Kai recorría con rapidez las calles de Mombassa. No sabía hacia dónde se dirigía y tenía miedo de mirar atrás, pero lo único que hacía era correr y correr. De repente un hombre le atacó por el lateral, pero se defendió como pudo dándole un buen puñetazo en la cara y siguió corriendo empujando sin querer a varias personas que miraban la escena sorprendidos sin entender qué ocurría. Entonces fue cuando se dio cuenta de que no le perseguía una persona: eran varios. El moreno se metió por un estrecho túnel, esquivando una bala que había sido disparada en su dirección y siguió tratando de esconderse. Pero parecía imposible, cuando salió de nuevo a la luz del día dos hombres le esperaban y tuvo que pelear cuerpo a cuerpo. Por suerte, cuando ya se había librado de aquellos dos últimos, un coche dio un frenazo frente a él y la puerta de atrás se abrió.
-¡Vamos, sube! – Le gritó Chen desde dentro. Kai se subió rápido y cerró la puerta de golpe, recobrando el aliento.
-¿Qué coño haces en Mombassa? – Preguntó sorprendido de verle por allí.
-Necesito proteger mi inversión… - Contestó refiriéndose a él.
El coche llegó hasta el bar donde Kai había quedado con sus dos viejos conocidos y les hizo una seña en el coche para que subieran.
-¿A esto le llamas tú no tener escolta? – Preguntó Baekhyun divertido.
-Esta es diferente… - Sonrió Kai. Chanyeol y Baekhyun subieron y dieron las indicaciones al chófer de Chen. Tenían que ver a Minseok cuanto antes.
En un lugar muy lejano, en aquel taller perdido en París, Luhan hacía sus labores de mantenimiento, limpiando y cuidando que todo estuviera perfecto. De repente escuchó un carraspeo a su espalda. El rubio sonrió, había reconocido quién era, y antes de darse la vuelta intentó borrar la estúpida sonrisa de su cara. Al volver su cabeza vio a Sehun de pie.
-Kai dijo que volverías. – Dijo Luhan levantándose de la silla.
-Ya, no quería pero…
-Pero no hay nada parecido. – El rubio continuó su frase. Sehun sonrió avergonzado.
-Exacto.
-Me alegro de que hayas vuelto. – El mayor se acercó lentamente y puso su mano en el brazo de Sehun, estrechándolo de forma cariñosa. Sehun sintió cómo una corriente de electricidad le recorría el cuerpo sólo de sentir el contacto con Luhan, a pesar de que simplemente le había agarrado de forma amistosa. Debía de parecer un imbécil tan nervioso, y más viendo la seguridad que el rubio parecía tener siempre. - ¿Quieres unas lecciones de arquitectura paradójica?
***
-Tendrás que dominar algunas técnicas para poder construir varios niveles oníricos, Kai dice que serán tres. – Explicó Luhan mientras Sehun y él subían por una escalera. De repente a una chica que bajaba se le cayeron unos folios. – Vaya, perdón. – Se disculpó el rubio pasando por un lado para evitar pisárselos.
-¿Técnicas? ¿Como cuáles?
-En un sueño puedes burlar la arquitectura del mundo real, lo razonable, con formas imposibles. – Seguía diciendo Luhan mientras subían por aquella escalera de forma cuadrada. – Por ejemplo, puedes crear bucles cerrados. Como la escalera infinita de Penrose. – Terminó por decir cuando pasaron de nuevo por al lado de la misma chica de antes que seguía recogiendo los folios. Sehun frunció el ceño confundido y se dio cuenta de que a pesar de que parecía que iban subiendo, la escalera era un circuito cerrado. - ¿Ves? Una paradoja. – Los dos chicos se asomaron al llegar a una esquina viendo que la escalera no tenía fin y daba al vacío. (N/A: os dejo foto-ejemplo en Notas Finales XD)
-¿Cómo de grandes tienen que ser los niveles? – Preguntó Sehun mientras seguían andando esta vez sobre el suelo.
