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EXO-INCEPTION por Ire-Rei

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Notas del capitulo:

Tal y como prometí, hoy jueves os dejo capítulo nuevo :)

El joven de grandes ojos miró por la ventana en dirección a la otra torre y sonrió, sabiendo que desde allí le observaba su amado.

 

Inmediatamente, como si se tratara de un acto reflejo, Kai disparó contra él y Kyungsoo cayó abatido, pero ya era demasiado tarde.

 

-¡Baekhyun! ¡Chanyeol! ¡Entrad en la antesala! – Les llamó Sehun por el interfono. - ¡Han disparado a Yixing!

 

 

 

Al escucharlo por el altavoz, también Tao, Wufan y Suho corrieron en las motos de nieve hacia la base militar para reunirse con los demás.

 

 

 

Chanyeol cogió un desfibrilador que había en una de las paredes de la antesala y rápidamente empezó a desnudar a Yixing de cintura para arriba, siendo observado por Baekhyun que se había quedado blanco y de piedra. Chanyeol estaba desesperado. Además, Chen también parecía estar muriéndose.

 

Kai y Sehun llegaron justo en ese momento.

 

-¿¡Qué ha pasado!? – Preguntó Chanyeol desquiciado.

 

-Kyungsoo ha disparado a Yixing. – Explicó Sehun.

 

-No he podido dispararle… - Murmuró Kai sintiéndose culpable, mirando el cuerpo sin vida de Yixing y el de Kyungsoo unos metros más allá. – No lo hagas, no se le puede reanimar. Está muerto.

 

-¿Cómo…? – Preguntó Suho conforme entraba también allí junto a los otros dos.

 

-Que está muerto. Su mente ya está atrapada ahí abajo, en el limbo. – Kai bajó la mirada y dijo las dos palabras que nunca hubiera querido tener que pronunciar. Casi no pudo hablar del nudo que se le había formado en la garganta. – Se acabó.

 

-¿Ya está? ¿Hemos fracasado? – Preguntó Baekhyun alarmado.

 

-Se acabó. – Repitió Kai, quitándose la mochila de golpe y lanzándola contra el suelo enfadado consigo mismo. – Lo siento.

 

Chanyeol soltó la ropa de Yixing, desistiendo en el intento de reanimarle tal y como le había ordenado su líder, y le observó con pena.

 

-Bueno, no soy yo el que no va a volver con su familia… – Comentó como si no fuera con él la cosa y volvió su mirada hacia la cámara acorazada. – Es una lástima, quería saber qué había ahí dentro.

 

-Coloquemos las cargas. – Ordenó Kai al fin. – Tenemos que volar esto y despertar con la patada.

 

-¡Un momento! – Gritó Sehun. Todos le miraron atentos. – Nos queda una opción. Tenemos que seguir a Yixing hasta ahí abajo.

 

-No tenemos tiempo. – Le rebatió Wufan.

 

-¡Sí tenemos! ¡Allí abajo habrá suficiente tiempo! Y le encontraremos. – Kai alzó la mirada y se quedó mirando al chico fijamente. – Chanyeol, en cuanto entre la música de la segunda patada, reanimas a Yixing con el desfibrilador y será como su propia patada ahí abajo. – Todos seguían observando a Sehun que parecía tener razón. – En cuando deje de sonar la música, vuelas esto por los aires y subimos a través de los niveles con la patada como teníamos planeado.

 

-Podemos intentarlo. – Opinó Chanyeol.

 

-Si Chen se ocupa de mantener alejados a cualquiera que se acerque… - Dijo Baekhyun mirando al coreano que estaba unos metros más allá, completamente tirado en el suelo, sangrando por la herida y pistola en mano.

 

-Chen no va a salir de ésta, ¿verdad? – Preguntó Kai desanimado a Chanyeol. Si Chen no salía bien, aunque tuvieran éxito en la operación, no habría servido de nada pues sólo Chen podía librarle de sus cargos en el país y conseguir que volviera. Si Chen no se acordaba de nada, era como si hubiera fracasado.

