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Red motel por Hiroki Sakurai

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Notas del fanfic:

Escogí esta canción porque junto con Kago no sanagi es una de mis favoritas… ¡Que rayos! Prácticamente todas las canciones de the GazettE me gustan n.n

Notas del capitulo:

¡Hola! ¿Qué tal? Muchas personitas en sus review me dijeron que querían una segunda parte, entonces me puse a trabajar y aquí les traigo un segundo one shot, que sería la segunda parte de Kago no sanagi. Espero que les guste pues lo hice pensando en ustedes mis queridas lectoras.

Vale a leer…

 

RED MOTEL

 

Capítulo único: Aitai

 

 

No importa a donde mire, están por todos lados, en cierto modo me da asco. ¿Pero qué puedo hacer? No mucho supongo, a menos que…

 

 

”Eres conocida como la reina del barrio del placer

Fascinante, eres una puta que devora dinero”

 

 

Supongo que por aquí debe de haber al menos uno que sea guapo. ¡Ah! Pero no veo ninguno, todos están feos. Otros un poco gordos. Ninguno que de verdad valga la pena. ¡Esperen! Él será perfecto.

 

— ¿Quieres follar?— “¿Tan vulgar me oí que me está ignorando?”— ¿Vienes o no?

¡Ha! Todavía se las da de rey. Mira que mirarme de arriba abajo. Como si de verdad él fuera la gran cosa. No puedo negar que es muy guapo, pero eso no le da derecho a mirarme como si fuera yo el que no valiera la pena. Debería de sentirse orgulloso de que lo he escogido.

—Claro guapo— Al fin contesto.

Acto seguido entrelazo su brazo con el mío. No iba a dejarlo, pero bueno que más daba. Comenzamos a caminar hacia la zona de hoteles que quedaba a unas cuantas cuadras de allí.

—Sabes, hace mucho que no tengo diversión. Realmente estoy necesitado, estaba pensando que deberíamos hacerlo en un hotel, no traigo coche y mi casa queda un poco lejos. ¿Qué dices?

No contesto… Aún me ignora. ¿Por qué diablos intenta hacerse el digno? Esta más podrido que yo. No importa, ya lo hare pagar por esto.

— ¿Me estas escuchando cariño?— Lo agarré de las nalgas para ver si así salía de su mundito y me hacía caso.

—Perdón no te escuche. ¿Qué decías?

—Nada. A todo esto ¿Cuánto cobras?

 

 

+++++++++++++Kai++++++++++++

 

 

—3,500 ¥ la hora. — Conteste mientras lo miraba de reojo.

 Traía una especie de maletín, era un poco grande, tal vez volvía del trabajo y pasaba por un poco de diversión antes de volver a la aburrida rutina que era su vida. O tal vez solo llevaba allí lo que utilizaríamos más tarde… después de todo tiene pinta de ser todo un sádico. Debo admitir que me sorprendió, y bueno, alguien que viste y calza zapatos costosos debería de traer coche ¿No? Bueno pero a mí qué, de todos modos no es como que me fuera a regalar su coche o algo parecido, solo digamos que fue una observación que me llamo un poco la atención.   

— ¿Te importa si vamos a un motel?

—No realmente, lo único que necesitamos es una cama. —Respondí un poco frío

—Tienes razón.

Nos desviamos del camino para adentrarnos a unas calles un tanto solitarias, la verdad es que me hubiera gustado ir a un buen hotel, hubiera querido ir nuevamente a ese lugar… con él… con Reita… Pero qué le vamos a hacer, sabía de antemano que eso solo sería cosa de una noche y ya. El problema es que me metí demasiado en el papel… Aún duele…

—Mi nombre es Ruki ¿Cuál es tu nombre?— Pregunto mientras volteaba a verme

—Me llaman Kai

—Curioso nombre, pero me agrada. ¿Qué tal aquí?— Pregunto señalándome el motel frente a nosotros.

—Nada mal.

Nos adentramos en ese motel, no se veía tan mal. En la entrada estaba un hombre leyendo el periódico, Ruki pidió una habitación y el hombre sin siquiera voltear a vernos dijo una serie de cantidades correspondientes al tiempo por el cual rentaban los cuartos, en ese sentido era algo ¿raro? Bueno es que no suelen llevarme a moteles, y que te renten un cuarto por hora se me hace extraño.  Ruki pago de inmediato lo correspondiente a dos horas dando lo justo, supongo que para evitarse la espera; el hombre tomo una llave y se la extendió a Ruki que enseguida la tomo y comenzamos a caminar hasta las escaleras, no había elevador, pero de todos modos no era necesario, solo eran tres pisos, y el nuestro estaba en el segundo.

 

”Deslumbrante, vomitas al ahogarte en mi colonia

Tu pelo color bronce se desmelena cuando bailas.”