-Puede ser desde el suelo de un edificio hasta una ciudad entera. Lo importante es que sean lo suficientemente complicados para escondernos de las proyecciones.
-Como un laberinto, ¿no? – Dijo el menor acordándose de cuando Kai le pidió que diseñara laberintos en un papel. Luhan asintió mirándole y sus manos rozaron sin querer al andar. – Perdón… - Se disculpó el castaño sonrojándose y cruzándose de brazos. Luhan tuvo que reprimir una risita. - ¿Puedo hacerte una pregunta?
-Dispara.
-Kai no puede construir ya, ¿verdad? – Luhan paró en seco y le miró serio.
-No sé si no puede, pero se niega. Cree que es más seguro si no conoce el diseño.
-¿Y eso por qué?
-No quiere decírmelo, pero creo que es por Kyungsoo.
-Ah, ¿su ex-novio? – Preguntó el menor al darse cuenta de que ese nombre lo había escuchado ya antes.
-No, no es su ex-novio. – Le corrigió Luhan. Sehun le miró confuso.
-¿Siguen juntos?
-No, es… - Luhan miró al suelo y suspiró. Sabía que no debía hablar de los asuntos de otros, pero sentía que podía confiar en Sehun. – Kyungsoo está muerto.
-¿Cómo…? – Sehun tragó saliva, arrepentido por haberle gritado la otra vez a Kai. No podía imaginarse lo mal que lo estaría pasando el chico. Luhan le sonrió levemente para que no se preocupara.
-Lo que viste es su proyección.
-¿Cómo era en la vida real…?
-Adorable. – Contestó Luhan nostálgico al acordarse del chico de grandes ojos. Con confianza se atrevió a pasarle un brazo por detrás a Sehun, apoyando su mano en el hombro de aquel chico tan curioso y que tanto le estaba llamando la atención, y siguieron con el paseo dentro del mundo del sueño.
***
Mientras tanto en la vida real, Kai, Chen, Chanyeol y Baekhyun entraban a un tugurio perdido en lo más profundo de Mombassa. El cuchitril estaba oscuro y repleto de botes y pociones por todas partes. Un chico se sentaba en el escritorio principal de la sala mientras leía el periódico, y al ver que tenía visita se levantó deprisa:
-¿Qué les trae por aquí?
-Soy Kim Jongin. Usted debe ser Kim Minseok, si no me equivoco. – Kai le tendió una mano mientras el chico le asentía. El resto de acompañantes le saludaron con una leve reverencia. – Busco un químico para un sueño.
-¿Para un trabajo?
-Y para que trabaje sobre el terreno. – Aclaró Kai. Para su misión necesitaría que Minseok también entrara en el sueño.
-Ah no, señor Kim. Rara vez trabajo sobre el terreno.
-Pero necesitaría que allí dentro formulase compuestos que se ajusten a nuestras necesidades. – El moreno tomó asiento.
-¿Que son…?
-Gran profundidad. – Respondió sonriendo.
-Ya veo. Un sueño dentro de un sueño. Dos niveles. – Comentó Minseok.
-No. – Kai mostró una media sonrisa soberbia y se inclinó sobre la mesa. – Tres.
-Es imposible. – Minseok negó con la cabeza. – Sería demasiado inestable.
-Sí es posible. – Insistió Kai. Si algo se le daba bien era convencer a los demás. – Sólo hay que añadir un sedante.
-Un poderoso sedante. – Le corrigió el otro. - ¿Cuántos sois en el equipo?
-Nueve.
-¿Nueve? – Le interrumpió Baekhyun que estaba detrás. - Aparte de nosotros, Luhan y el arquitecto, ¿quién más?
-Necesitamos refuerzos. – Explicó Kai. – Tengo que buscar a Wufan, Zitao y Suho. Allí dentro habrá pelea, seguro.
-En realidad seremos diez. – Dijo de repente Chen. Todos le miraron sorprendidos. – Sólo sabré si has hecho el trabajo si te acompaño.