 

-Pfff… - Fue lo único que dijo el más alto. No sabía cómo iba a terminar todo aquello y no quería desanimarle ni darle esperanzas.

 

-Vamos Kai, tenemos que intentarlo. – Insistió Sehun.

 

-Largaos. – Les animó Tao que también lo veía factible, mirando a Wufan de reojo y asintiéndole con la cabeza para que confiara en él.

 

-Pero si no volvéis antes de la patada, nos largamos sin vosotros. – Les advirtió Baekhyun mientras corría hacia el maletín de anestesia que habían dejado allí durante el diseño.

 

Kai y Sehun se quitaron los guantes del traje de nieve y se subieron la manga para que Suho pudiera inyectarles el suero. El más joven no podía parar de pensar en que allí Kai se encontraría con Kyungsoo, ya que irían al limbo: aquel lugar donde los dos pasaron esos cincuenta años que el líder le había confesado, donde construyeron toda una vida juntos.

 

-Kai, ¿puedo confiar en que actuarás como es debido allí abajo? Kyungsoo estará allí.

 

-Lo sé, sé dónde encontrarle y tendrá a Yixing.

 

-¿Por qué? – Preguntó conforme ambos se tumbaban en el suelo.

 

-Porque quiere que vaya tras él. Quiere volver a tenerme ahí abajo con él. – Sehun le observó con preocupación pero confió en que todo saldría bien. Tenía que salir bien.

 

Y entonces, sus ojos se cerraron.

 

 

 

***

 

 

 

Sehun despertó repentinamente envuelto en las agresivas olas que morían en la orilla con fuerza. El joven tosió un par de veces, expulsando un poco de agua con la que se había atragantado, y se incorporó lentamente a la vez que veía a Kai hacer lo mismo unos metros más allá.

 

-¿Estás bien? – Preguntó el moreno conforme se acercaba.

 

Sehun no respondió, simplemente se quedó observando la ciudad que ante ellos se imponía.

 

Una ciudad completamente en ruinas.

 

Cientos de edificios se alzaban, pero todos estaban en mal estado. Los cascotes de escombros caían desde lo más alto, la armadura de los edificios se descomponía poco a poco. Otros se habían derrumbado completamente formando una montaña de piedras.

 

Aquella ciudad era penosa.

 

-¿Esto es vuestro mundo? – Preguntó Sehun sin dejar de observar el panorama tan lamentable que tenía frente a él.

 

-Era. – Puntualizó Kai. – Seguro que Kyungsoo está por aquí, vamos.

 

 

 

 

 

*FLASHBACK*

 

Kai despertó de repente en medio de la nada. Con cuidado se puso en pie y observó el cielo, el cual era de un color celeste precioso.

 

El suave ruido de las olas muriendo en la orilla era tranquilizador, pero más allá de esa playa todo estaba desierto. Alguien le abrazó por detrás.

 

-Bonito sitio. – Dijo Kyungsoo depositando un dulce beso en la nuca del moreno.

 

-Sé que te gusta la playa, por eso he querido soñar con esto. – Sonrió.

 

-¿Y ahora qué hacemos?

 

-Cualquier cosa. – Explicó Kai. – Somos libres, podemos hacer lo que queramos aquí. No hay nadie para decirnos nada, sólo estamos tú y yo. – Recalcó esas últimas palabras y se giró, mirando con ternura a su chico y abrazándole por la cintura.

 

Kyungsoo sonrió emocionado y rodeó su cuello con fuerza, abrazándole y moviéndole en un suave vaivén.

 

-Jongin, te quiero.

 

-Y yo a ti, Kyungsoo…

 

 

 

Ambos caminaban por la arena agarrados de la mano, con los dedos entrelazados y felices por aquella experiencia que iban a vivir. Kyungsoo vio cómo unos metros más allá la arena se convirtió en una acera, y a partir de ahí ya sólo había suelo.

 

-¡Guau! ¿Cómo has hecho eso? – Preguntó extasiado.