 

 

Al llegar al segundo piso fuimos hasta la habitación 25, Ruki abrió y entramos.  La habitación no era la gran cosa, de hecho era muy pequeña, con las paredes un poco gastadas y carentes de color, no habían ventanas, por lo que se percibía un ligero olor a humedad y a sexo. La luz apenas iluminaba el cuarto, en el centro estaba una cama matrimonial con unas sabanas blancas, había un pequeño buro del lado izquierdo de la cama y una silla de madera del lado contrario, además de tener un pequeño baño en la parte lateral no había nada más. Muy simple, pero para lo que se requería creo que era más que suficiente.

Ruki dejo su maletín al pie de la cama, acto seguido se quito el saco y el exquisito olor de ese perfume “Eternity” que tanto me encanta se libero dejando el aire de la habitación perfumado. Tiro el saco en la silla, aflojo ligeramente su corbata y desabotono un par de botones de su camisa.

—Baila para mi gatito. — Dijo Ruki sentándose en la silla.

Odiaba cuando me pedían que bailara, no es que fuera malo en ello, es solo que me incomodaba bastante. Sentía su penetrante mirada en mi cuerpo, sin más comencé a mover mis caderas de un lado a otro, despacio, sin prisa, recorría mi cuerpo con las manos, al parecer lo estaba disfrutando porque cuando lo mire vi que “algo” se abultaba en su pantalón.

—Ven, acércate. Quiero que bailes muy cerca de mí.

Dijo mientras me mostraba sus piernas. Hice caso y fui directo hasta donde estaba sentado, me pare frente a él y nuevamente comencé con aquel baile sensual. Me inclinaba y dejaba mi trasero frente a su cara, de vez en cuando lo acariciaba y otras me daba una fuerte nalgada. Lo veía relamerse los labios, “Así gatito, muévete así” decía mientras acariciaba mis muslos y parte de mis nalgas.

—Siéntate aquí y continua. — Me enseño sus piernas. Yo obedecía, no me quedaba de otra.

Me senté y restregué mi trasero en su miembro ya erecto. Por un momento me detuvo y después sin más atrapo mis labios con los suyos, mezclo su aliento mentolado con mi aliento a moras, debido al chicle que había estado mascando. Permaneció besándome por un buen rato, hasta que la falta de oxigeno se hizo presente.

—Continúa bailando gatito

Me dio una nalgada, se relamió los labios y yo me levante. Me coloque de espaldas a él y moví mis caderas, de vez en cuando volteaba y le vi masajear su miembro por encima del pantalón.

Después lo rodee y me coloque tras él, sin dejar de bailar claro está. Deslice mis manos por encima de su camisa, luego me anime y metí mis manos por dentro de su camisa y toque todo su pecho y parte de su espalda. Sentí su piel erizarse ante mi tacto.

Lamí su oreja y mordí levemente su lóbulo, dejo salir un pequeño suspiro. Volví a colocarme frente a él, sin dudarlo me senté en sus piernas y le bese. Rodeo mi espalda con sus brazos, dejo de besarme y fue a lamer mi cuello, bajo sus manos y las coloco en mi trasero.

—Ahora quiero que te recuestes en la cama. — Me levante, fui hasta la cama, me recosté y me quede allí esperando a que diera otra orden. — Ahora quiero que finjas que estas en una sesión de fotos, quiero que poses lo más sensual que puedas. — Vaya definitivamente este tipo era demasiado raro.

De todos modos hice lo que me dijo y comencé a hacer poses provocativas, Ruki me decía cosas “sucias” cada vez que hacia una pose que lo provocaba demasiado. Metió su mano dentro de su pantalón y lo vi masturbarse mientras me miraba fijamente.

Cuando casi llegaba al orgasmo cerró los ojos, movía su mano con mucha rapidez y pasado un rato se corrió dejando salir un gemido.

 

 

 “Después sólo unas cuantas copas de vino mezcla de amor y droga Y te hago mi esclava.

"Más rápido... más rápido... más rápido..." ¡Hey! ¿Es eso lo que quieres?”

 

 

Saco su mano de los pantalones y la tenia llena de su semen, se llevo la mano a la boca y lamio todo ese líquido viscoso.

—Ya puedes bajar de allí gatito— Dijo mientras lamia uno de sus dedos.

Obedecí y me baje de la cama, iba a ir hasta donde estaba él, pero me detuvo, me dijo que me quedara allí y así lo hice. Luego me pidió que me volteara y mirara hacia la puerta. Me intrigaba que cosa es la que ahora había pasado por su mente, sin más voltee y mire hacia la puerta dándole la espalda. Todo se quedo en silencio. Admito que me asuste, ese tipo era raro y no sabía a qué se le ocurriría “jugar”.

—Ya puedes voltear— Voltee y solo me encontré con su sonrisa. ¿Para qué rayos había pedido que me volteara?

— ¿Qué tenemos aquí?— Dijo mostrando una botella de vino y un par de copas.