-No hay sitio para turistas en este tipo de trabajos. – Le respondió Chanyeol irónico.
-Pues esta vez parece que sí. – Contestó el otro muy serio. Parecía que nadie le haría cambiar de opinión. Kai miró a Chanyeol y Baekhyun y les hizo un gesto con la mano para que no se preocuparan. Chen parecía ágil e inteligente, no estorbaría dentro del sueño.
-Creo que esto es lo que busca, lo uso a diario. – Dijo de repente Minseok con un bote en la mano.
-¿A diario? ¿Para qué? – Preguntó Kai confundido.
-Se lo enseñaré… - Minseok les indicó el camino por un pasillo. – Aunque quizás no quiera verlo…
Entonces llegaron a una sala donde doce hombres dormían profundamente, conectados a unos tubos por donde les llegaba un líquido que seguramente sería el sedante. Todos dormitaban plácidamente mientras los chicos observaban atónitos la escena.
-Vienen todos los días a compartir el sueño. – Explicó Minseok. – Normalmente están tres o cuatro horas, lo que equivale a cuarenta horas oníricas con este sedante.
-En realidad no vienen a dormir. – Comentó un hombrecillo mayor que estaba allí sentado, vigilándolos. – Vienen a despertar. El sueño se ha convertido ahora en su realidad, y ¿quiénes somos nosotros para decir lo contrario? – Preguntó sonriente mirando a Kai. El moreno empezó a ponerse nervioso, no le gustaba nada aquella situación, le hacía pensar en cosas que no quería recordar.
-Veamos qué es capaz de hacer eso. – Dijo al final tumbándose en una camilla y ofreciéndose voluntario para ser dormido. El gotero del sedante se abrió y empezó a entrar en su cuerpo, notando cómo iba durmiéndose poco a poco…
***
Muchas imágenes empezaron a atormentar a Kai en el sueño. Veía a Kyungsoo riendo. De repente lo tenía enfrente, con la cabeza apoyada en las vías de un tren. Después estaba con él en una casa.
-Sabes dónde encontrarme… - Le susurró Kyungsoo a la oreja, dándole un suave beso en el cuello.
De nuevo aquella imagen de las vías del tren, esas vías que empezaban a vibrar anunciando la llegada de la locomotora y la mirada perdida y asustado de Kyungsoo.
-Sabes lo que tienes que hacer… - Volvió a susurrarle Kyungsoo.
***
Kai se despertó sobresaltado. Sus compañeros le miraban tranquilamente sin saber que el moreno estaba en esos momentos con los nervios a flor de piel. Se quitó de un tirón la aguja de la muñeca y fue al baño a echarse agua en la cara.
-¡Vamos! ¡¡Vamos!! – Se gritó frente al espejo del lavabo dándose tortas en la cara. Pero aquella imagen de Kyungsoo sentado en el alféizar de una ventana sonriéndole no desaparecía de su mente. Kai cogió su peonza y nervioso intentó rodarla sobre la encimera del lavabo pero se le cayó al suelo.
-¿Te encuentras bien? – Preguntó Chen entrando al servicio. Kai se dio la vuelta sorprendido.
-Sí, sí, estoy bien. Perfectamente. – Respondió nervioso. Recogió la peonza del suelo y salió de allí disparado, dejando a Chen un poco cortado y sin saber qué pensar.
En París, Sehun y Luhan estaban en el taller como todas las tardes hablando del trabajo, aunque siempre había tiempo libre para charlar sobre otras cosas. Para Sehun se había hecho costumbre salir de la facultad y dirigirse allí, y cada día lo hacía con más ilusión. Tenía que reconocer que si ya de primeras le llamó la atención el rubio, ahora que cada vez lo conocía más le tenía completamente enganchado. Los dos estaban conversando tranquilos después de haber practicado dentro de un sueño, relajados, Luhan sentado en un sillón mientras que Sehun se había sentado en una de las tumbonas que usaban para dormir.
-Entonces, ¿vives sólo aquí?