 

-Sólo lo he pensado. Tú también puedes hacerlo, puedes construir lo que quieras en cuestión de un segundo.

 

-Prefiero dejártelo a ti. – Rió. – Tú eres el arquitecto experto.

 

-No seas tonto. – Kai le dio un apretón en la mano. – Quiero que tú también tengas aquí lo que quieras.

 

-Vale, a ver… - Kyungsoo paró de repente y mirando fijamente hacia un punto en concreto empezó a imaginar la casa de sus sueños. Un chalet a pie de playa, de dos plantas y con buhardilla, rodeado por un césped de un color precioso, una piscina enorme y una gran verja que rodeaba todo. Cuando se quiso dar cuenta, la imagen que tenía en su mente había aparecido ante ellos. - ¿¡Eso lo he hecho yo!? – Preguntó atónito y con los ojos bien abiertos, provocando la risa de su novio.

 

-Sí, lo has hecho tú.

 

-¡Es increíble! ¡Quiero hacer más! – Exclamó conforme miraba al lado contrario y alzaba un gran rascacielos. - ¡Esto es genial!

 

-Me alegro tanto de que te guste. – Sonrió feliz.

 

Y es que Kai estaba realmente contento. Amaba a Kyungsoo con todo su corazón y quería concederle vivir aquella experiencia única, compartir con él aquel secreto. Verle tan emocionado con todo provocaba que un calor le inundara el corazón. La sonrisa de Kyungsoo era lo que le daba vida, vivía por y para él.

 

-Entonces, ¿hiciste eso para dormir? – Preguntó Kai señalando el chalet. El chico asintió repetidas veces y rápidamente, denotando su emoción. - ¿Me la enseñas por dentro?

 

 

 

Por dentro el chalet era precioso. Estaba decorado al gusto de los dos, con muchos muebles, aparatos electrónicos, cuadros y fotografías, plantas. Todo con colores cálidos que la convertían en una casa acogedora.

 

Kai fue hasta el sofá del salón y se sentó para probarlo. Al ver lo cómodo que era no pudo evitar tumbarse a lo largo y estirarse con una gran sonrisa en los labios.

 

-Qué bien se está aquí… - Suspiró forzosamente al terminar de estirarse.

 

-Qué cómodo eres tú, ¿no? – Dijo Kyungsoo haciéndose el enfadado. – Me abandonas por el sofá.

 

-Ven… - Le pidió el moreno haciéndole un gesto con la mano. Kyungsoo, poniendo morritos y enfurruñado, se sentó en el filo del sofá a la altura de la cintura de su chico, quien le pasó un brazo por la espalda y empujó suavemente hacia él. – Ven. – Repitió.

 

Kyungsoo sonrió levemente y se inclinó hasta chocar sus labios con los de Kai. Éste le abrazó y empezó a besar repetidas veces los labios de Kyungsoo, lentamente, con suavidad. Su lengua se insinuó y repasó el labio superior de su chico, como si lo estuviera perfilando y éste, entre tímidas risas, abrió su boca para acoger la de Kai.

 

El mayor se movió un poco, para colocarse más derecho sobre el otro, pero aún sentado a un lado, mientras no dejaban de besarse cada vez con más pasión, juntando sus lenguas en un húmedo y cálido beso que no parecía tener fin.

 

Las manos de Kai comenzaron a bajar y a subir, acariciando la espalda de Kyungsoo sobre la fina camiseta que llevaba, arrastrándola entre sus dedos y dejando ver ya parte de su piel. El moreno no podía evitar suspirar cada vez más fuerte, sólo Kyungsoo le hacía sentir así. Sus besos eran como una droga.

 

-Jongin… - Casi gimió, acariciando su rostro con dulzura y comenzando a besar el cuello del moreno con frenesí, lamiendo cada centímetro de piel y besando con arrebato.

 

-Kyungsoo… - Kai le cogió de los hombros intentando separarle, pero Kyungsoo no cedía. – Kyungsoo… - Hizo un poco más de fuerza y el mayor se separó confundido.

 

-¿Qué pasa…? – Acertó a decir entre jadeos.