La verdad es que de momento no sabía de dónde rayos lo había sacado. Que yo sepa no ofrecen licores ni servicios extras en moteles como este. Y menos un vino como ese que es muy caro. ¿Pero que mas daba? Después de todo podía sacar ventaja de ello, por un lado las horas pasarían más rápido, y por otra ayudaría a despejar mi mente y liberarme de su recuerdo por un momento. Aunque ahora que lo pienso, esa era la razón por la que traía el maletín. Venía preparado. Sonreí ante aquello.

—Toma bébelo. –Me pasó una copa, lo había llenado de más pero daba igual.

Ruki empezó a beber y en dos tragos ya había acabado con el contenido de su copa, también me anime y lo bebí por completo. Volvió a llenar las copas, brindamos… ¿Por qué brindábamos? No lo sé.

Y allí en medio de la habitación bebimos copa tras copa, era un buen licor. Sentía el vino deslizarse por mi garganta. ¡Ah! Ya extrañaba esa sensación. Sabía que no me embriagaría con tan poco, sin embargo muy en el fondo de verdad deseaba olvidarme de todo.

Llevábamos ya cuatro copas, Ruki se inclino para servir nuevamente mi copa, pero no atino a la copa, y vertió el líquido sobre mí, no sé si de verdad fue un accidente, aunque yo creo que lo hizo a propósito, que es lo más probable, pero en fin.

— ¡Oh! Perdón. —Grito sorprendido.

Dejo la botella sobre el piso y saco de su bolsa trasera un pañuelo color rojo, comenzó a secar el líquido de mi camisa, pero su tacto se volvió lascivo, dejo caer el pañuelo al suelo y empezó a masajear mis tetillas. No lo hacía muy bien que digamos, pero tenía que fingir que sí.

 

El gemido salió en automático y Ruki sonrió, abrió bruscamente mi camisa y comenzó a lamer mi pecho, su lengua se sentía un poco rasposa, pero el ingrato sabía cómo moverla. Si bien sus manos eran “torpes” su lengua no lo era. Dejo lo que estaba haciendo para besarme, tal vez sea cosa del alcohol, pero ahora que me daba tiempo de “sentir” bueno… debo admitir que no besaba nada mal, sus labios se movían con maestría, su lengua se adentro en mi y fue en busca de la mía, correspondí a su beso. Poco después se aparto de mi y entre nosotros quedo un hilito de saliva, lo que al parecer le pareció excitante por que volvió a unir sus labios con los míos en un beso aun más brutal y lascivo.

Tomo nuevamente las copas y vertió más vino en estás, bebimos, me atragante con el vino en un intento desesperado por borrar el sabor de sus labios, el vino que no pude beber salió de mi boca resbalándose lentamente por las comisuras de mis labios, bajando hasta mi cuello y dejando un rastro rojo sobre mi blanca piel.

—Que sexy— Dijo mientras me lanzaba una mirada llena de lujuria.

Se abalanzo sobre mí y nuevamente me beso. Quito los rastros de vino de mi piel. Llevo sus manos a mi trasero y lo masajeo descaradamente. Sin dejar de besarme comenzó a despojarme de mis ropas de una manera un tanto brusca y desesperada. En momentos como estos es cuando más me acordaba de él…

Me dejo completamente desnudo y me aventó a la cama, tomo la botella de vino nuevamente y vertió parte de su contenido sobre mí. ¡Ah! Cada tipo que me topo. Ahora oleré a alcohol el resto de la noche. Aunque puedo tomar una pequeña ducha, no importa ya veré después que hago.

Con su lengua comenzó a quitar el vino que había caído en mi pecho abdomen y brazos. No estaba erecto, de hecho lo que me estaba haciendo no me excitaba en lo más mínimo, pero si no conseguía una erección podría molestarse y me armaría un show de seguro. Cerré mis ojos y la verdad es que no me costó mucho recordarlo. Esa noche que había pasado con Reita hace dos meses acudió a mi memoria tan vívidamente que, cuando abrí los ojos lo vi. Reviví sus caricias, sus labios, su amabilidad… Y lo logré. Me puse duro como una roca.

—Veo que lo disfrutas, eso es bueno. – Reemplace en mi cabeza la voz de Ruki por la de Reita, era arriesgado hacer eso pero no veía otra opción.

Deposito un beso en mi abdomen y posterior a esto acaricio mi pene con mucha lentitud. Reita aun seguía allí, amándome. Llevo mi pene a su boca y como si fuese una paleta la comenzó a lamer. Me sentía morir, el solo recordar a Reita me ponía muy mal en todos los sentidos. Metió mi pene por completo en su boca y comenzó con los movimientos de vaivén.