-Sí, estoy de intercambio. – Explicó Sehun. – Como ya sabes soy coreano, pero me dieron una beca para venir a estudiar y la aproveché. Ya sólo me quedan unos meses hasta volver a mi país. ¿Y tú?
-Yo no tengo sitio fijo… Voy y vengo. Nuestro trabajo es peligroso, si es que se le puede llamar trabajo. – Respondió Luhan sonriendo.
-¿Y no te da miedo seguir haciendo esto? Quiero decir… Por alguna razón que no sé y que espero que algún día alguien me cuente, Kai no puede volver a Corea del Sur ni trabajar en algún sitio donde tenga que dar sus datos personales, porque le pillarían. Pero tú no tienes por qué hacer esto…
-Pero Kai es mi mejor amigo. Hemos pasado mucho juntos… Y sé que me necesita. – Luhan miró al suelo y soltó una risita. – Creo que si no estuviera con él hace mucho que habría salido mal parado.
-Eres una buena persona. – Le sonrió Sehun. El rubio le miró a los ojos y bajó la mirada avergonzado. Se levantó del sillón y fue a sentarse junto al menor. El castaño le miró nervioso por el acercamiento.
-Creo que me ves con demasiados buenos ojos… - Bromeó Luhan que inevitablemente no pudo evitar quedarse mirando a los labios del otro. Sehun se dio cuenta e inconscientemente se pasó la lengua por ellos, mordiéndose después el labio inferior inquieto. El rubio alzó su mano y con su pulgar le quitó algo de la mejilla cerca de su boca. – Tenías una pelusa. – Rió enseñándosela y echándola después al suelo. Sehun rió también nervioso y desvió la mirada al suelo con el corazón a cien. Por un momento había pensado que iba a besarle. – Sigue contándome cosas de ti, me gusta conocerte más…
-Vale, pero luego hablaremos de ti. Yo también quiero saber cómo es tu vida… - Contestó el castaño mirándole de nuevo. Luhan posó su mano en el muslo de Sehun y éste, nervioso, siguió contándole cosas de su aburrida vida. Aburrida hasta que habían aparecido Kai y él, pensó el menor para sus adentros, mientras Luhan le escuchaba atento y embelesado con aquella personita que tanto empezaba a gustarle…
*BEIJING*
-Kai, ¿sabes dónde encontrar al trío de oro? – Preguntó Chanyeol mientras paseaban por las calles de la ciudad.
-Claro, sólo tienes que saber cuál es el peor barrio de Beijing y ahí estarán… - Respondió el moreno guiándoles por unas calles más descuidadas, sombrías y repletas de personas con muy mala pinta. Chen, que era todo un señorito, iba un poco asustado aunque sabía que no tenía nada que temer si iba con los demás.
De repente entraron a un garaje abandonado muy oscuro y vieron al fondo una especie de hoguera donde dos personas limpiaban armas mientras entraban en calor, y otra un poco más separada practicaba un tipo de arte marcial bastante elegante.
-¿Quién anda ahí? – Preguntó uno de ellos levantándose. Era rubio y bastante alto, su mirada penetrante atravesaba a cualquiera, pero su rostro se suavizó cuando vio a Kai. - ¡Kai! ¡Coño, avisa de que vienes! – Exclamó contento mientras le daba un abrazo.
-Ha sido de repente, vengo a ofreceros un trabajo. – Explicó, mientras los otros dos se acercaban también con una sonrisa por la agradable visita de su viejo amigo. – Chicos, estos son Wufan, Zitao y Suho. – Los tres citados saludaron. – Y éstos son Minseok y Chen. A Chanyeol y Baekhyun creo que los conocéis ya.
-Sí, a la parejita mimosa la conocemos de aquella otra vez. – Contestó Zitao sacándoles la lengua burlón. Chanyeol le hizo un corte de mangas a modo de broma por aquello de “parejita mimosa” y agarró a Baekhyun de la cintura atrayéndolo hacia él. Cuanto más se burlaran por sus públicas muestras de cariño, más lo harían.