 

-¿Dónde está el dormitorio? – Preguntó Kai mordiéndose el labio tras sus palabras. Kyungsoo sonrió con picardía y, tras agarrarle de la mano, le guio hasta la habitación.

 

 

 

-¿Qué haremos mañana? – Preguntaba Kyungsoo unas horas después, mientras paseaban por la calle y llegaban a un parque que acababan de construir.

 

-Ya te dije que lo que quieras, cualquier cosa. – Kai vio que su chico miraba al cielo muy serio. – Te vas a aburrir, ¿verdad? Pensé que te gustaría estar aquí un tiempo, los dos solos.

 

-¡No! – Se apresuró a desmentir. – ¿Cómo voy a aburrirme contigo, cariño?

 

-No sé…

 

-¡Esto es perfecto! – Exclamó Kyungsoo alzando los brazos. – Todo un mundo para nosotros. No cambiaría esto por nada, y mucho menos teniéndote a mi lado. – Se acercó al moreno y le abrazó con fuerza. – Que te quede claro…

 

 

 

Así pasaron las semanas, los meses… Años. Habían pasado cerca de cinco años. Kai y Kyungsoo habían construido una ciudad entera, tenían todo lo que querían y nunca se aburrían. En aquel sueño tenían museos, cines, librerías, parques de atracciones, multitud de lugares que hacían que los días no pasaran de forma monótona.

 

Pero, sobre todo, se tenían a ellos mismos. La constante compañía del otro era lo único que necesitaban para estar bien.

 

-Tengo una sorpresa para ti. – Dijo Kai mientras comían en la terraza de su nueva casa. Prácticamente cambiaban de hogar cada mes.

 

-¿Una sorpresa? – Preguntó emocionado.

 

-Sí. Me dijiste que querías ir al gimnasio luego, ¿no? – Su chico asintió a la vez que bebía un poco de agua. – Pues cuando vuelvas y te duches, ve aquí.

 

Kai le dio un papel en el que había una dirección escrita.

 

-Pero si ahí no hay nada. – Kyungsoo frunció el ceño mientras leía el papel.

 

-Ahora sí… - Kai sonrió orgulloso. – Pero nada de ir antes. A las ocho, ¿te parece?

 

-Vale. – Rió nervioso y empezó a canturrear mientras comía. - ¿Qué será? ¿Qué será…?

 

 

 

Eran las siete y media y Kyungsoo acababa de salir de la ducha. “Ve arreglado”, le había dicho Kai, así que fue a su armario y se vistió con un pantalón negro de vestir un poco pegado y una camisa azul oscuro. Cuando terminó de peinarse bien y se echó un poco de colonia, se miró al espejo.

 

-Perfecto. – Se dijo a sí mismo.

 

Salió de allí ansioso por llegar a aquel lugar. Lo bueno de aquella ciudad es que nunca terminaría por conocerla bien, siempre podía haber algo nuevo que Kai hubiera ideado, o incluso él mismo.

 

Conforme andaba por las calles, vio un conjunto de rascacielos nuevos. Según la dirección, detrás estaría el lugar que Kai le había indicado.

 

Al doblar la esquina y ver por fin qué había tras esos edificios tan altos, no pudo evitar abrir la boca y soltar un pequeño “¡Oh…!”.

 

El suelo ya no era de cemento, sino que se había convertido en un verde césped, del cual nacían pequeñas plantas con flores de vivos colores que se disponían en círculo, como rodeando el lugar iluminado. Unas tenues farolas daban luz al camino que Kyungsoo empezó a seguir, observando a sus lados figuras podadas en arbustos y una enorme fuente cuyo sonido se hacía agradable y relajante.

 

Al final, vio un precioso cenador iluminado. Allí estaba Kai vestido de forma muy elegante esperándole, de pie, junto a una mesa preparada para cenar. Kyungsoo aceleró el paso.

 

-Jongin… Esto… Esto es… - El chico no tenía palabras. Todo era precioso, y el anochecer hacía aquel momento más especial.