Me recargue en mis codos para verlo, y allí estaba Reita haciéndome una exquisita felación. Por un momento hasta lo vi levantar la vista y sonreírme. Me sonroje y suspire

—Re-Ruki…no… no más… me corro… —Dije entre gemidos, por un momento casi se me escapaba el nombre equivocado, eso me puso muy tenso y por poco pierdo la erección, pero debido a que Ruki no abandono su tarea me corrí en su boca y el bebió mi semen.

Subió hasta quedar frente a mí y allí se esfumo por completo Reita. El aroma que emanaba su cuerpo no era igual, no era ese embriagante aroma a cereza. No digo que oliera feo, de hecho como he dicho ese perfume “eternity” me gusta, pero simplemente no era la fragancia que yo esperaba aspirar.

 

 

“Miel que gotea continuamente lasciva se descarga, ¡vamos a amarnos!

Sobre la cama roja, roja. Eres mi mascota lunar.”

 

 

  Se levanto y con mucha lentitud comenzó a desvestirse, retirando cada una de sus prendas y colocándolas con sumo cuidado en la silla. Cerré los ojos en un intento por traer de vuelta a Reita, pero no lo logre, no podía. Ruki volvió y se coloco sobre mí. Me beso nuevamente de esa manera tan desesperada, mordió mis labios una y otra vez, los sentía hinchados y dolían. Recorrió mi cuerpo mordiendo toda la piel que se hallaba a su paso. Por un momento me vino a la mente que tal vez podría ser un demente caníbal, reí ante esta loca idea y sacudí mi cabeza para ahuyentar tan locos pensamientos.

Lo sentí lamer mis piernas y después morderlas con fuerza, me estremecí ante aquello, eso de verdad había dolido, más de lo que hubiera deseado. Tenía los ojos cerrados, por lo que cuando deje de sentir su tacto los abrí para ver que sucedía. Había bajado de la cama y se hallaba revolviendo unas cosas en su maletín, seguramente buscaba algo para continuar con el juego.

—Cierra los ojos— Lo oí decir e hice caso, era preferible no saber lo que haría; poco después sentí que alzo levemente mi cabeza y me coloco un trapo, seguramente quería asegurarse de que no viera lo que haría. A mí en realidad no me molestaba, prefería no verle la cara, poco después sentí que enredaba algo en mis muñecas, seguramente tenía planeado atarme a la cama, si será un enfermo, pero bueno.

Tal y como supuse, al intentar mover mis brazos no pude, me había amarrado fuertemente, tanto que me dolió. Por varios minutos no se me acerco, seguramente se estaría masturbando mientras me miraba, o tal vez me estaría grabando, quizás hasta estaba preparando otra cosa. Me relamí los labios para humedecerlos, después de todo los sentía resecos y odiaba sentirlos así, si me estaba viendo lo más seguro es que lo malinterpretara y creyera que estaba esperando a que hiciera algo, que sin duda era lo más seguro.

Momentos después sentí que la parte baja de la cama se hundía, seguramente iba a comenzar a hacer lo que fuese que se le haya ocurrido. Continuo subiendo hasta que pude sentir su aliento en mi cuello, luego movió su cabeza en busca de mis labios para nuevamente besarme y morderme. Luego bajo y lo siguiente que sentí fue un inmenso dolor, se había colocado un condón y eso en cierto modo ayudaba a que el dolor no hubiese sido demasiado, sin embargo la brusquedad con la que entro en mí, había hecho que me estremeciera por completo. Me dolía tanto que unas cuantas lágrimas salieron para ser secadas de inmediato por la venda que cubría mis ojos.

No se detuvo a ver si estaba bien, simplemente empezó a embestirme con fuerza una y otra vez, moviendo mis piernas como se le daba la gana, sus embestidas eran tan bruscas que al menos yo no lo estaba disfrutando, me estaba lastimando, aunque eso parecía no importarle, al contrario, a juzgar por su respiración y sus gemidos parecía sentirse en el cielo. Hice mi mayor esfuerzo para gemir y fingir que me sentía complacido, eso era realmente difícil, pero no me quedaba de otra. Gemí como pude, que era más por el dolor que por el placer. Pasado un rato se corrió, lo sé porque emitió un gemido, que más bien parecía un gruñido. 

—Esto ha sido bueno, es una lástima que se termine. — Dijo a la vez que retiraba la venda de mis ojos.

—No necesariamente, podemos volver a encontrarnos— Dije con una risita

—Lo dudo.

Su respuesta me inquieto, no sabía a qué se refería, aunque bueno, mejor para mi si de verdad no volvía. Igual y tenía más clientes que eran mejores que él, además seguía esperando con ansias a que Reita apareciera.

— ¿Podrías desatarme? Duele… —Tuve que pedirlo, pues al parecer se había olvidado de mí.

— ¡Oh perdón! Espera un momento.

Cuando se giro para mirarme, un escalofrió recorrió mi cuerpo, algo andaba mal, no es que se hubiera olvidado de mí, me había atado a propósito, solo fui consciente de que estaba en peligro cuando lo vi caminar hacia mí con un cuchillo de caza entre sus manos.