-¿De qué se trata el trabajo? – Preguntó Suho interesado.
Kai les explicó por encima la idea de “Origen” y seguidamente Chen les presentó al sujeto de todo aquel embrollo. Zhang Yixing, heredero de Zhang Corporation, la única compañía que le puede hacer la competencia a la del propio Chen. Y es por eso que necesita destruirla. El líder del grupo le dejó muy claro que implantar una idea en la mente de otra persona podría llegar a cambiarle su vida por completo, pero el otro estaba muy decidido a llevarlo todo a cabo. Aquella empresa podría llegar a tener la supremacía energética y no era gente precisamente limpia, sin duda el mundo entero le estaría agradecido por lo que iba a hacer.
Chanyeol preguntó por la relación de los dos y Chen contestó que se rumoreaba que la relación padre-hijo era complicada, pero como no podían fiarse de los rumores tanto él como Baekhyun empezaron a realizar los tejemanejes necesarios para adentrarse en la compañía como simples trabajadores más e investigar por su cuenta. Debían empezar por investigar a una persona: Shin Laiwu, hermano de Zhang padre y padrino de Zhang hijo.
A los pocos días por fin estaban de vuelta en París. Kai dirigía a todo su equipo hasta el taller donde deberían estar Luhan y Sehun esperando para empezar con las últimas investigaciones y dejar claros todos los datos hasta el día en que llevarían a cabo su plan.
El moreno abrió la puerta del taller y se encontró a Sehun sentado en una de las tumbonas mientras abrazaba a Luhan por detrás y éste reía como un tonto por las cosquillas que le estaba haciendo en la cara.
-Veo que no habéis perdido el tiempo. – Se escuchó decir a Kai.
-¡Ah! ¡Kai! – Exclamó Luhan nervioso poniéndose en pie. Sehun por su parte, rojo de la vergüenza, también se incorporaba sin querer mirar a los que estaban entrando en ese momento. - ¡No es lo que parece! Sólo estábamos…
-Mientras le hayas enseñando a Sehun como es debido no me importa lo que hayáis hecho en vuestros ratos libres. – Contestó irónico dejando su bolsa de mano en una mesa. Después miró al rubio y le guiñó un ojo para que se tranquilizara. Los demás reían disimuladamente por la “pillada”. – Bueno, ellos son Luhan mi mano derecha y Sehun el arquitecto. – Señaló con su mano. – Estos son Chanyeol y Baekhyun nuestros falsificadores, Minseok el químico, Zitao, Wufan y Suho los refuerzos, y Chen. Él es quien nos ha contratado.
Todos se saludaron y empezaron a presentarse, hablando primero de cosas banales para conocerse mejor. Después de un rato empezaron a hablar del trabajo y de otras misiones que habían realizado con anterioridad. Todos estaban fascinados con las historias de Suho, Zitao y Wufan que habían estado metidos en tantos embrollos de peleas, mafias y asuntos bastante peligrosos.
Sin que nadie se diera cuenta, Baekhyun y Chanyeol se retiraron un poco de los demás y se metieron en una habitación entre risas.
-Channie, deberíamos volver… - Reía el más bajito mientras su compañero no paraba de besarle por el cuello.
-Qué más da, todos estos días no he podido estar a gusto contigo. Déjame que disfrute… - Contestó entre besos para después lanzarse a los labios de su chico, abrazándole y apretándole contra él, sintiendo su húmeda lengua rozar la suya en aquel beso tan excitante.
-Oye…Esta misión parece peligrosa. Sabes que cuantos más sueños hay, más difícil se vuelve todo. – Dijo Baekhyun separándose un poco pero sin dejar de abrazarle. Su mirada se había tornado en preocupación. – Dime que tendrás cuidado.
-No pienso separarme de ti ni un segundo. – Chanyeol le dio un dulce beso. – Nos cuidaremos el uno al otro, ¿vale? – Baekhyun asintió con una leve sonrisa y el más alto le dio un gracioso beso en la mejilla, de esos que tanto le hacían reír.