 

-Estás guapísimo, como siempre. – Dijo Kai sin dejarle terminar de hablar, agarrándole por la cintura y dándole un corto pero intenso beso que dejó al mayor con ganas de más. - ¿Quieres cenar? – Preguntó señalando con su mano hacia la mesa.

 

-¿Por qué has preparado todo esto? – Quiso saber mientras se sentaba y Kai hacía lo mismo frente a él. Quizás se le había pasado alguna fecha especial y no se acordaba.

 

-Porque te quiero.

 

El moreno cogió una botella de vino blanco que había dejado en una cubitera a su lado y le sirvió en la copa. Kyungsoo se sonrojó ante sus palabras y rió.

 

-Eres increíble. – Murmuró mirando a su alrededor. Kai se sirvió también a sí mismo y, después reveló la gran fuente que había en una pequeña mesa situada al lado, donde el menor había dejado la comida y el postre. - ¡Qué buena pinta!

 

-No es tu plato preferido, pero sé que te encanta. – Se excusó Kai. – No veía oportuno hacer espaguetis para una ocasión especial…

 

Kyungsoo empezó a reír a carcajadas.

 

-La verdad es que no, pero tienes razón con que me encanta. Esa carne tiene que estar increíble. – Se le hacía la boca agua. - ¿Te sirvo?

 

-No. – Se adelantó el moreno y cogió una pala para servir la carne. – Hoy lo hago yo todo.

 

-Vale. – Sonrió Kyungsoo encantado por los mimos que estaba recibiendo aquella noche.

 

La cena pasó rápido, conversando sobre banalidades y riendo mucho. Brindaron un millón de veces por ellos y terminaron el banquete con una tarta de queso buenísima.

 

-¡Uf! Estoy hasta arriba… - Resopló Kyungsoo posando su mano sobre la barriga.

 

-Habrá que bajarlo ahora con ejercicio. – Contestó el moreno con tono pervertido, recibiendo un servilletazo en la cara por parte de su chico.

 

-Eres un guarro… - Replicó sonrojándose hasta las orejas.

 

-Como si tú no quisieras. – Le dijo entrecerrando sus ojos. – Pero antes, ven. Ya es de noche y he apagado los barrios cercanos, así que seguro que se ven las estrellas muy bien.

 

Kai llevó a Kyungsoo a una zona más apartada, extendió una toalla grande que había traído y se tumbó junto a su chico, mirando hacia el cielo en quietud.

 

-Jongin… - Susurró.

 

-Dime.

 

-Todos los días me preguntó qué he hecho para merecer esto. – Kyungsoo sonrió, aún mirando a las estrellas. Su relación con Kai era envidiable; el amor que se tenían era puro y total. No sólo eran novios o amantes, además eran amigos y compañeros. Kai era su apoyo, su amigo, su amor. Su otra mitad. – ¿Por qué eres tan bueno conmigo?

 

-Porque te amo, y porque eres lo mejor que me ha pasado en la vida. – Contestó cogiendo la mano de Kyungsoo con cariño, acariciándola con sus dedos.

 

Kyungsoo volvió la cara hacia él y observó el perfil perfecto de Kai.

 

-Creo que eso debería decirlo yo.

 

Kai le miró también y sonrió.

 

-¿Por qué me miras? – Preguntó el menor.

 

-Eres mucho más hermoso que las estrellas. – Kai empezó a reír fuerte. - ¿Qué pasa?

 

-No te pega decir eso, tú eres el mimado de la relación. – Bromeó pellizcándole las mejillas.

 

-Es que tengo un novio guapísimo. – Contestó acercándose mucho más. – Pero ya sé que no tengo que decirte esas cosas más… - Refunfuñó, evitando que Kai le diera un beso y empezaron a jugar a atraparse con los labios, entre cosquillas y risas. Kyungsoo no dejaba que Kai se le acercara a menos de cinco centímetros de su rostro, haciéndose el enfadado.

 

-No te enfades, o no te daré lo que tengo preparado.