 

 

“Encantadora estás en agonía mientras la mendicidad llega.

La aparente encantadora tú se ha roto por nuestro juego enmarañado”

 

 

La sonrisa macabra y torcida en su rostro me lo decía, este tipo de verdad estaba enfermo. Intente zafarme de las cuerdas que me ataban a la cama, pero era inútil, no se soltaban y comenzaba a lastimarme. Voltee para verlo, estaba al pie de la cama sonriéndome mientras acariciaba su cuchillo. Me aterre, jale con más fuerza, necesitaba soltarme. Se subió a la cama y comenzó a gatear hasta quedar frente a mí.

— ¿Sabes?— Su voz me saco de lo que fuera que estuviese pensando— Siempre he creído que las prostitutas y los prostitutos como tú son una maldita plaga, no sabes cuánto les detesto. – Su cara cambio de expresión, si bien antes tenía una sonrisa chueca, ahora se le veía muy furioso, me miraba con odio y repulsión.

—Si tanto nos odias ¿Por qué te acostaste conmigo? – Quería hacer tiempo, tal vez el sujeto de allá abajo se daba cuenta de que ya había pasado el tiempo por el que habíamos pagado y me salvaba. 

—No te pedí que hablaras. –Dijo a la vez que me soltaba una fuerte bofetada y me dejaba con la mejilla adolorida.

Se levanto de la cama y tomo nuevamente la tela que anteriormente había utilizado para cubrir mis ojos, solo que esta vez lo uso para cubrir mi boca.

—Espero que así sí guardes silencio, no necesitas hablar, un ser como tú no tiene derecho de hablar.

Aun estaba asustado, y seguía tirando de las cuerdas en un intento desesperado por soltarme, pero las malditas cuerdas eran más resistentes de lo que pensaba y solo logre cortarme ligeramente las muñecas. Cuando lo vi acercarse otra vez comencé a patalear, pero lo único que logre fue que se diera la vuelta y fuera hasta su maletín. No sabía qué cosa sacaría esta vez pero me asustaba, podría sacar cualquier cosa para torturarme y matarme. Al rato lo vi volver hasta mí con un par de cuerdas más.

Cuerdas que utilizo para inmovilizar mis piernas, ahora sí estaba perdido. Las esperanzas volvieron a mí cuando oí que tocaban la puerta.

—Se que están ocupados, pero ya termino el tiempo por el que pagaron.—Era la voz del sujeto que nos había atendido

—Lo siento, pero creo que al final terminaremos usándola por más tiempo, no se preocupe que ahora mismo le pago.

Quería gritar, pedir ayuda, pero había sido muy astuto al taparme la boca. Lo vi tomar su cartera y sacar unos billetes, que posteriormente deslizo por la parte de debajo de la puerta.

—Quédese con el cambio— Dijo Ruki mientras guardaba nuevamente su cartera.

El sujeto quedo satisfecho con eso, porque no dijo nada más y se fue. Las pocas esperanzas que tenia de ser rescatado se fueron rápidamente cuando vi a Ruki acercarse nuevamente a mí con el cuchillo en manos.

— ¿En qué nos quedamos? – Dijo al tiempo que pasaba el filoso cuchillo por mi muslo.

Grite, juro que lo hice, pero al tener tapada mi boca apenas y se oyó. Ruki comenzó a reír, e inmediatamente hizo un nuevo corte en mi otro muslo, solo que esta vez lo hizo más profundo. Se monto en mí y paso el cuchillo por mi pecho, no estaba cortando, pero aun así de solo pensar que en cualquier momento lo haría, me aterraba. Ruki no paraba de reír, y la verdad es que no sé de qué rayos se reía, no le veía el chiste.

Lo que me temía se hizo realidad, enterró la punta del cuchillo en mi pecho y dijo que me sacaría el corazón, por suerte no lo enterró demasiado, solo fue un pequeño corte, a estas alturas juro que ya no sabía que era mejor; si ser cortado lentamente, mientras la duda de si me matará o no vagaba en mi mente o si era mejor simplemente ser asesinado de una buena vez.

No tuve que seguir pensando demasiado en ello, porque momentos después, sentí la afilada navaja pasarse por mi cuello, haciendo un corte profundo en la yugular.

 

Dicen que cuando se está a punto de morir tú vida pasa frente a tus ojos, pero lo único que pasaba por mi cabeza era aquella noche que había pasado con Reita, aquella única noche en la que me sentí feliz, en la que me sentí vivo, tal vez esa fuese la razón por la que eso era lo único que veía.  Definitivamente no quería morir, no sin haberlo visto una última vez, mientras pensaba en todo esto las lágrimas se desbordaron de mis ojos, no sé si era por el dolor o por la tristeza de saber que no podre volver a verle, aunque lo más seguro es que fuera por la última.

