien.
 
“…Claro…”, dijo un tanto extrañada por la inmediata confianza que le había agarrado “Pero que manía tiene este chico de tenerle tanta confianza a alguien tan rápido, pero también lo iba a hacer, ¿Por qué no?, “El gusto es mio Nowaki…”, dijo  con una sonrisa, sorprendiendo a los dos hombres presentes, “Entonces, así se debe ver Hiro-san cuando sonríe…”, pensó Nowaki devolviendo la sonrisa, pero en su interior algo triste por recordar que Hiro-san no sonríe.
“Bueno ahora que nos conocimos, ¿podemos ir a cenar? me muero de hambre”, dijo la castaña con un poco de molestia sobando su panza. Los dos hombres asintieron y se fueron a sentar a la mesa.   
Hiroki se había ido a la cocina dejando al Hiroko y a Nowaki solos.
 
El peliazul se sentía un tanto nervioso ante la intensa mirada de la hermana de su amado. En un silencio incomodo la chica se acomodó mas en asiento, poniendo los codos en la mesa y poniendo sus manos en su barbilla, como si estuviera pensando.
 
“¿Cómo paso?”, pregunto la castaña con un semblante serio mirando directamente a Nowaki.
 
“Veras… fue hace seis años….”, el ojiazul noto que los ojos de Hiro-chan se habían agrandando, “Yo estaba con unos amigos en el parque jugando con un cohete y este salió volando cayéndole encima a Hiro-san, cuando fui a buscarlo, y lo encontré sentado en una banca llorando, cuando levanto la mirada, me enamore a primera vista de él, me enamore de su rostro lloroso, pero quería ver su rostro sonriente, aun sabiendo que lo estaba acosando, lo seguí hasta su casa, sin embargo no me dejo entrar, pero había dejado su llave en la cerradura de la puerta”, en esa ultima frase, los dos estaban en modo chibi, la castaña con una mirada seria ¬¬, y Nowaki tenia una mirada un tanto feliz n_n, mientras recordaba, “ Le había pedido que sea mi tutor, al principio se negó, pero explicándole mi situación y mis intenciones, al final accedió. En la temporada en la que era mi tutor yo me había enterado que había estado enamorado de Usami-sensei, y un día en el que visito a Hiro-san, yo me encontraba en casa de Hiro-san, pero en ese momento le dije que me haría cargo de Hiro-san y le cerré la puerta en la cara…”, Hiroko sonrió por lo ultimo, le estaba empezando a agradar ese chico, “Y luego de eso me le confesé…Pero te puedo asegurar que fueron los 6 mejores año de mi vida”, sonrió satisfecho con lo que había dicho ya que era cierto, por esa declaración, se gano una aprobación.
 
La cara de la chica se ilumino y agarro las manos de Nowaki para sonreírle plenamente, “Bien, me convenciste, eres un buen chico, y no un pervertido como pensaba…”, lo ultimo lo dijo sonrojándose un poco, “Pero, me caíste bien, Nii-san no se merece nada mejor, y sé que esta en buenas manos, pero ten en cuenta que te observare y a Nii-san también así que… sabes a lo que me refiero”.
 
Nowaki sonrió ante la aprobación.
 
Notas finales: Bueeeeeno….
Esta es una de las historias que mi editor me obligo a hacer…. Simplemente porque perdí una maldita apuesta así que debo hacer esta historia y cortarme el pelo, no podre actualizar “vidas sin reclamar”, porque tengo un grave bloqueo…. Y además por mi falta de editor, y una vez más lo repito…. Si alguien quiere ayudarme con mis fics, por favor mándenme un review solicitando el cargo, y le estaré completamente agradecida y hare un fic completo en su honor…. Ósea que escoge la idea y yo la escribo, claro que le dar crédito y agradecimientos en mis fics….
Y cada lectura que hago les regalo una imagen… es solo para avisar, pero en mi lectura que se llama “Mi mision: enamorarte”, no se como hacer la imagen ¿alguna idea? Bueno acá les dejo la imagen de este fic:  http://yanilisa100.deviantart.com/#/d5tsxfo
Bueno me despido c:
Saludos…
 

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