-Luhan, ven. – Le llamó Kai haciéndole un gesto con la mano para que se acercara. El rubio que estaba hablando con Sehun y Minseok fue hasta él y se retiraron un poco pero sin salir de la sala. - ¿Qué tal con Sehun?
-¿Q-qué…? – El rubio se ruborizó de repente.
-Estúpido, que cómo se le da lo de construir.
-Ah, claro. – Rió inquieto. – Sinceramente genial. Es incluso mejor que Minho y acaba de empezar.
-Perfecto, es lo que necesitamos. – Sonrió Kai pensando en su padre y en cómo finalmente le había ayudado a pesar de que no estuviera de acuerdo con lo que hacía. Quizás había confiado en él cuando le dijo que así podría regresar. – Y ahora sí, dime, ¿qué te traes con él?
-Nada…
-¿Seguro?
-Bueno… - Luhan miró de reojo a Sehun y vio que éste les estaba mirando desde lo lejos. El menor retiró la vista rápidamente avergonzado. – Es mono. Hemos estado hablando mucho estos días y conociéndonos. – Kai mostró su media sonrisa picarona y Luhan empezó a negar con la cabeza. – No, no ha pasado nada si es lo que estás pensando. Sólo hemos hablado. Bueno, algún abrazo que otro sí. – Confesó. – Aunque ni siquiera sé lo que se le pasa por la mente cuando estamos en ese tipo de situaciones…
-Os he visto muy juntitos cuando hemos llegado…
-Pero eso es a lo máximo que hemos llegado, de verdad. Yo estoy centrado en el trabajo, Kai, te lo juro. – Se excusó Luhan.
-Lulu… - Le llamó por aquel mote que él mismo le había puesto después de tantos años de amistad. – Por encima de todo somos amigos. Sé perfectamente que eres competente cuando se trata del trabajo, si te gusta alguien no me importa para nada. Es más, lo apoyo completamente. Tú lo hiciste cuando lo de Kyungsoo… - El moreno le dio una palmada en la espalda y su amigo le sonrió.
-No sabes cuánto te quiero, Kai.
-Y yo a ti, hermano. – Contestó el moreno sonriendo, dándose un abrazo de forma amistosa y volviendo por fin con los demás.
Varios días después, en la Zhang Coporation, Baekhyun y Chanyeol vestían trajeados mientras discutían con otros empleados unos proyectos interesantes. Los dos chicos se habían introducido en la compañía de incógnito para investigar. Allí estaba el tal Shin Laiwu, manejando a todos como jefe en funciones.
-Si no nos ponemos de acuerdo tendremos que consultarlo con el señor Zhang. – Sentenció el hombre mientras abría una puerta contigua que daba paso a una sala convertida en hospital provisional. Allí el señor Zhang reposaba en una cama, con oxígeno y suero puesto, mientras una mujer supuesta enfermera estaba a cargo de él.
-Quita… ¡Quita! – Se quejaba el hombre mayor sin estarse quieto cuando ella intentaba ponerle bien el gotero de suero, de forma que accidentalmente tiró un marco de fotos que tenía en la mesita de noche.
Ese ruido de cristal roto despertó a Zhang Yixing de sus pensamientos, el cual estaba mirando por la ventana ido completamente. El joven se acercó, recogió el marco y entristecido observó que el cristal se había hecho añicos. La foto era una suya de cuando era pequeño. Su tío se acercó a él:
-Le tiene mucho cariño. – Dijo refiriéndose a la foto.
-Ya, seguro…Se la puse en la mesita de noche y ni se ha dado cuenta. – Respondió con el rostro ensombrecido. Su tío se le quedó mirando un rato y fue a preguntarle por lo que esperaban los empleados en la otra sala.
-Verás Yixing, tenemos que discutir unas cosas…
-Ahora no tío, no es momento. – Dijo el chico saliendo de allí por la puerta, desde donde Baekhyun y Chanyeol observaban la escena con disimulo. Parecía que aquello de que la relación padre-hijo no era buena era cierto.