El pecho me dolía demasiado, y no, no era por el corte que recientemente había hecho Ruki. Dios, es solo que seguía negándome a no verlo más. ¿Por qué? ¿Por qué tenía que ser así de desgraciada la vida conmigo, que no me concedió una oportunidad más para verte? No era justo, si bien yo no era la persona más pura del mundo… creo que al menos merecía ser feliz por una vez en mi vida… ¿Era tanto pedir?

Las lágrimas no se detenían, pero ya no importaba, a cada segundo que pasaba mi alma abandonaba mi cuerpo, pero aún así el dolor en mi corazón no se iba, si todo iba a terminar así ¿Entonces por qué no me sacabas el corazón como habías dicho? Ruki… por favor… solo saca mi corazón y has que deje de doler… por favor… suplicaba en silencio, pero Ruki no hacía caso, solo me miraba… sólo eso…

Mis ojos terminaron de cerrarse a la vez que exhalaba por última vez el aire que había en mis pulmones.

 

 

“Sacudiendo este cuchillo me pongo a llorar por el significado de lo que he hecho.

Porque tengo incontables reemplazos como tú.

Adiós, mi dulce cariño.”

 

**********

 

 

Cuando abrí mis ojos estaba recostado en la misma cama del motel, y las sabanas aun estaban empapadas en sangre, me sobresalte. ¿Qué estaba pasando? Mire mis manos y pareciera que un brillo dorado las cubría. ¿Es acaso que ahora era un fantasma? Examine la ropa que traía puesta, era un pantalón blanco, y una sudadera de manga larga blanca, estaba descalzo, y al parecer no eran solo mis manos las que tenían aquel brillo extraño, pues este estaba por todo mi cuerpo.

Escuche que caía agua, y dirigí mi vista hacia el baño, entonces lo vi, allí estaba Ruki, me levante y me sorprendí al ver que mis pies no tocaban el suelo, andaba como flotando, en cualquier otra situación esto habría sido divertido pero no hoy. Fui hasta el baño, Ruki estaba agachado diciendo que lo sentía, que no quería hacerlo pero que era necesario. Me confundí, ¿Por qué lloraba? Si mientras me mataba no paraba de reír.

Tenía mi cuerpo desnudo bajo él, estaba quitando la sangre que aun tenia, con sumo cuidado limpio el contorno de mi cuello. Intente apartarlo, no quería que tocara mi cuerpo ni un segundo más, sin embargo lo único que logre fue atravesarlo, eso fue realmente desagradable. No entendía por qué dios me hacia esto, primero permitía que me mataran y ahora me hacía ver esto. ¿Acaso ni muerto tendría paz? 

Ruki se levanto y fue hasta la cama por su cuchillo, lo coloco bajo el chorro de agua y la sangre fue abandonando la superficie metálica, dando paso a un brillante metal. Lo dejo sobre mi cuerpo y volvió al cuarto, aun estaba desnudo, eso me desconcertaba aun más. Hubiera jurado que se vestiría y saldría corriendo, pero no, allí estaba tomándose su tiempo para limpiar cualquier rastro de que alguna vez estuvo allí.

Lo vi hurgar nuevamente en su maletín, esta vez extrajo de este un par de guantes de plástico y una bolsa negra que dejo en la silla donde tenía su ropa. Posterior a esto se puso los guantes y luego se acerco a la cama y quito las sabanas, para después doblarlas perfectamente y dejarlas sobre el suelo. Fue hasta la silla y agarro la bolsa, sacando de esta un nuevo juego de sabanas, las acomodo tal y como estaban las otras cuando llegamos, e introdujo las que estaban manchadas en su maletín.

Recorrió toda la habitación, asegurándose de que no dejaba nada, la botella, junto con las copas las metió en su maletín, al igual que las cuerdas y el trozo de tela que utilizo. Aun con los guantes puestos fue una vez más hasta donde había dejado mi cuerpo, y esta vez haciendo uso del pequeño jabón que estaba en el baño lavo mi cuerpo, lo enjuago y seco; para después llevarlo hasta la cama. Recogió mi ropa que aun se hallaba regada por el suelo, y me vistió.

Volvió hasta su maletín y saco un pequeño peine de este, fue hasta la cama y peino mis cabellos cuidadosamente, luego me cargo otra vez y me acostó adecuadamente sobre la cama, cruzo mis brazos sobre mi pecho y luego me dejo. Se quito los guantes, fue por su cuchillo y guardo ambos en su maletín. Mientras me miraba comenzó a vestirse con parsimonia, con una calma que me molestaba.

Sin duda era un tipo muy raro, primero estaba todo excitado, luego me mataba y mientras lo hacía reía como loco, luego lloraba por haberme matado y más tarde estaba completamente tranquilo y más fresco que una lechuga. Cuando termino de vestirse miro nuevamente todo el lugar suspiro y tras asegurarse de que no olvidaba nada tomo su maletín dispuesto a salir. Pero cuando iba a salir, cuando creí que al fin se iría y me dejaría en paz, volvió.