 

-¿Más cosas? – Kai asintió con la cabeza, se incorporó y de debajo de la toalla sacó una pequeña caja que le entregó a su chico quien también se había sentado sobre la toalla.

 

Kyungsoo, inquieto, abrió la cajita lo más rápido que pudo. Creyó morir al ver lo que había dentro.

 

-Pero… Jongin…

 

-Casémonos. – Dijo mirándole a los ojos de forma intensa. Kyungsoo le observó con sus preciosos y grandes ojos, cada vez más llorosos, y dejó escapar una risita incrédula.

 

-¿Va en serio?

 

-En serio. – Contestó el moreno. – Quiero compartirlo todo contigo. Cariño, mi único sueño en la vida es envejecer contigo. ¿Qué me dices…? – Esperó nervioso y preocupado por la respuesta.

 

Kyungsoo volvió a mirar la cajita. Allí reposaban dos alianzas de oro con unos detalles grabados muy bonitos. Una gran sonrisa se formó en su rostro y alzó la cabeza para mirar a Kai con alegría.

 

-Que sí… ¡Sí! – Exclamó feliz, lanzándose sobre su chico y abrazándole fuertemente por el cuello. Kai le devolvió el abrazó y empezó a acariciar su pelo con amor.

 

-Bueno, sobra decir que cuando despertemos te compraré uno de verdad.

 

-¿Despertar de qué? – Preguntó Kyungsoo sin hacer mucho caso, concentrado en el abrazo y sonriendo como un tonto.

 

-Cuando volvamos… Ya sabes, a la vida real.

 

-Qué tonterías dices, Jongin. – Rió el mayor feliz. – Ésta es nuestra vida. Te encanta hacer bromas, ¿eh?

 

Kai frunció el ceño ante las palabras de Kyungsoo. ¿Por qué decía eso? ¿A qué venía esa ignorancia ahora? ¿Acaso era una broma? Porque aquella misma mañana parecía consciente de todo, ¿por qué ahora parecía que no?

 

Sí, Kyungsoo estaba bromeando. Tenía que estarlo.

 

 

 

Pasaron unos meses y, a pesar de que todo parecía haber vuelto a la normalidad, no era así.

 

Kai no dejaba de darle vueltas al incidente de aquella noche. Había decidido dejarlo estar, se forzó a pensar que Kyungsoo aquel día estaba de broma, divirtiéndose a costa de simular que aquella vida era real. Pero había detalles que no podía dejar escapar.

 

Kyungsoo no había vuelto a mencionar las construcciones. Dejó de crear, y cuando el moreno le mostraba algo nuevo se reía de él diciéndole que eso ya estaba ahí antes.

 

Y fue entonces cuando Kai empezó a preocuparse. Empezó a preocuparse porque se dio cuenta de que Kyungsoo se había puesto una venda en los ojos.

 

Cegado por la felicidad con la que vivían allí, no quiso saber nada más del mundo real.

 

Kyungsoo había escapado de la realidad.

 

*FIN DEL FLASHBACK*

Notas finales:

Supone para mí una enorme TRISTEZA anunciar que... sólo queda un capítulo u.u

Efectivamente, el siguiente capi es el último...pero bueno, ya me pondré sentimental en su momento ;-; por cierto, el GRAN SECRETO que revelará el porqué de todo será en el siguiente. Sabréis por fin qué paso realmente con Kyungsoo para que hiciera todo lo que hizo.

Aunque ya sabéis que publicaré los especiales (cortitos), pero la historia en sí termina en el siguiente ^^ de momento sólo tengo el HunHan y voy a hacer el TaoRis que me lo han pedido. Repito, quien quiera alguno más que lo pida sin problema :)

Espero que os haya gustado este capítulo y que améis la relación tan bonita del KaiSoo <3

No creo que actualice para el domingo, que es demasiado poco tiempo >.< intentaré actualizar a la semana, como siempre hacía pero como estamos a jueves pues el jueves que viene :)

 

Muchísimas gracias a todos por leer, y si dejáis review seré la persona más feliz del mundo :)

 

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