—Hoy la pase muy bien, gracias por esta hermosa velada. ¿Sabes que no quería matarte verdad? Pero créeme era necesario, era necesario… pronto, con mi arduo trabajo lograre que el mundo esté limpio de las plagas… no te lo tomes personal… pero es como dicen… “SOLO ESTABAS EN EL LUGAR EQUIVOCADO EN EL MOMENTO EQUIVOCADO”.

Dicho esto comenzó a reír y esta vez sí salió de la habitación.

Me quede en shock, fui hasta donde yacía mi cuerpo y me recosté a un lado, las lágrimas brotaron una vez más de mis ojos, hasta nublar mi vista, supongo que me quede dormido en algún momento, porque lo siguiente que oí fue que tocaban la puerta insistentemente. Lo siguiente que paso fue que la puerta se abrió y el hombre que nos había atendido ayer cayó de espaldas cuando me vio con el cuello cortado. Salió corriendo, luego llego la policía. Quería decirles quien había sido, y de hecho se los dije, lo grite una y otra vez, pero no me oían, intente jalar la manga de un policía pero solo logre traspasarlo, justo como cuando había querido apartar a Ruki.

Nuevamente llore, me sentía estúpido, muy estúpido. Y antes de que me diera cuenta ya se llevaban mi cuerpo lejos de mí. Quise seguirlos, pero de nada serviría, ya no quería saber que más le pasaría a mi cuerpo, solo salí de ese lugar y empecé a vagar sin saber a dónde ir. ¿Se suponía que debía vagar por el resto de la eternidad? No lo sabía y la verdad es que ya no me importaba. Al menos ahora podría llevar una vida despreocupada, es decir, si miraba el lado positivo ya no tendría que trabajar, ya no tendría que soportar a más hombres, ya no podría morir. Eso era bueno ¿No?

 

 

 

********—

 

 

Han pasado 3 días desde que me mataron, quiero saber si es que ese tal Ruki ha vuelto a donde me encontró… por eso he decidido venir a donde siempre solía esperar, solo que esta vez estoy flotando en el aire, viéndolo todo desde arriba. Ahora espero por otros motivos.

Mientras miraba a todos aquellos que alguna vez fueron mis compañeros, y a uno que otro tipo que llego a ser mi cliente te vi…

Reita amado mío, tú por quien había estado esperando todo este tiempo… al fin te vuelvo a ver… es una lástima que este muerto, pero créeme que me ha hecho muy feliz poder verte una vez más.

Desciendo, esta vez no traes tu carro, sólo estas sentado en una banca, me acerco hasta donde estas y me siento a tu lado, sonrió, me encanta esto, sería mejor si pudiera tocarte. Te veo levantarte y dirigirte hacia donde mis ex compañeros están.

—Hola guapo— Dice Byou, el que alguna vez fue mi amigo.

—Hola— Le respondes, por alguna razón me molesta que lo saludes.

— ¿Quieres que vallamos a un lugar más privado?

—En realidad… solo quería saber que paso con Kai…

—…—Byou se entristeció, después de todo si le había afectado mi muerte.

—Él… él está muerto

Tú cara se deformo, pusiste una cara tan triste que hasta a mi me dolió verte así. ¿Pero por qué ponías esa cara? No lograba entenderlo…

—Ya… ya veo — Dijiste mientras ocultabas tus manos en los bolsillos de tu pantalón.

— ¿Eras su cliente?— Pregunto Byou algo triste aún.

—No exactamente… solo estuve con él una vez… pero yo…

—Entiendo, era un chico muy especial.

—Creo que mejor me voy…

Dijiste completamente decaído… pero ¿A qué venía todo eso? Hay algo que aun no entendía… es decir, ¿Tú de verdad llegaste a sentir lo mismo que yo? No, seguramente me estoy confundiendo, tal vez solo querías otra noche de sexo y ya.

Estuviste caminando toda la noche, mientras llorabas, no entendía del todo porque lo hacías, no decías nada, me hubiera gustado que me dijeras que era eso que tanto te molestaba, iba a tu costado, no quería dejarte, no una vez que ya te había encontrado. Sabía que sería en vano, pero aun así lo intente, acerque mi mano a tu rostro e intente retirar esas lágrimas que opacaban tu rostro.

— ¡KAI! … — Me sobresalte. ¿Por qué decías mi nombre así de repente?

Extendiste tu mano como si quisieras alcanzar algo para después mirar al cielo y sonreír. Te miraba perplejo, no entendía nada.

— Voy— Dijiste casi en un susurro ¿A dónde ibas?

Comenzaste a correr y te seguí, habías dejado de llorar, ahora sonreías. ¿Acaso tú también eras bipolar? Después de seguirte por varias calles, al fin te detuviste frente a una casa muy grande y bonita, sacaste tus llaves, buscaste la indicada la introdujiste en el cerrojo y entraste, no te molestaste en cerrar la puerta, ¿Acaso no sabías que era peligroso? Corriste hasta lo que parecía ser tu cuarto. Me senté en una esquina de la cama, te vi entrar a lo que parecía ser un baño, volviste con un frasquito y un vaso de agua.  Abriste el frasco y al vaciarlo todas esas pastillas quedaron en la palma de tu mano.

— ¡Joder Reita no! No lo hagas por favor — Grite lo más fuerte que pude, no podía permitir que tu también murieras. No me escuchabas, lo sabía, pero no quería que hicieras una estupidez.

Intente tomarte por los hombros y zarandearte para hacerte entrar en razón, pero no lo logre, te traspase y quede tirado en el piso.

— Ya voy Kai, ya voy.

Decías con una enorme sonrisa en tus labios, claro que me encantaba verte sonreír, ¿Pero a qué venía eso de “ya voy Kai”? Cruzaste los brazos como si estuvieras abrazando algo, ahora que lo pensaba, cuando había intentado limpiar tus lágrimas también habías dicho algo parecido. ¿Acaso podías sentirme? ¿Cómo era eso posible?

Tomaste las pastillas y te las metiste en la boca — ¡Nooo! —Grite con la esperanza de que me oyeras, pero no lo hiciste, bebiste el agua de tu vaso, lo dejaste en una mesita y luego fuiste directo hasta la cama, te recostaste en una orilla, la cama era bastante amplia, por lo que me tome el atrevimiento de recostarme a tu lado.

Comencé a llorar, no sabía porque, era una extraña combinación de enojo, felicidad y tristeza. Me quede embelesado mirando tu rostro mientras mis lágrimas seguían cayendo. Poco a poco fuiste cerrando los ojos, hasta quedarte dormido. En el fondo rezaba para que se frustrara tu plan, pero una parte de mi se preguntaba si podría volver a vete de esta manera. Con todo lo que pasaba por mi mente me quede dormido.

 

 

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Un rubio apretaba ligeramente la mano del pelinegro que yacía al lado suyo, en su rostro se mostraba una hermosa sonrisa. Lentamente el pelinegro abrió los ojos y miro a su alrededor, hasta que se topo con unos ojos grises que le miraban fijamente.

-Re-re-re… Reita-Dijo el pelinegro lleno de emoción.

-Por fin despiertas.- Dijo el rubio a la vez que pasaba su mano por la mejilla del pelinegro.

El pelinegro no salía de su asombro, estaba hablando con Reita, el momento por el que tanto espero por fin se realizaba. Las lágrimas salieron una vez más de sus ojos, al igual que de los del rubio, se abrazaron con fuerza, dándose ese calor que necesitaban sentir.

-Te extrañe- Dijo el rubio, a la vez que depositaba un beso fugaz en los labios ajenos.

-Tonto…

-¿Eh?

-No debiste hacerlo, estaba preocupado

-¿Tú hablas de preocupación? ¿Acaso sabes lo que sentí cuando me entere? ¿Sabes lo que sentí cuando no te vi donde siempre?

-¿Habías estado yendo?

-Todos y cada uno de los días desde que te conocí.

-¿Y por qué nunca más volviste a hablarme?

-Tenía miedo, creí que para ti había sido sólo un cliente más, no quería quedar como un grandísimo idiota.

-Tonto… todos y cada uno de los días desde que te conocí estuve esperándote…

-Pero ahora estamos juntos y no nos volveremos a separar… ¿Entonces me dirás tu nombre real?

-…-El pelinegro se sonrojo- Yutaka… Uke Yutaka- Dijo con una sonrisa en su rostro

-Yo soy Akira Suzuki

Entrelazaron sus manos, y después acercaron sus rostros, mirándose fijamente, para después fundirse en un beso inocente.

 

—      TE AMO — Dijeron al unisonó, las lágrimas brotaban de los ojos de ambos. Se acercaron y nuevamente se besaron.

La oscuridad fue interrumpida por una resplandeciente luz que rodeo a ambos.

 Un beso salado, una mirada tímida, un fuerte abrazo y una sonrisa sincera, fue lo que intercambiaron antes de que la luz que los rodeaba se extinguiera por completo, devolviendo ese lugar a las sombras; con el cuerpo de Akira sobre la cama.

 

Notas finales:

¿Les gusto? Espero que sí porque puse mi corazón en esto… eso se oyó muy cursi ¿verdad? Pero es cierto, lo hice con mucho sentimiento… no llore pero casi…

Ok. Espero sus reviews.

Me largo a comer porque ya tengo mucha hambre… sé que no venía al caso pero igual.

Bye bye hasta la próxima.


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